Cada persona es diferente. Todos tenemos diferentes antecedentes, puntos de vista, valores e intereses. Y, sin embargo, hay un sentimiento universal que todos experimentamos en cada momento. Llámalo un ego “ ”, un yo “ ” o simplemente un “ I ” – es la idea de que nuestros pensamientos y sentimientos son nuestros, y nadie más tiene acceso a ellos de la misma manera. Esto puede sonar un poco como el existencialismo francés de posguerra o el psicoanálisis, pero en realidad es un tema que los neurocientíficos abordan cada vez más.
Éramos parte de un equipo interesado en descubrir cómo se expresa este sentido del yo en el cerebro – y qué sucede cuando se disuelve. Para hacer eso, utilizamos imágenes cerebrales y el fármaco psicodélico LSD.
Nuestro sentido del yo es algo tan natural que no siempre somos plenamente conscientes de ello. De hecho, es cuando se altera que se convierte en el más notable. Esto podría deberse a enfermedades mentales como la psicosis , cuando las personas pueden experimentar la creencia delirante de que sus pensamientos ya no son privados, sino que otras personas pueden acceder e incluso modificarlos. O podría deberse a la influencia de medicamentos psicodélicos como el LSD, cuando el usuario puede sentir eso su ego está “ disolviendo ” y se están volviendo uno con el mundo. Desde un punto de vista científico, estas experiencias de “ muerte del ego ” o disolución del ego también son oportunidades para buscar este sentido de identidad en el cerebro.
Nuestro estudio, dirigido por Enzo Tagliazucchi y publicado en Biología actual , nos propusimos sondear lo que está sucediendo en el cerebro cuando nuestro sentido del yo se ve alterado por los fármacos psicodélicos ( enlazados con el papel de Enzo ). Estudiamos a 15 voluntarios sanos antes y después de tomar LSD, lo que alteró sus sentimientos normales de sí mismos y su relación con el medio ambiente. Estos sujetos fueron escaneados mientras estaban intoxicados y mientras recibían placebo usando resonancia magnética funcional, una técnica que nos permite estudiar la actividad del cerebro midiendo los cambios en el flujo sanguíneo. Al contrastar la actividad del cerebro al recibir un placebo con su actividad después de tomar LSD, podríamos comenzar a explorar los mecanismos del cerebro involucrados en la experiencia normal del yo.
Los resultados de este estudio mostraron que la experiencia de la disolución del ego inducida por el LSD no estaba relacionada con cambios en una sola región del cerebro. En cambio, la droga afectó la forma en que varias regiones del cerebro se comunicaban con el resto del cerebro, aumentando su nivel de conectividad. Estos incluyeron la región frontal-parietal, un área que anteriormente se había relacionado con la autoconciencia, y la región temporal, un área involucrada en la comprensión del lenguaje y la creación de recuerdos visuales. Por lo tanto, el cerebro en LSD sería similar a una orquesta en la que los músicos ya no tocan juntos a tiempo, en lugar de una orquesta en la que algunos faltan o no funcionan.
Al investigar los efectos psicodélicos del LSD con el escaneo cerebral, podemos abrir las puertas de la percepción para descubrir cómo es familiar, El sentido egoísta depende de un patrón particular de organización de la red cerebral. Nuestro sentido de individualidad puede deberse a la configuración general que surge de las interacciones de múltiples regiones del cerebro. Cuando esta organización se ve interrumpida por el LSD, y particularmente cuando la organización modular se desmorona, nuestro sentido de identidad y los límites distintos entre nosotros, el medio ambiente y otros podrían perderse.
Relevancia cognitiva de la estructura comunitaria de la red de coactivación funcional del cerebro humano.
El aumento de la conectividad funcional global se correlaciona con la disolución de ego inducida por LSD
Anatomía cerebral. Primalchaos / wikimedia En un artículo anterior, demostramos que el cerebro tiende a organizarse en grupos o módulos de regiones que trabajan en estrecha colaboración y se especializan en una actividad específica, una propiedad llamada modularidad. Por ejemplo, las regiones del cerebro especializadas para la visión normalmente se organizan como un módulo de la red del cerebro humano. El LSD interrumpió esta organización modular del cerebro – y el nivel de desorganización modular se relacionó con la gravedad de la disolución del ego que experimentaron los voluntarios después de tomar el medicamento. Parece que la organización modular del cerebro sano funciona como el andamio que nos permite mantener un sentido de identidad.
Pero en una nota más fundamental, estos resultados resaltan que una comprensión completa del cerebro nunca será completa a menos que nos centremos en la conectividad entre regiones como parte de un red compleja . Esto es independiente del nivel de detalle microscópico que podríamos tener sobre lo que hace una sola región. Del mismo modo que una sinfonía es totalmente apreciada solo cuando uno escucha a todos los miembros de la orquesta tocarla juntos, y no estudiando cada instrumento individual por separado.
Tomar LSD y escribir un paper
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El comienzo fue blanco. Blanco el laminado de la mesa de acero con patas de metal. Blanco el portalámpara de cuello redondo en el centro de la sala. Blanco el armario donde se acumulan frascos anchos –con etiquetas blancas repletos de cornezuelo de centeno. Blanco el delantal que flamea por la sala como un fantasma discreto y prudente. Blanca la piel sin arrugas del hombre congelado en el tiempo y la eternidad, sentado sobre una silla de madera. Blanco el mango de la lupa pegada a su ojo. Blanca la luz que centellea por calles y edificios de Basilea y, con la fuerza de un baldazo de agua, se derrama por el ventanal de doce hojas del ambiente. Blanco el cartel pegado en la puerta, que anuncia con letras negras la Sección Farmacológica del Laboratorio Sandoz.
Y blanca, también, la estampilla pegada en la parte superior del sobre que envuelve una valija. Una valija pequeña, fina, de cuero marrón y duro. Una valija con una veintena de compartimentos del tamaño de un botón, o mejor, del tamaño de una ampolla de LSD. Una valija que cruzará el océano atlántico, que volará al día siguiente, o al otro, con destino a Buenos Aires, Argentina.
El hombre de blanco es Albert Hofmann. Conoce cada detalle del laboratorio, el contenido de cada frasco, el voltaje de cada lámpara que cuelga sobre las mesas sin polvo. Con los ojos cerrados, puede dar cuenta por dónde entra la luz del sol a la mañana y por dónde se evanesce al precipitarse la noche. En verano, sabe qué hojas del ventanal hay que entornar para refrescar el ambiente, y en invierno, por cuál rendija entra un chiflón. Al menos, esa es la sensación que se desprende de las imágenes que lo tienen como protagonista en la galería de fotos blanco y negro del Archivo Corporativo de Novartis, el pulpo que fusionó a los gigantes farmacéuticos Ciba-Geigy y Sandoz en 1996.
Albert Hofmann ingresó en el laboratorio de investigación químico-farmacéutica de la empresa Sandoz de Basilea, en la primavera de 1929, apenas finalizó los estudios de química en la Universidad de Zúrich. Luego de desechar dos ofertas de empresas consolidadas de Basilea, entró como colaborador del profesor doctor Arthur Stoll, fundador y director de la sección farmacéutica. “Elegí ese puesto de trabajo porque me ofrecía la oportunidad de ocuparme en sustancias naturales”, dice en la autobiografía LSD. Cómo descubrí el ácido y qué pasó después en el mundo , publicada por primera vez en 1979.
La sección químico-farmacéutica era un brazo menor en el laboratorio Sandoz. Una especie de burbuja con margen económico para la experimentación y el desarrollo científico. El equipo estaba integrado por cuatro licenciados en química en la sección de investigación y tres en la de producción. El principal objetivo de Stoll era aislar los activos indemnes de plantas medicinales probadas y presentarlos en forma pura. Con meticulosidad, había inaugurado el análisis de drogas vegetales como el digital (Digitalis ), la escila (Scilla maritima ) y el cornezuelo de centeno (Secale cornutum ).
En 1938, en la víspera de la Segunda Guerra, el laboratorio blanco de Sandoz estalló en un big bang de colores que aún hoy continúa alumbrando nuestras noches y nuestros días
Durante seis años, Hofmann acompañó al doctor Walter Kreis, uno de los principales colaboradores de Stoll, en la investigación de sustancias activas de la escila. El paso siguiente en su carrera de investigador fue enfocarse en una obsesión propia. En el paréntesis que se abre entre la finalización de una investigación y la apertura de una nueva, Hofmann le anunció a Stoll que tenía una propuesta, que necesitaba conversar con él unos minutos. Cuando quedaron solos en el laboratorio, Hofmann, con calma, luciendo un lenguaje específico, tomando palabras del fondo del armario pero habiéndose garantizado previamente que no tuvieran manchas ni arrugas, le contó que estaba interesado en un nuevo campo de actividades: los alcaloides del cornezuelo de centeno.
No hay registros de los gestos de Stoll al escuchar las palabras. Sin embargo, no es difícil imaginarse una sonrisa llena de dientes, al escuchar que el joven colaborador quería retomar una investigación que el propio Stoll había iniciado casi dos décadas atrás y estaba suspendida sin haberla dado por concluida.
En 1917, cuando Hofmann tenía apenas 11 años, Stoll comenzó el estudio del cornezuelo de centeno. Al poco tiempo, en 1918, había logrado aislar la ergotamina, el primer alcaloide obtenido en forma químicamente pura, que contribuyó a la elaboración de medicamentos contra la migraña. Luego, por decisión del Laboratorio Sandoz, que priorizó otras líneas de desarrollo, la investigación del cornezuelo de centeno se había detenido.
La conversación entre el maestro y el joven colaborador de la Sección Farmacológica sucedió en 1935. Cuenta Hofmann que Stoll aprobó la solicitud de inmediato, sin dejar de darle, con la misma mano, un empujón de aliento y una advertencia: “Le prevengo contra las dificultades con que se encontrará al trabajar con alcaloides del cornezuelo de centeno. Se trata de sustancias sumamente delicadas, de fácil descomposición y, en cuanto a estabilidad se refiere, muy distintas a las que usted se ha encontrado en el terreno del glicósido cardíaco. Pero si así lo desea, inténtelo”.
En ese diálogo, en esa mano que alentaba y advertía, quedó signada la carrera profesional de Hofmann. De un modo involuntario pero no ingenuo, se empezaron a mover capas ancestrales, suelos geológicos. Apenas tres años después, en 1938, en la víspera de la Segunda Guerra, el laboratorio blanco de Sandoz estalló en un big bang de colores que aún hoy, con los ojos abiertos o cerrados, continúa alumbrando nuestras noches y nuestros días.
Basilea - Buenos AiresDesde Basilea a Buenos Aires hay 11.237 kilómetros. En la década del '50 no había vuelos directos. El primer paso era llegar a Zurich por tierra y, en el aeropuerto, subirse a un avión Douglas DC 4. Luego, una serie de escalas aleatorias: Frankfurt, Madrid, Río de Janeiro, Natal, Ezeiza, en el mejor de los casos. Un total de 36 horas, volando a menos de 4.000 metros de altura, soportando turbulencias y tormentas del Atlántico imposibles de prever porque faltaban 20 años para que un grupo de ingenieros en el sur de Alabama inventara los radares meteorológicos.
Los aviones DC 4 habían sido construidos por la empresa norteamericana Douglas Aircraft Company. Un aporte para los combates aéreos en la Segunda Guerra Mundial. Cuando finalizó el conflicto que había quebrado el mundo en dos dejaron de transportar soldados, municiones y prisioneros, y empezaron a volar por líneas comerciales y civiles. Aerolíneas de capitales nacionales como Japan Airlines, Australian National Airways o KLM, compraron parte de la escuadra militar, o alguna de las variaciones que armaron los ingenieros aeronáuticos y tuvieron a los DC 4 como modelos.
La empresa Aerolíneas Argentinas, creada en 1949 por un decreto sancionado por el Poder Ejecutivo a cargo de Juan Domingo Perón, también contaba con una flota de aviones Douglas. Se estima que entre los DC 3 y los DC 4, la Argentina sumó 36 aviones para volar a Europa y a Estados Unidos. A principios de la década del '50, al interior de uno de esos aviones, en uno de los compartimentos sobre los 42 asientos de pasajeros, cubierta por un bolso de cuero de mano, viajaba desde Europa la primera valija con ampollas de LSD, que iba a tocar suelo y bocas y manos y mentes y divanes en Argentina.
El cornezuelo de centeno es un hongo imperceptible, casi invisible en el paisaje ondulante de los cultivos de cereal. Un inquilino o un parásito que se instala en las espigas de la avena, el trigo, el mijo, el candeal y, claro, el centeno. Un esclerocio menor del tamaño de un dedo, con una forma dura y de color pardo violaceo, que provoca la hipertrofia del grano. En español, en términos científicos, se lo conoce con el nombre Claviceps purpurea . En inglés Spikedrye o, más vulgarmente, Ergot of rye . En francés, seigle ivre , centeno embriagado. Y en alemán, Mutterkorn o Tollkoriz , el grano enloquecido.
En la cultura popular alemana, existe la leyenda de que en los campos sembrados los cereales ondulan no por el soplido del viento sino porque un demonio, “la madre de los granos”, camina envenenando todo lo que toca a su paso
En la cultura popular alemana, existe la leyenda de que en los campos sembrados, los cereales ondulan no por el soplido del viento sino porque un demonio, “la madre de los granos”, camina entre el medio envenenando todo lo que toca a su paso. Y agregan: cuando la cosecha se echa a perder, se debe a que sus hijos, “los lobos del cornezuelo del centeno”, anduvieron por el territorio, probando sus dientes, alimentando sus cuerpos, antes de huir por el sendero que marca la claridad de la luna hacia la oscuridad absoluta.
Durante la Alta Edad Media, el consumo de pan de centeno contaminado por cornezuelo causó en Europa envenenamientos masivos. “El mal” que había generado epidemias y miles de muertes, como llama Hofmann a los acontecimientos en su autobiografía, apareció bajo la forma de dos características: como peste convulsiva (ergotismus convulsivus ), caracterizada por síntomas epileptiformes y convulsiones, y como peste gangrenosa (ergotismus gangrenosus ), que se manifestaba en gangrenas que generaban momificaciones en las extremidades. Al ergotismo también se lo conocía como “fuego sacro” o “fuego de San Antonio”, porque eran los antonianos, devotos del santo patrón, quienes se ocupaban de cuidar a los enfermos. En el siglo XVII se encontraron las causas del envenenamiento y, tanto en Europa como en algunas zonas rurales de Rusia, disminuyeron la frecuencia y dejaron de registrarse epidemias. La bola de fuego, encendida en el doblez de un cereal, siguió rodando solo en los libros de historia.
Siguiendo uno de esos principios paradojales que sostienen el equilibrio siempre en tensión del universo, el cornezuelo no solo generó muerte y peste, sino también salvó y mejoró vidas. Su primer antecedente como remedio data de 1582. El médico municipal de Frankfurt, Adam Lonitzer, lo usaba como oxitócico para inducir el trabajo de parto. Si bien era un remedio a disposición de las comadronas, tal como se registra en herbarios de la época, el cornezuelo ingresó en la medicina oficial en 1808, por un trabajo del médico americano John Stearns. Su vigencia duró poco. En 1824, el médico David Hosack, también americano, fundamentó los peligros del cornezuelo para inducir partos y su función quedó relegada –siempre en el ámbito de la obstetricia– para evitar o controlar las hemorragias después del parto o de un aborto.
La siguiente incursión del cornezuelo lejos de la tierra y de los cereales fue en la química. Hofmann registra que desde mediados del siglo XIX empiezan a realizarse los primeros trabajos químicos. El objetivo era aislar las sustancias activas de esta droga y generar una fuente de alcaloides con aplicaciones farmacológicas, tales como la ergotamina, que se utiliza contra la migraña y los trastornos nerviosos. Sin embargo, su “gran golpe”, el punto de giro en su historia, fue en la década del ‘30. En laboratorios ingleses y americanos, cuenta Hofmann, se empezó a desentrañar la estructura química de los alcaloides del cornezuelo. Precisamente, en un laboratorio del Rockefeller Institute de Nueva York, los químicos W. A. Jacobs y L. C. Craig lograron aislar más de 30 variedades de alcaloides. En todos encontraron un componente en común: lo denominaron ácido lisérgico.
La primera valija de ampollas con ácido lisérgico que llegó a la Argentina terminó en un tacho de basura. Estaba envuelta en una caja de cartón. En uno de los ángulos superiores, tenía una estampilla con el dibujo del Puerto del Rin en Basilea. El remitente decía: Calle Quintana 202, esquina Montevideo, Capital Federal, Argentina, Laboratorio Tarazi-Alberto Tallaferro.
El médico y psicoanalista argentino Alberto Tallaferro había hecho el pedido a Sandoz por medio del laboratorio de su amigo Tarazi. Cuando recibió la caja, la abrió de inmediato. Adentro había una valija pequeña, como las que usan los pintores para guardar pinceles y acuarelas. Con cuidado volvió a cerrar las tapas de la caja de cartón y la apoyó en la mesa de luz de la habitación matrimonial. Luego, sobre la cama que había tendido Rosa, la mucama paraguaya que según Tallaferro parecía haber salido de una obra de Gauguin, dejó una camisa blanca y una corbata negra con franjas rojas, y entró a bañarse.
Nadie sabe qué pensó Tallaferro mientras el agua le caía por la cara y le mojaba el pelo negro. Quizá tuvo la sensación extraña, sospechosa, paranoica, de ver realizarse de un modo sencillo una situación que a priori parece compleja. Quizá respiró hondo para calmar la ansiedad y no alterar el protocolo de investigación que había firmado para que le envíen la remesa. Quizá sintió que en sus manos, a pocos metros, tenía la llave de las puertas de la percepción. O quizá, cuando apagó el agua caliente y dejó caer sobre su espalda un chorro de agua fría, helada, se preguntó por qué se empeñaba en experimentar con técnicas nuevas.
La primera valija de ampollas con ácido lisérgico que llegó a la Argentina terminó en un tacho de basura
El ácido lisérgico extraído del cornezuelo de centeno era una sustancia de fácil descomposición. El problema surgía cuando se mezclaban con restos alcalinos. Hofmann rebotó en las paredes blancas del laboratorio hasta encontrar una solución. Con la premisa de que la ciencia se construye sobre capas geológicas de conocimiento, tomó la Transposición de Curtius; un método que le permitió combinar el ácido lisérgico con restos básicos y así crear una gran cantidad de compuestos sintéticos.
Hofmann, con su equipo, buscaba aislar los principios activos del hongo, para poder aplicar la dosis exacta en el útero de la mujer ante dificultades en el parto y en el posparto. El primer alcaloide que produjeron lo llamaron Methergin, que aún hoy se continúa usando en clínicas y hospitales. Fue la primera síntesis del laboratorio conducido por Hofmann. La segunda síntesis que continúa vigente en la actualidad es la dietilamida, la número 25 en la serie de estos derivados sintéticos del ácido lisérgico. En la jerga del laboratorio, Hofmann la bautizó LSD-25.
El descubrimiento fue involuntario, como la aparición de una isla con vegetación rosa, verde, naranja y celeste que aparece en el medio del océano sin figurar una sola coordenada en el mapa. Un año antes del estallido de la Segunda Guerra, en 1938, Hofmann estaba intentando conseguir un analéptico, una sustancia estimulante del sistema circulatorio. La probaron en animales y no funcionó. En el informe de la sección farmacológica, decía: “los animales se intranquilizaron con la narcosis”. Desde el directorio de Sandoz fueron tajantes: decidieron no mostrar más interés en el LSD-25 y suspender los ensayos.
Durante cinco años no se hicieron más pruebas. Hasta la primavera de 1943, donde Hofmann, siguiendo un presentimiento, volvió a realizar la síntesis del LSD 25. En simultáneo, en la misma época, ya se trabajaba en la construcción de la primera bomba atómica, que se lanzó dos años después, en 1945. Dos descubrimientos, dos avances científicos, dos explosiones, dos hermanos díscolos del paradigma positivista que torcieron la historia de la humanidad, tanto en su capacidad destructiva como en su potencialidad perceptiva.
Cuando Tallaferro salió del baño, con una toalla blanca sobre los hombros, levantó la camisa de la cama. Pasó cada brazo por una manga y se abrochó los botones con disciplina. Hizo un paneo por la habitación buscando los zapatos. Su mirada no se detuvo en ningún rincón de la alfombra. Se congeló sobre la mesa de luz, la de su lado de la cama, donde hacía unos minutos había dejado la caja de cartón con ampollas de LSD adentro.
Gritó, gritó fuerte, Tallaferro. Tan fuerte que Rosa corrió rápido hacia el cuarto como si hubiera sonado una sirena. Sus hijos, acostumbrados a verlo berrear, también se sorprendieron ante una nueva tonalidad de su humor. Tallaferro preguntó por la caja. Rosa, atropellada, le contó que la vio en la mesa de luz, abierta, y la metió en una bolsa de nylon. Justo pasaba el carro de la basura, dijo. En Recoleta, en uno de los barrios más exclusivos de Argentina, de América Latina, en la década del '50 aún pasaba el carro. Rosa salió rápido con las bolsas que se acumulaban en la cocina, también con la que tenía la caja con una estampilla de Basilea. Luego de saludar al basurero, al jinete curtido que guiaba a un caballo por el empedrado de Recoleta, tomó impulsó y tiró las bolsas al interior del carro. Sin despedirse, lo vio alejarse. Incluso, al darle la espalda, siguió escuchando el taconear del caballo sobre la calle de piedra.
En 1943 el Gran Consejo Fascista depone a Benito Mussolini. También se desencadena la Batalla de Stalingrado: derrota clave para el ejército alemán. También tropas soviéticas liberan Kiev de la toma del ejército Nazi. También las fuerzas de los Aliados desembarcan en Sicilia; a los pocos meses la controlan. También Norbert Klein, héroe de la resistencia, es rescatado de un hospital y se esconde hasta el fin de la guerra. En Argentina, el Golpe de Estado del ‘43, derriba al gobierno “semilegal” de Castillo, “un enemigo del pueblo trabajador”, según el comunicado de la llamada Central General de Trabajadores N.2. Y en Suiza, precisamente en Basilea, el viernes 19 de abril, Hofmann interrumpe su trabajo y, con una única testigo, emprende el famoso viaje desde el laboratorio Sandoz hacia su casa, en bicicleta.
En el laboratorio, Hofmann trabajaba en condiciones de extrema limpieza. Dentro de los frascos manipulaba sustancias tóxicas y la obsesión era parte fundamental del cuidado. El primer contacto con la dietilamida del ácido lisérgico sucede el 16 de abril: Hofmann se lo atribuye a “una acción tóxica externa”. Dice: “Quizás un poco de la solución del LSD había tocado la punta de mis dedos al recristalizarla y un mínimo de sustancia había sido reabsorbida por la piel”. De ser así, fue una dosis pequeña que generó unos pocos cambios de percepción aleatorios. “Tenía una calidad placentera de cuento de hadas”, recuerda en 1976, en una entrevista que le hicieron en la revista High Times .
Al llegar a su casa, Hofmann creó un ambiente de semipenumbra: la luz del día le resultaba insoportable. Luego, se acostó en la cama. Cerró los ojos y se entregó a “un estado de embriaguez no desagradable, que se caracterizó por una fantasía sumamente animada”, como anotó en el informe que le envió al profesor Stoll.
Tres días después de la primera toma involuntaria, Hofmann realizó la primera experiencia formal. Un autoensayo.
Hofmann empieza a percibir imágenes fantásticas, caleidoscópicas. Un hechizo similar al que tuvo de niño, camino del bosque Martin, al norte de Baden, en Suiza. Un resplandor de belleza que llegaba “al alma de un modo muy particular”. Una visión que lo llevó a experimentar un mundo oculto, insondable, desbordante de vitalidad. Casi cuatro décadas después, en su casa de Basilea, volvía a tener una contemplación similar, una epifanía visionaria. La diferencia era que esta vez podía darle una explicación química y, sobre todo, en sus manos y conocimiento estaba la posibilidad de que no sea la última ni, menos, que suceda de un modo repentino. El mundo oculto, la dimensión insondable, las puertas de la percepción, tenían una llave. O una ampolla, o un líquido, o un cartón. Y él, Hofmann, tenía la clave, el código, la fórmula, para su creación.
A Alberto Tallaferro le dio un ataque de nervios al conocer el relato de Rosa. Su mujer María Angélica, a su lado, lo calmó o intentó hacerlo. Y le dijo que espere, que espere ahí, en la habitación. Ordenó a Rosa que le lleve un té: no para calmarlo sino para darle un tiempo, unos minutos para controlar el temblor en las manos.
Sin abrir la boca, María Angélica se puso un abrigo y salió a la calle a buscar un taxi. A Retiro, le dijo al primer chofer que pasó, al basural pegado a la estación de Ferrocarril. No era la primera vez que veía las montañas de basura. Eran parte del paisaje que miraba por la ventanilla del tren en sus excursiones al Tigre. Sí, le sorprendió el olor rancio y pesado, casi tangible, y el suelo movedizo donde intentaba hacer pie.
La pila de basura tenía la altura de un vagón. María Angélica la recorrió como una hormiga. Separó bolsas de nylon, botellas, cartones mojados, telas pegajosas. Estuvo un rato largo, hasta que desistió cuando la luz del sol dejó de iluminar lo que sus manos sostenían. A pocos metros del basural, los faroles de los andenes de la Terminal de Retiro se iban encendiendo como notas musicales. María Angélica, con las uñas largas llenas de barro, suspiró. La valija no apareció. Tampoco un rastro, una etiqueta, un pedazo de cuero, nada. La valija estaba hundida en la mugre, entre los restos de la ciudad, bien abajo, en el fondo del fondo, enterrada en un lugar al que nadie llegó o, al menos, nadie dio cuenta de que había descubierto la primera valija con LSD en aterrizar en Argentina.
Tres días después de la primera toma involuntaria, el 19 de abril, Hofmann realizó la primera experiencia formal. Un autoensayo, como dicen en la jerga científica. Preparó una solución de 5 miligramos y tomó una fracción de 0,25 miligramos de tartrato de dietilamida de ácido lisérgico. No esperaba que una dosis tan pequeña le hiciera efecto. Y menos, negativos. Luego de tomarla, Hofmann pensó que se moría o que se estaba volviendo loco o las dos cosas a la vez. Pensó en sus dos hijos y en su mujer Lucerna. Se los imaginó preguntándose por qué su padre y su esposo, respectivamente, había hecho semejante experimento. En sus palabras, porqué había dejado que el demonio entrara en su cuerpo.
“Repleta de amarga ironía se entrecruzaba la reflexión de que era esa dietilamida del ácido que yo había puesto en el mundo la que ahora me obligaba a abandonarlo prematuramente”
Antes de salir del Laboratorio, Hofmann ordenó los elementos de trabajo. Se sentía mareado y, en el cuerpo, un hormigueo de intranquilidad que lo recorría desde los pies hasta el cuello, como si fuese un territorio a explorar. Sin meditarlo, decidió volver a su casa. En plena guerra mundial, casi no había coches ni combustible para el uso civil. La opción que eligió Hofmann fue subirse a una bicicleta negra, de cuadro inglés. Susi Ramstein, una chica de 21 años que trabajaba como ayudante del laboratorio, lo acompañó. En el camino, los árboles, las nubes, las flores, se ven distorsionadas. Formas que van tomando nuevos ángulos, otras curvaturas, distintos colores. El camino de siempre pero distinto, como si lo estuviera haciendo por un sendero paralelo.
Al llegar, Hofmann tuvo la sensación de que no podía mover las piernas. Se preguntó cómo hizo para conducir la bicicleta. A su alrededor todo giraba: los objetos y muebles tomaban formas grotescas, con dientes y garras; se sentía amenazado. Sin embargo, Ramstein le despejaba los fantasmas, que tenía adentro y empezaron a crecer afuera. Le dijo que viajaron a buena velocidad, que no hubo problemas en el camino. Y le repitió: ya está en casa.
Antes de bajar las cortinas del living, Hofmann, inquieto, le pide a Ramstein que llame al médico y vaya a buscar leche a casa de los vecinos. Mientras espera, su cabeza sigue funcionando, hilando palabras oscuras, dictadas con el filo del miedo: “Repleta de amarga ironía se entrecruzaba la reflexión de que era esa dietilamida del ácido que yo había puesto en el mundo la que ahora me obligaba a abandonarlo prematuramente”.
El médico se acercó pronto: no encontró nada raro. Escuchó los miedos de Hoffman, pero sobre todo puso el foco en los síntomas: pupilas dilatadas; pulso, presión sanguínea y respiración dentro de los parámetros normales. En una pausa, Ramstein le contó del autoensayo. El médico no se alteró. Se quedó un tiempo en la casa, hasta que el efecto empezara a ceder. En ese lapso entre el pánico y el regreso a la cotidianidad familiar, Hofmann pudo gozar de los colores que inundaban sus ojos cerrados, de la intensificación de los sonidos que llegaban de la calle, de los sabores nuevos que tomaba la comida. En sí, las virtudes de una sustancia psicoactiva que tenía unas propiedades extraordinarias.
Entre el pánico y el regreso a la cotidianidad familiar, Hofmann pudo gozar de los colores que inundaban sus ojos cerrados, de la intensificación de los sonidos que llegaban de la calle, de los sabores nuevos que tomaba la comida
Años después, en distintas entrevistas, dándole una pincelada de contemporaneidad a su lenguaje, Hofmann dirá que su primera experiencia formal fue “un mal viaje”. Sin embargo, en ningún momento lo señala como un obstáculo para continuar experimentando.
Para recibir una valija con ampollas de LSD en otro continente, otro país, a más de 10 mil kilómetros de distancia de Suiza, no había que hacer una transferencia bancaria ni acercar dinero por algún túnel ilegal o por caminos informales. Con llenar una solicitud era suficiente. El pedido no podía hacerlo cualquiera. Debía garantizar algunas cualidades científicas. Y, en particular, comprometerse en dos puntos fundamentales. El primero, cada científico o psiquiatra debía realizar autoensayos con las dosis enviadas antes de administrar a pacientes externos. Segundo: una vez realizados los experimentos, debían escribir artículos científicos en revistas especializadas.
La segunda valija con LSD hizo el mismo recorrido que la primera: desde Basilea a Buenos Aires, en uno de los compartimentos de un Douglas DC4. La diferencia fue que apenas llegó a la casa de Quintana 202, Tallaferro no le sacó los ojos de encima
El modelo de experimentación era el que venía realizando Werner A. Stoll, el hijo de Arthur Stoll, en la clínica psiquiátrica de la Universidad de Zurich desde 1947. Los pasos: recibir el LSD, experimentarlo con supervisión de un asistente y, por último, dejar registro por escrito de la experiencia.
En su casa de Recoleta, Tallaferro, resignado a no encontrar la valija que imaginaba degradarse en el basural de Retiro, volvió a llenar una solicitud. Para su sorpresa, también fue aprobada. La segunda valija con LSD hizo el mismo recorrido que la primera: desde Basilea a Buenos Aires, en uno de los compartimentos de un Douglas DC4. La diferencia fue que apenas llegó a la casa de Quintana 202, Tallaferro no le sacó los ojos de encima. Rodeando la caja con las dos manos, subió cinco pisos por la escalera y la dejó sobre el escritorio de su consultorio. Después, cerró la puerta y puso llave. En ese instante, el lienzo blanco de la psicología empezaba a tomar sus primeros colores. Con la segunda valija que había llegado a las manos de Tallaferro, comenzaba el viaje del LSD en la Argentina.
Este texto se trabajó en el Laboratorio de No Ficción Creativa llevado adelante por Revista Anfibia, el Doctorado de Escritura en Español de la Universidad de Houston y la Maestría en Periodismo Narrativo de Unsam entre septiembre de 2022 y mayo de 2023. Además, formará parte de un libro escrito a cuatro manos por Damián Huergo y Fernando Krapp que será publicado en 2024 por editorial Paidós .
Psicosis y psicodélicos
En la década de 1960, la investigación psicodélica fue llevada a la clandestinidad. Ahora está resurgiendo – con lecciones para el estudio de la psicosis
Phoebe Friesenes filósofo y ético médico. Es profesora asistente en el Departamento de Estudios Sociales de Medicina y en el Departamento de Equidad, Ética y Política de la Universidad McGill en Montreal, Canadá.
‘Un sentido de especial importancia comenzó a invertir todo en la habitación; los objetos que normalmente aceptaría como simplemente estar allí comenzaron a asumir una extraña importancia.’
‘Me interesé en una amplia variedad de personas, eventos, lugares e ideas que normalmente no me impresionarían. Sin saber que estaba enfermo, no intenté entender lo que estaba sucediendo, pero sentí que había un significado abrumador en todo esto ...’
El primero de estas citas es de un individuo que describe un viaje psicodélico que tomaron después de tomar peyote. El segundo es una persona que describe una experiencia de psicosis. Aunque rara vez se miran juntos hoy en día, las experiencias de psicodélicos y psicosis comparten mucho territorio subjetivo. En el pasado, algunos científicos los consideraban versiones diferentes de la misma experiencia. Sin embargo, hoy en día, las experiencias de psicosis y psicodélicos son vistas como radicalmente diferentes. Examinar el viaje desde ese enfoque pasado hasta la perspectiva actual revela mucho sobre nuestras suposiciones y valores, y los límites y sesgos de la día actual.
A mediados del siglo 20, los investigadores pensaron en la psicosis y psicodélicos como profundamente enredado, y las comparaciones científicas entre las dos experiencias eran comunes; se gastaron trabajos académicos completos contrastando descripciones detalladas de las experiencias de pacientes diagnosticados con esquizofrenia y las experiencias de participantes de la investigación que habían tomado drogas psicodélicas. Como resultado de la estrecha semejanza entre estas descripciones, muchos investigadores creían que los psicodélicos inducían una psicosis a corto plazo, proporcionando un modelo científico perfecto para aquellos que querían aprender más sobre la esquizofrenia. Al inducir una psicosis ‘temporal’, los investigadores pudieron observar cambios biológicos en los participantes de la investigación que habían tomado un psicodélico, y compararlos con las mediciones de pacientes diagnosticados con esquizofrenia. En el cazar por lo misterioso ‘sustancia-M’ eso podría explicar lo que subyace a ambas experiencias, varios se consideraron los candidatos, incluyendo adrenalina, norepinefrina y serotonina. Si bien la búsqueda de un factor biológico común no tuvo éxito, durante décadas muchos creyeron que estas experiencias eran versiones diferentes de la misma cosa.
Hubo una creencia científica generalizada en la similitud entre la psicosis y los psicodélicos en el mediados del siglo 20. Pero los años posteriores han llevado a una notable división entre nuestra comprensión de estos fenómenos. En la década de 1960, el pánico moral relacionado a las drogas psicodélicas establecidas. Al mismo tiempo, los requisitos de evidencia en medicina se estaban volviendo más riguroso, y creando barreras para la investigación psicodélica. La financiación, el acceso y los permisos para la investigación relacionada con las drogas psicodélicas se secaron lentamente, y la investigación de estas sustancias fascinantes fue olvidada en gran medida por la psiquiatría.
En las décadas intermedias, la investigación relacionada con la psicosis ha continuado sin restricciones y ha cambiado de forma radicalmente. Atrás quedó mucho interés general en las descripciones detalladas de la experiencia de la psicosis que los psiquiatras entrenados psicoanalíticamente a menudo buscaban en el pasado. En cambio, psicosis investigación hoy comparte con el resto de la psiquiatría un enfoque a menudo singular en la investigación neurobiológica y genética. Las investigaciones relacionadas con la infancia, el trauma y las fuerzas sociales reciben mucha menos consideración y, lo que es más importante, mucha menos financiación. El psicoanálisis tiene caído por favor, en parte debido a la dificultad que tenía para encajar en nuevos modelos de evidencia que se están adoptando en todos los medicamentos (es difícil llevar a cabo ensayos de control aleatorios sobre la cura hablante), y en parte porque la psiquiatría necesitaba demostrar que era consistente y replicable (estas son características desafiantes para demostrar en un enfoque tan complicado y variable como el psicoanálisis). En su lugar, se ha retomado un modelo neurobiológico de psiquiatría, buscando explicaciones y tratamientos para los trastornos mentales en gran medida a nivel de genes y neurotransmisores.
Este enfoque es más evidente si observamos dónde fluye el dinero para la investigación psiquiátrica. En las últimas dos décadas, el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, el mayor financiador de la investigación de salud mental en el mundo, ha introducido un nuevo marco para la investigación, los Criterios de Dominio de Investigación, o RDoC. Este marco está compuesto por dominios y unidades de análisis. Los dominios incluyen fenómenos psicológicos como la percepción o un sentido de amenaza aguda, similar a los síntomas, pero que incluyen aspectos positivos y negativos. Las unidades de análisis se centran en cosas como genes, células y circuitos, dirigiendo a los investigadores hacia dónde buscar explicar fenómenos psicológicos como una sensación de amenaza aguda, para comprender mejor tanto una respuesta que funciona bien como una respuesta desordenada. El marco tiene como objetivo eliminar los problemas y problemas que el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico) es conocido por, incluyendo la forma en que muchas de las categorías psiquiátricas dentro de ella incluyen síntomas superpuestos, o los muchos perfiles de síntomas posibles que pueden conducir a un solo diagnóstico. Estos problemas sugieren que la investigación se basa en el DSM las categorías pueden no reflejar categorías reales, lo que deja espacio para mucho más ruido en el proceso de investigación. La esperanza es que RDoC proporcione caminos más prometedores para la investigación, particularmente a nivel del cerebro y los genes. Dado este enfoque, no es de extrañar que, dentro de la psiquiatría actual, las experiencias de escuchar voces o de alucinaciones se vean en gran medida como síntomas que deben manejarse, o idealmente eliminarse, en lugar de experiencias que pueden ser desafiantes y significativas.
Mientras tanto, después de muchos años de hiato, se está produciendo un resurgimiento de la investigación psicodélica. Laboratorios dedicados han aparecido en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, el Imperial College de Londres y varias otras instituciones, y la investigación sobre el potencial de la terapia asistida por psicodélicos para tratar diversos trastornos mentales está avanzando. La aprobación condicional para pacientes con un diagnóstico terminal que buscan aliviar la ansiedad al final de la vida mediante el uso de terapia asistida con psilocibina ya se ha otorgado en muchas jurisdicciones (incluso dentro del Estados Unidos y Canadá). La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos designó el uso de la terapia asistida por MDMA como un gran avance en 2017, y Fase 3 Se han realizado ensayos para quienes experimentan un trastorno de estrés postraumático completado. Varias pruebas han analizado el potencial de dar participantes en la prueba psilocibina o ketamina junto con la terapia, con la esperanza de mejorar sus experiencias de depresión resistente al tratamiento. Otros están estudiando el potencial de la ibogaína para ayudar a las personas con uso de sustancias problemas, o de psilocibina para fumar cesación. Otros están considerando si la microdosificación podría promover creatividad o si la terapia asistida por psicodélicos puede ayudar a los que sufren como resultado de racial trauma.
Para apaciguar a los reguladores, la comunidad médica y los pacientes potenciales, la investigación psicodélica debe superar sus problemáticas asociaciones pasadas y demostrar que la terapia psicodélica puede adaptarse al molde de la medicina basada en la evidencia, No es poca cosa para una clase de drogas que son infamemente difíciles de precisar. Como resultado de estas presiones, cualquier asociación entre psicodélicos y psicosis es peligrosa. De hecho, Rick Doblin, el fundador de la influyente Asociación Multidisciplinaria para Estudios Psicodélicos ( MAPS ), tiene sugerido que las referencias a los psicodélicos como modelos de psicosis deben abandonarse porque implican que las experiencias psicodélicas ‘ pueden descartarse como locas y distorsionadas ’.
O por supuesto, las experiencias de psicosis y psicodélicos no son idénticas. Crucialmente, existen diferencias fundamentales relacionadas con la naturaleza voluntaria de la experiencia, así como con la línea de tiempo. En la mayoría de los casos, los psicodélicos se ingieren por elección y sus efectos duran solo varias horas. En contraste, las experiencias de psicosis generalmente ocurren sin ninguna disposición por parte del individuo, y pueden durar días, semanas o meses. Las experiencias subjetivas tampoco son idénticas; incluso en el siglo pasado, algunos los investigadores notaron que las alucinaciones y la sinestesia – cuando se experimentan múltiples sentidos simultáneamente – a menudo son más pronunciadas en aquellos que han tomado psicodélicos que en aquellos que experimentan psicosis. Otros pensamientolas similitudes entre estas experiencias fueron exageradas.
A nivel neurocientífico, ha habido un interés continuo en la relación entre las experiencias de psicodélicos y psicosis. Todavía es común usar psicodélicos para modelar la psicosis en animales, pero la generalización de esta investigación a los seres humanos es cuestionada por algunos científicos. Otros han estado interesados en las formas en que los mismos receptores ( para serotonina, dopamina, opioides ) juegan un papel en las experiencias de psicosis y psicodélicos. También ha sido sugerido que las primeras etapas de la psicosis implican un estado neurobiológico similar al provocado por las drogas psicodélicas.
Sin embargo, hoy los enfoques científicos de estos fenómenos están muy separados. La investigación sobre psicosis se ha desarrollado junto con el resto de la psiquiatría en una ciencia en gran medida biomédica, buscando explicaciones genéticas o neurocientíficas para los síntomas asociados con la experiencia. La investigación psicodélica ha tomado un camino diferente, y aún conlleva una variedad de características que estuvieron presentes en las investigaciones de estas sustancias casi 75 años hace. Entre otras cosas, la divergencia refleja los supuestos y valores que guían cada campo. Un poco de fertilización cruzada está justificada nuevamente.
La investigación relacionada con la psicosis tiene poco interés en el significado o misticismo que pueda surgir.
Si bien podríamos aceptar que las experiencias de psicosis y psicodélicos son diferentes en formas importantes, también podríamos reconocer que sus similitudes fenomenológicas (‘lo que es como’) hacen que valga la pena mirarlas en conjunto. Ambos tipos de experiencias son muy variables, pero pueden implicar una serie de superposición las sensaciones psicológicas y físicas, incluidos los cambios en las experiencias sensoriales relacionadas con la visión, el oído y el olfato, así como el sentido de uno mismo, como la disolución del ego y la despersonalización son comunes. A variedad las respuestas emocionales también son comunes en la psicosis y los psicodélicos, incluyendo sentirse paranoico, asustado, eufórico o retraído.
Examinar cómo una ciencia aborda sus objetivos de investigación puede ser muy revelador de suposiciones y valores que guían el campo. Como tal, mirar a través de los programas de investigación radicalmente diferentes relacionados con la psicosis y los psicodélicos de hoy puede mostrarnos cómo difieren nuestras creencias y objetivos relacionados con la psicosis y los psicodélicos, y dar lugar a estos enfoques contrastantes. A su vez, podemos aprender lecciones importantes sobre cómo entender y responder a la psicosis desde enfoques hasta psicodélicos.
Tome lo que elegimos medir como ejemplo. Los científicos psicodélicos a menudo se centran en el significado y el misticismo, preguntando los participantes cuan espiritualmente significativa fue su experiencia, o si tuvieron una experiencia que ‘ sabían que era sagrada’ o si ‘ se sentían uno con el universo’. Titulares con frecuencia referir para los participantes de la investigación que describen sus experiencias psicodélicas como una de las más significativas en sus vidas, ayudándoles a hacer frente a traumas pasados o enfrentar los inminentes. Esto contribuye a una visión de las experiencias psicodélicas como intensas, pero también significativas y transformadoras.
En contraste, los titulares relacionados con la experiencia psicótica no se centran en las cualidades mágicas o inefables, sino en los aspectos desafiantes y temerosos del fenómeno. En parte, esto se debe a que la investigación relacionada con la psicosis tiene poco interés en el significado o misticismo que puede surgir dentro de la experiencia. En cambio, la investigación se centra abrumadoramente en cómo reducir los síntomas y ayudar a las personas a regresar al trabajo o a la escuela. La investigación que analiza de cerca los aspectos cualitativos de las experiencias de psicosis, y hace espacio para que las personas compartan componentes positivos, negativos y esquivos de tales experiencias, es bastante rara.
Inevitablemente, estos diferentes puntos focales dan forma a lo que los científicos y el público ven cuando piensan en psicosis y psicodélicos. La psicosis a menudo trae a la mente delirios y alucinaciones, caracterizados como síntomas que deben reducirse a toda costa. En contraste, las alucinaciones inducidas por los psicodélicos pueden verse como una forma de acceder a experiencias notables que cambian la vida.
Otro ejemplo se puede encontrar en los tipos de variables causales que observamos en relación con la psicosis y los psicodélicos. La investigación relacionada con los psicodélicos expresa una cantidad considerable de interés en cómo las experiencias se ven afectadas por diversos factores particulares del individuo y el contexto en el que se encuentran. El noción de ‘set and setting’, popularizado por Timothy Leary, es ampliamente aceptado en comunidades psicodélicas; se refiere a cómo las emociones, las expectativas y el medio ambiente pueden tener un enorme impacto en las experiencias psicodélicas. La investigación en curso se centra en cómo los factores como música y naturaleza puede influir en las experiencias psicodélicas.
Aquellos que experimentan psicosis a menudo se encuentran con moderación, reclusión y, con demasiada frecuencia, violencia
No existe un concepto paralelo similar a ‘set y setting’ en la investigación de psicosis, que continúa buscando lo fisiológico esquivo sustancia-M. Las preguntas relacionadas con cómo la psicosis está determinada por creencias, cultura, entornos o relaciones rara vez se hacen dentro de la psiquiatría. En cambio, la atención se centra principalmente en qué causa la psicosis y cómo se puede reducir, en lugar de qué características contextuales podrían dar lugar a experiencias más difíciles o más positivas de psicosis.
Una vez más, estas diferencias son reveladoras e impactantes. Mientras que los investigadores psicodélicos entienden que el conjunto y la configuración pueden hacer que las experiencias psicodélicas sean mejores o peores para las personas, los psiquiatras que estudian la psicosis pasan poco tiempo considerando cómo los factores individuales relacionados con el conjunto y la configuración pueden afectar una experiencia de psicosis. La intervención tiende a dirigirse hacia los medicamentos psiquiátricos como el enfoque principal del tratamiento.
Quizás el contraste más alarmante es entre cómo respondemos actualmente a aquellos que tienen experiencias desafiantes como resultado de psicodélicos o psicosis. Las comunidades psicodélicas subterráneas han estado desarrollando formas de primeros auxilios ‘psicodélicos durante décadas, enfoques caracterizados por la calidez y la compasión, y que priorizan la seguridad, comodidad y respeto sin prejuicios para alguien que tiene un mal viaje.
En el diario Danceculto, Deirdre Ruane, investigadora de la Universidad de Kent, Canterbury, en el Reino Unido, describe el tipo de atención brindada cuando un viaje psicodélico en un festival se vuelve desafiante. Ese apoyo comienza con descartar una necesidad médica aguda y luego hacer que el visitante del festival se sienta cómodo, ofreciendo ‘agua o té y un espacio privado de bajo estímulo si lo desea’. Después, ‘sitters permanecen con los visitantes, hablando, escuchando o simplemente sentados en silencio con el visitante como se desee. El objetivo es crear una atmósfera de seguridad en la que el visitante se sienta capaz de enfrentar y procesar emociones difíciles
Tal imagen contrasta fuertemente con las respuestas habituales a aquellos que tienen una experiencia psicótica desafiante. Aquellos que experimentan psicosis u otras crisis de salud mental, a menudo se encuentran con moderación, reclusión y, con demasiada frecuencia, violencia. La policía con poco entrenamiento a menudo es enviada a respondercon fuerza para aquellos en angustia mental – muy raramente, aquellos en crisis son apoyados por compañeros que saben cómo es y qué podría ayudar, o incluso profesionales que han sido capacitados en formas de atención empáticas y no violentas. El trágico caso de Daniel Prude ejemplifica este tipo de respuestas. Prude, que puede haber estado experimentando psicosis, comenzó a comportarse erráticamente una noche en 2020, corriendo desnudo por las calles de Rochester, Nueva York. Cuando llegó la policía, a pesar de que Prude estaba desarmado, lo contuvieron, le colocaron una capucha sobre la cabeza y lo inmovilizaron en el suelo. Las imágenes de video muestran a Prude luchando por respirar y luego dejando de responder. Más tarde fue declarado con muerte cerebral. Esta forma inquietante de responder a las personas que están luchando conduce a un número significativo de muertes innecesarias y desgarradoras cada año.
A su vez, estas diferentes respuestas engendran diferentes creencias y expectativas en el público. Las historias divertidas de adolescentes que tienen un mal viaje hacen que sea aún más aceptable para nosotros reírnos y con aquellos que han tomado hongos mágicos. Las historias de policías disparando a una persona en medio de una crisis de salud mental hacen que sea más probable que temamos a aquellos que creemos que están experimentando psicosis. En realidad, las personas diagnosticadas con un trastorno mental tienen muchas más probabilidades de ser víctimas de un crimen violento que responsables por un lado.
Mientras que existen diferencias importantes entre las experiencias de psicosis y psicodélicos, las similitudes deberían hacernos parar y pensar – y corregir el rumbo. Puede haber espacio para ver lo mágico y lo místico en la psicosis, así como lo aterrador y angustioso. Si bien el término psicosis puede recordar asociaciones de miedo y violencia, muchos de los que han experimentado psicosis han estado abogando por una imagen más amplia de la experiencia durante años. Una compilación reciente de usuarios del servicio llamado ‘Psychosis Outside the Box’ incluye una variedad de descripciones que no se ajustan fácilmente al molde dibujado alrededor del fenómeno de la psicosis dentro de la psiquiatría. Por ejemplo, un individuo describe una ‘experiencia muy curativa’ en la que son ‘transportados a un pueblo rural en África e Iiqm tirado en el suelo y un sanador pone hojas grandes en todo mi cuerpo. Todas las personas en el pueblo (incluidos los niños) se turnan para rodear mi cuerpo y ponerme las manos encima y cantar continuamente 24 Horas un día durante siete días.’ Otro escribe: ‘He sentido que experimenté un aspecto de lo divino, generalmente un viento cálido o un sol rompiendo las nubes.’ Este tipo de experiencias no son capturadas por listas de verificación de síntomas y un enfoque en la psicosis como meramente patológica.
Si bien algunas experiencias de psicosis son desafiantes y difíciles, involucran miedo y paranoia, y aislamiento de sus seres queridos, otras podrían describirse como hermosas, mágicas o místicas. Sin embargo, los médicos e investigadores en gran medida no hacen preguntas sobre este tipo de experiencias. Los investigadores Nev Jones y Mona Shattell realizaron entrevistas con varias personas que habían experimentado psicosis o habían tenido experiencias inusuales, para comprender mejor estas experiencias y cómo no logran mapear ‘entendimientos convencionales de psicopatología o sanación’. Los autores preguntaron sobre experiencias de agencia, escuchar voces, dudas y certidumbres, así como experiencias a menudo caracterizadas como alucinaciones y delirios. Resumiendo los comentarios que recibieron en sus entrevistas, los autores escribir que escucharon repetidamente a personas decir ‘ Nadie me ha hecho preguntas detalladas sobre lo que experimento ’ y ‘ nadie ha tratado de entender cómo esto ha afectado a quién soy, nadie ha escuchado las complicaciones, la riqueza, las cosas buenas y lo malo. ’
¿Puede la ciencia psicodélica proporcionar un mapa para una forma en que tal riqueza y complejidad puedan tomarse en serio?
Del mismo modo, el conjunto y el entorno, tan importantes en la experiencia psicodélica, podrían influir en la experiencia de la psicosis – y también podríamos aprender lecciones allí. ¿Cómo influyen los aspectos de la experiencia, las expectativas o el entorno en ‘ cómo es ’ dentro de una experiencia de psicosis? La investigación de la antropología y otros campos indica que puede haber otras vías causales que permanecen subexploradas cuando se trata de la psicosis; expectativas culturales, por un lado, parece tener un impacto significativo en si uno escucha voces que se experimentan como angustiosas o reconfortantes. Por ejemplo, cuando la antropóloga Tanya Luhrmann y sus colegas examinado Experiencias de audiencia de voz en los EE. UU., India y Ghana, descubrieron que era mucho más común que los participantes estadounidenses describieran las voces que encontraron violentas y perturbadoras, y estos participantes a menudo se referían a criterios de diagnóstico al describir sus experiencias. En contraste, los pacientes en India y Ghana no necesariamente vieron la audiencia de voz como una mala experiencia. Los de Ghana a menudo informaron que la voz que escucharon era Dios y que era positiva. En India, las voces a menudo eran miembros de la familia, recordándoles las cosas que necesitaban hacer.
Su objetivo no es simplemente eliminar voces, sino experimentarlas como menos angustiosas, incluso beneficiosas.
La relación de uno con el entorno vivido también puede marcar una gran diferencia. Evidencia creciente indica que cuando los individuos tienen un color de piel diferente al de la población mayoritaria donde viven, es más probable que desarrollen psicosis. Esto sugiere que vale la pena examinar más de cerca la comprensión de las experiencias fenomenológicas de ser una minoría racializada y cómo podría relacionarse con las experiencias de psicosis.
Estos factores deben tenerse en cuenta si queremos realizar una investigación exhaustiva relacionada con la psicosis y aprender a apoyar mejor a quienes la experimentan. Comunidades como Hearing Voices Network (HVN) son muy conscientes de la influencia del set and setting, y enseñan a los miembros a reconocer estos factores y trabajar para desarrollar mejores relaciones con sus voces. Su objetivo no es simplemente eliminar las voces, como a menudo se supone dentro de la investigación psiquiátrica, sino experimentar voces como menos angustiantes, y a veces incluso tan beneficiosas o reconfortantes. Con los grupos de HVN ahora establecidos en todo el mundo, las personas que escuchan voces están encontrando apoyo basado en pares que les permite comprender sus experiencias no solo como síntomas de locura, pero las respuestas complejas a los desafíos de los seres vivos sobre los que pueden tener cierto control.Los investigadores también están involucrados, investigando las formas en que la audición de voz también es experimentada por individuos no designados como desordenados, lo que hace espacio para una comprensión más complicada del fenómeno.
Y ciertamente hay lecciones que aprender cuando se trata de cómo respondemos a los que están en crisis. Cuando 146 personas que experimentaron una crisis de salud mental fueron asesinadas por la policía en los Estados Unidos solo en 2022, y un número desproporcionado de ellas eran personas de color, debería haber un sentido significativo de urgencia cuando se trata de repensar la respuesta a la crisis.
Si las comunidades subterráneas han pasado años desarrollando formas cariñosas y compasivas de responder a aquellos que tienen experiencias desafiantes como resultado de los psicodélicos, no hay razón para que podamos encontrar formas similares de infundir atención y compasión en la forma en que respondemos a aquellos que tienen una experiencia difícil de psicosis. Afortunadamente, se han desarrollado alternativas prometedoras a la respuesta a la crisis en varios lugares, centradas en brindar atención segura y compasiva a quienes experimentan angustia y necesitan un respiro. Estos incluyen, entre otros, el modelo de diálogo abierto de atención de Finlandia, CAHOOTS (Crisis Assistance Helping Out on the Streets) en Eugene, Oregon, y la comunidad terapéutica de Soteria House en Vermont.
Sin embargo, es posible que la psiquiatría deba tomar estas lecciones más temprano que tarde. El aumento de las presiones regulatorias significa que la investigación psicodélica puede no ser capaz de aferrarse a estas formas expansivas y complejas de pensar sobre las experiencias psicodélicas.
En los próximos años, a medida que la ciencia psicodélica trabaja arduamente para demostrar que estas drogas pueden adaptarse al molde establecido por los tratamientos regulados, estas diferencias pueden desaparecer. Las medidas de resultado requeridas para la aprobación de los reguladores incluyen listas de verificación de síntomas, sin espacio para medidas relacionadas con el misticismo o la unidad con el universo. Para la aprobación regulatoria, se requiere que los enfoques de tratamiento se simplifiquen y se puedan replicar, dejando poco espacio para examinar la influencia del conjunto y la configuración; en cambio, la configuración del tratamiento, los plazos y los entrenamientos de los profesionales se solidificarán junto con las dosis. Y es poco probable que los primeros auxilios psicodélicos se financien a gran escala; en cambio, a medida que estas drogas se regulan y se introducen en el modelo médico, el uso subterráneo y las respuestas subterráneas a las crisis, puede ser empujado más lejos en la ocultación.
Estados Alterados
Autoexperimentos en química.
Por Oliver Sacks
Agosto 20, 2012
Una ilustración de sustancias fantásticas similares a las delgadas que rezuman de la cabeza de una figura
Ilustración de Ron Kurniawan
Vivir en el día a día es insuficiente para los seres humanos; necesitamos trascender, transportar, escapar; necesitamos significado, comprensión y explicación; necesitamos ver patrones generales en nuestras vidas. Necesitamos esperanza, el sentido de un futuro. Y necesitamos libertad (o, al menos, la ilusión de libertad) para ir más allá de nosotros mismos, ya sea con telescopios y microscopios y nuestra tecnología cada vez más grande, o en estados mentales que nos permiten viajar a otros mundos, elevarnos por encima de nuestro entorno inmediato.
También podemos buscar una relajación de las inhibiciones que facilite el vínculo entre nosotros, o transportes que hagan que nuestra conciencia del tiempo y la mortalidad sea más fácil de soportar. Buscamos unas vacaciones de nuestras restricciones internas y externas, un sentido más intenso del aquí y ahora, la belleza y el valor del mundo en el que vivimos.
Muchos de nosotros encontramos Wordsworthian “intimaciones de inmortalidad” en la naturaleza, el arte, el pensamiento creativo o la religión; algunas personas pueden alcanzar estados trascendentes a través de la meditación o técnicas similares que inducen el trance, o a través de la oración y ejercicios espirituales. Pero las drogas ofrecen un atajo; prometen trascendencia a pedido. Estos atajos son posibles porque ciertos químicos pueden estimular directamente muchas funciones cerebrales complejas.
Cada cultura ha encontrado tales medios químicos de trascendencia, y en algún momento el uso de tales intoxicantes se institucionaliza a nivel mágico o sacramental. El uso sacramental de sustancias vegetales psicoactivas tiene una larga historia y continúa hasta nuestros días en varios ritos chamánicos y religiosos en todo el mundo.
A un nivel más humilde, las drogas se usan no tanto para iluminar o expandir o concentrar la mente, sino para la sensación de placer y euforia que pueden proporcionar. Incluso los mormones pioneros, prohibidos de usar té o café, en su larga marcha a Utah encontraron junto a la carretera una hierba simple, el té mormón, cuyas infusiones refrescaron y estimularon a los peregrinos cansados. Esta fue efedra, que contiene efedrina, química y farmacológicamente similar a las anfetaminas.
Muchas personas experimentan con drogas, alucinógenas y de otro tipo, en su adolescencia o años universitarios. No los probé hasta los treinta años y era residente de neurología. Esta larga virginidad no se debió a la falta de interés. Había leído los grandes clásicos—De Quinceyinss “Confessions of an English Opium Eater” y Baudelairears “Artificial Paradises”—at school. Leí sobre el escritor francés Théophile Gautier, quien en 1845 visitó el recientemente fundado Club des Hashischins, en un tranquilo rincón de la isla Saint-Louis. Hashish, en forma de pasta verdosa, había sido introducido recientemente desde Argelia y estaba de moda en París. En el salón, Gautier consumió una pieza sustancial de hachís. Al principio, no sentía nada fuera de lo común, pero pronto, escribió, “todo parecía más grande, más rico, más espléndido,” y luego ocurrieron cambios más específicos:
Un personaje enigmático apareció de repente ante mí. . . . Su nariz estaba doblada como el pico de un pájaro, sus ojos verdes, que limpiaba con frecuencia con un gran pañuelo, estaban rodeados de tres anillos marrones, y atrapado en el nudo de un cuello alto blanco almidonado había una tarjeta de visita que decía: Daucus-Carota, du Pot día. . . . Poco a poco el salón se llenó de figuras extraordinarias, como las que se encuentran solo en los grabados de Callot o los aquatints de Goya; un pinle-menele de trapos y chirivías, formas bestiales y humanas.
Para los años ochenta, los occidentales también comenzaban a probar el mezcal, o peyote, previamente utilizado solo como sacramento en ciertas tradiciones de los Nativos Americanos. Como estudiante de primer año en Oxford, libre de recorrer los estantes de la Biblioteca de Ciencias Radcliffe, leí los primeros relatos publicados de intoxicación por mezcal, incluidos los de Havelock Ellis y Silas Weir Mitchell. Eran principalmente hombres médicos, no solo literarios, y esto parecía dar un peso y credibilidad adicionales a sus descripciones. Me cautivó el tono seco de Mitchellica y su indiferencia por tomar lo que entonces era una droga desconocida con efectos desconocidos.
En un momento dado, Mitchell escribió en un artículo de 1896 para el British Medical Journal, él tomó una buena porción de un extracto hecho de botones de mezcal y lo siguió con una dosis adicional. Aunque notó que su rostro estaba enrojecido, sus pupilas estaban dilatadas, y tenía “una tendencia a hablar, y de vez en cuando . . . extraviaba una palabra,”, sin embargo, salió a las visitas a domicilio y vio a varios pacientes. Después, después de tres dosis más, se acostó tranquilamente en una habitación oscura, con lo cual experimentó “un encantado dos horas,” lleno de efectos cromáticos:
Delicadas películas flotantes de color— generalmente encantadoras púrpuras y rosas neutras. Estos iban y venían—ahora aquí, ahora allí. Luego, una abrupta oleada de innumerables puntos de luz blanca barrió el campo de visión, como si los millones invisibles de la Vía Láctea fluyeran un río brillante ante el ojo.
A diferencia de Mitchell, que se había centrado en alucinaciones geométricas de colores, que comparó en parte con las de la migraña, Aldous Huxley, escribiendo mescalina en los años cincuenta, centrado en la transfiguración del mundo visual, su inversión con belleza luminosa, divina y significado. Comparó tales experiencias de drogas con las de grandes visionarios y artistas, aunque también con las experiencias psicóticas de algunos esquizofrénicos. Tanto el genio como la locura, insinuó Huxley, se encuentran en estos estados mentales extremos, un pensamiento no tan diferente de los expresados por De Quincey, Coleridge, y Baudelaire en relación con sus propias experiencias ambiguas con el opio y el hachís (y explorado extensamente en el libro de Moreaua 1845 “Hashish and Mental Illness”). Leí Huxleylys “The Doors of Perception” y “Heaven and Hell” cuando salieron, en los años cincuenta,y estaba especialmente emocionado por su habla de la geografía de la imaginación y su reino final—los “antipodes de la mente.”
Había leído mucho, pero no tuve experiencias propias con esas drogas hasta 1953, cuando mi amigo de la infancia Eric Korn llegó a Oxford. Leímos con entusiasmo sobre el descubrimiento de LSD por parte de Albert Hofmann, y pedimos cincuenta microgramos del fabricante en Suiza (todavía era legal a mediados de los años cincuenta). Solemnemente, incluso sacramentalmente, lo dividimos y tomamos veinticinco microgramos cada uno, sin saber qué esplendores u horrores nos esperaban, pero, lamentablemente, no tuvo absolutamente ningún efecto en ninguno de nosotros. (Deberíamos haber pedido quinientos microgramos, no cincuenta.)
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Una Imaginación Sin Fin de los Niños Ciegos: El Unicornio en Pantalones de Nieve De repente Ran Off
Cuando me califiqué como médico, a finales de 1958, sabía que quería ser neurólogo, saber cómo el cerebro encarnaba la conciencia y el yo y comprender sus increíbles poderes de percepción, imágenes, memoria y alucinación. Una nueva orientación estaba entrando en la neurología y la psiquiatría en ese momento; fue la apertura de una era neuroquímica, con una visión de la gama de agentes químicos, neurotransmisores, etc, lo que permitió que las células nerviosas y diferentes partes del sistema nervioso se comunicaran entre sí. En los años cincuenta y sesenta, los descubrimientos venían de todas las direcciones, aunque estaba lejos de estar claro cómo encajaban. Se había encontrado, por ejemplo, que el cerebro parkinsoniano era bajo en dopamina, y que dar un precursor de dopamina, L-dopa, podría aliviar los síntomas de la enfermedad de Parkinson; mientras que los tranquilizantes,introducido a principios de los años cincuenta, podría deprimir la dopamina y causar una especie de parkinsonismo químico. Durante aproximadamente un siglo, el medicamento básico para el parkinsonismo había sido medicamentos anticolinérgicos. ¿Cómo interactuaron la dopamina y los sistemas de acetilcolina? ¿Por qué los opiáceos— o el cannabis— tienen efectos tan fuertes? ¿Tenía el cerebro receptores especiales de opiáceos y producía opioides propios? ¿Hubo un mecanismo similar para los receptores de cannabis y los cannabinoides? ¿Por qué el LSD era tan enormemente potente? ¿Fueron todos sus efectos explicables en términos de alteración de la serotonina en el cerebro? ¿Qué sistemas transmisores gobernaban los ciclos de vigilia-sueño y cuál podría ser el fondo neuroquímico de los sueños o las alucinaciones?el medicamento básico para el parkinsonismo había sido fármacos anticolinérgicos. ¿Cómo interactuaron la dopamina y los sistemas de acetilcolina? ¿Por qué los opiáceos— o el cannabis— tienen efectos tan fuertes? ¿Tenía el cerebro receptores especiales de opiáceos y producía opioides propios? ¿Hubo un mecanismo similar para los receptores de cannabis y los cannabinoides? ¿Por qué el LSD era tan enormemente potente? ¿Fueron todos sus efectos explicables en términos de alteración de la serotonina en el cerebro? ¿Qué sistemas transmisores gobernaban los ciclos de vigilia-sueño y cuál podría ser el fondo neuroquímico de los sueños o las alucinaciones?el medicamento básico para el parkinsonismo había sido fármacos anticolinérgicos. ¿Cómo interactuaron la dopamina y los sistemas de acetilcolina? ¿Por qué los opiáceos— o el cannabis— tienen efectos tan fuertes? ¿Tenía el cerebro receptores especiales de opiáceos y producía opioides propios? ¿Hubo un mecanismo similar para los receptores de cannabis y los cannabinoides? ¿Por qué el LSD era tan enormemente potente? ¿Fueron todos sus efectos explicables en términos de alteración de la serotonina en el cerebro? ¿Qué sistemas transmisores gobernaban los ciclos de vigilia-sueño y cuál podría ser el fondo neuroquímico de los sueños o las alucinaciones?¿Cómo interactuaron la dopamina y los sistemas de acetilcolina? ¿Por qué los opiáceos— o el cannabis— tienen efectos tan fuertes? ¿Tenía el cerebro receptores especiales de opiáceos y producía opioides propios? ¿Hubo un mecanismo similar para los receptores de cannabis y los cannabinoides? ¿Por qué el LSD era tan enormemente potente? ¿Fueron todos sus efectos explicables en términos de alteración de la serotonina en el cerebro? ¿Qué sistemas transmisores gobernaban los ciclos de vigilia-sueño y cuál podría ser el fondo neuroquímico de los sueños o las alucinaciones?¿Cómo interactuaron la dopamina y los sistemas de acetilcolina? ¿Por qué los opiáceos— o el cannabis— tienen efectos tan fuertes? ¿Tenía el cerebro receptores especiales de opiáceos y producía opioides propios? ¿Hubo un mecanismo similar para los receptores de cannabis y los cannabinoides? ¿Por qué el LSD era tan enormemente potente? ¿Fueron todos sus efectos explicables en términos de alteración de la serotonina en el cerebro? ¿Qué sistemas transmisores gobernaban los ciclos de vigilia-sueño y cuál podría ser el fondo neuroquímico de los sueños o las alucinaciones?
Comenzando una residencia de neurología en 1962, encontré la atmósfera embriagadora con tales preguntas. La neuroquímica era claramente “in,” y so—, peligrosa, seductora, especialmente en California, donde estudiaba— eran las drogas mismas.
Empecé con cannabis. Un amigo en Topanga Canyon, donde vivía en ese momento, me ofreció un porro; tomé dos bocanadas y me paralizó lo que sucedió entonces. Miré mi mano, y parecía llenar mi campo visual, haciéndose cada vez más grande y al mismo tiempo alejándome de mí. Finalmente, me pareció que podía ver una mano estirada a través del universo, años luz o parsecs de longitud. Todavía parecía una mano viva y humana, pero esta mano cósmica de alguna manera también parecía la mano de Dios. Mi primera experiencia en marihuana estuvo marcada por una mezcla de lo neurológico y lo divino.
En la Costa Oeste a principios de los años sesenta, el LSD y las semillas de gloria de la mañana estaban fácilmente disponibles, así que también las probé. “Pero si quieres una experiencia realmente lejana,” mis amigos en Muscle Beach me dijeron, “pry Artane.” Me pareció sorprendente, porque sabía que Artane, una droga sintética aliada a la belladona, se usaba en dosis modestas (dos o tres tabletas al día) para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, y que tales drogas, en grandes cantidades, podrían causar un delirio. (Tales delirios se han observado durante mucho tiempo con la ingestión accidental de plantas como solanáceas mortales, espinas y gallina negra) ¿Pero sería divertido un delirio? ¿O informativo? ¿Estaría uno en condiciones de observar el funcionamiento aberrante de onelys brain— para apreciar su maravilla? “Vamos,” instaron mis amigos. “Solo toma veinte de ellos—youtooull todavía estará en control parcial.”
Así que un domingo por la mañana conté veinte pastillas, las tragué con un bocado de agua y me senté a esperar el efecto. ¿Se transformaría el mundo, recién nacido, como describió Huxley en “The Doors of Perception,” y como yo mismo había experimentado con mescalina y LSD? ¿Habría olas de sentimiento delicioso y voluptuoso? ¿Habría ansiedad, desorganización, paranoia? Estaba preparado para todo esto, pero ninguno de ellos ocurrió. Tenía la boca seca y las pupilas grandes, y me resultaba difícil de leer, pero eso era todo. No hubo efectos psíquicos lo que sea más decepcionante. No sabía exactamente lo que esperaba, pero esperaba algo.
Estaba en la cocina, poniéndome una tetera para tomar el té, cuando escuché un golpe en la puerta de mi casa. Eran mis amigos Jim y Kathy; a menudo caían un domingo por la mañana. “Entra, las puertas se abren,” llamé, y mientras se instalaban en la sala de estar pregunté, “¿Cómo te gustan tus huevos?” A Jim le gustaban el lado soleado, dijo. Kathy los prefería a los fáciles. Charlamos mientras chisporroteaba su jamón y huevos—había puertas batientes bajas entre la cocina y la sala de estar, para que pudiéramos escucharnos fácilmente. Luego, cinco minutos más tarde, grité, “Todo listo,” puso su jamón y huevos en una bandeja, entró en la sala de estar—y lo encontró vacío. No Jim, no Kathy, no hay señales de que alguna vez hayan estado allí. Estaba tan tambaleado que casi dejé caer la bandeja.
No se me había ocurrido por un instante que las voces de Jim y Kathyathy, sus “presencias,” eran irreales, alucinatorias. Habíamos tenido una conversación amistosa y ordinaria, tal como solíamos tener. Sus voces eran las mismas de siempre—no había ninguna pista, hasta que abrí las puertas batientes y encontré la sala de estar vacía, que toda la conversación, al menos su lado, había sido inventado por mi cerebro.
No solo estaba conmocionado sino también asustado. Con el LSD y otras drogas, sabía lo que estaba sucediendo. El mundo se vería diferente, se sentiría diferente, habría todas las características de un modo especial y extremo de experiencia. Pero mi “conversation” con Jim y Kathy no tenía una cualidad especial; era completamente común, sin nada que lo marcara como una alucinación. Pensé en esquizofrénicos conversando con sus “voces,” pero típicamente las voces de la esquizofrenia se burlan o acusan, sin hablar de jamón y huevos y el clima.
“Whoa whoa whoa lady no puedes leer”
“Whoa, whoa, whoa, lady, canoct ¿lees?”
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“Cuidado, Oliver,” me dije a mí mismo. “Tómate en la mano. No dejes que esto vuelva a suceder.” Hundido en el pensamiento, lentamente comí mi jamón y huevos (Jim y Kathyathyats, también) y luego decidí bajar a la playa, donde vería a los verdaderos Jim y Kathy y a todos mis amigos, y disfrutaría de un baño y una tarde ociosa.
Estaba reflexionando sobre todo esto cuando me di cuenta de un zumbido sobre mí. Me desconcertó por un momento, y luego me di cuenta de que era un helicóptero que se preparaba para descender, y que contenía a mis padres, que, queriendo hacer una visita sorpresa, se, había volado desde Londres y, al llegar a Los Ángeles, había alquilado un helicóptero para llevarlos a Topanga Canyon. Me apresuré al baño, me duché rápidamente y me puse una camisa limpia y pantalones, lo máximo que pude hacer en los tres o cuatro minutos antes de que llegaran. El latido del motor era casi ensordecedor, así que sabía que el helicóptero debe haber aterrizado en la roca plana al lado de mi casa. Corrí, emocionado, para saludar a mis padres, pero la roca estaba vacía, no había helicóptero a la vista, y el enorme ruido pulsante de su motor se cortó abruptamente. El silencio y el vacío, la decepción, la,me redujo a lágrimas. Había estado tan alegre, y ahora no había nada en absoluto.
Volví a la casa y me puse la tetera para otra taza de té, cuando mi atención fue captada por una araña en la pared de la cocina. Mientras me acercaba para mirarlo, la araña gritó: “Hello!” No me pareció nada extraño que una araña saludara (más de lo que parecía extraño para Alice cuando habló el Conejo Blanco). Dije, “Hola, tú mismo,” y con esto comenzamos una conversación, principalmente sobre asuntos bastante técnicos de filosofía analítica. Quizás esta dirección fue sugerida por el comentario de apertura de las arañas: ¿pensé que Bertrand Russell había explotado la paradoja de Fregeis? O tal vez era su voz—pointed, incisivo, y al igual que la voz de Russells, que había escuchado en la radio. (Décadas más tarde, mencioné las tendencias Russellianas de las arañas a mi amigo Tom Eisner, un entomólogo; asintió sabiamente y dijo, “Sí,Conozco la especie.”)
Durante la semana, evitaría las drogas, trabajando como residente en el departamento de neurología de U.C.L.A.’s. Me sorprendió y me conmovió, como lo había sido como estudiante de medicina en Londres, por la variedad de experiencias neurológicas de pacientes’, y descubrí que no podía comprenderlas lo suficiente, o aceptarlos emocionalmente, a menos que intente describirlos o transcribirlos. Fue entonces cuando escribí mis primeros artículos publicados y mi primer libro. (Nunca fue publicado, porque perdí el manuscrito.)
Pero los fines de semana a menudo experimentaba con drogas. Recuerdo vívidamente un episodio en el que me apareció un color mágico. Me habían enseñado, cuando era niño, que había siete colores en el espectro, incluido el índigo. (Newton había elegido estos, algo arbitrariamente, por analogía con las siete notas de la escala musical.) Pero pocas personas están de acuerdo en lo que es “indigo”.
Durante mucho tiempo había querido ver “true” indigo, y pensé que las drogas podrían ser la manera de hacer esto. Así que un sábado soleado en 1964 desarrollé una plataforma de lanzamiento farmacológica que consiste en una base de anfetamina (para la excitación general), LSD (para la intensidad alucinógena), y, y un toque de cannabis (para un poco de delirio añadido). Unos veinte minutos después de tomar esto, me enfrenté a una pared blanca y exclamé: “¡quiero ver índigo ahora—ahora!”
Y luego, como arrojado por un pincel gigante, apareció una enorme y temblorosa mancha en forma de pera del índigo más puro. Luminoso, numinoso, me llenó de éxtasis: era el color del cielo, el color, pensé, que Giotto pasó toda una vida tratando de conseguir pero nunca lo logró—nunca lo logró, tal vez, porque el color del cielo no se ve en la tierra. Pero existió una vez, pensé que— era el color del mar Paleozoico, el color que solía ser el océano. Me incliné hacia él en una especie de éxtasis. Y luego desapareció de repente, dejándome con una abrumadora sensación de pérdida y tristeza de que había sido arrebatada. Pero me consolé: sí, el índigo existe y puede conjurarse en el cerebro.
Durante meses después, busqué índigo. Volví pequeñas piedras y rocas cerca de mi casa. Miré especímenes de azurita en el museo de historia natural, pero incluso eso estaba infinitamente lejos del color que había visto. Y luego, en 1965, cuando me mudé a Nueva York, fui a un concierto en el Museo Metropolitano de Arte. En la primera mitad, se realizó una pieza de Monteverdi, y fui transportado. No había tomado drogas, pero sentí un glorioso río de música, de cientos de años de duración, que fluía de la mente de Monteverdidi en la mía. En este estado de ánimo extático, salí durante el intermedio y miré los objetos en exhibición en las galerías egipcias—lapis-lazuli amuletos, joyas, etc, y así sucesivamente, y estaba encantado de ver destellos de índigo. Pensé, Gracias a Dios, ¡realmente existe!
Durante la segunda mitad del concierto, me aburrí un poco e inquieto, pero me consolé, sabiendo que podía salir y tomar un “sip” de índigo después. Estaría allí, esperándome. Pero, cuando salí a mirar la galería después de que terminara el concierto, solo podía ver azul y púrpura y malva y puc—no índigo. Eso fue hace cuarenta y siete años, y nunca he visto índigo de nuevo.
Cuando una amiga y colega de mis padres—Augusta Bonnard, una psicoanalista— llegó a Los Ángeles durante un año sabático en 1964, era natural que nos conociéramos. La invité a mi pequeña casa en Topanga Canyon, y tuvimos una cena genial juntos. Sobre el café y los cigarrillos (Augusta era una fumadora en cadena; me preguntaba si fumaba incluso durante las sesiones analíticas), su tono cambió, y dijo, con su voz áspera y espesa de humo, “Necesitas ayuda, Oliver. Estás en problemas.”
“ Tonterías,” respondí. “Disfruto de la vida. No tengo quejas. Todo está bien en el trabajo y love.” Augusta dejó escapar un gruñido escéptico, pero no empujó el asunto más lejos.
Había comenzado a tomar LSD en este punto, y si eso no estuviera disponible, tomaría semillas de gloria matutina. (Esto fue antes de que las semillas de la gloria de la mañana fueran tratadas con pesticidas, como lo son ahora, para prevenir el abuso de drogas) Los domingos por la mañana eran generalmente mi tiempo de drogas, y debe haber sido dos o tres meses después de conocer a Augusta que tomé una fuerte dosis de semillas de gloria matutina de Heavenly Blue. Las semillas eran de color negro azabache y de dureza similar a la del ágata, así que las pulvericé con un mortero y un mortero y luego las mezclé con helado de vainilla. Unos veinte minutos después de comer esto, sentí una náusea intensa, pero cuando disminuyó me encontré en un reino de quietud y belleza paradisíaca, un reino fuera del tiempo, que fue rudamente roto por un taxi moliendo y retrocediendo su camino por el sendero empinado a mi casa. Una anciana salió del taxi, y,galvanizado en acción, corrí hacia ella, gritando, “Sé quién eres—¡eres una réplica de Augusta Bonnard! Te pareces a ella, tienes su postura y movimientos, pero no eres ella. No estoy engañado por un momento.” Augusta levantó las manos hacia sus sienes y dijo: ¡“Oy! Esto es peor de lo que me di cuenta.” Volvió al taxi y se fue sin decir una palabra más.
Teníamos mucho de qué hablar la próxima vez que nos conociéramos. Mi incapacidad para reconocerla, mi verla como una “réplica,” pensó, era una forma compleja de defensa, una disociación que solo podía llamarse psicótica. No estuve de acuerdo y sostuve que verla como duplicada o impostora era de origen neurológico, una desconexión entre la percepción y los sentimientos. La capacidad de identificación (que estaba intacta) no estaba acompañada por la sensación adecuada de calidez y familiaridad, y fue esta contradicción la que llevó a la conclusión lógica aunque absurda de que ella era una “duplicate.” (Esta condición, que puede ocurrir en la esquizofrenia, pero también con demencia o delirio, se conoce como síndrome de Capgras) Augusta dijo que, cualquiera que sea la opinión correcta, tomar medicamentos que alteran la mente todos los fines de semana, solo y en dosis altas,seguramente testificó de algunas necesidades o conflictos internos intensos, y que debería explorarlos con un terapeuta. En retrospectiva, estoy seguro de que tenía razón, y comencé a ver a un analista un año después.
El verano de 1965 fue una especie de tiempo intermedio: Había completado mi residencia en U.C.L.A. y había salido de California, pero tenía tres meses por delante antes de tomar una beca de investigación en Nueva York. Este debería haber sido un momento de deliciosa libertad, unas vacaciones maravillosas y necesarias después de las sesenta y a veces ochenta horas de trabajo que había tenido en U.C.L.A. Pero no me sentía libre. Cuando no estoy trabajando, me desanimo, tengo una sensación de vacío y falta de estructura. Los fines de semana eran los tiempos de peligro, los tiempos de las drogas, cuando vivía en California— y ahora todo un verano en mi ciudad natal, Londres, se extendía ante mí como un fin de semana de tres meses.
Fue durante este tiempo ocioso y travieso que descendí más profundamente en el consumo de drogas, ya no lo limitaba a los fines de semana. Probé la inyección intravenosa, que nunca había hecho antes. Mis padres, ambos médicos, estaban fuera, y, teniendo la casa para mí, decidí explorar el gabinete de drogas en su cirugía, en la planta baja de nuestra casa, por algo especial para celebrar mi trigésimo segundo cumpleaños. Nunca antes había tomado morfina ni opiáceos. Usé una jeringa grande—¿por qué molestarse con dosis de piddling? Y, después de colocarme cómodamente en la cama, dibujé el contenido de varios viales, sumergí la aguja en una vena e inyecté la morfina muy lentamente.
En un minuto más o menos, mi atención se centró en una especie de conmoción en la manga de mi bata, que colgaba de la puerta. Miré atentamente esto, y mientras lo hacía, se resolvió en una escena de batalla en miniatura pero microscópicamente detallada. Pude ver tiendas de seda de diferentes colores, la más grande de las cuales volaba un banderín real. Había caballos alegremente caparisonados, soldados a caballo, su armadura brillando al sol y hombres con arcos largos. Vi gaiteros con largas tuberías de plata, elevándolos a sus bocas, y luego, muy débilmente, escuché sus tuberías también. Vi a cientos, miles de hombres—dos ejércitos, dos naciones—preparándose para luchar. Perdí todo el sentido de que esto era un lugar en la manga de mi bata, o el hecho de que estaba acostado en la cama, que estaba en Londres, que era 1965. Antes de disparar la morfina,Había estado leyendo Froissartartss “Chronicles” y “Henry V,” y ahora estos se combinaron en mi alucinación. Me di cuenta de que estaba mirando a Agincourt, a finales de 1415, y mirando hacia abajo a los ejércitos de Inglaterra y Francia preparados para luchar. Y en la gran carpa con banderines, lo sabía, estaba el propio Enrique V. No tenía sentido que estuviera imaginando o alucinando nada de esto; lo que vi era real, real.
Después de un tiempo, la escena comenzó a desvanecerse, y una vez más me di cuenta de que estaba en Londres, drogado, alucinando a Agincourt en la manga de mi bata. Había sido una experiencia encantadora y transportadora, pero ahora había terminado. El efecto de la droga se estaba desvaneciendo rápidamente; Agincourt era apenas visible ahora. Miré mi reloj. Me había inyectado la morfina a las nueve y media, y ahora eran las diez. Pero tenía una sensación de algo extraño—había estado al anochecer cuando tomé la morfina, ahora debería ser aún más oscuro. Pero no lo fue. Se estaba volviendo más claro, no más oscuro, afuera. Eran las diez, ahora me di cuenta, pero las diez de la mañana. Había estado mirando, inmóvil, a mi Agincourt durante más de doce horas. Esto me conmocionó y sollozó, y me hizo ver cómo uno podía pasar días enteros, noches, semanas, incluso años de vida en un estupor de opio.Me aseguraría de que mi primera experiencia de opio también fuera la última.
“Wow. Gran fusillade.”
“Wow. Gran fusillade.”
Al final de ese verano de 1965, me mudé a Nueva York para comenzar una beca de posgrado en neuropatología y neuroquímica. Diciembre de 1966 fue un mal momento: Me resultaba difícil adaptarme a Nueva York después de mis años en California; una historia de amor se había agriado; mi investigación iba mal; y estaba descubriendo que no estaba hecho para ser un científico de banco. Deprimido e insomne, estaba tomando dosis cada vez mayores de hidrato de cloral para dormir, y era hasta quince veces la dosis habitual todas las noches. Y aunque había logrado almacenar una gran cantidad de la droga— allané los suministros químicos en el laboratorio en el trabajo—esto finalmente se acabó un martes sombrío un poco antes de Navidad, y por primera vez en varios meses me fui a la cama sin mi dosis habitual de knockout. Mi sueño era pobre, roto por pesadillas y sueños extraños,y al despertar me encontré insoportablemente sensible a los sonidos. Siempre había camiones retumbando a lo largo de las calles empedradas de West Village; ahora sonaba como si estuvieran aplastando los adoquines en polvo a medida que pasaban.
Sintiéndome un poco inestable, no viajé en mi motocicleta al trabajo, como de costumbre, sino que tomé un tren y un autobús. El miércoles fue un día de corte cerebral en el departamento de neuropatología, y fue mi turno de cortar el cerebro en rodajas horizontales ordenadas, para identificar las estructuras principales mientras lo hacía, y observe si hubo alguna desviación de lo normal. Por lo general, era bastante bueno en esto, pero hoy encontré mi mano temblando visiblemente, vergonzosamente, y los nombres anatómicos tardaron en venir a la mente.
Cuando terminó la sesión, crucé la calle, como lo hacía a menudo, para tomar una taza de café y un sándwich. Mientras agitaba el café, de repente se volvió verde, luego púrpura. Miré hacia arriba, sobresalté y vi que un cliente que pagaba su factura en la caja registradora tenía una enorme cabeza probóscide, como un elefante marino. El pánico me agarró; cerré un billete de cinco dólares sobre la mesa y corrí por la carretera hacia un autobús. Pero todos los pasajeros en el autobús parecían tener cabezas blancas lisas como huevos gigantes, con enormes ojos brillantes como los ojos compuestos facetados de los insectos, sus ojos parecían moverse con sacudidas repentinas, lo que aumentaba la sensación de su temiblesidad y alienidad. Me di cuenta de que estaba alucinando o experimentando algún trastorno perceptivo extraño, que no podía detener lo que estaba sucediendo en mi cerebro,y que tenía que mantener al menos un control externo y no entrar en pánico o gritar o volverme catatónico, frente a los monstruos con ojos de insecto que me rodeaban. La mejor manera de hacer esto, encontré, era escribir, describir la alucinación en detalle claro, casi clínico, y, al hacerlo, convertirse en un observador, incluso un explorador, no es una víctima indefensa, de la locura dentro de mí. Nunca estoy sin bolígrafo y cuaderno, y ahora escribí para mi querida vida, mientras ola tras ola de alucinación rodaba sobre mí.mientras ola tras ola de alucinación rodaba sobre mí.mientras ola tras ola de alucinación rodaba sobre mí.
La descripción, la escritura, siempre había sido mi mejor manera de lidiar con situaciones complejas o aterradoras, aunque nunca se había probado en una situación tan aterradora. Pero funcionó; al describir en mi cuaderno de laboratorio lo que estaba pasando, logré mantener una apariencia de control, aunque las alucinaciones continuaron, mutando todo el tiempo.
De alguna manera me bajé en la parada de autobús derecha y subí al tren, a pesar de que todo ahora estaba en movimiento, girando vertiginosamente, inclinándome e incluso girando boca abajo. Y logré bajar en la estación correcta, en mi vecindario en Greenwich Village. Cuando salí del metro, los edificios a mi alrededor estaban lanzando y aleteando de lado a lado, como banderas que soplaban con mucho viento. Me sentí enormemente aliviado de regresar a mi apartamento sin ser atacado, arrestado o asesinado por el tráfico que corría en el camino. Tan pronto como regresé, sentí que tenía que contactar a alguien, alguien que me conocía bien, que era médico y amigo. La pediatra Carol Burnett era la persona: habíamos internado juntos en San Francisco cinco años antes, y reanudamos una estrecha amistad ahora que ambos estábamos en Nueva York. Carol lo entendería,ella sabría qué hacer. Marqué su número con una mano ahora tremendamente trémula. “Carol,” dije, tan pronto como ella recogió, “Quiero decir adiós. Me he vuelto loco, psicótico, loco. Comenzó esta mañana y está empeorando todo el tiempo.”
“Oliver!” Carol dijo. “¿Qué acabas de tomar?”
“Nada,” respondí. “Esa es la razón por la que estoy tan asustado.” Carol pensó por un momento, luego preguntó, “¿Qué acabas de dejar de tomar?”
“¡Eso es!” Dije. “Estaba tomando una gran cantidad de hidrato de cloral y me quedé sin él anoche.”
“Oliver, ¡chump! Siempre exageras las cosas,” dijo Carol. “Youve tiene un caso clásico de los DT, delirium tremens.”
Este fue un inmenso alivio—mucho mejores DT que una psicosis esquizofrénica. Pero era muy consciente de los peligros de los DT: confusión, desorientación, alucinación, ilusión, deshidratación, fiebre, latidos cardíacos rápidos, agotamiento, convulsiones, muerte. Hubiera aconsejado a cualquier otra persona en mi estado que llegara a una sala de emergencias de inmediato, pero para mí quería endurecerla y experimentarla al máximo. Carol aceptó sentarse conmigo el primer día y luego, si pensaba que estaba a salvo sola, me miraría o me llamaría a intervalos, llamar ayuda externa si ella lo juzgaba necesario. Dada esta red de seguridad, perdí gran parte de mi ansiedad e incluso podría, en cierto modo, disfrute de los fantasmas del delirium tremens (aunque las miríadas de pequeños animales e insectos eran todo menos agradables). Las alucinaciones continuaron durante casi noventa y seis horas,y cuando finalmente se detuvieron, caí en un estupor agotado.
Cuando era niño, había conocido el deleite extremo en el estudio de la química y la creación de mi propio laboratorio de química. Esta delicia parecía abandonarme a la edad de quince años más o menos; en mis años en la escuela, la universidad, la escuela de medicina, y luego en la pasantía y la residencia, mantuve mi cabeza sobre el agua, pero los temas que estudié nunca me emocionaron de la misma manera intensa que la química cuando era niño. No fue hasta que llegué a Nueva York y comencé a ver pacientes en una clínica de migraña en el verano de 1966 que comencé a sentir un poco de agitación de la emoción intelectual y compromiso emocional que había conocido en mis primeros años. Con la esperanza de avivar aún más estas emociones intelectuales y emocionales, recurrí a las anfetaminas.
Tomaría las cosas los viernes por la noche después de volver del trabajo y luego pasaría todo el fin de semana tan alto que las imágenes y los pensamientos se volverían más bien como alucinaciones controlables, imbuido de emoción extática. A menudo dedicaba estas “drug holidays” a soñar despierto romántico, pero un viernes, en febrero de 1967, mientras exploraba la sección de libros raros de la biblioteca médica, Encontré y saqué un libro bastante raro sobre la migraña titulado “On Megrim, Sick-Headache, and Some Allied Disorders: A Contribution to the Pathology of Nerve-Storms,” written, in 1873, por un tal Edward Liveing, M.D. Había estado trabajando durante varios meses en una clínica de migraña, y estaba fascinado por la variedad de síntomas y fenómenos que podrían ocurrir en los ataques de migraña. Estos ataques a menudo incluían un aura,un pródromo en el que se produjeron aberraciones de percepción e incluso alucinaciones. Eran completamente benignos y durarían solo unos minutos, pero esos pocos minutos proporcionaron una ventana al funcionamiento del cerebro y cómo podría descomponerse y luego reintegrarse. De esta manera, sentí, cada ataque de migraña se abrió en una enciclopedia de neurología.
Había leído docenas de artículos sobre la migraña y su posible base, pero ninguno de ellos parecía presentar la riqueza total de su fenomenología o el rango y la profundidad del sufrimiento que los pacientes podrían experimentar. Fue con la esperanza de encontrar un enfoque más completo, más profundo y más humano para la migraña que saqué el libro de Liveingis de la biblioteca ese fin de semana. Entonces, después de derribar mi amargo borrador de anfetamina—muy azucarado, para hacerlo más apetecible—Empecé a leer. A medida que la intensidad del efecto anfetamínico se apoderó de mí, estimulando mis emociones e imaginación, el libro de Liveinging parecía aumentar en intensidad, profundidad y belleza. No quería nada más que entrar en la mente de Liveinging e imbuir la atmósfera de la época en la que trabajaba. En una especie de concentración catatónica tan intensa que en diez horas apenas movía un músculo o mojaba mis labios,Leí constantemente a través de las quinientas páginas de “Megrim.” Mientras lo hacía, me parecía casi como si me estuviera convirtiendo en Vivir él mismo, en realidad viendo a los pacientes que describió. A veces, no estaba seguro de si estaba leyendo el libro o escribiéndolo. Me sentí en el Londres dickensiano de los años sesenta y setenta. Me encantó la humanidad y la sensibilidad social de Liveinging, su fuerte afirmación de que la migraña no era una indulgencia de los ricos ociosos, sino que podía afectar a aquellos que estaban mal alimentados y trabajaban largas horas en fábricas mal ventiladas. De esta manera, su libro me recordó el gran estudio de Henry Mayheww de las clases trabajadoras de los londinenses en 1861, pero igualmente se podía decir qué tan bien se había entrenado Liveing en biología y ciencias físicas, y qué maestro de observación clínica era. Me encontré pensando,Esto representa lo mejor de la ciencia y la medicina de mediados de Victoria; ¡es una verdadera obra maestra! El libro me dio lo que había estado hambriento durante los meses en que estaba viendo pacientes con migraña y frustrado por la delgadez, artículos empobrecidos que parecían constituir la “literature” moderna sobre el tema. En el apogeo de este éxtasis, vi la migraña brillando como un archipiélago de estrellas en los cielos neurológicos.
Pero había pasado alrededor de un siglo desde que Liveing trabajó y escribió en Londres. Despertándome de mi ensueño de estar Viviendo o uno de sus contemporáneos, vine y me dije a mí mismo, “Ahora son los años sesenta, no los años sesenta. Quién podría ser el Vivir de nuestro tiempo?” Un desorden falso de nombres se hablaba en mi mente. Pensé en el Dr. A. y Dr. B. y Dr. C. y Dr. D., todos ellos hombres buenos pero ninguno con esa mezcla de ciencia y humanismo que era tan poderosa en Vivir. Y luego una voz interna muy fuerte dijo: “¡Eres un bugger tonto! Eres el hombre!”
En cada ocasión anterior, cuando había bajado después de dos días de manía inducida por anfetaminas, había experimentado una reacción severa en la otra dirección, sintiendo una somnolencia y depresión casi narcoléptica. También tendría una aguda sensación de locura de que había puesto en peligro mi vida por nada: las grandes dosis que tomé me darían una frecuencia de pulso sostenida cercana a las doscientas y una presión arterial de no sé qué; varias personas que conocí habían muerto por sobredosis de anfetaminas. Sentiría que había hecho un ascenso loco a la estratosfera, pero había regresado con las manos vacías y no tenía nada que mostrar por ello; que la experiencia había sido tan vacía y vacía como intensa. Esta vez, sin embargo, cuando bajé, conservé una sensación de iluminación y perspicacia; había tenido una especie de revelación sobre la migraña. Yo también tenía un sentido de resolución,que de hecho estaba equipado para escribir un libro similar a Liveing, que tal vez podría ser el Liveing de nuestro tiempo.
Al día siguiente, antes de regresar el libro de Liveingings a la biblioteca, fotocopié todo el asunto, y luego, poco a poco, comencé a escribir mi propio libro. La alegría que obtuve al hacer esto fue real—, infinitamente más sustancial que la manía insípida de las anfetaminas, y nunca volví a tomar anfetaminas. ♦
MUERO POR SABER - 2014
https://ok.ru/video/3807757404719
Dirección Gay Dillingham
Dying to Know es un retrato íntimo que celebra dos personajes controvertidos muy complejos en una amistad épica que dio forma a una generación. A principios de la década de 1960, los profesores de psicología de Harvard, Timothy Leary y Richard Alpert, comenzaron a sondear los límites de la conciencia a través de sus experimentos con psicodélicos. Leary se convirtió en el gurú del LSD, nos pidió que pensáramos por nosotros mismos, encendió un movimiento contracultural global y aterrizó en prisión después de que Nixon lo llamara "el hombre más peligroso de Estados Unidos". Alpert viajó a Oriente convirtiéndose en Ram Dass, un maestro espiritual para toda una generación que continúa a sus 80 años enseñando el servicio a través de la compasión. Con entrevistas que abarcan 50 años, la película nos invita al futuro y nos anima a reflexionar sobre cuestiones sobre la vida, las drogas y el mayor misterio de todos: la muerte.
Bajando la montaña
Titulo Original: Descending the mountain
Año: 2021
Direccion: Maartje Navejan
https://ok.ru/video/6778978306747
Sinopsis: Este documental nos lleva a un viaje de revelaciones místicas, experimentadas a través de la meditación y la psilocibina al combinar arte visual, comprensión espiritual e investigación científica.
Magia y Medicinal: Sobre el Potencial Farmacológico de los Hongos
Nicholas P. El Dinero Considera el Papel de los Hongos en el Tratamiento del Cuerpo y la Mente
Por Nicholas P. Dinero
Marzo 20, 2024
Hace unos años, publiqué un artículo titulado “Are Mushrooms Medicinal?” en el diario Biología Fúngica, que se descargó más que cualquier artículo anterior en la historia de la revista. Los correos electrónicos de apoyo llegaron de otros científicos, pero un número mucho mayor de mensajes cuestionaron mi inteligencia y mis motivos. Un crítico preguntó: “¿Hiciste una reseña iluminada sobre el tema antes de escribir este artículo?” y continuó, “Parece que estás siendo deliberadamente ignorante, intencionalmente engañoso, o tienes un criterio interesante [sic] para lo que constituye validez.” Mi criterio [sic] es, mostrarme la evidencia, que está codificada en la navaja de Hitchenss, o regla epistemológica, escrita por el fallecido periodista Christopher Hitchens: “Lo que se puede afirmar sin evidencia también se puede descartar sin evidencia.”
Una búsqueda de “shiitake” se combinó por separado con cada una de las siguientes enfermedades y afecciones de salud, comenzando con la letra a: acné, SIDA, enfermedad de Alzheimer, ántrax, artritis, asma y autismo. Shiitake está respaldado como un tratamiento para todos ellos. Elige una carta diferente y compruébala por ti mismo. Inspirado por el Sr. Hitchens, ofrezco mi propia maquinilla de afeitar: Una cura alegada para todo es un tratamiento efectivo para nada.
La creencia en los poderes infundados de los hongos medicinales también puede verse reforzada por el escepticismo generalizado hacia la autoridad médica.
Al deificar el shiitake y otras especies de hongos, los magos de hongos medicinales—los campeones de champignons—se presentan como estafadores para cualquiera que esté dispuesto a hacer algunas preguntas. Algunos de estos chamanes de los últimos días son estafadores deliberados, otros no saben mejor, y soy consciente de que estoy aullando a la luna. La creencia en los poderes infundados de los hongos medicinales también puede verse reforzada por el escepticismo generalizado hacia la autoridad médica.
Todo esto es desafortunado para el estudio de la micología porque los hongos probablemente estén llenos de medicamentos no descubiertos que podrían desarrollarse utilizando métodos farmacológicos modernos. ¿Por qué entonces, uno podría preguntarse, ha habido una historia tan rica de descubrimiento de fármacos en las plantas, mientras que la mayoría de los hongos del bosque han sido ignorados? La aspirina, la efedrina, los opiáceos y la quinina fueron utilizados por los herbolarios en forma de preparaciones sin refinar de las plantas durante miles de años antes de cualquier intento de purificación. El éxito histórico de estos extractos de plantas en la medicina aboga por un impacto similar de los hongos, pero la confusión sobre su naturaleza (“estas plantas bastardas, o excrescences”) y la toxicidad (“algunos son muy venenosos y llenos de veneno”) significaron que fueron descuidados por los grandes herbolarios de Europa.
Mientras que la medicina de hongos no ha ido a ninguna parte, la levadura utilizada para la elaboración y horneado ha transformado la industria farmacéutica como una plataforma infinitamente flexible para la producción de medicamentos. Ordenada para producir insulina humana utilizando el gen humano, la levadura cumple y produce la mitad del suministro global de insulina inyectable para combatir la diabetes. Modificada con una secuencia de ADN del virus del papiloma humano (VPH), la levadura traduce esto en copias de la proteína que forma la capa de la partícula viral. Separada de la levadura, esta proteína se inyecta como una vacuna contra el VPH, que tiene el potencial de eliminar la forma de cáncer cervical relacionado con esta infección.
Otro medicamento de levadura genéticamente modificada se usa para tratar una afección ocular relacionada con la edad, y hay mucha investigación sobre el uso de células de levadura para sintetizar analgésicos. Cuando consideramos los antibióticos de los mohos y todos estos medicamentos fabricados por la levadura, es evidente que los hongos son una fuente indispensable de medicamentos modernos. Para agregar nuevos compuestos de hongos a la farmacia, debemos llevar la química de los hongos a la corriente principal.
Mientras tanto, los hongos mágicos iluminan el cerebro como luciérnagas en un prado. Las ondas de actividad nerviosa aumentan, crestan y se disuelven de un lugar a otro a través del cerebro, con islas de impulsos crepitando aquí, amortiguándose allí, a medida que la conciencia se desconecta del flujo habitual de información. Las ondas cerebrales en los hongos son similares a las de los sueños intensos, con el giro de que el desacoplamiento temporal del pensamiento cotidiano a través del hongo puede tener un efecto duradero en nuestra mentalidad cuando nos reconectamos. La ansiedad y la depresión pueden perder parte de su mordida; la vida puede parecer menos brutal. Un sueño de hongos es como unas vacaciones en una isla tropical o un viaje en canoa a lo largo de un río prístino, con el sorprendente beneficio de que la paz encontrada durante el descanso permanece contigo cuando termina.
Después de décadas de abandono científico, la psilocibina se ha convertido en un tema de investigación intensiva, y está surgiendo un amplio consenso sobre algunos de los procesos neurológicos que rigen el sueño del hongo. Los impulsos eléctricos se transmiten a lo largo de las neuronas a través del movimiento de átomos o iones cargados a través de sus membranas. Cuando estas señales llegan al final de las células, provocan la liberación de neurotransmisores químicos que estimulan o bloquean la generación de impulsos frescos en las próximas neuronas del circuito. La serotonina es uno de los neurotransmisores que realizan este relevo más lento de chispas de célula a célula.
Cuando consumimos psilocibina, un grupo químico que se proyecta desde la estructura del anillo de esta pequeña molécula se recorta en el hígado, produciendo psilocina. La estructura de la molécula de psilocina es tan similar a la serotonina que deshace la transmisión normal de los impulsos nerviosos entre las células. La serotonina desempeña múltiples funciones en la fisiología humana, desde el control del proceso inconsciente de la digestión hasta la emoción consciente de la felicidad. Si se libera demasiado en el sistema nervioso, el cuerpo responde con agitación y calambres musculares; muy poco y perdemos la motivación y podemos descender a la depresión.
En la búsqueda de alivio de la depresión y la ansiedad, es útil considerar por qué la infelicidad profunda es tan frecuente.
Los síntomas físicos producidos por el uso de psilocibina son el resultado de la estimulación y represión de las redes neuronales que normalmente responden a la serotonina e incluyen aumentos en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, sudoración, espasmos musculares, etc, entumecimiento facial, náuseas, falta de coordinación y dolores de cabeza. Estos comienzan unos veinte minutos después de comer los hongos, difieren mucho de persona a persona y generalmente son leves. Si no favoreciéramos los efectos psicológicos edificantes de la psilocibina, estas reacciones se verían como expresiones de envenenamiento por hongos. No a la par con el límite de la muerte, por supuesto, pero sin embargo el envenenamiento, por lo que muchos guías de hongos colocan un símbolo de cráneo y huesos cruzados junto a las entradas para Psilocibe especies que contienen la droga.
Los efectos psicológicos de la psilocibina son igualmente diversos. Algunos circuitos cerebrales se despiertan y se sobrecargan con información, mientras que otras partes del cerebro son empujadas a un estado de ensueño. Estos cambios en la actividad cerebral se visualizan en pacientes que se encuentran con la cabeza dentro de la rosquilla gigante de una máquina de resonancia magnética o MRI después de haber consumido psilocibina purificada. Los experimentos de MRI muestran una conversación cruzada entre partes del cerebro que normalmente funcionan de forma aislada, una reducción en el flujo sanguíneo a áreas involucradas en el pensamiento lógico, y un aumento en la actividad nerviosa en las partes más profundas del cerebro que controlan nuestras emociones.
Con mayor frecuencia, nuestro sentido de individualidad o ego se disuelve, lo que conduce a impresiones de armonía y parentesco con el resto de la naturaleza. El ego se pierde cuando la psilocina interfiere con un circuito cerebral llamado red de modo predeterminado, o DMN. El DMN se concentra en la corteza prefrontal y se conecta con los centros de las neuronas enclavadas más atrás y más profundamente en el cerebro. Nuestro sentido del yo se mantiene en el DMN, y aquí es donde el hongo subvierte nuestra programación narcisista.
Imagina que eres un pasajero en un crucero que golpea un iceberg. En los segundos posteriores a la colisión, la actividad normal en su DMN se suspende, mientras que otras partes del cerebro recopilan la información necesaria para descubrir qué ha sucedido y planificar una respuesta. Eres demasiado frenético en ese momento para ser consciente de que has corrido hacia la cubierta envuelto en una toalla y usando un gorro de ducha. El ego se ha ido, aunque temporalmente.
Más tarde, cuando ha quedado claro que el barco se está hundiendo y que los botes salvavidas se han ido sin ti, el DMN tiene la última palabra a medida que reanudas el contacto con tu sentido del yo, retire el gorro de ducha y esté inundado de ansiedad. Cualquier sentimiento de positividad sería bienvenido en esta situación desesperada, y aquí es donde los hongos pueden convertirse en nuestros salvadores. Si se hubiera tragado una bolsa de ellos cuando se abrió el casco de los barcos, la psilocina habría desconectado el DMN de los mensajes alarmantes que fluyen de otras partes del cerebro, empujándote a un estado de ensueño y dejándote más filosófico sobre la perspectiva del agua fría.
El efecto calmante de los hongos mágicos en los pasajeros de un barco que se hunde es una cuestión de conjeturas, pero hay muchas pruebas de que la psilocibina puede reducir nuestro temor en situaciones menos dramáticas. Múltiples estudios han demostrado que la psilocibina es un tratamiento útil para la depresión clínica e incluso puede fomentar una sensación de bienestar en pacientes con enfermedades terminales. En un ensayo realizado en la Universidad Johns Hopkins en 2016, los pacientes con diagnósticos de cáncer potencialmente mortales informaron sentimientos de mayor satisfacción con la vida después de recibir altas dosis del medicamento. Estas mejoras en la actitud se mantuvieron en el 80 por ciento de los participantes seis meses después de su tratamiento.
En la búsqueda de alivio de la depresión y la ansiedad, es útil considerar por qué la infelicidad profunda es tan frecuente. Como productos imperfectos de la evolución, debe haber un imperativo natural en el trabajo. Los psicólogos han luchado con esta pregunta durante décadas, y aunque no hay una respuesta completamente satisfactoria, la depresión parece surgir de una combinación de mal cableado y las ventajas crípticas de la cautela, dudas y tristeza.
El mal cableado se encadena entre el cerebro de lagarto más primitivo y la corteza más externa, donde nuestra conciencia y sentido del yo interactúan con los impulsos primarios de alimentarse, escapar, atacar y copular. La depresión leve podría ser útil si nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre un problema y llegar a una solución, pero la depresión profunda e implacable no tiene ningún propósito. En su estudio de la depresión titulado La Anatomía de la Melancolía, Robert Burton (1577–1640) escribió, “Lo que no se puede curar debe ser soportado.” Los hongos ofrecen una alternativa.
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Texto de Moldes, Hongos y Medicamentos: Nuestra Relación de por Vida con los Hongos por Nicholas P. Dinero. Copyright © 2024 por Princeton Prensa Universitaria. Reimpreso con permiso de Princeton Prensa Universitaria.
¿Son medicinales los hongos?
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No hay evidencia científica que respalde el uso de extractos de hongos en el tratamiento de enfermedades.
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Las afirmaciones sobre las propiedades milagrosas de los hongos medicinales deben evaluarse críticamente.
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Los metabolitos secundarios con propiedades farmacológicas útiles pueden estar muy extendidos en los hongos.
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Se necesita una inversión importante en ensayos clínicos objetivos para desarrollar esta farmacopea natural.
Abstracto
A pesar del uso prolongado de hongos secos y extractos de hongos en la medicina tradicional china, no hay evidencia científica que respalde la efectividad de estas preparaciones en el tratamiento de enfermedades humanas. Los consumidores deben evaluar las afirmaciones hechas por las empresas sobre las propiedades milagrosas de hongos medicinales muy críticamente. El daño potencial causado por estos productos naturales es otra consideración importante. En una vena más positiva, la presencia de toxinas potentes y compuestos neurotrópicos en basidiomiceto los cuerpos frutales sugieren que metabolitos secundarioscon propiedades farmacológicas útiles están muy extendidas en estos hongos. Es necesaria una inversión importante en experimentos controlados y ensayos clínicos objetivos para desarrollar esta farmacopea natural.
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Palabras clave
CáncerLentinanoLingzhiReishiShiitake
Los hongos han aparecido en la medicina tradicional china durante siglos y se han secado extractos de los cuerpos frutales ocupan un segmento lucrativo del mercado para hierbas medicinales en los países occidentales. La publicidad de estos productos naturales en América del Norte y Europa está mal regulada, lo que permite a las empresas hacer declaraciones ficticias sobre los beneficios medicinales de los hongos. Se deben considerar objetivamente una serie de cuestiones para evaluar este tema controvertido. Comenzamos con los usos tradicionales de los hongos en la medicina china.
Uso medicinal del hongo shitake, Lentinula edodes, se generalizó en la dinastía Ming (1368–1644) después del desarrollo de métodos para cultivar el hongo en troncos (Jones 1995). Shiitake fue adoptado como un tónico que podría contrarrestar los dolores cotidianos, dolores y fatiga asociados con el envejecimiento. Se suponía que las virtudes más específicas del shiitake incluían su promoción de la salud del corazón y la eficacia contra la enfermedad pulmonar y los gusanos intestinales. También se asoció con el tratamiento del cáncer. Hay poco apoyo experimental para cualquiera de estas cualidades. Defensores contemporáneos de hongos medicinales sostenga que esta disonancia está arraigada en un desajuste en la filosofía entre la medicina china y occidental.
La medicina tradicional china trata los síntomas de la enfermedad cardiovascular, por ejemplo, como una manifestación de un desequilibrio entre múltiples procesos fisiológicos en un paciente individual. Tratamientos, incluyendo acupuntura y hierbas medicinales, están diseñados para restablecer el equilibrio en el ‘flujo de energía’ en el cuerpo. (‘Flow of energy’ se coloca entre comillas porque el significado de esta frase no se puede articular de ninguna manera sucinta.) La medicina occidental aborda algunas formas de enfermedad cardíaca de manera muy diferente, al recetar medicamentos que reducen la presión arterial y colesterol sérico, y recomendar cambios en la dieta y el ejercicio. El uso de una combinación de terapias en la medicina china, que a menudo se ajusta para cada paciente, dificulta la medición de la utilidad particular de setas shiitake en un ensayo clínico.
Un puñado de experimentos sobre las propiedades de compuestos químicos específicos extraídos de shiitake han sido prometedores (Memorial Sloan Kettering Cancer Center [MSKCC] MSKCC 2015a).1Lentinano es un 1 → 3)-D-glucano en las paredes celulares de las masas de hifas que forman el cuerpo de la fruta shiitake (Zhang et al. 2011). La investigación de Lentinan ha demostrado que la molécula actúa como un adyuvante que estimula la producción de anticuerpos en ratones inyectado con una vacuna contra la hepatitis B. Otros experimentos en cultivos de tejidos muestran que el lentinano estimula las células del sistema inmunológico para atacar las células cancerosas y las células infectadas con virus. En un caso raro de un ensayo clínico que utiliza un extracto de hongo, los investigadores japoneses encontraron que los pacientes que recibieron quimioterapia para el cáncer de estómago avanzado sobrevivieron más tiempo si se añadía lentinan a su cóctel de medicamentos (Ina et al. 2013). Estos resultados no llegan a demostrar que el shiitake es útil en la terapia contra el cáncer, pero ciertamente fomentan más estudios.
El lentinano la investigación parece, a primera vista, reforzar el caso histórico para el uso de hongos, pero hay algunas advertencias importantes. Uno de los problemas es que es poco probable que los resultados de los estudios sobre compuestos químicos individuales se apliquen al consumo de cuerpos de frutas enteras o brebajes hechos de hongos secos polvo. Es imposible, por ejemplo, vincular las consecuencias inmunológicas de la inyección ratones con pared celular polisacáridos a la conveniencia de beber té caliente elaborado con shiitake. Sin embargo, las empresas que comercializan medicamentos a base de hierbas explotan referencias a estudios en ratones en su promoción de cápsulas de hongos y aerosoles para la garganta para tratar todo tipo de dolencias. También basan su comercio en el bromuro de conocimientos especiales privilegiados de la cultura asiática. Este cliché debería haberse retirado hace mucho tiempo. Es instructivo considerar que la esperanza de vida en China aumentó de 35 años en la década de 1940 a 75 en la actualidad. Muchos factores contribuyen a este cambio demográfico fenomenal, pero la introducción de la medicina occidental es significativa (Zhou et al. 2015). Los chinos eligen la medicina occidental cuando son diagnosticados con enfermedades graves hoy en día.
A medida que los chinos adoptan la medicina moderna, el apetito mundial por las hierbas medicinales se ha movido en la dirección opuesta. Las ventas anuales de estos productos representan una gran parte del mercado más amplio de suplementos nutricionales que está valorado en $50 mil millones y parece impermeable a la inestabilidad económica que ha afectado a otros negocios sectores (Harrison-Dunn 2014). Este comercio rentable proporciona un poderoso incentivo para que las empresas prueben la credulidad de sus clientes y las afirmaciones no respaldadas han llegado a definir el negocio de los hongos medicinales.
El hongo del soporte Ganoderma lucidum, llamado lingzhi (en China) y reishi (en Japón), es uno de los hongos medicinales más populares y tiene una historia de uso en China que es incluso más antigua que el entusiasmo regional por el shiitake. Lingzhi se menciona en un poema de 2000 años de la dinastía Han y las descripciones anteriores de ‘Mushroom of Immortality’ probablemente se refieren a esta especie. El hongo crece en la madera podrida en la naturaleza y los agricultores modernos crían el hongo en pellets de aserrín o paja envasados en bolsas de plástico (Fig 1). Al igual que el shiitake, se cree que el lingzhi tiene una inmensa gama de beneficios y se usa para tratar el cáncer, las convulsiones, los problemas cardiovasculares y la diabetes (Wachtel-Galor et al. 2011). Las revisiones exhaustivas de la evidencia disponible amortiguan el entusiasmo por el lingzhi, sin ofrecer apoyo para el uso de este hongo en el tratamiento de enfermedades cardíacas o cáncer (Jin et al., 2012, Klupp et al., 2015, MSKCC, 2015b). Los investigadores llegaron a conclusiones idénticas en su evaluación de los extensos estudios sobre el pequeño hongo de soporte, y, Trametas versicolor, llamado pavo cola (MSKCC 2015c).
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Fig 1. Lingzhi o reishi, Ganoderma lucidum, cultivado en bolsas llenas de aserrín.
Fuente: Ceekchean Tan, con permiso.
Chaga, Inonotus obliquus, crece como una excrescencia dura como una roca del abedul árboles. Esta estructura densa es una esclerotio en lugar de un cuerpo de fruta. Los esclerocios en polvo de chaga se han utilizado como un remedio popular contra el cáncer y el hongo se menciona en la brillante e inquietante novela de Aleksandr Solzhenitsyn ‘Cancer Ward’ (Solzhenitsyn 1969). Revisión de experimentos que muestran los efectos de chaga extractos en las células cultivadas, el Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York concluyó, ‘No se han realizado ensayos clínicos para evaluar la seguridad y eficacia de chaga para la prevención de enfermedades o para el tratamiento del cáncer, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes’ (MSKCC 2015d). Lo mismo se aplica a maitake, Grifola frondosa, también conocida como gallina del bosque, que es un pólipo que crece como masas de cuerpos frutales en la base de roble árboles (MSKCC 2015e). Lo único que podemos decir con confianza es que los extractos de shiitake, lingzhi, pavo cola, chaga y maitake estimulan las células en experimentos de cultivo de tejidos.
El ascomiceto Ophiocordyceps sinensis es otro hongo asociado con una variedad de propiedades farmacológicas, incluida su efectividad para revertir el mal de altura y la disfunción eréctil. La cosecha de 2013 de 50 toneladas de este hongo silvestre en la Región Autónoma Tibetana se valoró en $1.2 mil millones, pero falta evidencia científica para sus diversas aplicaciones medicinales (Anon, 2015, MSKCC, 2015f).
Con tan poco estudio crítico de los beneficios de los hongos medicinales, es alarmante que se haya descuidado el daño potencial causado por estos productos naturales. Algunos estudios sugieren que cualquier efecto secundario de extractos de hongos no son serios (Klupp et al. 2015), pero casos de alergia alimentaria, queilitis (inflamación de los labios), eritema flagelado y daño hepático se han reportado en la literatura (Yuen et al., 2004, Mukai et al., 2006, Suehiro et al., 2007, Wanmuang et al., 2007, Goikoetxea et al., 2009, Girard y Bessis, 2010). La contaminación de los hongos cosechados por hongos toxigénicos y bacterias es otra preocupación para los consumidores (Ahmad et al. 2014).
La gama de productos de hongos medicinales de Fungi Perfecti®, una compañía con sede en el estado de Washington, incluye una variedad de cápsulas y fluidos embotellados que contienen extractos del cultivo micelios de los hongos descritos en este artículo (www.en.fungi.com 2015). El uso de culturas en lugar de cuerpos frutales es interesante en sí mismo, exigir a los consumidores que acepten que los compuestos activos en los hongos se generan de manera constitutiva para que también se presenten en las hifas vegetativas (Bak et al., 2014, Konno et al., 2014). Dejando a un lado esta complicación, la compañía dice que ‘Healthy respiratorio support’ está amueblado con una mezcla de reishi y otros hongos; el extracto de Chaga cubre ‘Antioxidant and DNA support’, y maitake ofrece la promesa de ayudar a ‘mantener saludable niveles de azúcar en la sangre.’ Otro grupo de productos se dirige a partes particulares del cuerpo, con un suplemento dietético que aborda ‘breast health’, otro que afecta a cerebro(‘ayuda a apoyar la claridad mental’), y un tercio trata con el hígado. La lista de ingredientes en estos suplementos incluye hongos que apoyan ‘immune function’ (cola de pavo) y ‘hormonal y adrenal function’ (lingzhi). Un asterisco acompaña a cada propiedad, haciendo referencia al siguiente descargo de responsabilidad del fabricante: ‘Estas declaraciones no han sido evaluadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Este producto no pretende diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad.’ ¡Esto es como hacer bicicletas y decirle a los clientes que no están destinados a ser montados!
Fungi Perfecti es una de las muchas compañías que comercializan hongos medicinales y sus afirmaciones de productos son bastante modestas en comparación con los respaldos proporcionados por otros vendedores ambulantes de medicamentos naturopáticos. Si algo se vende con el propósito de mejorar la salud del corazón, parece razonable que debería haber evidencia de su potencia y que esta información debería estar disponible para el público. A diferencia de los medicamentos recetados, los hongos medicinales han escapado a estos requisitos, lo que significa que un extracto de cuerpo de fruta se puede vender en los Estados Unidos con el propósito declarado de ‘comprehensive immune support’, o casi cualquier otra cosa, siempre y cuando la compañía proporcione el descargo de responsabilidad estándar. Las leyes en Europa son aún más flexibles, lo que permite a las empresas en el Reino Unido comercializar hongos medicinales sin emplear a un jinete legal.
La industria de los hongos medicinales es consciente de las crecientes críticas y muchas empresas han reducido las reclamaciones en sus anuncios para protegerse de las demandas. Hasta hace muy poco, algunos catálogos enumeraban extractos de cultivos de hongos micelios para el tratamiento del cáncer y otras enfermedades graves. Pocas compañías hacen estas afirmaciones directamente hoy, incluso bajo la protección del asterisco.
La mayoría de los medicamentos recetados funcionan al afectar particularmente vías bioquímicas. Los medicamentos más vendidos para reducir los niveles de colesterol y la presión arterial funcionan inhibiendo enzimas individuales, y los antibióticos interrumpen procesos moleculares específicos en células bacterianas. Ninguno de estos medicamentos es perfecto y todos ellos pueden producir efectos secundarios desagradables. Pero la mayoría de ellos trabajan como se anuncia y los fabricantes pueden ser considerados responsables si sus productos perjudican a los consumidores. Se han cometido errores horripilantes al licenciar algunos medicamentos, y la industria farmacéutica gana pocos premios por altruismo, pero, verrugas y todo, los medicamentos recetados son un reflejo perfecto del espíritu de la medicina occidental. Cualquier persona cuya vida ha sido salvada por la terapia con antibióticos debe estar de acuerdo en que el descubrimiento y el desarrollo de los 'from-lactams y las generaciones posteriores de antibióticos representa uno de los mayores logros de la era moderna.
Siguiendo esta exploración crítica de los hongos medicinales, parece muy probable que los hongos contengan compuestos con importantes propiedades farmacológicas. Este optimismo es alentado por la profunda historia de interacciones entre cuerpos frutales y animales potencialmente fungívoros. La capacidad de los cuerpos frutales para sobrevivir al daño de los insectos y otras plagas el tiempo suficiente para liberar esporassugiere que generan una gama de antifeedants crípticos que interactúan con objetivos moleculares en animales. Las toxinas y los compuestos neurotrópicos sintetizados por los cuerpos frutales son ejemplos obvios de productos de hongos con actividades farmacológicas extraordinarias. Sin tener en cuenta las ideas más tontas sobre los hongos medicinales, es posible que estos hongos ofrezcan un tesoro de metabolitos no caracterizados que podrían resultar útiles en el tratamiento de nuestras enfermedades.
El trabajo sobre compuestos ubicuos como el lentinan de shiitake puede ser una distracción del trabajo de bioprospección. Lentinan es una versión de un polisacárido eso se encuentra en todos los hongos. Aunque es posible que haya algo especial en la estructura química del lentinan, es probable que los ácidos grasos extraídos de cualquier hongo tengan lo mismo propiedades medicinales, o la falta de ella, como lentinan. Shiitake puede haber sido adoptado en China por la sencilla razón de que era fácil de cultivar. Un mejor modelo para futuras investigaciones sobre hongos medicinales es proporcionado por un par de moléculas identificadas en la melena de león, Hericioerinaceo . Este es otro hongo que se ha utilizado en China durante siglos. Se cultiva en pellets de aserrín como lingzhi (Fig 2). Esta especie se ha asociado con la característica inusual de promover la salud neurológica, que atrae mucha atención en nuestro tiempo de envejecimiento de las poblaciones y el espectro de la enfermedad de Alzheimer. Los compuestos activos extraídos de la melena de león se llaman erinacinas y hericenonas. Erinacinas y hericenonas estimulan la liberación de factor de crecimiento nervioso en rata cerebros y células nerviosas cultivadas (Ma et al. 2010). Este efecto parece digno de un análisis adicional.
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Fig 2. La melena del león, Hericioerinaceo , cultivado en bolsas de aserrín y astillas de madera.
Fuente: Nutthawit Wiangya, con permiso.
Lo peor de los anuncios de hongos medicinales recuerdan la era de la charlatanería médica que toleraba los medicamentos patentados, incluido ‘Dr. Bonker's Celebrated Egyptian Oil’, que se anunció como una cura para los cólicos y los calambres humanos y animales de granja y ‘Dr. Bálsamo cordial de Gilead’ de Salomón que fue elogiado como un tratamiento para la enfermedad venérea y una plétora de otras enfermedades (Helfand 1989). Dejando de lado las fantasías actuales sobre los hongos, hay buenas razones para estudiar la galaxia de metabolitos en estos organismos. Después de todo, otros tipos de hongos son la fuente de antibióticos viejos (penicilina) y nuevos (cefalosporinas), el medicamento para reducir el colesterol lovastatina y ciclosporinas para apoyar a los pacientes después del órgano trasplantes (Watkinson, Boddy, Dinero 2015). Las drogas milagrosas pueden estar sentadas en los cuerpos frutales menos preposeedores. Y con una selección de 16 000 o más especies de basidiomicetos que forman hongos, hay muchos lugares para buscar. Es hora de tratar los tónicos antienvejecimiento hechos de hongos como una fase triste en la historia de micología y proceder con la exploración de nuevos compuestos con el potencial de cambiar el curso de nuestras plagas modernas.
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Una guía de lectura para la microdosificación
https://aeon.co/essays/a-nine-step-guide-to-a-sensible-microdosing-programme
Cómo usar pequeñas dosis de psicodélicos para levantar su estado de ánimo, mejorar su enfoque y disparar su creatividad
Ilustración por Flora Bai
Aideyan Tundees estudiante de doctorado en psicología de asesoramiento en la Universidad Northeastern en Boston.
Editado por Pam Weintraub
Los psicodélicos están resurgiendo en el siglo 21. El movimiento se describe con frecuencia como un renacimiento psicodélico; Michael Pollan, autor, periodista y defensor de los psicodélicos, escribe que ‘Nunca ha habido una – o – tiempo más emocionante o desconcertante en el mundo de los psicodélicos.’ Abarcando numerosos dominios y ramas de la sociedad moderna – incluyendo medicina, psicoterapia, desarrollo de medicamentos farmacéuticos, superación personal y transformación espiritual – individuos y comunidades en todo el mundo están evolucionando con psicodélicos como el conducto.
La declaración más fuerte hasta la fecha del regreso de los psicodélicos puede haber sido la conferencia Psychedelic Science 2023 en Denver, Colorado, organizada por la Asociación Multidisciplinaria de Estudios Psicodélicos (MAPS) en junio, asistieron unas 12.000 personas. Los asistentes a la conferencia escucharon charlas sobre psicodélicos desde una diversidad de perspectivas, desde Rick Doblin, el fundador de MAPS y un campeón de psicodélicos de décadas, hasta Rick Perry, quien se presentó como ‘el oscuro, arrastrando nudillos, de derecha, republicano ex gobernador del estado de Texas’.
A pesar de la exageración desenfrenada y las críticas válidas del modelo de psicoterapia asistida por psicodélicos (MAPS tuvo que rectificar las consecuencias después de que las revelaciones de mala conducta sexual por parte de terapeutas de investigación se publicitaran en 2021 y 2022), los psicodélicos son cada vez más aceptados y respaldados tanto entre la población como entre las instituciones. En 2021, 8 por centavo de adultos jóvenes en los Estados Unidos reportado usar alucinógenos en el último año, en comparación con solo 3 porcent en 2011. Los gobiernos federales y la industria, incluidas las empresas de capital de riesgo, están invirtiendo miles de millones para investigar y desarrollar tratamientos psicodélicos y productos farmacéuticos. Una subvención de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos actualmente está apoyando la investigación sobre los tratamientos con psilocibina, por ejemplo, mientras que otros gobiernos han abierto el acceso a los medicamentos. En 2023, la Asociación Australiana de Bienes Terapéuticos dio a los psiquiatras la aprobación para prescribir MDMA y psilocibina para el trastorno de estrés postraumático y la depresión, y un Programa de Acceso Especial en Canadá, aunque todavía es muy burocrático y está sumido en la burocracia, de manera similar abre un camino para tratar afecciones médicas graves con psicodélicos.
Mientras tanto, otra subcultura vibrante basada en la microdosificación – que consume pequeñas cantidades de sustancias psicodélicas de forma semi-regular durante un período de tiempo – ha surgido en el paisaje psicodélico. La práctica ha sido tentadora pero tensa. De hecho, mientras que los estudios apoyados por el gobierno y la industria se centran principalmente en la generación de pruebas de ensayos clínicos para dosis estándar para tratar problemas de salud mental, la mayoría de las investigaciones sobre la microdosificación caen en el extremo inferior de la pirámide de rigor científico, a menudo de naturaleza exploratoria y observacional. En ese sentido, irónicamente, se asemeja a la experiencia de los psiconautas que toman dosis completas y heroicas para buscar la iluminación.
Por supuesto, los microdosers están más interesados en mejorar el rendimiento cognitivo e intelectual o llenar vacíos en una infraestructura de atención médica mental obstaculizada que en sondear las profundidades de sus psiques. Investigación encuestas de los adultos que microdosis encuentran regularmente que las motivaciones más comunes para la microdosificación se relacionan con fortalecer o reparar la psique – mejorando el estado de ánimo, disminuyendo la ansiedad o aumentando el enfoque y la creatividad. Algunos han comparado su impacto con los estimulantes para el TDAH o los ISRS para la depresión. Incluso los marines de Estados Unidos lo son mirando a la microdosificación para aumentar la productividad, la creatividad, la resolución de problemas y el flujo.
Diario: Una dosis diaria de ensayos, guías y videos de Aeon+Psyche
Semanal: Un semana de grandes ideas de Aeon
A¿son reales estos beneficios cognitivos y psicológicos positivos? De una base estrictamente basada en la evidencia perspectiva, la ciencia es joven e indeterminada. Una porción considerable de la literatura científica de microdosificación debate si el impacto proviene del efecto placebo, en el que la expectativa influye en el resultado. Pero el efecto placebo o no, los relatos cualitativos han sido tan positivos y persuasivos que los científicos se sienten obligados a comprender aún más la práctica.
La microdosificación en el mundo psicodélico tiene un significado en sí mismo – y es un poco diferente al uso del término en farmacología en general. A 2019 comentario en el Revista de Psicofarmacología resumió las pautas de un puñado de agencias reguladoras de medicamentos y medicamentos, e informó que una microdosis es ‘1 por cent de la dosis farmacológicamente activa [de cualquier medicamento], hasta un máximo de 100 umg [microgramos]’. Una microdosis es una pequeña dosis de un agente farmacológico que probablemente no sea farmacológicamente activo, pero es útil para estudiar la seguridad, los efectos secundarios y otras propiedades de la sustancia.
La definición informal compartida en las comunidades de microdosificación psicodélica, por otro lado, es 5-10 por cent de una dosis estándar o ‘trippy’ de un psicodélico. Dado que muchos consideran 2-5 gramos de hongos mágicos o 100-200 microgramos de la dietilamida del ácido lisérgico (LSD) las cantidades de dosificación a consumir para un viaje psicodélico adecuado, la microdosificación de estas sustancias se trata de 0.2-0.5 gramos de hongos mágicos y 5-20 microgramos de LSD. (Tenga en cuenta que la mayoría de los estudios de investigación controlados utilizan psilocibina, la molécula psicoactiva en los hongos mágicos. Por lo tanto, una dosis estándar de 25 Miligramos de psilocibina equivale a aproximadamente 1-2 miligramospor microdosis. Sin embargo, la psilocibina pura no es típicamente accesible al público en general. Casi la única forma legal de obtener psilocibina en los Estados Unidos es en estudios de investigación clínica altamente regulados. Por lo tanto, es más práctico considerar la microdosificación de psilocibina en el contexto de los hongos mágicos. Y dado que la potencia de la psilocibina de los hongos mágicos puede ser muy variable, estos cálculos de dosis no son más que estimaciones amplias)
Muchos creen que la microdosificación puede producir beneficios iguales a un viaje psicodélico de dosis completa
Dado todo esto, la frase comúnmente aceptada ‘microdosing’ cuando se trata de psicodélicos es un poco inapropiada; las cantidades reales consumidas son más análogas a una ‘low dose’ o ‘very low dose’ del psicodélico en sí. Aunque estos detalles semánticos pueden parecer tediosos, es importante entender que la microdosificación no es simplemente un producto de subculturas en psicodelia; es un método para estudiar y comprender los efectos de las sustancias farmacológicamente activas en general.
También es importante comprender que gran parte de lo que se discute entre el público en general y en las comunidades en línea sobre la microdosificación está implícito e inferido, con definiciones estandarizadas, crucial para hacer avanzar la empresa, aún por venir. Dejando a un lado la semántica, la microdosificación de psicodélicos significa simplemente consumir cantidades muy pequeñas de la sustancia, por lo general 5-10 por centavo de la dosis alucinatoria estándar.
Hay otra forma de ver los psicodélicos de microdosificación que puede ser un poco más útil. La microdosificación se refiere a consumir cantidades muy pequeñas de psicodélicos para que los efectos psicoactivos sean subperceptivos. El objetivo de la microdosificación es obtener los beneficios psicológicos y neurológicos que el psicodélico puede otorgar, pero a un nivel que es perceptualmente imperceptible para el consumidor. Esto va en contra de lo que es ampliamente entendidopara ser la razón por la cual los humanos usan psicodélicos – para alucinar, experimentar una experiencia profundamente transformadora psicológicamente y expandir la conciencia. Los psiconautas no están interesados en nada subperceptual; más bien, buscan alterar completamente la forma en que perciben los reinos físico, mental y espiritual. Sin embargo, a pesar de la limitada evidencia de investigación controlada, muchos creen que la microdosificación puede producir beneficios iguales a lo que uno puede obtener de un viaje psicodélico de dosis completa.
Esto es especialmente cierto si la microdosificación ocurre en un horario regular durante un período de varias semanas a varios meses. Al igual que tomar un antidepresivo tradicional, la microdosificación psicodélica requiere adherirse a un régimen de dosificación predeterminado y permanecer persistente con él, incluso si los beneficios no se notan de inmediato. La microdosificación psicodélica, sin embargo, no ocurre diariamente, sino una vez cada dos días, o tal vez una vez a la semana o incluso cada dos semanas.
Tinformó que los efectos de la microdosificación varían tanto como los efectos informados de las dosis tradicionales de psicodélicos que doblan la conciencia. Consideremos algunas conclusiones científicamente derivadas antes de profundizar en algunos de los informes anecdóticos más brillantes.
Una sistemática integral revisión de microdosificación, publicado en 2022 en la revista Neurociencia y Revisiones Bioconductuales, puede ser el mejor resumen empírico revisado por pares de los efectos. El hallazgo más sorprendente de esta revisión es que numerosos estudios han demostrado que las microdosis psicodélicas con frecuencia causan efectos perceptivos leves y notables, incluidas distorsiones perceptivas, estados mentales alterados, somaestesia, sentimientos de dicha, etc, mayor vigilancia y experiencias de unidad. Estos efectos perceptivos, por supuesto, palidecen en comparación con un viaje psicodélico en toda regla, pero divergen de la suposición de que las microdosis son subperceptuales. Puede ser que lo habitual 5-10 por el centavo de una dosis estándar es mucho más de lo que es necesario para una microdosis efectiva o, como destacan los autores, que las alteraciones leves en la percepción pueden ser una ‘requisito previo por los efectos beneficiosos de la microdosificación’. Este es un dilema de microdosificación que se beneficiará de una investigación más experimental.
Otros hallazgos clave de la revisión se resumen de la siguiente manera:
La microdosificación se asocia regularmente con mejoras en la depresión en estudios observacionales no controlados, aunque un puñado de estudios de laboratorio controlados no han mostrado cambios en la depresión después de la microdosificación.
La relación entre la microdosificación y la ansiedad no está clara – más estudios han mostrado resultados mixtos o negativos en las medidas de ansiedad que los estudios que muestran resultados positivos.
Varios estudios han demostrado mejoras en áreas como el bienestar, la autorrealización, la autoeficacia, la sabiduría y la salud física, aunque ninguno de estos estudios fueron experimentos de laboratorio controlados.
Varios estudios han demostrado aumentos en la creatividad después de la ingestión de microdosis psicodélicas. Otros estudios han demostrado efectos positivos y negativos mixtos de la microdosificación en otras funciones cognitivas, incluida la vigilancia psicomotora, la atención, la atención plena, la capacidad de concentración y el control cognitivo.
Otra sistemática revisión de microdosificación publicada en Enero 2024 miró los efectos sobre la salud mental. Los autores encontraron correlaciones favorables entre la microdosificación y varias variables de salud psicológica, incluida la emocionalidad, el estado de ánimo y el bienestar mental. Varios estudios en esta revisión también encontraron asociaciones adversas como el aumento de la ansiedad y el uso de sustancias. Los article Tabla 4 hábilmente representa estos hallazgos mercuriales en todos los estudios revisados. El hallazgo más importante de este estudio es probablemente la evaluación general de la calidad de la investigación (ver Tabla 3); cada estudio recibió un puntaje de calidad promedio de 1 o menos en una escala de evaluación de calidad que varía de 0-2.
La suma de la literatura de investigación hasta ahora sugiere que la microdosificación puede proporcionar un impulso útil en algunas funciones cognitivas, un aplazamiento moderado de la depresión aunque frustrado por un aumento de la ansiedad, y una leve mejora del bienestar general y el funcionamiento diario. Y estos beneficios pueden ser marginales, aunque es imposible saberlo con certeza. Los estudios realizados hasta ahora analizan tamaños de muestra pequeños de participantes de investigación sanos y demográficamente homogéneos, lo que dificulta la generalización de los resultados, especialmente para las personas diagnosticadas con trastornos mentales de larga data.
Ninguna facción en la camarilla de microdosificación puede demostrar que los efectos positivos sean más que placebo
Sin embargo, los informes de microdosificación en los medios y en línea a menudo son brillantes y notables. En Silicon Valley, los trabajadores han recurrido a la microdosificación para ayudar con tareas cognitivas diarias intensivas como una alternativa más saludable a los medicamentos ADD como Adderall, según un artículo en Cableado en 2016. En estos círculos, que son impulsados por hacks de productividad y destreza técnica, la microdosificación puede aliviar un ‘bevy de trastornos, incluyendo depresión, migrañas y síndrome de fatiga crónica, mientras aumenta thinking’ fuera de la caja, según un informe en Rolling Stone en 2015. (Si eso es cierto, todos deberíamos estar microdosificando!) Algunos afirman que la microdosificación les ha ayudado a convertirse en mejores padres, y las madres sí girando a microdosificación para contrarrestar la depresión posparto. El kit de herramientas para tratar el deterioro cognitivo relacionado con el trauma sufrido por los veteranos de combate está incorporando cada vez más psicodélicos, y la microdosificación puede convertirse en un componente. Un cualitativo análisis de los autoinformes de YouTube de experiencias de microdosificación incluye reclamos de resolver Rubikikes Cubes más rápido y de rendimiento 20 por cent mejor en las tareas de ventas y marketing. La autora Ayelet Waldman afirma en el subtítulo de una de ella libros esa microdosificación hizo una ‘mega diferencia’ en su estado de ánimo, matrimonio y vida. En una conferencia en 2018, Waldman dichoque, al microdosificar por primera vez, ‘en ese instante, pasé de estar deprimido suicidamente e incapaz de experimentar alegría, a mirar por la ventana y encontrarme emocionado por la belleza
Los beneficios de la microdosificación contados en la literatura revisada por pares son significativamente más domesticados que las declaraciones anecdóticas, por supuesto. Las sociedades modernas confían en la ciencia para examinar hechos y falsedades, pero algunas de las experiencias humanas más profundas no pueden (al menos por ahora) medirse directamente con herramientas empíricas: las narrativas y las cuentas personales son una valiosa fuente de comprensión de ellas. La microdosificación se ha alojado inexorablemente entre estos dos paradigmas, y todavía estamos en los primeros días.
Ya sea que esté del lado de los medianos hallazgos empíricos o de las exuberantes anécdotas de los creyentes, ninguna facción en la camarilla de microdosificación puede probar que sus efectos positivos sean algo más que placebo. Los científicos no han encontrado una explicación de los efectos reportados, lo que sugiere una respuesta placebo. Y los relatos anecdóticos deben ser calificados porque muchos de los que afirman beneficios de la microdosificación en realidad pueden estar tomando pequeñas dosis que producen algunos cambios perceptivos, en lugar de verdaderas microdosis por debajo del umbral perceptivo.
No obstante, vivimos en una sociedad donde las pequeñas ventajas significan mucho – mantenemos un impulso incesante por ganancias minúsculas en el trabajo, pasatiempos y relaciones. El entorno cultural hace que la microdosificación sea atractiva, y la realidad es que muchos tienen microdosificación, y muchos más lo harán a medida que la aceptación de los psicodélicos entre en la corriente principal. Si desea probarlo usted mismo, le sugerimos que proceda con mucha precaución, utilizando esta guía Aeonic.
Directrices
Para iniciar un programa de microdosificación sensato, siga los pasos a continuación:
1. Complete una evaluación de salud física y mental
Al igual que con cualquier sustancia psicotrópica tomada como medicamento, de forma recreativa o de otro tipo, los beneficios y riesgos para el bienestar personal deben evaluarse y equilibrarse adecuadamente. Aunque se consumen a dosis muy bajas, presumiblemente subperceptuales, las microdosis psicodélicas no están exentas de daños potenciales. Algunos científicos advierten sobre los posibles efectos cardiovasculares asociados con el consumo repetido de los psicodélicos clásicos, que afectan las vías de neurotransmisión que involucran la serotonina. Otro investigación ha demostrado que la microdosificación de LSD puede elevar la ansiedad. Hasta que se completen ensayos experimentales de microdosificación más grandes, más robustos y rigurosos, es casi imposible determinar cómo la microdosificación puede influir en cualquier persona individual.
La experiencia personal de OneS durante una experiencia psicodélica puede ser dichosa, esclarecedora o aterradora y oscura – el resultado es en gran medida un factor de los psiconautas a priori características físicas y psicológicas. Dicho esto, cualquier persona que esté considerando la microdosificación debe evaluar su bienestar físico y mental antes de ingresar a un ciclo de microdosificación. Si es posible, completar un chequeo con un médico de atención primaria puede ayudarlo a evaluar su salud física y descubrir cualquier factor de riesgo que los psicodélicos puedan exacerbar. Consultar con un profesional de la salud mental puede ayudarlo a evaluar sus estados mentales transitorios y persistentes y cualquier factor de riesgo cognitivo, emocional y conductual susceptible a la microdosificación psicodélica. Si los servicios médicos y de salud mental no son accesibles para usted, una autoevaluación en línea herramienta puede ser útil.
Son divertidos y agradables para algunos, pero pueden ser impactantes y aterradores para otros
Esperadamente, los microdosers que viven en regiones y territorios donde los psicodélicos siguen siendo ilegales pueden optar por abstenerse de revelar el uso de drogas a los médicos y terapeutas. Consultar con los proveedores clínicos sobre preguntas específicas de atención médica sin revelar la intención o el comportamiento de la microdosificación es una táctica más discreta. Hay dos atributos principales de la microdosificación a considerar al evaluar los factores de riesgo fisiológicos y psicológicos: efectos alucinógenos y exposición repetida prolongada a psicodélicos.
Efectos alucinógenos: psicodélicos, especialmente altas dosis de la llamado‘classic psychedelics’, puede estimular alteraciones dramáticas en la percepción, causando visiones alucinatorias, voces y otras distorsiones sensoriales. Son divertidos y agradables para algunos, pero pueden ser impactantes y aterradores para otros. Todo es parte del viaje, dirían algunos, y una característica necesaria de la expansión de la conciencia. Sin embargo, los efectos alucinatorios de los psicodélicos pueden provocar una ruptura más peligrosa de la realidad, como la psicosis o la manía. En consecuencia, los ensayos clínicos de terapias psicodélicas eliminan rigurosamente a las personas con antecedentes personales o familiares de trastornos psicóticos o maníaco-depresivos. El efecto adverso de incluso un solo episodio psicótico o maníaco desencadenado por un psicodélico supera cualquier ganancia potencial.
Afortunadamente, una revisión de 2022 artículo afirmó que ‘no se han documentado episodios psicóticos en ensayos clínicos modernos’, lo que sugiere que el riesgo de tales eventos es bajo para aquellos sin predisposiciones psiquiátricas psicóticas o maníacas, y cuando los psicodélicos se usan en entornos controlados y seguros.
Exposición prolongada y repetida: el riesgo de manía y psicosis se refiere al consumo único y de dosis altas de psicodélicos. Los estudios y revisiones de microdosificación no lo han asociado con el inicio de un deterioro mental grave. Sin embargo, el sentido común sugiere que la exposición repetida a los alucinógenos, incluso en dosis bajas, plantea algún riesgo para la salud psicológica. De hecho, en un 2020 sistemático revisión, más arriba de 10 por cent de los microdosers autoinforman efectos secundarios negativos para la salud mental, como insomnio, ansiedad y empeoramiento de la depresión.
Los posibles efectos secundarios cardiovasculares de la microdosificación son una preocupación creciente en el discurso médico. Aunque los investigadores clínicos son conscientes de cardiovascular efectos de los psicodélicos de dosis únicas y altas (por ejemplo, aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial), los riesgos asociados de eventos adversos significativos son generalmente bajo.
Algunos, sin embargo, no están convencidos de que se pueda decir lo mismo de los psicodélicos de microdosificación. Dado el mecanismo neuroquímico por el cual los psicodélicos imitan la serotonina y desencadenan varios receptores en el cerebro, el efecto de la dosificación repetida es una pregunta importante.
Además, debido a que la serotonina puede constreñir los vasos sanguíneos y aumentar la presión arterial, los efectos de la dosificación repetida en el sistema cardiovascular requieren escrutinio e investigación adicional, como mínimo. En los últimos años, los investigadores han teorizado que los microdosificadores crónicos pueden estar en riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca valvular (VHD). Dado que los psicodélicos tienen una alta afinidad por 5-HT2B los receptores, que se encuentran en el sistema nervioso periférico y central, según la teoría, y dado que los medicamentos con actividad neurotransmisora similar se han relacionado con la VHD, la microdosificación también podría ser un culpable. A 2023 artículo en el Revista de Psicofarmacología analizado in vitro,estudios en animales y clínicos que evalúan el riesgo de VHD inducida por psicodélicos. Aunque el análisis no controló los programas de microdosis, los autores concluyeron que la exposición repetida a dosis completas de MDMA podría causar VHD (no encontraron tal riesgo asociado con otros cuatro psicodélicos, pero esto se debió principalmente a la falta de investigación relevante). Aunque la microdosificación se realiza, obviamente, a dosis más bajas y en horarios no diarios, aún se requiere precaución hasta que se generen más pruebas clínicas y de laboratorio.
En resumen, una evaluación de la salud física y mental en preparación para la microdosificación debe, como mínimo, considerar el riesgo de eventos adversos psiquiátricos y cardiovasculares. Al igual que con la mayoría de los medicamentos, los efectos secundarios y los problemas no se limitan a solo dos ámbitos. Otros efectos secundarios menos dramáticos, desde náuseas hasta cambios en la temperatura corporal y pánico, se resumen en el Revista de Psicofarmacología; debe referirse al mencionado 2022 artículo para una revisión más completa de los factores de riesgo y los efectos adversos.
2. Seleccione una sustancia para microdosificación
Los psicodélicos más comúnmente microdosificados son el LSD y los hongos mágicos (psilocibina). A 2019 estudio eso rastreó las prácticas y experiencias de los microdosificadores durante seis semanas y encontró que un poco menos de la mitad de los participantes microdosificaron LSD o psilocibina; la revisión sistemática de 2020 mencionada de 17 estudios cuantitativos y cualitativos informó que los ‘fármacos más utilizados en esta investigación fueron LSD y psilocibina’; la mayoría de los controlados con placebo, los estudios experimentales de microdosis psicodélicas han administrado LSD o psilocibina a los participantes de la investigación. Muchos otros psicodélicos son microdosificados, aunque mucho menos comúnmente, incluyendo MDMA, mescalina, ketamina, ibogaína y dimetiltriptamina (DMT).
Prudence sugiere que las opciones más seguras y efectivas para los microdosers son el LSD o los hongos mágicos. La seguridad perfil y la ubicuidad de estas sustancias implica que a las personas sanas les irá mejor cuando microdosifiquen cualquiera de estas, a diferencia de otras drogas psicodélicas. Además, los microdosificadores que seleccionan LSD o hongos mágicos pueden revisar docenas de artículos de investigación para explorar cómo estas sustancias pueden afectarlos, y conéctese con comunidades en línea donde la mayoría de los miembros probablemente estén microdosificando estas sustancias – la sistemática 2022 mencionada anteriormente revisión es un buen lugar para empezar. Los efectos más documentados de las dosis estándar de psicodélicos en general también son informativos – el libro Psique(2022) Por la periodista Amanda Siebert cubre siete psicodélicos diferentes en detalle.
3. Determine cuánto a microdosis
Después de elegir un psicodélico, querrá determinar cuánto de él a microdosis. Si aspira a una experiencia verdaderamente subperceptual porque está interesado en ver si la microdosificación puede mejorar sus procesos mentales, entonces sus microdosis deberían ser menores que las siguientes 5-10 por cent estándar, quizás 1-2 por centavo. Puede experimentar y avanzar desde allí (por supuesto, las personas que son muy sensibles a los psicodélicos pueden sentir efectos perceptivos sustanciales en 1-2 por centavo). Si desea cambiar levemente sus estados mentales y experimentar con diferentes niveles de percepción sin realizar un viaje completo, el 5-10 por cent estándar es un buen lugar para comenzar. En 15-20 porcent, lo más probable es que coquetees con un viaje psicodélico ligero pero muy real que estimula una elevación de la conciencia. La experiencia previa con dosis completas de psicodélicos será útil para este paso. Reflexione sobre cuánto de un psicodélico era necesario para que usted tenga un buen viaje, e ir desde allí.
4. Procurando tus psicodélicos
En cuanto al acceso legal a los psicodélicos, estas sustancias están entrando en el área reguladora excepcionalmente gris ya habitada por el cannabis. En los Estados Unidos, a nivel federal, la mayoría de los psicodélicos son clasificado como Horario I sustancias y consideradas que tienen ‘no actualmente aceptado uso médico y alto potencial de abuso’, lo que significa que poseer o adquirir psicodélicos es un delito penal. Sin embargo, muchos estados y municipios se han movido para despenalizar algunos psicodélicos.
En 2020, Oregon se convirtió en el primer estado en los Estados Unidos en despenalizar la posesión de la mayoría de las drogas, incluidos muchos psicodélicos, y está estableciendo un sistema para que los residentes reciban servicios de psilocibina. Al mismo tiempo, vale la pena señalar que la microdosificación fue una parte polémica de estas reformas y sigue siendo legal solo bajo supervisión, al igual que las dosis más altas de psicodélicos. Colorado aprobó una medida similar en 2022 para iniciar un marco regulatorio para que los residentes adquieran y usen psilocibina en centros de curación con licencia. Muchas otras ciudades y pueblos de los Estados Unidos han aprobado medidas para despenalizar los psicodélicos, con mayor frecuencia los que ocurren naturalmente, como los hongos y los cactus, y desarrollan sistemas para lanzar servicios de salud mental asistidos por psicodélicos. Un reciente preimpresiónsubraya que ninguna de estas leyes ha abordado específicamente la microdosificación y, por lo tanto, su estatus legal puede ser incierto en cualquier jurisdicción en particular.
La gran mayoría de los consumidores de psicodélicos probablemente los están adquiriendo a través de métodos subterráneos
La compra directa de psicodélicos con fines recreativos todavía está prohibida en los Estados Unidos y en gran parte del mundo. Incluso en Portugal, donde la posesión personal de todas las drogas ha sido despenalizada desde 2001, la fabricación y venta de drogas sigue siendo ilegal. Todo esto quiere decir que, en general, la adquisición de psicodélicos sigue siendo un esfuerzo subterráneo.
No apoyo ningún método subterráneo específico para obtener psicodélicos para la microdosificación. Idealmente, deben obtenerse legalmente y usarse de acuerdo con las leyes federales y locales. Dicho esto, la realidad es que cada vez más personas usan psicodélicos para la microdosificación o de otra manera, y la gran mayoría de los consumidores de psicodélicos probablemente los adquieran a través de métodos subterráneos. Los lectores deben usar un juicio razonable y sensato en sus intentos de adquirir psicodélicos, y confiar en su red personal y conexiones conocidas para obtenerlos en lugar de en las redes sociales o servicios de entrega sombríos. (Si los hongos psicodélicos se despenalizan en su ciudad o estado, puede considerar cultivarlos usted mismo)
5. Probando tus psicodélicos
Los microdosificadores deben optar por probar sus psicodélicos antes de consumirlos como lo harían con cualquier otra droga, al menos cualquier sustancia que se venda en polvo, píldora o forma líquida. (A 2020 encuesta en el Revista de Psicofarmacología se encontró que la mayoría de los microdosificadores no prueban las sustancias que usan.) Desafortunadamente, las drogas recreativas como la cocaína y la MDMA están regularmente mezcladas con adulterantes como el fentanilo y la xilazina, y estas drogas mezcladas están contribuyendo a una crisis de sobredosis cada vez mayor estados Unidos el.
No es probable que los hongos y las plantas (por ejemplo, cannabis y hongos psicodélicos) estén contaminados con fentanilo. Sin embargo, el polvo, las píldoras y los líquidos pueden mezclarse con un adulterante potencialmente fatal. Garantizar la seguridad de sus medicamentos puede ser complicado dados los diversos niveles de medidas de prueba de drogas. Fentanilo tiras reactivas son relativamente fáciles de acceder y usar, y son una forma rápida y sucia de detectar fentanilo en las drogas callejeras, pero no pueden medir la potencia del fentanilo o confirmar que la droga que ha adquirido es en realidad lo que era anunciado como.
Las pruebas específicas de fármacos también son una opción, pero son más caras que las tiras reactivas de fentanilo que a menudo están disponibles gratuitamente en los Estados Unidos. Dancesafe.org vende kits de prueba para detectar medicamentos específicos como MDMA y LSD, aunque estos kits varían de $20 a $120. DrugsData, un laboratorio independiente de pruebas de drogas con sede en Sacramento, California ‘ prueba todas las drogas psicoactivas, incluidas las tabletas de éxtasis, polvos, productos químicos de investigación, nuevas sustancias psicoactivas, etc, y otras drogas a través de [sus] laboratorio con licencia DEA’. Esta opción de prueba de drogas es probablemente la más completa y precisa disponible para los usuarios de drogas recreativas, pero hay algunas advertencias notables. Tendrá que enviar los medicamentos por correo al laboratorio, y para $100-$150 DrugsData probará los medicamentos y publicará los resultados públicamente en su sitio web 3-4 semanas más tarde.
6. Almacenando tus psicodélicos
El almacenamiento de psicodélicos durante la microdosificación es crucial dado que estas sustancias se utilizarán durante un período de varias semanas o meses. Los psicodélicos son susceptibles a degradar y perder potencia si se almacenan en condiciones desfavorables. Los dos psicodélicos más comúnmente microdosificados – LSD y hongos mágicos – se almacenan mejor en recipientes herméticos y se colocan en un ambiente fresco, seco y oscuro. Para el almacenamiento a largo plazo, mantenga el LSD en el refrigerador o congelador.
7. Diseñar un protocolo de microdosificación
La dosificación horario es crucial. La mencionada encuesta de 2020 en el Revista de Psicofarmacología resultados reportados de un estudio de prácticas de microdosificación de 414 microdosificadores. Los autores encontraron que poco más de un tercio de los encuestados utilizó un protocolo de microdosificación de un día y dos días de descanso, y aproximadamente una quinta parte de los encuestados utilizó un día de duración, protocolo de tres días libres. En otras palabras, la mayoría de los microdosers consumen su psicodélico preferido un día y se abstienen de 2-3 días antes de la microdosificación de nuevo. Algunos encuestados también informaron haber usado un programa de microdosificación una vez a la semana o una vez cada dos o más semanas. A 2019 encuesta de más de 1.000 encuestados encontraron que casi la mitad de ellos diseñaron su propio protocolo de microdosificación.
Muchos practicantes siguen horarios inventados por algunos líderes de pensamiento clave en la psicodelia. El más popular es el protocolo Fadiman, propuesto inicialmente por el psicólogo James Fadiman en su libro La Guía de Exploraciones Psicodélicas: Viajes Seguros, Terapéuticos y Sagrados (2011), y especificado en un 2019 artículo en el Revista de Drogas Psicoactivas. El protocolo Fadiman es un día de microdosificación seguido de dos días libres. En el artículo de 2019, los autores declararon que este protocolo fue informado por informes anecdóticos que sugieren que los efectos de la microdosificación duran dos días. Otro protocolo de microdosificación popular es el llamado ‘Stamets stack’. El renombrado micólogo Paul Stamets aconseja combinar microdosis de hongos psicodélicos secos con Lionars Mane, otro hongo que pretende mejorar la función cognitiva, y Vitamina B3 en un programa de dosificación de 4-5 días en y 2-3 días libres. Este ciclo se repite para 4-6 semanas, seguido de un descanso de 2-6 semanas. Estos horarios son populares, pero no se han probado de manera sistemática contra otros.
Puede ser necesario al menos un mes de microdosificación para obtener cualquier beneficio potencial
Los microdosificadores deben adaptar su protocolo para que se ajuste mejor a sus necesidades y resultados deseados, aunque esto puede ser difícil de medir la primera vez que alguien se embarca en un ciclo de microdosificación. Algunos pueden considerar el uso de microdosis para actividades personales y profesionales específicas, como el trabajo cognitivo profundo o los compromisos sociales. Dichos protocolos pueden no cumplir con un programa de dosificación fijo, pero pueden proporcionar un impulso psicodélico en entornos y situaciones preferidos. A pesar del consenso limitado sobre el mejor protocolo de microdosificación, se debe evitar la dosificación todos los días. La microdosificación psicodélica no está exenta de riesgos y es más probable que ocurran efectos secundarios negativos cuando se consume una sustancia diariamente.
En su guía, Fadiman aconseja ir despacio:
Al ir despacio, te das la oportunidad de saber realmente, de observar realmente lo que es diferente, por qué es diferente y cómo puedes aprovecharlo mejor. El día en que estás completamente fuera es genial como un día de reinicio, algo así como limpiar el paladar mente/cuerpo. Entonces estás fresco y listo para emprender el experimento de nuevo.
Poco se ha escrito sobre la duración ideal de un ciclo completo de microdosificación. En el artículo de Fadimanrans 2019, él y su coautor recopilaron autoinformes de experiencias con microdosificación de participantes de la investigación después de un mes de microdosificación utilizando el protocolo Fadiman. Sin embargo, el ciclo de un mes se eligió con fines de investigación y horarios más largos (desde 2-4 meses) son muy comunes. A menos que experimente efectos secundarios negativos graves después de las primeras microdosis, puede ser necesario al menos un mes de microdosificación para obtener beneficios potenciales. Sin embargo, continuar durante demasiado tiempo no se recomienda. Incluso si experimenta efectos positivos significativos, la microdosificación consistentemente durante seis meses a un año o más es no aconsejable debido al riesgo cardiovascular.
El mejor enfoque para un protocolo de microdosificación es consistente con cualquier uso recreativo de drogas – proceder con precaución.
8. Mida y divida cuidadosamente las microdosis
La precisión va un largo camino cuando se usan drogas recreativamente. Junto con las sustancias adulteradas del mercado negro, una gran cantidad de daño a las drogas proviene de los usuarios que calculan mal cuánto están consumiendo realmente. En su libro Uso de Drogas para los Ups Cultivados(2021), el neurocientífico Carl Hart proporciona a los lectores cuatro ‘ lecciones importantes para facilitar su salud y felicidad’ cuando usan drogas recreativamente, la primera de las cuales es la dosis; los otros tres son la vía de administración, el conjunto y el establecimiento. Hart escribe que la dosis, la cantidad de la droga consumida, ‘es quizás el factor más crucial para determinar los efectos producidos por la drogadicta’. La experiencia psicodélica más encantadora puede volverse desgarradora rápidamente si se consume demasiada droga. Es imperativo ser lo más preciso posible al medir microdosis individuales.
Las plantas y hongos psicodélicos se pueden medir con escalas de miligramos. En términos generales, una microdosis se considera una-10 a una-20 de una dosis psicodélica estándar. Las cosas son más complicadas con los psicodélicos como el LSD, un líquido que generalmente se vende como pequeños cuadrados de papel secante. Es básicamente imposible determinar la potencia de una secadora de LSD sin hardware de prueba de drogas de alta tecnología. Se entiende comúnmente que una secadora es una dosis recreativa de LSD, aproximadamente 100 microgramos. Un método para dividir los secadores de LSD es cortar un cuadrado en nueve microdosis iguales, aunque esto es ligeramente mayor que el estándar uno-10 a uno-20. Aquellos nuevos en la microdosificación pueden considerar cortar cuadrados más pequeños dado lo potente que es el LSD, aunque puede ser difícil cortar las microdosis en porciones iguales.
Finalmente, dividir cada microdosis y almacenarlas adecuadamente antes de comenzar el ciclo es prudente para una aventura de microdosificación segura y efectiva.
9. Día 1 microdosificación y más allá: rastrear microdosis y efectos en una revista o hoja de cálculo
El primer día de microdosificación es excepcionalmente importante, especialmente si nunca ha usado previamente una microdosificación psicodélica o de otro tipo. Aunque el LSD y los hongos mágicos se consideran sustancias recreativas relativamente seguras, siempre existe la posibilidad de que experimente una mala reacción, como es cierto con cualquier droga recreativa o medicinal. En día 1, anotar notas o escribir un diario sobre cómo responde a la microdosis es una buena manera de realizar un seguimiento de cualquier reacción mala. Asegúrese de rastrear buenas reacciones también. El objetivo es tener en cuenta cómo respondes al psicodélico y asegurarte de que sea algo que puedas manejar regularmente.
Puede considerar escribir un diario y rastrear otros puntos de datos regularmente durante un ciclo de microdosificación. Dada la naturaleza variada de cómo cualquier persona individual en un día determinado puede experimentar psicodélicos, monitorear su experiencia diaria puede ayudarlo a decodificar la exageración de la realidad. Como detallé anteriormente, los informes anecdóticos de microdosificación se disparan mucho más que la evidencia científica. Los informes de resultados fenomenales debido a la microdosificación no deben descartarse, pero es probable que los efectos positivos que experimente sean menos dramáticos. Puede usar herramientas como diarios diarios o medidas psicométricas de depresión, ansiedad, flujo, y bienestar para obtener claridad sobre sus experiencias con la microdosificación. Puede considerar la ciencia ciudadana N-of-1, a método basado en una población de estudio de uno, actualmente ganando terreno en la investigación de microdosificación, como modelo para recopilar e interpretar datos sobre usted. Una vez más, el objetivo es utilizar más que la intuición personal para delinear cómo la microdosificación afecta a su mente, cuerpo y bienestar.
YOsería irresponsable concluir esta pieza sin la advertencia de que la microdosificación sufre de un dilema espinoso: está claro que está influenciada por el previo expectativas, así que podemos estar seguros de cuántos de los efectos se deben a esto o a las propiedades inherentes de los medicamentos. Esta es una situación compleja para las sustancias psicotrópicas, incluidos los antidepresivos, en general.
En la cultura popular, la microdosificación se ha asociado con experiencias psicológicas y espirituales transformadoras. Cuando se propagan anécdotas cautivadoras y brillantes en los medios de comunicación, muchas personas que consideran la microdosificación pueden suponer inevitablemente que también será transformadora para ellos. El hype que rodea la microdosificación y los psicodélicos en general ha cultivado un aire de optimismo y entusiasmo excepcionales sobre sus capacidades. La realidad es que la microdosificación es susceptible a los efectos de expectativa, posiblemente más que otros psicotrópicos. De hecho, un 2021 estudio no se encontraron diferencias significativas entre un grupo de microdosificación y un grupo de placebo en múltiples resultados psicológicos. Hay un creciente cuerpo de literatura académica y medios laicos discutirla relevancia de la expectativa y los efectos del placebo en la microdosificación, y vale la pena revisarla antes de comenzar un ciclo de microdosificación.
Nada de esto significa que la microdosificación debe cancelarse – controlado con placebo estudios demuestre que la microdosificación tiene efectos positivos (y a veces negativos) sobre el estado de ánimo, la cognición y el bienestar. Y los psicodélicos en todos los ámbitos son inherentemente difíciles de investigar porque afectan las características fundamentales de la conciencia, lo que hace que la respuesta de uno a ellos esté sujeta a las muchas vicisitudes de la vida misma. Esto no es aceptable para los científicos – a los científicos les gusta explicar cómo y por qué suceden las cosas, y en detalle. Les gusta cuantificar variables y generar ecuaciones. Las experiencias psicodélicas no se prestan a explicaciones tan precisas.
Las experiencias psicodélicas son fenómenos esotéricos con los que la humanidad lidia mercurialmente
Para agravar la complejidad está el hecho de que establecer efectos causales es difícil en la investigación de microdosificación debido a métodos de cegamiento inadecuados. De hecho, el hallazgo más consistente en la literatura de microdosificación existente es que los efectos de las microdosis a menudo son subjetivamente notables, en otras palabras, los microdosers pueden decir de manera confiable que están ‘bajo la influencia’. (Algunos argumentarían que estas ligeras alteraciones en la conciencia son necesarias para que la microdosificación funcione) No obstante, el cegamiento es una base para establecer la causalidad en ensayos clínicos e investigaciones experimentales – los científicos no pueden decir que la microdosificación es superior al placebo si los participantes pueden adivinar de manera confiable si se les ha administrado el medicamento real o no. En un reciente revisiónde los estudios de microdosificación controlados con placebo, un dúo de investigadores australianos sostienen que ‘es probable que una proporción sustancial de los participantes en estos estudios hayan podido identificar si habían tomado una microdosis
Creo que la microdosificación puede tener efectos positivos en la cognición, la salud mental y la felicidad, y puede ser extremadamente útil para muchos cuando se usa correctamente. También estoy convencido de que la investigación de microdosificación controlada probablemente continuará produciendo resultados medianos, como ha sido el caso hasta ahora. Las experiencias psicodélicas son fenómenos esotéricos con los que la humanidad lidia mercurialmente, como lo hace un individuo con emociones complicadas como el miedo y el amor. Ni multitudes de anécdotas subjetivas ni instrumentos científicos pueden capturar el valor multidimensional de los psicodélicos en la sociedad. La evidencia histórica es más convincente en mi opinión e, históricamente, los psicodélicos son profundamente entrelazadocon algunos de los elementos más etéreos de la humanidad – rituales, curación, cultura y conciencia. Los psicodélicos parecen variar y responder de acuerdo con la sociedad y la era en la que existen.
La pregunta es: ¿cuál es el papel de la microdosificación en el contexto de hoy? Obviamente no tengo la respuesta. Sin embargo, la microdosificación parece integrar de manera agradable los psicodélicos con la sociedad del siglo 21. En la era moderna, la ingeniería genética, las interfaces cerebro-computadora y los biomarcadores digitales son posibles en los seres humanos. Aquellos de nosotros que usamos tecnologías digitales y de software para el trabajo diario ya estamos aumentando nuestra productividad y nuestros cerebros. Y la necesidad de ganar una ventaja tiene convertirse más implacable que nunca. El ethos de microdosificación se alinea perfectamente con estos sentimientos – solo un poco más de biohacking para impulsar los resultados.
Puede haber una interpretación más simple. Los psicodélicos son convencionales y ampliamente aceptados en el siglo 21, posiblemente más que en cualquier otro momento de la historia de las sociedades occidentales. Pero al mismo tiempo, no es práctico entrar en el estado alterado de la experiencia psicodélica en dosis altas de ninguna manera rutinaria. La microdosificación puede ser ese empujón psicodélico accesible y modesto que todos podríamos necesitar en la sociedad moderna para expandir nuestra conciencia colectiva y ver el mundo de maneras nuevas y creativas.
Uso ritual y medicinal de las drogas en las culturas antiguas
Durante más de dos siglos, arqueólogos y antropólogos han encontrado abundante evidencia sobre el uso ritual y medicinal de drogas psicoactivas, fundamentales en las antiguas culturas humanas. Aunque se ha investigado ampliamente el consumo de "hongos mágicos" y otros hongos alucinógenos en sociedades prehistóricas, se ha explorado menos el empleo del opio (heroína) y la coca (cocaína). Estas plantas, que en tiempos antiguos se valoraban por sus propiedades curativas y rituales, se han transformado en peligrosas toxinas sociales. Sin embargo, las sociedades modernas tienen mucho que aprender del uso responsable que las antiguas culturas dieron a estas sustancias que hoy suelen ser objeto de abuso.
https://origenes.substack.com/p/uso-de-drogas-en-la-antiguedad?r=1ikrf&triedRedirect=true
Planta Alucinogénica Sin Arrancar Debajo de una Antigua Corte de Pelota Maya
Los investigadores han encontrado evidencia de una ofrenda ceremonial de casi 2,000 años en el sitio en el México actual
https://www.smithsonianmag.com/smart-news/ancient-maya-ballers-blessed-their-court-with-a-bundle-of-ritual-plants-180984295/?spMailingID=49739999&spUserID=NjczODI5NDA1Mzc5S0&spJobID=2701098040&spReportId=MjcwMTA5ODA0MAS2
Plantas psicoactivas y otras plantas ceremoniales de un depósito ritual maya de 2,000 años en Yaxnohcah, México
https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0301497
Durante milenios, las plantas curativas y psicoactivas han sido parte del tejido medicinal y ceremonial de rituales elaborados y prácticas religiosas cotidianas en toda Mesoamérica. A pesar de la naturaleza esencial de estas prácticas rituales para el marco social de las culturas pasadas, una clara comprensión de la vida ceremonial de los antiguos mayas sigue siendo obstinadamente difícil de alcanzar. Aquí registramos el descubrimiento de un depósito ritual especial, probablemente envuelto en un paquete, ubicado debajo del campo final de una cancha de pelota Preclásica Tardía en el complejo Helena de la ciudad maya de Yaxnohcah. Este descubrimiento fue posible gracias a la aplicación de la tecnología de ADN ambiental. Las plantas identificadas a través de este proceso analítico incluyeron Ipomoea corymbosa (xtabentun en Maya), Capsicum sp. (pimiento chile o ic en Maya), Hampea trilobata (jool), y Oxandra lanceolata (chilcahuita). Las cuatro plantas tienen propiedades medicinales reconocidas. Dos de las plantas, jool y chilcahuite, están involucradas en la fabricación de artefactos que tienen conexiones ceremoniales, mientras que los chiles y xtabentun se han asociado con rituales de adivinación. Xtabentun (conocido por los aztecas como ololiuhqui) produce compuestos alucinógenos altamente eficaces y se informa aquí desde contextos arqueológicos mayas por primera vez.
Dos razones por las que soy escéptico sobre la ciencia psicodélica
https://theconversation.com/two-reasons-im-sceptical-about-psychedelic-science-227799
Repetición de la historia: pautas para abordar problemas comunes en la ciencia psicodélica
https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/20451253231198466
Navegando por el caos de la neuroimagen psicodélica: una evaluación multimétrica de los efectos agudos de la psilocibina sobre la entropía cerebral
https://www.medrxiv.org/content/medrxiv/early/2023/07/03/2023.07.03.23292164.full.pdf
Eliade, Mircea. El Chamanismo Y Las Técnicas Arcaicas Del Éxtasis [ocr] [1976]
https://archive.org/details/eliade-mircea.-el-chamanismo-y-las-tecnicas-arcaicas-del-extasis-ocr-1976
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