Isaac Bashevis Singer
"Cuando era un niño pequeño, me llamaban mentiroso, pero ahora que he crecido, me llaman escritor".
Source: https://citations-celebres.fr/auteurs/isaac-bashevis-singer/
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(Radzymin, 1904 - Miami, 1991) Escritor polaco en lengua yiddish.
Era el tercer hijo de una familia en la que por ambas ramas abundaban los rabinos, aunque su padre estaba vinculado a la tendencia jasídica y la familia de su madre pertenecía a la corriente racionalista de los mitnagdim, opuesta al jasidismo. Vivió desde muy pequeño en un barrio humilde de Varsovia, por entonces importante centro de cultura y espiritualidad judía. De sus vivencias en la casa familiar, en la que funcionaba el tribunal rabínico donde la comunidad hebrea resolvía sus litigios, dejó testimonio en la colección de relatos Krochmalna, 10.
Era el tercer hijo de una familia en la que por ambas ramas abundaban los rabinos, aunque su padre estaba vinculado a la tendencia jasídica y la familia de su madre pertenecía a la corriente racionalista de los mitnagdim, opuesta al jasidismo. Vivió desde muy pequeño en un barrio humilde de Varsovia, por entonces importante centro de cultura y espiritualidad judía. De sus vivencias en la casa familiar, en la que funcionaba el tribunal rabínico donde la comunidad hebrea resolvía sus litigios, dejó testimonio en la colección de relatos Krochmalna, 10.
"Hay 500 razones por las que escribo para niños ... Los niños leen libros, no reseñas. No critican a los críticos ... No leen para liberarse de la culpa, para saciar su sed de rebelión o para librarse de la alienación. Todavía creen en Dios, la familia, los ángeles, los demonios, las brujas, los duendes, la lógica, la claridad, la puntuación y otras cosas tan obsoletas ... No esperan que su querido escritor redima a la humanidad. Por jóvenes que sean, saben que no está en su poder. Sólo los adultos tienen ilusiones tan infantiles ".
Durante la Primera Guerra Mundial, su familia comenzó a pasar graves privaciones, y junto a su madre y un hermano se trasladó a Bilgoray, en la frontera austríaca, de donde su madre era oriunda. Allí comenzó a estudiar el Talmud aunque más tarde, junto a otros jóvenes cuyas inquietudes se dividían entre el sionismo y el bolchevismo, comenzó a interesarse por lecturas alejadas de la ortodoxia judía (Platón, Aristóteles, Schopenhauer y Kant, entre otros filósofos y autores como Turguenev, Maupassant y Chéjov). Pero el pensador que más influyó en su concepción del mundo y en su literatura fue Baruch Spinoza.
Su hermano mayor, que permaneció en Varsovia, se había convertido en periodista y escritor, y le ofreció trabajar como corrector de pruebas en una revista literaria en yiddish en la que él mismo escribía, la Literarische Bletter. Isaac aceptó y se trasladó a Varsovia, donde comenzó su carrera literaria: ante la disyuntiva de escribir en hebreo o en yiddish optó por éste último, porque "es la lengua que tiene más palabras para definir a un pobre".
Tradujo al yiddish una obra tan importante como La montaña mágica y a autores como S. Zweig o E. M. Remarque, entre otros. En esos años, el joven Isaac alternó una intensa actividad literaria y cultural con apasionadas aventuras amorosas, de una de las cuales nació su único hijo. Su compañera Runya, de ideología comunista, fue arrestada y se trasladó luego con el niño a la Unión Soviética: expulsada más tarde de allí por sus actividades sionistas, madre e hijo se radicarán en Israel.
La primera novela de Singer, Satán en Goray, se publicó en 1935 y ese mismo año, ante la creciente amenaza de invasión alemana a Polonia, emigró a los Estados Unidos donde se reunió con su hermano, que llevaba ya dos años en Nueva York. En camino hacia América visitó París, que le pareció "una ciudad tan alegre como el carnaval de Purim" (festival judío en el que se conmemora la leyenda de Esther).
Sus primeros trabajos en América fueron para el Jewish Daily Forward, periódico en el que publicó notas y relatos firmados con el seudónimo Warshovsky; para el mismo medio trabajó también como crítico teatral y, en general, los primeros años en los Estados Unidos le parecieron desalentadores. Algunas de sus experiencias de emigrante reciente en aquel país quedaron reflejadas en el libro de relatos Una boda en Brownsville (1964).
En 1940 se casó con Alma Wasserman y retomó con fuerza la narrativa aunque nunca la había abandonado del todo, ya que en el Forward había ido apareciendo por capítulos su primera novela La familia Moskat, publicada en 1950 y por la que recibió el premio Louis Lamed. En 1969 publicó La Mansión, que fue nominada para el National Book Award, y en 1978 recibió el premio Nobel de Literatura, única vez que se otorgó a un escritor en lengua yiddish. Ha sido traducido prácticamente en todo el mundo y es el escritor de su idioma más conocido por el gran público.
Aunque indudablemente la obra de Singer es tributaria de los autores de su cultura que lo precedieron, su estilo se distingue por ser más audaz y sus tramas bastante más complejas. Si bien sus relatos, poblados por brujas, milagros y misterios, están impregnados de la legendaria literatura de las fuentes tradicionales judías, el autor ha tratado estos temas con una profunda ironía y el enfoque moderno y peculiar que lo caracteriza.
En la mayoría de sus obras la temática es el ambiente y la vida de los judíos de Polonia que el autor describe y juzga alternando la ternura y la crítica, a veces mordaz. Su prosa es muy elaborada, a menudo incluye detalles extraños o cómicos y se aprecia en ella una constante de sentimentalismo y sorprendente sensualidad.
Además de los títulos ya citados, destacan de su producción El mago de Lublín(1960); El Spinoza de la calle Market (1961); Cuando Schlemiel fue a Varsovia y otros cuentos (1968); Cuentos judíos de la aldea de Chelm y Un amigo de Kafka(ambos de 1973); Shosha (1978); Golem, el coloso de barro (1982) y los relatos para niños Cuentos judíos (1989).
El huésped
The New Yorker publicó, por
primera vez en
inglés, “Invenciones”, un interesante cuento
corto
del difunto escritor en yiddish y ganador
del Premio Nóbel,
Isaac Bashevis Singer.
Bashevis Singer, un escritor desgarrado
Isaac en América: Un viaje con Isaac Bashevis Singer
Un inventario de sus papeles en el Harry Ransom Center
Bashevis Singer, el fabulador (1904-1991
"Un rabino no oficial se mantenía con la ayuda que le prestaban sus vecinos. Como necesitaban su consejo en cuestiones de religión, y como el rabino tenía que disponer de un medio de vida, entregaban diversas cantidades, semanalmente, a un recaudador. Aunque éste extendía unos recibos, le resultaba muy fácil quedarse con más del veinte por ciento que le correspondía como misión.
Nuestro primer recaudador era un hombre honrado, pero se casó y se convirtió en matarife ritual. Los que le siguieron eran más ladrones que otra cosa, y acabamos con un recaudador que se quedaba con la mayor parte del dinero. Cada semana venía con menos dinero, lamentándose siempre: «No he conseguido que paguen» o «Hay escasez, crisis». La dignidad de mi padre no le permitía sospechar de otro judío.
Nuestro primer recaudador era un hombre honrado, pero se casó y se convirtió en matarife ritual. Los que le siguieron eran más ladrones que otra cosa, y acabamos con un recaudador que se quedaba con la mayor parte del dinero. Cada semana venía con menos dinero, lamentándose siempre: «No he conseguido que paguen» o «Hay escasez, crisis». La dignidad de mi padre no le permitía sospechar de otro judío.
Finalmente, no quedó en mi casa ni un mendrugo de pan y los tenderos se negaron a darnos más crédito. Yo dejé de recibir mi moneda diaria de dos groschen para caramelos o chocolate. No podíamos pagar la renta y el casero nos amenazó con llevarnos a juicio y embargar nuestros muebles. Cuando mi padre rezaba la plegaria «y no nos dejes participar de los placeres de la carne y la sangre», miraba al cielo, suspirando más profundamente que de costumbre. ¿Cómo iba a ser posible estudiar la Torá y ser un buen judío si no había comida para el sábado? "
EL MUNDO PERDIDO DE ISAAC BASHEVIS SINGER
Francisco Rodríguez Criado [1]
(Artículo escrito y publicado en la revista de literatura judía Raíces en 2004)
Segmento caligráfico en yidis del Majzor de Worms, 1272. Un majzor es un libro de oraciones y plegarias. |
Satán en Goray (fragmento)
"Poco antes de la fiesta de Purim llegó a Goray un emisario con sorprendentes y desconcertantes noticia.
Según relató, después de haber sido ya revelado Sabbatai Zevi, con ayuda de Dios, como el Mesías, había partido para Estambul a reclamar la corona al sultán, que dominaba la tierra de Israel. Sabbatai Zevi no hubiera vencido a través de sus huestes, sino merced al poder de los señores y profetas que habitaban al otro lado del río Sambatión y que le acompañaban cabalgando a lomos de elefantes, leopardos e hipopótamos. Sabbatai Zevi mismo (alabado fuera su nombre) marchaba ante ellos sobre un león salvaje, vestido de púrpura y oro y adornado con abundancia de piedras preciosas que titilaban en la oscuridad. Un fajín de perlas le ceñía los riñones. Su mano derecha empuñaba un cetro, y era fragante como el jardín del Edén. El mar se separaba ante él como en los viejos días del maestro Moisés (con quien fuere la paz) y él y los que le acompañaban pisaban tierra seca en medio de las aguas. Una columna de fuego andaba ante él señalando el camino y volaban a su espalda los ángeles cantando himnos en su honor. Al principio los reyes y príncipes de la tierra habían despachado huestes de gigantes con espadas desnudas contra Sabbatai Zevi, con el encargo de hacerle prisionero; pero cayó del cielo un torrente de grandes piedras, tal como se prometiera para el día de Gog y Magog y todos los gigantes perecieron. El mundo quedó atónito. Las gentes de Judea gozaban ahora de alta reputación. Príncipes y reyes acudían a honrarles y se postraban ante ellas. Tierras y cielos se regocijarían el día en que Sabbatai Zevi llegase a Estambul. Con toda certeza los judíos celebrarían la Fiesta de las Semanas en la tierra de Israel. El santo templo sería restaurado, las tablas de Ley volverían al arca sacra y un sumo sacerdote entraría en el Sancta Sanctorum. Sabbatai Zevi, el redentor, reinaría en todo el mundo. "
Según relató, después de haber sido ya revelado Sabbatai Zevi, con ayuda de Dios, como el Mesías, había partido para Estambul a reclamar la corona al sultán, que dominaba la tierra de Israel. Sabbatai Zevi no hubiera vencido a través de sus huestes, sino merced al poder de los señores y profetas que habitaban al otro lado del río Sambatión y que le acompañaban cabalgando a lomos de elefantes, leopardos e hipopótamos. Sabbatai Zevi mismo (alabado fuera su nombre) marchaba ante ellos sobre un león salvaje, vestido de púrpura y oro y adornado con abundancia de piedras preciosas que titilaban en la oscuridad. Un fajín de perlas le ceñía los riñones. Su mano derecha empuñaba un cetro, y era fragante como el jardín del Edén. El mar se separaba ante él como en los viejos días del maestro Moisés (con quien fuere la paz) y él y los que le acompañaban pisaban tierra seca en medio de las aguas. Una columna de fuego andaba ante él señalando el camino y volaban a su espalda los ángeles cantando himnos en su honor. Al principio los reyes y príncipes de la tierra habían despachado huestes de gigantes con espadas desnudas contra Sabbatai Zevi, con el encargo de hacerle prisionero; pero cayó del cielo un torrente de grandes piedras, tal como se prometiera para el día de Gog y Magog y todos los gigantes perecieron. El mundo quedó atónito. Las gentes de Judea gozaban ahora de alta reputación. Príncipes y reyes acudían a honrarles y se postraban ante ellas. Tierras y cielos se regocijarían el día en que Sabbatai Zevi llegase a Estambul. Con toda certeza los judíos celebrarían la Fiesta de las Semanas en la tierra de Israel. El santo templo sería restaurado, las tablas de Ley volverían al arca sacra y un sumo sacerdote entraría en el Sancta Sanctorum. Sabbatai Zevi, el redentor, reinaría en todo el mundo. "
INTELECTO
HEBREO
Sombras sobre el Hudson
(fragmento)
(fragmento)
"Suavemente, abrió la ventana y respiró el aire de la madrugada. Recordó a su padre, quien solía levantarse al amanecer mientras su madre y él, todavía niño, seguían acostados. Su padre se lavaba las manos cumpliendo el ritual, se ponía la prenda interior de flecos, el gabán, las gruesas botas. A continuación, volvía a lavarse y enseguida comenzaba a rezar de frente. Después se sentaba a estudiar algún fragmento del Talmud o a examinar un libro de la Cábala. Más tarde reanudaba su trabajo copiando un rollo de la Torá. Cada vez que llegaba al nombre de Dios paraba, se ponía en pie, murmuraba unas palabras y levantaba los ojos al cielo. La vida de ese hombre se centraba en un solo propósito: servir a Dios. Las letras que escribía con tinta china sobre el pergamino eran tan antiguas como el pueblo judío, hundían sus raíces en los tiempos de Abraham, cuando el patriarca rompió los ídolos de su padre y descubrió que existía un solo Dios. Y ¿qué estaba haciendo el hijo de aquel escriba? Dilapidar y echar por tierra todo lo que generaciones enteras de judíos habían construido con absoluta dedicación. Sus propios nietos ya serían gentiles. En cuanto a su alma, estaba rota, mancillada, impregnada de suciedad.
Grein levantó del suelo un periódico y pasó las hojas despacio. En cada página había una fotografía que su padre habría considerado impúdica: mujeres medio desnudas, piernas seductoras, torsos en sujetador, caderas con fajas. Una pierna femenina ocupaba una página entera, rodeada de textos como si se tratara de comentarios en la página de algún Talmud perverso y obsceno. En otro anuncio se mostraban dos piernas femeninas levantadas. ¿Qué habría dicho su padre, en paz descansara, de un periódico así?, pensaba Grein. Habría escupido. Para él, todo eso habría sido una abominación, algo que no debería tocarse siquiera por su impureza. Pero las fotografías eran publicadas por periódicos importantes y prestigiosos, que leían los ciudadanos más eminentes. «Ésta es su cultura, su poesía, su estética. Empiezan su jornada, leyendo esto. Lo que hoy llamamos el mundo es, en realidad, el mundo de los bajos fondos».
Grein se había quedado petrificado. «¿Cómo he llegado a hundirme hasta tal punto en la inmundicia? ¿Y Ester? Su padre también era un estudioso de la Torá. Por tanto desciende de un linaje distinguido. ¿Qué les ha pasado a los judíos? Durante tres mil años se han resistido a la idolatría, y de pronto se han convertido en productores de Hollywood, en propietarios de periódicos, en líderes comunistas. En Rusia, escritorzuelos judíos estuvieron denunciándose mutuamente durante mucho tiempo en nombre de la Revolución, hasta que todos ellos fueron aniquilados. En Nueva York, en París, en Londres, en Moscú, en todas partes, los judíos se han convertido en predicadores del ateísmo, árbitros de la moda, divulgadores del cotilleo. Han actuado como agitadores políticos, fomentando los bajos instintos de las masas. Ahora se dedican a enseñar a los gentiles los placeres de este mundo». "
Isaac Bashevis Singer y sus mujeres
¿Qué llevó al gran escritor a emplear un "harén" de traductores? Una nueva película dice mucho, pero no todo.
Alimentos para el Espíritu: el vegetarianismo y las religiones del mundo , por Steven Rosen (Bala Books, 1987, ISBN 0-89647-021-0).
Prefacio - por Isaac Bashevis Singer
El vegetarianismo es mi religión. Me convertí en un vegetariano consistente hace unos veintitrés años. Antes de eso, lo intentaría una y otra vez. Pero era esporádico. Finalmente, a mediados de la década de 1960, me decidí. Y he sido vegetariana desde entonces.
Cuando un humano mata a un animal por comida, está descuidando su propio hambre de justicia. El hombre ora por misericordia, pero no está dispuesto a extenderla a los demás. ¿Por qué debería el hombre esperar misericordia de Dios? Es injusto esperar algo que no estás dispuesto a dar. Es inconsistente.
Nunca puedo aceptar la inconsistencia o la injusticia. Aunque venga de Dios. Si hubiera una voz de Dios que dijera: "¡Estoy en contra del vegetarianismo!" Yo diría, "Bueno, estoy a favor de eso!" Esto es lo fuerte que me siento en este sentido.
En los círculos religiosos ortodoxos, esto sería considerado herético. Aún así, me considero un hombre religioso. No estoy en contra de la religión organizada, pero no participo en ella. Especialmente cuando interpretan que sus libros religiosos están a favor de comer carne. A veces dicen que quiere sacrificio y la matanza de animales. Si esto es cierto, entonces nunca podría cumplir. Pero creo que Dios es más sabio y más misericordioso que eso. Y hay interpretaciones de escrituras religiosas que apoyan esto, diciendo que el vegetarianismo es un ideal muy alto.
Si la mayoría de la gente acepta la interpretación vegetariana de la religión o no, realmente no importa. Al menos no en mi vida. Lo acepto implícitamente. Por supuesto, sería maravilloso si el mundo adoptara el vegetarianismo, por motivos religiosos o por cualquier otro. Pero esto no es probable. Soy escéptico, es cierto, pero también soy realista. En cualquier caso, lo que la gente en general haga no me afectará. Seguiré siendo vegetariano incluso si todo el mundo comiera carne.
Esta es mi protesta contra la conducta del mundo. Ser vegetariano es estar en desacuerdo, estar en desacuerdo con el curso de las cosas de hoy. Poder nuclear, hambre, crueldad, debemos hacer una declaración en contra de estas cosas. El vegetarianismo es mi afirmación. Y creo que es una fuerte.
El autor Steven Rosen hace una declaración similar en su libro. Y aunque no estoy necesariamente de acuerdo con todo lo que dice, punto por punto, su trabajo me parece fascinante y convincente. Él señala correctamente que varios filósofos y líderes religiosos han tratado de convencer a sus seguidores de que los animales no son más que máquinas, puestas en la tierra para nuestro placer, sin ningún propósito propio. Sin embargo, el Sr. Rosen rompe esta idea y todos los lectores que están predispuestos al ideal vegetariano disfrutarán de su lógica y razón para hacer esto.
Derechos de autor (1986) Isaac Bashevis Singer
Un monumento con una diferencia
Por MILTON HINDUS
EL MASKAT FAMILIAR Por Isaac Bashevis Cantante. Traducido del yiddish por AH Gross. |
ietzsche dijo que las naciones son el método indirecto de la naturaleza para crear cinco o seis grandes hombres. Este brillante y cruel dicho se me ocurrió recientemente mientras contemplaba la situación de Isaac Bashevis Singer. Sus relatos en revistas estadounidenses lo han convertido en el escritor yiddish más conocido de este país desde Sholem Asch, y un nuevo Kulturkampf, al menos a pequeña escala, parece estar gestándose en el mundo literario yiddish, donde se encuentran algunas duras críticas de su obra. haciéndose escuchar.
Se dice o implica que concentra su atención demasiado en los tipos y prácticas repulsivos de los judíos, que la proporción de sensualidad y superstición en sus páginas es ofensiva para el gusto y que su actitud de desapego hacia su material es totalmente diferente al calor. De corazón humanitario característico de los padres de la literatura yiddish, IL Peretz, Sholom Aleichem y otros. A los que han elogiado su trabajo sin reservas en inglés se les dice claramente que no saben de qué están hablando. No están calificados para compararlo con otros escritores yiddish, afirman los críticos del Sr. Singer, porque solo lo han leído en la traducción.
Si este fuera el lugar para hacerlo, creo que no sería difícil refutar tales críticas. Quizás lo más importante es examinar su relevancia para una gran novela suya, que apareció por primera vez en 1950 y ahora se está reimprimiendo en una nueva edición. '' The Family Moskat '' fue elogiado en estas páginas hace 15 años, y debería ser elogiado de nuevo ahora, aunque en términos un poco más juiciosos, porque un libro que solicita nuestra atención después del lapso de tanto tiempo no se puede leer en de la misma manera que se leía antes.
'' The Family Moskat '' es muy diferente de la serie de historias fantásticas, sobrenaturales y grotescas que últimamente le han dado al Sr. Singer algo de moda. George Barker dijo una vez del poeta Yeats que "vivió dos veces demostrablemente", tan diferente fue su forma posterior a la anterior. Lo mismo puede decirse de Singer; Él ha pasado del naturalismo al sobrenaturalismo.
El cambio, por supuesto, no es sin precedentes; incluso un naturalista tan obstinado como Dreiser volvió su mano al relato sobrenatural, y en el siglo XVIII el Defoe ultra realista, en su "Verdadera relación de la aparición de una señora Veal", realizó una experimento exitoso en lo que un crítico ha llamado "la justificación de lo increíble por la multiplicación de lo irrelevante". Pero el naturalista que intenta hacer esto generalmente falla, mientras que no hay duda de que los esfuerzos de Singer en su modo posterior son más Estéticamente interesante que los anteriores. Saul Bellow ha dicho acertadamente que "a medida que el Sr. Singer envejece, su escritura se vuelve cada vez más poco convencional y original".
Los revisores hablaron de la primera edición de '' The Family Moskat '' como un monumento a los millones de judíos en Polonia que habían sido sacrificados y dispersados sobre la faz de la tierra en la década anterior. Si el libro es un monumento, es un monumento con una diferencia. No solo exalta ni glorifica su tema como lo hacen los monumentos tan a menudo. Los sentimientos de Singer sobre sus compañeros judíos tienen algo en común con los expresados por Mark Twain: "Los judíos son humanos; eso es lo peor que alguien puede decir sobre ellos ''.
Singer ha elegido conmemorar la vida de los judíos polacos, no simplemente su muerte. (Es probable que su muerte haya sido recordada de manera más efectiva en documentos como los diarios de Ringelblum de lo que podría ser en una obra de ficción, incluso la más talentosa). Con respecto a los muertos, se aconseja prudentemente que no se diga nada que no sea bueno; pero en la imaginación de Singer, los judíos polacos que él conoció en la tierra de su nacimiento nunca pueden morir, y por lo tanto los representa en todo el claroscuro moral de su ser.
Este sentimiento de Singer está algo silenciado en la versión en inglés, que termina con una nota siniestra y nihilista, mientras Hertz Yanovar, el intelectual desanimado, le cuenta al héroe, Asa Heshel, en medio del bombardeo de Varsovia: "El Mesías vendrá pronto ". Cuando este último lo mira sin comprender y le pregunta:" ¿Qué quieres decir? ", su respuesta es:" La muerte es el Mesías ". Esa es la verdad real ''.
Tal final causó una gran impresión en los lectores iniciales del libro en inglés, pero en el texto en yiddish la historia se completa con 11 páginas adicionales. Estas páginas describen la huida de un remanente patéticamente pequeño de judíos hacia Palestina cuando la mansión de Moskat bombardeada se derrumba en una ruina ardiente, y le permiten al autor terminar, aunque temblorosamente, con una nota afirmativa. El Mesías también se menciona en la última oración del texto yiddish, pero allí significa, como tradicionalmente lo hace, no la muerte sino la esperanza y la redención. En 1950, tal final pudo haberse caído porque parecía fatalmente sentimental tan pronto después de la guerra. Ahora, es lamentable que el final más suave de Singer no haya sido restaurado en la nueva edición. Si alguna vez se requiere otra edición, Espero que esto se haga. La coda ciertamente no es superflua; Contiene algunos de los pasajes más elocuentes y conmovedores de todo el libro.
"The Family Moskat" pertenece al género de la novela crónica, ejemplificada por Galsworthy, Martin du Gare y, en la propia literatura yiddish, por el hermano del autor, IJ Singer, quien escribió "The Brothers Ashkenazi". lo más importante de todo, probablemente, en lo que concierne a IB Singer, es el ejemplo de Thomas Mann, cuya "Montaña Mágica" se traduce al yiddish y cuyos "Buddenbrook" anteriores, sin duda, conocía bien.
El tema aparente del libro es el declive y la caída de la familia Moskat. Comienza con el desaconsejado tercer matrimonio del patriarca Meshulam Moskat, y concluye después de que él y la mayoría de sus descendientes inmediatos hayan muerto. En un sentido más profundo, se refiere a la comunidad judía de Polonia en el siglo XX, que se completó con la lógica más espantosa por liquidación.
Singer escribe: "¡Qué cosas no habían sucedido en Varsovia desde la Revolución de 1905! Los jóvenes jasídicos se habían deshecho de sus gabardinas, se habían afeitado las caras, se habían convertido en huelguistas, sionistas. Las hijas de casas respetables se habían enamorado de los estudiantes universitarios y habían huido con ellos a Nueva York, Buenos Aires o Palestina. La madre de los niños había descartado las pelucas de sus matronas y había dejado que todo el mundo viera su cabello desnudo ''.
Este es el tema que mantiene unido al extenso libro.
Las ideas más pequeñas y divertidas animan la conversación de algunos de los intelectuales en sus páginas:
'' '¿En qué está construido tu sistema?' ''
'' En Spinoza y Maltheus '' '.
'' 'Una combinación peculiar. ¿Qué predicas? '' '
'' 'Control sexual en el sentido más amplio de la palabra' ''.
'' '¿Qué se supone que es eso?' ''
'' 'Más sexo y menos hijos. El dormitorio es la clave de todos los problemas sociales e individuales '' '.
Las deficiencias del libro se encuentran en otra parte. Sus personajes, a pesar de todo su cerebro, actividad sexual y cinismo, no se han realizado lo suficiente o se han definido con suficiente claridad para estar a la altura de sus intenciones épicas. El héroe, Asa Heshel, (un devoto del panteísmo de Spinoza, como otros protagonistas de las historias de Singer), es pasivo, flexible y moralmente invertebrado. Esta no es una descripción inusual de un "héroe" moderno, y se puede objetar que en la ficción es posible hacer que incluso el que sufre de parálisis espiritual sea persuasivo para el lector. Pero Asa Heshel no es Hans Castorp, ni ninguno de los otros personajes, ni siquiera Abram Shapiro, quien está más cerca posiblemente de satisfacer la imaginación de este lector, está dibujado de manera más profunda o distintiva. De la trama de la construcción, el diálogo, el estilo y el pensamiento, Singer demuestra ser un adepto experto. A pesar de todos sus dones narrativos, sin embargo, no siempre logra individualizar suficientemente a sus personajes.
Los admiradores del talento de Singer, incluido el escritor actual, han admitido que, en general, es mejor en las formas más cortas de ficción que en las más largas (y en los bocetos de un volumen cuasi-autobiográfico que todavía no está completamente traducido, titulado "Sala de la corte de mi padre". "sugiere que puede ser el mejor de todos en este género". La novela corta '' Satanás en Goray '' me parece superior a '' The Family Moskat '' y su cuento ('' fabliau '', como lo llamó el poeta Allen Grossman) '' Gimpel the Fool ' Se concede generalmente a ser su mejor trabajo hasta la fecha y es, en mi opinión, sin ninguna calificación, una obra maestra.
Es concebible que un crítico contemporáneo que se asemeja a ese noble veneciano aburrido en el "Candide" de Voltaire, cuyo gusto literario se volviera tan refinado que al fin no pudiera soportar más que unos pocos versos de Virgil, podría rechazar todo el trabajo de Singer a excepción de " Gimpel '' y algunas otras historias. Pero Singer parece un escritor demasiado genuino como para ser sometido a tales rachos ingratos por parte de antropólogos prematuros. Los contemporáneos lo hacen bastante bien si simplemente reconocen los talentos auténticos de su propia generación, que nunca son demasiado numerosos. Un proceso selectivo posterior tiene lugar inevitablemente, lo que garantiza que el menor de estos escritores sea recordado por solo una fracción de su producción.
Isaac Bashevis Singer. El genio de la lengua muerta
Claudio Magris
El trabajo de incluso aquellos pocos cuya reputación perdura durante un período considerable de tiempo es diezmado y erosionado por la acción del tiempo. La atención de los hombres está sujeta a muchas distracciones; las canciones más nuevas (como observó Homer con amargura hace 3.000 años) son invariablemente las que suenan más dulces en los oídos de los hombres, y el resultado es a menudo que las de segunda categoría y las que son casi de primera categoría se descartan y barren despiadadamente en el olvido . Por lo que puede ver el ojo de un contemporáneo (y ciertamente no está muy lejos). El Sr. Singer ahora tiene suficiente trabajo sólido y sustancial en su haber para correr el riesgo de sufrir semejante destino.
'Vegetarianismo, una forma de vida, por
Dudley Giehl':
A pesar de que el número de personas que se suicidan es bastante pequeño, hay algunos que nunca han pensado en suicidarse en un momento u otro. Lo mismo ocurre con el vegetarianismo. Encontramos muy pocas personas que nunca han pensado que matar animales es en realidad un asesinato, fundado en la premisa de que tal vez sea correcto. . . La llamaré la pregunta eterna: lo que le da al hombre el derecho de matar a un animal a menudo lo tortura, para que pueda llenar su vientre con su carne. Ahora sabemos, como siempre hemos sabido por instinto, que los animales pueden sufrir tanto como los seres humanos. sus emociones y su sensibilidad son a menudo más fuertes que las de un ser humano. Varios filósofos y líderes religiosos intentaron convencer a sus discípulos y seguidores de que los animales no son más que máquinas sin alma, sin sentimientos.
Sin embargo, la única justificación para matar animales es el hecho de que el hombre puede tener un cuchillo o un hacha en sus manos y es lo suficientemente astuto y lo suficientemente egoísta como para sacrificarlo por lo que cree que es su propio bien. El Antiguo Testamento tiene muchos pasajes donde se considera que la pasión por la carne es mala. Según la Biblia, fue solo un compromiso con la llamada naturaleza humana que Dios permitió que la gente comiera carne. A menudo me asombro cuando leo sobre poetas muy sensibles, predicadores de la moral, humanistas y hacedores de todo tipo que encuentran placer en la caza: perseguir a algunas liebres o zorros pobres y débiles y enseñar a los perros a hacer lo mismo. A menudo leo de personas que dicen que cuando se jubilen irán a pescar. Dicen esto con el entendimiento de que a partir de ese momento no le harán ningún daño a nadie. Una época de caridad y tranquilidad comenzará en su vida. Nunca se les ocurre por un momento que seres inocentes sufrirán y morirán a causa de este pequeño e inocente deporte.
Sin embargo, la única justificación para matar animales es el hecho de que el hombre puede tener un cuchillo o un hacha en sus manos y es lo suficientemente astuto y lo suficientemente egoísta como para sacrificarlo por lo que cree que es su propio bien. El Antiguo Testamento tiene muchos pasajes donde se considera que la pasión por la carne es mala. Según la Biblia, fue solo un compromiso con la llamada naturaleza humana que Dios permitió que la gente comiera carne. A menudo me asombro cuando leo sobre poetas muy sensibles, predicadores de la moral, humanistas y hacedores de todo tipo que encuentran placer en la caza: perseguir a algunas liebres o zorros pobres y débiles y enseñar a los perros a hacer lo mismo. A menudo leo de personas que dicen que cuando se jubilen irán a pescar. Dicen esto con el entendimiento de que a partir de ese momento no le harán ningún daño a nadie. Una época de caridad y tranquilidad comenzará en su vida. Nunca se les ocurre por un momento que seres inocentes sufrirán y morirán a causa de este pequeño e inocente deporte.
. . Personalmente, soy muy pesimista sobre la esperanza de que el desprecio de la humanidad por los animales terminará pronto. A veces temo que nos estemos acercando a una época en que la caza de seres humanos pueda convertirse en un deporte. Pero es bueno que haya algunas personas que expresan una protesta profunda contra el asesinato y la tortura de los indefensos, jugando con su miedo a la muerte, disfrutando de su miseria. Incluso si Dios o la naturaleza están de acuerdo con los asesinos, el vegetariano está diciendo: protesto por los caminos de Dios y del hombre. Podemos admirar la sabiduría de Dios, pero no estamos obligados a alabar lo que nos parece su falta de misericordia. Puede ser que en algún lugar el Todopoderoso tenga una respuesta por lo que está haciendo. Puede ser que un día podamos captar su respuesta. Pero mientras no lo entendamos, no deberíamos estar de acuerdo y no debemos adularlo.
... Mientras los seres humanos sigan derramando la sangre de los animales, nunca habrá paz. Hay un pequeño paso desde matar animales hasta crear cámaras de gas a la Hitler y campos de concentración a la Stalin. . . todas estas acciones se realizan en nombre de la "justicia social". No habrá justicia mientras el hombre se pare con un cuchillo o con un arma y destruya a los que son más débiles que él.
El genio de Isaac Bashevis Singer
Ted Hugs
https://www.nybooks.com/articles/1965/04/22/the-genius-of-isaac-bashevis-singer/
Una ventana al mundo
Silos escritores comienzan a escribir con talento, rápidamente ganan una reputación entre los lectores y la crítica, y luego de repente son silenciados para siempre. Tuvimos dos de esos hombres en el Club de Escritores Yiddish en Varsovia. Una, Menahem Roshbom, había logrado, antes de cumplir los treinta años, publicar tres novelas. El otro, Zimmel Hesheles, había escrito a la edad de veintitrés años un largo poema. Ambos recibieron críticas entusiastas en la prensa yiddish. Pero entonces, como dice el dicho, sus matrices literarias se cerraron y nunca volvieron a abrirse.
Roshbom ya tenía unos cincuenta años y Hesheles tenía unos cuarenta y tantos años cuando me convertí en miembro del Club de Escritores. Ambos eran considerados buenos jugadores de ajedrez. A menudo los veía jugando juntos. Menahem Roshbom siempre estaba tarareando una melodía, balanceándose, haciendo muecas y tratando de arrancar los pocos pelos restantes de su perilla de sal y pimienta. Levantaría el pulgar y el índice como para mover una pieza y luego los retiraría como si hubieran sido chamuscados. Se dijo que era mejor jugador que Hesheles, pero hacia el final del juego, inevitablemente perdió la paciencia. Menahem Roshbom era un fumador empedernido. Sus dedos y uñas estaban teñidos de amarillo, y sufría de una tos crónica. Se dijo que fumaba incluso mientras dormía. Era alto, demacrado, arrugado, encorvado. Después de que dejó de escribir ficción, se había dedicado al periodismo y se había convertido en el jefe de feuilletonist en uno de los dos periódicos idish de Varsovia. Aunque estaba enfermo y se dijo que era consumista, continuó con mujeres, principalmente actrices del teatro yiddish.
En su vida se había divorciado de tres esposas, y los hijos de sus tres esposas acudían a él por dinero. Su amante constante era la esposa de un actor yiddish. Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Principalmente actrices del teatro yiddish. En su vida se había divorciado de tres esposas, y los hijos de sus tres esposas acudían a él por dinero. Su amante constante era la esposa de un actor yiddish. Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Principalmente actrices del teatro yiddish. En su vida se había divorciado de tres esposas, y los hijos de sus tres esposas acudían a él por dinero. Su amante constante era la esposa de un actor yiddish. Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ”
Zimmel Hesheles era pequeño, reservado, un soltero solitario y silencioso. Su rostro estrecho siempre estaba afeitado y sus mejillas eran inusualmente suaves. Algunos pensaron que era un eunuco cuya barba ni siquiera crecía. Arrastró un pie y llevó un bastón. Uno de sus zapatos tenía un tacón más alto. Su cabello castaño tenía un grosor y brillo masculino.
Para un indigente que se apoyaba rellenándose como corrector de pruebas durante las vacaciones de verano, Zimmel Hesheles se vestía bastante decentemente. Tanto en verano como en invierno andaba con un sombrero negro de ala ancha, spats y un foulard de artista. Apenas había renunciado a sus ambiciones literarias y dejó que se supiera que todavía estaba escribiendo aunque no publicaba. Perteneció al Pen Club y asistió a veladas literarias. Ejerció una puntualidad profesional. No fumaba, no zumbaba, no hacía una mueca. Vino todos los días al Club de Escritores precisamente al mediodía, pidió un vaso de té con limón y nada más, leyó los periódicos, jugó una partida de ajedrez con Roshbom o con alguien más, y se fue a las dos cuando la multitud comenzó a reunirse. almuerzo. En el club se dijo que Zimmel Hesheles preparó sus propias comidas en un plato caliente y que incluso hizo su propia ropa. Alguien lo había visto comprar pan de ejército barato en Kercelak Place, donde se podían encontrar ofertas. Zimmel Hesheles había dicho una vez a la gerencia de la asociación de periodistas que se las arreglaba para alimentarse y vestirse con una suma que, de revelarla, nadie lo hubiera creído.
Menahem Roshbom fue lo que se llama un libro abierto. Pero Zimmel Hesheles siempre se sentó erguido sobre el tablero de ajedrez, y después de que Roshbom hubo dado su opinión, Zimmel murmuró: "Entonces, ¿a dónde va el rey?"
Y los kibitzer sabíamos que el rey de Roshbom había caído en una trampa. Cuando Roshbom se dio cuenta de que la situación era desesperada, arrancaba las piezas de ajedrez con un movimiento de su mano y decía algo como: "No debería haber movido el peón".
Y él soplaría una espesa nube de humo directamente en la cara de Zimmel Hesheles.
Silos escritores comienzan a escribir con talento, rápidamente ganan una reputación entre los lectores y la crítica, y luego de repente son silenciados para siempre. Tuvimos dos de esos hombres en el Club de Escritores Yiddish en Varsovia. Una, Menahem Roshbom, había logrado, antes de cumplir los treinta años, publicar tres novelas. El otro, Zimmel Hesheles, había escrito a la edad de veintitrés años un largo poema. Ambos recibieron críticas entusiastas en la prensa yiddish. Pero entonces, como dice el dicho, sus matrices literarias se cerraron y nunca volvieron a abrirse.
Roshbom ya tenía unos cincuenta años y Hesheles tenía unos cuarenta y tantos años cuando me convertí en miembro del Club de Escritores. Ambos eran considerados buenos jugadores de ajedrez. A menudo los veía jugando juntos. Menahem Roshbom siempre estaba tarareando una melodía, balanceándose, haciendo muecas y tratando de arrancar los pocos pelos restantes de su perilla de sal y pimienta. Levantaría el pulgar y el índice como para mover una pieza y luego los retiraría como si hubieran sido chamuscados. Se dijo que era mejor jugador que Hesheles, pero hacia el final del juego, inevitablemente perdió la paciencia. Menahem Roshbom era un fumador empedernido. Sus dedos y uñas estaban teñidos de amarillo, y sufría de una tos crónica. Se dijo que fumaba incluso mientras dormía. Era alto, demacrado, arrugado, encorvado. Después de que dejó de escribir ficción, se había dedicado al periodismo y se había convertido en el jefe de feuilletonist en uno de los dos periódicos idish de Varsovia. Aunque estaba enfermo y se dijo que era consumista, continuó con mujeres, principalmente actrices del teatro yiddish.
En su vida se había divorciado de tres esposas, y los hijos de sus tres esposas acudían a él por dinero. Su amante constante era la esposa de un actor yiddish. Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Principalmente actrices del teatro yiddish. En su vida se había divorciado de tres esposas, y los hijos de sus tres esposas acudían a él por dinero. Su amante constante era la esposa de un actor yiddish. Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Principalmente actrices del teatro yiddish. En su vida se había divorciado de tres esposas, y los hijos de sus tres esposas acudían a él por dinero. Su amante constante era la esposa de un actor yiddish. Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ”
En su vida se había divorciado de tres esposas, y los hijos de sus tres esposas acudían a él por dinero. Su amante constante era la esposa de un actor yiddish. Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Principalmente actrices del teatro yiddish. En su vida se había divorciado de tres esposas, y los hijos de sus tres esposas acudían a él por dinero. Su amante constante era la esposa de un actor yiddish. Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Principalmente actrices del teatro yiddish. En su vida se había divorciado de tres esposas, y los hijos de sus tres esposas acudían a él por dinero. Su amante constante era la esposa de un actor yiddish. Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ” Nunca se determinó por qué su marido le permitió estar con Roshbom. A menudo oía decir que Roshbom lamentaba ser demasiado inteligente, demasiado cínico. Con frecuencia en sus conversaciones, e incluso en sus artículos, menospreciaba el valor de la literatura y los delirios de la inmortalidad. Nunca se había permitido ser honrado en un banquete. Si alguien lo llamaba escritor, Roshbom respondió: "Tal vez de una vez. . . ”
Zimmel Hesheles era pequeño, reservado, un soltero solitario y silencioso. Su rostro estrecho siempre estaba afeitado y sus mejillas eran inusualmente suaves. Algunos pensaron que era un eunuco cuya barba ni siquiera crecía. Arrastró un pie y llevó un bastón. Uno de sus zapatos tenía un tacón más alto. Su cabello castaño tenía un grosor y brillo masculino.
Para un indigente que se apoyaba rellenándose como corrector de pruebas durante las vacaciones de verano, Zimmel Hesheles se vestía bastante decentemente. Tanto en verano como en invierno andaba con un sombrero negro de ala ancha, spats y un foulard de artista. Apenas había renunciado a sus ambiciones literarias y dejó que se supiera que todavía estaba escribiendo aunque no publicaba. Perteneció al Pen Club y asistió a veladas literarias. Ejerció una puntualidad profesional. No fumaba, no zumbaba, no hacía una mueca. Vino todos los días al Club de Escritores precisamente al mediodía, pidió un vaso de té con limón y nada más, leyó los periódicos, jugó una partida de ajedrez con Roshbom o con alguien más, y se fue a las dos cuando la multitud comenzó a reunirse. almuerzo. En el club se dijo que Zimmel Hesheles preparó sus propias comidas en un plato caliente y que incluso hizo su propia ropa. Alguien lo había visto comprar pan de ejército barato en Kercelak Place, donde se podían encontrar ofertas. Zimmel Hesheles había dicho una vez a la gerencia de la asociación de periodistas que se las arreglaba para alimentarse y vestirse con una suma que, de revelarla, nadie lo hubiera creído.
Menahem Roshbom fue lo que se llama un libro abierto. Pero Zimmel Hesheles siempre se sentó erguido sobre el tablero de ajedrez, y después de que Roshbom hubo dado su opinión, Zimmel murmuró: "Entonces, ¿a dónde va el rey?"
Y los kibitzer sabíamos que el rey de Roshbom había caído en una trampa. Cuando Roshbom se dio cuenta de que la situación era desesperada, arrancaba las piezas de ajedrez con un movimiento de su mano y decía algo como: "No debería haber movido el peón".
Y él soplaría una espesa nube de humo directamente en la cara de Zimmel Hesheles.
DYBBUK O IBBUR:
BAILES DE MEDIANOCHE CON ISAAC BASHEVIS SINGER
Los demonios aparecen: una conversación con Isaac Bashevis Singer
Obra
En general las versiones en castellano han sido traducidas del inglés y no de su idioma original. La fecha que aparece es la de su publicación en yidis.
- Satán en Goray (1935)
- La familia Moskat (1950)
- El mago de Lublin (1960)
- Sombras sobre el Hudson (1957-58).A 1
- El esclavo (1962) Plaza & Janes editores
- En el tribunal de mi padre (1966)
- La casa de Jampol (1967). Editorial Debate, 2003.
- El certificado (1967). Ediciones B, 2004.
- The Golem (1968). Jewish Daily Forward. Farrar Straus Giroux, 1982.
- Los herederos (1969). Editorial Debate, 2003.
- Enemigos, una historia de amor (1972). Editado por Plaza & Janés, 1983.
- Un día placentero: Relatos de un niño que se crio en Varsovia (1973)
- El penitente (1973) Plaza & Janes, 1984.
- Shosha (1978) Plaza & Janes editores
- Escoria (1991) Planeta, 1991.
- Meshugah (1994)
- Krochmalna N° 10'
- Amor y exilio (1984). Ediciones B, 2002.
- La destrucción de Kreshev (2007). Acantilado. (Traducción: Rhoda Henelde y Jacob Abecassis).
- El alrevesado emperador de China (Conaculta, 2011)
A continuación aparece el título de la traducción al inglés de otras de sus obras (no traducidas al castellano). Algunas de estas traducciones hizo el propio Singer. La fecha que aparece es la de la publicación en inglés.
- The Fearsome Inn (1967)
- Mazel and Shlimazel (1967)
- The Manor (1967)
- Elijah The Slave (1970)
- Joseph and Koza: or the Sacrifice to the Vistula (1970)
- Enemies, a Love Story (1972)
- The Wicked City (1972)
- The Hasidim (1973)
- Fools of Chelm (1975)
- Naftali and the Storyteller and His Horse, Sus (1976)
- A Young Man in Search of Love (1978)
- The Penitent (1983)
- Yentl the Yeshiva Boy (1983)
- Why Noah Chose the Dove (1984)
- The King of the Fields (1988)
- Scum (1991)
- Cuentos para adultos
- El Spinoza de la calle Market.
- Gimpel el tonto y otros relatos (1957). Editorial Plaza y Janés, 1979.
- Una boda en Brownsville, Editorial Bruguera, 1983.
- La imagen y otros relatos, Editorial Ada Korn, 1987.
- Un amigo de Kafka, Editorial Planeta, 1973.
- Un amigo de Kafka y otros relatos, Editorial Cátedra, 1990.
- La muerte de Matusalén, La otra orilla, 2007
- Cuentos para niños y jóvenes
- ”Cuentos judíos” , Editorial Anaya 1989
- Cuando Schlemel fue a Varsovia y otros cuentos, Editorial Alfaguara, 1992
- Cuentos judíos de la aldea de Chelm, Editorial Lumen, 1996
- Cuentos para niños, Editorial Anaya, 2004
- Cuentos de amor y esperanza
- '
- Rebelión y creatividad: contextualizando la "Nota del autor" de Isaac Bashevis Singer a The Penitent
David Stromberg
https://www.europeana.eu/portal/es/explore/people/60048-isaac-bashevis-singer.html
TAIBELE Y SU DEMONIO 1998
La lujuria del diablo en escena: los entramados pasionales que Bashevis Singer teje como nadie. La piedad por los lujuriosos, la debilidad del engañador, el placer del engañado, la oculta superstición judía, el poder erótico de los demonios, las debilidades físicas y la gloria mágica del amante sexual y la pesada mirada de Dios sobre sus desconcertadas criaturas.
“Mazel y Shlimazel: la leche de la leona”
Todo gira en torno a dos espíritus que siempre están afectando la vida de los seres humanos: Mazel, el espíritu de la buena suerte, y Shlimazel, su némesis y enemigo. En el relato, el ser humano aparece como una mera marioneta de estas dos potencias trascendentales, sutiles pero irresistibles, que hacen y deshacen con nosotros a su absoluto placer.
Compañía ETR.
Campos de Chelm, adaptación de cuentos de Isaac Bashevis Singer
El espectáculo presenta a un puñado de presos en un campo de concentración nazi que para evadirse de su dramática existencia recrean los cuentos e historias vividas por sus antepasados. De esta manera, la comedia y el drama se dan la mano y se desdibujan entre la risa y el llanto, la vida y la muerte.
L’ultimo demone (Mayse Tishevitz) di Isaac Bashevis Singer a teatro a Roma
Olek Mincer es un judío polaco, cuyos padres escaparon del Holocausto; Su identificación con el personaje principal, el último demonio que también es el último judío viviente de la ciudad, es particularmente fuerte.
Filmografía
Argumento
Argumento (4 títulos)
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