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martes, 17 de enero de 2017

Poderes terrenales de Anthony Burguess




Burgess pensaba que «el ser escritor requiere una práctica continua; siempre es más difícil poner en marcha un motor cuando lleva tiempo apagado. Ahora tiendo a publicar una novela por año, que combinó con trabajos académicos de temas diversos (filología, música o literatura). Encuentro que escribir un libro académico de vez en cuando estimula la creatividad».








Saga panorámica del siglo XX centrada en la relación tormentosa entre un respetado escritor homosexual y un hombre de fe. Kenneth Tommey, escritor encumbrado y ya improductivo, agnóstico, homosexual y declarado apóstata, es requerido para que confirme una supuesta curación milagrosa de la que fue testigo hace medio siglo. El autor del prodigio es Carlo Campanati, elegido Papa con el nombre de Gregorio XVII y en proceso de canonización tras su fallecimiento. Obra maestra de Burgess, Poderes terrenales combina una penetrante e irónica visión de la historia con un humor absolutamente original.
Resultado de imagen de PODERES TERRENALES ANTHONYEntrar en los Poderes terrenales, es visitar la antesala del Purgatorio moral cristiano, sin saber de teología, pero si de la honrada humildad de Kenneth Tommey.Resultado de imagen de Anthony Burgess

El hombre que fue Burgess


Por Fernando Krapp

Bajo el título de Vacilación, vuelve una poco 

difundida novela de Anthony Burgess originada, 

tal vez, tras una resaca en la que su pulso tembló 

al empuñar el vaso. Una de espías con más dudas 

religiosas que aventuras entre países 

enemigos.

La lucha entre el bien y el mal toma 

una dimensión religiosa. Los personajes hablan y 
hablan sobre la existencia de Dios y qué hay 

(o habrá) después de la muerte en contextos 

bastante extravagantes. Cada detalle 

cobra entonces una significación análoga a la idea 

ya implícita en el subtítulo (que por alguna razón 

la edición de Acantilado dejó afuera): An 
Escatological Spy Novel. 
El término “escatológico”  refiere no sólo a su 

sentido vulgar, sino a una rama de las religiones 

centrada en la pregunta ¿qué va a pasar cuando 

todo acabe? 

Pregunta potenciada por el contexto nuclear de la 


época.




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Fiel a su acérrimo catolicismo, Burgess no encuentra la respuesta en la oposición de los modelos, sino en su complementación absurda. Al no haber una dicotomía clara, un mal definido, o mejor dicho, una vacilación del mal, Hillier está predestinado a no cumplir su misión y encuentra en su búsqueda una suerte de redención liberadora de sus pecados. En fin, las ideas son así: cuestionables. Uno puede estar de acuerdo o no, o incluso puede verlas envejecer o renovarse. Lo incuestionable, una vez más, es el dominio que Burgess hace del arte de narrar que, con un estilismo soberbio desplegado sin vacilación, no deja de entretener en cada una de las oraciones disparadas con su habitual maestría.


                                     
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La situación es la siguiente. He abordado el crucero gastronómico en Venecia, conforme a lo planeado, y, mientras escribo, el Polyolbion navega hacia el sudeste en medio de un magnífico verano adriático. En Pula todo está en orden. D. R. llegó hace tres días para reemplazarme, y brindamos toda la noche recordando viejas aventuras. Estoy fuerte y sano, excepto por mis dos males crónicos, la satiriasis y la glotonería, que en todo caso tienden a anularse mutuamente. Dudo mucho que durante este viaje de ida tenga ocasión de permitirme cualquiera de las dos (pasado mañana estaremos en pleno mar Negro), pero se me hace la boca agua de tan sólo pensar en la semana de holgada glotonería —despreocupado y satisfecho por el deber cumplido—que me espera al regreso. Estambul, Corfú, Villafranca, Ibiza, Southampton. Y finalmente seré libre. Asunto concluido. Al menos para mí. Pero ¿qué será del pobre Roper?    

“Treinta y cinco años de edad, había recorrido un largo camino en poco tiempo (¿un largo camino? Qué ridiculez: todo el camino), y lo mejor de la vida aún estaba por venir […] Un don nadie de origen corso se había convertido en un personaje aún más grande que Carlomagno.”


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El hombre que no puede elegir ha perdido la condición humana."










"Es tan inhumano ser totalmente bueno como totalmente malvado. Lo importante es la elección moral. La maldad tiene que existir junto a la bondad para que pueda darse esa elección moral. La vida se sostiene gracias a la enconada oposición de entidades morales. De eso hablan los noticiarios televisivos. Desgraciadamente hay en nosotros tanto pecado original que el mal nos parece atractivo. Destruir es más fácil y mucho más espectacular que crear."



"La traducción no es una cuestión de sólo palabras: se trata de una cuestión de hacer inteligible toda una cultura." 

Anthony Burgess

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La naranja mecánica (A Clockwork Orange), 1971


Dirección: Stanley Kubrick
Guión: Stanley Kubrick (Novela: Anthony Burgess)
Fotografía: John Alcott
Música: Wendy/Walter Carlos
Montaje: Bill Butler
Interpretación: Malcolm McDowell, Patrick Magee, Michael Bates, Warren Clarke







La naranja mecánica (fragmento)
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" El cheloveco que estaba sentado a mi lado -había esos asientos largos, de felpa, pegados a las tres paredes- tenia una expresión perdida, con los glasos vidriosos y mascullando slovos, como "De las insípidas obras de Aristóteles, que producen ciclámenes, brotan elegantes formaniníferos" 
Por supuesto, estaba en otro mundo, en órbita, yo sabía cómo era eso, porque lo había probado como todos los demás, pero en ese momento me puse a pensar, oh hermanos, que era una vesche bastante cobarde. Tú estabas ahí después de beber el moloco, y se te ocurría el meselo de que las cosas a tu alrededor pertenecían al pasado. Todo lo veías clarísimo -las mesas, el estéreo, las luces, las niñas y los málchicos- pero era como una vesche que solía estar allí y ya no estaba. 
Imagen relacionada
La naranja mecánicaY te quedabas hipnotizado por la bota, o el zapato o la uña de un dedo, según el caso, y al mismo tiempo era como si te agarraran del pescuezo y te sacudieran igual que a un gato. Te sacudían sin parar hasta vaciarte. Perdías el nombre y el cuerpo, y te perdías tú mismo, y esperabas hasta que la bota o la uña del dedo se te ponían amarillas, cada vez más amarillas. 
Más tarde, las luces comenzaban a estallar como átomos, y la bota o la uña del dedo, o quizá una mota de polvo en los fundillos de los pantalones se convertían en un mesto enorme, grandísimo, más grande que el mundo, y era el momento que iban a presentarte al viejo Bogo o Dios, y entonces todo concluía. Gimoteando volvías al presente, con la rota preparada para llorar a grito pelado. Todo era muy hermoso, pero muy cobarde. No hemos venido a esta tierra para estar en contacto con Dios. Esas cosas pueden liquidar toda la fuerza y la bondad de un cheloveco. "


CINE Y MUSICA: STANLEY KUBRICK (2) LA NARANJA MECÁNICA

http://www.filomusica.com/filo23/riego.html




1985 de Anthony BurgessEl reino de los réprobos (fragmento)

" El soldado, una vez cacareada su conmiseración, extrajo el asta, dejando dentro el rejón. Julio se desvaneció. Cuando recuperó el conocimiento se halló tendido a proa de una barcaza, ante un borroso panorama de acantilados calizos que se iban alejando. Los prisioneros británicos, tan membrudos como desdeñosos, contemplaban su padecimiento sin dar muestras de satisfacción. Un asistente le restañaba la sangre con lana blanca, cuyas hilachas se quedaban adheridas a los labios de la herida.
—Hay algo roto, ahí dentro, centurión. Habrá que ponerse en manos de la naturaleza, como suele decirse. Te vas a tirar una buena temporada sin hacer la instrucción.
La crónica imperial no mencionó ni batallas ni bajas, romanas, naturalmente. Habían sometido un buen sector de la parte meridional de la isla, dejando guarniciones. El lento proceso de colonización podía, en un futuro próximo, emprenderse con la adecuada seriedad romana. Hubo un espléndido triunfo en Roma, en el que no participó Marco Julio Tranquilo. Estaba en casa con su mujer, que acababa de dar a luz una niña. Sara se empeñó en ponerle Rut, aunque el padre quiso honrar a una querida tía suya poniéndole el nombre de Flavia. Flavia o Rut, según el momento y la ocasión. Julio, cojeando por todo el dormitorio, mecía los gritos de la niña. Sara miraba desde la cama, sin manifestar sentimiento alguno. El estrépito de las bocinas triunfales se oía incluso desde aquí, desde el Janículo. 

Claudio, encaramado en su biga, radiante, llevaba la corona náutica, con su friso de estilizadas proas; simbolizaba la conquista del océano, es decir: veintitantas millas de canal. Tras su biga venía la emperatriz Mesalina, bella como la luna. Aquella misma mañana había solicitado del gurrumino de su marido que le hiciese ofrenda de una escolta militar. Lo justificó diciendo que tenía enemigos. Claudio contestó que ya vería lo que podía hacer. Marchaban en pos de Mesalina los generales victoriosos, látigo y azote de unos bárbaros con el culo al aire que apestaban como perros viejos; los generales llevaban la pretexta —toga con franja púrpura—, señal del honor que habían obtenido. Marco Craso Frugi, que ya había merecido tal distinción en una campaña anterior —contra adversarios de verdad: los pelirrojos danubianos— no se dignó ponérsela esta vez. Montaba un caballo ricamente enjaezado y vestía una túnica con brocado de palmas, árboles que no crecían en las neblinosas islas septentrionales según él conquistadas en nombre del Emperador. "




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Anthony Burgess

(John Anthony Burgess Wilson, también conocido como Joseph Kell; Manchester, 1917 - Londres, 1993) Novelista, ensayista y periodista irlandés. Cursó estudios en la universidad de su ciudad natal. Se dedicó a la enseñanza hasta 1954 y a partir de esa fecha fue oficial instructor en Malasia y Borneo hasta 1959, año en que regresó a Gran Bretaña. Fue entonces cuando inició su carrera literaria. Es autor de libros infantiles, poesía, ensayos, biografías y numerosas novelas.
Burgess es una figura de relieve en el mundo de la literatura anglosajona, ya sea por la diversidad de sus intereses, ya por el volumen de su obra, toda ella impregnada de una vena autobiográfica. Tal vez los elementos de mayor originalidad de su escritura haya que buscarlos en su especial capacidad para transformar su patrimonio vivencial en materia narrativa forjada con un lenguaje original.
Resultado de imagen de anthony burgessTambién hay que destacar que Burgess participa al mismo tiempo del realismo cómico y de la fábula y la alegoría. Es seguidor de Joyce en su inclinación hacia los juegos de palabras y por los retruécanos. En lo que respecta a sus creencias, de su infancia católica le queda el sentido de un Dios entendido como entidad "invisible y justiciera... un Dios enteramente consagrado a producirme mal", preocupación esta que aparece de diversas maneras en su novela Temblor ante el propósito (1966), aunque esta obra había sido escrita en el año 1954 con el título The Worm and the Ring y rechazada por su editor a causa de su excesivo catolicismo y sentimiento de culpa.
Resultado de imagen de anthony burgess librosSu primera novela fue A vision of Battlements, escrita en 1949, aunque no publicada hasta 1965, en la que evoca recuerdos de su servicio militar en Gibraltar durante la Segunda Guerra Mundial. La obra presenta aspectos picarescos y cómicos al modo de E. Waugh, así como refleja influencias argumentales y estilísticas de James Joyce.
Entre los años 1956-59, Burgess publicó su Malayan Trilogy, que recoge experiencias de sus años en Malasia como funcionario colonial, durante la última fase de la presencia británica. Las obras que integran esta trilogía son Time for a Tiger (1956), The Enemy in the Blanket (1958) y Beds in the East (1959), que conforman un fresco narrativo ingenioso, inventivo y melancólico sobre la liquidación del Imperio. Le siguen The Right to an Answer (1960), una de las obras más divertidas de Burgess, en donde se hace una profunda crítica a la pérdida de los valores tradicionales en el marco de una sociedad de consumo; y Devil of a State(1961).
Resultado de imagen de anthony burgessResultado de imagen de PODERES TERRENALES ANTHONY
En 1962 publica su novela más famosa, La naranja mecánica, llevada al cine con gran éxito por el cineasta S. Kubrick en 1971. En esta obra Burgess se orienta hacia una utopía negativa, poniendo en escena un mundo dominado por la violencia individual y colectiva. En el mismo año sale a la luz The


 Wanting Seed, en la que Burgess presenta otra visión pesimista 

del futuro: el problema del crecimiento demográfico. 
En estas dos últimas 




Y

Novelas Burg

Esta abunda en problemas de índole metafísica, ética e  ideológica.



«…una tremenda sensación de que se están riendo de nosotros, de muchos de nosotros. Es una carcajada que viene de arriba y que tras el cariz alegre de la risa, esconde un pisotazo».



Anthony Burgess.




Resultado de imagen de anthony burgess y el TEATRO
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Resultado de imagen de Clockwork Orange" SHAKESPEARE AND COMPANY

Vendrán luego Enderby por dentro (1963) y Enderby por fuera (1968), donde Burgess retorna a los ambientes característicos del mundo novelesco de Joyce; MF(1971), obra que deriva de los estudios antropológicos de Levi-Strauss y que está escrita con juegos de palabras, acertijos y en varias lenguas; Sinfonía napoleónica(1974), complicada novela sobre la figura de Napoleón; Poderes terrenales (1980), novela de acusación y advertencia, y Los pianistas (1986).Resultado de imagen de anthony burgessAl año siguiente apareció un primer volumen de su autobiografía: El pequeño Wilson y el gran Dios. Es autor asimismo de personalísimos estudios biográficos sobre arquetipos y modelos culturales, tales como Shakespeare (1970), Here Comes Everybody (1965) y Joyceprick (1972), ambos sobre Joyce, y Hemingway and His World (1978). Entre sus últimas obras también es preciso recordar El reino de los réprobos (1986) y el segundo volumen de su autobiografía: You've had your time(1990).

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La violencia y el terror
en La Naranja Mecánica de Kubrick

Eliseo Rabadán Fernández


http://www.nodulo.org/ec/2004/n034p10.htm

Vacilación (fragmento)

" Entiendo perfectamente, señor, el apremio del gobierno de su Majestad por traer a Roper de regreso. Ha habido cuestionamientos en el Parlamento, sobre todo desde que la agencia Tass difundió con júbilo los avances decisivos en la investigación de combustibles para cohetes y la cadena Eurovision trasmitió imágenes de la bestia del Apocalipsis desfilando un Primero de Mayo por Moscú. En cambio, no consigo entender la razón por la cual me han encomendado, justo a mí, efectuar la repatriación de Roper; a no ser que se deba a la total y absoluta confianza que —modestia aparte—diría que me he ganado a pulso durante estos quince años de servicio al Departamento. Pero seguramente no se le escapa, señor, que sobrevive en mí un vestigio de simpatía hacia mi antiguo compañero de colegio, y sin duda estará al tanto de que, hasta el momento de su deserción, Roper y yo sostuvimos una especie de amistad, aunque repleta de lagunas: la guerra, la paz, su matrimonio, mi nombramiento en Pula. La última comunicación de Roper con Occidente fue aquella postal que me envió, con un mensaje en clave que sigue dando quebraderos de cabeza a los descifradores: «Cuatro menos dos minutos...sus entrañas... están manchadas con la sangre de los mártires». Aclaremos de una vez por todas algunas cosas sobre Roper. El primer enfoque no funcionará con él: estoy convencido de que es imposible persuadirlo de cualquier regreso. Como buen científico, cree firmemente que debemos dejar atrás el pasado. Jamás desperdició un segundo espulgando antiguas respuestas abandonadas. Se podría decir que Roper es un hereje, siempre que se añada que su herejía es la misma que usted suscribe: la creencia de que la vida puede mejorarse y el hombre ennoblecerse. No me corresponde a mí, desde luego, juzgar semejante estupidez. Tener una filosofía no es asunto de mi competencia: yo no soy sino un técnico especializado. "

La mujer que estuvo detrás del soundtrack de La Naranja MecánicaPor  


http://culturacolectiva.com/wendy-carlos-soundtrack-de-la-naranja-mecanica/

A Clockwork Orange Singapore
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 “Qué paz, qué paz celestial, era la suntuosidad y la untuosidad hechas carne, como un pájaro de un raro metal celeste o como un vino de plata fluyendo en una nave espacial. La ley de la gravedad ya no cuenta para nada, mientras escuchaba, vi imágenes maravillosas”.

Anthony Burgess 

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"¿Quién no ha sido defraudado? No pensemos, sin embargo, que el culpable es un sistema, o la sociedad, o un Estado, o una persona. Son nuestras ilusiones las que nos van defraudando. Todo comienza en el calor del vientre materno y el descubrimiento de que hace frío allá afuera. ¿Y acaso es culpa del frío que haga frío?"


Anthony Burgess



El Desaparecido Capitulo 21 de "La Naranja Mecánica"



El capítulo 21, en cambio, muestra a un Alex que se "aburre" de la "ultraviolence" y que madura, crece, y decide evolucionar, casarse, tener un hijo. Esta decisión proyecta la imagen de que el ser humano puede haber tenido una faceta mala, pero puede, si lo decide, cambiar, evolucionar, no atarse a su pasado. En resumen, el ser humano retoma su autonomía y su libertad de elegir entre el bien y el mal.


http://jlgodoy.blogspot.com.es/2011/05/el-desaparecido-capitulo-21-de-la.html


Tampoco sabía qué quería. Incluso la música que me gustaba slusar en mi malenca guarida era la que antes me habría hecho smecar, hermanos. Slusaba más malencas canciones románticas, lo que llaman Lieder , sólo una golosa y un piano, muy tranquilas y tiernas, muy diferente de cuando todo eran bolches orquestas y yo me tumbaba en la cama entre violines, trombones y timbales. Algo estaba ocurriendo en mi interior, y yo me preguntaba si sería alguna enfermedad o si lo que me habían hecho aquella vez estaba trastornándome la golová y me iba a volver realmente besuño.



Imagen: Con Anthony y Liana Burgess, en 1982, en el desaparecido restaurante «La estancia vieja» de Barcelona, después de dar cuenta de un suculento asado argentino y de varias botellas de Rioja. Foto de Carmen Sentíes.


LA NARANJA MECÁNICA
ANTHONY BURGESS
Director 

Christopher Rüping 


El libro de culto por Anthony Burgess 'naranja mecánica "fue creado por Bernd Schadewald escenifica como una obra de teatro. En esta actuación la jugada pantalones con no sólo, sino que también proporcionó la misma banda sonora. Este fue también el primer gran éxito carta, "Aquí viene Alex". Porque al mismo tiempo entrenador de Fortuna Aleksander Ristic, dijo que los medios de comunicación esta semejanza accidental adquirieron de buena gana y se almacenan casi todos los espectáculos rey Alex con la canción pantalones. Hasta 

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¿QUÉ LE HACE PENSAR QUE SERÁ BIENVENIDA?


https://www.schauspielfrankfurt.de/spielplan/archiv/a-e/clockwork-orange/#

Alex y su banda se abalanzan sobre sus excursiones nocturnas por la ciudad en víctimas indefensas - de pura diversión. el placer de fundamento de la violencia y la destrucción continuó angustiado nuestra sociedad. La solución preparada por Anthony Burgess juega en su libro de culto de 1962 es tan eficaz 
como peligrosamente cerca de las opciones actuales: ¿Qué habla en contra de la violencia simplemente por razones médicas para detener si es factible? En la cárcel, Alex es sometido a un lavado de cerebro, lo expulsa su agresión, y posteriormente re-expuesto en el mundo: como pilar funcionamiento de la sociedad o como - sí, como qué? Es un hombre sin libertad sigue siendo humano?O es la voluntad de todas formas libres sólo una ilusión? ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar la seguridad? ¿Qué hacer con todo el potencial de la agresión que se encuentra inherentemente en nosotros? 
El director Christopher Rüping y su conjunto de cinco miembros tratan este experimento implacable en el escenario en el Bockenheimer Depot. 
"La naranja mecánica" es después de "El gran Gatsby" (2011), "Woyzeck" (2012), "Decálogo" (2013), entre otros, la quinta puesta en escena de Christopher Rüping Schauspiel Frankfurt. También trabaja regularmente en el Thalia Theater Hamburgo, el Deutsches Theater de Berlín y el Staatstheater Stuttgart. 2015 fue su primera invitación de los treinta años de Theatertreffen en Berlín.

40 años "A Clockwork Orange""Nos pareció: Esta es nuestra película"

Resultado de imagen de Clockwork Orange" im Schauspiel Bonn¡Hey! ¡Hey! ¡Hey! Aquí viene Alex! 1971 celebra "La naranja mecánica" Premiere. Die Toten Hosen dedicado a la película de culto un álbum entero. Spiegel Online habló con el director de orquesta Campino sobre la importancia de la película de la escena punk floreciente - y muestra que ha inclinado ante la obra maestra.
http://www.spiegel.de/einestages/40-jahre-a-clockwork-orange-a-949384.htmlTeatro Carcano

La naranja mecánica







Del miércoles, 13 de de abril de 
a domingo las 24 de abril de 
el año 2016
por Anthony Burgess
Con Daniel Russo, Sebastiano Gavasso, Alessio Piazza, Alfredo Angelici, Martina Galletta, Paola Sambo, Bruno Tramice
música Morgan
Escenas Roberto de CreaDisfraces Chiara AVERSANO
Dirigida por Gabriele Russo
Producción Fondazione Teatro Bellini de Nápoles -Teatro
La naranja mecánica es una de las mejores novelas distópicas de representación en su clase , no menos visionario y prospectivas de otro clásico como 198 4 Orwell, con la que, en no aleatoria, hay varias similitudes.A cincuenta y un años después de la primera publicación de la novela se dan cuenta de lo Burgess había sido capaz de mirar más allá de su tiempo, predecir, a través de la historia de Alex y sus amigos Drughi, una sociedad cada vez más propensos a control de la conciencia y todos 'adoctrinamiento de un "pensamiento único". la película de Kubrick de 1971, ha sido capaz de traducir a la perfección el mundo descrito por Burgess, por lo que la versión cinematográfica de La naranja mecánica una piedra angular del cine de todos los tiempos . Una película que deja una señal para desalentar la idea de un acto.

Arancia meccanica al Carcano



TítuloBurgess en rock; Handke en ópera
Fechadiciembre 1988
RevistaEl Público, 63
Páginas65-65
SignaturaREV - 12168
http://teatro.es/profesionales/anthony-burgess-1027/documentos-on-line/revistas?set_language=eu#prettyPhoto










BIBLIOGRAFÍA

Artículos escritos por Anthony Burgess | EL PAÍS


Face to Face - Anthony Burgess (21st March 1989)

Anthony Burgess '' La naranja mecánica 'y la quema de libros


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https://analoguehumanist.wordpress.com/2015/11/02/anthony-burgess-a-clockwork-orange-and-book-burning/

La Fundación Internacional Anthony Burgess
https://www.anthonyburgess.org/about-anthony-burgess/







Anthony Burgess, El arte de la ficción N ° 48


Entrevistado por John Cullinan



http://www.theparisreview.org/interviews/3994/anthony-burgess-the-art-of-fiction-no-48-anthony-burgess






No es bastante desagradable

Colin Burrow,


http://www.lrb.co.uk/v28/n03/colin-burrow/not-quite-nasty

http://www.independent.co.uk/arts-entertainment/books/reviews/the-real-life-of-anthony-burgess-by-andrew-biswell-515733.html




                                      ¿

Cómo 'La naranja mecánica'  de  Anthony Burgess 

agrió a Stanley Kubrick                                                        

http://www.thewrap.com/sexplosion/


Finnegans Wake
por Anthony Burgess


 
http://www.metaportal.com.br/jjoyce/burgess1.htm

Anthony Burgess "La naranja mecánica" Diccionario Nadsat

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Al escribir "La naranja mecánica" (ACO), Anthony Burgess compuesta por un argot adolescente que llama Nadsat. Es Inglés con un políglota de términos de argot y la jerga tirado. Las principales fuentes de estos términos adicionales es de Rusia. Aunque también hay contribuciones de gitana, francés, Cockney / argot Inglés y otras fuentes diversas como la malaya y holandés (posiblemente a través de la influencia holandesa en malayo) y su propia imaginación. El gran número de palabras rusas en Nadsat se explica en el libro como debido a las técnicas de penetración de la propaganda y subliminales. 



Esto es probablemente debido a la guerra fría (que todavía era bastante "caliente" cuando Burgess escribió ACO), que, en el mundo de ACO Burgess, al parecer, se ha desplazado a toda marcha. Si un significado se puede confundir, por ejemplo Lomtick (slice) es un sustantivo (como en "una rebanada oftoast"), no es un verbo, el significado se aclara en el uso de una o (v.), Etc.
(n.) 

http://www.mattiavaccari.net/mis/nadsat.html



Anthony Burgess:

Un inventario de sus papeles en el Harry Ransom Center


http://norman.hrc.utexas.edu/fasearch/findingAid.cfm?eadid=00143

Anthony Burgess en el momento mágico Él se enamoró de la música como Little Boy


https://www.brainpickings.org/2016/02/25/anthony-burgess-music/





El manuscrito inacabado con el que Anthony Burgess intentó explicar la ultraviolencia de 'La naranja mecánica'

Se estrena en Filmin ‘Anthony Burgess, más allá de La naranja mecánica’, un documental que reivindica la obra del autor británico y nos cuenta cómo vivió la polémica que siguió al estreno de la adaptación de Stanley Kubrick

Una escena de 'La naranja mecánica'

Una escena de 'La naranja mecánica' / ARCHIVO

Si se busca en TikTok el hashtag #aclockworkorange, se descubre que, al menos en el momento de escribir este artículo, tiene más de 135 millones de visualizaciones. #Naranjamecanica, por su parte, tiene casi 44 millones.

Estos números, aunque ciertamente no supongan una evidencia científica incontestable, sí dan una idea de la importancia que todavía tiene entre los jóvenes la creación de Anthony Burgess, una novela publicada en 1962 (en España en 1976), y su adaptación cinematográfica, dirigida por Stanley Kubrick en 1971 (aquí se estrenó en 1975). Un libro contemporáneo de novelas que parecen tan lejanas en el tiempo como La plaza del diamante de Mercè Rodoreda, El siglo de las luces de Alejo Carpentier o Las ratas de Miguel Delibes. En comparación con estas, la novela de Burgess, más de 60 años después de su publicación, parece seguir en plena forma.

Anthony Burgess, en Manchester en 1980.

Anthony Burgess, en Manchester en 1980. / INTERNATIONAL BURGESS FOUNDATION

Como seguramente muchos lectores recuerdan, La naranja mecánica nos cuenta la historia de Alex DeLarge, un delincuente adolescente que pasa los días acompañado de un grupo de tres amigos a quienes él llama drugos y cuyas pasiones son la música clásica de Ludwig van Beethoven, el sexo, las drogas y la ultraviolencia.

Esta última se representa de forma particularmente cruda y gráfica tanto en el libro como en el film. Al principio de la historia, asistimos a un auténtico festival de palizas y violaciones horribles cometidas por Alex y sus drugos. Después de que una de sus fechorías vaya demasiado lejos y tras ser traicionado por sus supuestos camaradas, Alex es detenido por la policía y encerrado en prisión acusado de asesinato.

Esta primera parte de la novela (y de la película, en la que un magistral Malcolm McDowell interpreta a Alex), escandalizó a millones de personas en todo el mundo. El tratamiento que Kubrick le dio a algunas de las escenas tampoco ayudó ya que, tanto algunos planos, como los vivos colores y el uso de la cámara rápida, hicieron que las fechorías de los protagonistas les parecieran a algunos espectadores una especie de farsa digna de risa.

Sin embargo, es después de esa parte de la historia cuando la cosa se pone más interesante. En prisión, a Alex le ofrecen presentarse voluntariamente a probar una nueva técnica experimental, conocida como el Método Ludovico, que consiste en utilizar una terapia de aversión (en este caso la proyección durante horas de imágenes violentas) acompañada de drogas, para eliminar completamente la pulsión violenta de las personas.

Alex, en plena terapia.

Alex, en plena terapia. / ARCHIVO

El manuscrito perdido

Tras el lanzamiento del libro y, especialmente, tras el estreno de la película (que fue lo que realmente hizo llegar la historia al gran público y a los medios), Burgess se hizo mundialmente famoso. Además Kubrick delegó gran parte de la promoción de la cinta en él, convirtiéndolo en la cara visible de una profunda polémica. El autor fue acusado de banalizar la violencia, de legitimarla e incluso de hacerla atractiva a la juventud.

A partir de entonces, parecía que detrás de cada acto violento cometido por un grupo de jóvenes estaba la creación del autor. “Si violan a un par de monjas en el Vaticano, yo recibo una llamada”, explicaba el propio escritor en una entrevista en televisión. “‘Señor Burgess, ¿qué opina de esto? ¿Se siente responsable?’ Me han convertido en una especie de experto en violencia cuando no sé nada de ella”.

Cubierta de la edición original de 'La naranja mecánica'.

Cubierta de la edición original de 'La naranja mecánica'. / IBERLIBRO

Esta asociación sumió a Burgess en una profunda tristeza. Consideraba que su obra no había sido entendida y para intentar explicarse, entre los años 1971 y 1973 se dedicó a pensar sobre el tema, reuniendo notas, apuntes, reflexiones y breves esbozos de ensayos que agrupó bajo el título de The Clockwork Condition (La condición mecánica). Un texto que permaneció inédito hasta 2019, cuando fue encontrado en un cajón de su antiguo apartamento en Roma.

Ese texto es el germen de Anthony Burgess, más allá de La naranja mecánica, un documental dirigido por Elisa Mantin y Benoit Felici recién estrenado en Filmin.

La pieza, a través de abundante material de archivo, entrevistas con expertos en el tema y los propios textos del escritor, contextualiza la creación de La naranja mecánica y reivindica la importancia que sigue teniendo a día de hoy.

En The Clockwork Condition, Burgess se esfuerza por definir lo que él entendía como la “condición mecánica”, la auténtica esencia de su novela. “Un conflicto perpetuo entre el bien y el mal”, explica, para después añadir: “No creo que sea mi mejor libro pero, al mismo tiempo, revela mucho sobre este dilema y también sobre el miedo a la violencia irracional. En muchos sentidos, el libro soy yo, y presenta mi propia batalla interior contra esta fuerza, el mal. Trágicamente nos volvemos indiferentes cuando día tras día las noticias nos muestran imágenes de nuestra violenta realidad y un artista no solo tiene el derecho sino también el deber de escandalizar, si lo considera necesario, para hacernos reflexionar sobre la humanidad y su destino”.

Condicionamiento y libre albedrío


De eso va la segunda parte del libro, cuya carga política es mucho más profunda que la de la primera. La terapia a la que Alex se ve sometido acaba funcionando: cada vez que intenta cometer un acto violento se siente mal, le entran ganas de vomitar y pierde toda su fuerza. Se ha convertido en una especie de perro de Pavlov o un animal de los experimentos de B.F. Skinner, el padre del conductismo.

Las técnicas de condicionamiento al estilo del Método Ludovico, aunque ahora podamos verlas como una absoluta locura, estaban muy de moda en la época en la que Burgess escribió su libro. La derecha más radical las consideraba modernas y adecuadas para controlar a una población (especialmente la juvenil) que se estaba volviendo más y más contestataria. ¿Y si fuera posible eliminar comportamientos “indeseables” para los ciudadanos “bienpensantes” de la sociedad como el alcoholismo, la drogadicción o la homosexualidad, a través de terapias de aversión?

De hecho, el libro es también, secretamente, un pequeño juego de adoctrinamiento. Alex y sus amigos tienen un lenguaje propio llamado nadsat, que contiene palabras como drugo, korova moloko. Este lenguaje fue inventado por Burgess para la novela pero está inspirado, en realidad, en el ruso. Drugo significa “amigo” en esa lengua, korova es “vaca” y moloko es “leche”. “Pretendí convertir el libro en una especie de manual de lavado de cerebro. Al final, deberías encontrarte en posesión de un mínimo vocabulario ruso sin esfuerzo, por sorpresa”, escribió el autor.

La leche y la neolengua de 'La naranja mecánica'.

La leche y la neolengua de 'La naranja mecánica'. / ARCHIVO

De todo esto es precisamente de lo que quería advertirnos Burgess, de cómo el estado podría dar el paso de querer controlarnos de una forma mucho más profunda y sutil. Convencernos, de hecho, de qué es lo mejor y que acabemos pidiendo a nuestros gobernantes que nos controlen.

En este sentido, la novela es heredera directa de obras como 1984 de George Orwell o Un mundo feliz de Aldous Huxley. “Para la mayoría, la vida transcurre como un despertador de Woolworth’s”, escribe el autor en su ensayo. “Nos acostumbramos a un ritmo impuesto por la necesidad de subsistir. Pronto nos gustará nuestra esclavitud”.

Esto conecta automáticamente la temática del libro con nuestro presente. El documental introduce el tema en nuestro contexto actual de una forma muy sutil. Mientras escuchamos al autor diciendo: “Todos podríamos estar de acuerdo con el profesor Skinner en que una sociedad bien dirigida y condicionada es algo excelente para crear una nueva raza. Una raza convencida racionalmente de la necesidad de ser condicionada, siempre que el condicionamiento se base en recompensas y no en castigos”, en la pantalla se muestran imágenes de las redes sociales, de personas dando y recibiendo “me gusta”, como una especie de metáfora de las formas más modernas de tiranía. “¿Es la libertad de elección tan importante?”, continúa Burgess. “Es más, ¿es el hombre capaz de ejercerla? ¿Tiene el término libertad un significado intrínseco?”











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