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sábado, 14 de enero de 2023

Colapso o la escalera hacia el abismo

"Y sin embargo, ante la mutación ecológica, en lugar de movilizarnos en todas las direcciones, como nuestros antepasados cuando se descubrieron nuevas tierras, permanecemos impasibles, indiferentes, desilusionados, como si nada pudiera pasarnos. Esto es lo que tenemos que entender." 
- Bruno Latour, Face à Gaïa, 2015, p. 246

colapso

Del lat. collapsus, part. pas. de collābi 'caer', 'arruinarse'.

1. m. Destrucción, ruina de una institución, sistema, estructura, etc.

2. m. Paralización a que pueden llegar el tráfico y otras actividades.

3. m. Estado de postración extrema y baja tensión sanguínea, con insuficiencia circulatoria.

4. m. Mec. Deformación o destrucción bruscas de un cuerpo por la acción de una fuerza.

5. m. Med. Disminución anormal del tono de las paredes de una parte orgánica hueca, con decrecimiento o supresión de su luz.


Los individuos son al mismo tiempo “cómplices”, a su manera, de la destrucción, ya que la producen trabajando y consumiendo, y también víctimas de la explotación y la dominación, ya que se ven obligados a fabricar la catástrofe.
 


A contrapelo: 

una historia profunda de los primeros estados

JAMES C. SCOTT

¿Cómo llegó el 
Homo sapiens sapiens , tan recientemente en la historia de su especie, a vivir en comunidades atestadas y sedentarias llenas de ganado domesticado y un puñado de cereales, gobernadas por los antepasados ​​de lo que ahora llamamos estados? Este novedoso complejo ecológico y social se convirtió en la plantilla de prácticamente toda la historia registrada de nuestra especie. Ampliado enormemente por el crecimiento de la población, el agua y la fuerza de tiro, los barcos de vela y el comercio de larga distancia, este modelo prevaleció durante más de seis milenios hasta el uso de combustibles fósiles.



¿Qué se colapsa cuando hay un colapso?

¿Colapsan las estructuras simbólicas de una sociedad?

¿Colapsan los medios de producción?

¿Colapsan las poblaciones humanas?

¿Qué se pierde con el colapso?

¿Qué viene después del colapso?



En el análisis de las sociedades pasadas identificó cinco conjuntos de factores implicados en su desaparición o supervivencia: deterioro ambiental, cambio climático, vecinos hostiles, socios comerciales amistosos, y respuesta de la sociedad a sus problemas ambientales. Si bien cada uno de estos conjuntos de factores puede aparecer como uno de los causantes del colapso de algunas de las sociedades analizadas por Diamond, el factor determinante y común a cada uno de los casos analizados fue el de la respuesta de la sociedad a sus problemas, particularmente a los problemas ambientales.

Jared Diamond 
Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen.

El Centro de Complejidad de RISD presentará un simposio de tres días que explora el colapso

https://collapse2022.xyz/

Centrándose en el concepto de “colapso” en relación con las fuerzas dinámicas y estáticas del cambio de sistemas, el simposio tendrá lugar en Providence, Rhode Island, del 21 al 23 de septiembre.

A medida que enfrentamos colectivamente la precariedad de los sistemas naturales y creados por el hombre, ¿cómo podríamos colapsar los espacios que nos dividen para identificar las ideas, las mentalidades y las prácticas necesarias para superar el colapso y lograr un futuro sostenible, equitativo y justo?







Jared Diamond sobre los motivos del colapso de las sociedades
¿Por qué fracasan las sociedades? Con lecciones extraídas de los nórdicos de la Edad de Hierro en Groenlandia, de la deforestada Isla de Pascua o de la actual Montana, Jared Diamond habla sobre los indicios del colapso social y de cómo prevenirlo si lo observamos a tiempo.




Creo que todos nos hemos interesado en algún momento en los románticos misterios de las sociedades que han colapsado, como la Maya, la Yucatan, la Rapanui de la isla de Pascua, la Anasazi, la sociedad del Creciente Fértil, Angkor Wat, la del gran Gran Zimbabue y otras. Durante el último par de décadas, los arqueólogos nos han demostrado que hubo problemas medioambientales detrás de muchos de estos colapsos. Pero también hubo numerosos lugares en el mundo donde las sociedades han seguido desarrollándose durante miles de años sin ningún síntoma de serio colapso, como Japón, Java, Tonga y Tikopia. Por tanto es evidente que las sociedades en algunas áreas son más frágiles que en otras áreas. ¿Cómo podemos entender lo que hace a algunas sociedades más frágiles que a otras? El problema es desde luego relevante para nuestra situación actual, porque hoy también hay algunas sociedades que ya han colapsado, como Somalia, Ruanda o la antigua Yugoslavia. También hay sociedades actuales que pueden estar a punto de colapsar, como Nepal, Indonesia y Colombia.


01:09

¿Y qué hay de nosotros? ¿Qué podemos aprender del pasado que nos ayude a impedir que acabemos decayendo o colapsando de la manera en que lo han hecho muchas sociedades del pasado? Evidentemente la respuesta a esta pregunta no se reduce a un único factor. Si alguien les dice que hay un factor único que explica el colapso de las sociedades, ustedes saben inmediatamente que es un idiota. Es un asunto complicado. ¿Pero cómo podemos darle sentido a las complejidades de este tema? Al analizar el colapso de las sociedades, he llegado a un esquema de cinco puntos: una lista de verificación de cosas que reviso al intentar entender esos colapsos. Intentaré ilustrar este esquema a partir de la extinción de la sociedad escandinava de Groenlandia. Se trata de una sociedad europea con registros escritos, así que sabemos bastante sobre sus gentes y sus motivaciones. En el 984 DC los vikingos llegaron a Groenlandia, la colonizaron y alrededor del año 1450 se extinguieron -la sociedad colapsó, y todos ellos acabaron muertos.



02:14

¿Por qué acabaron muertos? Bueno, en mi esquema de cinco puntos el primer paso es buscar impacto humano en el medio ambiente: gente que sin darse cuenta destruye los recursos de los que dependen. Y en el caso de los vikingos escandinavos, éstos provocaron sin darse cuenta la erosión del suelo y la deforestación, lo que resultó un problema particular para ellos porque necesitaban los bosques para hacer carbón y el carbón para hacer hierro. Así que acabaron como una sociedad europea de la Edad de Hierro incapaz de fabricar su propio hierro. El segundo punto de la lista es el cambio climático. El clima puede volverse más cálido, o más frío o más seco, o más húmedo. En el caso de los vikingos de Groenlandia, el clima se hizo más frío a finales del 1300 y especialmente a lo largo del 1400. Sin embargo, un clima frío no es necesariamente fatal, porque a los inuit -los esquimales que habitaban Groenlandia al mismo tiempo- les iba mejor en vez de peor en climas fríos. ¿Por qué no les fue mejor a los escandinavos de Groenlandia?

03:15

El tercer elemento de mi lista son las relaciones con las sociedades pacíficas limítrofes que pueden servir de apoyo. Y si ese apoyo amistoso se retira, puede hacer que una sociedad sea más proclive a colapsar. En el caso de los escandinavos de Groenlandia éstos mantenían relaciones comerciales con la metrópoli, con Noruega, y estas relaciones disminuyeron en parte debido al debilitamiento de Noruega, y en parte por la congelación del mar entre Groenlandia y Noruega.


03:41

El cuarto elemento de mi lista son las relaciones son las sociedades hostiles. En el caso de los escandinavos de Groenlandia, los inuit fueron los hostiles, los esquimales con los que compartían Groenlandia y con los que comenzaron en malos términos. Y sabemos que los inuit mataron escandinavos y que, lo que es más importante, que podrían haber bloqueado su acceso a los fiordos exteriores de los que dependían los escandinavos para cazar focas en una época crítica del año.



04:09

Finalmente, el quinto elemento de mi lista son los factores políticos, sociales y culturales de la sociedad que hacen más o menos probable que la sociedad perciba y solucione sus problemas medioambientales. En el caso de los escandinavos de Groenlandia los factores culturales que dificultaron la solución de sus problemas fueron sus compromisos con una sociedad cristiana que invertía fuertemente en la construcción de catedrales, el ser una sociedad de carácter jerárquico y competitivo, y su desprecio de los inuit, de los que se negaron a aprender. Así es como el esquema de cinco puntos resulta relevante para explicar el colapso y la extinción de los escandinavos de Groenlandia.


04:49

¿Y qué ocurre con una sociedad actual? Durante los últimos cinco años, he estado llevando a mi mujer y a mis hijos al suroeste de Montana, donde trabajé cuando era un adolescente en la cosecha del heno. Montana a primera vista parece el entorno más puro de Estados Unidos. Pero si se escarba la superficie, Montana tiene serios problemas. Siguiendo la misma lista: impactos humanos en el medio ambiente. Sí, son agudos en Montana. Los problemas de toxicidad por desechos mineros han causado miles de millones de dólares en daños. Los problemas de control de las malas hierbas le han costado a Montana cerca de 200 millones de dólares cada año. Montana ha perdido áreas agrícolas por salinización, por problemas de gestión forestal, por incendios forestales. El segundo elemento de mi lista: cambio climático. Sí, el clima en Montana se está haciendo más cálido y más seco, pero la agricultura de Montana depende especialmente de la irrigación procedente de la nieve acumulada y, a medida que ésta se derrite, por ejemplo, a medida que los glaciares del Glacier National Park desaparecen, esto es una mala noticia para la agricultura de riego de Montana.


05:56

El tercer elemento mi lista: relaciones amistosas que puedan sostener a la sociedad. En la Montana actual, más de la mitad de los ingresos de Montana no se generan en Montana, sino que se derivan desde fuera del estado: transferencias de la seguridad social, inversiones y demás, lo que hace a Montana vulnerable con respecto al resto de Estados Unidos



06:16

Cuarto: relaciones hostiles. Los habitantes de Montana tienen los mismos problemas que el resto de estadounidenses, al ser sensibles a los problemas creados por los enemigos en el exterior, que afectan a nuestros suministros de petróleo y a los ataques terroristas. Y finalmente, el último elemento de mi lista: preguntar cómo las actitudes políticas, económicas, sociales y culturales juegan su papel en esto. Los habitantes de Montana tienen valores arraigados desde hace mucho tiempo, los cuales parecen interferir en la resolución sus propios problemas. La arraigada devoción a la industria maderera, a la minería, a la agricultura y a la ausencia de regulación gubernamental. Valores que han funcionado bien en el pasado, pero que no parecen estar funcionando bien hoy.

06:57

Así que estoy estudiando estos indicadores de colapso en muchas sociedades del pasado y del presente. ¿Emergen algunas conclusiones generales? De alguna manera, como en la afirmación de Tolstoy de que cada matrimonio infeliz es distinto, cada sociedad desmoronada o en riesgo es distinta - todas tienen detalles diferentes. Sin embargo, hay ciertos patrones comunes que emergen al comparar las sociedades pasadas que se derrumbaron o no con las sociedades amenazadas de hoy. Un denominador común tiene que ver, en muchos casos, con la rapidez del colapso una vez que la sociedad ha alcanzado su cima. Hay muchas sociedades que no sufren un declive gradual, sino que crecen, se hacen más ricas y más poderosas y entonces, en un breve periodo de tiempo, en sólo unas décadas después de su apogeo, se derrumban. Por ejemplo, los clásicos maya de las tierras bajas del Yucatán empezaron a colapsar a principio del 800s, literalmente sólo unas décadas después de construir sus mayores monumentos y de que la población maya alcanzase el máximo.


08:02

O también el colapso de la Unión Soviética, que tuvo lugar en un par de décadas, puede que incluso en una década, del periodo en el que la Unión Soviética estaba en la cima de su poder. Una analogía sería el crecimiento de las bacterias en una placa petri. Estos colapsos rápidos son especialmente probables cuando hay un desequilibrio entre los recursos de los que se dispone y los recursos que se consumen, o un desequilibrio entre los resultados económicos y el potencial económico. En una placa petri, las bacterias crecen. Digamos que se duplican con cada generación y cinco generaciones antes del final la placa petri está vacía en 15/16avos y entonces durante la siguiente generación está vacía en sus 3/4 partes y la siguiente medio vacía. Una generación después de estar medio vacía, la placa petri está llena. No hay más comida y las bacterias han colapsado. Así que este es un rasgo frecuente que las sociedades se derrumben poco después de alcanzar la cima de su poder.


08:59

Lo que significa, para expresarlo matemáticamente, es que si le preocupa una sociedad actual, usted no debería estar observando el valor de la función matemática, la riqueza en sí misma, sino al valor de la primera y la segunda derivada de la función. Eso es un rasgo general. Un segundo rasgo general es que hay muchos factores ambientales, a menudo sutiles, que hacen a algunas sociedades más frágiles que otras, y que muchos de esos factores no son bien entendidos. Por ejemplo, ¿por qué en el Pacífico, de entre todos esos cientos de islas, fue la Isla de Pascua la que terminó sufriendo el caso más devastador de deforestación absoluta? Resulta que hay hasta nueve factores medioambientales diferentes, algunos de ellos bastante sutiles, que conspiraban contra los rapanui, y que incluían las lluvias de tefra volcánica, la latitud o las precipitaciones lluviosas. Quizá el más sutil de todos sea que un aporte fundamental de nutrientes que protege a los territorios insulares del Pacífico proviene de la caída de polvo continental desde Asia central. Pascua, de entre todas las islas del Pacífico, recibe el menor aporte de este polvo asiático, que restaura la fertilidad de los suelos. Pero ese es un factor que ni siquiera teníamos en cuenta hasta 1999.


10:16

Así que algunas sociedades, por factores ambientales sutiles, son más frágiles que otras. Y, finalmente, otra generalización. Porque ahora imparto un curso de grado en UCLA, sobre estos colapsos sociales. Lo que más incomoda a mis estudiantes de grado en UCLA es: ¿Cómo es posible que estas sociedades no se dieran cuenta de lo que estaban haciendo? ¿Cómo pudieron los habitantes de la Isla de Pascua deforestar su entorno? ¿Qué dijeron mientras cortaban la última palmera? ¿No vieron lo que hacían? ¿Cómo es posible que las sociedades no percibieran sus impactos en el medio y se detuvieran a tiempo? Y yo esperaría que si nuestra civilización humana continúa, entonces quizá en el siglo que viene la gente se preguntará: ¿Por qué demonios estas gentes del 2003 no vieron las cosas tan evidentes que estaban haciendo y las corrigieron? Parece increíble en el pasado. Y en el futuro parecerá increíble lo que estamos haciendo hoy. Por eso he estado tratando de desarrollar un conjunto jerárquico de consideraciones que explique por qué las sociedades fracasan en resolver sus problemas. ¿Por qué fallan al percibirlos o, si los perciben, por qué no los enfrentan? O, si los enfrentan, ¿por qué no lograron solucionarlos?

11:30

Sólo mencionaré dos generalizaciones en esta área. Un esquema que hace el colapso probable, es la existencia de un conflicto entre el interés a corto plazo de las élites gobernantes y el interés a largo plazo de la sociedad en su conjunto, especialmente si las élites logran aislarse de las consecuencias de sus acciones. Donde lo que es bueno a corto plazo para la élite es malo para la sociedad en su conjunto, hay un riesgo real de que la élite haga cosas que puedan derrumbar a la sociedad en el largo plazo. Por ejemplo, entre los escandinavos de Groenlandia, una sociedad de estamentos competitivos, lo que los jefes realmente querían era más seguidores y más ovejas y más recursos con los que superar a los jefes vecinos. Y eso empujaba a los jefes a lo que se llama fustigamiento de la tierra: la sobreocupación de la tierra, condenando a los agricultores arrendatarios a la dependencia. Y eso hizo a los jefes más poderosos a corto plazo, pero encaminó a la sociedad hacia su colapso a largo plazo.


12:28

Esos mismos problemas de conflictos de intereses son agudos en los Estados Unidos de hoy. Especialmente porque los gobernantes de los Estados Unidos pueden aislarse a menudo de las consecuencias viviendo en complejos amurallados, bebiendo agua embotellada y demás. Y durante el último par de años ha resultado evidente que la élite del mundo empresarial percibe con acierto que puede satisfacer sus intereses a corto plazo haciendo cosas que son buenas para ellos pero malas para la sociedad en su conjunto como extraer unos pocos miles de millones de dólares de Enron y otras compañías. Aciertan al pensar que esas cosas son buenas para ellos a corto plazo, a pesar de ser malas para la sociedad a largo plazo. Así que esa es una conclusión general sobre por qué las sociedades toman decisiones erróneas: los conflictos de interés.


13:18

Y la otra generalización que quiero mencionar es que es particularmente duro para una sociedad el tomar, entre comillas, buenas decisiones, cuando hay un conflicto que implica valores fuertemente arraigados que son buenos en muchas circunstancias pero resultan pobres en otras. Por ejemplo, los escandinavos de Groenlandia, en este entorno tan difícil, se mantuvieron juntos durante cuatro siglos y medio por su compromiso religioso compartido y por su fuerte cohesión social. Pero esas dos cosas - su compromiso religioso y su fuerte cohesión social- también les hicieron difícil cambiar al final y aprender de los inuit. O en la actualidad, Australia. Una de las cosas que permitió a Australia sobrevivir en esta remota avanzadilla de la civilización europea durante 250 años fue su identidad británica. Pero hoy en día, su compromiso con la identidad británica les sirve de poco a los australianos para adaptarse a su situación en Asia. Así que es particularmente difícil cambiar de rumbo cuando las cosas que te meten en problemas son también las que están en el origen de tu fortaleza.



14:29

¿Cuál va a ser el resultado hoy? Bueno, todos conocemos la docena de bombas con temporizador que existen en el mundo moderno. Bombas con temporizador que tienen fusibles de sólo unas décadas - todas ellas de no más de 50 años, y cualquiera de ellas puede acabar con nosotros. Las bombas con temporizador del agua del suelo, del cambio climático, de las especies invasivas, el techo fotosintético, los problemas demográficos, las toxinas, etcétera, etcétera - y así hasta cerca de una docena. Y mientras estas bombas de tiempo, ninguna de las cuales tiene un fusible mayor de 50 años, y la mayoría fusibles de sólo unas décadas... algunas de ellas en algunos lugares con fusibles mucho más cortos. Al ritmo al que vamos, Filipinas perderá todos sus bosques madereros en cinco años. Y las Islas Salomón están a sólo un año de perder su bosque maderero, que es su mayor producto de exportación. Y eso va a ser espectacular para la economía de las Salomón. La gente a menudo me pregunta: Jared, ¿cuál es la cosa más importante que necesitamos hacer sobre los problemas medioambientales del mundo? Y mi respuesta es, la cosa más importante que necesitamos hacer es olvidarnos de que haya una sola cosa más importante que necesitamos hacer. En vez de eso hay una docena de cosas, cualquiera de las cuales podría eliminarnos. Y tenemos que acertar con todas, porque si solucionamos 11, si fracasamos el solucionar la 12ª, tenemos un problema. Por ejemplo, si solucionamos nuestros problemas de agua, de suelo y de población, pero no solucionamos nuestros problemas de sustancias tóxicas, entonces estamos en problemas.

16:00

El hecho es que nuestro rumbo actual es un rumbo insostenible, lo que significa que por definición no puede mantenerse. Y el resultado se verá en tan sólo unas décadas. Eso significa que aquellos de nosotros que estamos en esta habitación menores de 50 ó 60 años veremos como se resuelven estas paradojas, y los que somos mayores de 60 puede que no veamos la resolución, pero nuestros hijos y nietos sin duda lo harán. La resolución puede presentar una de estas dos formas: o evitamos esos fusibles de tiempo insostenibles, poniéndoles remedio de una forma agradable y elegida por nosotros o esos conflictos acabarán de una forma desagradable y ajena a nuestro control - como, a través de guerras, enfermedad o hambruna. Pero lo que es seguro es que nuestro rumbo insostenible se resolverá de una u otra manera en unas pocas décadas. En otras palabras, ya que el tema de esta sesión son las opciones, tenemos una opción. ¿Significa eso que debemos sentirnos pesimistas y abrumados? Yo extraigo la conclusión opuesta.


17:10

Los grandes problemas del mundo actual no escapan en absoluto a nuestro control. Nuestra mayor amenaza no es un asteroide a punto de colisionar con nosotros, que es algo que no podemos evitar. Al contrario, todas las amenazas importantes a las que nos enfrentamos hoy en día son problemas creados completamente por nosotros. Y ya que hemos creado los problemas, también podemos resolverlos. Lo que significa que somos capaces de lidiar con estos problemas. En particular, ¿qué podemos hacer todos nosotros? Para quienes esten interesados en estas opciones, hay muchas cosas que pueden hacer. Hay muchas cosas que no entendemos y que necesitamos entender. Y hay otro montón de cosas que ya entendemos pero que no estamos haciendo y que deberíamos estar haciendo. Gracias. (Aplausos)

Colapsología

Cómo todo puede colapsar 

Un breve manual de colapsología para el uso de las generaciones presentes


¿Qué pasaría si nuestra civilización colapsara? No en varios siglos, sino en nuestra vida. Lejos de las predicciones mayas y otras escatologías milenarias, un número creciente de autores, científicos e instituciones anuncian el fin de la civilización industrial tal como ha existido durante más de dos siglos. ¿Qué debemos hacer con estas sombrías predicciones? ¿Por qué se ha vuelto tan difícil evitar tal escenario?

En este libro, Pablo Servigne y Raphaël Stevens diseccionan los resortes de un posible colapso y ofrecen una visión interdisciplinar de este tema -muy incómodo- al que denominan "colapsología". Poniendo palabras a intuiciones compartidas por muchos de nosotros, este libro devuelve inteligibilidad a los fenómenos de "crisis" que vivimos y, sobre todo, devuelve sentido a nuestro tiempo. Porque hoy la utopía ha cambiado de bando: un utópico es alguien que cree que todo puede seguir como antes. El colapso es el horizonte de nuestra generación, es el comienzo de su futuro. ¿Qué será después? Todo esto queda por pensar, imaginar y vivir...



Otro fin del mundo es posible. Experimentar el colapso, no solo sobrevivirlo

Pablo Servigne, Raphaël Stevens y Gauthier Chapelle

Ya no hace falta demostrar la situación crítica en la que se encuentra el planeta. Los colapsos ya están en marcha, mientras que otros están comenzando, lo que plantea la posibilidad de un desbocamiento global que significaría el fin del mundo tal como lo conocemos.
La elección de nuestra generación es difícil: o esperamos a soportar la peor parte de la violencia de los cataclismos que se avecinan o, para evitar algunos de ellos, damos un giro tan brusco que desencadenaría nuestro propio fin del mundo. mundo industrial.
El horizonte ahora está más allá: imaginar el futuro, mientras se prepara para vivir años de desorganización e incertidumbre. Con toda honestidad, ¿quién está listo para esto?
¿Es posible recuperarse de un diluvio de malas noticias? ¿Podemos simplemente querer sobrevivir ? ¿Cómo proyectar más allá, ver más grande y encontrar formas de vivir estos colapsos?
En esta segunda obra, después de Cómo todo puede derrumbarse , los autores muestran que un cambio de rumbo que abre nuevos horizontes pasa necesariamente por un viaje interior y un cuestionamiento radical de nuestra visión del mundo. Más allá del optimismo y el pesimismo, este camino sin marcar parte de la colapsología y conduce a lo que podría llamarse collapso sophie ...

 

Teoría del colapso: ¿es la 'colapsología' solo una fantasía sin fundamento?

Por 

Desde 2015 y con un primer best-seller, un puñado de autores del derrumbe han ganado una audiencia impresionante y conquistado a un vasto público que concientiza sobre la emergencia ecológica. Pero replican los críticos, que denuncian referencias nauseabundas y mucha fanfarronería científica.

A principios de enero de 2019, Cómo todo puede derrumbarse ascendía a la categoría de best seller, con 45.000 ejemplares vendidos de este “pequeño manual de colapsología para uso de las generaciones” (así se titula) editado en primavera de 2015 por Pablo Servigne y Raphaël Stevens, y prologado por Yves Cochet, ex ministro de Lionel Jospin, quien recientemente nos instó a tener menos hijos para limitar el desastre ecológico . 

En quatre ans, le discours apocalyptique a fait florès et le succès se matérialise en librairie, mais aussi dans les médias, où les deux auteurs sont très régulièrement invités pour évoquer la catastrophe environnementale en marche - et engager cet auditoire toujours plus nombreux à construire une Arca de Noé.

El peligro ecológico no es una gran fantasía, y es fácil suscribirse a la alarma que suena, ya que la ausencia de fuertes ambiciones en términos de políticas públicas puede dar una sensación de negligencia. Todo esto es real, empezando por el aumento de temperatura de +3° que se espera en los próximos 80 años. Y desde su primera aparición en las ondas (juntos), que data de noviembre de 2015, en el programa Ciencias del Continente ,  Pablo Servigne y Raphaël Stevens sin duda no tienen ningún mérito en haber propagado la cuestión de la emergencia ambiental entre una renovada y seguramente público ampliado.

57 minutos

Sin embargo, el posicionamiento de los principales defensores de esta vena “colapsológica” ( “to colapso” significa “colapsar” , en inglés), sus referencias, y sencillamente desde dónde hablan, empiezan a generar interrogantes, incluso si su la voz sigue siendo más escuchada. Incluso están comenzando a aparecer varias reseñas, a medida que su audiencia también crece.

Durante su aparición en el programa Cuestiones para pensar en Francia Cultura, el 25 de diciembre de 2018, Servigne se consideró "un catastrofista razonado" - " Estamos ciegos y sordos a los gritos que nos lanza la naturaleza", arengó quien acababa de exit Otro fin del mundo es posible (subtítulo: “Cómo vivir el derrumbe y no solo sobrevivir a él” ).




43 minutos

En el sitio de Seuil , el editor de Servigne y Stevens durante cuatro años, Cómo todo puede colapsar se detalla a continuación:

¿Qué pasaría si nuestra civilización colapsara? No en varios siglos, sino en nuestra vida. Lejos de las predicciones mayas y otras escatologías milenarias, un número creciente de autores, científicos e instituciones anuncian el fin de la civilización industrial tal como ha existido durante más de dos siglos. ¿Qué debemos hacer con estas sombrías predicciones? ¿Por qué se ha vuelto tan difícil evitar tal escenario?

Servigne se presenta como “ingeniero agrónomo y doctor en biología” pero también “especialista en cuestiones de derrumbe” (del que él mismo es uno de los principales contratistas); Stevens es “ecoasesor” , “experto en resiliencia de sistemas socioecológicos, cofundador de la consultora Greenloop ” . Pero sobre todo, su aportación avanza como “un repaso interdisciplinar a este tema -muy incómodo- al que llaman “colapsología”  :

Poniendo palabras a intuiciones compartidas por muchos de nosotros, este libro devuelve inteligibilidad a los fenómenos de "crisis" que vivimos y, sobre todo, devuelve sentido a nuestro tiempo. Porque hoy la utopía ha cambiado de bando: un utópico es alguien que cree que todo puede seguir como antes. El colapso es el horizonte de nuestra generación, es el comienzo de su futuro. ¿Qué será después? Todo esto queda por pensar, imaginar y vivir...



58 minutos


Al recibir a Pablo Servigne a mediados de marzo de 2019 en vivo desde el Salon du livre, el programa Politique! Recordó que la literatura había sido rica durante mucho tiempo en escenarios de desastre y Hervé Gardette, por ejemplo, volvió a poner en la silla de montar a René Barjavel , quien antes de Mad Max escribió en 1943 en su distopía Ravage :

Todo esto, dice, es culpa nuestra. Los hombres liberaron las terribles fuerzas que la naturaleza había encerrado cuidadosamente. Se creían maestros en ello. Lo llamaron Progreso. Es un progreso acelerado hacia la muerte. Usan estas fuerzas durante algún tiempo para construir, luego un buen día, porque los hombres son hombres, es decir, seres en los que el mal domina al bien, porque el progreso moral de estos hombres está lejos de haber sido tan rápido como el progreso de sus la ciencia, la vuelven hacia la destrucción.



29 minutos




Pero la "colapsología" no se distribuye en los departamentos de literatura. Le Seuil publica ahora a Servigne y Stevens (hoy asociado con Gauthier Chapelle, “ingeniero agrónomo, portavoz y pionero del concepto de biomímesis en Europa” ) en su colección “Essais”, sección “Antropoceno”. En France Culture, en diciembre , Servigne reclamó en particular a Bruno Latour, luego al antropólogo Philippe Descola, para estructurar sus comentarios que (re) a menudo reconcilian anglicismos y conceptos clásicos, neolengua y referencias intelectuales. Pero esta observación choca, en particular porque pretende asociar pell-mell ( "a granel", más bien dicen sus oponentes) conocimientos académicos en biología e intuiciones, mandatos pragmáticos y consideraciones referenciadas sobre la naturaleza, recomendaciones científicamente situadas e imaginación.

Es esta mezcla de géneros, así como el sustrato ideológico subyacente, lo que denunciaron recientemente tres posiciones críticas:

1. Un discurso fantasioso "que es más profético que científico" 

En Los primeros días de la inhumanidad, que publica este mes de marzo Hors d'accès , Jacques Bouveresse vuelve a Karl Kraus , el escritor austriaco de principios del siglo XX (es decir, la agonía del Imperio austrohúngaro de los Habsburgo ). Ante el estancamiento de una guerra en la que (aunque era un admirador de Nietzsche) nunca encontró la menor virtud, Kraus había cometido entre 1915 y 1919 Los últimos días de la humanidad.  Kraus definió este artículo de 792 páginas (disponible desde 2005 en francés en Agone ) como “una tragedia documental” que “se descompone en otras tantas imágenes de la humanidad en descomposición” .



5 minutos



Kraus murió en 1936, justo después del ascenso del nazismo. El escritor-periodista había visto lo que pronosticó de derrota para la humanidad - "el lobo" , escribió Kraus, en quien la socialdemocracia se adentra en el bosque "a recoger flores" sin cuidarse de protegerse-. Incluso de lo "peor se vuelve casi seguro" . 

Es a esta visión de un derrumbe moral, que se produce sin suspenso y que, sin embargo, no queremos ver venir, a la que vuelve Bouveresse, precisamente cuando la literatura del derrumbe nunca ha sido tan prolífica.


Mientras Pablo Servigne deplora hoy que “todavía no creemos lo que sabemos” , Bouveresse ya reivindicó la sátira hace veinte años para revelar “la noche que se avecina y la pesadilla que se avecina”.Pero el segundo está en una línea muy diferente del primero, que se basa en el lado de la historia y la filosofía política. Este libro de Jacques Bouveresse va seguido de una entrevista con Marie Hermann, la editora, y Sylvain Laurens, sociólogo y miembro del comité editorial de la editorial. El filósofo vuelve a la visión apocalíptica que efectivamente se está gestando en Kraus a través de la violencia que ya brota y que pronto explotará definitivamente en la sociedad, especialmente con el Tercer Reich. Compara esta visión del apocalipsis con el discurso “colapsológico” hoy en la proa:

Lo que me llama la atención, al escuchar estos discursos contemporáneos, es la sensación de que estamos en una encrucijada y que tenemos que elegir entre dos actitudes. O bien decirnos que debemos absolutamente hacer todo lo posible para evitar que se produzca este colapso, y dejar de pensar en otra cosa: hacer todo lo que dependa de nosotros para que no se produzca. O hay quienes dicen “de todos modos pasará” y para quienes la única actitud adecuada es prepararse ahora y empezar a adaptarse. ¿Significa eso que debemos volver a vivir como en sociedades de cazadores y recolectores? Hay gente que parece tomárselo muy en serio. Mi tendencia, personalmente, es adoptar más bien la actitud del primer tipo: "


 

Como Servigne que lo afirma, Bouveresse no es, sin embargo, un destructor de la imaginación, de la que hizo mucho Kraus, el que había vaticinado el hundimiento del Titanic y que decía por ejemplo “Shakespeare ya lo sabía todo” . Pero es esta forma de aprobación científica de una intuición de colapso lo que "exaspera" a Bouveresse.

Porque Servigne y Stevens definen su enfoque de la siguiente manera (en How Everything Can Collapse) :

La colapsología es el ejercicio transdisciplinario de estudiar el colapso de nuestra civilización industrial y lo que podría sucederle, basado en los dos modos cognitivos de la razón y la intuición y en el trabajo científico reconocido. .

Pero para Jacques Bouveresse, nada es menos cierto que la dimensión científica de la cosa:

En cuanto a colapsología, es un término que me exaspera. Cuando acuñas una palabra con la terminación -logía quieres dar la impresión de que se trata de algo más o menos científico; y, según tengo entendido, hay personas que pretenden hacer este tipo de cosas científicamente. Soy escéptico: aunque pueden basarse inicialmente en datos recopilados seriamente, estos discursos me parecen más proféticos que científicos. En términos generales, el catastrofismo es una forma de pensar que me es completamente ajena. Lo único que me importa, una vez más, es intentar hacer lo que dependa de nosotros para que no pase lo peor.


Más información: 



34 minutos

2. Una declaración "reaccionaria" que despolitiza la ecología

A fuerza de ser invitados a subir en un arca de Noé providencial, ¿no nos quedamos simplemente con los brazos colgando? Esta es otra crítica, abordada, ésta, más bien desde un ángulo comprometido, ya menudo marxista. La cuestión planteada por estos oponentes es la de la fosilización: sí, Servigne y sus coautores han señalado a menudo la crisis del capitalismo, y también su responsabilidad en el colapso ecológico en curso. Sin embargo, ¿su visión post-apocalíptica tiene por buena una emancipación?

Historiador de la ciencia, la tecnología y el medio ambiente, Jean-Baptiste Fressoz publicó una esclarecedora columna en Liberation en noviembre de 2018 , para resituar la “colapsología” en una historia de las ideas a la que no es impermeable.

Para el historiador, al denominar erróneamente lo que se ha impuesto como “el pensamiento del derrumbe” , se ha añadido confusión (y quizás aire) a un objeto que no deja de ser no menos urgente para pensar. Y hemos elegido mirar el desastre ecológico a través de un prisma del que podríamos haber prescindido. Así, debido a que “se originan en las élites industriales y colonizadoras del siglo XIX” , las teorías del colapso “despolitizan la cuestión ecológica” además de transmitir una historia “repugnante” para Fressoz: 

  • En Francia, fueron las élites liberales nacidas de la Revolución Francesa quienes reprimieron el uso común de la naturaleza (el bosque por ejemplo) en nombre de un supuesto colapso, luego el economista orleanista y xenófobo Paul Leroy-Beaulieu quien apoyó el proyecto colonial ( y el saqueo que lo acompaña) desde el colapso europeo que se anunciaría
  • En Inglaterra, fue Malthus quien sugirió cortar la ayuda a los pobres para evitar que proliferaran, antes de que, en la década de 1990, los neomalthusianos y los neoconservadores se turnaran para agitar la cuestión ecológica para estimular algunos apetitos imperialistas del Pentágono estadounidense o incluso alimentando “fantasías racistas de hordas marrones de refugiados climáticos” , escribe Jean-Baptiste Fressoz, invitado de Concordance des temps el 14 de noviembre de 2015 para evocar “el fin del mundo a través de la ciencia: génesis de una angustia”:





59 minutos


3. Una "chuchería ideológica de alto perfil"



En la web de la revista Contretemps del 6 de marzo de 

2019 , el ingeniero agrónomo Daniel Tanuro va un paso más allá con su reseña de las últimas Servigne/Chapelle/Stevens, Otro fin del mundo es posible. Vive el colapso y no solo sobrevive .

El autor (en 2012, en La Découverte) de El capitalismo verde imposible también moviliza las referencias ideológicas de los teóricos del colapso. Para denunciar mejor “un vistoso cachivache ideológico” que “podría provocar una sonrisa si no hubiera también personalidades tan desprestigiadas como Mircea Eliade y –¡en primer plano! – Carl Gustav Jung” - “o 'desagradable' aquí, desafortunadamente, es un eufemismo…” , chilla Tanuro.

Nacido en 1907 en Bucarest y muerto en 1986 en Chicago, el exiliado rumano era relativamente desconocido para el público en general, hasta que la "colapsología" lo desenterró más ampliamente. En France Culture, se le presenta con mayor frecuencia como "un historiador de las religiones" , autor en particular del ensayo Lo sagrado y lo profano (en 1957, traducido por Gallimard en 1965 ). En Contretemps , Daniel Tanuro descifra su ramificación incluso en obras populares recientes sobre el derrumbe:

Teórica de las religiones y los mitos, la rumana Eliade fue miembro antes de la guerra del partido fascista y antisemita "la guardia de hierro". ¿Error juvenil? No: después de la guerra, Eliade repitió su admiración por varias personalidades de extrema derecha. Teniendo en cuenta el tema que nos ocupa, subrayemos que prestó su apoyo a Alain de Benoist durante la fundación del GRECE (Grupo de investigación y estudio para la civilización europea, también llamado Nueva Derecha). Sin embargo, de Benoist es uno de los autores que posteriormente intentó formular una ecología política de extrema derecha.

En cuanto a Jung, un psiquiatra suizo, no militó activamente en las filas nazis. Sin embargo, también en él, que por ejemplo asistió sin inmutarse a un elogio de Mein Kampf del primo de Goering en un congreso internacional de psiquiatría, Tanuro señala una influencia nauseabunda:

Colaboró ​​con los nazis desde 1933 hasta 1939. Después de la guerra, Jung afirmó haber actuado para ayudar a sus compañeros judíos alemanes a continuar con su actividad profesional. Sin embargo, el antisemitismo del psiquiatra suizo es innegable. Sus inclinaciones fascistoides también resurgieron indirectamente en 1960: en ese momento, prologó con elogios un libro del místico neonazi Miguel Serrano, un chileno que vio en Hitler un avatar de Wotan y Vishnu, prometió regresar para salvar el mundo. …

Tanuro leyó Otro fin del mundo (publicado en 2018) a la luz de esta referencia a Jung, “designado como una referencia central” : “La tercera parte del libro, que los autores dicen que es “esencial” constantemente se refiere a su obra. , en particular a la muy discutida noción de arquetipos”.


Mientras Jung apostaba por el fin de la represión de las raíces primitivas supuestamente sinónimo de vitalidad y sencillamente de futuro, Tanuro todavía frena esto en su enérgica crítica:

En Otro fin del mundo , los colapsólogos no se contentan con volver a caer en la rutina psicologizante y fatalista de su primera obra: cavan esa rutina tan profundamente que se deslizan en una cueva. Una cueva arcaica en la que nos invitan a unirnos a ellos para "re-salvajizarnos" "bailando con nuestras sombras", para "vivir con todos los aspectos de nuestra vida que nos parecen inaceptables". Ya no se trata simplemente de "duelo" sino de "reconectar con nuestras raíces profundas". Estos no son otros que "los arquetipos en el sentido definido por Jung, es decir, símbolos primitivos, universales, pertenecientes al inconsciente colectivo, una forma de representaciones preestablecidas (sic) que estructuran la psique".

Los primeros días de la inhumanidad

 Los medios de comunicación más poderosos y modernos ofrecen a la mentira, ahora “mecanizada”, posibilidades susceptibles de volverla casi irresistible. Las palabras son más capaces que nunca de convertirse en armas letales, con un poder destructivo casi ilimitado. Durante los años de guerra, las plumas se mojaban en sangre y las espadas en tinta.


Desde Los últimos días de la humanidad (1922) hasta La tercera noche de Walpurgis (1933), el escritor y satírico austriaco Karl Kraus no ha dejado de desmantelar técnicas destinadas a apoderarse de las mentes para aplastar y destruir a la humanidad. El filósofo Jacques Bouveresse vuelve aquí a sus análisis para confrontarlos con el mundo actual. Una propaganda basada en la emoción y la destrucción del intelecto, por la que se aumenta la tolerancia del pueblo a la mentira y la brutalidad, acusa a sus adversarios de las atrocidades que comete y hace creer a sus votantes en una venganza social que en realidad no es nada. más que una destrucción de la democracia: esto no deja de tener resonancia con el comportamiento de ciertos líderes contemporáneos.

El imposible capitalismo verde 

Daniel Tanuro

Por un lado, 3 mil millones de personas viven en condiciones indignas de la humanidad. 

Educación, salud, energía, agua, alimentación, movilidad, vivienda: individualmente sus necesidades son modestas pero, en conjunto, son enormes. ¿Cómo satisfacerlos sin aumentar la producción? Por otra parte, doscientos años de productivismo han llevado al sistema climático al borde del infarto. La realidad nos obliga a reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Así que la producción material. ¿Cómo estabilizar el clima satisfaciendo el legítimo derecho al desarrollo de quienes no tienen nada, o muy poco… y que son al mismo tiempo las principales víctimas del calentamiento global? Es el rompecabezas del siglo.
En este libro, Daniel Tanuro propone conciliar la ecología y el proyecto socialista, porque el capitalismo no podrá resolver nada. Si no somos capaces de articular luchas sociales y ecológicas, el capitalismo provocará catástrofes humanas y ambientales a gran escala. ¿Qué errores han cometido los que se dicen socialistas para que esta articulación parezca hoy tan difícil?

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Yves Cochet: para salvar el planeta, debemos "limitar nuestros nacimientos" y "acoger mejor a los migrantes"

En una entrevista con L'Obs, el exministro de Medio Ambiente, Yves Cochet, propone medidas para fomentar menos niños con el fin de limitar el costo ecológico de la población y poder acoger a más inmigrantes. Una solución de choque para este defensor del decrecimiento, que hace reaccionar.


« Renversons notre politique d'incitation à la natalité ! » Dans un entretien remarqué au magazine L'Obs date du 3 janvier, Yves Cochet dévoile des solutions radicales pour sauver la planète face au dérèglement climatique . Propongo des mesures pour « faire moins d'enfants » et « mieux accueillir les migrant qui frappent à nos portes » para limitar el impacto ecológico de una población mondiale toujours plus nombreuse.


En concreto, el exministro de Medio Ambiente de Lionel Jospin, propone “revertir la lógica de las asignaciones familiares”  : “Cuantos más hijos tienes, más disminuyen tus asignaciones hasta desaparecer a partir del tercer nacimiento. Y para añadir: “No tener un hijo adicional es el primer gesto ecológico. »


Reducir la presión demográfica

Yves Cochet, que dirige el  think tank “Momentum” dedicado a las “transiciones necesarias para amortiguar el choque social del Antropoceno”, asegura que el crecimiento de la población tiene un impacto significativo en el cambio climático. Este exprofesor de matemáticas se basa en la "ecuación de Kaya" (llamada así por un economista japonés), según la cual nuestro impacto ambiental se puede resumir en I = PAT. “Para cuantificar el efecto de nuestras actividades en el planeta (I), debemos tener en cuenta la riqueza de una población (A), la tecnología que utiliza para producir energía y bienes (T), pero también su tamaño (P)… Por supuesto, podemos actuar sobre los factores de "riqueza" y "tecnología" ., pero también tenemos que tener en cuenta la demografía. Sin embargo, es una perogrullada decirlo: para reducir el número de habitantes en la Tierra, es necesario tener menos hijos. »



Este seguidor de la teoría del colapso de nuestras sociedades asume una "opción política" , asegurando que debemos "dejar de multiplicarnos y llenar la Tierra" , en contra del mandato bíblico para el crecimiento de la población humana.


Los países ricos deben predicar con el ejemplo

Sin embargo, se defiende de ser “racista o elitista” y especifica: “No estoy apuntando a los países más pobres, que tienen más niños que los demás. Al contrario. Los países ricos son los primeros en tener que decrecer demográficamente. Y añade que limitar los nacimientos nos permitiría "acoger mejor a los migrantes que llaman a nuestras puertas" .


Una postura que provocó una reacción en la clase política, como la del diputado Les Républicains Éric Ciotti, que fustigó en Twitter "delirios delirantes" y deploró que "esta visión de cierta izquierda sea la del suicidio organizado de 'una civilización' .





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Karl Kraus y su particular visión de la guerra

El escritor austríaco, Karl Kraus (1874-1936) fue el único que se atrevió a acometer la ingente tarea de presentar al público en vivo su visión particular de la guerra, o mejor dicho, de las circunstancias adyacentes a la guerra, y lo hizo desde la que fuera acaso la única perspectiva posible: la sátira, el esperpento. Los últimos días de la Humanidad (1922) es el resultado de la lucha que Kraus mantuvo contra la amnesia general que siguió –incluso dentro del mundo artístico- a la derrota austríaca y alemana en la Primera Guerra Mundial.

En puridad, Los últimos días de la Humanidad no es una obra teatral, sino que fue pensada como la dramatización de una serie de situaciones, todas grotescas, que Kraus exponía en conferencias con las que recorría todo el país, denunciando a aquellos que habían provocado la desintegración del Imperio y la muerte de millones de personas por intereses propios. Sólo después de unos años Kraus accedió a componer una versión escénica de todos aquellos textos para que el público en general comprendiera, siquiera en parte, su tarea moral de barrer la porquería ante la propia puerta de sus conciudadanos.

La obra ha sido representada en pocas ocasiones (en su tiempo no se llegó a hacer) porque supone un desafío difícil de superar para cualquier director teatral. Baste decir que la obra (de unas 4 horas de duración) consta de 5 actos, desarrollados en 86 escenas diferentes entre ellas en cuanto a su longitud, características y desarrollo, protagonizadas por cientos de personajes que se presentan como arquetipos de toda clase de sinvergüenzas, imbéciles y aprovechados que proyectaron, pulularon y se beneficiaron de la guerra.

Kraus mantuvo siempre que ésta era una obra para ser leída, porque era la única forma de ser comprendida con los mismos sentidos que pone el escritor al concebirla: el que lee, piensa, ve y oye, y recibe la vivencia en la misma trinidad en que el artista dio la obra.


Como lector, pienso que Kraus tenía razón: las imágenes interpuestas pueden estorbar a la imaginación. De hecho, yo he interpretado el texto como un diálogo inconexo, lleno de ruido de fondo, burlesco y satírico, de unos personajes que se asemejan a grotescas marionetas de colores chillones que a su vez sostienen (metafóricamente) guiñapos en sus manos, las mujeres y los hombres que realmente sufrieron la guerra. Mientras estaba leyendo, tenía en todo momento presente la serie de cuadros que el alemán George Grosz pintó como resultado de su experiencia en la Gran Guerra. Particularmente, he recordado esa excelente obra radical que es Eclipse de sol, sus tonos vivos, su deforme composición y las palabras que el propio Grosz escribió para describir el cuadro: Como los políticos parecen haber perdido la cabeza, el ejército y los capitalistas dictan lo que se tiene que hacer. El pueblo, representado por un burro ciego, simplemente come lo que le ponen delante:


Como es natural, esta interpretación es radicalmente subjetiva, por lo que animo a la lectura de este libro inclasificable y único para tener una visión propia de lo que, con mis palabras, no es más que un acercamiento sucinto a la esencia del texto.

Centrándonos en la obra, diremos que mantiene durante toda su extensión un tono cómico rayano en la caricatura (de ahí mi recuerdo de Grosz). Kraus era un inquieto intelectual preocupado por su tiempo, y no creo que ignorara la importancia que el filósofo inglés Henri Bergson concedía a la risa.


La obra en muchos instantes, y gracias a unos diálogos chispeantes y malévolos, produce sin dificultad la carcajada. Por ejemplo, cuando un sacerdote protestante desde el púlpito intenta aclarar que Jesús cuando dijo aquello de “¡Amad a vuestros enemigos!”, sólo se refería al trato con los individuos, pero no a las relaciones entre los pueblos; o cuando en el Prater de Viena se representa una escena de una trinchera de lo más cómoda y lujosa, y el empresario encargado del espectáculo pide al archiduque Carlos Francisco José que la inaugure con su excelsa presencia.

Así, Kraus demuestra que la mejor forma de entender lo ininteligible es corrigiendo la inflexibilidad de los marcos sociales: la rigidez en cualquier proceder humano, como dice Bergson, resulta hilarante porque da testimonio de un intelecto engreído del que bien vale la pena mofarse. Los personajes de Kraus, como casi todos los personajes cómicos, adolecen de una enorme vanidad, de una soberbia que los hace insociables y permiten una distancia con el público que es suficiente como para hacerlo reír.

De esta manera, podemos digerir al tendero de la esquina que sube continuamente los precios, al patriota que desde la cómoda retaguardia exige el sacrificio humano por el honor del Estado, el general que toma grandes decisiones mientras se preocupa de salir resaltado en una fotografía respecto a los demás oficiales, al estraperlista que abusa de la necesidad de los demás, al burócrata militar que saca a relucir normas y más normas, secciones, capítulos y artículos para impedir que un joven pueda quedar exento de la guerra, a la señora de descanso en el balneario que se lamenta que sus dos preciados hijos hayan sido declarados inútiles para la guerra, entre otras cosas porque uno es una niña…. Y como una letanía, los personajes vuelven a aparecer de otras maneras y diciendo otras cosas contradictorias respecto a las que dijeron unas escenas antes pero no por ello menos absurdas…

Esos personajes eran personas reconocibles en la Viena de aquel tiempo y sus discursos se referían a sucesos que habían ocurrido y aún permanecían en la memoria de todos. En el modo de describir y pintar las situaciones, Kraus utiliza una sutil forma de crueldad para hacernos ver nuestro propio absurdo: una risotada no será un remedio para la estupidez pero sí puede ser una herramienta para moderarla y de vez en cuando burlarla. Citando de nuevo a Bergson, la risa requiere una «anestesia momentánea del corazón», es decir, una ausencia de sentimientos. Para reír, es necesario olvidar momentáneamente el afecto, la compasión, la tristeza, y distanciarnos emocionalmente de la situación cómica. De ahí que Kraus mantuviera durante muchos años en forma de conferencia sus textos, sólo leídos por él y además de una forma muy especial, poniendo los acentos donde no correspondían y enfatizando frases que desentonaban con el resto.


Posiblemente, Los últimos días de la Humanidad sea una obra irrepresentable, aunque se haya hecho, pero precisamente por ello merece la pena leerla con la imaginación suficiente para ponerla en un escenario y adornarlo con la fantasía de cada uno según su capricho, que es lo que está pidiendo a gritos este texto que abarca con su independencia y su estrafalaria grandeza todos los aspectos que, interior o exteriormente, aparecen y mantienen cualquier guerra.





Educación ecosocial prefigurativa (frente al colapso medioambiental y civilizacional)

ADOLFO ESTRELLA


 2022-09-15  ACTIO/DESTACADO/REFLEXIO


En este artículo esbozamos la propuesta de una Educación Ecosocial Prefigurativa que se corresponda, aquí y ahora, con las exigencias y urgencias que plantea el estado de colapso al que, de manera más o menos inminente, nos enfrentamos como especie y como civilización humana.

Según muchos datos científicos disponibles estamos viviendo y sufriendo los inicios, ya avanzados, de un desequilibrio sistémico total en nuestro planeta. Un momento de tránsito hacia un estado desconocido. Una espiral de transformaciones no predecibles que impacta tanto en la naturaleza como en la sociedad. “Disponemos de las evidencias científicas y de las señales visibles y obvias que anuncian que la especie humana, a través de un modelo productivo depredador, ha alterado las condiciones de posibilidad de todas las formas de vida, no sólo de la propia. Estamos experimentando de manera acelerada un desequilibrio sistémico generalizado. Tanto la vida social como la vida de la naturaleza han entrado en un bucle de transformaciones impredecibles”, afirmaba Paolo Cacciari hace algunos unos años.

La hipótesis colapso es, entonces, una hipótesis razonable. El colapso es una distopía, es decir, algo no deseado pero probable, a la cual no tenemos una utopía, algo deseado, pero poco probable, que oponerle. Nuestra época se caracteriza por el agotamiento de la imaginación utópica por parte de las fuerzas que tradicionalmente la encarnaban, es decir, las izquierdas. Malos tiempos son estos donde las distopías son más fuertes que las utopías. Pero es lo que hay. ¿Podemos construir, no obstante, algún espacio utópico en los amplios territorios distópicos, sin recurrir, por supuesto, a la manida esperanza, imprecisa, desmovilizadora y buenista? Esta es la apuesta de una Educación ecosocial prefigurativa: situarse en los débiles intersticios utópicos que deja la fuerte realidad distópica e imaginar formas educativas activas, participativas, que contribuyan a un mejor ajuste al descalabro que viene.

Proponemos una Educación Ecosocial prefigurativa, definida más abajo, que sitúe sus objetivos mucho más allá de la toma de “conciencia ambiental”, del “conocimiento ecológico” o del desarrollo de “actitudes, valores y compromisos para acciones y responsabilidades éticas para el uso racional de los recursos, con el propósito de lograr un desarrollo adecuado y sustentable” (UNESCO). Mucho más allá de “una educación moral y de un consumismo ilustrado”, según la definición de Roy Scranton. Esto es importante, pero insuficiente: debemos conectarlos y enriquecerlos con el aprendizaje y creación de modos de supervivencia comunitaria pensando en escenarios, más o menos próximos, inhóspitos biológica y culturalmente.



La tarea de una educación ecosocial, en el contexto del colapso, es participar en la transformación de las urgencias ecológicas en urgencias sociopolíticas. Es importante transitar desde individuos informados a comunidades actuantes. La Educación Ecosocial la entendemos como una herramienta de resiliencia y resistencia comunitaria en un momento histórico donde las luchas por la emancipación coinciden con las luchas por la supervivencia. Proponemos una educación que nos ayude a sobrevivir, física y espiritualmente. Necesitamos aprendizajes y, sobre todo, prácticas transformadoras autónomas y colectivas que pre-figuren, es decir, imaginen y anticipen los muchos desastres, actuales y por venir y los modos colectivos de enfrentarlos. Una prefiguración que, por supuesto, reconozca y valore, la memoria histórica de las comunidades.
La educación ecosocial así concebida, debe tener una identidad pedagógico/didáctica distintiva. Nosotros proponemos que se asiente en una Pedagogía de lo Común, que abocetaremos más abajo. No se trata sólo de la elaboración detallada de contenidos ecosociales sino de proponer modos y maneras específicas para desplegar estos nuevos contenidos en un nuevo tipo de aula y escuela, cuyos diseños específicos en este texto no podemos abordar. La educación ecosocial que propugnamos deberá pronunciarse acerca de la forma escuela y de la forma aula en un horizonte de colapso como el que estamos avizorando. Esto transformará lo escolar y cuestionará las distinciones entre lo informal y lo formal, entre la educación en la familia y la educación en la escuela, entre la educación intramuros y la educación extramuros etc.

Está claro que tanto los contenidos como las estructuras de enseñanza y aprendizaje deben ser pensados para situaciones de desestabilización prolongada, en muchos casos en el contexto de economías de guerra, con debilitamiento de las redes de suministro habituales e incluso, por escasez energética y previsiblemente con la desaparición o reducción significativa de las formas digitales de enseñanza actualmente en uso. Una educación enfrentada al colapso ecológico y civilizacional debe partir de escenarios muy diferentes a los actuales donde la idea de educación expandida, en cualquier lugar y en todo momento y realizada en muchos casos por los cualquiera alcanzará mayor relevancia por la fuerza de los hechos.

En situaciones como éstas la misma idea de transmisión, quedará en entredicho porque una gran parte de los saberes y destrezas necesarias para enfrentar lo nuevo serán necesariamente una combinación de restos de los antiguos modos y contenidos educativos con otros emergentes, derivados de una casuística muy compleja, imposible de delinear desde aquí.


Según nuestra propuesta una educación ecosocial, deber ser: a) para la supervivencia; b) prefigurativa; c) expandida; d) exaptativa; e) comunitaria; f) basada en una Pedagogía de lo Común.

a) Para la supervivencia
Dice el educador Erik Assadourian «Puesto que aprender es algo natural para los seres vivos y aumenta sus probabilidades de seguir con vida puede que la función más importante de la educación sea facilitar la supervivencia, tanto para el individuo que aprende como para el grupo social (y la especie) a la que pertenece”. Hasta antes de la intensa y extensa división social y técnica del trabajo en el capitalismo industrial y la vinculación de la educación con el sistema productivo y el mercado, la educación, siempre fue para la supervivencia, es decir, para la vida, como no podía ser de otra manera.

Pueblos y culturas siempre han necesitado que sus miembros individuales y colectivos posean las herramientas, materiales, simbólicas y conductuales, para sobrevivir en sus contextos de vida particulares. La soberanía alimentaria y culinaria, los oficios, los saberes prácticos han sido en la mayor parte de la historia de la humanidad lo que había, necesariamente, que transmitir, expandir y perfeccionar. El intercambio de objetos y muchos otros elementos culturales, se hacía siempre desde una posición de autonomía con mayor o menor capacidad de autosuficiencia. Pueblos y culturas tenían la aptitud para vivir y sobrevivir en base a sus propios recursos locales disponibles, a su capacidad técnica de procesarlos e intercambiar sus excedentes. Tiempos austeros y, en muchos casos de miseria y necesidades, pero no necesariamente peores, porque al menos no contenían la destrucción inminente de nuestros tiempos.

El industrialismo primero y el consumismo y el digitalismo después, ofrecieron un aumento de los satisfactores disponibles, según la terminología Manfred Max Neef, conectando el sistema productivo con los deseos y no con las necesidades, extendiendo sin límites la división social y técnica del trabajo. El resultado es que somos ahora individuos y grupos con muy poca autonomía y capacidad para satisfacer por nosotros mismos incluso nuestros requerimientos más básicos. Dependemos, excesivamente, individual y colectivamente, de las funciones y objetos aportados por otros. No sabemos cultivar nuestros propios alimentos, hacer nuestra propia vestimenta, viajar con nuestra propia fuerza motriz, etc. Para cada una de estas tareas dependemos de objetos, servicios o prótesis tecnológicas de las que otros disponen. Cualquier alteración en su disponibilidad nos deja precarios y vulnerados.

Una educación ecosocial, horizontal y participativa, debería, por lo tanto, desarrollar contenidos y prácticas que nos haga menos vulnerables a la restricción de satisfactores, que será uno de los efectos más probables del colapso. En un contexto de reducción de la división social y técnica del trabajo una educación ecosocial como la planteada debería servirnos para construir y reconstruir vínculos de solidaridad en espacios cada vez más autosuficientes y colaborativos. Recordemos que la división del trabajo es una cuestión técnica, de eficacia y eficiencia, mientras que la colaboración es una cuestión ética, de autocuidado y cuidado desde lo común.

b) Prefigurativa y prospectiva

La prefiguración es una práctica de imaginación colectiva, aquí y ahora, de escenarios sociales futuros que sirvan para guiar la acción presente. La pre-figuración anarquista en política hablaba de comenzar a construir aquí y ahora la sociedad deseada, de imaginar posibilidades sociales y construirlas ahora, viviendo el presente como se desea el futuro, relacionando los movimientos de oposición con los movimientos de construcción. Esto implicaba la autoorganización social y la democracia participativa, desarrollando redes de producción y consumo en entornos con vínculos horizontales, solidarios y federados. Todos estos elementos pueden ser recuperados por la educación ecosocial prefigurativa.



La educación ecosocial debe ser parte de los mecanismos colectivos que traten de aumentar la probabilidad de que no se realicen los escenarios distópicos (lo probable pero no deseable) y de aumentar la probabilidad de que se realicen los escenarios utópicos (lo deseable pero poco probable). En cada circunstancia social, en cada momento histórico, en cada espacio geográfico los escenarios serán utópicos y/o distópicos dependiendo de las variables consideradas, del estado del colapso y de los proyectos en marcha de los actores.

Imaginar escenarios posibles aporta a la educación ecosocial un principio de realidad, mecanismo eficaz para convocar voluntades actuantes en el presente frente a futuribles no deseados. Dice Michel Godet que la construcción de escenarios, técnica central de la Prospectiva, es una reflexión colectiva para iluminar la acción presente con la luz de los futuros posibles, utópicos o distópicos agregaríamos nosotros. Un escenario no es la realidad futura sino un medio de representación de esa realidad, para mejorar la compresión de la acción actual y poder elegir los caminos que pueden conducir a un futuro no-peor. La prefiguración permite a los grupos que participan en una dinámica de educación ecosocial crear visiones compartidas de situaciones que les conciernen vitalmente y adecuar los saberes y prácticas a sus exigencias de transformación. Por ejemplo, un escenario de restricciones de agua en el corto plazo permite a las comunidades, de modo asambleario y participativo, imaginar acciones de mitigación y ajuste frente a esas realidades de escasez.


FUHEM Ecosocial
Desde hace años sabemos que la educación ha salido de los marcos restringidos de los tiempos y espacios de la escuela. “¿Y si la educación ocurriera en cualquier momento y en cualquier lugar?” se preguntaban hace algunos años los pensadores y activistas de ZEMOS98. Las tecnologías digitales y otros factores como la ampliación de los emisores educativos estaban y están propiciando muchos fuera de lugar espacio más allá de los muros de las instituciones educativas que rompen la identificación entre la escolarización y la educación. En situaciones de indudable debilitamiento de las instituciones de educación, y con ello de la uniformidad educativa, se hará imprescindible el diseño, construcción y apropiación de nuevos lugares donde desarrollar las prácticas pedagógicas. Las plazas, los lugares de trabajo, las asociaciones de vecinos, las instituciones educativas, los bosques, los desiertos, los huertos urbanos y rurales, los talleres de oficios, los sindicatos, las casas, los patios, los comedores solidarios… son y serán lugares y tiempos propicios para ejercer la educación ecosocial, intramuros y extramuros, cobijada y a la intemperie.
Pero, junto con el espacio y el tiempo, la expansión también se referirá a los sujetos de la educación, es decir, a la ampliación de los actores o protagonistas de esta educación prefigurativa que ahora serán los cualquiera, los autoconvocados y convocantes a crear espacios y momentos de difusión de saberes resilientes a partir de sus propios diagnósticos y necesidades.


d) Exaptativa
Los paleontólogos Stephen Jay Gould y Elisabeth Vbra (1982) acuñaron el término aptación que define dos formas de ajuste de una estructura biológica al entorno: adaptación y exaptación. La adaptación tiene que ver con “grandes procesos históricos de cambio o creaciones para funciones definitivas que están diseñadas específicamente para la tarea que desempeñan”. Gould y Vbra propusieron introducir el término exaptación para dar cuenta de funciones que mejoran el actual ajuste de una estructura independientemente de su origen histórico. Una exaptación es “una característica cuyo origen no puede ser atribuido a la acción directa de la selección natural”. Se trata de funciones nuevas para estructuras preexistentes, o en términos de Gould & Vbra “son aptos para su actual papel, pero no fueron diseñados para ello”. Los rasgos exaptados desarrollan una nueva vida en un contexto distinto al original. El caso más citado es el de las plumas del fósil jurásico Archaeopteryx que originalmente tenían una función de regulación térmica y después cumplirían una importante función para el vuelo.

Sin embargo, el concepto de exaptación ha tenido una suerte irregular en el campo de la biología evolutiva y no ha concitado consensos. Pero, en disciplinas como la historia de la tecnología, la arqueología, la arquitectura y otras más, el concepto ha sido exitoso. Se considera exaptación, por ejemplo, la imprenta que diseñó Gutemberg a partir de diversas piezas incluyendo una prensa de madera originalmente usada en la fabricación de vino y que adquiere una nueva función cultural. La reutilización en arqueología se refiere al aprovechamiento de carnes por parte de los homínidos y humanos, cazado por otros animales, pero también, se refiere al uso de piezas arqueológicas encontradas en yacimientos de culturas anteriores. El re-uso de puntas de flechas u otros elementos como vasijas, etc. ha sido siempre una práctica cultural de recuperación de elementos fabricados en otros contextos y que se le vuelve a dar un uso semejante o diferente al original. En arquitectura se considera exaptación, por ejemplo, la transformación de una antigua edificación industrial en una galería de arte. En antropología cultural es el aprovechamiento de artefactos, pero también de pensamientos, informaciones, conductas o formas organizativas que cobran nueva vida en nuevos contextos. El trueque, por ejemplo, es una forma organizativa y valórica cuyo origen se pierde en la historia y la prehistoria, pero que renace cada vez que la economía monetaria colapsa.


En vista de lo anterior, entendemos por educación ecosocial exaptativa aquella que estimula la reinterpretación, la reutilización, el reciclaje, la recombinación, la mezcla… de elementos culturales y naturales, simbólicos y materiales prexistentes, dando lugar a la aparición de estructuras adecuadas, exaptadas, a las nuevas circunstancias del colapso. La práctica de reutilización resultará central en las postrimerías de unas sociedades donde muchos de cuyos componentes dejarán de funcionar, principalmente por reducción o desaparición de las fuentes energéticas que las sostenían, pero también por desajustes entre los objetos y sus usos originales. Se producirán grandes procesos de obsolescencia, de objetos y sujetos, esta vez no programada, que deberían estimular una imaginación técnica adecuadas a las condiciones de carencia, pobreza, precariedad e incluso miseria de unas sociedades que estarán sometidas a fuerzas inversas a la del progreso, las cuales, sin embargo, deberán ser aprovechadas en un sentido positivo.

e) Comunitaria
Programa masivo de educación en salud comunitaria para educar a las mujeres Achham y desafiar la tradición de la región de mantener a las mujeres menstruantes en cobertizos pequeños y mal ventilados, que a veces comparten con las vacas. Esta tradición, también conocida como Chhaupadi, a menudo compromete la salud de la mujer de muchas formas diferentes.
Programa de educación en salud comunitaria.
Debilitadas las redes de protección colectiva, los escenarios de futuros individualismos, autoritarismos y eco-fascismos pueden ser más probables que los escenarios de comunidad solidaria. Sin embargo, no podemos dejar de pensar y apostar por la reconfiguración que podrían tener los espacios comunitarios como medios de acogida, apoyo mutuo y protección frente a las embestidas disgregadoras y autoritarias. También como espacios de imaginación e innovación social y, por supuesto, no sólo de resiliencia, sino de resistencia frente a lo que se avecina. Lo comunitario no como utopía sino como recurso para la atenuación de las distopias. Lo comunitario ex novo, no como recuperación nostálgica de la arcadia perdida sino como una forma organizacional adaptativa y exaptativa a un presente trágico.
La resiliencia y la resistencia comunitaria implicará el rediseño de los aspectos conductuales, valóricos, ideológicos y también de los aspectos vinculares y organizativos de la convivencia. En situaciones claramente tensionadas por la escasez deberían emerger formas sociales comunitarias nuevas u otras ya olvidadas y reinventadas en los nuevos contextos. Formas comunitarias asentadas localmente y usuarias de tecnologías apropiadas, es decir, ajustadas en escala y gasto energético a las condiciones de escasez e inevitable austeridad. El papel de la educación ecosocial, ahora y en un futuro cercano, deberá promover y difundir aprendizajes capaces de sostener formas sociales nuevas, tanto desde el punto de vista técnico como ético. Una reducción de la división social y técnica del trabajo deberá ser correlativa a la difusión de éticas y prácticas colaborativas y solidarias.

f) basada en una Pedagogía de lo Común
Una pedagogía de lo Común critica el, modelo educativo actual basado en la “transmisión” de contenidos culturales desde un polo lleno a otro vacío y en la explicación de esos contenidos por parte de alguien que sabe a otros que no sabe. Promueve, por el contrario, un modelo creador donde tanto la transmisión como la explicación quedan subordinadas a la emergencia de lo nuevo, a partir de la estimulación de las interacciones entre sujetos del aula considerados como iguales y diferentes.



Se trata de sustituir el actual aula trivial, donde la valoración de la calidad se basa en un sinsentido: la correspondencia entre la información de salida al sistema-aula deber ser lo más cercana posible a la información de entrada. Una Pedagogía de lo Común, por el contrario, se propone que la interacción entre los iguales y diferentes en el aula tenga un efecto creador: algo nuevo debe emerger después de una experiencia de aula. Algo que antes no estaba después de la experiencia común aparece y despliega su potencia innovadora. En una situación de colapso, donde tanto las formas educativas como los contenidos a transmitir y explicar, estarán cuestionados en su vigencia y ajuste a las nuevas condiciones de vida y supervivencia, una Pedagogía de lo común ofrece la posibilidad de estimular la imaginación y la inventiva colectiva.



SOBRE LA LEY DEL COLAPSO DE LAS CIVILIZACIONES SEGÚN LA ARQUEOLOGÍA DE LOS FENÓMENOS SOCIALES (
On the Law of Collapse of Civilizations according to the Archaeology of Social Phenomena)
December 2021Arqueologia Iberoamericana 48:103-108
DOI: 10.5281/zenodo.5792553
Project: ARCHAEOLOGY OF SOCIAL PHENOMENA
Pascual Izquierdo-EgeaPascual Izquierdo-Egea

La naturaleza nomotética de la «arqueología de los fenómenos sociales» está permitiendo formular nuevas leyes. La «ley del colapso de las civilizaciones» sostiene que las sociedades colapsan cuando la conflictividad interna y/o externa es muy elevada en un contexto de aguda crisis económica.





The Limits to Growth: El infame informe de 1972 que advirtió sobre el colapso de la civilización.

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Transformación Digital y Futuro Del Trabajo: Estratega, consultor y conferencista - Wisdom Weaver por Intl. Coaching Fed. (ICF) 2021, SAP Influencer 2020+ Top Corporate Influencer 2019, Top Voice LinkedIN Latam 2018

Este tema me llamó la atención siempre y escribí bastante sobre esto y porqué no insistir a medio siglo de su redacción: The Limits to Growth Club de Roma (1972) argumentó que la contaminación desenfrenada y la extracción de recursos estaban llevando a la Tierra al borde del abismo. ¿Cómo se mantiene actual 50 años después?. El Club de Roma es una organización internacional de intelectuales fundada en 1968.

La contaminación desenfrenada y la extracción de recursos estaban llevando a la Tierra al borde del abismo.
-- Club de Roma, 1972.

Publicado hace 50 años, el mensaje de este libro aún se mantiene hoy: los recursos interconectados de la tierra, el sistema global de la naturaleza en el que todos vivimos, probablemente no puedan soportar las tasas actuales de crecimiento económico y demográfico mucho más allá del año 2100, aunque sea tanto tiempo, incluso con tecnología avanzada.

los recursos interconectados de la tierra, el sistema global de la naturaleza en el que todos vivimos, probablemente no puedan soportar las tasas actuales de crecimiento económico y demográfico mucho más allá del año 2100, aunque sea tanto tiempo, incluso con tecnología avanzada.


En el verano de 1970, un equipo internacional de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) inició un estudio de las implicaciones del crecimiento mundial continuo. Examinaron los cinco factores básicos que determinan y, en sus interacciones, limitan en última instancia el crecimiento en este planeta: aumento de la población, producción agrícola, agotamiento de los recursos no renovables, producción industrial y generación de contaminación. El equipo del MIT introdujo datos sobre estos cinco factores en un modelo informático global y luego probó el comportamiento del modelo bajo varios conjuntos de suposiciones para determinar patrones alternativos para el futuro de la humanidad. The Limits to Growth es el informe no técnico de sus hallazgos. El libro también contiene un mensaje de esperanza: el hombre puede crear una sociedad en la que pueda vivir indefinidamente en la tierra si se impone límites a sí mismo y a su producción de bienes materiales para lograr un estado de equilibrio global con población y producción en regiones cuidadosamente seleccionadas. balance.


Animation: How temperature has changed in each country since 1900 (2 ago 2017).140.655 visualizaciones (Julio, 2022). How has temperature changed in each country over the last century? This data visualisation shows temperature anomaly – the departure from the long-term average – by country from 1900-2016. Visualisation by Antti Lipponen (@anttilip) of the Finnish Meteorological Institute based on GISTEMP data (CC BY 2.0). http://carbonbrief.org Music credit: Into Infinity artists Unrecognisable Now, Naohito Uchiyama, Languis (CC BY-NC 3.0 US).

El modelado informático lo dejó claro:

Si la gente continúa extrayendo en exceso recursos finitos, contaminando a gran escala y aumentando la población humana de una manera insostenible, la civilización podría colapsar en un siglo. Parece que ese modelado podría haberse hecho la semana pasada, con el cambio climático, la escasez de agua y los microplásticos corrompiendo cada rincón de la Tierra. Pero de hecho sucedió en el libro Los límites del crecimiento de 1972 (Wired, 2022).

Parece que ese modelado podría haberse hecho la semana pasada, con el cambio climático, la escasez de agua y los microplásticos corrompiendo cada rincón de la Tierra

El libro vendió millones de copias y fue traducido a por lo menos 30 idiomas, lo que provocó una tormenta de controversia. Al fin y al cabo, se trataba de un modelado informático muy temprano —completado en una máquina de tarjetas perforadas en el MIT— y una simulación muy simplificada de sistemas globales complejos. Y estaba haciendo predicciones bastante grandiosas y consecuentes. (Como dice el viejo chiste: todos los modelos están equivocados, pero algunos son útiles). Ese modelo arroja escenarios en los que la humanidad se volvió más sostenible y equitativa y, por lo tanto, floreció, o continuó dejando que los capitalistas saquearan el planeta y nuestra civilización hasta la muerte.

Como dice el viejo chiste: todos los modelos están equivocados, pero algunos son útiles
--Wired, 2022.

Comportamiento real del período 1970-2000, de las cinco variables críticas del modelo de Limits to Growth

Actualización de 2008 de Limits to growth, del Prof. Graham Turner (CSIRO). Referenciada en abril de 2012 por http://www.smithsonianmag.com/science-nature/Looking-Back-on-the-Limits-of-Growth.html


Esta gráfica presenta: - las tendencias históricas (antes de 1970), - las predicciones de Meadows et al. para 1970-2100 y - el comportamiento real del período 1970-2000, de las cinco variables críticas del modelo de Limits to Growth:

1. reservas de recursos no renovables,

2. producción de alimentos per cápita,

3. producción industrial per cápita,

4. contaminación global y

5. población.

El comportamiento real del período 1970-2000 concuerda con las predicciones del modelo. Por consiguiente, a partir del 2030 la población mundial declinará estrepitósamente como consecuencia del colapso económico global.

“Lo que surgió de las simulaciones es que la mayoría de los casos, pero no todos, y es importante decir que no todos, la evolución de una serie de variables como la población, la producción, la contaminación, mostraba que a mediados del siglo XXI, tendría un escenario de colapso de la civilización humana”, dice Carlos Alvarez Pereira, vicepresidente del Club de Roma y coeditor del nuevo libro retrospectivo Limits and Beyond: 50 Years on From The Limits to Growth, What Did We Learn and ¿Que sigue? “Todo estaba enmarcado en la profecía del fin del mundo. No logramos llevar el mensaje de que no se trataba de eso. Realmente se trataba de: Tenemos la capacidad de elegir. Tenemos, como humanidad, la capacidad de decidir qué tipo de futuro queremos”.


Lo que surgió de las simulaciones es que la mayoría de los casos [...], la evolución de una serie de variables como la población, la producción, la contaminación, mostraba que a mediados del siglo XXI, tendría un escenario de colapso de la civilización humana.

--Carlos Alvarez Pereira, VP. del Club de Roma y coeditor del nuevo libro.


“Todo estaba enmarcado en la profecía del fin del mundo. No logramos llevar el mensaje de que no se trataba de eso. Realmente se trataba de: Tenemos la capacidad de elegir. Tenemos, como humanidad, la capacidad de decidir qué tipo de futuro queremos.

Limits and Beyond: 50 years on from The Limits to Growth, what did we learn and what’s next?

El Club de Roma encargó un informe que cambió la forma en que vemos lo que los humanos le están haciendo al planeta. Mirando hacia atrás cinco décadas después, ¿qué pasó después, qué hicimos y qué dejamos de hacer, qué aprendimos y qué sucede ahora?

En The Limits to Growth, un equipo del MIT estudió la forma en que los humanos usaban los recursos de la tierra. Usando modelos informáticos sofisticados, los investigadores desarrollaron escenarios para trazar posibles caminos para la humanidad, la economía global y el impacto en el planeta.

¿Sus modelos eran correctos? ¿Qué hizo el resto del mundo al respecto?

Ahora, en 2022, el Club de Roma ha traído a dos de los autores originales del libro de 1972, Dennis Meadows y Jorgen Randers, junto con una variedad de otros pensadores, científicos, analistas y economistas de renombre mundial de todo el mundo para responder a estas preguntas. y lidiar con el problema más agudo de nuestro tiempo.


En la primera sección, “Ecos de un gran libro”, Ugo Bardi prepara el escenario con un examen en profundidad del informe original y el efecto que ha tenido sobre cómo podríamos pensar sobre lo que la humanidad está haciendo con el mundo.

Jorgen Randers y Dennis Meadows luego preguntan qué decía realmente el primer libro y responden las preguntas más comunes que la gente hace sobre el libro y el progreso desde entonces. Siguen más exploraciones del impacto y las consecuencias del innovador libro original.

A continuación, en el artículo “Still the Economy, But What Kind?” sección, los colaboradores examinan las ideas económicas que han informado y surgido de Los límites del crecimiento en las siguientes décadas y critican esos supuestos y nociones. Preguntan qué debe cambiar si queremos permanecer dentro de los límites establecidos por la naturaleza.

En la sección "Nuevas lentes para un futuro diferente", pensadores de continentes y culturas de todo el mundo amplían sus experiencias únicas de actuar y observar un mundo que puede utilizar todos sus recursos antes de que nos despertemos y actuemos.

El “¿Aprendimos? ¿Lo haremos? sección reflexiona a dónde vamos desde aquí. ¿Ha tomado la humanidad las lecciones de Los límites del crecimiento? ¿Qué hemos aprendido mientras tanto? Y, lo más importante, ¿qué podemos hacer al respecto ahora?

Límites y más allá: 50 años después de Los límites del crecimiento, ¿qué aprendimos y qué sigue? se remonta a medio siglo atrás, cuando el informe original sacudió al mundo para que se diera cuenta de que vivimos en un planeta finito, lo actualiza drásticamente y mira con claridad hacia el futuro.

Limits and Beyond es el libro que dará forma a la conversación sobre nuestro lugar en la Tierra durante los próximos 50 años y más allá.

Colaboradores: Carlos Alvarez Pereira, Ugo Bardi, Nora Bateson, Gianfranco Bologna, Yi-Heng Cheng, Wouter van Dieren, Sandrine Dixson-Declève, Sirkka Heinonen, Gaya Herrington, Julia Kim, Petra Künkel, Hunter Lovins, Dennis Meadows, Chandran Nair, Ndidi Nnoli-Edozien, Chuck Pezheski, Mamphela Ramphele, Jorgen Randers, Yury Sayamov, Ernst von Weizsäcker, Sviastolav Zabelin

Límites y más allá: 50 años después de Los límites del crecimiento, ¿qué aprendimos y qué sigue?

Publicado por Exapt Press https://exapt.press/limits-and-beyond


Para conmemorar el 50 aniversario del libro, WIRED entrevisto s Álvarez Pereira para hablar sobre cómo se perfila ese futuro, qué ha cambiado en el medio siglo desde Límites y cómo la humanidad podría corregir el rumbo. La conversación ha sido condensada y editada para mayor claridad. Para ver dar click en la siguiente imagen.

https://www.wired.com/story/the-infamous-1972-report-that-warned-of-civilizations-collapse/

Referencias:


Espiritualidades ante el colapso

Cada vez parece más evidente que liberarnos de la idolatría del consumo y del crecimiento requiere transformar el imaginario personal y colectivo, modificar nuestra manera de entender el mundo y de entendernos a nosotros mismos. Y es en esa encrucijada donde las espiritualidades no capitalistas parecen tener bastante que decir y hacer.
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Colapso_2
Gil-Manuel Hernández Martí
Profesor titular del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València. Autor de La condición global. Hacía una sociología de la globalización (2005), Sociología de la globalització. Anàlisi social d’un món en crisi (2013) o Ante el derrumbe. La crisis y nosotros (2015).

4 JUN 2022 05:02
“Sabiduría inmemorial que regresa. La de la aceptación de los instintos que deconstruyen las construcciones intelectuales (el Espíritu, la Conciencia, la Razón, la Sociedad...) de una humanidad universal, para valorar las costumbres específicas de grupos de hombres arraigados. Es así como debe comprenderse la desenvoltura, cada vez más generalizada, respecto de lo político, así como el retorno de formas tradicionales de existencia, la explosión de la religiosidad, las reivindicaciones por el ‘decrecimiento’, y otras perspectivas ‘arcaicas’ que desconciertan a los observadores sociales”.


Michel Maffesoli, 
El reencantamiento del mundo, 
2009

Colapso, desencantamiento y espiritualidad
Resulta altamente sintomático que, a medida en que el proceso de colapso civilizatorio ha ido avanzando, especialmente desde los años 70 del siglo pasado, mediante la progresiva concatenación e intensificación de crisis económicas, energéticas, sociales y ecológicas, el ámbito de la espiritualidad haya experimentado una transformación substancial y radical. Por ello, este artículo postula que dicha transformación es, en gran medida, una consecuencia cultural de la consciencia reflexiva de un derrumbe civilizacional no por sigiloso menos evidente, al menos para los que quisieran oír, ver y sentir.



Las pruebas se han ido acumulando, y mientras la sociedad aparentemente racional basada en los combustibles fósiles se libraba a un paroxismo de irracionalidad nihilista supeditada a la tasa de reproducción del capital, paralelamente ha ido construyéndose, aquí y allá, de manera diversa y cambiante, pero continuada, una auténtica anamnesis de lo numinoso. Dicha anamnesis implica, a un tiempo, recuerdo, rememoración, rescate y actualización de los valores, actitudes y prácticas que testimonian la vigencia de lo espiritual y lo sagrado, entendida como la producción de significado y sentido, como algo especialmente valioso que remite a lo transcendente y lo misterioso. Algo que la Modernidad, de la mano de la Ilustración y sus ideas de culto literalizador a la Razón, el Progreso, la Ciencia y la Tecnología, fue progresivamente apartando del centro de la vida normativa y la cosmovisión dominante, mientras el materialismo capitalista destruía implacablemente la naturaleza, barría ecosistemas, degradaba paisajes e intentaba someter el planeta a sus insaciables apetitos de más beneficios. Un abandono u olvido que no solo está ligado a las transformaciones propias de la secularización moderna sino a la mutación y relevo de unos saberes procedentes del universo tradicional, conformado mitológicamente, por otros vinculados a las preferencias hegemónicas del proyecto moderno ilustrado, radicalmente fáustico y prometeico.



Las dos grandes formas tradicionales de conocimiento, como eran la filosofía y la religión, fueron centrifugadas por la modernidad hasta el punto de “soltar el lastre” de sus aspectos transcendentes, sustituyendo las viejas sacralidades por otras “débiles” de nuevo cuño, plenamente seculares y civiles (Nación, Revolución, Consumo, Ciencia, Deporte). Tal y como en su momento diagnosticara Max Weber, el mundo fue progresivamente desencantado, encerrado en una jaula de hierro racional, técnica y burocrática, y cabría añadir que era además una jaula profundamente indiferente, cuando no hostil, respecto al mundo natural, tan ligado a las primordiales sacralidades animistas. El desencantamiento (materialismo, antropocentrismo) se aceleró con la secularización de las sociedades, y aunque paradójicamente la modernización aportó intentos compensadores de reencantamiento ligados al mundo del consumo capitalista, con su hybris delirante, la promoción del ego y sus buenas nuevas del “crecimiento” y el “desarrollo”, la necesidad de reencantamiento profundo subsistió, aflorando continuamente en forma de religiones civiles, de ocio juvenil, de efusiones dionisíacas, de nostalgia patrimonial del pasado o del retorno de los antiguos conocimientos y saberes sobre lo transcendente.





Estamos en pleno proceso de “re-encantamiento” de la realidad, de un hallazgo inesperado del sentido de lo espiritual, un reencantamiento que tiene lugar en medio de un mundo completamente tecnificado que se cae a pedazos al chocar contra sus límites biofísicos
De esta forma se fue produciendo, mientras el planeta se degradaba y las elites globales invertían fortunas para hacer ver que no pasaba nada, la emergencia y despliegue de una nueva espiritualidad o transcendencia global, dentro de la cual destacarían los llamados movimientos psico-espirituales y ecoespirituales, que intentan conjugar la herencia experiencial y sapiencial de no pocas sabidurías tradicionales de origen religioso con los desarrollos de la psicología analítica y transpersonal, el cuestionamiento de una ciencia deshumanizada, los estudios sobre la consciencia, la ecología profunda y una original espiritualidad transversal, pluralista y necesariamente híbrida. En general, dichos movimientos se han mostrado muy sensibles al deterioro medioambiental, al demencial modo de vida productivista de la civilización industrial y consumista, a las incesantes crisis sociales y a los negativos impactos de estas en la salud integral de las personas.

La anamnesis de lo sagrado que implica el conjunto de estas espiritualidades mutantes ha supuesto la recuperación, revitalización y reconfiguración de las viejas formas de conocimiento transcendente vinculado a la antiguas filosofías, religiones y cosmovisiones, para ser transformadas en las nuevas creatividades culturales. Éstas pretenden, como rasgo distintivo, superar los déficits de sentido modernos y postmodernos para construir una novedosa visión de lo sagrado, no necesariamente nostálgica y conservadora, aunque siempre aceche el riesgo del sectarismo y el repliegue fundamentalista, sino ligada a innovadoras formas transnacionales de ecoespiritualidad, economía, política y relaciones sociales, que certifican el avance de una conectividad global multidimensional. 


Lo cual es sinónimo de una auténtica refundación del vínculo social en torno a una nueva sacralidad difusa, porosa y fluida, donde la imaginación y la intuición de un vínculo cósmico tienen un gran protagonismo. Una sacralidad renovada y fluida, con amplias resonancias gaianas, que también se evidencia en todo un conjunto de espiritualidades laicas, capaces de conjugar a un tiempo lo inmanente y lo transcendente para dotar al individuo de un consciencia plena de la existencia. Especialmente cuando esta se halla cada vez más en entredicho por el inquietante e incierto horizonte de colapso ecosocial en marcha. Se trataría, en suma, de recuperar un mundo “con alma” frente a una sociedad vacía de sentido y conducida irresponsablemente por desalmados.


El reencantamiento del mundo y las espiritualidades

La dimensión espiritual o la búsqueda del hecho sagrado entendido como una cosa luminosa, numinosa, misteriosa, substancialmente simbólica, forma parte de la condición humana, tanto en su subjetividad más íntima como en la vida cotidiana, enraizada en el ámbito social y convencionalmente definida dentro del campo de la religión. De hecho, en la actualidad somos testigos de cómo la esfera religiosa de horizontes ultraterrenales se encuentra polarizada en dos tendencias opuestas. La primera, cristalizada en diversos integrismos, se caracteriza por un rechazo de la modernidad, que se basa en la reafirmación estricta y literal de la tradición específica de cada religión. El fundamentalismo ciertamente se propone cambiar el mundo y no se limita a guarecerse de él, pero lo hace sin cuestionar el capitalismo, más bien ayudando a su reproducción. La segunda tendencia se sitúa más bien en una posición de búsqueda de alternativas espirituales a las confesiones institucionalizadas más que en un rechazo explícito a la modernidad. La entendemos por lo tanto, como parte del proceso en los desarrollos contemporáneos ubicados en el mundo occidental, pero no solo en este, y se caracteriza por la tolerancia en relación con la pluralidad de las visiones del mundo y de los estilos de vida, generando composiciones religiosas “a la carta”.


El pronóstico de la Ilustración, según el cual el proceso de la modernidad configuraría unas sociedades en las que las religiones serían, a lo sumo, residuos de un mundo pre-científico y pre-moderno, no se ha cumplido. Estamos, más bien, como apunta Michel Maffesoli, en pleno proceso de “re-encantamiento” de la realidad, de un hallazgo inesperado del sentido de lo espiritual, un reencantamiento que tiene lugar en medio de un mundo completamente tecnificado que se cae a pedazos al chocar contra sus límites biofísicos.


Está en una gran mutación: la que va de la religión convencional y literalista a una espiritualidad plural, global, abstracta y abierta, como expresión máxima de la vigencia de lo sagrado, que bien puede encontrar en la naturaleza una de sus máximas expresiones, si no la mayor
Se ha escrito bastante sobre la metamorfosis de lo sagrado en el mundo moderno, sobre las formas modernas de lo espiritual, sobre la consagración de lo profano y el retorno de lo numinoso. En conjunto se ha hablado de un “nuevo fermento religioso”, de “despertar”, de “nueva conciencia religiosa”. Numerosos autores se refieren a los “nuevos” movimientos religiosos pero hay que ser conscientes de que la etiqueta “nuevos” remite al eurocentrismo, pues desde una perspectiva no occidental, especialmente desde la de tradiciones panteístas asiáticas, esta religiosidad “postmoderna” se revela algo bastante viejo. El misticismo y su puesta en cuestión del protagonismo del ego es una opción conocida en todas las grandes tradiciones religiosas, como ocurre en el seno de las tradiciones hinduistas, budistas y taoístas, pero también en la cristianas, musulmanas y animistas, o en las propias de pueblos originarios en América u Oceanía.

Lo bien cierto es que el vigente proceso de reencantamiento forma parte de una tendencia más profunda hacia la reavivación de la fe en una sociedad en la que las zonas de influencia de las espiritualidades tradicionales y laicas se cruzan fertilizan, y cuyas condiciones fundacionales son la incertidumbre fabricada de una modernidad que transforma sus propias premisas y va directa al colapso por su misma dependencia de un modelo ecocida y autodestructivo.


Pero, además, cada vez se hace más patente la emergencia y reivindicación de una forma de “re-ligación” o anamnesis que remonta a lo que podríamos denominar la conectividad mística. Este tipo de conectividad es el más antiguamente expresado, pues aparece explicitado en los mensajes de las tradiciones místicas espirituales (hinduismo, budismo, taoísmo, sufismo, cábala judía, gnosticismo cristiano, alquimia, neoplatonismo, chamanismo), que Aldous Huxley agrupó bajo el rótulo de “filosofía perenne”, para definir el pensamiento sapiencial derivado de la experiencia mística del ser como camino de liberación interior. Estas tradiciones místicas, ahora reconfiguradas, reelaboradas, mezcladas y actualizadas por la espiritualidad emergente, subrayan un fenómeno: que la trama unificada de la vida se constituye en la red subyacente que define la unidad de la realidad última, que la cultura sólo puede captar mediante su propia transcendencia crítica reflexiva.


El capitalismo, en su continua busca de nuevos mercados, no ha tardado en detectar inéditas oportunidades de negocio. Prueba de esto sería la emergencia de un capitalismo espiritual
Estaría en marcha, pues, una gran mutación: la que va de la religión convencional y literalista a una espiritualidad plural, global, abstracta y abierta, como expresión máxima de la vigencia de lo sagrado, que bien puede encontrar en la naturaleza una de sus máximas expresiones, si no la mayor. Y es en la experiencia individual donde hallamos al sujeto religioso moderno que se define por su autonomía, su vinculación a la conciencia y a la libertad personal. El sujeto espiritual de la época del colapso civilizatorio es un individuo que reivindica su autonomía pero sintiéndose o queriéndose integrado en una dimensión vertical y plural de la realidad, en la creencia en diferentes niveles de la realidad que definen lo religioso como vivencia espiritual de lo sagrado.




Capitalismo espiritual y espiritualidades no capitalistas
Sin embargo el capitalismo, en su continua busca de nuevos mercados, no ha tardado en detectar inéditas oportunidades de negocio. Prueba de esto sería la emergencia de un capitalismo espiritual, es decir, de toda una creciente mercantilización de la nueva esfera psicoespiritual. Cómo en otras esferas de la producción y el consumo, también en el ámbito trascendente ha ido emergiendo el que el Sam Keen ha denominado como “basura espiritual”, una especie de acrítico totum revolutum de creencias, pseudoterapias, “canalizaciones” y gurús de diversa procedencia, convertido en basta mercancía para alimentar turbios negocios surgidos de la desesperación existencial de tantos individuos.

Pero es que, más allá de esta “basura”, de esta banalización de las renovadas visiones de lo numinoso, una buena parte de la nueva espiritualidad holística también ha ido adaptándose a las reglas mercantiles y entrando en el juego del campo económico capitalista. Dicho de otro modo, el hambre de espiritualidad y trascendencia provocada por la misma condición destructiva del capitalismo contemporáneo ha acabado produciendo, paradójicamente, la aparición de un nuevo “nicho de mercado”, el del capitalismo espiritual. Lo espiritual absorbido y procesado por el mundo de los negocios como pura mercancía.

Con una consecuencia paradójica: que la espiritualidad no mercantilizada, crítica con esa mercantilización y las religiones dogmáticas, también ha salido reforzada, en forma de espiritualidades no capitalistas, lo cual quizás nos hace pensar que, pese al avance del colapso, continúa habiendo esperanza más allá de las fronteras del capitalismo en descomposición.


El individualismo utilitario y sus valores (dinero, poder, tecnociencia) desarrollados de la mano del sistema capitalista y el neoliberalismo, no solamente muestran síntomas de claro agotamiento sino que además, el colapso ecosocial en la que nos vamos internando va dejando al sistema seriamente afectado debido a su creciente incapacidad para reproducirse, regenerarse y perpetuarse.


Los gravísimos problemas ecológicos, el creciente cambio climático, el descenso energético, el alarmante agotamiento de los recursos, la falta crónica de empleo, la deslegitimación política, el creciente descontento social, las amenazas ecofascistas y exterministas, las dificultades estructurales para el buen vivir, entre otros problemas, hacen ineludible la necesidad de avanzar desde una sociedad basada en la competencia a ultranza, el crecimiento material y los combustibles fósiles, hacia una sociedad basada en la ayuda mutua, las energías y prácticas realmente renovables, el decrecimiento, la autonomía y los valores más democráticos y solidarios. Cada vez parece más evidente que liberarnos de la idolatría del consumo y del crecimiento requiere transformar el imaginario personal y colectivo, modificar nuestra manera de entender el mundo y de entendernos a nosotros mismos. Y es en esa encrucijada donde las espiritualidades no capitalistas parecen tener bastante que decir y hacer.



La pregunta, ¿cuál es la naturaleza del universo y cuál es el lugar que ocupan las personas en él? sintetiza lo que conocemos como la “gran pregunta” o “gran misterio” que desde el origen de los tiempos la humanidad no solo se ha formulado sino que ha intentado contestar, ensayando distintas respuestas en función del momento histórico y del contexto cultural. Por ello, algunos de los desarrollos acaecidos durante las últimas décadas en las diversas esferas del conocimiento persiguen una tarea de anamnesis personal y colectiva, capaz de reconectar con lo sagrado, entendido este con el contacto con fuentes de transcendencia capaces de resignificar la vida en su sentido más amplio.


Dicha anamnesis sucede, a la vez, en un contexto complejo de globalización y colapso, que trae consigo una conexión transcendente capaz de dotar de un sentido profundo a los modernos lazos de interdependencia que se establecen entre los individuos entre sí y entre estos y el mundo físico, psíquico y espiritual. En este proceso, que rescata extensas áreas de las viejas formas de sabiduría tradicional y las recombina con aspectos de los saberes modernos, como la psicología profunda, la ecología o las nuevas fronteras de la ciencia de vanguardia, se configura una nueva cultura creativa, al tiempo que se impone la necesidad de la experiencia directa y la comprensión personal y colectiva de esta. Y no tanto a través de sistemas codificados de ideas o formulaciones dogmáticas, como a través de la propia vivencia que alumbra este cambio trascendente y revolucionario en la visión del mundo. En suma: espiritualidades vivificantes que confluyen con alternativas epistemológicas, místicas contrahegemónicas y cosmovisiones emancipadoras. Un cambio de rumbo, una respuesta adaptativa al colapso inevitable desde la esperanza activa y la resiliencia comprometida.

Colapso en el Espacio Colectivo de los Sueños
    Algunas reflexiones sobre nuestro reciente simposio y los muchos significados del colapso.

    https://collapse2022.xyz/

    Collapse 
    Director, Nelson Varas-Diaz

    Un huracán, un estudio, miles de muertos. El 20 de septiembre de 2017 el huracán María azotó la isla de Puerto Rico con vientos categoría cuatro. El gobierno local informó el número de muertos en 64, mientras que un estudio dirigido por la Universidad de Harvard estimó 4645. Esta película cuenta la historia del equipo de investigación que completó este estudio histórico desde la perspectiva del Dr. Domingo Marqués, el único miembro del equipo que experimentó el huracán de primera mano. Vea cómo reaccionó el gobierno local al ahora famoso estudio, y cómo un país que desconfía de los científicos se prepara para el próximo evento catastrófico.


    Hike the Line - Versión del director


    https://vimeo.com/338329855

    SKY BLOSSOM: DIARIOS DE LA PRÓXIMA GRAN GENERACIÓN Dirigida por Richard Lui


    Bruno Latour
    Esperando a Gaia. 
    Componer el mundo común
    mediante las artes y la política
    Bruno Latour


    TRISTES PSICOTRÓPICOS
    COLAPSO CLIMÁTICO, COLAPSO MENTAL
    https://revistas.ufpr.br/petfilo/article/view/78595/44705

    Según Bruno Latour, “la ecología nos vuelve locos; y ahí es donde tenemos que empezar” (LATOUR, 2020a, p. 31). Proponemos, por tanto, que las imágenes del Antropoceno sean pensadas a través de sus afectos: en particular la tristeza profunda. A través de los conceptos de psicopolítica (Byung-Chul Han) y cosmopolítica (Isabelle Stengers), este artículo plantea una investigación inicial sobre las posibles relaciones entre depresión y clima; melancolía y cosmología. Abordamos la racionalidad diagnóstica de los Modernos, así como el potencial crítico y creativo del sujeto depresivo ante la intrusión de Gaia. Finalmente, indicamos caminos futuros para esta investigación a través de un relevamiento de riesgos vinculados a la inconmensurabilidad entre múltiples perspectivas. ¿Puede la depresión rastrear, más allá de los sentimientos de parálisis e impotencia, ¿Alguna vía de escape a la emergencia climática? ¿Hay tratamiento? ¿Pharmakon adecuado? ¿Una respuesta que no sea bárbara?


    Dónde aterrizar? 
    Conversa con Bruno Latour sobre colapso climático e pandemia




    Talleres dirigidos por Latour 
    ¿Dónde aterrizar? 
    las fuentes de la insensibilidad ecológica

    https://www.climaterra.org/post/talleres-dirigidos-por-latour-d%C3%B3nde-aterrizar-las-fuentes-de-la-insensibilidad-ecol%C3%B3gica

    LAS FUENTES DE LA INSENSIBILIDAD ECOLÓGICA

    Identificar el origen estrictamente religioso de la insensibilidad ecológica, explorándolo, en el camino abierto por la obra de Bruno Latour.

    https://www.collegedesbernardins.fr/recherche/les-sources-de-linsensibilite-ecologique




    REFERENCIAS

    AGAMBEN, Giorgio. “¿Qué es un dispositivo?”. En: otro cruce, no. 5, pág. 9-16, Florianópolis, enero. 2005. Disponible en: https://periodicos.ufsc.br/index.php/Outra/article/view/12576. Consultado el: 16 de diciembre. 2020

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