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lunes, 20 de marzo de 2017

Trabajos forzados de Daria Galateria



"Escribo por el placer de contradecir y por la felicidad de estar solo contra todos".


Milan Kundera


Los veinticuatro literatos, que Daria Galatería biografía aquí, tuvieron en algún momento de sus vidas, una remuneración, por un trabajo ajeno a su vocación. Pero bien conocido es que casi todos los escritores, a lo largo de la historia, partieron de la posición privilegiada de su familia: ricos herederos o hijos de burgueses.

Desde que se inventó el trabajo, los que rodaron de un oficio a otro o trabajaron en uno mismo durante su etapa laboral, eran los menos. Y de ahí sabiendo algo más de los que aquí no están biografiados, muchos, muchísimos crearon y crean, desde unos parámetros acomodados, teniendo en el punto de partida y a su disposición, bibliotecas personales, amplias posibilidades de realizar estudios superiores, y todo el tiempo para revolotear entre las extravagancias creativas, los estilos literarios predominantes de su época, o en dársenas para que hicieron de puente entre lo contemporáneo y lo moderno.
Aunque en esta creación de la profesora Galatería, casi hay un equilibrio con los que tuvieron vida laboral real, como nosotros la conocemos.
Resultado de imagen de Trabajos forzados (Los otros oficios de los escritores)A raíz de publicarse este libro, aparecen muchas historias de los actuales escritores que van editando, al tiempo que compaginan otros trabajos de subsistencia, sin delimitar el pulso actual de la literatura, y su peso en el valor creativo. Es importante darle merecido a este heroísmo, pues además de la actividad que realizan normalmente todos los humanos en edad propicia, para poder vivir, hemos de adjuntar, hacia ellos, alguna presencia de medallas sin que pesen o sean muy vistosas, ya que adolecen de poca eficacia literaria.
Pasando de la mera época publicitaria actual, pensar en escribir, y dejar de lado el útil laboral, no es más que un índice para acomodar la imaginación, al menú diario.
Escribir es otro estadio mental, con otros requerimientos y componente pseudo-químicos y emocionales, adversarios de la laboriosidad del cotizante, pues estas enderezando nuevos habitantes, muchas veces sin pasar por el proceso de germinación humana, con el que todos contamos, hasta llegar al empleo.
 
 

¡Qué sí!, 
Quizá pensar en las profesiones de KafkaJoyceLondonSaint ExuperyColetteBoris Vian y los demás, que a aquí nos acerca la autora, da a conocer la dificultad de tener una trayectoria creativa centrada en la escritura, compaginada con otras opuestas estructuras, y que sin embargo pueda hacer de sus obras, enigmáticas sagas clásicas, para bien de la historia de la literatura, pero pocas, comparadas con las que no estuvieron frente a un horario.

 Y ahora que se escribe para empapelar un despacho editorial con claves que aseguren las ventas, o el accésit de un concurso, lo único que tenemos es a aupados novelistas o poetas. Escribir, escribe Tolstoi, por ejemplo, y por ende sus traductores.
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No por eso mi adoración por  algunos de los escritores que aparecen en esta multibiografía, deja de ser muy alta, pero se acusa casi, la intención de animar a todos desde sus empleos a iniciar a cualquier precio la trayectoria creativa, sin contar con la fortificación necesaria que se construye a lo largo de toda la vida, desde que aprendes a leer, hasta el último suspiro, desmenuzando las palabras, los textos clásicos, la malevolencia de la historia, y las muchas veces, ajena o contraria influencia familiar.

De la mano de partituras gramaticales, jalonadas por prótesis literarias y obsoletas bagatelas, y de un día más desfavorable que el anterior, se clausuran poemas, infamias, novelas con finales infelices, teatralidades con la humana banalidad y expedientes criminales, que abren la realidad oculta. Ahí es donde se debe llegar, o como Julio Verne a visionar los futuros posibles.
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Sabemos que ProustByronWildeHeródotoCicerónBorges o el mismísimo San Agustín no desviaron ni  un ápice su vocación. Y sin embargo añadimos a estos engranajes, los que Daría Galatería nos propone, pues su obras tan fuertes como las de los anteriores, han hecho caminar la literatura, utilizando la misma constancia en la creación, que los más privilegiados y clásicos.
GorkiClaudelSvevoChandlerCelineHrabalOrwellMalrauxChatwin o los demás  tienen cientos de páginas excelsas. Y aquí, en este entretenimiento, aparecen  abyectos a un mínimo trabajo bibliográfico, algo enfatizados.

Este libro está dentro de la labor de difusión cultural, igual de válida que los textos de apoyo para la educación inicial.
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"Escribir pese a todo, pese a la desesperación".

Marguerite Duras
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Ánxel Grove

Fernando Pessoa
Fernando Pessoa
Fernando Pessoa, uno de los mejores escritores del siglo XX, combatió con discreción y silencio el peso de la vida. Ganaba unos pesos traduciendo correspondencia empresarial para empresas navieras y los gastaba en el aguardiente inspirador que consumía en soledad en melancólicas cafeterías y tabernas de Lisboa mientras escribía poemas con la voz de las veinte identidades que habitaban bajo el fieltro fatigado de su sombrero.
Franz Kafka, el primer escritor moderno, acaso el único que merece ser considerado moderno, tuvo entre 1908 y 1922 un empleo donde le entregaban un sueldo que, según el mismo afirmaba, le alcanzaba para “pagar el pan”. Era redactor de informes en el Instituto de Seguros de Accidentes Laborales para el Reino de Bohemia. Componía precisos memorandos—¡podemos imaginar cuan precisos!— para que la compañía pagase o dejase de pagar indemnizaciones a trabajadores heridos en el puesto de trabajo. A la salida corría a casa de sus padres, cenaba frugalmente un apio y una zanahoria —era vegetariano— y dedicaba la noche entera a iluminar los caprichos de la tinta sobre el papel con las candelas de su mirada esquizoide. A veces sentía remordimientos por entregarse a una vida laboral adocenante, pero en ocasiones se mostraba indulgente y afirmaba que el trabajo libera al hombre “del sueño que lo deslumbra”.

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Arthur Rimbaud, sublime autor de poemas de febril adolescencia que siguen capturando fanáticos, renegó de la literatura para perderse en el África oriental de las hienas y los caníbales y hacer fortuna traficando con armas y marfil y tal vez con esclavos. Siguió escribiendo hasta la muerte prematura, pero solamente cartas familiares y comerciales entre cuyas líneas apenas asoma la locura de quien fuera un niño demonio.


Trabajos forzados. Los otros oficios de los escritores, que publica la editorial Impedimenta, es una guía de las formas de supervivencia que encontraron, por opción personal, casualidad u obligación, algunos de los escritores más conocidos de los últimos siglos. La autora, Daria Galateria (Roma-Italia, 1950), ha compuesto uno de esos manuales complementarios que se leen de buen grado y descubren a la personas tangibles tras los inmateriales libros que nos conmueven.Sí, señores. Los escritores trabajan en algo más que inventar historias que nos permiten seguir viviendo. Lo hacen para sobrevivir, pagar vicios, postergar la pobreza, abrir las puertas del tiempo, ganarle horas a la muerte… Otros trabajan para olvidar que la literatura es el verdadero trabajo.
En el prólogo del ensayo, Galatera precisa lo que es fácil de sospechar: casi todos los escritores, poetas o ensayistas, sea cual sea su trabajo forzoso, se quejan de que la escritura es “la tarea más agotadora de todas”.
Aprovechando la edición del libro, que se termina de un tirón y del que sales con una necesidad apremiante de ponerte a leer lo que escribían estos hombres en las horas libres que les dejaba el trabajo, vamos a dedicar un Cotilleando a… los otros oficios de unos cuantos escritores.


Maxim Gorky
Maxim Gorky
1. El mendigo. Maxim Gorki, bolchevique, amigo de Lenin y Stalin y autor de novelas socializantes y educativas como La madre (1907), combatió la pobreza extrema y los viles maltratos hogareños —su abuelo, su madre y sus hermanos le daban palizas que lo llevaron al vestíbulo de la muerte— haciendo de todo. De niño recogía trapos y clavos para revenderlos (sus compañeros le llamaban “el mendigo”) y cazaba pájaros para llevarlos al mercado; a los 11 años, le echaron de casa y se empleó en una zapatería; a los 12, fue pinche de cocina y luego fogonero en un vapor que recorría el Volga; en la adolescencia, formó parte de una pandilla de ladrones de leña; para pagar la universidad, se empleó de estibador y en una fábrica de galletas… Trabajaba catorce horas al día y tenía tiempo y ganas para asistir a las reuniones clandestinas de los revolucionarios que soñaban con una “república de trabajadores”. A los 19 años ya le vigilaba la policía zarista y decidió perderse recorriendo Rusia. Fue pescador, vendimiador, trabajó en salinas, pescador, obrero de carreteras… No es extraño su nombre literario —el de nacimiento era Alekséi Maksímovich Péshkov—: gorki significa amargo en ruso. Cuando ya había alcanzado la fama  se empleó como redactor en un diario. Cuando le encargaron dos artículos al día rechazó el puesto porque le parecía demasiado trabajo, como estar “en galeras”.

2. Niño explotado. Ladrón de ostras, cazador de focas, marinero dedicado al tráfico de opio, porteador de carga durante la fiebre del oro de Alaska… El personaje aventurero y pintoresco que nos viene a la memoria al hablar de Jack London, tiene su envés en su otra condición, la de trabajador industrial desde niño en fábricas de conservas —diez horas al día, de lunes a domingo—, carbonerías —un dólar por un turno de ocho horas—, lavanderías… Nacido en un hogar pobre y sin suerte, London tuvo que llevar dinero a casa desde los 10 años, pero se las arreglaba para dedicar todo el tiempo que le sobraba en la biblioteca, de cuya sala de lectura salía preso de una gran agitación nerviosa por las emociones que encerraban los libros. Con los años llegó a ser el escritor mejor pagado de su tiempo, pero los esfuerzos de la niñez y la adolescencia le pasaron factura: padeció de un intenso dolor crónico de espalda, brazos y manos durante el resto de su vida.



Sidonie-Gabrielle Colette
Sidonie-Gabrielle Colette
La imagen puede contener: texto3. Contra el terror a envejecer. Sidonie-Gabrielle Colette, la autora de cincuenta novelas, colecciones de cuentos y libros de memorias, intentó hacer fortuna montando una línea de cosméticos en 1932, en plena Gran Depresión. La iniciativa fue del amante de la escritora, Maurice Goudeket, que convenció a la exestrella del Moulin Rouge y subversiva bon vivant liberada de que debía sacar provecho económico de su imagen pública —Colette tenía entonces sesenta años y sus buenos tiempos como sex symbol quedaban lejos—. No le hizo falta insistir: pese a que ella afirmaba ser, sobre todo, “una escritora”, la publicidad la seguía volviendo loca. “Un escritor hará publicidad si se siente capaz, si siente pasión por lo nuevo, si tiene capacidad de comunicar y un vocabulario lo bastante rico”, había declarado dos años antes para justificar sus participación en una campaña de anuncios de los cigarrillos Lucky Strike. Con las cremas y potingues, dijo, quería “renovar el contacto con las personas normales” y salvar a las mujeres “de la pérdida del placer y del terror a envejecer”. Convenció para que entrasen en el negocio a una heredera de la fortuna de las máquinas de coser Singer, un bajá oriental y un miembro de la saga de banqueros Dreyfus y compró un local en el centro de París que decoraron con estricto y elegante estilo art déco. Ella misma se encargó en la inauguración de maquillar a algunas de las asistentes. “Encuentro bellísimas a las mujeres cuando emergen bajo mis dedos de escritora. Sé lo que hay que poner en la cara de una mujer tan aterrorizada, tan llena de esperanza, en su declive”, explicó, aunque algunos diarios hablaron de que los colores rosa canalla y azulón del maquillaje era propio de “mujeres de la calle”. El negoció quebró en dos años, Maurice Goudeket se dedicó a la venta de lavadoras y Colette siguió escribiendo.

Raymond Chandler
Raymond Chandler
4. Contable alcohólico. Los padres fundadores de la novela negra, Raymond Chandler y Dashiell Hammett, tardaron en poder ganarse la vida con las tremendas novelas que ahora se estudian en las universidades. El primero, según cuenta Trabajos forzados. Los otros oficios de los escritores, llegó a acumular 36 decepcionantes trabajos —desde recogedor de albaricoques hasta encordador de raquetas de tenis—. Su vocación, pese al carácter temperamental y cínico de su gran héroe de ficción Sam Spade, era la contabilidad. Durante dos décadas, Chandler trabajó (y cumplió) en el departamento de cuentas de Dabney Oil Syndicate, la segunda petrolera de Los Ángeles tras Shell durante el boom del oro negro en California. Llegó a ser subdirector de la compañía escalando posiciones gracias a una cadena de sucesos que parecen extraidos de la trama de una de sus novelas: un jefe de contable fue encarcelado por fuga de capitales y el sucesor murió de un ataque cardíaco sobre la mesa de la oficina. En 1932 a Chandler lo prejubilaron por alcoholismo con una paga más que genrosa para evitar el escándalo. Para llenar el tiempo libre se matriculó en un taller de literatura y devoró todas las novelas pulp que encontraba. Le gustaba especialmente Dashiell Hammet y decidió imitarlo.
Charles Bukowski
Charles Bukowski

5. El buen cartero Chinaski. 
 El mala baba Charles Bukowski, tantas veces presentado como profeta de la transgresión —sobre todo por él mismo, que gustaba de falsear su biografía para añadirle dramatismo a su cartas a las editoriales—, fue un responsable cartero durante 14 años por un 1,82 dólares la hora. Intentaron despedirlo en 1969 por un episodio de absentismo, pero prometió que no se volvería a repetir y anularon el expediente. Solía quejarse de que el trabajo le había causado dolores crónicos de espalda, pero la experiencia le valió para, Cartero, donde aparece el alter ego Henry Chinaski. Fue una de sus primeras narraciones para el editor John Martin, que le prometió, a cambio de que siguiera escribiendo, cien dólares al mes de por vida (35 para el alquiler, 20 para comida, 15 para cerveza y cigarrillos, más el teléfono y el gas). A los 49 años, Bukowski dejó el servicio postal.
Louis-Ferdinand Céline
Louis-Ferdinand Céline
6. Peligroso Ford. En julio de 1923, Louis-Ferdinand Céline recibió su primer destino como médico: le enviaron a un pueblo de las Árdenas francesas. Un año más tarde le concedieron una beca de la Fundación Rockefeller para trabajar como responsable de los programas mundiales de higiene de la Sociedad de Naciones, el embrión de la ONU. Viajó durante tres años por EE UU, Canadá, Cuba,  Holanda, Italia y Senegal, pero terminó convencido de que “la medicina burguesa está muerta”, se empleó en un ambulatorio popular y se enfrascó en la redacción de la novela nihilista y antibélica Viaje al fin de la noche, que publicaron en 1932. Tras la II Guerra Mundial le declararon “desgracia nacional” en Francia por su colaboracionismo con los nazis y el antisemitismo de algunas obras menores.  La autora de Trabajos forzados. Los otros oficios de los escritores recuerda que durante su gira por los EE UU, el entonces joven médico había visitado las factorías automovilístucas de Henry Ford,  el multimillonario antisemita que publicaba en sus diarios artículos titulados Como los judíos controlan la venta de alcohol o El jazz es un invento de los judíos.


Gabriel García Márquez: Podemos decir que se dedicaba a la literatura porque, para el recientemente desaparecido Nobel colombiano, el periodismo escrito no es otra cosa que un género literario. Y así se inició él: como redactor de notas editoriales. Después de colaboraciones con El Universal, El nacional de Barranquilla y otros muchos periódicos locales, empezaría a crear a los Buendía.

Arturo Pérez-Reverte: Tal y como lo cuenta en su biografía, el ahora escritor y académico de la RAE solo dejó el ejercicio del reporterismo de guerra después de 20 años de trayectoria para dedicarse en exclusiva a publicar libros en español y otras lenguas.

Aunque son muchos los conflictos armados que el autor ha cubierto –Líbano, Eritrea, Sahara, Malvinas, Nicaragua, Chad, Mozambique o Bosnia– más aún son las obras que ha publicado.

Julio Cortázar: Se consideraba a sí mismo como “traductor metido a escritor” y así lo acreditan sus traducciones de Robinson Crusoe y de Edgar Allan Poe pero también su trabajo como intérprete en organismos internacionales como la UNESCO. Y después de tanta relevante traducción, encontró el tiempo y los medios financieros para escribir.



Docencia

Palibrio | Profesiones escritores hispanos

Antonio MachadoGracias a su cátedra de francés, este poeta sevillano se dedicó a enseñar gramática francesa en diversos institutos de la geografía española. Según hemos averiguado en Palibrio, de Soria a Jaén, pasando por  Segovia y terminar en Madrid, Machado dio continuidad así a una estirpe familiar de profesores. Gabriela Mistral: Aunque es conocida por ser la primera latinoamericana y mujer en recibir un premio Nobel en 1945, esta chilena de familia humilde empezó su andadura como maestra de escuela primaria cuando contaba solo con 14 años. El ser autodidacta no le impidió ejercer de directora de liceo y crear sus propios escritos sin desvincularse nunca por completo de la faceta pedagógica.
 


Diplomacia

Carlos Fuentes: Su condición de hijo de diplomático lo llevó a recorrer gran parte de las capitales hispanoamericanas durante su infancia pero Fuentes heredaría también el oficio paterno. Se dedicó profesionalmente a representar a México en numerosos organismos internacionales y hasta fue embajador de este país en Francia.

Octavio Paz: Mucho le deben sus creaciones a su profesión de diplomático. Los viajes de Paz a múltiples países como delegado del servicio exterior mexicano durante más de 20 años hicieron madurar su prosa hasta tal punto que esta no sería tal sin sus experiencias internacionales.


De todo un poco…
Palibrio | Profesiones escritores hispanos
Roberto Bolaño: Nadie diría hoy que el célebre autor de Los detectives salvajes y 2666 desempeñó a lo largo de su vida laboral los trabajos más dispares. Camarero, lavaplatos o vendedor pero seguramente, el más conocido sea el de vigilante nocturno de un camping catalán.

Juan Rulfo: Aunque el trabajo de oficina y los asuntos burocráticos nos parezcan lo más antagónico al alma libre y creativa de los escritores, este mexicano podría ser la excepción. Más de una década en la Secretaría de Gobernación le proporcionó un horario inmejorable y mucho tiempo para escribir, Él aprovechó para hacerlo pero también para vivir, la única dedicación que consideraba un verdadero oficio.


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Los antiguos gajes y oficios de 8 escritores
http://www.garuyo.com/arte-y-cultura/oficios-antiguos-de-escritores-famosos

Oficios del oficio: Escritores y subsistencia
http://tinyurl.com/zyh7xss


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La salvaje costumbre de trabajar

Bruno H. Piché 


http://www.fronterad.com/?q=salvaje-costumbre-trabajar

El trabajo y los escritoresResultado de imagen de escritores

Grandes nombres de la Literatura que tuvieron que tomar otros oficios para sobrevivir
http://wsimag.com/es/economia-y-politica/14330-el-trabajo-y-los-escritores
Los extraños trabajos que tuvieron 10 escritores célebres antes de triunfar
http://www.playgroundmag.net/noticias/actualidad/literatura-wtf-trabajo_0_1741025887.html


Las Profesiones de los escritores



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- José, esposo de María era carpintero, y enseñó ese mismo oficio a Jesús de Nazaret. 
- Cesar Augusto, fue un gobernador de Roma que estableció una ley por la que toda persona debía volver a la ciudad donde nació para inscribirse en el primer censo histórico. 
- Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano, eran pescadores. Jacobo (según algunas traducciones: Santiago) , Juan su hermano y su padre Zebedeo, también eran pescadores. (Pedro, Andrés, Jacobo y Juan fueron los primeros en seguir a Jesús). 
- Mateo era recaudador de impuestos y tributos públicos. 
- Poncio Pilato era pretor en Judea, es decir, gobernador de distrito. 
- Jairo era uno de los principales de la sinagoga, al que Jesús resucitó a su hija. 
- Caifás era el sumo sacerdote. 
- Simón de Cirene, padre de Alejandro y Rufo, al que obligaron a llevar un rato la cruz, era campesino. 
- Zaqueo, hombre rico y feje de los publicanos, fue quien se escondió subido a un árbol para poder ver a Jesús. 
Resultado de imagen de los escritores biblicos y sus profesiones- Lucas, el escritor evangelista, era médico. 
- Cornelio era un oficial del ejército romano que invitó a comer a Pedro a su casa.





- José, hijo de Jacob, después de pasar 12 años en prisión por un delito que no cometió, llegó a ser (nombrado por el Faraón), un importante gobernante en Egipto. (Ver Génesis) 
- Job, era un rico hacendado que poseía tierras y ganado. (Ver Job) 
- Moisés fue criado por la hija del Faraón, pero luego se marchó lejos y se hizo pastor. Más tarde, acaudillaría a los israelitas tras liberarlos de la esclavitud de Egipto. (Ver Éxodo) 
- Aarón, el hermano de Moisés, llega a ser sumo sacerdote del tabernáculo. (Ver Éxodo) 
- Josué, sustituye a Moisés como líder, y se hace guerrero para conquistar la tierra de Canaán. También fue el primer juez de Israel. Otros jueces después de él fueron: Otniel, Aod , Samgar , Jefté o Sansón. (Ver Éxodo, Números, Deuteronomio, Josué y Jueces) 
- Débora es profetisa y jueza. (Ver Jueces) 
- Rut y Noemí trabajaron como campesinas en los campos de un hombre llamado Booz. Finalmente, Rut y Booz se casaron y llegaron a ser los bisabuelos del rey David. (Ver Rut) 
- Gedeón fue guerrero (libro de Jueces) 
- Saúl llegó a ser el primer rey de Israel (Ver Samuel, Crónicas y Reyes) 
Imagen relacionada- David sustituyó a Saúl como rey. Antes de eso, fue pastor de ovejas, y también componía poemas y música. (Ver Samuel, Crónicas , Reyes y Salmos) 
- Salomón, hijo del rey David, fue conocido por su sabiduría, y encargó la construcción de un gran templo en sustitución del tabernáculo. (Ver Crónicas , Reyes, Salmos y Proverbios) 
Resultado de imagen de oficios de escritores de la bibliaRoboam, hijo de Salomón es rey, pero el reino ha quedado dividido en 12 tribus, de las cuales solo gobierna dos: las tribus de Benjamín y Judá. Las otras diez tribus son gobernadas por Jeroboán, a quien Salomón le había encargado hacer gran parte del trabajo de construcción del templo. (Ver 1er libro de Reyes) 
- Elías, Isaías y Jonás fueron profetas. (Ver 2º Reyes , Isaías y Jonás). 
- Naamá, era el jefe del ejército sirio (Ver 2º Reyes). 
Resultado de imagen de oficios de escritores de la biblia- Jeremías y Daniel también fueron profetas. Daniel fue educado en el palacio del rey babilonio Nabucodonosor, y arrojado a un foso de leones en tiempos del rey Darío, del que salió ileso (Ver Jeremías y Daniel) 
- Esther fue una israelita que llegó a ser reina de Persia, pues se casó con el rey Asuero. Y su primo Mardoqueo, quien sirvió en el palacio del rey, llegó a ser legislador. 
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Nehemías, además de ser profeta, era el copero principal del rey persa Artajerjes. Nehemías pidió permiso al rey para reconstruir los muros de Jerusalén, petición que le fue concedida. 



Daria Galateria nació en Roma en 1950. Se licencienLiteratura en la Universidad La Sapienza de Roma, con una tesis sobre el monólogo en Stéphane Mallarmé y Paul Valéry.Desde 1975 trabaja como profesora de Lengua y Literatura francesa. Entre sus áreas de investigación se encuentran las memorias, especialmente de mujeres, de los siglos XVII y XVIII. Ha preparado la edición canónica en italiano de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, para Mondadori, y ha traducido a autores como Françoise Sagan, Anatole France, Jean Giono, Paul Morand o Boris Vian. Comenzó su carrera editorial en 1977, con el estudio crítico André Breton. Posteriormente publicaría Parigi 1789 (1989), Il tè a Port-Royal (1995), Fughe dal re Sole. Memorie di cortigiani riluttanti (1996, Premio Grinzane Cavour), Scritti galeotti (2000) y Entre nous (2002). En 2007 publicaría su obra más exitosa, Trabajos forzados (Los otros oficios de los escritores), que se traduce ahora al castellano por primera vez. En 2005 fue nominada como Officier de l'Ordre des Arts et des Lettres en Francia. Actualmente dirige varios programas para la RAI. Asimismo, es colaboradora habitual de Il Manifesto, La Repubblica y L'Espresso  (dato editorial Impedimenta)

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Los mejores libros que he leído sobre el oficio de escritor, clasificados por temas.

Redacción y estilo

Trucos para escribir mejor

Trucos para escribir mejor, de Carlos Salas
Resultado de imagen de Los otros oficios de los escritoresManual muy práctico que te ayudará a redactar bien, con algunos «trucos» del oficio, sin explicaciones muy técnicas y que te lees en un rato. Recomendable sobre todo para escritores principiantes, pero todos necesitamos repasar estos trucos de vez en cuando. Fantástico: una pequeña gran guía.
 La Escritura transparente, de William Lyon
La Escritura Transparente (Varios)
Sencillo y a la vez imprescindible manual de redacción periodística pero que todo escritor, incluso de ficción, debería leer y poner en práctica. Te ayudará a organizar mejor la información que transmites y vas a mejorar tu capacidad para contar cosas por escrito. Más que bueno: una joya que necesitas tener en tu biblioteca.


Palabras Mayores. 199 Recetas Infalibles Para Expresarse BienPalabras mayores. 199 recetas infalibles para expresarse bien,
de Alberto Gómez Font (Autor), Jorge De Buen Unna (Autor), Antonio Martín Fernández (Autor), Xosé Maria Castro Roig (Autor)
Para mí, ya es imprescindible. Aprenderás montones de cosas interesantes, curiosas y sorprendentes sobre libros, edición, redacción, estilo y mucho más. Te va a encantar, yo al menos no puedo vivir sin él. Se ha convertido, prácticamente, en mi manual de estilo y libro de referencia cuando tengo una duda sobre edición —y otros mil temas.


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Narrativa y técnicas de escritura

El viaje del escritor, de Christopher Voglerchristopher-vogler
Todo un clásico que es lectura obligada en la mayoría de cursos de narrativa y talleres literarios de todo el mundo. Además de aprender al detalle la estructura clásica para aprender a contar historias, comprenderás por qué contamos historias los seres humanos. Si escribes ficción lo necesitas, no hay más que decir.


Cómo no escribir una novelacómo no escribir una novela, de Sandra Newman y Howard Mittelmark
Además de divertido, es un manual que te enseñará los principales errores que cometen los escritores principiantes. Lo leerás con media sonrisa y asintiendo con la cabeza, porque reconocerás en muchas ocasiones los errores como tuyos. Lo mejor de saber lo que NO deberías hacer, aprendes lo que SÍ puedes hacer. ¡Genial!


El manual de la escuela de escritores más prestigiosa del mundo, la Gotham Writers de Nueva York. Ofrece conceptos clave del arte de escribir ilustrados con ejemplos tomados de grandes obras de la literatura de ficción. Un taller literario bastante completo, para autodidactas recalcitrantes.



Teoría de la ficción

el arte de la ficciónEl arte de la ficción, de David Lodge
Un texto clásico y básico para comprender los mecanismos más íntimos de la ficción literaria. Contado con sencillez y sin engolamientos innecesarios, te abrirá los ojos a muchas cuestiones esenciales de la escritura.



Morfología del cuento, de Vladimir ProppMorfología del cuento
Otro libro de lectura obligatoria en la mayoría de talleres y cursos de escritura —al menos los que he hecho yo, claro—. Reúne los elementos presentes en la cultura humana y los arquetipos elementales que han servido para contar las historias universales.


Escribir ficciónEscribir ficción, Edith Wharton
Más que brillante aproximación a las claves de la ficción moderna. Con sencillez y rigor, ofrece recursos para desarrollar el estilo y la estructura narrativa, contar un cuento o desarrollar los personajes, entre otros aspectos y mecanismos. A pesar de tener unos cien años, todo lo que cuenta este ensayo es pura actualidad.


Sobre el oficio de escribir

Paul Auster —que además de ser un genio de la lietartura contemporánea es uno de mis autores favoritos de siempre— reflexiona sobre el acto y el arte de escribir, sobre los secretos que sostienen toda narración. Pero también descubrirás detalles sorprendentes sobre su vida, repleta de curiosidades y experiencias jugosas.



Error humano
Error humano, de Chuck Palahniuk
Recopilación de crónicas y artículos de este escritor inclasificable, entre maldito y gamberro. Contiene retratos de estrellas, paranoias surrealistas e historias íntimas. Permite entrever el insólito mundo del autor y destapa algunas de las realidades más sórdidas que alimentan sus novelas. Merece la pena estudiar por qué a un genio se le ocurren sus genialidades.


Mientras escribo, de Stephen KingMientras escribo
Sus recuerdos aportan una amena perspectiva sobre la formación del escritor. King describe las herramientas básicas del oficio y expone sus opiniones personales sobre el secreto de la escritura. También relata cómo la escritura le ayudó a superar las secuelas de un grave accidente que casi le cuesta la vida. Aparte de ser una lectura amena, aprenderás muchísimo de este genio de la narrativa y te transmitirá su pasión por escribir.


Difíciles de encontrar

Zen en el arte de escribir, de Ray BradburyZen en el arte de escribir
Once ensayos componen esta joya única sobre el arte de la escritura. No repara en las minucias técnicas ni en cómo presentar una página, sino que nos habla de la fiebre, el ardor, la felicidad del acto de escribir. Es muy difícil de encontrar y si sabes dónde comprarlo LEGALMENTE, te agradeceré que compartas en la zona de comentarios más abajo. ¡Gracias!


Consejos a un joven escritor (ATALAYA), de Vicenzo Ceramiconsells a un jove escriptor
Excelente libro de pequeños ensayos, todos dedicados al oficio de narrar, más que al de escribir, porque contiene también ideas para desarrollar en radio, cine o teatro. La narrativa va mucho más allá de los libros y este demuestra que el oficio de escritor tiene muchísimas posibilidades. No sé por qué, pero es más fácil encontrarlo en catalán que en castellano.


Buen libro sobre la técnica para escribir suspense, muy recomendable pero que es algo tramposo: era, originalmente, un artículo que un editor avispado convirtió en libro. El contenido es bueno… pero quizá no tanto como para pagar el precio al que lo he visto en las librerías. Si lo encuentras en eBook a un precio razonable o en descarga gratuita LEGAL, es muy recomendable.




Mi modesta aportación al oficio
Oficio de escritorEl oficio de escritor, Alejandro Quintana

Me vas a permitir, después de todo el trabajo que me he tomado para hacer este reporte que te recomiende mi eBook 
Contiene las claves que todo escritor de este tiempo que nos ha tocado vivir necesita dominar: la mentalidad ideal para encarar el acto de escribir, las técnicas narrativas, el funcionamiento del sector editorial y el marketing para escritores. Además de práctico y muy claro en todos los planteamientos, he intentado que transmita también esa motivación para lanzarse a escribir y publicar que todo escritor necesita.


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Más libros para escritores y amantes del oficio de escribir 

Todos y cada uno de estos libros abordan temas de interés para autores, escritores nóveles y también para los ya avezados. Recordemos que escribir es como un deporte: cuanto más se sepa del arte y se ejercite, mejor será la técnica y los resultados obtenidos.

– Crear una novela (Espasa)
– Escribir literatura erótica (Editions Clément – Kindle)
Puntuación para escritores y no escritores: saber puntuar un relato breve, una novela, un artículo, un ensayo, un e-mail
– Para escribir una novela (Alba Editorial)
Resultado de imagen de escritores
– 52 Tips para escribir claro y entendible, de Eusebio Ruvalcaba (Lectorum – LD Books)
– Coaching para escribir, de Sergio Bulat (Editorial Paidós – Avanza Books)
– Colección Guías del escritor, de varios autores (Alba Editorial)
Resultado de imagen de escritores– Cómo escribir ciencia-ficción y fantasía, de Orson Scott Card (Alamut Ediciones)
– Cómo escribir cuentos para chicos, Olga Noemí Drennen, Comp. (Longseller)
– Cómo escribir cuentos y novelas, Olga Noemí Drennen, Comp. (Longseller)
– Cómo escribir mejor, de Elena Luchetti (Longseller)
– Cómo escribir correctamente, de José Serra (Swing)
– Cómo escribir y publicar un libro con éxito, de Josep López (autopublicado)
– Cómo se escribe una novela, de H. G. Quintana (El barco ebrio. Servicios Editoriales)Resultado de imagen de escritores
– Consignas para escritores, de Jorge Eduardo Benavides (Editorial Casa de Cartón)
– Escribir está a tu alcance, de Lorraine C. Ladish (Jirones de Azul Editorial)
– Escribir y editar, de Gema Bizcarrondo y Hernán Urrutia; Javier Torres Ripa, Ed. (Deusto
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– Saca al escritor que llevas dentro, de Iria López Teijeiro (Literautas Editorial)Resultado de imagen de escritores

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