De manera que aquí sería cuestión de ocuparse del cuerpo de los dioses, de un cuerpo del que hablan las narraciones míticas pero que se deja ver ante todo en los objetos groseros que chocaron a primera vista a la sensibilidad europea y cristiana. Ese cuerpo es el objeto de un culto que a veces pone el acento en la materialidad bruta, a veces en cambio, en su carácter casi orgánico, por más que el dios mismo sea tratado tanto como una presencia singular enteramente identificada con el objeto que lo representa, tanto como potencia de relación (relación con sus otras actualizaciones, con los demás dioses, con los hombres en general o con ciertos hombres en particular).
La primera condición de la bondad humana es tener algo que amar; la segunda, tener algo que venerar.
GEORGE ELIOT
La religión es un intento de hallar significado a los acontecimientos, no una teoría que pretende explicar el universo.
JOHN GRAY
Las creencias religiosas no son verdades universales, sino comunitarias, y sirven para guiar vidas antes que para describir hechos. Expresan el significado de pertenecer a una comunidad y ser fiel a sus valores.
DON CUPITT
Los sistemas de creencias contienen casi siempre un relato de cómo se creó el mundo físico, de cómo aparecieron los humanos en él y de cómo deberían habitarlo estos últimos y los demás seres vivos. Sin embargo, por regla general, las historias y sus rituales asociados van mucho más allá: dicen a los miembros del grupo cómo deben comportarse unos con otros y, de manera decisiva, también abordan el futuro: esos aspectos de la sociedad que perdurarán mientras las generaciones posteriores perecen y se suceden; abarcan, pues, a los vivos, a los muertos y a los que todavía no han nacido, en un continuo relato de pertenencia.
Taxonomía mítica
El cuerpo siempre se concibe como una parte del espacio natural y, por lo tanto, lo mismo que todo objeto del mundo exterior, del cuerpo pueden ser socializados, divinizados, simbolizados; además, los diferentes componentes psíquicos y energéticos de la persona están incorporados en él, aunque esta expresión traduce mal las concepciones locales que, como no son dualistas, no presentan la actividad psíquica y la corporeidad como derivadas de una relación de contenido y continente. En todos los casos de figuración, los diferentes órganos del cuerpo se conciben como autónomos y dotados de una vida propia más que como objetos.
Objetos de los dioses
Todo lenguaje es simbólico, porque establece una relación entre las palabras. Y es simbólico también porque une a todos aquellos que lo utilizan. La relación que se ha de establecer del vudú con su sacerdote no es una relación de representación sino que se trata de una relación de dependencia recíproca; por lo menos se la presenta como tal tanto en el plano intelectual como en el plano de los hechos; El vudú es vudú de -un grupo. Lo simboliza: cierto número de individuos se reconocen en él y tienen en común el hecho de practicar su culto; en una misma aldea grupos distintos de fieles rinden culto a sus vudúes respectivos; pero cada individuo reconoce la legitimidad de los otros vudúes y puede rendirles homenaje; además todo individuo sabe que en algún momento podrá ser llamado por un vudú diferente de los de su linaje para que le rinda un culto especial. Es asi, como el vudú “representa” al grupo y puede afirmarse que el grupo se representa en el vudú, en el seno del grupo hay quienes se ocupan de cuidar al dios y quienes son simples fieles. Los que se ocupan del dios, lo hacen en diversos conceptos. Los iniciados se distinguen de los no iniciados; el sistema de las diferencias sociales encuentra así la ocasión de expresarse y de manifestarse en las prácticas suscitadas y regidas por la presencia masiva y localizada de los vudúes. El vudú representa, identifica, unifica y, en el interior de lo que unifica, distingue y discrimina.
Economía política de las mercancías religiosas
Capítulo 1. Magia y misterios en la BNE : fantasmas, libros mágicos y brujería
La relación del hombre con los signos estapresente de un modo evidente en las manifestaciones de las religiones. La interpretación y la adivinación son un ele mento primordial en ella y está vinculada la arbitrariedad del significado.
La idea de Burkert es que si bien los signos suponen una mediación entre el mundo y los individuos –de cualquier
especie–, en el caso del hombre esta relación adquiere un carácter creador debido a la arbitrariedad del significado, lo que obliga a postular la posibilidad de convertir cualquier señal en signo. Para Burkert esto permite la divinización de los elementos naturales, que son capaces de “hablarnos”. La analogía del lenguaje no es baladí, pues es el leguaje la forma en la que se traducen todos los signos, de este modo podemos escuchar “la voz de la naturaleza”.
Orígenes y simbología de lo sagrado en el pensamiento de Rudolf Otto
Juan Pablo Guacaneme
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Hierofanía (del griego hieros (ἱερός) = sagrado y faneia
(φαίνειν)= manifestar) es el acto de
manifestación de lo sagrado, conocido también entre los
hinduistas y budistas con la
palabra de la lengua sánscrita darśana, y, en la forma más
concreta de manifestación de un
dios, deidad o numen, se denomina teofanía.
El término fue acuñado por Mircea Eliade, en su obra "Tratado de historia de las religiones", para referirse a una toma de consciencia de la existencia de lo sagrado, cuando éste se manifiesta a través de los objetos de nuestro cosmos habitual como algo completamente opuesto al mundo profano (véase misticismo).
Para traducir el acto de manifestación de lo sagrado, Eliade propone el término «hierofanía», que es preciso, ya que se refiere únicamente a aquello que corresponde a lo sagrado que se nos muestra.
Las hierofanías pueden ser de forma simple o complejas. Las simples son cuando se manifiestan a través de objetos, tales como una piedra, un anillo, una espada o un río. Las complejas ocurren cuando estas se manifiestan mediante un complejo y largo proceso, por ejemplo, el surgimiento del cristianismo.1
hierofanía
Del gr. ἱερός hierós 'de origen divino, sagrado' y -φάνεια -pháneia 'manifestación'; cf. fr. hiérophanie.
1. f. Manifestación de lo sagrado en una realidad profana.
2. f. Persona o cosa en la que se manifiesta lo sagrado. El dalái lama es una hierofanía de Buda. La sagrada forma es una hierofanía católica.
https://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Recurso:Mi
rcea_Eliade:_la_hierofan%C3%ADa
Hierofanías uránicas
Son manifestaciones sagradas de un ser divino, supremo, celeste, creador y fecundador de la tierra por medio de la lluvia. Usualmente, los seres divinos con estas características, comparten también tres elementos comunes: la inaccesibilidad, al encontrarse en lo alto; lo ilimitado, lo infinito, así como el cielo; y, por último, la omnisciencia, pues desde lo alto pueden observar todo lo que acontece en el plano terrenal.
Uno de los ejemplos más representativos de divinidades uránicas es Zeus, dios griego de los cielos, de la tormenta y fecundador, por medio del rayo y las lluvias, necesarias para conseguir buenas cosechas. Es él quien encarna dos de los mitos que mejor representan las hierofanías uránicas, el relato de Europa y el de Dánae, pues en uno se transforma en toro y en el otro, en lluvia dorada, ambos símbolos son representativos de esta categoría hierfánica.
Hierofanías solares
A diferencia de las anteriores, los dioses solares se representan como líderes autócratas con poderío, pero no cuentan con la característica creadora, sino que más bien se encuentran a las órdenes de la divinidad celeste; sin embargo, en ocasiones la deidad solar puede llegar a suplantar a la uránica. Estas hierofanías están asociadas a cultos cerrados y prácticamente exclusivos para personas privilegiadas, usualmente perteneciente a la realeza. Un ejemplo de esto se puede encontrar en el Antiguo Egipto, donde se decía que los faraones descendían de Amón-Ra, el dios solar.
Hierofanías selénicas
Contrario al sol, que siempre se mantiene sin cambio alguno, la luna crece, decrece, desaparece y aparece, es por esta razón que simboliza claramente a lo cíclico, lo que conlleva una relación intrínseca con el nacimiento, la muerte y el renacimiento, que también son concebidos como ciclos. Otra disimilitud que presenta esta hierofanía a comparación de las solares, es que los cultos eran más abiertos e inclusive incluía a las mujeres.
La luna ha estado asociada al agua, las lluvias, el océano, las mareas, la fecundidad, la vegetación y los animales, la muerte y el renacimiento, desde el momento en el que surgió la agricultura; además, el común denominador de todas esas temáticas enlistadas es nada más que el devenir cíclico. Cabe destacar que el renacimiento se ha relacionado con la tierra, pues se cree que aquellos que han muerto vivirán bajo esta; así que, no es de extrañar que algunas deidades lunares sean a su vez, ctónicas. Otro símbolo de las hierofanías selénicas es la serpiente, es por distintas razones que se hace esta asociación, sin embargo, dos de las más importantes es que no solo esta vive y se arrastra por la tierra, que como se vio es también un elemento selénico, sino que también ejemplifica el devenir cíclico al “morir” y “renacer” cuando muda de piel. Un ejemplo representativo de una divinidad lunar es Hécate, a quien se le personifica como una triada, que puede significar tanto las tres fases lunares (crecimiento, decrecimiento, desaparición) o el triple dominio cósmico (cielo, tierra e infierno).
Hierofanías acuáticas
El agua no solo es símbolo de las hierofanías uránicas, por su valor fecundador y de las selénicas, por su carácter cíclico, sino que también es la piedra angular de las hierofanías acuáticas, pues se le adjudica una facultad de creadora, ya que es fuente y origen de toda la vida que habite en la tierra, pero también está viva, es regeneradora, purificadora y la llave para alcanzar la inmortalidad. Un ejemplo muy claro de los rasgos regeneradores y purificadores son los mitos sobre el diluvio, pues estos relatos comparten la generalidad de una humanidad pecadora, por lo que las divinidades envían un diluvio hasta que las tierras queden cubiertas y la humanidad perezca, pero aquellos que no mueren, renacen purificados de todo pecado al surgir de las aguas. Es entonces que se puede aducir que el agua es un modelo de la coincidentia oppositorum (coincidencia de los opuestos), pues es creadora de vida, pero también es capaz de la aniquilación.
Hierofanías líticas
Las rocas en bruto contienen dentro de sí rasgos de androginia, pero una vez que la misma se talla y se pule puede obtener dos posibles formas: cónica (fálica) o cúbica (vaginal). Asimismo, los meteoritos son usualmente relacionados con aspectos tanto uránicos como telúricos. Por otra parte, por medio de las piedras funerarias, el alma del difunto habita dentro de la piedra, lo que permite proteger a los vivos de las acciones que pueda ejercer el fallecido. Así pues, las rocas poseían rasgos protectores contra la adversidad y lo maligno, un ejemplo de esto es la herma griega.
Hierofanías vegetales
Las hierofanías vegetales están usualmente representadas por un árbol, el cual es una alegoría del cosmos, de la vida, pues estos están asociados con la fuerza y renovación o regeneración. Existen varios mitos en los que se toma al árbol como el centro del mundo, que enlaza el cielo, la tierra y el infierno, un ejemplo de este es el yggdrasil. Así pues, al igual que las hierofanías acuáticas, estas también son signo de la inmortalidad.
Hierofanías telúricas
La tierra siempre es y ha sido concebida como madre y, por tanto, fecunda y fértil. La tierra al ser madre, creadora y el mundo en sí misma, congrega todas las expresiones sagradas, por lo que todas las hierofanías anteriormente citadas confluyen en ella. Por esto, es que presenta asimismo una coincidentia oppositorum, pues tiene estos rasgos de madre tierna, pero también, de destructora, es creadora de vida, pero acoge en su seno a los muertos para que renazcan en ella. En la mitología griega, es Gea la madre tierra y fue ella quien engendró a Urano, el cielo, pero esta hierogamia pasó a ser reemplazada por Zeus y Hera; en ambas instancias, estas diosas contienen características telúricas.
OBJETOS DE LO SAGRADO: LA HIEROFANÍA
DE LA
EXISTENCIA A TRAVÉS DEL RITUAL EN
GUADALUPE
DUEÑAS
https://www.jovenesenlaciencia.ugto.mx/index.php/jovenes
enlaciencia/article/view/1256/881
TEOFANIA
griego, aparición divina. Manifestación visible y corpórea de una
deidad o mediante fenómenos naturales. Hay varios casos de
apariciones, como el Jacob que dijo que había visto a Dios cara a
cara, y tuvo la vida a salvo, Gn 32, 31, cuando luchó contra Dios una
noche. El sitio del encuentro lo llamó Penuel, que quiere decir faz
de Dios, Gn 7, 16. Antiguamente se creía que al ver a Dios la persona
moría. Teófilo, griego amado de Dios, Amadeo. Personaje ilustre a
quien Lucas dedicó el evangelio y el libro de los Hechos de los
Apóstoles, Lc 1, 3; Hch 1, 1. Como lo dedica con el título de
Excelentísimo, se supone que era un hombre de elevada posición,
tal vez un funcionario romano, que era respetado por Lucas.
https://www.biblia.work/diccionarios/teofania/
"El más famoso de los historiadores de las religiones, Mircea Eliade,
examina en este libro el problema de la actualidad de lo religioso en
el mundo de hoy. Y para ello se remonta a la existencia sacralizada
del hombre primitivo y tradicional, ofreciéndonos un resumen de
los estudios que él mismo ha realizado sobre estos fenómenos: el
espacio y el tiempo sagrados, los mitos, la religión cósmica... ¿Es la
religiosidad una estructura última de la conciencia que no depende
de las innumerables y efímeras oposiciones entre «sagrado» y
«profano»? ¿En qué medida una existencia radicalmente
secularizada, sin Dios ni dioses, puede constituir el punto de partida
de un nuevo tipo de «religión»? El autor subraya, sobre todo, el
empobrecimiento que ha traído consigo la secularización del
comportamiento religioso. Y su libro, por tanto, acaba siendo tanto
una introducción general a la historia de las religiones como una
descripción de las modalidades de lo sagrado y de la situación del
hombre en un mundo cargado de valores religiosos."
IMÁGENES DE DIOS. LA FILOSOFÍA ANTE EL LENGUAJE RELIGIOSO
Juan Antonio Estrada
"Las imágenes de Dios constituyen el núcleo del lenguaje religioso. Al poner en relación a Dios con los problemas y preocupaciones humanos, surge una motivación e inspiración que moviliza y fascina. La filosofía no sólo tiene como misión el diálogo con los distintos saberes y lenguajes, sino también su evaluación y crítica, analizando sus presupuestos, fines y consecuencias.
En este volumen se analizan las imágenes de Dios en relación con el monoteísmo y el politeísmo, la violencia, la pluralidad de religiones, la política, el nacionalismo, el nihilismo, el mal y la metafísica, así como los mismos lenguajes de la filosofía y de la ciencia. La ambigüedad de las imágenes religiosas, la tendencia a confundir a Dios con sus representaciones, la manipulación de Dios en la religión y en la sociedad, son algunas de las temáticas que se abordan. Especial incidencia tiene el problema de la violencia y sus raíces religiosas, al que se dedican varios trabajos, que ha cobrado trágica actualidad con el resurgir de los fundamentalismos e integrismos que se legitiman apelando a Dios. De ahí la importancia de una actitud crítica y racional, ya que la razón no lo es todo pero debe estar en todas partes so pena de fanatismos irracionales. Esto es lo que se pretende con estos trabajos, que apelan por igual a la crítica ilustrada y a la sospecha y el discernimiento en las tradiciones religiosas."
En 'El dios de los brujos', la doctora Murray revela el origen paleolítico de la deidad más antigua conocida hasta hoy: un dios astado, relacionado con la fertilidad masculina, cuyo culto se difundió prácticamente en todo el mundo antiguo, atravesó la Edad Media, el Renacimiento y subsiste en la actualidad a través de variadas prácticas religiosas, muy en especial cuando los antiguos ritos se empalman con las festividades cristianas. Cuestionada en su tiempo, actualmente su obra se considera fundamental en materia de antropología de las religiones.
Sin duda una de las mujeres más notables de su generación, Murray fue antropóloga, arqueóloga y egiptóloga destacada, además de sufragista. En los años veinte empezó a elaborar sus teorías sobre los orígenes y el desarrollo de la demonización de las creencias paganas, fenómeno que culminó en las cacerías de brujas. Nació en Calcuta en 1863 y murió cien años más tarde."
HISTORIA Y LITERATURA: MARAVILLAS, MAGIA Y MILAGROS EN EL OCCIDENTE MEDIEVAL
Durante siglos, la mitología clásica sirvió de intermediario para conectar las diferentes artes y afirmarlas en la sociedad1. Establecía un vínculo entre el arte visual y la literatura, y a menudo las interpretaciones de los eruditos humanistas proporcionaban tema a poetas, pintores y escultores por igual. Esta tradición se basó, sobre todo, en el supremo valor literario y artístico asignado a la cultura antigua; aunque estaba claro que los temas literales eran los dioses paganos y los héroes no cristianos, sus hazañas se alegorizaban, de modo que una escena de violación mitológica podía sugerir diversos significados profundos y convertirse en tema adecuado para la literatura y el arte.
El libro se compone de seis capítulos en los que Mircea Eliade realiza un recorrido desde el Tótem y Tabú de Freud hasta los rituales sexuales repletos de simbolismo sagrado y mágico.
I. Las modas culturales y la historia de las religiones
II: El mundo, la ciudad y la casa
III. Las mitologías de la muerte: una introducción
IV. Lo oculto y el mundo moderno
V. Algunas observaciones sobre la brujería moderna
VI. Espíritu, luz y simiente
"Las imágenes de Dios constituyen el núcleo del lenguaje religioso. Al poner en relación a Dios con los problemas y preocupaciones humanos, surge una motivación e inspiración que moviliza y fascina. La filosofía no sólo tiene como misión el diálogo con los distintos saberes y lenguajes, sino también su evaluación y crítica, analizando sus presupuestos, fines y consecuencias.
La literatura y los dioses ( LIBRO)
https://drive.google.com/file/d/1S_ZE7AIl7e6XteKK1fCHVrJd0EvF-qdW/view
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