Burgess pensaba que «el ser escritor requiere una práctica continua; siempre es más difícil poner en marcha un motor cuando lleva tiempo apagado. Ahora tiendo a publicar una novela por año, que combinó con trabajos académicos de temas diversos (filología, música o literatura). Encuentro que escribir un libro académico de vez en cuando estimula la creatividad».
El hombre que fue Burgess
Por Fernando Krapp
La lucha entre el bien y el mal toma
Pregunta potenciada por el contexto nuclear de la
época.
La situación es la siguiente. He abordado el crucero gastronómico en Venecia, conforme a lo planeado, y, mientras escribo, el Polyolbion navega hacia el sudeste en medio de un magnífico verano adriático. En Pula todo está en orden. D. R. llegó hace tres días para reemplazarme, y brindamos toda la noche recordando viejas aventuras. Estoy fuerte y sano, excepto por mis dos males crónicos, la satiriasis y la glotonería, que en todo caso tienden a anularse mutuamente. Dudo mucho que durante este viaje de ida tenga ocasión de permitirme cualquiera de las dos (pasado mañana estaremos en pleno mar Negro), pero se me hace la boca agua de tan sólo pensar en la semana de holgada glotonería —despreocupado y satisfecho por el deber cumplido—que me espera al regreso. Estambul, Corfú, Villafranca, Ibiza, Southampton. Y finalmente seré libre. Asunto concluido. Al menos para mí. Pero ¿qué será del pobre Roper?
“Treinta y cinco años de edad, había recorrido un largo camino en poco tiempo (¿un largo camino? Qué ridiculez: todo el camino), y lo mejor de la vida aún estaba por venir […] Un don nadie de origen corso se había convertido en un personaje aún más grande que Carlomagno.”
"Es tan inhumano ser totalmente bueno como totalmente malvado. Lo importante es la elección moral. La maldad tiene que existir junto a la bondad para que pueda darse esa elección moral. La vida se sostiene gracias a la enconada oposición de entidades morales. De eso hablan los noticiarios televisivos. Desgraciadamente hay en nosotros tanto pecado original que el mal nos parece atractivo. Destruir es más fácil y mucho más espectacular que crear."
"La traducción no es una cuestión de sólo palabras: se trata de una cuestión de hacer inteligible toda una cultura."
Anthony Burgess
La naranja mecánica (A Clockwork Orange), 1971
Dirección: Stanley Kubrick
Guión: Stanley Kubrick (Novela: Anthony Burgess)
Fotografía: John Alcott
Música: Wendy/Walter Carlos
Montaje: Bill Butler
Interpretación: Malcolm McDowell, Patrick Magee, Michael Bates, Warren Clarke
La naranja mecánica (fragmento)
" El
cheloveco que estaba sentado a mi lado -había esos asientos largos, de felpa,
pegados a las tres paredes- tenia una expresión perdida, con los glasos
vidriosos y mascullando slovos, como "De las insípidas obras de
Aristóteles, que producen ciclámenes, brotan elegantes formaniníferos"
Por
supuesto, estaba en otro mundo, en órbita, yo sabía cómo era eso, porque lo
había probado como todos los demás, pero en ese momento me puse a pensar, oh
hermanos, que era una vesche bastante cobarde. Tú estabas ahí después de beber
el moloco, y se te ocurría el meselo de que las cosas a tu alrededor
pertenecían al pasado. Todo lo veías clarísimo -las mesas, el estéreo, las
luces, las niñas y los málchicos- pero era como una vesche que solía estar allí
y ya no estaba.
Y te quedabas hipnotizado por la bota, o el zapato o la uña de
un dedo, según el caso, y al mismo tiempo era como si te agarraran del pescuezo
y te sacudieran igual que a un gato. Te sacudían sin parar hasta vaciarte.
Perdías el nombre y el cuerpo, y te perdías tú mismo, y esperabas hasta que la
bota o la uña del dedo se te ponían amarillas, cada vez más amarillas.
Más
tarde, las luces comenzaban a estallar como átomos, y la bota o la uña del
dedo, o quizá una mota de polvo en los fundillos de los pantalones se
convertían en un mesto enorme, grandísimo, más grande que el mundo, y era el
momento que iban a presentarte al viejo Bogo o Dios, y entonces todo concluía.
Gimoteando volvías al presente, con la rota preparada para llorar a grito
pelado. Todo era muy hermoso, pero muy cobarde. No hemos venido a esta tierra
para estar en contacto con Dios. Esas cosas pueden liquidar toda la fuerza y la
bondad de un cheloveco. "
" El cheloveco que estaba sentado a mi lado -había esos asientos largos, de felpa, pegados a las tres paredes- tenia una expresión perdida, con los glasos vidriosos y mascullando slovos, como "De las insípidas obras de Aristóteles, que producen ciclámenes, brotan elegantes formaniníferos"
" El soldado, una vez cacareada su conmiseración, extrajo el asta, dejando dentro el rejón. Julio se desvaneció. Cuando recuperó el conocimiento se halló tendido a proa de una barcaza, ante un borroso panorama de acantilados calizos que se iban alejando. Los prisioneros británicos, tan membrudos como desdeñosos, contemplaban su padecimiento sin dar muestras de satisfacción. Un asistente le restañaba la sangre con lana blanca, cuyas hilachas se quedaban adheridas a los labios de la herida.
—Hay algo roto, ahí dentro, centurión. Habrá que ponerse en manos de la naturaleza, como suele decirse. Te vas a tirar una buena temporada sin hacer la instrucción.
La crónica imperial no mencionó ni batallas ni bajas, romanas, naturalmente. Habían sometido un buen sector de la parte meridional de la isla, dejando guarniciones. El lento proceso de colonización podía, en un futuro próximo, emprenderse con la adecuada seriedad romana. Hubo un espléndido triunfo en Roma, en el que no participó Marco Julio Tranquilo. Estaba en casa con su mujer, que acababa de dar a luz una niña. Sara se empeñó en ponerle Rut, aunque el padre quiso honrar a una querida tía suya poniéndole el nombre de Flavia. Flavia o Rut, según el momento y la ocasión. Julio, cojeando por todo el dormitorio, mecía los gritos de la niña. Sara miraba desde la cama, sin manifestar sentimiento alguno. El estrépito de las bocinas triunfales se oía incluso desde aquí, desde el Janículo.
Claudio, encaramado en su biga, radiante, llevaba la corona náutica, con su friso de estilizadas proas; simbolizaba la conquista del océano, es decir: veintitantas millas de canal. Tras su biga venía la emperatriz Mesalina, bella como la luna. Aquella misma mañana había solicitado del gurrumino de su marido que le hiciese ofrenda de una escolta militar. Lo justificó diciendo que tenía enemigos. Claudio contestó que ya vería lo que podía hacer. Marchaban en pos de Mesalina los generales victoriosos, látigo y azote de unos bárbaros con el culo al aire que apestaban como perros viejos; los generales llevaban la pretexta —toga con franja púrpura—, señal del honor que habían obtenido. Marco Craso Frugi, que ya había merecido tal distinción en una campaña anterior —contra adversarios de verdad: los pelirrojos danubianos— no se dignó ponérsela esta vez. Montaba un caballo ricamente enjaezado y vestía una túnica con brocado de palmas, árboles que no crecían en las neblinosas islas septentrionales según él conquistadas en nombre del Emperador. "
Anthony Burgess
En 1962 publica su novela más famosa, La naranja mecánica, llevada al cine con gran éxito por el cineasta S. Kubrick en 1971. En esta obra Burgess se orienta hacia una utopía negativa, poniendo en escena un mundo dominado por la violencia individual y colectiva. En el mismo año sale a la luz The
Wanting Seed, en la que Burgess presenta otra visión pesimista
del futuro: el problema del crecimiento demográfico.
Novelas Burg
Esta abunda en problemas de índole metafísica, ética e ideológica.
«…una tremenda sensación de que se están riendo de nosotros, de muchos de nosotros. Es una carcajada que viene de arriba y que tras el cariz alegre de la risa, esconde un pisotazo».
Anthony Burgess.
Vendrán luego Enderby por dentro (1963) y Enderby por fuera (1968), donde Burgess retorna a los ambientes característicos del mundo novelesco de Joyce; MF(1971), obra que deriva de los estudios antropológicos de Levi-Strauss y que está escrita con juegos de palabras, acertijos y en varias lenguas; Sinfonía napoleónica(1974), complicada novela sobre la figura de Napoleón; Poderes terrenales (1980), novela de acusación y advertencia, y Los pianistas (1986).Al año siguiente apareció un primer volumen de su autobiografía: El pequeño Wilson y el gran Dios. Es autor asimismo de personalísimos estudios biográficos sobre arquetipos y modelos culturales, tales como Shakespeare (1970), Here Comes Everybody (1965) y Joyceprick (1972), ambos sobre Joyce, y Hemingway and His World (1978). Entre sus últimas obras también es preciso recordar El reino de los réprobos (1986) y el segundo volumen de su autobiografía: You've had your time(1990).
La violencia y el terror
en La Naranja Mecánica de Kubrick
Eliseo Rabadán Fernández
" Entiendo perfectamente, señor, el apremio del gobierno de su Majestad por traer a Roper de regreso. Ha habido cuestionamientos en el Parlamento, sobre todo desde que la agencia Tass difundió con júbilo los avances decisivos en la investigación de combustibles para cohetes y la cadena Eurovision trasmitió imágenes de la bestia del Apocalipsis desfilando un Primero de Mayo por Moscú. En cambio, no consigo entender la razón por la cual me han encomendado, justo a mí, efectuar la repatriación de Roper; a no ser que se deba a la total y absoluta confianza que —modestia aparte—diría que me he ganado a pulso durante estos quince años de servicio al Departamento. Pero seguramente no se le escapa, señor, que sobrevive en mí un vestigio de simpatía hacia mi antiguo compañero de colegio, y sin duda estará al tanto de que, hasta el momento de su deserción, Roper y yo sostuvimos una especie de amistad, aunque repleta de lagunas: la guerra, la paz, su matrimonio, mi nombramiento en Pula. La última comunicación de Roper con Occidente fue aquella postal que me envió, con un mensaje en clave que sigue dando quebraderos de cabeza a los descifradores: «Cuatro menos dos minutos...sus entrañas... están manchadas con la sangre de los mártires». Aclaremos de una vez por todas algunas cosas sobre Roper. El primer enfoque no funcionará con él: estoy convencido de que es imposible persuadirlo de cualquier regreso. Como buen científico, cree firmemente que debemos dejar atrás el pasado. Jamás desperdició un segundo espulgando antiguas respuestas abandonadas. Se podría decir que Roper es un hereje, siempre que se añada que su herejía es la misma que usted suscribe: la creencia de que la vida puede mejorarse y el hombre ennoblecerse. No me corresponde a mí, desde luego, juzgar semejante estupidez. Tener una filosofía no es asunto de mi competencia: yo no soy sino un técnico especializado. "
La mujer que estuvo detrás del soundtrack de La Naranja MecánicaPor Wendoly Gallardo
El Desaparecido Capitulo 21 de "La Naranja Mecánica"
Christopher Rüping
El libro de culto por Anthony Burgess 'naranja mecánica "fue creado por Bernd Schadewald escenifica como una obra de teatro. En esta actuación la jugada pantalones con no sólo, sino que también proporcionó la misma banda sonora. Este fue también el primer gran éxito carta, "Aquí viene Alex". Porque al mismo tiempo entrenador de Fortuna Aleksander Ristic, dijo que los medios de comunicación esta semejanza accidental adquirieron de buena gana y se almacenan casi todos los espectáculos rey Alex con la canción pantalones. Hasta
¿QUÉ LE HACE PENSAR QUE SERÁ BIENVENIDA?
como peligrosamente cerca de las opciones actuales: ¿Qué habla en contra de la violencia simplemente por razones médicas para detener si es factible? En la cárcel, Alex es sometido a un lavado de cerebro, lo expulsa su agresión, y posteriormente re-expuesto en el mundo: como pilar funcionamiento de la sociedad o como - sí, como qué? Es un hombre sin libertad sigue siendo humano?O es la voluntad de todas formas libres sólo una ilusión? ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar la seguridad? ¿Qué hacer con todo el potencial de la agresión que se encuentra inherentemente en nosotros?
El director Christopher Rüping y su conjunto de cinco miembros tratan este experimento implacable en el escenario en el Bockenheimer Depot.
40 años "A Clockwork Orange""Nos pareció: Esta es nuestra película"
La naranja mecánica
a domingo las 24 de abril de
el año 2016
Artículos escritos por Anthony Burgess | EL PAÍS
Face to Face - Anthony Burgess (21st March 1989)
Anthony Burgess '' La naranja mecánica 'y la quema de libros
La Fundación Internacional Anthony Burgess
https://www.anthonyburgess.org/about-anthony-burgess/
Anthony Burgess, El arte de la ficción N ° 48
No es bastante desagradable
Colin Burrow,
- La verdadera vida de Anthony Burgess por Andrew Biswell
http://www.independent.co.uk/arts-entertainment/books/reviews/the-real-life-of-anthony-burgess-by-andrew-biswell-515733.html
Cómo 'La naranja mecánica' de Anthony Burgess
agrió a Stanley Kubrick
http://www.thewrap.com/sexplosion/
Finnegans Wake
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por Anthony Burgess http://www.metaportal.com.br/jjoyce/burgess1.htm Anthony Burgess "La naranja mecánica" Diccionario NadsatAl escribir "La naranja mecánica" (ACO), Anthony Burgess compuesta por un argot adolescente que llama Nadsat. Es Inglés con un políglota de términos de argot y la jerga tirado. Las principales fuentes de estos términos adicionales es de Rusia. Aunque también hay contribuciones de gitana, francés, Cockney / argot Inglés y otras fuentes diversas como la malaya y holandés (posiblemente a través de la influencia holandesa en malayo) y su propia imaginación. El gran número de palabras rusas en Nadsat se explica en el libro como debido a las técnicas de penetración de la propaganda y subliminales.Esto es probablemente debido a la guerra fría (que todavía era bastante "caliente" cuando Burgess escribió ACO), que, en el mundo de ACO Burgess, al parecer, se ha desplazado a toda marcha. Si un significado se puede confundir, por ejemplo Lomtick (slice) es un sustantivo (como en "una rebanada oftoast"), no es un verbo, el significado se aclara en el uso de una o (v.), Etc. (n.) http://www.mattiavaccari.net/mis/nadsat.html Anthony Burgess:Un inventario de sus papeles en el Harry Ransom Center
http://norman.hrc.utexas.edu/fasearch/findingAid.cfm?eadid=00143
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Anthony Burgess en el momento mágico Él se enamoró de la música como Little Boy
El manuscrito inacabado con el que Anthony Burgess intentó explicar la ultraviolencia de 'La naranja mecánica'
Se estrena en Filmin ‘Anthony Burgess, más allá de La naranja mecánica’, un documental que reivindica la obra del autor británico y nos cuenta cómo vivió la polémica que siguió al estreno de la adaptación de Stanley Kubrick
Si se busca en TikTok el hashtag
, se descubre que, al menos en el momento de escribir este artículo, tiene más de 135 millones de visualizaciones. , por su parte, tiene casi 44 millones.Estos números, aunque ciertamente no supongan una evidencia científica incontestable, sí dan una idea de la importancia que todavía tiene entre los jóvenes la creación de Anthony Burgess, una novela publicada en 1962 (en España en 1976), y su adaptación cinematográfica, dirigida por Stanley Kubrick en 1971 (aquí se estrenó en 1975). Un libro contemporáneo de novelas que parecen tan lejanas en el tiempo como La plaza del diamante de Mercè Rodoreda, El siglo de las luces de Alejo Carpentier o Las ratas de Miguel Delibes. En comparación con estas, la novela de Burgess, más de 60 años después de su publicación, parece seguir en plena forma.
Como seguramente muchos lectores recuerdan, La naranja mecánica nos cuenta la historia de Alex DeLarge, un delincuente adolescente que pasa los días acompañado de un grupo de tres amigos a quienes él llama drugos y cuyas pasiones son la música clásica de Ludwig van Beethoven, el sexo, las drogas y la ultraviolencia.
Esta última se representa de forma particularmente cruda y gráfica tanto en el libro como en el film. Al principio de la historia, asistimos a un auténtico festival de palizas y violaciones horribles cometidas por Alex y sus drugos. Después de que una de sus fechorías vaya demasiado lejos y tras ser traicionado por sus supuestos camaradas, Alex es detenido por la policía y encerrado en prisión acusado de asesinato.
Esta primera parte de la novela (y de la película, en la que un magistral Malcolm McDowell interpreta a Alex), escandalizó a millones de personas en todo el mundo. El tratamiento que Kubrick le dio a algunas de las escenas tampoco ayudó ya que, tanto algunos planos, como los vivos colores y el uso de la cámara rápida, hicieron que las fechorías de los protagonistas les parecieran a algunos espectadores una especie de farsa digna de risa.
Sin embargo, es después de esa parte de la historia cuando la cosa se pone más interesante. En prisión, a Alex le ofrecen presentarse voluntariamente a probar una nueva técnica experimental, conocida como el Método Ludovico, que consiste en utilizar una terapia de aversión (en este caso la proyección durante horas de imágenes violentas) acompañada de drogas, para eliminar completamente la pulsión violenta de las personas.
El manuscrito perdido
Tras el lanzamiento del libro y, especialmente, tras el estreno de la película (que fue lo que realmente hizo llegar la historia al gran público y a los medios), Burgess se hizo mundialmente famoso. Además Kubrick delegó gran parte de la promoción de la cinta en él, convirtiéndolo en la cara visible de una profunda polémica. El autor fue acusado de banalizar la violencia, de legitimarla e incluso de hacerla atractiva a la juventud.
A partir de entonces, parecía que detrás de cada acto violento cometido por un grupo de jóvenes estaba la creación del autor. “Si violan a un par de monjas en el Vaticano, yo recibo una llamada”, explicaba el propio escritor en una entrevista en televisión. “‘Señor Burgess, ¿qué opina de esto? ¿Se siente responsable?’ Me han convertido en una especie de experto en violencia cuando no sé nada de ella”.
Esta asociación sumió a Burgess en una profunda tristeza. Consideraba que su obra no había sido entendida y para intentar explicarse, entre los años 1971 y 1973 se dedicó a pensar sobre el tema, reuniendo notas, apuntes, reflexiones y breves esbozos de ensayos que agrupó bajo el título de The Clockwork Condition (La condición mecánica). Un texto que permaneció inédito hasta 2019, cuando fue encontrado en un cajón de su antiguo apartamento en Roma.
Ese texto es el germen de Anthony Burgess, más allá de La naranja mecánica, un documental dirigido por Elisa Mantin y Benoit Felici recién estrenado en Filmin.
La pieza, a través de abundante material de archivo, entrevistas con expertos en el tema y los propios textos del escritor, contextualiza la creación de La naranja mecánica y reivindica la importancia que sigue teniendo a día de hoy.
En The Clockwork Condition, Burgess se esfuerza por definir lo que él entendía como la “condición mecánica”, la auténtica esencia de su novela. “Un conflicto perpetuo entre el bien y el mal”, explica, para después añadir: “No creo que sea mi mejor libro pero, al mismo tiempo, revela mucho sobre este dilema y también sobre el miedo a la violencia irracional. En muchos sentidos, el libro soy yo, y presenta mi propia batalla interior contra esta fuerza, el mal. Trágicamente nos volvemos indiferentes cuando día tras día las noticias nos muestran imágenes de nuestra violenta realidad y un artista no solo tiene el derecho sino también el deber de escandalizar, si lo considera necesario, para hacernos reflexionar sobre la humanidad y su destino”.
Condicionamiento y libre albedrío
De eso va la segunda parte del libro, cuya carga política es mucho más profunda que la de la primera. La terapia a la que Alex se ve sometido acaba funcionando: cada vez que intenta cometer un acto violento se siente mal, le entran ganas de vomitar y pierde toda su fuerza. Se ha convertido en una especie de perro de Pavlov o un animal de los experimentos de B.F. Skinner, el padre del conductismo.
Las técnicas de condicionamiento al estilo del Método Ludovico, aunque ahora podamos verlas como una absoluta locura, estaban muy de moda en la época en la que Burgess escribió su libro. La derecha más radical las consideraba modernas y adecuadas para controlar a una población (especialmente la juvenil) que se estaba volviendo más y más contestataria. ¿Y si fuera posible eliminar comportamientos “indeseables” para los ciudadanos “bienpensantes” de la sociedad como el alcoholismo, la drogadicción o la homosexualidad, a través de terapias de aversión?
De hecho, el libro es también, secretamente, un pequeño juego de adoctrinamiento. Alex y sus amigos tienen un lenguaje propio llamado nadsat, que contiene palabras como drugo, korova o moloko. Este lenguaje fue inventado por Burgess para la novela pero está inspirado, en realidad, en el ruso. Drugo significa “amigo” en esa lengua, korova es “vaca” y moloko es “leche”. “Pretendí convertir el libro en una especie de manual de lavado de cerebro. Al final, deberías encontrarte en posesión de un mínimo vocabulario ruso sin esfuerzo, por sorpresa”, escribió el autor.
De todo esto es precisamente de lo que quería advertirnos Burgess, de cómo el estado podría dar el paso de querer controlarnos de una forma mucho más profunda y sutil. Convencernos, de hecho, de qué es lo mejor y que acabemos pidiendo a nuestros gobernantes que nos controlen.
En este sentido, la novela es heredera directa de obras como 1984 de George Orwell o Un mundo feliz de Aldous Huxley. “Para la mayoría, la vida transcurre como un despertador de Woolworth’s”, escribe el autor en su ensayo. “Nos acostumbramos a un ritmo impuesto por la necesidad de subsistir. Pronto nos gustará nuestra esclavitud”.
Esto conecta automáticamente la temática del libro con nuestro presente. El documental introduce el tema en nuestro contexto actual de una forma muy sutil. Mientras escuchamos al autor diciendo: “Todos podríamos estar de acuerdo con el profesor Skinner en que una sociedad bien dirigida y condicionada es algo excelente para crear una nueva raza. Una raza convencida racionalmente de la necesidad de ser condicionada, siempre que el condicionamiento se base en recompensas y no en castigos”, en la pantalla se muestran imágenes de las redes sociales, de personas dando y recibiendo “me gusta”, como una especie de metáfora de las formas más modernas de tiranía. “¿Es la libertad de elección tan importante?”, continúa Burgess. “Es más, ¿es el hombre capaz de ejercerla? ¿Tiene el término libertad un significado intrínseco?”
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