sábado, 15 de febrero de 2020

60 escritoras españolas

Escritoras importantes que deberían aparecer en los libros de texto

Escritoras en la prensa

http://www.escritorasenlaprensa.es/sofia-perez-casanova/


Día de las escritoras: los datos de la brecha de género en la literatura

http://www.rtve.es/noticias/20181015/mujeres-escritoras-datos-brecha-genero-literatura/1818926.shtml

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Base de datos de escritoras españolas actuales y de todos los tiempos. Recopilación de escritoras importantes por épocas y breve descripción de actividad, obra e información.
https://www.javilara.com/escritoras-espanolas/


No es que sea una moda feminista valorar a las mujeres escritoras, sino que tenemos escritoras españolas de gran calidad que apenas se conocen y esto esta injusticia, tarde o temprano, tiene que solventarse. Hasta ahora, los libros de Lengua castellana y Literatura de Educación Secundaria Obligatoria apenas mostraban en toda la historia de la Literatura Española tres mujeres: Santa Teresa de Jesús, Rosalía de Castro y Emilia Pardo Bazán. A ellas se les solía unir alguna autora más en el tema de narrativa actual. Sin embargo, muchas autoras se han quedado en el tintero desde los orígenes del castellano. Generaciones como las del Neoclásico, del 98 o del 27 pasaban por el alumnado sin una sola mujer. Parece que poco a poco es un fenómeno que se está equilibrando, aunque todavía queda mucho camino por recorrer y, sin duda, hay que seguir revalorizando a las escritoras españolas actuales, sin duda, escritoras importantes.



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Escritoras españolas Edad Media

Wallada bint al-Mustakfi (994-1091)


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Hija de uno de los últimos califas que vivió en el siglo X, la princesa Wallada es una de las escritoras importantes de Al-Ándalus que habló sobre su relación secreta con el poeta Ibn Zaydún y sus palabras están llenas de fuerza. En sus poemas, además de amor, hay celos, dolor, reproche y sátira.


Lubna de Córdoba (-984)

https://www.poetasandaluces.com/profile/343/

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Esta escritora española se crió entre los muros del palacio del sultán Abderramán III, en Medina Azahara. Fue una intelectual andaluza del siglo X, nacida esclava y de origen cristiano. Experta en gramática y matemáticas, escribió poesía, fue responsable de la biblioteca real de Córdoba y secretaria del califa Alhakén II. La historiografía árabe afirma que Lubna trabajó también como traductora, escribiente, experta en adquisiciones para la biblioteca real y matemática.



Las trobairitz

En la Edad Media también hubo trovadoras y escritoras importantes, las trobairitz, mujeres de clases nobles que escribieron y transmitieron sus poemas, principalmente de amor, y que se movieron en la Provenza francesa y en Cataluña. Aunque la mayoría de las obras de las que hay constancia son de escritoras francesas, algunos expertos destacan a la gallega María la Balteira, que acompañaba al ejército cantando y bailando.



Leonor López de Córdoba y Carrillo (1362/1363-1430)

Resultado de imagen de Leonor López de Córdoba y Carrillo"Natural de Calatayud y fallecida en Córdoba, su producción literaria está basada en sus Memorias, elaboradas ante un notario público, unas de las primeras autobiografías en lengua castellana. La importancia de este documento para las escritoras españolas es en gran parte histórica, ya que que fue consejera de la reina Catalina de Lancáster durante la regencia de su hijo Juan II de Castilla.

Más información de esta escritora
http://dbe.rah.es/biografias/17614/leonor-lopez-de-cordoba


Resultado de imagen de Isabel de Villena (1430-1490)"Isabel de Villena (1430-1490)

Es la escritora más importante hispánica medieval de obra conservada por su amplitud y talla intelectual. Defendió la dignidad del género femenino. Nacida en Valencia en 1430, fue una escritora y religiosa que vivió en la corte de María de Castilla. La única obra que se ha conservado de su autoría es Vita Christi, edición de Aldonça de Montsoriu, abadesa que la sustituyó en el convento de las clarisas de Valencia. Hay algunas referencias a varios tratados y una obra mística, el Speculum Animae.

"Pues la persona que humillarse quiere no necesita sino que conozca que es hombre, y entonces será cierto cuántas son las miserias que siguen la naturaleza del hombre, y conocerá cuánta razón tiene de humillarse y de temer en toda la vida suya, pues quien las conoce, todo tiempo encuentra dentro si causas de peligro que lo hacen vivir en gran temor del juicio de Dios. Y esta es la verdadera sabiduría que el hombre debe estudiar en la vida presente, esforzándose en perfetament conocer si mismo y temer y amargo el su Padre y Creador, quien es juez recto. y de esta virtuosa temor habla el Eclesiástico, diciendo [...] que el comienzo de la sabiduría es temer Dios. y en otro lugar dice [. ..] [que] quien teme a Dios durante la vida suya, gran misericordia y bien encontrará en el extremo de la muerte, en el día del fin suda será bendito y recibirá aquella gracia final que eternamente durará. "

Más información de esta escritora

https://www.escriptors.cat/autors/villenai/?

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Escritoras españolas del Renacimiento

Beatriz Galindo "La latina" (1465-1534)

beatriz galindo
Entre las mujeres escritoras, conocida como "La latina" perteneció a la nobleza del entorno de los Reyes Católicos y conversó en latín con la reina, con quien mantuvo una intensa amistad. Influenciada por el ambiente de estudios de su ciudad natal, Salamanca, fue una mujer culta, dominadora de los textos clásicos a los 16 años. Se le atribuyen el Estudio, notas y comentarios sobre Aristóteles, junto a algunas poemas y cartas en latín.


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Florencia Pinar (1470-1530)

Resultado de imagen de Florencia Pinar (1470-1530)"Aunque se desconocen algunos datos biográficos de esta escritora española como su lugar de nacimiento, de Florencia Pinar se sabe que fue dama de la corte de Isabel I y primera mujer en participar en justas poéticas. Fue incluida en el Cancionero General y se le atribuyen seis canciones.

CANCIÓN

El amor ha tales mañas
que quien no se guarda de ellas,
si se le entra en las entrañas
no puede salir sin ellas.

El amor es un gusano,
bien mirada su figura:
es un cáncer de natura
que come todo lo sano.

Por sus burlas, por sus sañas,
de él se dan tales querellas
que, si entra en las entrñas
no puede salir sin ellas.

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Sor María de Santo Domingo (1480/86-1524)

Si bien otras escritoras importantes de la época pertenecían a la nobleza, en el caso de Sor María de Santo Domingo o beata de Piedrahita fue hija de labriegos y campesina hasta que tomó los hábitos, estando primero en Piedrahita y después en Ávila. No llegó a escribir, pero utilizó el dictado para transmitir sus experiencias místicas a través de El Libro de la Oración y Las revelaciones.

Más información sobre esta escritora
http://dbe.rah.es/biografias/49390/beata-maria-de-santo-domingo


Leonor Centellas Marquesa de Cotrone (S. XV)

Junto a Florencia del Pinar, Leonor Centellas es la otra mujer escritora en el Cancionero General a través de un poema que comienza "Cuando yo triste me seco". Hay constancia de que en las fiestas de coronación de los Reyes Católicos en 1475 en Valladolid sacó una invención basada en fuegos bordados en la manga de su vestido junto a unos versos.


Beatriz Bernal (1501/1504 - 1562/1586)


Cristalián de España, libro de la escritora española Beatriz Bernal.Después de tener muestras de literatura femenina fundamentalmente en verso y en torno a experiencias personales, la vallisoletana Beatriz Bernal publicó en 1545 la primera novela escrita por una mujer, en concreto, una novela de caballerías llamada Cristalián de España. En la primera edición figuraba como autora una "señora natural de la noble y más leal villa de Valladolid", aunque posteriormente se conocería el nombre tras la reimpresión encargada por su hija, una curiosidad más que nubló el conocimiento en su época de otra de las mujeres escritoras españolas.

Cristalián de España, libro de la escritora española Beatriz Bernal.
Cristalián de España, libro de la escritora española Beatriz Bernal.
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Oliva Sabuco (1562-1622)

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Considerada escritora española del Renacimiento, nació en Alcaraz (Albacete) y compuso la Nueva Filosofía de la naturaleza del hombre, no conocida ni alcanzada de los grandes filósofos antiguos, la cual mejora la vida y salud humana. Es un tratado sobre filosofía y salud donde, entre otros contenidos, hablaba del tratamiento para la peste. Por esta obra se ganó muchos halagos de la época e incluso Lope de Vega la llamó la "décima musa".


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Escritoras del Barroco

Cristobalina Fernández de Alarcón (1576-1646)

Autora natural de Antequera (Málaga) que se codeó con los mejores poetas andaluces de la época e incluso se impuso en algunas justas poéticas. Fue incluida en la antología Flores de poetas ilustres junto a autores como Góngora, Quevedo o Lope de Vega. Su principal temática fue religiosa, aunque escribió una bella canción de amor de estilo petrarquista.

[...]Yo, que escuché su llanto,
levantéme, volviendo la cabeça, [...]
y con vuelo violento
llegué primero que llegase el viento.
Crisalda, que me vido,
tendióme al viento sus divinos braços,
y en ellos recogido,
cobré mi aliento, [...]


[...]Mas ya por la extendida Andalucía
ríos de menos fama nos previenen,
que ilustres hijos tienen,
y se opone con lírica poesía
doña Cristobalina tan segura,
como de su hermosura,
de su pluma famosa,
Sibila de Antequera,
que quien la escucha sabia y mira hermosa,
allí piensa que fue de Amor la esfera[...]



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Ana Caro Mallén de Soto (1590-1646)

Resultado de imagen de Ana Caro Mallén de Soto"Continuamos en el Siglo de Oro con otra autora andaluza, en principio sevillana, aunque este aspecto no está totalmente claro. Se le conocen cuatro relaciones de poemas impresos, algunas décimas a personas relevantes y las obras de teatro El conde partinuplés y Valor, agravio y mujer, comedia famosa en la época. Se le considera la primera dramaturga profesional.


            




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María de Zayas Sotomayor (1590-¿1661?)

Resultado de imagen de María de Zayas Sotomayor"Natural de Madrid, María de Zayas fue una mujer que vivió en diferentes ciudades por pertenecer a familia de militares. En literatura destacó por la escritura de novelas amorosas de ambiente cortesano, en algunos casos plagiadas por su marido. Escribió además una comedia y se acerca en ocasiones a la picaresca. Sus principales obras son Novelas amorosas y ejemplares, Desengaños y La traición en la amistad.


Por tenernos sujetas desde que nacemos vais enflaqueciendo nuestras fuerzas con los temores de la honra y el entendimiento con el recato de la vergüenza, dándonos por espadas ruecas y por libros almohadillas.



María de Zayas, Novelas amorosas y ejemplares 
       

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Más información sobre la escritora María de Zayas


Juliana Morell (1594-1653)

Resultado de imagen de Juliana Morell ("Fue descendiente de judíos conversos. Estamos ante una poeta con grandes conocimientos clásicos y de distintos idiomas a una edad muy joven. Defendió una tesis sobre Margarita de Austria en 1608 con 14 años y sus obras principales son traducciones de textos eclesiásticos.


Información sobre esta escritora
https://es.aleteia.org/2018/10/05/juliana-morell-doctora-cum-laude-con-catorce-anos/



Marcela del Carpio, Sor Marcela de San Félix (1605-1687)


Hijo de Lope de Vega y de la actriz Micaela de Luján, pasó a ser religiosa con 16 años bajo la denominación de Sor Marcela de San Félix. Escribió mucho más de lo que se ha conservado en cinco volúmenes y una autobiografía espiritual que fue quemada junto a cuatro volúmenes. Se conservan veintidós romances, dos seguidillas, ocho loas, una endecha, una lira, un villancico y seis obras teatrales.


Todo envejece y se pudre,
todo se olvida y se acaba,
¿y sólo han de estar en pie
las loas? Cosa es pesada.
Si se hiciese algún coloquio,
aunque fuese en Lusitania,
nos han de sacar la loa
como por punta de lanza.
[vv. 29-36]

Loas de sor Marcela de san Félix



Más información de esta escritora
https://visitantesdelahistoria.wordpress.com/2018/05/08/marcela-del-carpio/


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Escritoras españolas neoclásicas

María Rosa de Gálvez (1768-1806)

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Natural de la provincia de Málaga, de Macharaviaya, moderna y feminista para su época, lo que le hizo sufrir los ataques de algunos hombres. De hecho, sus obras abogan por derechos específicos para la mujer. Escribió teatro neoclásico y abundante poesía lírica de estilo claro y puro.

Biografía de María Rosa de Gálvez


La noche: Canto en verso suelto a la memoria de la señora condesa del Carpio



    Tinieblas gratas de la obscura noche,
a un corazón sensible, que desea
vivir para pensar, vuestro silencio
la calma anuncia; las veloces sombras,
cayendo de los montes a los valles, 5
cubren la tierra; el pardo jilguerillo
los últimos cantares repitiendo,
al nido vuela, y el pastor conduce
al redil su rebaño numeroso.


    Yo en tanto en esta margen solitaria, 10
por donde el Tajo sus raudales lleva,
la bóveda contemplo, en que los astros
con invariable giro, de los tiempos
miden las estaciones y las horas.
El sueño huye de mí, y el genio vela; 15
natura me convida, y elevada
a la vista de tantas maravillas,
mi acento vuela a par de mi deseo.
Más información sobre esta escritora
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/obras-poeticas-tomo-i--0/html/



Fernán Caballero (1796-1877)

Imagen de Fernán Caballero

Esta autora nacida en Suiza y fallecida en Sevilla se caracterizó por su carácter costumbrista defendiendo las virtudes tradicionales, la monarquía y el catolicismo en sus obras. Se decantó por lo tanto por la novela de costumbres con libros como La gaviota, Clemencia, La hija del Sol o La flor de las ruinas.

El ex-voto

Capítulo I

Dos viajeros ilustrados.- Un pueblo que empieza a entrar en la senda del progreso material.- Un sacristán con la boca abierta





«Es la ligereza francesa, es el chiste volteriano, es el nihil mirari el que todo lo marchita entre nosotros».


Chateaubriand               




«El ateísmo no es tanto la creencia como el refugio de las malas conciencias».


Máxima               



Resultado de imagen de Fernán Caballero (1796-1877)La voluntad inglesa es una fuerza motriz de incalculables caballos normandos. Un inglés muy simpático -a sus paisanos- se ha propuesto que esta voluntad omnímoda realice la famosa y fantástica palanca de Arquímedes: a las fuerzas de Atlante reúne los caprichos de una manceba real, y el despotismo de un niño muy mal criadito. Así es, que si un hijo del país, cuyas blancas costas le valieron de los romanos el nombre de Albión, dice, por aquí meto la cabeza, lo hará, sin que le arredren calamorrazos, chichones, achocazos ni descalabraduras.

Aplicando estas reglas generales al pequeño cuadro de la relación que vamos a hacer, nadie extrañara el ver salir de Gibraltar a dos ingleses, con intención de seguir una marcha en línea recta hasta Roncesvalles, sin llevar más guía que sus narices. Mister Hall había dicho a Mister Hill:

-Iremos los dos solos e inseparables, como los Gemelos en el Zodiaco. Cádiz, a donde nos dirigimos primero, no es el polo, para que podamos correr el riesgo de perdernos, como el capitán Franklin.

-Por supuesto -contesto Mister Hill-; el perderse, -añadió suspirando- es un placer con el que han acabado las luces del siglo. El globo está ya explotado.

Diciendo esto los dos amigos, el uno alto y el otro bajo, metieron las espuelas a sus pobres caballos, que deseaban morir para descansar, costearon la bahía, pasaron por Algeciras, subieron una cuesta pendiente como una escalera, y llegaron a las cumbres de las últimas alturas de la sierra de Ronda, que se acercan al mar, como para contemplar su gran hermosura en ancho espejo. Allí se hallaron en una encrespada selva de encinas y alcornoques, que se vestían y engalanaban con las zarzas, la yerba y las vides silvestres, que en sus valles escondían arroyos entre adelfas, y borraban las huellas del hombre con su vigorosa vegetación. Así fue que nuestros viajeros quedaron perdidos en un decir good by: tan perdidos como Mister Hill podía desearlo, logrando disfrutar los dos amigos el deleite de andar varias horas errantes por una selva agreste, como Pablo y Virginia. Por fin, al llegar a un alto algo más despejado de arbolado, divisaron el ancho mar, al que habían venido acercándose, y al pie del monte un valle que tenía por límites, a la izquierda una angosta playa de dorada arena, -puesta por Dios entre el mar y la tierra como inexpugnable baluarte- y a la derecha un pinar tupido y áspero, como una maciza puerta, con la que se cerraba el valle. Sentado en la mullida alfombra que le proporcionaba la yerba que cubría el suelo, estaba un pueblecito misántropo, que teniendo al frente el mar con su inmensa monotonía, a su espalda el grave y oscuro pinar, a los lados las intrincadas sierras, parecía haberse colocado allí para disfrutar de todas las soledades. Antes de llegar al lugar se veían algunos álamos blancos, que habiendo crecido bajo el constante azote del viento de la mar, habían adquirido una actitud doblada y doliente, y sombreaban con vacilante e inquieta sombra un profundo y ancho pozo, con su pilón adyacente, que servía de abrevadero a los ganados.

A la entrada del pueblo había una robusta y fornida alcantarilla, con pretensiones de puente, la cual salvaba un barranco poco profundo, que en invierno servía de desagüe al prado. Pero a la sazón, habiendo pasado la estación de las lluvias, abría la alcantarilla un tremendo ojo al ver llegar a rendirle homenaje y pasar bajo su férula, no un apacible arroyo, ni menos un soberbio torrente, sino una manada de gorrinos. Adornaban la cabeza de esta alcantarilla, -obra del arte y honra del lugar- dos pilares perfectamente cuadrados, que terminaban, uniéndose amistosamente, las cuatro esquinas, y sellando esta unión con una alcachofa o cosa parecida, que por ser únicas en su especie, no tienen clasificación ni en la horticultura ni en la arquitectura. Cuando se había concluido aquella mejora urbana, la alcantarilla, y aquel embellecimiento del aspecto público, los postes, con pretensiones a pertenecer, aunque por casta degenerada, a la familia de los obeliscos, o columnas monumentales, el Alcalde encargó al maestro de primeras y únicas letras del lugar, un letrero o inscripción, para memoria y señal de la época en que se hizo, y de las personas que en ella actuaron. Lo único que le advirtió fue que diese aquel letrero testimonio de todo el profundo respeto que tenía el pueblo a la Religión, y del que las autoridades profesaban a la Constitución. El Maestro de primeras letras, que era expeditivo, escribió en dos por tres, en vino de los postes, con unas letras gordas y robustas, como los chiquillos que iban a la escuela, la siguiente inscripción:



   Detente aquí, caminante;
Adora la religión,
Ama la constitución
Y luego... pasa adelante1.

Más información de esta autora
http://www.cervantesvirtual.com/portales/fernan_caballero/



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Escritoras del Romanticismo

Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873)

Llamada cariñosamente "Tula", esta autora cubano-española se considera una de las precursoras de la novela hispanoamericana. Su formación fue neoclásica, pero en su obra se distancia temáticamente y afloran los sentimientos del Romanticismo. Su novela más famosa es Sab, sobre amores no correspondidos y temática antiesclavista. También escribió poesía y destacó mucho en teatro, con dramas históricos, estando sus obras representadas en España en el tránsito entre el drama romántico y la comedia con éxitos para Saúl o Baltasar.

La divina Tula




Más información de esta escritora española
https://www.mujeresenlahistoria.com/2011/10/romantica-luchadora-gertrudis-gomez-de.html


Carolina Coronado (1820-1911)


Carolina Coronado (1820 – 1911)
Es otra de las mujeres del Romanticismo español, natural de Extremadura y tía de Ramón Gómez de la Serna. Una enfermedad crónica impulsó que adquiriera esos deseos de morir en vida de muchos románticos, pero tendría una vida larga.
 Su poesía fue muy bien recibida por los escritores de la época, siendo prologada por Harztenbusch, pero también escribió ensayo, piezas teatrales y novela.
Resultado de imagen de Carolina Coronado (1820-1911)Jarilla de Carolina Coronado



(…) “Hay, princesa, una raza de mujeres fecundas de alma cuya producción es un canto, una oración, una poesía, un perfume como el de las flores que no dan semilla. No pidamos a estas mujeres amor para un esposo, porque solo darán un suspiro, una lágrima. Huirán. No les pidamos posteridad de criaturas, sino posteridad de ideas.
A esta raza, mi señora, pertenecéis vos. El temor que os ha espantado siempre al enlazaros a un hombre es el instinto de conservación de vuestra espiritualidad. Vos, doña María, debéis volver al cielo sin haber tocado la tierra sino con la punta de vuestros pies. Dejad, señora, que los reyes se afanen por disponer vuestra suerte: vos moriréis virgen y cuando el vulgo de varones descreídos quiera disculpar sus desórdenes calumniando a nuestro sexo …“Mentís –dirá la Historia-. Si habéis olvidado a las mujeres del pueblo antiguo, bien podéis recordar a las del nuestro. Aquella es la tumba de una princesa sabia: allí yace Doña María.
Cesó de hablar la Sigea, y aún conservaba la mano levantada en actitud de señalar a una tumba.
Doña María estaba conmovida y absorta.
-¡Gracias! –exclamó- gracias, amiga mía, me vuelves el valor y el entusiasmo con tus
palabras. ¡Oh, plugiese al cielo que allí en el sitio donde tú señalas se abriese para mí una tumba esta misma noche!
-Debilidad, señora – replicó la Sigea con energía- debilidad de mujer, indigna de la heroína a quien alabo, es la que os conduce a desear que se abra presto esa tumba. ¡Qué maravilla fuera subir al cielo con la bendita palma a los veinte años, doña María! ¿Creéis que ya están sufridos todos los combates, todos los infortunios, todas las injusticias de los hombres? ¿Creéis que a los veinte años estáis acrisolada solo porque os han desposado con media docena de príncipes a quienes no habéis conocido siquiera? ¿Por qué habéis presidido una academia de doctores? No, no. Os faltan, señora, las pasiones y las calumnias. Es preciso que améis a un hombre: y que este hombre por alguna razón no pueda ser vuestro; que luche vuestro espíritu con vuestro corazón; vuestros deseos con vuestro deber; que perdáis en la lucha vuestra salud y vuestra belleza; que tras largas horas de insomnios y de lágrimas ardientes triunféis de vos misma; y que después de este sacrificio, cuando vayáis a cantar el himno de victoria, os calumnien los hombres.
-¡Ay! -exclamó Doña María estremeciéndose- ¡Yo nunca tendría fuerzas para sufrir
tanto!.
Resultado de imagen de Carolina Coronado (1820-1911)-Sí, señora, las tendréis.” (…)
Carolina Coronado, La Sigea, Obras Completas, vol. I. Obras en prosa (I), ed. de Gregorio Torres Nebrera, Editora Regional de Extremadura, Mérida, 1999, p.433.




No lo toméis a consejo,

pues vos para aconsejado

y yo para consejera

inútiles somos ambos:

vos, señor, porque contáis

con muy razonables años

para poder en la vida

dirigiros ya sin ayo,

y esta humilde servidora

por tenerlos muy escasos
para poder con su apoyo
ir por la tierra marchando.
Mas sin ser consejo alguno,
podéis escuchar un rato
cuatro sencillas palabras
que tengo, señor, que hablaros.
Si de provecho no os sirven,
tampoco os serán de daño,
con que prestadme el oído
y os charlaré breve y claro.
Os quejáis de mis desdenes
y el por qué, yo no lo alcanzo,
pues las canas venerables
yo respeto, nunca agravio;
y en fe de verdad tan pura,
jamás consentí escucharos
las voces almibaradas
de «hermosa, mi bien, te amo»,
por evitar que el ridículo
os hiriera de rechazo,
al responderos el mundo
con su risa y con su escarnio.
Porque, dejaos de aprehensiones,
ninguno creerá el flechazo
de que os doléis con tal pena,
pues Cupido no es tan malo
que fuera en un moribundo
a ensañar su genio bravo.
Más bien la gota, el reuma,
o algún histérico flato
han sido los agresores
de ese cuerpo desdichado;
y vos en reminiscencia
de los amores de antaño,
al encontraros doliente,
os juzgáis enamorado.
Pero señor, ¡en conciencia!
ved que es error, que es engaño
y en vez de atisbar mis rejas,
y espantarme todo el barrio,
tomándome por remedio
de males, que yo no sano,
buscad un doctor que os vea,
y si es un ataque asmático,
os recete y desengañe
del tema que habéis tomado.
A él podéis, si no os remedia,
llamarle «¡insensible, ingrato!
y todas esas razones
con que os estáis lamentando
de una mujer que no os hizo
más ofensa ni más daño,
que nacer en este siglo,
y no en el siglo pasado.
Tal vez yo de haber nacido
en tiempo de Carlos Cuarto,
de vuestra joven persona
me hubiera también prendado,
como las viejas mujeres
que tiene Dios en descanso,
y que os dejaron memorias
de lo mucho que os amaron
en cartas ya carcomidas
y en rizos apolillados.
¡Cómo ha de ser! Lo dispuso
la suerte tan al contrario,
que entre vos y yo en España
tres monarcas han reinado.
Os lo digo, no por mofa,
vale mucho un hombre anciano,
pero soy caña muy débil
para serviros de báculo;
ni monedas de este cuño
parecen bien en la mano
del que al buscarlas debiera
ser, al menos, anticuario.
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Por lo demás, yo os estimo
como al Arco de Trajano,
como al puente de los moros,
como a todo lo que es raro,
porque llega y sobrevive
a los días que alcanzamos.
Cuando pasáis os saludo,
con reverencia, con pasmo;
cuando habláis os oigo absorta,
como si oyera lejanos
los ecos de aquellas voces
que en tiempo del Cid sonaron…
Pero la tos os molesta,
la brisa va refrescando,
y temo os falte la vida
cuando por luenga la aplaudo:
basta pues, cubríos el rostro,
perdonadme y retiraos.

Badajoz, 1845

Más información sobre Carolina Coronado

http://escritores.bne.es/web/authors/carolina-coronado-1820-1911/



Concepción Arenal (1820-1893)

En esta evolución de épocas literarias, Concepción Arenal se encuadra en el Realismo y además se le considera pionera dentro del feminismo español. Publicó numerosísimas obras, alternando las literarias con otras de pensamiento en torno a la legitimidad de las guerras o la educación en las cárceles.

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La Instrucción del Pueblo

Concepción Arenal


TratadoEnsayoPolítica


Introducción

Hay en España gran número de personas que más o menos abogan por la instrucción; pero son pocas las que se penetran bien de toda su importancia, y menos aún las que están dispuestas a contribuir eficazmente a que se generalice. Sucede con ella algo parecido a lo que con la religión acontece: son más los que la invocan que los que la practican. La conveniencia de la instrucción empieza a comprenderse; la necesidad todavía no, por regla general. Las pruebas de esto son casi tantas como los hechos bien observados que al asunto se refieren, y ya se mire abajo, en medio o arriba, se hallará por lo común muy bajo el nivel de la enseñanza y la consideración que merecen hoy los que enseñan: para convencerse de uno y otro basta examinar un niño que sale de la escuela, un mozalbete que sale del Instituto, un joven que sale de la Universidad, y tomar nota de los sueldos que tienen los maestros, desde el de primeras letras hasta el que explica las asignaturas del doctorado.
Un título académico da derechos, no seguridad de la ciencia del que le posee, que sólo por excepción corresponde a los certificados obtenidos; y en cuanto a retribución, el profesorado parece que puede incluirse en aquellos modos de vivir que decía Larra que no dan de vivir. No está anticuado el antiguo dicho de tienes más hambre que un maestro de escuela, y los de Instituto y Universidad, en su gran mayoría, no pueden sostenerse con sus sueldos, a menos que no renuncien a formar una familia y tengan en sus gastos una parsimonia rara en la época, o busquen en otras ocupaciones con que llenar el vacío que el mezquino jornal deja en su presupuesto. Esta necesidad en que se los pone rebaja indefectiblemente el nivel intelectual, porque hoy el maestro no puede ser más que maestro, y no hace poco el que buen maestro es. Antes pasaban años y años sin que las ciencias dieran un paso; ahora...

Textos de Concepción Arenal


https://www.textos.info/textos/autor/concepcion-arenal

Más información sobre esta escritora

http://www.cervantesvirtual.com/portales/concepcion_arenal/autora_biografia/

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arenal.htm


Rosalía de Castro (1837-1885)

Resultado de imagen de Rosalía de Castro
La postromántica poeta gallega se diferencia de la mayoría de las demás en que su nombre y obra sí se refleja en los libros de texto. De hecho, es una imprescindible y no debería contar con menos protagonismo que Bécquer o Espronceda debido a la repercusión y a la vigencia de sus obras poéticas, siendo impulsora del renacer de la lengua gallega con Cantares galegos y Follas novas.


Co seu xordo e costante mormorio

atráime o oleaxen dese mar bravío,

cal atrái das serenas o cantar.

«Neste meu leito misterioso e frio

-dime-, ven brandamente a descansar».

El namorado está de min... ¡o deño!

i eu namorada del.

Pois saldremos co empeño,

que si el me chama sin parar, eu teño

unhas ansias mortáis de apousar nel.

Resultado de imagen de Rosalía de Castro
  • ——, En las orillas del Sar, Poesías de Rosalía de Castro de Murguía, Madrid, Establecimiento tipográfico de Ricardo Fe, Calle de Cedaceros, n.º 11, 1884.
  • ——, Obras Completas de Rosalía de Castro, IEn las orillas del Sar, prólogo de Manuel Murguía, Madrid, Librería de Hernando, calle del Arenal, 1909.
  • ——, Obras Completas de Rosalía de Castro, I: En las orillas del Sar, prólogo de Manuel de Murguía, Madrid, Librería de Pueyo, Mesonero Romanos, 10, 1909.
  • ——, En las orillas del Sar, Madrid, editorial Páez, sin año.
  • ——, En las orillas del Sar, editorial Buenos Aires, Colección Dorna, 1941.
  • ——, En las orillas del Sar, en Rosalía de Castro, Obras Completas, recopilación y estudio biobibliográfico por V. García Martí, Madrid, Aguilar, 1944.
  • ——, En las orillas del Sar, edición, prólogo y notas de J. Alonso Montero, Salamanca, ediciones Anaya, col. Biblioteca Anaya, 1964.
  • ——, En las orillas del Sar, en Rosalía de Castro, Poesías, edición preparada por la Cátedra de Lingüística e Literatura Galega de Universidade de Santiago, nota editorial de R. Carballo Calero, Vigo, Patronato Rosalía de Castro, 1973.

Textos de Rosalía de Castro



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Las Literatas

Rosalía de Castro


CartaCrítica


Carta á Eduarda:
Mi querida Eduarda: ¿Seré demasiado cruel, al empezar esta carta, diciéndote que la tuya me ha puesto triste y malhumorada? ¿Iré a parecerte envidiosa de tus talentos, o brutalmente franca, cuando me atrevo a despojarte, sin rebozo ni compasión, de esas caras ilusiones que tan ardientemente acaricias? Pero tú sabes quién soy, conoces hasta lo íntimo mis sentimientos, las afecciones de mi corazón, y puedo hablarte.
Resultado de imagen de Rosalía de Castro TEXTOSNo, mil veces no, Eduarda; aleja de ti tan fatal tentación, no publiques nada y guarda para ti sola tus versos y tu prosa, tus novelas y tus dramas: que ése sea un secreto entre el cielo, tú y yo. ¿No ves que el mundo está lleno de esas cosas? Todos escriben y de todo. Las musas se han desencadenado. Hay más libros que arenas tiene el mar, más genios que estrellas tiene el cielo y más críticos que hierbas hay en los campos. Muchos han dado en tomar esto último por oficio; reciben por ello alabanzas de la patria, y aunque lo hacen lo peor que hubiera podido esperarse, prosiguen entusiasmados, riéndose, necios felices, de los otros necios, mientras los demás se ríen de ellos. Semejantes a una plaga asoladora, críticos y escritores han invadido la tierra y la devoran como pueden. ¿Qué falta hacemos, pues, tú y yo entre ese tumulto devastador? Ninguna y lo que sobra siempre está demás. Dirás que trato esta cuestión como la del matrimonio, que hablamos mal de él después que nos hemos casado; mas puedo asegurarte, amiga mía, que si el matrimonio es casi para nosotros una necesidad impuesta por la sociedad y la misma naturaleza, las musas son un escollo y nada más Y, por otra parte, ¿merecen ellas que uno las ame? ¿No se han hecho acaso tan ramplonas y plebeyas que acuden al primero que las invoca, siquiera sea la cabeza más vacía? juzga por lo que te voy a contar.
Hace algún tiempo, el barbero de mi marido se presentó circunspecto y orgullosamente grave.
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Escritoras españolas del Realismo y Naturalismo

Rosario de Acuña y Villanueva (1850-1923)

Resultado de imagen de Rosario de Acuña y Villanueva (1850-1923)De carácter republicano, la escritora española Rosario de Acuña tiene obra de corte variado, tanto literaria, como ensayística y periodística. Hizo un teatro valiente destacando por escandoloso El padre Juan. Tiene además poesía con cuatro libros, textos didácticos y ensayo.

Sr. D. Ramón Chíes
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Muy señor mío:
Hará más de un año volvía yo de Madrid con varios paquetes de compras. Al desenvolverlos, miré el papel donde venían, y su título me llamó la atención: tenía delante Las Dominicales del Libre Pensamiento. Sin perder ni un minuto extendí sobre mi mesa de trabajo aquel periódico, hasta entonces desconocido para mí, y, conforme iba leyendo en sus columnas, parecíamos que allá, en el fondo de mi cerebro bullían, con el impetuoso golpear de mil desbordados torrentes, todas las sensaciones, todas las ideas y todos los sentimientos que pueden encerrarse en una cabeza pensadora, alentada por el calor de la plenitud de la vida.
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No desciendo al detalle: además, no hago memoria de los artículos que leí en aquella hora memorable. Pero recuerdo perfectamente la impresión concreta que me produjo su lectura. Tenía enfrente de mí algo más que un periódico; tenía delante de mí la idea virgen, exuberante de lozanía, henchida de promesas y de esperanzas que, iniciada por las leyes de la Naturaleza, y algo traducida en las palabras del Evangelio, se había conservado inmaculada, durante muchos siglos de titánicas luchas, en la inteligencia de los sabios y en el corazón de los mártires: delante de mí estaba la idea de la Libertad, en su más alta representación, la libertad del pensamiento. Quedé absorta, confusa. Yo bien sabía que las leyes que rigen el Universo, condensadas en una sola palabra –AMOR– vencerían al fin todos los obstáculos y triunfarían de todas las generaciones hasta coronar a la Humanidad de nuestro planeta; pero esta fe vivía en mí como una halagadora utopía, como un ideal imposible, no sólo para mí, sino para mil razas y mil edades que me siguieran. Con frecuencia tendía la mirada sobre mi patria, y, viéndola enferma de nostalgia de moral, con los huesos roídos por el sibaritismo del vicio y de la vanidad, adormecida por el aroma del incienso, opio funesto, entre cuyas nubes se la ofrecía un paraíso ganado al grito de Carlos VII; viéndola en el indiferentismo de la mujer prostituida, sin rubor en su frente ante las bajezas de sus señores, sin indignación en su alma ante el cinismo de sus dueños; viéndola arrastrarse lánguida, anémica, viviendo como las muchedumbres de la Roma imperial, de las sobras de los banquetes y de las limosnas de las meretrices; viéndola sin vigor, sin honra y sin conciencia, huir de toda lucha, de todo movimiento y de toda aspiración, porque las aspiraciones, como el movimiento y la lucha, necesitan fuerza, energía, fe, y todo esto no se tiene ni se logra en la molicie, en el egoísmo, ni en la superstición…, me pareció haber soñado cuando terminé de leer Las Dominicales, porque en ellas palpitaba la vida de la libertad, de la justicia, de la fraternidad, no como una abstracción del pensamiento, sino como una realidad viviente, enérgica, activa, llena de promesas de redención y de esperanzas de felicidad. 
Resultado de imagen de Rosario de Acuña y Villanueva (1850-1923)Aquel periódico, extendido ante mis ojos, con aquel lenguaje de sublimes sinceridades; con aquella altivez indómita que se manifestaba en cada una de sus líneas; con aquel entusiasmo arrojado, vehemente, despreciativo de lo convencional, y al mismo tiempo lleno de generosidad y de austeridades, era el grito primero, el más valiente, el más conmovedor y el más imposible de ahogar de un pueblo que despierta, de un pueblo que desperezándose, como el león harto de míseros despojos, lanza los candentes hierros sino logra, con su vigorosa fuerza, romper las cadenas que lo aprisionan.
Imagen relacionadaNi un solo día desde entonces dejé de leer Las Dominicales. ¡Cuánto he meditado teniéndolas delante y con los ojos a medio cerrar, para resumir mejor la síntesis de cada uno de sus artículos! Una vez estaba estudiándolas de codos sobre la mesa; la luz de la lámpara caía de lleno en sus hojas; enfrente de mí se alzaba un gran espejo. «¡Qué lucha –me decía– han entablado estos hombres en pro de lo bueno, de lo justo y de lo bello! ¿Vencerán?» Un velo se extendió ante mis ojos, y al disiparse, como telón de comedia de magia, se me apareció el hogar del hombre, es decir, la mujer, que en nuestras actuales sociedades sintetiza el hogar. Algo como una mano de hierro sentí que estrujaba el corazón; y la idea que surgió de aquel dolor asfixiante, vibró en mi inteligencia llena de quejidos y de indignaciones. He aquí el escollo –me dije– he aquí el abismo profundo y erizado de abruptas aristas donde podrá caer despedazada la libertad. La mujer, cuando se inspira en la ignorancia y la superstición, es la gota de agua cayendo tenaz, leve y apenas notada, sobre el cerebro del hombre, agujereando primero el duro cráneo para penetrar la blanda en insensible masa encefálica, desviando luego las circunvalaciones para diluir en su fresco raudal el fósforo de la inteligencia y extenderse después por la médula, trocando los deseos generosos en instintos sistemáticos, transformando el amor a la humanidad en individual egoísmo, cambiando las aspiraciones hacia lo eterno y permanente por ambición mezquina. La mujer enfrente del librepensamiento lo ahogará, lo difamará (permítaseme esta frase) unas veces con sus halagadoras caricias, otras con su fingida indignación, otras con sensatos y prácticos consejos, y siempre con las sugestiones de un oculto, titánico, avasallador, fuertísimo poder, que se desarrolla como una culebra, y arrastrándose silenciosamente junto al mismo lecho nupcial, fascina con su vidrioso mirar el pensamiento del hombre que se tuvo por más fuerte.  Este poder, que se apoya en la ignorancia de la mujer, su hasta ahora inquebrantable cimiento (triste es decirlo, pero es verdad; esta ignorancia dimana, la mayor parte de las veces, del hombre, que no quiere librar de ella a la mujer, en la funesta creencia de que no podrá manejarla cuando la haga su semejante), este poder es el del confesionario. Allí está, con sabiduría bastante para las inteligencias que se le acercan: allí está, como estas plantas insecticidas llenas de perfumes, prontas a encerrar en sus mortíferas corolas la pobre mosca fascinada con sus encantos. Este poder, que he dicho que es inmenso, dispone de armas que estremecen, pues jamás en los arsenales humanos se hicieron mejor templadas.
La palabra «libertad» aplicada a las emancipaciones del alma y del cuerpo (¡¡!!) y la palabra amor, interpretando las atracciones de los sexos, resuenan sin cesar detrás de aquellas rejillas, donde se cambian las purezas del espíritu libre por las concupiscencias mundanas de la carne. ¡Oh, qué conocimiento tan grande tienen esos poderes de las debilidades de la mujer! El momento fisiológico, el latir de los nervios femeninos, inapreciables sutilezas para los ojos del padre, del esposo o del hijo, son hábilmente descubiertas y explotadas para encadenar a la mujer en aquel antro de sombra, donde no se la señala otra luz que la de un paraíso ideólogo o la de un infierno materialista. Todas las exquisitas delicadezas del organismo de la mujer, santuario donde la maternidad afianza el triunfo de la vida, se conmueven, como las cuerdas de eólica carpa, por el aura suave y melodiosa de la palabra amor; y allí, entre esos muros altos y silenciosos, en la semioscuridad de un alba naciente, se la hace repetir una y mil veces esa palabra, en todos los tonos y bajo todas las formas, con el pretexto artificioso de purificarla el alma, pero con el fin seguro de encadenarla, no al alto amor de la humanidad, sino a los amores carnales, a los amores de los sentidos extraviados, que serán en lo sucesivo argollas inquebrantables donde gima prisionera, la que acaso sin aquellos manejos hubiera sido siempre libre. Y la infeliz mujer, firmado ya el pacto, estremecida en su conciencia sutilísima por el delito, bien sea de pensamiento o de obra, no halla otra salida ni encuentra otra justificación que entregarse toda entera, en su padre moral, al poder secular que la hizo conocer el pecado; y como en el alma de la mujer no hay otro egoísmo que el maternal, que después de todo es un exceso de amor; y como el alma de la mujer, mitad humana destinada a guardar los ricos dones de la ternura, no se satisface con nada que se relacione consigo misma, de aquí que aquella pobre y conmovida pecadora, extasiada con las venturas sin fin que se la ofrecen a cambio de una vida de penitencias y contrariedades, arrastrada por su exaltada fantasía y movida por su pasión vivísima hacia la felicidad absoluta, vuelva la mirada al hombre, y, ansiando salvarle, no queriendo separarse de él ni en la esperada gloria, empiece un trabajo paciente, feroz, terriblemente poderoso, y primero le arranque los libros, después los hijos, luego los amigos, más tarde las ideas, por último la voluntad; y cuando las canas, poblando la cabeza del hombre, deberían ser la corona que lo elevase al más alto grado de sabiduría y de virtud, le veamos caer, como rama de tronco carcomido, y con senil melancolía e indiferentismo infantil pasar y repasar entre sus dedos temblorosos las cuentas de un rosario.
Resultado de imagen de Rosario de Acuña y Villanueva (1850-1923)Y de aquí también esas inconcebibles contradicciones de hombres librepensadores en el foro, en los ateneos, en los congresos, en las profesiones, en las cátedras, en el libro; hombres librepensadores intelectual, y socialmente, y católicos fervorosos en el seno de la familia; hombres hechos dos. ¡Como si fuera posible violentar las leyes eternas de la Naturaleza, que solamente sanciona la unidad! ¡Dos entidades en una sola persona! La mujer es la que realiza este milagro, milagro que es sencillamente una hipocresía; hipocresía católica o libre-pensadora, igual da: modus vivendi del egoísmo, que quiere la paz en casa y la paz fuera de casa. Y de aquí todavía esa mezcolanza, o maridaje risible, que pretenden hacer muchos entre el dogma y la ciencia, empeñándose en lo imposible, como es armonizar con la unidad de la moral absoluta la revelación y el análisis, la experimentación y la Biblia, resultando de todo un engendro híbrido, que paraliza el vuelo de la inteligencia y la facultad del sentimiento, colocando al hombre en la situación del que viera dobles o triples objetos.
Y de aquí, por último, esa separación tácita, pero marcada y real, de las almas del esposo y de la esposa, separación funesta, perturbadora, que acarrea la horrible desmoralización de nuestra sociedad; separación que prostituye la grandeza del matrimonio, que es mutuo consentimiento, es decir, fusión de dos espíritus semejantes, encaminados a un solo fin, la perfectibilidad de los hijos, y esta separación, esta violación de la ley natural, esta profanación del lazo perenne como la vida, inquebrantable como la eternidad, esta anulación (aceptada por nuestra sociedad con un indiferentismo espantoso) que se hace del matrimonio, que en el seno de la humanidad del porvenir será indisoluble aun en la viudez, dimana de que, no hallándose la mujer al nivel del hombre, tienen que marchar por distintos caminos, realizando en los hechos, y por la práctica, lo que no está sancionado por la Naturaleza, ni por la ley, realizando el divorcio, la negación de la responsabilidad de la palabra, ¡del verbo! que es el divino don de la especie humana.
¡Ah, los campeones del librepensamiento en España! ¡No habéis pensado con amargura que la mujer os espera en vuestros hogares con las gracias de su cuerpo, con las astucias de su ignorancia y las sutilezas de su sensibilidad, ocultando entre los encajes, o el percal de su vestido, al enemigo de la sabiduría y de la libertad?
Y si, tratándose de los hombres de ciencia, de fe, no dogmática, sino racional, es esto cierto, ¿qué no se podrá decir de esas grandes masas perdidas en los abismos de la ignorancia, rebajadas por tantos siglos de tiranías, por tantos miles de años de miseria? ¡Qué no se podrá decir de esos hijos del pueblo, que sujetan en la muñeca de sus pequeñuelos la manecilla de tejón, remedio contra el mal de ojo, y colocan a la cabecera del lecho el ramo de olivo bendecido, ahuyentador del rayo! Allí impera en absoluto la mujer. De aquellos hogares salieron las honradas masas a sembrar la desolación y la muerte en los campos de la patria, con el escapulario sobre su pecho, el encono fratricida en su alma, y la imagen de un necio ceñido de corona real. Ella, la mujer, sacaba del fondo del arcón el envoltijo donde se reservaban las onzas, o doblillas, y, con el desprendimiento de la mujer del pueblo cuando realiza un acto de su mayor satisfacción, ella era la que entregaba aquel oro, afanosamente recogido, al traillero de mozos de las montañas vascongadas o de los valles catalanes: ella era la que, domando sus instintos maternales en las pláticas con el cura guerrillero, azuzaba al hijo con la persuasión de su amor a defender la santa religión de sus mayores, poniéndole en sus manos el plomo homicida y rociándole con agua bendita para salvarlo de la muerte.
Resultado de imagen de Rosario de Acuña y Villanueva (1850-1923)¡Defender la libertad de pensamiento sin contar con la mujer! ¡Regenerar la sociedad y afirmar las conquistas de los siglos sin contar con la mujer! ¡Imposible! Ella no puede vivir sin fe. Desconociendo la fe de la naturaleza, de la ciencia y de la Humanidad, se aferra a la que la enseñaron en la niñez, y sirviendo de dócil instrumento con sus sencilleces y sus ternuras a los enemigos de a Humanidad, de la ciencia y de la Naturaleza, se convierte en ariete que socava el edificio del progreso y el templo de la libertad!...
Así hablaba yo mentalmente aquella noche en que estudié Las Dominicales. De pronto alcé la frente, y vi delante de mi una mujer; la imagen de mí misma reproducida en el espejo. Confieso, amigo Chíes, que me reí, aunque con amargura, de los conatos de elocuencia redentora que había ido eslabonando en mi fantasía y, absorbiéndome luego distraída en la contemplación de mí misma, pregunté locamente al terso cristal que me reflejaba, pero no podía contestarme, el por qué del pensamiento, el por qué de la razón; el por qué de la vida; el por qué de todo cuanto existe y ha existido, y hasta el por qué de lo que no existió jamás. Después… difícil fuera desenvolver en palabras el curso de mis meditaciones, pero recuerdo que concluí por decirme: ¿Por qué no dejar salir fuera lo que late oculto en mi pensamiento? ¿Por qué no dejar que brote todo lo que se revela en el fondo de mi pecho? ¿No hay mujeres en mi patria? ¿No hay mujeres que piensen lo que pienso y sienten lo que siento? ¿No hay una pléyade femenina que trabaja heroicamente para el bien de sus hermanas, para la redención de las víctimas? Y esas mismas víctimas, ¿no llegarán a saber, por muy encerradas que estén en los gineceos modernos, por muy disipada que se halle su voluntad en la rutina y la ignorancia, que se pelea por salvarlas, a ellas o a sus hijas, y, poniendo en juego el poder de su debilidad, nos ayudarán desde aquellos rincones para la realización de la gran obra? ¿Pero acometer la obra de regeneración del librepensamiento no será arrostrar el sarcasmo, la sátira, la desestimación de los prudentes, de los sensatos, de los del modus vivendi, personajes respetabilísimos en el mundo del oropel, y los cuales, no hay duda, tienen grandes influencias en mi patria? Sí. No hay duda.
Retiré desalentada los ojos del espejo y tendiendo la vista por el aposento vi un solo punto luminoso, un retrato, el de mi padre, cuyos despojos ya estarán convertidos en polvo. Tenía, pues, detrás de mi la muerte; a mi alrededor, nada: ni las risas gorjeadoras de la niñez, ni el suave calor de la respetable ancianidad. El viril carácter a quien me unió mi corazón y mi palabra tiene bastante fuerza para defenderse solo… ¡Bah! después de todo –exclamé– no vale tanto mi personalidad, sola y escueta como se halla, que merezca ciertas consideraciones pueriles; lo que poco vale, nada pierde con los ataques de las fieras que asaltan los caminos de la vida. Además, la sublimidad de la idea, ¿no es digna del sacrificio de tanta vana consideración a que obliga a la mujer, sin agradecerlo, una sociedad puramente formalista?
Desde entonces sólo una ocasión faltaba a mi propósito. La casualidad la ha deparado en escucharle días pasados, y como la religión de la verdad, que predican Las Dominicales, necesita adeptos que, poseídos de la serenidad de la fe, haciendo de antemano el sacrificio de sí mismos, se coloquen decididamente a su lado, heme aquí, señor Chíes, que vengo a ofrecer mi entusiasta concurso a la causa del librepensamiento, con la mesura del caminante que, viajando solo, ni se precipita ni retrocede.
Y vengo a este campo de glorioso combate con creencias que por nada ni por nadie consentiré en perder, y que espero quepan holgadamente en el programa amplio y generoso de Las Dominicales. Ni por lo que soy, ni por lo que deseo, pretendo usurpar misiones: para usted y los suyos la lucha activa y vigorosa con los poderes, legislaciones o doctrinas imperantes; yo me contentaré con combatir a los enemigos, sean los que fueren, del hogar, de la virtud femenina, de la ilustración de la mujer, de la dignificación de la compañera del hombre. En una palabra, para ustedes lo rudo de la batalla, para mí el detalle de la pelea; la delicadeza o sutilidad, como si dijéramos, capaz de sorprender espías, descubrir emboscadas y señalar delatores. Esto no obstante, si alguna vez el propio celo de la verdad me lleva a su campo, desde ahora les suplico perdón, demandándoles de paso, con la mayor cortesía, el firme apoyo de su brazo de periodistas. Mi pie, aunque acostumbrado a caminar por sierras y despeñaderos, es, al fin y al cabo, un pie femenino, expuesto a tropezar en ciertos escollos. Mi mano, si bien acostumbrada a refrenar los potros bravíos de las dehesas andaluzas; si bien embastecida por las faenas de mi huerto y de mi casa, es mano de mujer, ni fuerte ni musculosa, incapaz de hacerse respetar ni por su rapidez en herir, ni por su firmeza en sostener. La vida del periodista es la vorágine monstruosa, dispuesta siempre a tragar al incauto o al débil, mas con el apoyo de su brazo y el escudo de su amistad pondré reparos al espanto que me causa.
Aquí tal vez se haga usted una pregunta; y por si se la hiciera, quede de antemano contestado. ¿De dónde sacará esta mujer las armas para la lucha? Repitiendo unas frases que le oí, le respondo. Mi arsenal no está en las bibliotecas, está en la vida real; me sirvo para encontrarle del espíritu de observación; con él he ido devanando en mi cerebro hilo de todas clases, y puedo repetir con los dos primeros versos de la famosa relación del Tenorio, estos otros dos de mi cosecha:
Y en todas partes hallé
algo que guardar en mí
A contar desde hoy, de los devanadores de mi memoria se irán soltando cabos que habrán de desenredar los cajistas de Las Dominicales. Y al entrar en esa liza donde riñen rudo combate la luz y las tinieblas, voy a asentar la más alta y clara verdad de que estoy poseída.
NO VENCEREMOS: la húmeda tierra, como dijo Shakespeare, habrá extendido su frío sudario sobre nuestros huesos, y aún seguirá la batalla ensordeciendo con su estruendo las armonías de la naturaleza: el monstruo de las sombras, el verdadero monstruo apocalíptico, representación terrible de todas las ignorancias, las rutinas, las supersticiones, los egoísmos, las vanidades, las envidias, las sensualidades y las soberbias;  esa esfinge de cien cabezas que afianza sus garras de tigre en las huestes de esclavos que alzaron las pirámides del Egipto, y sujeta con los anillos escamosos de su cola de serpiente, a los siervos de la Edad Media y a los proletarios de las sociedades contemporáneas, no se dejará vencer ni rendir sin revolverse con toda su furia de monstruo, con toda la poderosa fuerza que le presta una desesperada agonía; y nuestros esfuerzos, y los esfuerzos de esa juventud entusiasta que nos sigue, la cual ha empezado a conmoverse con el grito de la libertad del pensamiento, y los esfuerzos de otras cien y cien generaciones, serán impotentes para sepultarla en los antros de la muerte. Sí, ¡serán impotentes! Así es como tenemos que empuñar nuestra bandera; sin la esperanza limitada a nuestro corto existir terrenal; sin la esperanza encerrada en los estrechísimos horizontes de nuestra individual felicidad; así, solo así, podremos mirar de frente, sin que su luz enturbie nuestros ojos, al sol penetrante de la Verdad, astro eterno que en los cielos de lo inmortal traza sus órbitas gigantescas por encima de los hombres, por encima de los pueblos y de las razas, y de los siglos y de las edades, y de los mundos; ¡infinito como la luz y el movimiento! ¡inextinguible como la vida y el amor!... No venceremos, pero habremos sostenido el emblema de la humanidad a través del tiempo y del espacio: no venceremos, pero habremos servido a la razón y ceñiremos en nuestra frente la corona de humanos.
Ahora entremos con resolución en el camino de la Verdad, estrecho y orlado de precipicios. Al verme en él tiemblo, sin vacilar. Las alimañas más estrambóticas van a surgir a sus orillas; unas, como los dogos de la fábula de Cano, comenzarán a ladrar; otras se harán las mortecinas, a ver si tropiezo con ellas inadvertidamente; muchas, con la propiedad que tiene la cobardía de ensañarse contra los que imagina indefensos, entablarán un concierto de aullidos.
Resultado de imagen de Rosario de Acuña y Villanueva (1850-1923) ¡Qué afortunada sería si, creyendo usar la mejor arma, guardasen un profundo silencio! Para seguir, a buen paso, por un camino peligroso, no hay mejor que el silencio y la soledad; se llega antes, y se va con más seguridad. De todos modos, no hay que preocuparse; la caballerosidad no obliga a la tontería de defenderse de los pequeños. Mientras no entorpezcan el paso, adelante; si acaso molestan mucho, con unas cuantas quijas de buen pedernal, lanzadas a sitio seguro, y sin dejar de caminar, bastará a que despejen la senda.
Allá voy, comenzando la jornada desde mi Rienzi el tribuno. Lo que antes escribiese, lo rechazo, como nacido en una edad nebulosa, que tenía reminiscencias del candor y recuerdos (emocionales para la mujer) de la propia mística. Parto desde mi Rienzi; sigo con mi Amor a la patria y Tribunales de venganza; me acojo al Cristo retorcido de mi poema Morirse a tiempo; me refugio en aquella cámara de Sentir y pensar donde la santa de corcho veía impasible los egoísmos de una familia de creyentes; recojo mis páginas de Tiempo perdido, con su paloma de azúcar cande suspendida en los altares del sensualista por excelencia; y aquella colección de Intermediarios, especie que converge por una parte con el mono y por otra con el hombre; y encerrándome en mi casita blanca y humilde que también nos defiende de los vientos perniciosos en que se revuelve la sociedad, tendiendo enfrente de mí la república de las aves y los espléndidos rayos del sol, doy el primer paso en la redacción de Las Dominicales, con el afán de que el último que de en las sendas de la vida, despierte en mi alma el amor que siempre tuve a la Libertad, y la vehemente aspiración de tener ¡alas!...¡alas!.
Queda de V. atenta amiga s.s.q.b.s.m.

ROSARIO DE ACUÑA
Pinto, Villa nueva, diciembre 1884



  • Las Dominicales del Libre Pensamiento, Madrid, 28-12-188
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Más información de esta escritora española

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Emilia Pardo Bazán (1851-1921)

Imágenes de Emilia Pardo Bazán
"Tengo por importante entre todos el concepto de que la novela ha dejado de ser obra de mero entretenimiento, modo de engañar gratamente unas cuantas horas, ascendiendo a estudio social, psicológico, histórico, pero al cabo estudio."
(Del Prefacio a Un viaje de novios)

Resultado de imagen de Carta autógrafa de Emilia Pardo Bazán a Unamuno.La condesa de Pardo Bazán fue novelista, periodista, feminista, ensayista, crítica, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática y conferenciante considerándose introductora del naturalismo en España. Fue candidata a entrar en la Real Academia Española, algo que se le negó en varias ocasiones. Su obra más conocida es Los pazos de Ulloa.


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Cometaria

Emilia Pardo Bazán


Cuento


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Lo decían los astrónomos desde todos los observatorios, academias y revistas: en aquella fecha, cuando el cometa nos envolviese en su inmensa cauda luminosa, se acabaría el mundo...; es decir, nuestro planeta, la Tierra. O, para mayor exactitud, lo que se acabaría sería la Humanidad. Todavía rectifico: se acabaría la vida; porque las ponzoñosas emanaciones del cianógeno, cuyo espectro habían revelado los telescopios en la cauda, no dejarían a un ser viviente en la superficie del globo terráqueo. Y la vida, extinguida así, no tenía la menor probabilidad de renacer; las misteriosas condiciones climatológicas en que hizo su aparición no se reproducirían: el fervor ardiente del período carbonífero ha sido sustituido dondequiera por la templanza infecunda...
Resultado de imagen de Emilia Pardo Bazán textososDesde el primer momento, lo creí firmemente. La vida cesaba. No la mía: la de todos. Cerrando los ojos, a obscuras en mi habitación silenciosa, yo trataba de representarme el momento terrible. A un mismo tiempo, sin poder valernos los unos a los otros, caeríamos como enjambres de moscas; no se oiría ni la queja. Ante la catástrofe, se establecería la absoluta igualdad, vanamente soñada desde el origen de la especie. El rey, el millonario, el mendigo, a una misma hora exhalarían el suspiro postrero, entre idénticas ansias. Y cuando los cuerpos inertes de todo el género humano alfombrasen el suelo y el cometa empezase a alejarse, con su velocidad vertiginosa, ¿qué sucedería? ¿Qué aspecto presentaría la parte, antes habitada, del globo?
Resultado de imagen de isabel burdiel emilia pardo bazanMi fantasía se desataba. Se ofrecían a mi vista las espléndidas ciudades, convertidas repentinamente en vastos cementerios. Me paseaba por ellas, y el horror relampagueaba al través de mis vértebras y sacudía mis nervios con estremecimientos sombríos. Porque yo —era lo más espantoso—, yo no había sufrido la suerte común.

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Sofía Casanova (1861-1958)

Resultado de imagen de Sofía Pérez Casanova (1861-1958)Estamos ante más que una escritora porque, además de poeta y novelista, como periodista fue la primera corresponsal española permanente desde un país extranjero y corresponsal de guerra trabajando para el diario ABC. Sus 96 años de vida le permitieron escribir mucho con novelas que situó en contextos tan variados como la Revolución rusa. Fue elogiada por Benito Pérez Galdós.
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La entrevista que Sofía Casanova hizo a Lev Trtosky


La entrevista


Cuando hace cuatro días me decidí en secreto de mi familia a ir al Instituto Smolny, una nevada densa y callada caía sobre San Petersburgo. Deseaba y temía ir —por qué no confesarlo— al apartado lugar donde funcionan todas las dependencias del Gobierno popular. Como no me atrevía a ir sola, ni otra persona alguna hubiera querido acompañarme, dije a la fiel gallega [Pepa], inseparable nuestra en estas penalidades, que viniera conmigo, pero sin descubrirla el objeto de nuestra salida.
Obscuras las calles, resbaladizas como vidrios enjabonados y completamente solitarias a aquella hora –cinco de la tarde-, tras muchos tumbos hallamos un iswostchik, somnoliento en el pescante del trineo. Extrañado de la dirección que le daba y puesto buen precio a la carrera, atravesamos lobregueces y más lobregueces de barrios extremos, hasta dar en un edificio enorme que sobresale de casucas y callejuelas adyacentes. Entre el portón que da a la calle y el de entrada principal del edificio hay un gran espacio, jardín en otro tiempo donde esperan los automóviles del personal gubernativo. Los guardias de la entrada, paisanos armados, caliéntanse en una hoguera. me preguntan adónde voy; respondo que voy a ver al comisario Trotsky y me señalan con franco ademán la escalinata.Resultado de imagen de Sofía Pérez Casanova
Penetro en el edificio, y en la sala contigua a un vestíbulo, donde se desparraman grandes paquetes de papel, veo sentados en torno de una mesa dos marineros, tres soldados y dos jóvenes judías, que escriben. Repito mi demanda de ver a Trotsky -ministro de Negocios Extranjeros, que es el más interesante de los compañeros de Lenin-, y sin más requisitos nos entregan dos pedacillos de papel timbrado con el número del cuarto donde el compañero Trotsky trabaja. Ruego que me indiquen el camino de aquel piso tercero y aquel número 67, y merezco la deferencia a la muchachita judía Sarah Ivanova de que nos conduzca ella misma a los pisos altos. Son muchos los escalones, y a cada uno que subimos auméntase el pánico de Pepa que, aterrados los ojos, el mantillín caído sobre la frente, me dice en gallego cerrado:
-¿A dónde me leva, señora? Mire que aquí nos matan, a canalla está muy armada; a min me tembla o pulso.
Nos dejó Sarah junto a una puerta, donde la Guardia Roja hacía centinela, y mientras que pasaban mi tarjeta a Trocky [hoy escribimos Trotski], dialogué con “la canalla muy armada” que allí había. Les había anunciado la judía que éramos españolas, y cuando uno de aquellos proletarios me dijo que había leído cosas de España, y fijándose en Pepa habló con calor de las mujeres de mi país, oíselo apagándose la luz eléctrica, y lanzó un grito Pepa, agarrándose a mí espantada. Fue un momento de pintoresca emoción; volvió la luz, se abrió la puerta, y el soldado, correcto, que había llevado mi tarjeta, dijo:
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-Les ruego que pasen.
Atravesamos una sala grande, sin más muebles que algunas sillas y máquinas de escribir, y a la izquierda; en un gabinete chico, nos esperaba Trotsky. Me rogó que tomara asiento en el único sillón de la estancia, frente a él, junto a una mesa de despacho. Indicó a Pepa el sofá, que completaba el sobrio mobiliario, y con voz agradable se expresó así en francés:
-Conozco España; es un hermoso país del que tengo buenos recuerdos, aunque la Policía comme de raison me trató mal. He visitado Madrid, Barcelona, Valencia. Mi amigo Pablo Iglesias estaba a la sazón en un Sanatorio; sentí dejar España.
Nuestra política es la única que puede hacerse al presente. El mundo está hambriento de paz y nosotros tenemos la esperanza de que se haga no la paz aislada de Rusia, sino la general, la de todos los pueblos combatientes. Ahora mismo acabo de recibir un radiotelegrama de Czernin de conformidad con nuestra iniciativa de armisticio y de gestiones pacifistas. No hemos de detenernos, ni mis compañeros ni yo, en el camino emprendido.
-¿Pero la actitud de las potencias de la Entente es inquietante?- indiqué.
Resultado de imagen de Sofía Pérez CasanovaVeló con los cansados párpados su aguda mirada Trotsky, y en vano esperé una respuesta o un comentario a mi frase. Conversamos aún, rozando los asuntos, sin ahondar en ellos y con sencillez me dijo al despedirnos:
-Me alegro haber conocido a usted y por su conducto envío un saludo a España.
Volvióse a su asiento, y su cabeza se inclinó sobre los documentos allí reunidos.
¿Es simpático Trotsky? No es atractivo. Acentúa su tipo israelita la espesa melena revolucionaria, que enmarca con negrura su rostro irregular y agudo. Las cejas y la recortada perilla, muy negras, son a modo de pinceladas mefistofélicas en el rostro cetrino. No se revela en él ni la voluntad, ni la inteligencia; nada, en fin, potencialmente fuerte.Podría pasar por un artista decadente, y, sin embargo, yo creo que tiene un valor irremplazable en la Rusia actual, y que no son las circunstancias precarias las que dan relieve a una medianía, sino que es la personalidad de este hombre la que se impone a aquéllas con actos de un plan político desconcertante y trascendental.
Resultado de imagen de Sofía Pérez CasanovaAl fanatismo jerárquico del Imperio sustituye el otro, el de la ergástula en rebeldía. ¿Qué pueblo podrá ser feliz gobernado por el terrorismo de abajo?En el antro de las fieras existe menos disparidad entre ellas y aquel que existía en el Palacio de la Duma. En el Instituto Smolny es todo plebeyamente democrático, y los feroces marineros de Kronstadt, confundidos con la guardia roja, no desdicen de los fríos muros, de las salas desamuebladas, donde funcionan como árbitros de San Petersburgo. Impresionan y desasosiegan el Instituto Smolny, y sus moradores, porque es un foco de anarquía y porque la ignorancia y el odio de los antiguos esclavos a todas las clases sociales arma sus manos con el ensañamiento demoledor.
Sólo la bandera blanca de la paz, que estos hombres levantan, da el alivio de una esperanza a nuestra angustia de desterrados. ¡La paz!, la paz, y luego… ¿qué ocurrirá en las regiones de Rusia dispersas y sin tradición de independencia? Aquella hoguera llameando sobre la nieve a la entrada del Instituto Smolny me parece un símbolo del porvenir: ¡Incendio en las estepas invernales!».
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Sofía Casanova, San Petersburgo, Diciembre 1917 | ABC (2 de marzo de 1918)


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Escritoras de la Generación del 98


Resultado de imagen de Carmen de BurgosCarmen de Burgos (1867-1932)
Natural de Rodalquilar (Almería), Carmen de Burgos se separó de su marido para instalarse en Madrid como periodista y escritora con más de 4.000 artículos y rompiendo lo que hasta su llegada era el periodismo de mujer. Usó el seudónimo 'Colombine'. Opinó sobre temas muy actuales y como corresponsal se acercó más que nadie a la noticia y apoyó el sufragio femenino. No le faltaron aportaciones a la novela y sirvió de influencia a su pareja, Ramón Gómez de la Serna.

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Puñal de Claveles

Carmen de Burgos


Novela corta












I. La primera amonestación

La tarde, de primavera, estaba llena de promesas de fecundidad. El campo ofrecía ya la plenitud de la cosecha con las mieses que comenzaban a enrubiar y mecían las espigas de granos hinchados y lucientes.
Un intenso olor a día de primavera lo envolvía todo de un modo penetrante.
Después de los días grises del invierno reseco, árido y triste, se dejaba sentir con más fuerza al despertar de la Naturaleza en pleno campo, como si se escuchasen las pulsaciones de un corazón que cobraba nueva vida con la circulación de la savia que lo reanimaba todo.
Pura apareció en la puerta del solitario cortijo, puso la mano derecha como toldo a los ojos y tendió la vista a lo largo del camino, que se extendía zigzagueando entre los declives de las montañas.
Se veía avanzar por él una burra cargada con capachos, sobre los que iba colocada una arqueta de madera. A su lado, un hombre, varilla en mano, parecía ayudarle a andar, más que arrearla, para que continuase su camino.
—No me había engañado —murmuró la joven.
Se volvió hacia el interior de la casa y llamó con voz alegre:
—¡Madre! ¡Cándida! ¡Isabel! Por ahí viene el tío Santiaguico.
Se oyó un rumor de crujientes faldas almidonadas, y otras dos jóvenes llegaron al lado de Pura, con expresión contenta y curiosa.
Resultado de imagen de Carmen de Burgos textosEl buhonero que llegaba tenía fama de llevar de cortijo en cortijo las mercancías más bellas, que cambiaba por recova.
La madre apareció detrás.
—Esto es una plaga. Estas gentes no nos dejan parar. Desde que se sabe que se casa Pura parece que se han dado cita aquí.
Los perros comenzaron a ladrar y fingir furiosos ataques en dirección del lugar por donde se aproximaban el hombre y la caballería.
La voz de Pura se elevó imponiéndoles silencio.
—«¡Zaida!». «¡Sola!». ¡Aquí!
Las dos perras se acercaron, mansas, a tiempo que llegaba el vendedor, al que su pequeña estatura valía la disminución de su nombre.
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—¡A la paz de Dios! —dijo.
Y la madre respondió:
—¡Dios te guarde!
En seguida, Santiaguico se dirigió a la burra y comenzó a descargarla, no sólo de la arquilla, sino de los aparejos.
La hospitalidad del campo de Níjar exigía que el viajero se quedase a dormir en el lugar donde se le ponía el sol, ya que la distancia de cortijo a cortijo era siempre larga.
Se viajaba así sin pagar posada. Un pienso de paja para la bestia y la ración de comida para el hombre eran como una cosa obligatoria. Nunca faltaba un rincón para que durmieran los improvisados huéspedes; en el pajar, durante el invierno; o entre la mies de la era, en el verano.
Debía estar acostumbrado Santiaguico a pernoctar en el cortijo del Monje, porque no vaciló en llevar la borrica a la cuadra y en colocar los aparejos sobre un poyo de piedra cercano a la puerta.
Una vez hecho esto penetró con la arquilla en la cocina de arco, que era la primera pieza de la casa.
—No te canses en enseñar nada —dijo la madre—. Ya te advertí el otro día no vinieras en mucho tiempo. Pura lo tiene todo comprado.
—A las mujeres les falta siempre algo. Traigo preciosidades. Usted no tiene más hija que esa, tía Antonia. No sea roñosa, que no se va a llevar el dinero al otro mundo.
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Concha Espina (1869-1955)

Resultado de imagen de Concha Espina (1869-1955)Escritora coetánea a la Generación del 98, Concha Espina comenzó publicando versos y posteriormente ejercería como periodista en Chile. Fue con su narrativa, compuesta por cuentos y novelas, por lo que gozó del reconocimiento, ya que sus novelas eran bastante buscadas por los lectores.Portada de El metal de los muertos, de Concha Espina

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La Esfinge Maragata

Concha Espina


Novela


I. EL SUEÑO DE LA HERMOSURA

Vibra el soplo estridente de la máquina que desaloja vapor, cruje con recio choque una portezuela, algunos pasos vigorosos repercuten en el andén, silba un pito, tañe una campana, y el convoy trajina, resuella y huye, dejando la pequeña estación muda y sola, con el ojo de su farol vigilante encendido en la torva oscuridad de la noche.
El único viajero que ha subido en San Pedro de Oza es joven, ágil, buen mozo; lleva un billete de segunda para Madrid, y, apenas salta al vagón, acomoda su equipaje—una maleta y el portamantas—en la rejilla del coche. Luego desciñe el tahalí que trae debajo del gabán y lo asegura cuidadosamente en un rincón. Dentro de su escarcela de viaje guarda Rogelio Terán—que así se llama el mozo—toda su fortuna: poco dinero y hartas ilusiones; el manuscrito de una novela; un libro de memorias con apuntes de peregrino artista, versos, postales y retratos.
Resultado de imagen de Concha Espina TEXTOSOcupan el departamento dos señoras. Al tenue claror que la lucecilla del techo difunde, sólo se logra averiguar que entrambas duermen: la una sentada a un extremo, con la cabeza envuelta en un abrigo que le oculta la cara; tendida la otra en sosegada postura bajo la caricia confortadora de un chal. Las dos permanecen ajenas al arribo del nuevo viajero; las dos yacen con igual reposo y oscilan con el tren, esfumadas en la penumbra del breve recinto, insensibles a la vida maquinal del convoy, como los inanimados contornos de los almohadones vacíos y los equipajes inertes.
Resultado de imagen de Concha Espina TEXTOSDistrae el caballero unos minutos en cambiar el hongo por la gorra, ceñirse una manta a las rodillas y limpiar los lentes con mucha pausa y pulcritud. Luego previene un cigarrillo, le coloca en los labios con esa petulancia habitual del fumador, y enciende una cerilla.
Mas antes de dar lumbre a su tabaco, inclina curioso el busto hacia la dama, dormida enfrente, de la cual ya ha sorprendido...

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Escritoras modernistas


María de la O Lejárraga García (1874-1974)



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Nacida en San Millán de la Cogolla adoptó como seudónimo literario y pasó a ser conocida entre las escritoras importantes con el nombre de María Martínez Sierra, aunque la mayoría de sus trabajos están firmados con el nombre de su marido, Gregorio Martínez Sierra. Su obra literaria se compone principalmente de libretos musicales, obras de teatro y memorias. Su éxito como dramaturga hizo que pudiera dedicarse a la literatura con un teatro ideológico y crítico con el amor romántico. Resultado de imagen de María de la O Lejárraga García  TEXTOSSe rodeó de personajes de la cultura muy importantes de la época como Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez o los hermanos Álvarez Quintero. Fue militante de izquierdas y diputada terminando en el exilio.


Fuego fatuo


Lo mismo que el fuego fatuo,

lo mismito es el querer

que huyes y te persigue,

le sigues y echa a correr.



Nace en las tardes de enero

cuando aprieta la calor

y va corriendo por los campos

en busca de un corazón.

Lo mismo que el fuego fatuo,
lo mismito es el amor.

Malaya el corazón triste,
que en su fuego quiso arder.
Lo mismo que el fuego fatuo,
lo mismito es el querer.
(1915)



Un régimen de libertad, fundado en lealtad y juego limpio, está obligado a liberar a la mujer, a romper las cadenas seculares, a dejarle las manos libres y a echar sobre sus hombros, para que la lleve a medias con el hombre, la carga de la responsabilidad.


"Sin que el espíritu femenino colabore con el masculino en la confección de la ley, nunca será ella ni justa ni completa".



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https://www.march.es/musica/jovenes/poesia-en-musica/literatura-femenina.asp

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María de Maeztu (1881-1948)

Resultado de imagen de María de Maeztu (1881-1948)Pedagoga y humanista nacida en Vitoria que tuvo una intensa formación universitaria a nivel internacional, lo que le permitió realizar importantes traducciones, además de su obra propia de temática pedagógica. Al estallar la Guerra Civil y tras el fusilamiento de su hermano, Ramiro, viviría en Buenos Aires.


«Soy feminista, me avergonzaría de no serlo, porque creo que toda mujer que piensa deber sentir el deseo de colaborar , como persona, en la obra total de la cultura humana

(Recogido en La mujer Moderna de Gregorio Martínez Sierra)


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Imagen de portada del libro María de MaeztuAunque, naturalmente, tratarnos de proporcionarnos con este club un lugar cómodo y agradable en el que entretenernos algunos ratos, es algo más que un centro de recreo lo que se pretende hacer. Se intenta facilitar a las mujeres españolas, recluidas hasta ahora en casa el mutuo conocimiento y la mutua ayuda. Queremos suscitar un movimiento de fraternidad femenina...”

Obra

La obra de Maeztu no fue abundante, pero si importante para la época en que fue concebida, y aún retumba en las casas de formación que reconocen su labor pedagógica. Los siguientes son los títulos más destacados de su trabajo como docente y humanista:
– La Pedagogía en Londres y las escuelas de párvulos (1909).
– El trabajo de la mujer: nuevas perspectivas (1933, fueron una serie de conferencias llevadas a cabo en la Escuela de Enfermeras de la Cruz Roja de España el 8 de abril de 1933).
– El problema de la ética: la enseñanza de la moral (1938).
– Historia de la cultura europea. La edad moderna: grandeza y servidumbre. Intento de ligar la historia pretérita a las circunstancias del mundo presente (1941).
– Antología, siglo XX. Prosistas españoles (1943).

Para ampliar la información de esta mujer escritora

https://laescueladelarepublica.es/biografias/maria-de-maeztu/

http://datos.bne.es/persona/XX1147031.html

Imagen relacionadaLa influencia de la experiencia internacional en la labor educativa de María de Maeztu. Marta Walliser Martin. Universidad de Alcalá-IULEN España. Centro virtual Cervantes.
El artículo hace una revisión de la obra, el legado y el tiempo en que María de Maeztu desarrolló su labor, en una España que comienza un nuevo siglo entre la tradición y la llegada de una modernidad que llegaba de Europa y de otros lugares.

La pedagoga María de Maeztu. Antonina Rodrigo. Tiempo de Historia nº4.1978.
Recorrido por la biografía y la obra de María de Maeztu, con imágenes muy interesantes de la época.

Las Fundadoras del Lyceum Club Femenino Español. Juan Aguilera Sastre. Universidad de la Rioja.
El Lyceum Club fundado en 1926, fue una de las asociaciones femeninas más famosas de su tiempo, pero hoy en día su historia durante más de 10 años, es bastante desconocida.
En el artículo se analizan los motivos que llevaron a su creación, los objetivos que perseguía y nos regala un censo extenso de sus socias, que nos permiten hacernos una idea muy precisa del perfil de sus participantes.

Zenobia Camprubí (1887-1956)


Resultado de imagen de Zenobia Camprubí (1887-1956)Escritora y lingüista, Zenobia realizó una intensa labor traduciendo la obra de Rabindranath Tagore por primera vez al español. Tienen además un importante valor sus diarios dejando constancia de cómo era la vida y la literatura en la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, Zenobia es más conocida por ser la mujer de Juan Ramón Jiménez, de quien se convirtió en su mejor colaboradora.



Estoy tan encantada y tan entusiasmada con todo, que no creo que haya una persona que disfrute de la vida más que yo


Zenobia Camprubí


Diario I. Cuba, 1937-1939 (fragmento)

"Hoy hace veintiún años que nos casamos, estamos de nuevo en este lado del mar, pero tan lejos de casa. Hace siete meses la visión de nuestra vida presente me hubiera parecido un sueño inalcanzable. Este maravilloso cielo claro, este mar de azul intenso, coronado de blanco por las olas y, sobre todo, esta libertad, todo lo que imaginé como “los Campos Elíseos del mundo externo” para siempre inalcanzables, son nuestros. Cuántos millones de personas en España se sentirán ahora como yo me sentí entonces. Y el futuro es ahora para mí tan inescrutable como lo era en aquel entonces el presente.
(...)
Sin lugar a dudas no nací para revolucionaria. Prefiero sacar provecho de las circunstancias existentes mejorándolas en vez de virarlo todo al revés, corriendo el riesgo de que funcione o no el nuevo experimento. El problema es que soy escéptica en cuanto a todos estos rimbombantes programas políticos para redimir a la humanidad. Y, sin embargo, supongo que si no hubiese algunos reformadores tercos para espolearnos no progresaríamos mucho. He estado trabajando todo el día corrigiendo pruebas y me gustaría dejarme hundir holgazanamente en un hueco. No, definitivamente, el mundo no progresaría mucho si tuviera que depender de mí, pero por otra parte no soy un estorbo, por estar muy ocupada con mis propios asuntos.
(...)
El único consuelo de mi visita al banco fue un obrero gordo gallego que me miraba con ojos bondadosos. “Sí”, interrumpió, “eso es lo que estoy tratando de hacer, mandar dinero a Valencia. En cuanto al otro lado...”. “Nunca llega a su destino”, dijimos los dos al mismo tiempo y los dos nos reímos. Los dos le habíamos enviado dinero a nuestras familias en territorio rebelde. J. R. no se sentía suficientemente bien como para aceptar la invitación del alcalde, por telégrafo, al concierto en la Feria del Libro. Me habría gustado que le hablara al alcalde sobre sus planes de traer a diez niños de España. Los niños de las escuelas públicas contribuirán con un centavo para pagar el pasaje... Me devolvieron por correo aéreo desde Puerto Rico una carta mía enviada el pasado noviembre a la familia en


Diario II. Estados Unidos, 1939-1950 (fragmento)

"Hoy fue un mal día para mí. Empecé con ganas de escribir un cuento y escribí una página y media con gran estilo y concentración hasta que vino J. R. con una larga diatriba sobre el comer fuera, echarse a perder el estómago y envenenarse el organismo durante una semana. Las ideas se me esfumaron, así es que me puse el sombrero y me fui al mercado. Cuando regresé, no pude continuar ni concentrarme con la tensión de que en cualquier momento me pudiera llamar para escribir a máquina. Por la tarde, fuimos a dar una vuelta en el coche para explorar los alrededores, pero sin ningún resultado, pues el día era cálido y no había muchos árboles. Regresamos, y J. R. empezó a quejarse constantemente del ruido que se oía cada vez que yo trataba de volver la página del periódico, lo que hacía con el mayor cuidado. Luego, cuando estábamos escribiendo a máquina, Mrs. Lowe vino un momento para invitarnos a un concierto y J. R. estuvo a punto de ponerse furioso por la interrupción. Después de escribir a máquina, mencioné que quería oír a Kalterborn y J. R. dijo: “¿Ahora?” Esto fue el colmo; así es que me monté en el coche y me fui a un lugar tranquilo donde pudiera pensar en un plan para no pasarme toda la vida como si estuviera en la sala de espera de una estación: esperando a cocinar o escribir a máquina para J. R. Desayuno a las 8 a. m. Máquina a las 10. Almuerzo a la 1. Máquina a las 3:30. Cena a las 7:30, lo que no me deja tiempo entre medias para hacer siquiera un viaje a Miami, por no hablar de citarme con alguna amiga. También la traducción está atrasada, porque no hay una hora al día en que pueda escribir a máquina sin molestar a J. R.
(...)
Me encanta la mañana del domingo. Tan tranquila. No hay que levantarse dispuesta a hacerle frente a lo de afuera –las diligencias, las compras, etc.–. Los domingos me quedo en bata hasta la hora del almuerzo y hago perezosamente lo que puedo. No son ni las 10:30 siquiera, pero esta mañana he estado muy contenta. J. R. y yo desayunamos juntos y empezamos a hablar sobre un libro en conjunto. Ante mis preguntas empezó a hablar y se dio de lleno a la conversación. Escribía yo esto cuando pasó a mi lado y me dijo: “Me encantan estas confidencias matinales.” Estaba tan entusiasmado antes de levantarse de la mesa que hora y media después me llamó para enseñarme los progresos del libro completo. Naturalmente, como escribo a máquina todos los días de cinco a diez poemas que él me dicta, tenía idea del adelanto pero él quería enseñarme la “arquitectura” del libro, la clasificación y la construcción en general. Compone sus libros con un gozo y un gusto tan visibles que es un placer verle desatar el cordón y quitar los cartones de la cubierta, siempre en armonía de colores –la cinta y el cartón–, y empezar a volver las páginas, explicándome. Primero me enseñó su propia copia, con marcas y sugerencias para él mismo, después la copia del editor, con las indicaciones lo más precisas posible y solo con las correcciones necesarias para escribirla en un teclado de lengua inglesa adaptado al español. "Más información sobre Zenobia Camprubí

https://www.fundacion-jrj.es/zenobia/vida-biografia/
https://www.cervantes.es/bibliotecas_documentacion_espanol/creadores/camprubi_zenobia_1.htm

Referencias

    Zenobia Camprubí junto a Isabel, Federico y Concha García Lorca en El Partal.
  1. Zenobia Camprubí Aymar. (2019). España: Casa, museo y fundación Zenobia Juan Ramón Jiménez. Recuperado de: fundación-jrj.es.
  2. Zenobia Camprubí. (2019). España: Wikipedia. Recuperado de: wikipedia.org.
  3. Serrano, A. (2018). Zenobia Camprubí: el cerebro a la sombra de un Nobel. España: Diálogos de Libro. Recuperado de: diálogosdelibro.es.
  4. Zenobia Camprubí. Biografía. (2015). España: Instituto Cervantes. Recuperado de: cervantes.es.
  5. Manrique, W. (2015). Zenobia Camprubí sale de la sombra de Juan Ramón Jiménez. España: El País. Recuperado de: elpais.com.


Clara Campoamor (1888-1972)




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Escritora española, política y defensora de los derechos de la mujer, Clara Campoamor está considerada una de las impulsoras del voto femenino en España y en torno a ello escribió varios ensayos. También escribió obras monográficas sobre escritoras como Concepción Arenal o sor Juana Inés de la Cruz. Fue autora de numerosos artículos, buena parte de ellos recogidos en el libro Del amor y otras pasiones.
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«Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad del género humano en política, para que la política sea cosa de dos»

«La división tan sencilla como falaz hecha por el gobierno entre fascistas y demócratas para estimular al pueblo no se corresponde con la verdad»


«Señores diputados: lejos yo de censurar ni de atacar las manifestaciones de mi colega, señorita Kent, comprendo, por el contrario, la tortura de su espíritu al haberse visto hoy en trance de negar la capacidad inicial de la mujer. Creo que por su pensamiento ha debido de pasar, en alguna forma, la amarga frase de Anatole France cuando nos habla de aquellos socialistas que, forzados por la necesidad, iban al Parlamento a legislar contra los suyos.
¿Cómo puede decirse que cuando las mujeres den señales de vida por la República se les concederá como premio el derecho a votar? ¿Es que no han luchado las mujeres por la República? ¿Es que al hablar con elogio de las mujeres obreras y de las mujeres universitarias no está cantando su capacidad? Además, al hablar de las mujeres obreras y universitarias, ¿se va a ignorar a todas las que no pertenecen a una clase ni a la otra? ¿No sufren estas las consecuencias de la legislación? ¿No pagan los impuestos para sostener al Estado en la misma forma que las otras y que los varones? ¿No refluye sobre ellas toda la consecuencia de la legislación que se elabora aquí para los dos sexos, pero solamente dirigida y matizada por uno? (…) ¿Por qué el hombre, al advenimiento de la República, ha de tener sus derechos y han de ponerse en un lazareto los de la mujer?
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(…) cerráis las puertas a la mujer en materia electoral. ¿Es que tenéis derecho a hacer eso? No; tenéis el derecho que os ha dado la ley, la ley que hicisteis vosotros, pero no tenéis el derecho natural fundamental, que se basa en el respeto a todo ser humano, y lo que hacéis es detentar un poder; dejad que la mujer se manifieste y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo.
(…) es un problema de ética, de pura ética reconocer a la mujer, ser humano, todos sus derechos, porque ya desde Fitche, en 1796, se ha aceptado, en principio también, el postulado de que solo aquel que no considere a la mujer un ser humano es capaz de afirmar que todos los derechos del hombre y del ciudadano no deben ser los mismos para la mujer que para el hombre».
Más información sobre una de las escritoras importantes
https://www.uv.es/~dones/temasinteres/historia/claracampoamor.htm
http://datos.bne.es/persona/XX1091163.html



La mujer olvidada. Clara Campoamor y la lucha por el voto femenino, de Isaías Lafuente (Temas de hoy).La voz literaria de Clara Campoamor

https://www.revistadelibros.com/resenas/clara-campoamor-del-amor-y-otras-pasiones-articulos-literarios-inmaculada-de-la-fuente


5 claves para entender la importancia de Clara Campoamor


Escritoras de la Generación del 27

Margarita Nelken Mansberger (1898-1966)


Socialista primero y comunista después, Margarita Nelken o Magda Donato fue una diputada que terminó su vida en el exilio mexicano y autora de artículos para revistas españolas y extranjeras. En su obra, desmenuzó algunas de las problemáticas feministas como la condición social de la mujer. Escribió sobre mujeres escritoras y también obras literarias como la novela La trampa del arenal.

„Necesitamos una revolución gigantesca. Ni siquiera la rusa nos sirve. Queremos llamaradas que enrojezcan los cielos y mares de sangre que inunden el planeta.“
https://www.fpabloiglesias.es/archivo-y-biblioteca/diccionario-biografico/biografias/13645_nelken-mansberger-margarita

Escritoras en la prensa


http://www.escritorasenlaprensa.es/margarita-nelken/

https://www.wikiwand.com/es/Margarita_Nelken



La controvertida personalidad de Margarita Nelken


http://www.tradicionviva.es/2014/06/16/la-controvertida-personalidad-de-margarita-nelken/


Concha Méndez (1898-1986)


Resultado de imagen de Concha Méndez (1898-1986)Es una de las escritoras españolas que se incluye entre Las sinsombrero. Su obra poética es muy extensa y abarca prácticamente toda su vida desde que en 1926 publicó Inquietudes y hasta El soñar y el vivir, de 1981. Pasó de una poesía de modernidad a otra más depurada y personal. Es además autora de una decena de obras de teatro.


Resultado de imagen de Concha Méndez (1898-1986)Quisiera tener varias sonrisas de recambio
y un vasto repertorio de modos de expresarme.
O bien con la palabra, o bien con la manera,
buscar el hábil gesto que pudiera escudarme...

Y al igual que en el gesto buscar en la mentira
diferentes disfraces, bien vestir el engaño;
y poder, sin conciencia, ir haciendo a las gentes,
con sutil maniobra, la caricia del daño.

Yo quisiera ¡y no puedo! ser como son los otros,
los que pueblan el mundo y se llaman humanos:
siempre el beso en el labio, ocultando los hechos
y al final... el lavarse tan tranquilos las manos.
(De Lluvias enlazadas)

En una tarde, como tantas tardes

"En una tarde, como tantas tardes,
y en un gran parque de ciudad lejana,
para evadirse del rumor ajeno
conmigo misma paseando estaba.
Era el frescor intenso, se veían
sobre los verdes las señales de agua,
agua primaveral que da a la tierra
cierta sensualidad que nos exalta.
En un remanso del florido parque,
junto a un banco de piedra verde y blanca,
un gran rosal lucía en la penumbra
-la tarde ese momento declinaba-.
Me senté a reposar y ancho perfume
sentí que en mis sentidos se adentraba.
y se me vino al alma extraña angustia.
El ala de un recuerdo aleteaba…
¡Ah, sí, ya. sé!… ¡Perfume de unas rosas!…
¡Otro país!… ¡El mío!… ¡Ya llegaba
a comprender por qué!…
¡Era en sus brazos
donde un perfume igual yo respiraba! "


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Fantasmas de hielo y sombra

"Fantasmas de hielo y sombra
animados y sin alma
me cercan por todas partes
adondequiera que vaya.

Me cercan y me persiguen,
pero nunca me acobardan,
porque al hielo que me oponen,
les opongo fuego o llama.

Con ellos estoy en duelo,
en duelo que no se acaba. "


Datos sobre Concha Méndez

http://www.residencia.csic.es/bol/num6/mendez.htm



Rosa Chacel (1898-1994)


Resultado de imagen de Rosa Chacel (1898-1994)Esta autora vallisoletana se estrenó con una primera conferencia polémica titulada La mujer y sus posibilidades. Comenzó escribiendo cuentos y su primera novela fue Estación. Ida y vuelta. También se atrevió la poesía y con ensayos de temática variada. Ganó el Premio Nacional de la Crítica con la novela Barrio de Maravillas (1976) y el Premio Nacional de las Letras.


‘La culpa’

La culpa se levanta al caer de la tarde,

la oscuridad la alumbra,

el ocaso es su aurora…

Se empieza a oír la sombra desde lejos

cuando el cielo está limpio aún sobre los árboles

como una pampa verdeazul, intacta,
y el silencio recorre
los quietos laberintos de arrayanes.
Llegará el sueño: alerta está el insomnio.
Antes que caiga la cortina oscura,
gritad al menos, hombres,
como el pavón metálico que grazna su lamento
desgarrado en la rama de la araucaria.
Gritad con voces múltiples,
piad entre la enredadera,
entre las hiedras y rosales trepadores.
Buscad refugio en las glicinas
con los gorriones y zorzales
porque avanza la onda de la noche
y su ausencia de luz,
y su implacable huésped

de suaves pasos, el peligro.
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La mujer en los textos de Rosa Chacel





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Barrio de Maravillas (fragmento)

"Isabel tenía, ahora, el aura de su misterio. Elena temía que su mirada delatase la novedad de su visión. Necesitaba acostumbrarse al nuevo tono, no olvidarlo, sino ponerlo en su debido lugar, en su silencioso, recatado y justo rango, donde nunca pudiera ser sospechado por Isabel… Difícil, dificilísimo mantener el secreto, queriendo, al mismo tiempo, hacerle participar del cambio, la madurez que se había impuesto por los dramas vividos, que no podían considerar ajenos. "


Cultura y pueblo (fragmento)

"El pueblo español, hubiera buscado aún durante algún tiempo la fórmula de su revolución, y no por falta de adiestramiento en las disciplinas políticas, sino sólo por falta de ese aliento creador que lleva a los trances de vida o muerte. Pero ha bastado que pesase una amenaza sobre la independencia de su alma para que haya podido realizar su revolución, con una secreta consigna que no llega a aflorar en ninguna conciencia, continuar.
(...)
Hay un solo punto de enlace real entre estas dos entidades de que nos ocupamos: la moral. Un conjunto de determinaciones ideales, lógicas, perfectamente congruentes y recíprocamente complementarias del sentir humano. En las estaciones -empleando este término por aludir a la madurez de las ideas- en que el pensamiento ha alcanzado grandes contenidos sustanciosos y concretos, el sentido moral ha rebasado sus mismos preceptos, informando la totalidad de la vida, difundiéndose por cauces insospechables, arraigando espontáneo en el puro campo intuitivo; sin olvidar las formas inferiores de contagio y hábito que no carecen de importancia. 
Pero el presente -recurriendo siempre a la brevedad de la metáfora- ha logrado todo su esplendor por eliminación; los últimos hallazgos del pensamiento no son más que exclusiones. ¿Cómo conectar éstos, que para la ciencia son puntos positivos, con el sentir natural que en el primer intento se extendería por ellos, notándose los vacíos y, por tanto, considerándose manco, disipándose en esta duda, en esta satisfacción?
Resultado de imagen de Rosa Chacel (1898-1994)Resultado de imagen de Rosa Chacel (1898-1994)(...)No es posible dudarlo: su meta es el límite de la posibilidad del hombre. Tanto los surgidos como leve balbuceo, antes que ninguna forma madura, como los creados por el hombre próximo a la tierra, privado de la sociedad culta, de frente a una cultura admirada u odiada, perseguido o inadvertido por ella; todos, en fin, tienen las medidas de los grandes cánones; todos aspiran, o acaso atentan, a la perfecta norma que lleva al hombre más allá de sí mismo."


Memorias de Leticia Valle (fragmento)

"A pesar de aquellos hombros, yo volví a ver allí su fragilidad. Los bucles castaños, que nunca estaban sujetos en su cabeza, se despeinaban aún más agitados por la música, y yo llegaba a pensar que aquello tenía que hacerle daño.
Esto ya me ha ocurrido varias veces: en momentos de gran emoción, cuando parece que mis cinco sentidos están absorbidos en algo, he visto, de pronto, así como lateralmente, alguna otra cosa ajena en todo a la que causaba mi emoción, como si mis facultades se centuplicasen y rebosaran de la zona donde parecen detenidas. Esas visiones no llegan a desviar mi atención, pero tampoco se pierden en el olvido: se quedan rondando como satélites de las emociones principales, sin desvanecerse nunca.
Abajo, en el despacho, hasta había vuelto a aparecer el médico. Cuando yo bajaba del salón y oía la famosa conversación ya empezada, me sentía ahogar como un náufrago en mi propia cólera y me decía: «¿Para qué vengo? ¿Cómo he podido creer a veces que yo llegaría a significar algo aquí?». Pero entraba y abría un libro, o decía que ya había estudiado en casa.

Don Daniel venía hacia la mesa y me hablaba con acento de condescendencia. Mientras tanto, el brazo del médico pasaba por encima de mi cabeza y sacaba un puro del mono; después se iba a un rincón del despacho, y con el puro entre los bigotes y la cabeza metida en un libro, murmuraba unas palabras. Don Daniel decía: «¿Qué? ¿Cómo?» y como el otro no contestaba más claro, acababa por ir a ver lo que estaba diciendo.
En la famosa conversación había un tema nuevo, tema que era el médico solo quien lo desarrollaba: adulaba constantemente a don Daniel.
Desde que había visto instalada la biblioteca y había contado por sí mismo los miles de volúmenes que contenía, no dejaba pasar diez minutos sin hacer alusión a la cultura de don Daniel, y no se daba cuenta de que a él eso no le hacía mella. Le contestaba con evasivas, con chistes, hacía caricaturas de su sabiduría. "
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Ofrenda a una Virgen Loca (fragmento)

"Cruzaron el bosque, pero sin adentrarse en él. Iban escondiéndose entre las matas, sin mirar hacia la espesura, sin ceder a la llamada de aquel verde musgoso, mirando hacia el lado en que la falda de la colina baja hasta el caserío y el camino. Empezaron a ver algunas casas de mineros, miserables. Sabían de siempre que eran miserables, pero la hora, la luz, que era ya limpia sobre los techos húmedos, las chimeneas que empezaban a husmear, todo parecía tener una belleza, una dulzura adormecedora.
Arturo la llevaba cogida por el brazo y tiraba de ella hacia el bosque. Aurora negaba con la cabeza: no querían mirarse. Arturo, dijo, al fin: -¿Por qué no?, y pudo dar a su acento tanto de persuasión como de perseverancia. Dijo ¿por qué no?, solamente, pero con ello decía al mismo tiempo: -Eso no cambiará nada. Dijo infinitas cosas, diciendo solamente: -¿Por qué no?, y Aurora cedió, porque, en realidad, no había un por qué y, además, porque él la arrastró y se precipitó con ella entre los helechos.
Los dos sabían que el impulso de momentos antes se había roto, pero confiaban en que volvería a renacer, y guardaban silencio como si esperasen oírlo venir, más bien, como si atendiesen a las voces que podían conjurarlo. No se confesaban el temor de haberlo perdido ni la dificultad con que cada uno lo buscaba en su fondo. Resultado de imagen de Rosa Chacel (1898-1994)Cada uno sabía que si dejaba entrever su dificultad, quedaba en el acto convertido en culpable: el otro, al verle desfallecer, se sentiría lleno de fuerzas, negaría que a él le hubiesen faltado un solo instante; esto lo sabían los dos y callaban. Abrazados, con las mejillas juntas, esperaban la transformación de la laxitud en furor y, para acelerarla, consideraban el bienestar, el placer infinito de aquel momento, que era lo que les negaban. "


Más información de esta escritora española

http://escritoras.com/escritoras/Rosa-Chacel



María Moliner (1900-1981)

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Hija de un médico rural, María Moliner se formó en la Institución Libre de Enseñanza. Licenciada en Filosofía y Letras, ingresó en el cuerpo de archiveros y su primer destino fue Simancas. Colaboró con diferentes instituciones educativas y dirigió la biblioteca de Valencia durante la Guerra Civil. Represaliada y descendida en el escalafón, a partir de 1950 se centró en su pasión por las palabras que finalizó con la publicación del Diccionario de Uso del Español entre 1966 y 1967. No sabemos si podemos incluirla entre las escritoras importantes, pero sin duda aportó muchísimo y sigue aportando al mundo de las letras hispánicas por su diccionario.

El diccionario de María Moliner



Definición de Masa: El conjunto de gente indiferenciada que tiene importancia y peso en la marcha de los acontecimientos solamente por su número.







Biografía de María Moliner
https://www.ugr.es/~anamaria/mujeres-doc/biografia_maria_moliner.htm

María Moliner


María Moliner, la bibliotecaria que imaginaba palabras



http://centros5.pntic.mec.es/ies.maria.moliner1/biogramoli.htm



María Teresa León (1903-1988)



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La gran mayoría la conoce como la mujer de Rafael Alberti, algo que es tremendamente injusto teniendo en cuenta que escribió una abundante y rica obra en diferentes géneros y que se corona con la autobiografía Memoria de la melancolía donde con una prosa muy lírica relata los años de la República, la guerra y el exilio justo antes de que padeciera alzheimer, enfermedad con la que regresó a España tras el Franquismo. Su papel durante el conflicto fue muy activo, estando al mando de las denominadas guerrillas del teatro que llevaron la cultura a las trincheras.


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Resultado de imagen de María Teresa León (1903-1988)Juego limpio (fragmento)

"De muchas cosas he de hablaros. Quiero decirlas a tapadas en estas hojas que nadie leerá. He salvado apenas unas cenizas alegres, vivido una lección. Estoy en ese punto doloroso que es como un gemido que avergüenza y que mis maestros de moral llamaban arrepentimiento. Llevo los ojos cargados de verdades, que no me pertenecen. No sé cómo hacerlas salir. Soy un navío atracado a la soledad de un puerto y sufro porque quisiera encontrarme con el marinero borracho que conoce las mejores tabernas y acompañarle muelle abajo, en silencio, pensando en las alegres cosas que se fueron. ¿Dónde están? ¡Oh, que vuelvan mis amigos con su risa clara y su fortaleza! Pero ¿soy yo o ellos los que se han marchado? Rezo mucho. Soy famoso por mi fervor. Quien lo dude puede preguntar a los que me rodean: al padre Superior, enemigo de los iluminados, o al padre Blas Torrero, ese santo que arranca páginas de su san Juan de la Cruz para leerlas en la iglesia, fervorosamente: "Pastores, los que fuerdes allá por las majadas al otero..." Todos los pastores que me guardan estarán conformes en que la prodigiosa experiencia que he vivido sirvió para multiplicar mi renunciamiento. ¡Ay, si supieran que la más estrecha disciplina no consigue arrancar la duda de mi corazón! ¡Si adivinaran que me horroriza la palabra matar y, sin embargo, he aplaudido al ver un avión enemigo caer envuelto en llamas! No, no creo en sus razones de orden, de jerarquía, de tradición, de buen sentido. 


Resultado de imagen de María Teresa León (1903-1988)Mi doblez, sí, mi doblez, el otro color de mi corazón, me lleva a negarlos, en cuanto oigo hablar de victoria. Yo he visto esa victoria. ¡Que poco tiempo se necesita para establecer el mal! Jamas creí que los mortales pudieran encontrarlo tan a mano, ahí con sólo inclinar la mejilla a derecha o izquierda, con solo emborracharse de poder. Y lo digo tristemente en la noche de mi remordimiento, en el túnel de lagrimas donde camino. Seré un ignorante, pero aun me pregunto: ¿quiénes, quiénes tenían razón? Porque mis hábitos, mis pobres hábitos negros de paño mal tostado de sol místico, se adelgazan, de pronto, sobre mis rodillas, hasta desvanecerse en el humilde color verde garbanzo de soldado de la República. "


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         La memoria puede tener los ojos indulgentes, Ya no llegan a nosotros los ruidos vivos sino los muertos. Memoria del olvido, escribió Emilio Prados, memoria melancólica, a medio apagar. memoria de la melancolía. No sé quién solía decir en mi casa: hay que tener recuerdos. Vivir no es tan importante como recordar. Lo espantoso era no tener nada que recordar, dejando detrás de sí una cinta sin señales. Pero qué horrible es que los recuerdos se precipiten sobre ti y te obliguen a mirarlos y te muerdan y se revuelquen sobre tus entrañas, que es el lugar de la memoria.
                                                                                          (Pág. 49)

         Somos el producto de lo que los otros han irradiado de sí o perdido, pero creemos que somos nosotros (...)Yo siento que me hice del roce de tanta gente: de la monjita, de la amiga de buen gusto, del tío abuelo casi emparedado, del chico de los pájaros, del beso, de la caricia, del insulto, del amigo que se nos insinuó, del que nos empujó, del que nos advirtió, del que callado apretó los dientes y sentimos aún la mordedura... Todos, todos. Somos lo que nos han hecho, lentamente, al correr tantos años.
                                                                                                  (Pág. 61)

         Estas cuartillas que voy escribiendo se me han volado todas dispersándose, jugando a la mala pasada de huirme. Voy hacia ellas, amarillas o verdosas aún. Cómo se han reído siempre delante de mis pasos todos los otoños. Se las lleva el viento, los vientos que nos soplan en los oídos las medias palabras. No sé ya qué me cuentan. Sé que silabean corriendo, juntando puntas de palabras, hasta palabras caminado pequeñas, persuasivas, enhebrando una verdad que jamás comprendemos. Vuelas, vuelas bien, memoria, memoria de la melancolía. (...)
         Hoy todas se me han dispersado con vida propia y no con la  que yo les impuse al escribirlas. ¿Cuándo caerán de nuevo? Es la bandada que huye al llegar mordiendo el frío y apenas dice adiós.
                                                                                          (Pág. 233)

                                    De Memoria de la melancolía
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Algunos de sus títulos Cuentos para soñar (1928), dedicado a su hijo Gonzalo, fue su primer libro publicado, La bella del mar de amor (1930), Rosa-Fría, patinadora de la luna (1934), Una estrella roja (1937)
Novelas: Contra viento y marea (1941), El gran amor de Gustavo Adolfo Bécquer (una vida pobre y apasionada) (1946), Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador (1954), Juego limpio (1959), Doña Jimena Díaz de Vivar (1960), Cervantes. El soldado que nos enseñó a hablar (1978)
Ensayo: Crónica General de la Guerra Civil (1939), La historia tiene la palabra (1944)
Guiones: Los ojos más bellos del mundo (1943), La dama duende (1945)

Más información de María Teresa León Goyri

http://escritoras.com/escritoras/Maria-Teresa-Leon





María Zambrano (1904-1991)
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Natural de Vélez-Málaga, María Zambrano está considerada una de las pensadoras más importantes del siglo XX. Hija Predilecta de Andalucia, Premio Príncipe de Asturias y Premio Cervantes, su obra empezó a ver la luz principalmente a partir de 2011 con la publicación de sus obras completas. De obra ensayística importante, en filosofía introdujo el concepto de razón poética. Tuvo un papel muy activo en las misiones pedagógicas de la II República y también sufrió el exilio.


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Claros del bosque (fragmento)

"Brota el delirio al parecer sin límites, no sólo del corazón humano, sino de la vida toda y se aparece todavía con mayor presencia en el despertar de la tierra en primavera, y paradigmáticamente en plantas como la yedra, hermana de la llama, sucesivas madres que Dionysos necesitó para su nacimiento siempre incompleto, inacabable. Y así nos muestra este dios un padecer en el nacimiento mismo, un nacer padeciendo. La madre, Semelé, no dio de sí para acabar de darlo a la luz nacido enteramente. Dios de incompleto nacimiento, del padecer y la alegría, anuncia el delirio inacabable, la vida que muere para volver de nuevo. Es el dios que nace y el dios que vuelve. Embriaga y no sólo por el jugo de la vid, su símbolo sobre todos, sino ante todo por sí mismo. La comunicación es su don. Y antes de que ese su don se establezca hay que ser poseído por él, esencia que se transfunde en un mínimo de sustancia y aun sin ella, por la danza, por la mímica, de la que nace el teatro; por la representación que no es invención, ni pretende suplir a verdad alguna; por la representación de lo que es y que sólo así se da a conocer, no en conceptos, sino en presencia y figura; en máscara que es historia. Signo del ser que se da en historia. La pasión de la vida que irremediablemente se vierte y se sobrepasa en historia. Y que se embebe sólo en la muerte. El dios que se derrama, que se vierte siempre, aun cuando en los "Ditirambos" se de en palabras. Las palabras de estos sus himnos siguen teniendo grito, llanto y risa al ser expresión incontenible. Expresión que se derrama generosa y avasalladoramente. "


Resultado de imagen de María Zambrano (1904-1991)De la aurora (fragmento)

"Vivimos en estado de alerta, sintiéndonos parte de todo lo que acontece, aunque sea como minúsculos actores en la trama de la historia y aun en la trama de la vida de todos los hombres. No es el destino, sino simplemente comunidad -la convivencia- lo que sabemos nos envuelve: sabemos que convivimos con todos los que aquí viven y aun con los que vivieron. El planeta entero en nuestra casa."


Resultado de imagen de María Zambrano (1904-1991)Filosofía y poesía (fragmento)

"La poesía unida a la realidad es la historia. Pero, no es preciso decirlo así, no debiera serlo porque la realidad es poesía al mismo tiempo y al mismo tiempo, historia. El pensamiento, el riguroso pensamiento filosófico tradicional separó a ambas y casi las anuló, reservándose para sí la realidad íntegra, para sustituirla en seguida por otra realidad, segura, ideal, estable y hecha a la medida del intelecto humano."




Resultado de imagen de María Zambrano (1904-1991)La confesión: género literario (fragmento)

"Lo que separará siempre el camino de San Agustín del camino de salvación formulado o implicado por la Filosofía, es este género de amor. Ser o no ser filósofo, es más que nada una cuestión amorosa. El corazón del filósofo ha sido arrancado de la dispersión por la violencia del entendimiento que anula las pasiones. El corazón del filósofo se parece más al corazón del sabio oriental; ha llevado su corazón a la luz, ha hecho su corazón órgano de la luz.
Porque la salvación del corazón parece consistir en hacerle entrar en la luz, el convertirlo hacia ella. Platón, cuando habla de la conversión en el Fedro, dice que primero se volverá el ojo y en seguida la cabeza y luego todo el cuerpo. Y es que todo camino de salvación, aunque sea filosófico, trata de convertir el corazón. La Confesión lleva en su centro esta cuestión, verdadera cuestión previa; pues si la Filosofía, como camino, arraiga, no podrá ser sin haber conquistado de alguna manera al corazón.

San Agustín no pudo, a pesar de su platonismo, seguir el camino platónico; su corazón no pudo aceptar la trasmutación del amor platónico. Amor que conduce a la inmortalidad del alma, tan análoga a la de las ideas. Pero él no se deja enamorar por la inmortalidad; su hambre es de vida. No le vencerá el Dios de la Filosofía, el Dios del ser y de la inteligencia. Su corazón no se conforma sino con la vida eterna, vida en que nada se pierde, ni a nada se renuncia, vida verdadera en la luz. "



Resultado de imagen de María Zambrano (1904-1991)Más información de esta escritora española

https://www.fundacionmariazambrano.org/maria-zambrano
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Ernestina de Champourcín (1905-1999)

Fue una de las mujeres escritoras que se involucró junto a otras de su generación en el Lyceum Club Femenino. Se unió a Juan Ramón Jiménez y a Zenobia en las labores de protección de menores a partir de la Guerra Civil, conflicto que le hizo exiliarse a México donde escribió gran parte de su obra poética, aunque en 1972 regresaría a España y continuaría publicando. Sus versos destacan por su suavidad y melodía, aunque tuvo distintas épocas. Entre sus libros encontramos Cárcel de los sentidos o Huyeron todas las islas.

La voz del viento

"Búscame en ti. La flecha de mi vida
ha clavado sus rumbos en tu pecho
y esquivo entre tus brazos el acecho
de las cien rutas que mi paso olvida.

Despójame del ansia desmedida
que abrasaba mi espíritu en barbecho.
El roce de tus manos ha deshecho
la audacia de mi frente envanecida.

Navegaré en tus pulsos. Dicha inerte
del silencio total. Ávida muerte
donde renacen, tuyos, mis sentidos.

Ahoga entre tus labios mi tristeza,
y esta inquietud punzante que ya empieza
a taladrar mi sien con sus latidos. "



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Primavera

"¡Toda la primavera dormía entre tus manos!
Iniciaste en un gesto la fiesta de las rosas
y erguiste, enajenada,
esa flecha de luz que impregna los caminos.
¡Toda la primavera!
Fervores del instante transido de capullos,
gracia tímida y leve del perfume sin rastro,
caricias que despiertan el sexo de las horas.
Brotaron de tus palmas en éxtasis gozoso
los trinos y las brisas. Y tu ademán secreto
despertó en rubores la pubertad del mundo.
¡Todo vino por ti! Porque tus manos lentas
ciñeron brevemente mi carne estremecida,
porque al rozar mi cuerpo
despertaste una flor que trae la primavera."


Resultado de imagen de Ernestina de ChampourcínSoledad

"Todos van, todos saben...
sólo yo no sé nada.

Sólo yo me he quedado
abstraída y lejana,

soñando realidades,
recogiendo distancias.

Cada pájaro sabe
qué sombra da su rama,

cada huella conoce
el pie que la señala.

No hay sendero sin pasos
ni jazmines sin tapia...

¡Sólo yo me he quedado
en la brisa enredada!

Sólo yo me he perdido
en un vuelo sin alas

por poblar soledades
que en el cielo lloraban.

Sólo yo no alcancé
lo que todos alcanzan

por mecer un lucero
a quien nadie besaba. "



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Tiempo de mar

"El mar me pertenece
lo hago pasar entero
entre mis manos ávidas.
Lo acaricio le doy
la única mirada
sencilla que me queda
la que aún no han manchado
ni el miedo ni la muerte.

Mar limpio entre mis dedos
goteando esperanzas
porque sostiene aún
un velamen con brisa.

Mar de todos los mares
hoy contemplo en su espuma
otros mares antiguos:
aquel de mi primer
contacto con las playas
y el de aquellas lecturas
codiciosas e incómodas
bajo algún tamarindo.
y aquel otro del trópico
sin huellas de turistas
con esa pulpa tierna
que ofrece el cocotero.

Quiero olvidar aquí
lo que sucedió anoche.
el mar no tiene culpa.
Es dócil, mío, puro,
es un lebrel que lame
mis plantas mansamente. "



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Resultado de imagen de Ernestina de ChampourcínY se va marchitando la caja de las rosas
"Y se va marchitando la caja de las rosas;
no tiene quien las saque y las lleve al camino.
Un airón de perfume se nos quiebra en las manos
mientras algo se muere y nace al mismo tiempo.

Se nos frustró la cita con aquella fragancia
de tan pura, invisible, ese ramo de brisa
que apenas huele a nada
y que agavilla en sí todo el amor del mundo.

Hay cosas que no son, pero que siguen siendo
gozo, nostalgia, fronda que nunca hemos plantado,
hermosura secreta que sólo fue latido. "


Más información de Ernestina de Champourcín

https://www.escritores.org/biografias/200-ernestina-de-champourcin-moran










Luisa Carnés (1905-1964)

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Nacida en una muy humilde familia madrileña, fue una periodista y escritora que comenzó a publicar cuentos a finales de los años 20. Sus primeras novelas breves estaban influenciadas por Dovtoieski y Tolstoi, irrumpiendo con ellas en los círculos literarios de la capital de España. Antes de la Guerra Civil colaboró con la revista Estampa. Posteriormente, en México, publicó varias novelas y obras dramáticas, aunque es en la actualidad cuando su obra se está conociendo verdaderamente a partir de que las editoriales Hoja de Lata y Espuela de Plata hayan retomado sus publicaciones.
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Tea Rooms: mujeres obreras (fragmento)

"En este escondrijo cambian las muchachas sus vestidos de calle por los uniformes de labor. En estos clavos cuelgan las empleadas cada mañana su personalidad para recogerla cinco horas después.
(…)
Pero también hay mujeres que se independizan, que viven de su propio esfuerzo, sin necesidad de aguantar tíos. Pero eso es en otro país, donde la cultura ha dado un paso de gigante; donde la mujer ha cesado de ser un instrumento de placer físico y de explotación; donde las universidades abren sus puertas a las obreras y a las campesinas más humildes. Aquí, las únicas que podrían emanciparse por la cultura son las hijas de los grandes propietarios; precisamente las únicas mujeres a quienes no les preocupa en absoluto la emancipación, porque nunca conocieron los zapatos torcidos ni el hambre. "



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Un pobre hombre (fragmento), de Rojo y gris

"Antes de ser un pobre hombre fue un buen chico.
En el colegio era inculpado de las travesuras realizadas por sus condiscípulos; en casa, era habitual que cuando se rompía un objeto o desaparecía una manzana del aparador (a veces era naranja, a veces, plátano), a la interrogación de la madre: «¿Quién ha cogido del frutero un…?», lo que fuese, respondieran los chicos, después de mirarse unos a otros: «Ha sido Manolín». Además, como era el menor, se le arreglaban los trapos viejos que dejaban sus hermanos y convertían en trajecitos bastante aceptables.
En la casa no había más que seis tazones, y los chicos eran siete, por lo cual había que agregar una taza que tenía pintado en el fondo un gallo rojo, y que ninguno de ellos se resignaba a aceptar, aunque era algo menor que los tazones.
[...]
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Ahora habita una buhardilla, en compañía de un viejo camarada del teatro que tiene muchos hijos y una mujer arisca y gruñona. Duerme en un cuarto reducido que tiene un tragaluz, por el cual entra cada día un rayo de sol. Enfrente de la cama, pendiente de un clavo, está la caja del violín, que las horas van cubriendo de una espesa capa de polvo.
Un empleado del Real que le visita todos los meses para hacerle entrega de unas pesetas que le han sido asignadas por la empresa desde el día de la desgracia le encuentra siempre tumbado en la cama, con los ojos cerrados y el brazo debajo de la almohada. La manga, vacía, pende trágicamente fuera del lecho. "
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Más información sobre Luisa Carnés
http://www.escritorasenlaprensa.es/luisa-carnes/

Luisa Carnés, la escritora que no salía en la fotografía de la Generación del 27
https://www.abc.es/cultura/libros/abci-luisa-carnes-escritora-no-salia-fotografia-generacion-27-201706110104_noticia.html

Federica Montseny Mañé (1905-1994)


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En su día fue una popular política anarquista en el seno del movimiento obrero español. Además de una brillante escritora, fue una gran oradora. Su primera novela la escribió con 15 años, pero a partir de ahí destacó fundamentalmente por sus obras y artículos relacionados con la política y el mundo obrero. Falleció en Toulouse.

Heroínas (fragmento)

"Trabajaban los dos en la cocina, alegremente. En más de una ocasión sus manos se rozaron y la turbación, una turbación deliciosa, invadió a María Luisa.
Llegó Carmen alrededor de la una, encontrando la comida hecha. Comieron, perdido ya todo sentimiento de extrañeza, y después salieron los tres. Carmen y Luis, a su trabajo.
María Luisa, a ver a sus familiares, según dijo.
En realidad lo que hizo fue deambular por las calles de Oviedo. Le gustaba aquel paseo por rincones que habían sido teatro de su adolescencia. Había nacido en Gijón, sin embargo; pero allí pasó los años de estudiante. Tenía una tía anciana, y al caer la tarde fue un momento a verla. No deseaba que la convidasen, y eludió toda invitación.
Salía de casa de esta última, cuando topó de manos a boca con Pereda. Verdadera casualidad, que la desconcertó, pues hubiera preferido no verle.
[...]
Pero la joven ya no le escuchaba. Clara y nítida, aparecía ante sus ojos otra imagen: veía el comedor de casa de Salcedo; le veía a él y a Carmen, tan amantes y tan unidos.
¡Oh, una cosa así, ideal y pura; un amor completo, del cuerpo y del espíritu; una compenetración total; una vida de amor eterno, leal y simple; esto es lo que ella ambicionaba!
Y junto al rostro encendido de Pereda, a sus labios sensuales, a sus facciones acusadas, dominadoras, vio el semblante enérgico y noble de Salcedo. Era otro hombre; otro mundo moral, otro hemisferio, ante el que ella sentía respeto y ternura. A Salcedo podía amársele con el alma y con el cuerpo. Pereda era la tentación de los sentidos, murmurada y turbadora en las noches propicias. "




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Conocer más sobre Federica Montseny

http://dbe.rah.es/biografias/13181/federica-montseny-mane







Carmen Conde Abellán (1907- 1996)​

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Fue otra de las escritoras contemporánea a la Generación del 27. Prosista, poeta, dramaturga, ensayista y maestra, fue la primera académica de número de la Real Academia Española y fundó la Universidad Popular de Cartagena junto a Antonio Oliver. Publicó poemarios entre 1929 y 1996, catorce obras de teatro para adultos, unas 30 de teatro infantil y numerosos cuentos. Tiene premios de poesía, teatro, periodismo y literatura infantil y juvenil.


Primer amor

"¡Qué sorpresa tu cuerpo, qué inefable vehemencia!
Ser todo esto tuyo, poder gozar de todo
sin haberlo soñado, sin que nunca
un ligero esperar prometiera la dicha.
Esta dicha de fuego que vacía tu testa,
que te empuja de espaldas,
te derriba a un abismo
que no tiene medida ni fondo.
¡Abismo y solo abismo
de ti hasta la muerte!
¡Tus brazos!
Son tus brazos los mismos de otros días,
y tiemblan y se cierran en torno de su cuerpo.
Tu pecho, el que suspira, ajeno, estremecido
de cosas que tú ignoras,
de mundos que lo mueven...
¡Oh pecho de tu cuerpo, tan firme y tan sensible
que un vaho lo pone turbio
y un beso lo traspasa!
¡Si nunca nadie dijo que así se amaba tanto!
¿Podías tú esperar que ardieran tus cabellos,
que toda cuanta eres cayeras como lumbre
en un grito sin cifra,
desde una cordillera gritada por la aurora?

¿Ceniza tú algún día? ¿Ceniza esta locura
que estrenas con la vida recién brotada al mundo?
¡Tú no te acabas nunca, tú no te apagas nunca!
Aquí tenéis la lumbre, la que lo coge todo
para quemar el cielo subiéndole la tierra."




Resultado de imagen de carmen conde epdlpMás información sobre Carmen Conde

https://www.rae.es/academicos/carmen-conde-abellan

http://www.cervantesvirtual.com/portales/carmen_conde/

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Escritoras españolas de la Generación del 36

Resultado de imagen de Alfonsa de la Torre (1915-1993)Alfonsa de la Torre (1915-1993)

Ganadora del Premio Nacional de Poesía en 1951. Su obra está marcada por una lírica de corte místico y feminista. Profesora e investigadora del CSIC, Alfonsa de la Torre también se atrevió con el teatro, estudios lingüísticos y ensayos como los que dedicó a la escritora Carolina Coronado o a la pintora Josefa de Óbidos.



Estoy en el umbral del Laberinto
dejando a un lado mi jardín de lauro,
y, aunque escucho mugir al Minotauro,
no tiembla mi columna ni su plinto.
Espero que el valor no quede extinto
por un lapita más, por un centauro,
ya que se eleva mi Ascendente en Tauro
corona ganaré en azul jacinto.
Puso en la empresa velas desplegadas,
que las negras se fueron por la borda
porque no ocurra aquí lo que a Teseo.
¡Oh mis siete parejas consagradas!,
no temáis al amor, ni a quien lo aborda.
¡La máscara del monstruo por trofeo!
 Alfonsa de la Torre
Como lluvia de marzo en el sotillo
oigo tu voz por pájaros herida,
el aire se la lleva, conmovida,
aromando de rosas el tomillo;
entre el trigo maduro, sólo un grillo
canta consciente su canción vencida,
y es en la noche una emoción perdida
la silueta intangible del castillo.
¿Por qué con tus acentos melodiosos,
abiertos a la tímida arrogancia,
no colmas mis sentidos ambiciosos?
Habla, que hasta en los párpados escrita
tengo tu voz, antigua resonancia
que mi cansada sangre necesita.
Ya siento que a mi lado no te siento
y sólo tu silencio me acompaña;
con tu ausencia la estrella me es extraña
y es la flor causa de mi desaliento;
en la clausura del remordimiento
la espina audaz, que sin descanso daña,
procura, firme, adolorar la entraña,
declarando la guerra al pensamiento.
¿Por qué es la noche como ayer, serena?,
¿por qué se besa el tilo con la acacia
y están los pies desnudos en la arena?,
¿por qué todo es igual y no acontece
que al faltar el influjo de tu gracia
el campo, todo, de dolor, perece?
Detrás del ventanal, codo con codo,
vemos caer la nieve sigilosa...
Tú dices: “—La mortaja de una rosa—”.
Rápida atajo yo: “—De ningún modo.
Son las canas del Estío. Sabio todo.
Las virutas del mármol de una fosa—”.
“—¡Oh mi culta doctora primorosa!,
el amor no le va, busque acomodo—”.
“—Está bien, mi señor. Y si profeso
el alto grado de los ruiseñores,
¿qué extraño es que lo ejerza con el pico?—”
“—¡Pequeño corazón de mis amores!,
pues deja que yo pique ese acerico—”.
... Y así nació entre nieve el primer beso.
Paloma de papel, carta primera,
ven a mí con tus picos impacientes,
te abriré con mis uñas, con mis dientes,
te besaré después de tanta espera.
Te anidaré, paloma mensajera,
entre mis manos suaves y calientes,
y candados pondré, pondré serpientes
que custodien tu buche y mi quimera.
Háblame de él, amiga silenciosa,
aunque por sangre me devuelvas tinta
y en lugar de su voz, patas de araña.
Viérteme el contenido de tu entraña,
y no críes, ¡por Dios!, pájara pinta,
que la ausencia de amor es dolorosa.
Información sobre Alfonsa de la Torre

https://www.aytocuellar.es/cultura-y-educacion/alfonsa-de-la-torre/

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DE TODAS LAS SIGUIENTES ESCRITORAS HARÉ SOLAMENTE UNA BREVE REFERENCIA, PUES LA DOCUMENTACIÓN DISPONIBLE SOBRE ELLAS, ANALÓGICA Y DIGITAL,  EN EL MUNDO EDITORIAL, ES MUY  EXTENSA.

Escritoras de la Generación del 50





Gloria Fuertes García (1917-1998)​
Gloria Fuertes Poeta de Guardia

En el caso de Gloria Fuertes sí estamos ante una escritora muy conocida que además tuvo una fuerte difusión en televisión con su poesía infantil. Se incluye en la Generación del 50, su formación fue autodidacta y defendió la igualdad de género. Escribió literatura infantil, tanto poesía como teatro y literatura para adultos, además de publicar en revistas.

Lo confiesoEs triste, y porque es triste, lo confieso;
aquí estoy yo y vengo voceando,
buceando, mejor, en la niebla;
ahorcándome la voz entre los álamos.
Ganándome el sudor con este pan,
ganándome la vida con las manos,
ganándome el dolor con el placer,
ganándome la envidia con el salmo.
Ganándome la muerte con la vida,
voy consiguiendo todo sin el llanto,
que soy la mujer fuerte que se viste
y medita mirando el calendario.
Es triste, y porque es triste, lo confieso,
cuesta mucho vencerse, sin embargo,
intenta dar un beso al enemigo
verás que sale luz de tu costado.



Página de la escritora Gloria Fuertes

http://www.gloriafuertes.org/



Carmen Laforet Díaz (1921-2004)

En 1944 se convocó por primera vez el premio Nadal de novela. Carmen Laforet solo tenía 23 años, pero lo ganó con Nada, una novela que mostraba una sociedad española estancada tras la guerra civil, la situación de una joven y una prosa renovadora. La autora barcelonesa publicaría otras novelas y relatos, aunque dejaría de tener actividad literaria en toda la parte final de su vida.


Nada (fragmento)

"Quizá me ocurra esto porque he vivido siempre con seres demasiado normales y satisfechos de ellos mismos. Estoy segura de que mi madre y mis hermanos tienen la certeza de su utilidad indiscutible en este mundo, que saben en todo momento lo que quieren, lo que les parece mal y lo que les parece bien… Y que han sufrido muy poca angustia ante ningún hecho.
(...)
Me compensaba el trabajo que me llegaba a costar poder ir limpia a la Universidad, y sobre todo parecerlo junto al aspecto confortable de mis compañeros. Aquella tristeza de recose los guantes, de lavar mis blusas en el agua turbia y helada del lavadero de la galería con el mismo trozo de jabón que Antonia empleaba para fregar sus cacerolas y que por las mañanas raspaba mi cuerpo bajo la ducha fría.
(...)
De todas maneras, yo misma, Andrea, estaba viviendo entre las sombras y las pasiones que me rodeaban. A veces llegaba a dudarlo.
Aquella misma tarde había sido la fiesta de Pons. Durante cinco días había yo intentado almacenar ilusiones para esa escapatoria de mi vida corriente. Hasta entonces me había sido fácil dar la espalda a lo que quedaba atrás, pensar en emprender una vida nueva a cada instante. Y aquel día yo había sentido como un presentimiento de otros horizontes.
Mi amigo me había telefoneado por la mañana y su voz me llenó de ternura por él. El sentimiento de ser esperada y querida me hacía despertar mil instintos de mujer; una emoción como de triunfo, un deseo de ser alabada, admirada, de sentirme como la Cenicienta del cuento, princesa por unas horas, después de un largo incógnito. Me acordaba de un sueño que se había repetido muchas veces en mi infancia, cuando yo era una niña cetrina y delgaducha, de esas a quienes las visitas nunca alaban por lin- das y para cuyos padres hay consuelos reticentes.

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Esas palabras que los niños, jugando al parecer absortos y ajenos a la conversación, recogen ávidamente: «Cuando crezca, seguramente tendrá un tipo bonito», «Los niños dan muchas sorpresas al crecer»... Dormida, yo me veía corriendo, tropezando, y al golpe sentía que algo se desprendía de mí, como un vestido o una crisálida que se rompe y cae arrugada a los pies. Veía los ojos asombrados de las gentes. Al correr al espejo, contemplaba, temblorosa de emoción, mi transformación asombrosa en una rubia princesa —precisamente rubia, como describían los cuentos—, inmediatamente dotada, por gracia de la belleza, con los atributos de dulzura, encanto y bondad, y el maravilloso de esparcir generosamente mis sonrisas… Esta fábula, tan repetida en mis noches infantiles, me hacía sonreír, cuando con las manos un poco temblorosas trataba de peinarme con esmero y de que apareciera bonito mi traje menos viejo, cuidadosamente planchado para la fiesta. «Tal vez —pensaba yo un poco ruborizada— ha llegado hoy ese día.»"



Biografía de Carmen Laforet

https://carmenlaforet.com/biografia/




Carmen Martín Gaite (1925-2000)


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Carmen Martín Gaite también ganó el Premio Nadal, lo hizo con la novela Entre visillos, que reflejaba el papel de la mujer en la España de provincias. Antes ya había ganado el Premio Café Gijón. En 1988 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Su producción es muy abundante entre narrativa, ensayo y poesía. Con El cuarto de atrás ganó el Premio Nacional de Literatura y con Usos amorosos de la posguerra española el Premio Anagrama de Ensayo.


Entre visillos (fragmento)

"Julia subió el escalón con las rodillas, y acercó los ojos a la rejilla de su lado que acababa de abrirse. Distinguió confusamente los rasgos abultados del rostro de don Luis.

—Ave María Purísima.
—Sin pecado concebida.
—Padre, soy Julia.
—Ah, Julia. Julita. Vamos a ver, hija.

Siempre aquella cosa en la garganta, como un latido apresurado que entorpecía las primeras palabras. Siempre desde pequeña, y cada vez más agudizado. Sentía a sus espaldas las luces de las velas, los cánticos, los rezos, los ojos guiñados de los santos, mezclarse, menearse en un jarabe espeso y giratorio que se aplastaba contra ella inmovilizándola de cara a la madera, aturdiéndola con su hervor confuso. Apretó dentro del bolsillo de la chaqueta el papel arrugado y sobadísimo. Antes, a la luz escasa de una bombilla lo había estado repasando, pero la verdad es que fue más bien por deleite. Lo había escrito anoche, cuando el insomnio.

—Verá, padre, que algunas veces cuando he ido al cine, me excito y tengo malos sueños.


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La cuestión era empezar aunque fuera con un rodeo, despegar la lengua, sentírsela húmeda.

—El cine, siempre el cine, cuántas veces lo mismo. Ahí está el mal consejero, ese dulce veneno que os mata a todas. Pero sueños, ¿cómo dormida?
—Sí, padre, casi siempre dormida. Aunque anoche no tanto. Anoche estaba bastante despierta y lo pensé porque quise. Y si estoy dormida, cuando me despierto me gusta haber soñado esas cosas.
—Pero de qué son esos sueños, vamos a ver. Anoche, por ejemplo, ¿qué soñabas?
—Nada, acordándome de mi novio, sobre todo de esa vez que fui a verle en Santander a su pensión, y de cuando nos bañábamos ese verano, y nos íbamos solos hasta las rocas.
—Pero, hija de mi alma, eso ya está confesado y perdonado mil veces. No te atormentes con pecados viejos. Después de aquello, Dios ha tenido misericordia de ti y te ha dado siempre fuerza para preservar en el camino de la virtud. —Julia guardó silencio—. ¿No es así?
—Sí, padre. "
Información sobre Carmen Martín Gaite

Ana María Matute (1925-2014)
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Como momentos culminantes tiene el Premio Cervantes y fue miembro de la Real Academia de las Letras, pero solo es una pequeña parte de lo mucho que ganó: Premio Nadal, Café Gijón, Premio Planeta, Premio de la Crítica, Premio Nacional de la Literatura, Premio Lazarillo... fue nombrada la mejor novelista de la Posguerra dejando títulos para el recuerdo como Primera Memoria u Olvidado rey Gudú.


Pequeño teatro (fragmento)

"Entonces, Zazu pareció despertar. Bruscamente se apartó de él. Sus manos estaban abiertas sobre el pecho de Marco y notaba en las palmas los latidos de su corazón. «Su corazón, lleno de sueños. Su corazón, un gran velero incierto, sobre un mar de arena. Su corazón, un velero perdido en la arena seca, sedienta, resbaladiza y traidora, que lo tragará». Bruscamente, quiso apartar de sí aquel corazón, deseó no haber escuchado jamás aquel corazón. Le empujó con violencia, y Marco, sorprendido, vaciló sobre sus pies ridículamente. Estuvo a punto de caer al suelo.


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Zazu se sintió liberada, y empezó a reír.
—¡Oh, Marco, pobre Marco! —dijo, con burla—. Parecías un pobre polichinela con los hilos rotos.
Marco palideció de ira. Por un momento su rostro adquirió un tinte terroso. Pero casi en seguida, toda señal de cólera desapareció, y un frío cansancio ablandó sus facciones. «Los globos de colores caen a la tierra picoteados de pájaros». Marco volvió desdeñosamente la espalda y se alejó en dirección a Oiquixa. Zazu quedó mirando las huellas que sus pies dejaban en la arena. Luego escupió sobre ellas, con rabia.
Sin embargo, cuando ya no le veía, fue ella siguiendo lentamente aquellas mismas huellas. Se hirió en un pie con una concha afilada, y, sobre el oro pálido de la arena, fue trazando un sutil caminillo de sangre.
Cuando las grandes sombras oscurecieron Oiquixa, Marco habló a Ilé Eroriak:
—Muchacho, ha llegado nuestra hora. ¿Recuerdas lo que te dije en cierta ocasión? Yo dije: «Recorreremos el mundo, como dos hermanos». Bien, pues ese día ha llegado ya. Huyamos, Ilé Eroriak, huyamos de estos muros de piedra, de estas sombrías callejuelas. ¡Tú aún no sabes lo que es libertad! Escúchame: cuando la luz del alba dore las tejas del campanario —señaló la torre de la iglesia—, partiremos para no volver. ¡Oh, mi querido Ilé Eroriak, alma blanca, espíritu inmóvil! ¡Querido hermano, tú jamás me abandonarás! ¿Qué nos importa a ti y a mí la estupidez humana, el egoísmo, la dureza? ¿Qué se nos da de sus problemas, de sus almas pequeñas, de sus huecas ambiciones? Tú y yo, Ilé, no lo dudes, somos como dioses entre tanta estulticia.
Marco se detuvo para tomar aliento, pensativo. Él mismo quedó algo impresionado por el tono de su voz.
Poco a poco, fue apagándose, y se relajaron sus músculos. Hasta que, al fin, apoyó la cabeza sobre la fría piedra y empezó a llorar ásperamente. "




Más información sobre Ana María Matute

https://www.cervantes.es/imagenes/File/biblioteca/bibliografias/matute_ana_maria_bibliografia_2016.pdf

ENLACES

http://www.rtve.es/alacarta/videos/imprescindibles/imprescindibles-ana-maria-matute-nina-cabellos-blancos/1639343/
https://elpais.com/cultura/2014/06/25/actualidad/1403686135_962240.html
http://www.abc.es/cultura/cultural/20140929/abci-matute-demonios-familiares-201409291217.html
https://elpais.com/diario/1996/11/27/cultura/849049205_850215.html
http://www.rtve.es/alacarta/videos/habla-con/habla-ana-maria-matute-entrevista-inedita/2631104/
http://www.elmundo.es/larevista/num113/textos/entrevista.html
https://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero35/matute.html
http://www.mujerhoy.com/hoy/mujeres-hoy/maria-matute-nina-tenido-724819042013.html



Resultado de imagen de Julia Uceda Valiente (1925)Julia Uceda Valiente (1925)

Poeta y profesora sevillana que ganó el Premio Nacional de Poesía en 2003 por En el viento, hacia el mar. Su obra literaria alcanza ocho libros de poesía, siendo traducidos a distintos idiomas. Hay que sumar una amplia labor crítica de investigación en revistas de España y Estados Unidos.


Carta

La p
ágina inundada de silencio.
¿La entiende alguien?

Escribiría: "Oigo
voces de muchos pájaros", o
"Se murió en el olvido", pero
¿lo entiende alguien?

Hábito de silencio,
de voces fragmentadas.

No, probablemente:
mejor ¿informaciones puntuales?,
que se dice.

Y la firma, sin fecha.

El resto del papel, meditando en silencio,
recorrido por la pluma sin tinta,
por la voz de una muda,
se dejará mirar.

Quizá se entienda.
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Más información sobre Julia Uceda

http://amediavoz.com/uceda.htm


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Ensayistas españolas actuales



Victoria Camps (1941)

Estamos ante una de las grandes pensadoras españolas de la actualidad. Como filósofa, ha reflejado en sus ensayos preocupaciones en torno a la democracia, el estado de bienestar o la planificación y gestión de la enseñanza. También ha trabajado en el entorno de la producción editorial y fue senadora. Ganó el Premio Nacional de Ensayo en 2012.



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El gobierno de las emociones (fragmento)

"Una de las teorías estoicas que fundamenta la búsqueda de la apatheia, propia del sabio, es que hay que saber distinguir entre lo que sea la realidad y la representación que nos hacemos de ella. Puede que la representación no refleje la realidad misma, sino la realidad que vemos, nuestra manera de percibirla, que no puede dejar de ser subjetiva, parcial y condicionada por las múltiples circunstancias que nos constituyen y contribuyen a que interpretemos las cosas desde nuestro singular punto de vista. Aquí coinciden los estoicos y Spinoza, en la medida en que éste entiende que las ideas que nos hacemos del modo en que somos afectados por las cosas dependen más de peculiaridades de nuestra imaginación que de la realidad misma. No todos sentimos temor ni odiamos o amamos las mismas cosas. Las causas de los afectos tienen que ver con la especial manera de ser y de concebir el mundo de cada individuo. 
Aceptar esa inevitable subjetividad de la percepción y de la reacción ante lo exterior es el primer paso para banalizar los afectos y aprender a desactivarlos. Ésa será la lección de Séneca. ¿Por qué tiene que afectarnos una ofensa, un desprecio, la indiferencia, si sólo conseguirá alterarnos y quizá sea vista como tal sólo por causa de nuestra flaqueza? La virtud por antonomasia de los estoicos es la fortaleza, el coraje, ser capaz de dominar las pasiones y no ceder a ellas, una virtud viril donde las haya, y percibida como tal, pues la debilidad y el dolor pertenecen al mundo de las mujeres. En cambio, "el varón justo cumple sus deberes imperturbable e intrépido y hace cosas dignas de varón justo, sin hacer nada indigno de su virilidad. "


Más información de Victoria Camps

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/camps.htm



Celia Amorós (1944)

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Estamos ante otra de las maestras del pensamiento de nuestro país. Teórica del feminismo, introdujo aspectos novedosos en libros como Hacia una crítica de la razón patriarcal o Tiempo de feminismo. Catedrática en la Universidad Complutense de Madrid, dirigió el Instituto de Investigaciones Feministas y fue la primera mujer en ganar el Premio Nacional de Ensayo en 2006.

Más datos sobre Celia Amorós



Qué es el feminismo



http://www.mujeresenred.net/amoros-celia.html

BiBLIOGRAFIA


Hacia una crítica de la razón patriarcal, Barcelona, Anthropos, 1985, 1991;
Feminismo: igualdad y diferencia, Colección Libros del PUEG, UNAM, México, 1994;
Sören Kierkegaard o la subjetividad del caballero, Barcelona, Anthropos, 1987;
C. Amorós (dir.), "Feminismo y Etica", número monogrático de Isegoría. Revista de Filosofia Moral y Política, núms. 6, 1992;
10 palabras clave sobre Mujer, Estella (Navarra), Verbo Divino, 1995;
"Espacio de los iguales, espacio de las idénticas. Notas osbre poder y principio de individuación", en Arbor, núm. 503-504;
"El feminismo: senda no transitada de la Ilustración", en lsegoría. Revista de Filosofía Moral y Política, núm. 1, 1990, Instituto de Filosofia, CSIC, pág. 139;
"Patriarcalismo y razón ilustrada", en Razón y Fe, núms. 113-114, julio-agosto 1991;
"Los escritos póstumos de Sartre" (I) y (II), en Revista de Filosofia, 3~ época, vol. III y IV, Madrid, Universidad Complutense;
"El nuevo as-pecto de la polis", en La balsa de la Medusa, núms. 19-20, 1991;
"Feminismo, Ilustración y misoginia romántica", en Birules y otros, Filosofíaa y género, ldentidades femeninas, Pamplona, Pamiela, 1992;
Angeles Jiménez Perona, "Celia Amorós", en Philosophinnen-Lexikon, ein-Fach-verlag, 1994.




Adela Cortina Orts (Valencia, 1947)


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Autora de una docena de libros, Adela Cortina Orts es una filósofa ganadora del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos 2007 y del Premio Nacional de Ensayo 2014. Es catedrática de Ética de la Universidad de Valencia y directora de la Fundación Étnor, Ética de los negocios y las Organizaciones Empresariales. Es en torno a la ética donde ha forjado la mayor parte de su obra.

Resultado de imagen de Adela Cortina Orts bibliografiaUn carácter justo y la búsqueda de la felicidad con un buen carácter serían para mí los dos caminos de la ética. ¿Por qué nombro esos dos? Porque la filosofía siempre se ha preguntado por la felicidad, pero se ha entendido de muy diversas maneras. Y en los últimos tiempos se ha entendido de una manera que puede entrar en conflicto con la justicia, porque la felicidad, a mi juicio, se ha reducido a bienestar. Bienestar quiere decir tener una serie de sensaciones placenteras, como estar satisfecho con la vida o tener eso que se llama “una vida de calidad”, es decir, vivir en una ciudad pequeña, tener buenas relaciones, poder ir a conciertos, al teatro, etc. Lo cual, en principio, está muy bien, pero si la felicidad se reduce a bienestar, entonces puede entrar en conflicto con la justicia.


LIBROS:
CORTINA ORTS, Adela., 1981. Dios En La Filosofía Trascendental De Kant. Salamanca: Universidad Pontifica
CORTINA ORTS, Adela., 1985. Crítica y Utopía : La Escuela De Francfort. Madrid: Cincel
CORTINA ORTS, Adela., 1985. Razón Comunicativa y Responsabilidad Solidaria : Ética y Política En K O Apel. Salamanca: Sígueme
CORTINA ORTS, Adela., 1990. Ética Sin Moral. Madrid: Tecnos ISBN 8430919503.
CORTINA ORTS, Adela, 1991. La Moral Del Camaleón : Ética Política Para Nuestro Fin De Siglo. Madrid: Espasa-Calpe ISBN 8423924564.
Resultado de imagen de Adela Cortina Orts bibliografiaCORTINA ORTS, Adela., 1994. 10 Palabras Clave En Etica. Estella (Navarra): Verbo Divino ISBN 8471519607.
CORTINA ORTS, Adela., 1994. Ética De La Empresa : Claves Para Una Nueva Cultura Empresarial. Madrid: Trotta ISBN 8481640131.
CORTINA ORTS, Adela., 1995. Etica Civil y Religión. Madrid: PPC ISBN 8428812047.
CORTINA ORTS, Adela., 1997. La Ética De La Sociedad Civil : Hacer Reforma. [3a. ] ed. Madrid: Anaya.
CORTINA ORTS, Adela., 1998. Ciudadanos Del Mundo : Hacia Una Teoría De La Ciudadanía. 2a. , 4a. ed. Madrid: Alianza Editorial ISBN 84-206-4257-6.
CORTINA ORTS, Adela y CONILL SANCHO, Jesús., 1998. Democracia Participativa y Sociedad Civil : Una Ética Empresarial. Santafé de Bogotá, D.C.: Siglo del Hombre Editores ISBN 9586650162.
CORTINA ORTS, Adela., 2000. Etica Mínima : Introducción a La Filosofía Práctica. 6a. ed. Madrid: Tecnos ISBN 8430934715.
CORTINA ORTS, Adela., 2001. Alianza y Contrato : Política, Ética y Religión. Madrid: Trotta ISBN 8481644854.
CORTINA ORTS, Adela., 2007. Ética Aplicada y Democracia Radical. 4a. ed. Madrid: Tecnos ISBN 978-84-309-4524-5.
CORTINA ORTS, Adela., 2007. Ética De La Razón Cordial : Educar En La Ciudadanía En El Siglo XXI. Oviedo: Nobel ISBN 978-84-8459-179-5.
CORTINA ORTS, Adela., 2008. Lo Justo Como Núcleo De Las Ciencias Morales y Políticas : Una Versión Cordial De La Ética Del Discurso. Madrid: Real Academia de Ciencias Morales y Políticas ISBN 978-84-7296-317-7.
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Información ampliada sobre Adela Cortina

ENLACES

http://elpais.com/autor/adela_cortina/a/
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/10/22/actualidad/1413969817_267698.html
http://elpais.com/tag/adela_cortina/a/
http://www.rtve.es/alacarta/videos/pienso-luego-existo/pienso-luego-existo-adela-cortina/1906728/
http://www.jotdown.es/2014/01/adela-cortina-hay-que-librar-la-batalla-de-las-listas-electorales-abiertas/
http://www.abc.es/cultura/20141022/abci-adela-cortina-nacional-ensayo-201410221623.html




María Xesús Lama (1964)

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Filóloga de Lugo ganadora en 2018 del Premio Nacional de Ensayo con Rosalía de Castro. Cantos de independencia e liberdade (1837-1863). De hecho, ha editado Cantares Galegos para la editorial Galaxia. Es investigadora de la literatura gallego a partir de los orígenes celtas y de los movimientos migratorios.

Sobre María Xesús Lama

https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=159680


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Escritoras de narrativa contemporánea

Cristina Fernández Cubas (1945)

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Escritora y periodista, fue una de las grandes impulsoras del relato corto, aunque tampoco han faltado novelas y obras de teatro. El primer volumen de cuentos fue Mi hermana Elba (1980) y a partir de ahí, sus obras le fueron dirigiendo hasta La habitación de Nona, Premio Nacional de Narrativa en 2016, también un volumen de cuentos.

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Con Agatha en Estambul (fragmento)

"La mañana era tan oscura como un atardecer. Me instalé en el bar, junto a la ventana, rodeada de lápices, cuadernos, libros. Ahora me alegraba de encontrarme allí, con los ojos pegados al cristal, observando a la gente encorvada, aterida de frío, cruzando la calle a toda prisa. O volcada sobre un libro. Intentando leer a la tenue luz de la lamparilla de la mesa. Estaba sola, con excepción del camarero que dormitaba al fondo, tras una barra sin clientes, o el pez que a ratos parecía mirarme desde el interior de un acuario iluminado en el centro mismo de la sala. Era un pez grande, negro, decididamente feo. Lo observé mejor. Era también un pez raro, muy raro. Se hallaba suspendido en la mitad justa del acuario, boqueando. De cuando en cuando, sin embargo, iniciaba un movimiento ascendente, ocultaba el morro, mostraba la panza y entonces se producía un efecto curioso. No sé si todo se debía a la distancia a la que me hallaba —o tal vez eran las branquias, las aletas, las contracciones de sus músculos para bombear el agua—, pero a ratos se diría que el pez dejaba de ser pez —enorme y feo— para convertirse en un rostro grácil, infantil incluso. Un rostro de dibujos animados. Tuve que esperar a la tercera transformación para reconocerlo. «Campanilla.» Sí, aquel terrible pez, de pronto, se convertía en Campanilla. Nunca había visto nada igual y, por un momento, me pregunté si el camarero del fondo, que ahora bostezaba sin disimulo, habría sufrido alguna vez, en una mañana oscura como aquélla, una ilusión parecida. Después ya no me pregunté nada. Ahora era yo la que me había quedado atontada, observándole, esperando a que se decidiera otra vez a ocultar el morro, a mostrar la panza, a convertirse de nuevo en lo que yo sabía que era capaz de convertirse. El sonido de una campanilla, una campanilla de verdad, me sacó del ensueño. "





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Carme Riera Guilera (1948)


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@CarmeRiera_ofic

Escribe en catalán y castellano, es novelista, guionista, profesora, ensayista y miembro de la Real Academia Española. Con su ensayo La escuela de Barcelona ganó el Premio Anagrama. Con la novela Dins el darrer blau ganó en 1994 el Premio Josep Pla.



„La insularidad ha constituido un espacio clave en el imaginario humano, un imaginario que habla de paraísos aislados, en los que la felicidad parece todavía al alcance de cualquiera que los visite y en los que se aúnan vestigios de la edad dorada y el locus amoenus arcádico.“

Más información sobre Carme Riera

https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=520310

Rosa Montero (1951)



Rosa Montero
@BrunaHusky 

Rosa Montero ha sido la artífice de muchos buenos momentos de lectura a miles de españoles tanto por sus libros como por sus artículos en el diario El País. Su obra ha sido traducida a más de veinte idiomas. Sería complicado destacar alguna de sus novelas, aunque la crítica destaca Te trataré como a una reina (1983), La hija del Caníbal (1997), La loca de la casa (2003) o Hija del rey transparente (2005).

https://www.rosamontero.es/biografia-rosa-montero.html



Almudena Grandes (1960)


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@AlmudenaGrandes 

Almudena Grandes es una de las autoras españolas de best sellers más populares, así como columnista de El País. Generó una pequeña revolución con su primera novela Las edades de Lulú, obra erótica premiada, llevada al cine y traducida a 20 idiomas. Con sus posteriores libros ha ido enlazando un premio tras otro. Los aires difíciles le dio un nuevo salto de calidad y con Los pacientes del doctor García en 2018 se llevó el Premio Nacional de Narrativa.

http://www.almudenagrandes.com/


Sara Mesa (1976)


Hago una apuesta arriesgada, lo sé, pero después de realizar un trabajo de investigación para un Máster sobre la obra de esta autora residente en Sevilla, creo que va un paso más allá de todo lo publicado hasta la fecha. En sus diez obras publicadas en prosa hasta 2019, Mesa muestra una pluma certera, que se centra en los desfavorecidos y en los ambientes marginales, con tramas muy originales, un dominio de la narración intachable y personajes que se alejan de cualquier tópico. No la busquen en redes sociales, no tiene, búsquenla en las librerías.

La escritora española Sara Mesa en Anagrama

https://www.anagrama-ed.es/autor/mesa-sara-1309

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Poesía actual

Olvido García Valdés (1950)

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La actual directora general del Libro y Fomento de la Lectura es conocida en el mundo de la literatura especialmente por su obra poética, aunque también ha escrito ensayo y traducciones. En el género lírico, tiene cerca de una veintena de títulos entre obras propias y traducciones. Con Y todos estábamos vivos ganó el Premio Nacional de Poesía en 2007.

Más sobre Olvido García Valdés

http://amediavoz.com/garciaValdes.htm




Chantal Maillard (1951)
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Aunque nació en Bélgica, reside en Málaga desde 1963 y adoptó pronto la nacionalidad española. Es profesora en la Universidad de Málaga, fue Premio Nacional de Poesía en 2004 por el libro Matar a Platón y ha recibido varios premios de la crítica. Ha sido capaz de conjugar e incluso trasvasar obra poética y ensayística, sin que le hayan faltado obras en prosa de notable calidad.

Más información de Chantal Maillard

http://amediavoz.com/maillard.htm


Ángeles Mora (1952)
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Nacida en Rute (Córdoba) y afincada en Granada, publicó su primer libro de poemas siendo estudiante y se le considera dentro del movimiento de poesía de la experiencia. La Guerra de los treinta años o Contradicciones, pájaros, son algunos de sus libros más emblemáticos y premiados. En la actualidad sigue siendo muy habitual en recitales y antologías.

http://amediavoz.com/mora.htm

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Dramaturgas actuales

Lluïsa Cunillé Salgado (1961)




Fue galardonada en 2010 con el Premio Nacional de Literatura Dramática. Discípula de José Sanchís, sabe lo que es fundar una compañía de teatro y ha estrenado numerosas obrastanto en catalán como en castellano desde el año 1993. Una de sus obras más reconocidas es Passatge Gutenberg.

Más información

https://www.escriptors.cat/autors/cunillell/?

Laila Ripoll (1964)​



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@LailaRipoll

Directora de escena y dramaturga cuya obra se ha traducido al francés, rumano, portugués, italiano, griego, inglés y euskera.​ Se ha encargado intensamente de la investigación, recuperación y reelaboración de textos del Siglo de Oro, con especial atención en Lope de Vega. Sus obras propias han sido muy bien valoradas contando con el Premio Nacional de Teatro y el Premio Max.

http://www.contextoteatral.es/lailaripoll.html

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