Ulises (fragmento)
"El señor Bloom comía con deleite los órganos interiores de bestias y aves. Le gustaba la sopa espesa de menudillos, las mollejas sabor a nuez, el corazón relleno asado, las tajadas de hígado rebosadas con migas de corteza, las huevas de bacalao fritas. Sobre todo le gustaban los riñones de cordero a la parrilla, que daban a su paladar un sutil sabor de orina levemente olorosa.
(...)
Un dolor, que no era todavía el dolor del amor, le roía el corazón. Silenciosamente, ella le había acercado en un sueño después de morir, con su cuerpo consumido, en la suelta mortaja parda, oliendo a cera y palo de rosa: su aliento, inclinado sobre él, mudo y lleno de reproche, tenía un leve olor a cenizas mojadas. A través de la bocamanga deshilachada veía ese mar saludado como gran madre dulce por la bien alimentada voz de junto a él. El anillo de bahía y horizonte contenía una opaca masa verde de líquido. Junto al lecho de muerte de ella, un cuenco de porcelana blanca contenía la viscosa bilis verde que se había arrancado del podrido hígado en ataques de ruidosos vómitos gimientes. "
TODOS SOMOS BLOOM.
UNA RELECTURA DEL ULISES.
Hablando de mí. ¿Qué dijo? ¿Qué dijo? ¿Qué dijo de mí? No preguntes.
"Me he impuesto el reto técnico de escribir un libro desde dieciocho puntos de vista diferentes, cada uno con su propio estilo, todos aparentemente desconocidos o aún sin descubrir por mis colegas de oficio. Eso, y la naturaleza de la leyenda que he escogido, bastarían para hacerle perder el equilibrio mental a cualquiera".
ULISES, EL VIAJE LITERARIO DE JAMES JOYCE
PERSONAJES PRINCIPALES
- ULISES: Rey de Ítaca, salió de Ítaca a conquistar Troya. Era un hombre joven y fuerte. Era el héroe más grande que jamás había existido, tenía un valor indomable porque siempre, enfrentaba las cosas y los peligros que tuvo en su trayecto hacia Ítaca y porque no perdió el valor ni un minuto y siempre les devolvía los ánimos a sus tripulantes; era muy inteligente porque siempre encontraba una solución para todo.
- PENÉLOPE: Es la esposa de Ulises y de la madre de Telémaco. Era una mujer muy bella, amorosa, fiel y de muy buena conducta. Pasó mucho tiempo lejos de su esposo y vivía acosada por los codiciosos pretendientes a quienes con su astucia los mantuvo alejados.
- TELÉMACO: Hijo de Ulises; era un joven arrogante y valiente, de ojos brillantes y muy apuesto. Él amaba mucho a su madre. Era muy amable y cortés con los extranjeros que llegaban a su hogar en Ítaca.
PERSONAJES SECUNDARIOS
- LAERTES: Hijo de Arcesio y de Calcomedusa, esposo de Anticlea y padre de Odiseo.
- ANTICLEA: Madre de Odiseo.
- ALCÍNOO: Rey de los feacios . Hijo de Nausítoo, esposo de Areté y padre de Nausícaa.
- NAUSÍCAA: Hija hermosísima de Alcínoo y de Areté, reyes de los feacios.
- ARETÉ: Esposa de Alcínoo y madre de Nausícaa.
- ICARIO: Hermano de Tindáreo y padre de Penélope.
- EURÍLOCO: Compañero de Odiseo.
- EUMEO: Rey de Feras. Era uno de los caudillos griegos. Estaba casado con Iftima, hermana de
Penélope.
- MENTES: Rey de los tafios, hijo de Anquílao y huésped de Odiseo. Atenea toma su figura para aconsejar a Telémaco.
- PISÍSTRATO: Hijo de Néstor y de Eurídice.
- POLIFEMO: Hijo de Poseidón y de Toosa, es uno de los cíclopes, llamados así por Hesiodo, porque tenía un solo ojo redondo en medio de la frente.
- TIRESIAS: Adivino. Fue hijo de la ninfa Cariclo y de Everes.
- CARIBDIS: Monstruo marino que reside en un escollo, a un lado del Estrecho de Mesina, frente a Escila.
- EURÍCLEA: Hija de Ops Pisenórida y esclava de Laertes primero, y luego de Odiseo.
- ANTÍNOO: Hijo de Eupites. Es el principal de los pretendientes de Penélope y el más insolente.
- PISÍSTRATO: Le dice a Telémaco que debe encontrarse con Néstor para saber sobre su padre, Odiseo.
- NESTOR: Le dice a Telémaco información sobre Odiseo.
- MENELAO: Rey de Lacedemonia. Combatió junto a Odiseo en la guerra contra Troya.
- HELENA: Mujer de Menelao. La causa de la guerra entre Troya y los aqueos.
- ARGOS: Era el perro de Ulises, y su mejor amigo.
- LAS SIRENAS: Eran seres extraordinarios; extrañas mujeres, hijas del mar que, de cintura para abajo, tenían la forma de grandes peces. Tenían bellos rostros y hermosas cabelleras. Muy crueles, atraían a los marineros con su canto y los mataban.
- ESCILA: Era un horrible monstruo que vivía en una cueva entre dos inmensas rocas. Parte inferior de su cuerpo permanecía oculta dentro de la cueva, que le servía de albergue, de la que salía únicamente la parte superior: Tenía doce patas y seis cabezas. La boca de cada una de estas cabezas tenía tres hileras de agudísimos dientes. De día y de noche ladraba como un perro salvaje. Cuantos animales pasaban por aquellos lugares eran comidos por el fiero monstruo.
- CARIBDIS: Otro terrible monstruo que vivía en la roca que estaba en frente a la de Escila, que tres veces al día absorbía como una tromba el agua del mar, haciéndola penetrar en su cueva y devolviéndola luego afuera. Todo cuanto por el mar pasaba, en el momento en el que el monstruo chupaba las aguas, penetraba también en su cueva.
DIOSES
- ATENEA: Era la diosa de la sabiduría, llamada Minerva por los romanos. Era una mujer muy bella, con los ojos de color verde. Tenía un corazón blando. Era la protectora de Ulises porque durante todo el tiempo lo ayudó con su sufrimiento e intervino ante los otros dioses para que lo ayudaran. Conocía las muchas penas que en Ítaca vivían Penélope y Telémaco y también los ayudó.
-POSEIDON: Es el dios del mar y de los terremotos,llamado Neptuno por los romanos; era muy vengativo y no perdonaba a sus enemigos; fue quien maldijo a Ulises deseándole sufrimiento y no permitía que llegara a su tierra. Lo odiaba porque Ulises dejó ciego a su hijo el cíclope Polifemo.
-ZEUS: Es el rey de los dioses del Olimpo y padre de la mayoría de ellos. Es dios del cielo, la tierra y el trueno.
-EOLO: Es el dios poderoso de los vientos. Era gentil, hospedó a Ulises en su hogar durante un mes.
-HERMES: Hijo de Júpiter y de la ninfa Maya. Era el dios mensajero, también era conocido como el dios de los pies ligeros; llamado Mercurio por los romanos. Era un jovencito hermoso con una varita dorada que llevaba en la mano. Tenía unas doradas sandalias que le hacían incansables y que velozmente lo llevaban sobre la tierra y sobre el mar. Era gentil porque en ocasiones ayudo a Ulises en los peligros que tuvo que correr.
-CALIPSO: Era una diosa de las bellas trenzas, temida por todos los hombres. Su vestido brillaba como el sol y la luna juntos; llevaba un cinturón de oro y con una lanzadera, también de oro, tejía riquísimas telas. Su corazón no es de bronce como todos creen, sino tan tierno y sensible como el de Ulises, por lo que trató al héroe con gran dulzura y bondad, lo cuidó con el mayor cariño y logró que volviera a recobrar sus fuerzas y porque lo tuvo como huésped ocho largos años.
-CIRCE: Ser extraordinario. Era una hechicera, tenía las trenzas doradas, bellos ojos y una espléndida belleza; tenía una voz de mujer tan armoniosa que debilitaba y paralizaba a los que la oían; era gentil, sabia y consejera de Ulises.
-PROTEUS: Dios marino, servidor de Poseidón y padre de Idotea.
-LAS MUSAS: Eran nueve seres divinos, hijas de Júpiter y de Mnemosina (diosa de la memoria). Vivían en el Parnaso junto a la fuente Castalia, sus nombres eran: Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania, Calíope.
-HADES: dios del inframundo, que significa el que no ve. Muy pocos se aventuraron al inframundo, entre ellos Odiseo. Era un dios rencoroso, pero no era maligno.
Stephen Dedalus pasa las primeras horas de la mañana del 16 de junio de 1904, distante de su amigo burlón, Buck Mulligan, y del conocido inglés de Buck, Haines. Mientras Stephen se va a trabajar, Buck le ordena que deje la llave de la casa y se reúna con ellos en el bar a las 12:30. Stephen resiente a Buck.
Caracteres
Haines - Un estudiante de folklore en Oxford que está particularmente interesado en estudiar a la gente y la cultura irlandesa. Haines a menudo es involuntariamente condescendiente. Él se ha estado quedando en la torre Martello donde viven Stephen y Buck.
Gerty MacDowell - Una mujer de veintitantos años de una familia de clase media baja. Gerty sufre una cojera permanente, posiblemente por un accidente de bicicleta. Ella atiende fastidiosamente su ropa y su régimen de belleza personal, y espera enamorarse y casarse. Rara vez se permite pensar en su discapacidad.
Leopold Bloom
JUN-PIERRE SHIOZAVA
http://junpierre.net/ulysses.html
Ilustrando Ulises
Dos crisis emocionales atormentan el comportamiento alegre de Bloom a lo largo de Ulysses: la ruptura de su línea familiar masculina y la infidelidad de su esposa, Molly. Las muertes prematuras del padre de Bloom (por suicidio) y del único hijo, Rudy (días después de su nacimiento), llevan a Bloom a sentirse cósmicamente solitario e impotente. A Bloom se le permite un breve respiro de estas emociones durante su unión con Stephen en la última parte de la novela. Poco a poco nos damos cuenta a lo largo del curso de Ulisesque la primera crisis de la línea familiar se relaciona con la segunda crisis de infidelidad conyugal: la intimidad de los Blooms y los intentos de procreación se han roto desde la muerte de su único hijo hace once años. La reacción de Bloom ante la decisión de Molly de buscar en otra parte (a Blazes Boylan) sexo es compleja. Bloom disfruta el hecho de que otros hombres aprecian a su esposa, y generalmente es una persona pasiva y acepto. Bloom es lo suficientemente perspicaz como para darse cuenta, sin embargo, de que Blazes Boylan es un miserable sustituto de sí mismo, y al final se alegra recontextualizando el problema. Boylan es solo uno de muchos, y es sobre Molly que Bloom debe concentrar sus propias energías.
Molly Bloom
Stephen Dedalus
Después de los primeros tres episodios, las apariciones de Stephen en Ulysses son limitadas. Sin embargo, estas apariciones limitadas -en los Episodios Nueve, Catorce y Quince- demuestran que el intento de Stephen de repudiar la autoridad y las obligaciones ha precipitado lo que parece ser el abandono de todos los que están cerca de él. Al final del Episodio Quince, Stephen yace casi inconsciente en el suelo, sintiéndose como si hubiera sido "traicionado" por todos. Nunca antes Stephen había tenido tanta necesidad de un padre, y es Bloom, no del todo padre ni madre, quien se preocupa por él.
Más personajes de Ulises
¡Oh gran cosa! Si eso es todo el daño que hicimos en este valle de lágrimas Dios sabe que no es tanto no lo hace todo el mundo sólo que lo ocultan yo supongo que una mujer está aquí para eso si no Él no nos habría hecho como Él nos hizo tan atractivos para los hombres”.
(Monólogo de Molly, capítulo 18).El que analizaremos es el último capítulo de la magnífica obra Ulises de James Joyce. Penélope era su advocación en contraste por su fidelidad con Molly. De dos a tres de la madrugada es el soliloquio adormilado de la señora Bloom, tras acostarse su marido son ocho larguísimas frases de la mente de Molly, nada inhibida moralmente en su obsesión erótica alternada con cuestiones domésticas de cocina y ropa. Sigue muy presente la visita del promotor Boylan, el retozo con él, en el suelo, porque las arandelas de latón de la cama tintineaban demasiado y su promesa de volver dentro de unos días. Con todo Bloom no queda mal, en comparación, y ahí pasa la mente de Molly al recuerdo de sus primeros amores en Gibraltar. En ese final el lenguaje de Molly adquiere una tensión poética que no había tenido antes, hasta concluir con lo que Joyce llama la palabra femenina “sí”. Molly es el símbolo de la Madre Tierra, es adúltera en su cuerpo, pero no en su pensamiento. En el fluir de la conciencia, pasan los personajes que hemos conocido en las calles de Dublín. Su pensamiento también entra en el terreno de las sospechas, no deja de pensar en Leopoldo ya que sus celos la intranquilizan; Molly actúa por temperamento, Bloom es irracional.
En el Ulises luchaban dos personalidades: una realista y poética a la vez, otra propensa a entregarse al mero juego verbal. Esos dos joyces están unidos en el terreno de la conciencia y la aceptación del lenguaje, aquel para revivir lo vivido, propio y ajeno universalizándolo literariamente, y este para jugar con la vida propia, yendo a remolque de sus parecidos y resonancias, y usando como pretexto ocurrencias librescas. El valor del libro está en las voces en que se va expresando el mundo vulgar, pero con una voz entre ellas que domina a las demás: la palabra “interior”, la deriva de su mente en su inevitable fluencia lingüística, lo que a veces se llama en el termino de Henry James “corriente de conciencia”, pero que el propio Joyce bautizó como “palabra interior”.
El personaje de Penélope pasó a ser, a través de todos los tiempos, el símbolo de la fidelidad femenina, y así mantuvo habilidosamente a los pretendientes a distancia y durante veinte años esperó a Ulises, quien al arribar a su hogar supo eliminar a sus pretendientes a distancia aposentados en su casa. Por otro lado Molly sería la figura opuesta, su vida está signada por una sucesión de amantes que en algunas ocasiones llegan a ocupar el lecho matrimonial. Es el símbolo de la Madre Tierra. El capítulo comienza y termina con el adverbio afirmativo “sí”. Es un sí que expresa toda la fuerza afirmativa de una mujer que desea y ama en una entrega sin reservas con todo su ser en plenitud.
El capítulo 18 corresponde a la tercera parte y comienza con la inicial de la letra P, que con letra pequeña se completa con “preparatory to anything” —preparatorio para algo. La P es difícil que corresponda a la mujer fiel del héroe griego Ulises. Corresponde más bien al diminutivo de Leopoldo, que sería Poldy, con que Molly nombra a Bloom. De la misma manera en que Molly está en el pensamiento de Bloom, también Poldy habita en el fluir de la conciencia de Molly. Molly o Marion, como se la denomina en las distintas partes de Ulises. Es el personaje más complejo, nacida en Gibraltar, su padre es irlandés y su madre judío-española. Así reúne en su carácter ambas razas y religiones, es la imagen integradora de la realidad. Joyce la llama “madre Tierra”. Dura y tierna, amante y lejana, es la mujer que ama y quiere ser amada y por sobre todo necesita ser comprendida. La cantidad de amantes que le atribuye Bloom sólo existe en la imaginación de ambos. El único caso concreto después del matrimonio es Boylan, pero ya es en el momento en que no existe relación sexual entre los esposos. Es una mujer bella y seductora, pero a mi criterio la lista de veinticinco amantes que da Bloom es inaceptable. La comparación con Penélope puede admitirse en sus esencias en su sentido mítico, ella amó y ama solamente a Leopoldo Bloom. En este capítulo Molly no necesita presentación; ya la conocemos suficientemente desde el momento del desayuno. Molly nunca está ausente. Vive en casi todos los capítulos del libro.
El ininterrumpido fluir de la conciencia, a través de la asociación de ideas aparentemente inconexas, se da en los personajes no sólo cuando están en soledad, sino que los pensamientos interrumpen en medio de la conversación, mientras escuchan y mientras hablan. El monólogo es de estilo resignado, y hay palabra interior en Molly. Lo interesante del libro es que cada parte del Ulises comprende el espíritu, el cuerpo, la aventura psicológica y los elementos de la naturaleza. En el último episodio del libro, Penélope, despertada a las tres de la mañana por el regreso de su marido, ocho frases de cinco mil palabras que se desenvuelven de un solo movimiento giratorio parecido al de la Tierra en el espacio, es una última imagen de Bloom, de su carácter, de las circunstancias de su vida. Es Bloom, joven de nuevo en el recuerdo de su mujer, es el último episodio de la historia de Ulises, el gesto con el cual la mujer recibe al hombre que se acuesta a su lado, es el retorno del hombre al seno acogedor de la tierra que gira, es la mujer con sus apetitos, su voluptuosidad, su inocencia, su fidelidad a la vida, es la fecundidad, la generación eterna, más fuertes que todas las desesperaciones, es un fin, es el planeta mismo girando con un movimiento lento, regular, infatigable, arrastrando en su giro toda la existencia en sueño: él solo, siempre reposado, no duerme.
De esta manera la obra de Joyce encierra poco a poco el sentido órfico de la Tierra, no por abstracción, sino por un gran esfuerzo constructor del pensamiento y de los sentidos, por una creación detallada del universo que refunde y revela toda parcela de existencia por la instauración de una nueva realidad espiritual y sensible que alarga sus raíces hasta el fondo del luminoso secreto de los mitos. Joyce va hasta el alma y la restituye en su integridad.
La gran novela del siglo XX procede de nuevo a un análisis exhaustivo de la personalidad. Disuelve el yo en sus reflejos y sus líneas de resistencia, evita buscar un elemento de síntesis en una memoria a la vez frágil e inagotable o en un lugar de equilibrio de las fuerzas sociales, o en el cuerpo que por lo menor posee una unidad aparente y una unidad provisional. Ni un segundo se rompe el equilibrio de este largo drama del Ulises que se desarrolla sin más apresuramiento, no atraso, que la marcha misma del mundo, es un perpetuo presente. Es el mundo de Heráclito que Joyce hace soñar: un mundo que es un eterno devenir y gran juego de una divinidad invisible, un mundo de error, de injusticia, de sufrimiento, un eterno y magnífico incendio regido por una justicia más rigurosa que todas las voluntades morales del hombre. Este libro es un poema en el que cada palabra es sometida a un designio que se anticipa al relato y es de hecho ya la creación simbólica de un mundo y la representación de un destino. James Joyce comenzó publicando en 1914 una colección de cuentos —Gente de Dublín— a la que le siguieron más tarde Retrato del artista adolescente, se sabe autobiográfico, y Desterrados, en 1922. El Ulises, donde en varios centenares de páginas nos presenta un día de la vida del protagonista Leopoldo Bloom, exactamente desde las ocho de la mañana hasta las tres de la madrugada. La causa de la extraordinaria extensión del libro en relación con el corto período de tiempo que sirve de base al relato, se debe al uso constante de lo que se ha llamado el “fluir de la conciencia”, mediante el cual el autor ofrece, como en una cita cinematográfica, todo cuanto desfila por la mente del personaje central, prescindiendo de la coherencia lógica de lo transcripto. Ello, unido a diversos artificios y virtuosismos formales, a la ausencia de puntuación de muchas páginas, al empleo de lo onírico y subconsciente sexual, a la audacia de ciertas escenas —la orgía en un prostíbulo, al final de la obra— y a la impresión caótica del conjunto, originó una airada protesta de tipo literario y moral a la que se opusieron los más altos elogios de la crítica. El público mayoritario apenas se ha interesado por la obra pero su influjo sobre la técnica novelística posterior ha sido considerable, debido a la originalidad de los recursos técnicos empleados, a sus aciertos psicológicos y a la sugestión poética de muchos momentos.
Ulises puede ser considerada como la obra más característica e importante de la narrativa en el siglo XX, porque el lenguaje asume en él un papel de protagonista, evidenciando que el hombre es humano por ser hablante y que la vida mental sólo marcha encarnándose en palabras, con toda la modestia, incluso la comicidad, que hay en deriva de esos ruiditos asociados en buena medida por razones triviales. Pero esto no bastaría para hacer de Ulises un libro al que se vuelve con placer y emoción, no es sólo un ejercicio de verbalización, en que se intensifiquen los valores musicales del lenguaje, jugando con el ridículo de una mente destapada en sus pequeñas suciedades y mezquindades. Aquí la neutralidad del lenguaje joyceano nos permite convivir interiormente con estos seres mediocres, de un modo riguroso y benévolo al mismo tiempo, a la vez con compasión y con hastío, y aun horror en el ahogo de una vida cualquiera. No cabe juzgarlos: nos reconocemos demasiado en ellos, en ese juego lento del lenguaje, con sus bobadas y sus indecencias. Ulisesescandalizó más que por las pequeñas suciedades que van saliendo sobre todo en la mente del señor Bloom, pero el lenguaje mismo, por lo que tiene de luminosidad y de musicalidad, también nos consuela más que la propia humillación de no ser más que parlantes. Así, lo que pudo quedar en nausea e irrisión permanece en nuestra memoria como música de belleza: misericordia del lenguaje, a la vez cárcel mortal y la más secreta y tenaz esperanza.
La aparición de Ulises en 1922 provocó violentas controversias acerca del valor literario de la obra, y sobre todo acerca de su repercusión moral. El marco de la epopeya es un fondo irónico sobre el cual resaltan mejor las apacibles andanzas de Leopoldo Bloom. Bloom es, sin embargo, un Ulises tan humano y representativo como el del viejo poema épico. Tanto como otros consiguen expresar la riqueza y la multiplicidad de la experiencia humana. La escena clave es el recuerdo por el joven de la muerte de su madre y sus propios remordimientos por no haberse arrodillado cuando su madre se lo pidió antes de morir. De esta manera, la ruptura con el mundo católico prolonga el ámbito del Retrato del artista adolescente. La segunda parte de la obra, que indudablemente es su centro por la extensión y la importancia de sus episodios, está básicamente dedicada a Bloom. El último episodio de la segunda parte, el de Circe que relata la vida de Esteban y Bloom, al barrio de los burdeles en Dublín, es la “noche de Valpurgis” del Ulises. La última parte del libro corresponde al regreso a Ítaca; es decir, a la vuelta de Bloom a su hogar, esta vez acompañado por Esteban, de quien no se ha separado desde su encuentro en el barrio de los burdeles. Comienza esta parte con las largas conversaciones y digresiones de los dos personajes en el refugio del cochero; por fin el Ulises concluye con el largo monólogo interior de Molly Bloom que, tendida en la cama, espera a su marido. Es este el pasaje más difícil de admitir por las normas de la moral convencional y al mismo tiempo uno de los más audaces desde el punto de vista de la técnica literaria. El monólogo interior cuenta aquí con los auxilios del llamado procedimiento de la “corriente de la conciencia”, que Joyce de hecho inaugura en la narrativa contemporánea. Lo original de Joyce es su aceptación de todas las capas de la conciencia con predominio de las asociaciones referidas a la vida puramente fisiológica y a la sexualidad. La vibración de la conciencia de Molly es la palpitación de una masa de carne femenina que despierta a la evocación de un acto sexual. El repaso de los acontecimientos de la tarde, que incluyen un adulterio perpetrado en su propia casa, se mezcla con las reminiscencias sexuales también en su juventud en Gibraltar, de su historia, de su relación con Bloom y de su vida en común. El final del libro, si bien mantiene la correspondencia con el de Penélope en la epopeya homérica, no cierra un ciclo como ocurre en la Odisea, sino que representa una suerte de abertura y fluidez en el tiempo que convierte al libro en un recorte puramente especial en su vida.
Sin duda una de las más célebres partes del Ulises es el extensísimo monólogo final de Molly Boom, ejemplo cumbre de la técnica de la corriente de la conciencia, en el cual, a través de un ininterrumpido flujo sin puntuación ni diferenciaciones tipográficas, afloran los pensamientos y las impresiones de una mujer acostada, en el tropel de asociaciones en que se mezclan el presente y el pasado.
Bibliografía
Joyce, James. Ulises, año 1980. Trad.: Richard Ellmanss. Edit. Penguin Modern Classics.
Hechos clave
idioma · inglés
narrador · Los episodios Uno, Dos, Cuatro-Doce, Dieciséis y Diecisiete cuentan con narradores anónimos. El episodio tres presenta los pensamientos de Stephen . El Episodio Trece presenta una amalgama del narrador anónimo, Gerty MacDowell y Bloom. El Episodio Catorce presenta una variedad de narradores, destinados a ser representativos de los estilos en prosa de los autores históricos en inglés. Episodio Quince no tiene narrador. Molly Bloom es el narrador en primera persona del Episodio Dieciocho.
tiempo presente
Lecturas adicionales
Biografía
Referencia y anotaciones
Explicación y Crítica
Conferencia de Borges
sobre James Joyce y el 'Ulises'
"Como Joyce había estudiado todas las técnicas literarias, y no estaba enteramente satisfecho con ninguna de ellas, se propuso ensayarlas y agotarlas en el 'Ulises'. Tomó como esquema la 'Odisea'. Es decir, cada capítulo del 'Ulises' de Joyce corresponde a uno de los cantos, a una de las rapsodias, de la 'Odisea'. Y además, Joyce buscó otras analogías. Por ejemplo, cada capítulo está dedicado a un órgano del cuerpo humano; en cada capítulo prima un color; cada capítulo sigue una técnica literaria distinta. Hay quienes han visto el mérito –o una de las virtudes del 'Ulises'– en esta técnica. Yo creo que no hay mayor mérito. Creo que Joyce lo hizo simplemente para darse ánimo, para seguir escribiendo, y creo que esta es en general la función de todos los argumentos y de todos los esquemas.
La inmortalidad de Ulises, entre Homero y Joyce
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5651155.pdf
Manual para entender el Ulises de James Joyce
Película "Bloom" (2003) basada en la novela de James Joyce
- Parece ser que Joyce accedió por primera vez a la historia de Ulises a la edad de doce años, cuando leyó una edición en prosa de la Odisea que había sido versionada para jóvenes lectores. La fascinación que el joven autor sintió por esta figura daría sus frutos muchos años después.
- El día que escogió James Joyce para ubicar la trama de su "Ulises" no es casual: un 16 de Junio fue cuando se citó por primera vez con Nora Barnacle, la que posteriormente sería su pareja. Como curiosidad simpática añadimos la existencia de La Orden del Finnegans, compuesta por un grupo reducido de escritores y editores (Eduardo Lago, Antonio Soler, Jordi Soler, Enrique Vila-Matas y Malcolm Otero Barral se encuentran entre ellos) que se declaran admiradores de la obra de Joyce y que cada 16 de Junio se reúnen en Dublín para celebrar el "Bloomsday", un acto informal por el que homenajean el "Ulises".
Como ya se señalo en el Ulises, el nombrar los lugares, más que la evocación pictórica, es la manera como se aborda la reconstrucción de la ciudad: se nombran las calles, las iglesias, los monumentos, los parques, las cantinas, en un acto que parece de invocación, se llama la ciudad reclamando su presencia por medio de una sucesión de los nombres de sus diferentes lugres:
EL JAMES JOYCE CENTER
La Biblioteca y Museo Morgan celebra los cien años del Ulises de James Joyce
Ambientada en un día, el 16 de junio de 1904, Ulises de James Joyce sigue al joven poeta Stephen Dedalus y al insólito héroe Leopold Bloom en su viaje por Dublín. La innovadora novela vincula la epopeya con lo ordinario, conectando personajes y motivos del antiguo poema griego de Homero, la Odisea , con la vida en la ciudad irlandesa que creó a Joyce. Escrito en un exilio autoimpuesto entre 1914 y 1921, Ulises amplió los límites del lenguaje y el género, y no sin controversia. Censurado y prohibido en Estados Unidos e Inglaterra por obscenidad, su publicación en París hace un siglo fue el catalizador de nuevos estándares legales de libertad artística.
Para conmemorar el centenario de la primera edición de la novela, Morgan presenta Cien años del “Ulises” de James Joyce con artículos de la Colección Sean y Mary Kelly de Morgan y la Colección James Joyce, Universidad de Buffalo, Universidad Estatal de Nueva York.
Curada por el destacado autor irlandés Colm Tóibín, esta exposición explora la trayectoria de Joyce desde poeta lírica hasta genio modernista. Considera figuras clave en su carrera, artistas y escritores que respondieron a la novela, y la familia que lo formó como hombre y escritor. En el corazón de la exposición está la imaginación de Joyce mientras creaba su obra maestra, explorada en publicaciones raras, retratos, correspondencia, manuscritos, planos y pruebas, muchas de las cuales se reúnen por primera vez en un siglo.
Para obtener más información, visite themorgan.org
Ulises Decisión de obscenidad: Anotada
https://daily.jstor.org/ulysses-obscenity-decision-annotated/
En diciembre de 1933, el juez John Woolsey emitió lo que se convertiría en una de las decisiones legales más conocidas sobre la obscenidad en la historia de los Estados Unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario