La inmortalidad está hecha de piedra y de ficción, en 'Bomarzo'
No es difícil encontrarme en BOMARZO, pues la insensata fantasía de permanecer disfrazado de bochornos, ha pronunciado mi melancolía hacia versículos aislados e inanes, donde los pantagruélicos monstruos antropomórficos, de su jardín, son puertas al averno poético.
sí, ese que necesito para deletrear la más amplia conciencia creativa que rebosa versos, imágenes, demencia, saciedades e incluso alguna malevola maldad para insuflar un inanimado florilegio de hombre florentino, en que me he convertido.
Añoro la beatitud de la piedra en esas esculturas que paralizan los ojos vidriosos de un patético y endeble poeta, para vencer el abismo de los mortales.
Trunco las veleidades, para que la vieja armonía se desate en esas bellas y adustas piedras edificadas.
Paseo entre miniaturas, para ver en Bomarzo una mascara, la mía, superpuesta sobre la relativa realidad.
Somos, por primera vez en nuestra historia,
contemporáneos de todos los hombres.
Octavio Paz
Manuel Mújica Láinez (Argentina, 1910-1984) | |
Escritor argentino. Después de haber pasado una temporada en Inglaterra y Francia, donde realizó sus estudios medios, regresó a Argentina, desempeñándose como crítico de arte en La Nación, secretario del museo de Arte Decorativo (1937-1946) y director de Relaciones Culturales (1955-1958). Se inició con libros de evocación histórica del pasado español y argentino: Glosas castellanas (1936) y Don Galaz de Buenos Aires(1938), línea que continuó en sus biografías del romántico Miguel Cané y los poetas de la literatura gauchesca, Estanislao del Campo e Hilario Ascasubi. Aparte de su trabajo como traductor en obras de Marivaux, Molière, Racine y Shakespeare, su obra más conocida es la de narrador. En ella ha sabido ordenar relatos que tienen personajes en común y forman una historia continuada y variable: Aquí vivieron (1949) es la saga de los habitantes de una casa; Misteriosa Buenos Aires (1951) historia de la ciudad, a través de personajes históricos y fantásticos; en El viaje de los siete demonios (1974) evoca los siete pecados capitales en correspondientes viñetas históricas; El escarabajo (1982) está protagonizado por una joya que pasa de mano en mano a través de los siglos. Lo más característico de su producción es la serie de novelas que describen la elegante y, a la vez, grotesca decadencia de algunas grandes familias porteñas: Los ídolos (1953), La casa (1954), Invitados en El Paraíso (1955) y Los viajeros (1956). En ellas se han señalado influencias de Eça de Queirós, Virginia Woolf y Marcel Proust. En el plano de la novela histórica, a veces mezclada con fuentes legendarias, cuentan: Bomarzo (1962), El unicornio (1965), El laberinto (1974) y De milagros y melancolías (1969). © M.E. |
Bomarzo (fragmento)
Único retrato conocido de Pier Francesco, Vicino, Orsini, Medalla por Vezio Paoletti a partir de la original de Pastorino Pastorini (ca. 1550, British Museum).
" He ahí lo que debía relatar en Bomarzo, pero no a través de los frescos efímeros de Jacopo del Duca, cuya posibilidad quedaría abandonada para siempre en el entrecruzamiento de los andamios, en una desierta galería del castillo, sino utilizando las rocas perennes del bosque. El bosque sería el Sacro Bosque de Bomarzo, el bosque de las alegorías, de los monstruos. Cada piedra encerraría un símbolo y, juntas, escalonadas en las elevaciones donde las habían arrojado y afirmado milenarios cataclismos, formarían el inmenso monumento arcano de Pier Francesco Orsini. Nadie, ningún pontífice, ningún emperador, tendría un monumento semejante. Mi pobre existencia se redimiría así, y yo la redimiría a ella, mudado en un ejemplo de gloria. "
Pierfrancesco Orsini, conocido también como Vicino Orsini (Roma, 4 de julio de 1523 — Bomarzo, 28 de enero de 1585) fue un condottiero, duque y mecenas italiano del Renacimiento. Era descendiente de la familia Orsini, una de las más antiguas, ilustres y por siglos la más poderosa de las familias reales italianas.
Biografía
Nacido en Roma, fue el hijo de Giovanni Corrado Orsini y Clarice Anguillara. Heredó el ducado de Bomarzo siete años después de la muerte de su padre, gracias a la intercesión del cardenal Alejandro Farnesio, el futuro Papa Paulo III. Más tarde, en 1541, se casó con una de las parientes de Alejandro, Giulia Farnesio.
Su carrera como condottiero terminó en los años 1550, cuando fue hecho prisionero, y el Tratado de Cateau-Cambresis puso fin a la guerra franco-española en Italia. Orsini se retiró luego a Bomarzo, donde se rodeó de artistas y literatos, y se dedicó a un estilo de vida epicúreo, que niega cualquier contacto con la religión. Aquí se dedicó a la familia y, a partir de 1547, al famoso Parque de los monstruos de Bomarzo, cuyas enigmáticas construcciones y esculturas son uno de los más sugerentes ejemplos de arte renacentista tardío en Italia.
Tras la muerte de su esposa le dedicó el parque a su memoria.
Vicino Orsini falleció el 28 de enero de 1585 a los 61 años de edad. Está sepultado en la parroquia de Santa María Asunta.
Como es Bomarzo.
Escrita a lo largo de tres años de
intensos trabajos e investigaciones, la novela recrea la vida de un noble italiano del siglo XVI: el duque Pier Francesco Orsini, el "contrahecho, cínico e intrigante". Su drama
se desarrolla en el ambiente trágico y sensual del Palacio Orsini y el célebre Bosque de los monstruos de Bomarzo, próximos a la ciudad de Viterbo. Los numerosos personajes históricos, evocados por las
confesiones del duque, componen un minucioso fresco del Renacimiento italiano.
Bomarzo no ofrece dificultades técnicas en lo que a su desarrollo
narrativo se refiere. Sin embargo, la historia del duque Orsini está rodeada de
un gran número de acontecimientos.
La narración en primera persona está
dotada de cualidades muy expresivas ya que dotan a la narración de un
acercamiento al lector muy provechoso en orden a conseguir que se identifique
con el héroe de Bomarzo, Pier Francesco Orsini.
Hechos
históricos en la novela
Desde el comienzo mismo de la obra
el autor nivela las pinceladas de realismo con las semirreales. Al autor le
interesa imprimir esa sensación de realismo para conseguir que el lector esté
cierto de una realidad que serán las alusiones históricas.
- Nacimiento de Miguel Ángel:
Sandro Benedetto, físico y astrólogo de mi pariente, el
ilustre Nicolás Orsini, condottiero a quien, después de su muerte, compararon
con los héroes de la Iliada, trazó mi horóscopo el 6 de marzo de 1512, día en
que nací, a las dos de la mañana, en Roma. Treinta y siete años antes, el mismo
6 de marzo pero de 1475, a las mismas dos de la mañana, había visto la inquieta
luz del mundo, en una aldea etrusca, Miguel Ángel Buonarrotti. La concordancia
no fue más allá de un fortuito coincidir de horas y de fechas. En verdad, los
astros que presidieron nuestras respectivas apariciones en el ajedrez de la
vida, dispusieron sus piezas en el tablero para muy distintas
jugada
pág.
21)
- La coronación de Carlos I de
España.
- La batalla de Lepanto.
- Las poco edificantes costumbres
de papas y personajes de la época y crímenes de capa y puñal.
Fernando
Vallejo
El escritor colombiano Fernando Vallejo afirma que "Manuel Mujica Láinez es el mejor escritor
de los últimos mil años". 2
Jorge Luis Borges
Jorge Luis Borges, al ofrecer la comida con la cual se agasajó a Manuel Mujica Láinez poco después de la publicación de Bomarzo, le
agradeció el bien que con este libro se le hacía a la novela como género literario.
Jorge Campos
En un artículo de la revista Ínsula,
Jorge Campos nos acerca a un encuadre de Bomarzo en la que los aspectos
históricos son mero apoyo argumental sin una especial incidencia:3
Una teoría alternativa sobre los jardines de Bomarzo
https://gonzalofernandez.wordpress.com/2016/06/17/una-teoria-alternativa-sobre-los-jardines-de-bomarzo/
La sensación que nos deja Bomarzo es la de un gran
tapiz, una columna trajana, complementada con colorido brillante, por la que
ascienden, ajustados y abigarrados, todos los hombres y mujeres que han
constituido una época.
Bomarzo: el Renacimiento italiano en la pluma de Mujica Láinez
MARÍA CABALLERO
Universidad de Sevilla
https://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/viewFile/ALHI99
99120489A/22702
Por:EL PAÍS12/08/2013
El gran teatro (fragmento)
" Y cuando los últimos rezagados se apresuraban hacia sus localidades, porque era inminente la disminución de las luces y el resurgir del Hongo conductor, nacido de la Madre Tierra, se produjo la novedad. En el avant-scène del Presidente de la República, el frontero del que corresponde a la Intendencia, desierto durante el acto inicial, aparecieron varias personas. Eran cuatro hombres, uno de ellos con uniforme militar, dos gordos rechonchos y un caballero delgado y alto, de pelo ceniciento, nariz voraz como un pico de halcón, ojos fijos, grises y duros, también de halcón, en quien se había concentrado la expectativa de los restantes, pues se produjo allí un movimiento de intercambiadas cortesías, con obvia dificultad para los obesos, a fin de que el flaco aceptase el lugar preferente. Pocos, entre el público, lo reconocieron, no obstante que los diarios habían publicado su fotografía, hacía una semana, pero vistiendo una chaqueta a cuadros, con sombrero tirolés en la diestra, junto a la escalerilla del barco. "
El Manierismo de los Jardines de Bomarzo
El hombrecito del azulejo (fragmento), de Misteriosa Buenos Aires
" El niño lo llama al despertarse, y arrastra a la gata gruñona para que lo salude. Martinito es el compañero de su soledad. Daniel se acurruca en el suelo junto a él y le habla durante horas, mientras la sombra teje en el suelo la minuciosa telaraña de la cancela, recortando sus orlas y paneles y sus finos elementos vegetales, con la medialuna del montante donde hay una pequeña lira. Martinito, agradecido a quien comparte su aislamiento, le escucha desde su silencio azul, mientras las pardas van y vienen, descalzas, por el zaguán y por el patio que en verano huele a jazmines del país y en invierno, sutilmente, al sahumerio encendido en el brasero de la sala. Pero ahora el niño está enfermo, muy enfermo. Ya lo declararon al salir los doctores de barba rubia. Y la Muerte espera en el brocal. El hombrecito se asoma desde su escondite y la espía. En el patio lunado, donde las macetas tienen la lividez de los espectros, y los hierros del aljibe se levantan como una extraña fuente imnóvil...
(...)
(...)
Martinito piensa que el niño, su amigo, va a morir, y le late el frágil corazón de cerámica. Ya nadie acudirá cantando a su escondite del zaguán; nadie le traerá los juguetes nuevos, para mostrárselos y que conversen con él. Quedará solo una vez más, mucho más solo ahora que sabe lo que es la ternura.
(...)
Es hermoso que la llamen a una así: "Madame la Mort." Eso la aproxima en el parentesco a otras Muertes mucho más ilustres, que sólo conoce de fama, y que aparecen junto al baldaquino de los reyes agonizantes, reinas ellas mismas de corona y cetro, en el momento en que los embajadores y los príncipes calculan las amarguras y las alegrías de las sucesiones históricas. "
Los alquímicos jardines de Bomarzo
Juan Manuel de Faramiñán Gilbert
(Artículo publicado en la Revista Esfinge)
http://www.juanmanueldefaraminangilbert.org/blog/wp-content/uploads/2009/04/los-alquimicos-jardines-de-bomarzo.pdf
La casa (fragmento)
" Ahora recuerdo en qué otra desencantada expresión me hace pensar la suya, en qué otros ojos observé el mismo mirar, pero no tiene nada que ver, nada que ver, es algo distinto y hasta opuesto, aunque deberé referirlo también, deberé narrarlo porque no podría acarrearlo conmigo más allá de la muerte. Parecía pueril, insignificante, pero no lo fue. Si se analiza bien se advertirá que no lo fue. Era el tono de un tipo de crueldad irreflexiva, maquinal, una crueldad que no se propone ser cruel. "
El jardín manierista.
MARI CRUZ MORALES
http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=6&ved=0CEMQFjAF&url=http%3A%2F%2Fdialnet.unirioja.es%2Fdescarga%2Farticulo%2F847749.pdf&ei=Bs2hUczJJqOc0AWRpICICQ&usg=AFQjCNGjKfD68YPKr_JrpQv6hzUgnC7fzw&bvm=bv.47008514,d.d2k
" Era, en medio de tanta sordidez, una visión de trasmundo, de otro mundo, de un mundo quimérico, mucho más hipotético ahora que el que nos oprimía con su olor y sus formas, de ese mundo maravilloso que anunciaban en el comedor vecino, como desterrados profetas ásperos, las sillas de altaneros monogramas. La descabellada intervención de la Nena había contribuido a hacer de la imagen algo irreal, incomparable. Duma surgía en el esplendor de su hermosura de unas nubes espantosas, roqueñas, que le aprisionaban el busto. La Nena había completado su obra añadiéndole una aureola plateada, en su afán de metamorfosearla vaya uno a saber en qué, posiblemente en una virgen, ya que se la destinaba a una cabecera. Y ese nimbo burdo y esas nubes de piedra y de cartón contrastaban con la enamorada delicadeza con que Philibert Chénier había modelado el rostro puro, había dado color e intensidad a los ojos miopes, esmaltadamente azules, y había expresado la transparencia de la piel de Duma. "
Bomarzo: una experiencia humanística y sensitiva
por Fernando Martín Martín
Universidad de Sevilla, España
Jardín de los Monstruos, Bomarzo. Las fotos en este post son de Julian Gardner © Courtauld Institute of Art.
Por FIETTA JARQUE*
Es un lugar sobrecogedor, o así pretendió su hacedor que atravesara los siglos este parque de esculturas fantásticas. El Bosque sagrado de Bomarzo, el Jardín de los Monstruos, representa desmesuradas figuras deformes, seres mitológicos, escenas violentas y también sensuales talladas en las formaciones rocosas del terreno o plantadas como trofeos de una memoria alucinada. Fue construido a mediados del siglo XVI por el duque Pier Francesco Orsini, conocido como Vicino Orsini. Los pocos documentos históricos parecen aludir a la profunda depresión que sufrió este poderoso príncipe renacentista tras la muerte de su mujer, Julia de Farnesio, como origen de este excéntrico proyecto escultórico.
El palacio y jardines de los Orsini cayó en el abandono y el olvido durante casi cuatro siglos, cuando en 1954 la propiedad fue comprada por Giovanni Bettini, quien se abocó a la recuperación de este lugar excepcional que se encuentra cerca de Viterbo, al norte de Roma. Pero la verdadera construcción del bosque fantasmagórico de Bomarzo se dio en la ficción. El 13 de julio de 1958 visitó el lugar un escritor argentino. Manuel Mujica Lainez paseó deslumbrado entre estas formaciones amenazantes, entró en la boca del ogro, vio al elefante que quiebra la vida de un gladiador con su trompa, el coloso vencedor de la lucha que parece partir en dos a su adversario, la lánguida mujer postrada o la grandiosa sirena con una negra abertura entre sus dos colas escamadas.
El lugar ejerció un poderoso influjo y pronto
empezó a idear una historia que se convertiría, casi dos años después, en una novela que inventa la inquietante historia de Pier Francesco Orsini. Mujica Lainez hace de Orsini un hombre torturado por su deformidad, una joroba, un pie contrahecho. ¿Es esa convivencia con lo monstruoso, esa lejanía de los ideales de belleza, lo que lo lleva a idear ese museo de los horrores?
Y, simultáneamente, Mujica Lainez embellece al personaje. En su novela, el famoso retrato de un joven desconocido, de Lorenzo Lotto, es un retrato de Pier Francesco Orsini. La espalda deforme se disimula, por completo con el fondo de oscuros cortinajes. El rostro alargado, la piel lívida, la mirada inteligente y abstraída, los largos dedos de sus manos, son la sublimación de ese aristócrata algo decadente.
Retrato de joven desconocido en su estudio (1530), de Lorenzo Lotto. Foto: Gallerie dell'Accademia, Venecia, Italia
La vida de un príncipe renacentista italiano estaba jalonada por conflictos de intereses aristocráticos, por batallas y bajas traiciones. Matrimonios de interés y parientes listos para deshacerse del heredero incómodo. Alquimia, seres fantásticos. Un Juego de Tronos, como de George R. R. Martin, pero en amplio el escenario, más refinado –no menos sibilino-, que frecuentaba Maquiavelo.
Y es de esa especie de subconsciente personal –o colectivo- del que emerge la idea de construir un monumento a su época. Un monumento a lo oscuro e innombrable. Orsini relata así su epifanía: “Me puse de pie, como si me cegara la brusca claridad, y me apoyé en un tronco. Veía por fin lo que debía hacer. Mi tema y yo nos habíamos encontrado y formábamos desde ese segundo una indestructible unidad. Mi vida… mi vida transfigurada en símbolos… salvada para las centurias...eterna… imperecedera…” (…) “El bosque sería el sacro Bosque de Bomarzo, el bosque de las alegorías, de los monstruos. Cada piedra encerraría un símbolo, y juntas, escalonadas en las elevaciones donde las habían arrojado y afirmado milenarios cataclismos, formarían el inmenso monumento arcano de Pier Paolo Orsini”.
Y así fue, por partida doble. La piedra y la ficción han eternizado la existencia de este hombre, convertido en personaje y en un paseo que nos recuerda los monstruos nocturnos que acechan al espíritu. Bomarzo está considerada una de las grandes novelas latinoamericanas, ganadora de varios premios, incluso uno que compartió con Rayuela, en 1964. Lejos de le estética del boom, Mujica Lainez cultivó una novelística quizá más conservadora, pero no menos deslumbrante que la de algunos de sus contemporáneos. Una vez que se visita Bomarzo, a través de su libro, ese lugar se instala para siempre en el mapa imaginario de todos sus lectores.
BOMARZO, DONDE LOS MONSTRUOS NO MUEREN
DEL 20 DE ABRIL AL 25 DE JUNIO DE 2017
SALA MÍNIMA. MUSEO DE LA BNE
La más afamada novela de Manuel Mujica Lainez es, además de su autobiografía imaginaria, un fresco abi
-
garrado y preciosista del Renacimiento italiano aderezado con mixtificaciones y anacronismos deliberados.
Que el protagonista, Vicino Orsini, fue libertino está fuera de duda; sin embargo, ciertos pasajes de la obra
no son menos apócrifos que el bookcrossing entre Vicino y Cervantes en los días previos a la batalla de Lepanto.
Esas licencias y otras más gravosas, como las deformidades física y moral del duque, fueron el alto precio que,
cuatrocientos años después, le hizo pagar el escritor argentino a cambio de la inmortalidad.
En los días del estreno, por vez primera en España, de la ópera homónima en el Teatro Real de Madrid, esta
exposición muestra una selección de los documentos de la BNE que mejor ilustran las peripecias de Bomarzo,
algunos de los cuales sirvieron, tal vez, a su creador como fuente bibliográfica y motivo de inspiración.
“Voi che pel mondo gite errando vaghi di veder meraviglie alte et stupende, venite qua dove son faccie horrende;
elefanti, leoni, orsi, orchi et draghi” (inscripción epigráfica en la entrada de la Villa de las Maravillas de Bomarzo)
13 de julio de 1958. Bomarzo, Italia. Un pintor, un poeta y un novelista, al que los otros llaman Manucho,
recorren un paraje poblado de monstruos de piedra volcánica. Es el surrealista escenario para un encuentro
no menos extraño: el de Manucho, el novelista, con Vicino, el creador del parque quinientos años antes;
Manuel Mujica Lainez, el excéntrico descendiente de la oligarquía criolla, y Pier Francesco Orsini, el duque
de Bomarzo, un condotiero de una ilustre familia romana de tradición güelfa.
Meses después, el autor da con la clave estructural de la novela que le ocupará durante los tres años siguientes:
“¿Qué tal sería contar la historia del duque de Bomarzo como si me hubiera sucedido a mí, es
decir, como si yo la recordara vagamente y la fuera reconstruyendo, referir la ida con Miguel Ocampo y con
Guillermo Whitelow como una revelación, como un reencuentro? […] Bomarzo será la novela de la inmortalidad.
Pier Francesco Orsini (yo) encontró el secreto de la inmortalidad, como dicen que lo halló Paracelso,
su contemporáneo” 1
.
Manucho y Vicino frente a frente. Sus vivencias ya nunca más volverán a separarse. El novelista no tuvo
escrúpulos en recuperar la memoria del duque adueñándose de él, deformándolo hasta lo irreconocible en
aras de lo romanesco y haciéndolo suyo, suplantándolo, en una libérrima biografía que hay que leer, más que
como vida fabulada de uno de aquellos Orsini de Bomarzo y Monterotondo, como autobiografía imaginaria
de un Manucho migrado a otra época y a otro entorno.
Siete cuadernos de notas negros y tres cartapacios con los manuscritos de Bomarzo testimonian aún, en la
casa-museo del autor en El Paraíso (Córdoba, Argentina), su ardua labor de investigación durante más de
tres años de lecturas y visitas a museos, bibliotecas y archivos, entreverados con tres viajes a Bomarzo. Todo
ello, tamizado por su vasta cultura, cimentará sólidamente la alambicada mixtificación. Poco importaba que
los poemas, genealogías y estudios que Manucho conocía retrataran a un duque epicúreo, mujeriego e intelectual,
pero también guerrero y bien parecido. Mujica lo quiso física y moralmente deforme; más amoral
que depravado o perverso; jorobado, impotente, cojo; atormentado y disoluto; incomprendido; entregado al
“amor que no osa decir su nombre”. Congenió con el personaje que decidió suyo y lo usurpó, ante el silencio
de la entonces incipiente investigación, más inerme que consentidora. La situación no tardaría en cambiar. Entre los años treinta y cincuenta del siglo pasado, después de un olvido secular que algunos autores
sospechan intencionado, el Bosque Sagrado comenzó a suscitar un cierto interés público a raíz de su “redescubrimiento”
por surrealistas, dadaístas y patafísicos, como Breton, Cocteau, Dalí o André Pieyre de Mandiargues;
en 1949 un desconocido Michelangelo Antonioni grabó un reportaje sobre el parque y también fue
en esas fechas cuando la historia del arte, siguiendo la estela del ruso G. K. Loukomskii, empezó a ocuparse
del enigmático lugar: Mario Praz, Maurizio Calvesi, Leonardo Benevolo, Bruno Zevi… son solo algunos de
los principales autores que han publicado desde entonces estudios sobre Bomarzo.
Este renovado interés y la nueva propiedad de la familia Bettini (1954), con sus no siempre acertados
esfuerzos para la recuperación del parque, sacaron a la luz nuevos y esclarecedores documentos sobre Vicino
Orsini. El verdadero Vicino comenzaba a tomar cuerpo. Difícilmente, sin embargo, su imagen podrá ya
nunca sustraerse a la compuesta por el dandi bonaerense a partir de sus propias obsesiones, una corcova y el
delicado Retrato de un gentilhombre de la Accademia di Venezia pintado por Lorenzo Lotto. Manucho vivirá
para siempre en Vicino, mientras que el inmortal Vicino del Bosque Sagrado de la Tuscia cobró nueva vida,
fisonomía e idiosincrasia en las páginas de Bomarzo.
Asomarse a esas páginas es traspasar el umbral del tiempo y hollar con Jacob Burckhardt en un concurridí-
simo Renacimiento italiano, transitado por los allegados, amigos y enemigos de Pier Francesco Orsini; pero
también por personajes que, como Cervantes, seguramente nunca entablaron relación con él; por no hablar
de esa caterva de merodeadores —desde Voltaire a Pirandello o Eugenio d’Ors— que, procedentes de otras
épocas históricas, se asoman a Bomarzo gracias al artificio de la reencarnación de Vicino en Manucho.
“Voi che pel mondo gite errando vaghi di veder meraviglie alte et stupende, venite qua dove son faccie horrende;
elefanti, leoni, orsi, orchi et draghi” (inscripción epigráfica en la entrada de la Villa de las Maravillas de Bomarzo)
1 Sandro Abate. “Los manuscritos de Bomarzo de Mujica Lainez”.
Cuadernos Hispanoamericanos, (2000) , n. 598, pp. 105-112. Marca tipográfica de la Accademia della Fama
LINAJE
Las escasas fuentes impresas de la época que guardan testimonio de Pier Francesco Orsini (1523-1585) se
vinculan con la Accademia Veneziana o Accademia della Fama, un cenáculo de eruditos y librepensadores
clausurado en 1561 bajo la sospecha de propalar ideas heréticas, frecuentado por el duque y en el que
figuran, entre otros, el editor Giolito de’Ferrari, Francesco Maria Molza o la poeta Franceschina Baffo.
Todos nos presentan de forma unánime a un duque “de vida y aspecto reales”, amante por igual de las armas
y de las letras. Tal es el caso del poeta Giuseppe Betussi, autor del turiferario Il Raverta, dialogo nel quale
si ragiona d’amore (Venecia, 1562. R/15306); o el de Francesco Sansovino, su “compinche en las prácticas de
una bibliografía lisonjera”2
, autor de L’historia di casa Orsina (Venecia, 1565. ER/163).
Sin embargo, la verdadera luz sobre la vida y personalidad de Vicino Orsini la arrojarían, por una parte,
la investigación de archivo de Jacqueline Theurillat3
, gracias a la cual pudo fijarse con exactitud la fecha
de nacimiento del duque en 1523, once años más tarde que el personaje de Mujica Lainez, lo que hace del
todo improbables algunos hechos descritos en la novela, como su presencia en acontecimientos como la
Coronación de Carlos V y la cabalgata posterior, ambas en Bolonia (fig. 2), con tan solo siete años; por
otra, el hallazgo de Arnaldo Bruschi de unas ciento cuarenta cartas de Vicino Orsini, de las cuales las más
interesantes son las del Archivio di Stato de Roma dirigidas al alquimista francés Giovanni Drouet4
, en las
que el autor se sincera sobre los temas más íntimos y personales y se revela como el epicúreo libresco que
proclama aún hoy una de las inscripciones de su palacio: “Ede, bibe, lude, post mortem nulla voluptas”.
Mucho más pródigas en referencias de lo que se muestran acerca de nuestro protagonista, son las fuentes,
y entre ellas las colecciones de la BNE, en lo que respecta a la dinastía Orsini o a otros de sus miembros:
basten como ejemplo los numerosos retratos de otros portadores del apellido o la alegoría de los Orsini que
ilustra estas páginas (fig. l).
“¿Y los papas Orsini: Esteban, Celestino, Pablo, Nicolás?, ¿y los santos?, ¿y los mártires?, ¿y las emperatrices?,
¿y la reina de Nápoles?, ¿y los treinta cardenales Orsini? […] ¿acaso no era yo, con joroba o sin joroba,
el duque de Bomarzo?” 5 “Quien lleva en la sangre a cuatro papas y a dieciocho santos y beatos, no puede
ser tratado como un cualquiera” 6
.
2 Manuel Mujica Lainez. Bomarzo. Barcelona , Seix Barral, 2010, p. 576. 3
Les mystères de Bomarzo et les jardins symboliques de la Rennaissance. Gèneve , Les Trois Anneaux, 1973.
4 Estas cartas fueron publicadas íntegramente por Horst Bredekamp en 1983.
5 Ibid. p. 337. 6 Ibid. p. 350.
Vástago de una rama secundaria de los Orsini,
el duque de Bomarzo, al igual que muchos
otros miembros de la nobleza rural, vivió
entregado a los hechos de armas como condotiero,
o señor de la guerra, conociendo, por
tanto, los campos de batalla mucho más de
cerca de lo que Mujica Lainez afi rma.
En el momento histórico en que buena parte
de las luchas de poder de la historia moderna
se dirimieron en el suelo de una península
italiana tan fragmentada políticamente como
rica y floreciente, las rivalidades, intrigas,
alianzas y traiciones entre las grandes familias
estaban a la orden del día. En este fi rmamento,
los Orsini vigilaban todavía de cerca la estrella
de los refi nados y poderosos Médicis; o la de
los Colonna, sus inveterados rivales, mientras
veían aparecer, con temor o esperanza, otras
nuevas, como la de los Farnese, que pronto se
convertirían en sus mejores aliados.
GUERRA
3 Escudos de los Orsini, Colonna, Farnese y Médicis. Icones scutariae coloribus illustratae et ex verbis ferialium descriptae
nobilium familiarum etruriae… Siglo xvii. MSS/3229.
La carrera militar de Vicino Orsini arranca en 1545, el mismo año en que contrae matrimonio con Giulia
Farnese. Bajo la órbita de su pujante familia política, a la que pertenecía el papa Paulo III, no tardamos
en encontrarlo batallando en Alemania junto a Alessandro Farnese y las tropas imperiales contra la Liga
protestante de Esmalcalda. Pocos años más tarde, la ascensión al papado de Paulo IV representa una
amenaza para los intereses de Orazio Farnese en Parma, lo que hace mudar de bando al Orsini, que, en
la campaña de Picardía, luchará a favor del rey de Francia, Enrique II. Hecho prisionero por los imperiales
en el sitio de Hesdin en 1553, pasarán dos años hasta que nuestro héroe recobre la libertad y pueda
tornar a Bomarzo. El año 1557 sellará defi nitivamente su vida militar, impresionado, quizás, por la brutal
represión de Montefortino (actual Artena) a manos de las tropas papales junto a las que combatía, esta vez,
en la guerra contra el reino de Nápoles.
Nada corrobora, por tanto, que participara en la batalla de Lepanto en 1571, como quiere la fi cción de
Mujica Lainez; sí hay constancia histórica, en cambio, de la muerte de su hijo Orazio en dicho episodio
bélico, según recoge también Bomarzo.
TERRITORIO
4 Giovanni Battista Piranesi. Veduta della villa estense in Tivoli, entre 1773 y 1807. INVENT/19064(73)
A poco más de 90 kilómetros de Roma, en un lugar apartado en las estribaciones de los montes Ciminos y
dominando la ruta de Orte, se yergue sobre un promontorio rocoso la pequeña ciudad de Bomarzo. A sus
pies, encajado en el valle, el Parque de las Maravillas, semioculto por el denso boscaje.
“Quintaesencia del manierismo” (Luisa Roquero), “oveja negra del jardín a la italiana” (Joscelyn Godwin),
“más importante que Versalles” (Ippolito Pizzetti), qué poco se sabe aún sobre el parque de Bomarzo y
cuánto se ha escrito, sin embargo, sobre él desde que Dalí reencontrara entre sus frondas su imaginario. En
pocos enclaves como allí, se advierte la presencia del llamado genius loci: esas figuras monstruosas labradas en
la roca de peperino, que se dirían naturales, han servido de aprisco, cobijo y morada a los lugareños, entroncando
con las tradiciones milenarias de los antiguos pobladores de la Tuscia, los etruscos.
Realizado en el momento de pleno auge del jardín all’italiana, Bomarzo no puede ser considerado como un
jardín, sino más bien como un parque o bosque sagrado. Pero tan extraño y singular resulta, que ni siquiera
bajo las consideraciones de sacro bosco o giardino segreto cabe establecer paralelismos entre este locus amoenus
y jardines manieristas como el de Villa d’Este en Tívoli (1509-1572) (fig. 4), o los vecinos de Villa Lante en
Bagnaia (1568) o Villa Farnese en Caprarola (1559-1575). No se identifican en él un programa iconográfico
fácilmente reconocible, ni el trazado axial ni el arte topiaria y la geometría propios del jardín italiano.
Aunque no tiene precedentes, sí cuenta con imitadores, y sus ecos pueden rastrearse en la villa medicea de
Pratolino, hoy Villa Demidoff; en la Villa Aldobrandini de Frascati, en la panormita Villa Palagonia que
fascinara a Borges o, ya en el siglo xx, en jardines como La Scarzuola, del arquitecto Tomaso Buzzi, en
Orvieto, o en el Jardín del Tarot, de la escultora Niki de Saint Phalle.
Como Alberto Moravia, podríamos decir que Bomarzo es “un Luna Park en piedra”, un verdadero parque
de atracciones del Cinquecento y auténtico precursor de los parques de Disney.
ARTE
Pocas son las certezas sobre la Villa de las Mara
-
villas de Bomarzo. Promovida por Vicino Orsini,
se piensa sin embargo que pudo ser iniciada
por su padre, Gian Corrado, al tiempo que las
obras de remodelación del viejo castillo familiar
y sus vías de acceso eran encargadas a Baldassa
-
re Peruzzi y Francesco Moschino. Escasas son
también las referencias aportadas por las fuentes
contemporáneas: poco más que las dos cartas
del comendador Annibal Caro que, fechadas en
Frascati, los días 20 de octubre y 12 de diciembre
de 1564, se recogen en la compilación De le
lettere familiari (Venecia, 1575. R/19659[2]) y el
prólogo de Francesco Sansovino a la Arcadia de
Sannazaro en la edición que preparó para Varisco
y Paganino Paganini, de la que tan solo consta
un único ejemplar, en Zaragoza, en el Catálogo
Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español.
Análogamente, la documentación gráfica conocida
sobre Bomarzo desde el siglo xvi hasta 1935, fecha
del dibujo de G. K. Loukomskii (fig. 5) que se
expuso en una muestra de este artista en el Museo
de Arte Moderno de Madrid, en julio de 1936, se
reduce a los dibujos de Giovanni Guerra (1604),
conservados en la Albertina y a los de Bartholo
-
meus Breenbergh del Louvre (1622) y el British
Museum (1625).
ARTE Atendiendo a la inscripción de un cipo del parque, 1552 se considera hoy como la fecha de inicio de
sus grupos escultóricos: pequeños teatrillos que buscan impresionar con sus maravillas al espectador,
siguiendo lo expuesto por Giulio Camillo en L’idea del theatro (1550). Dichos grupos, que han sido califica
-
dos como toscos, bizarros, grotescos, desproporcionados, orientalizantes, feos… estuvieron policromados,
como los antiguos templos griegos. De significado hermético, su aire onírico o de ensoñación tiende un
largo puente entre el movimiento surrealista y los autores y obras preferidos del duque, como Girolamo
Cardano o la Hypnerotomachia Poliphili de Francesco Colonna (1499) (fig. 6). En efecto, según Maurizio
Calvesi, una primera fase del parque, inspirada directamente en esa alegórica novela, plantea un recorrido
iniciático (1561-1563), mientras que las otras dos fases guardarían relación con pasajes del Orlando furioso
(posterior a 1565) y con temas infernales y de bosques encantados entresacados de poemas de Bernardo
Tasso, como L’Amadigi o Il Floridante o La Gerusalemme liberata de su hijo Torquato (a partir de 1573).
No menos desconocidos que el sentido del programa iconográfico del parque o de cada una de sus estatuas
son los nombres de los artistas que trabajaron en Bomarzo. La autoría de su trazado, si es que este
realmente se proyectó, suele atribuirse a Pirro Ligorio, arquitecto de Villa d’Este, mientras que Vignola,
arquitecto del cardenal Alessandro Farnese en su villa de Caprarola, y del cardenal Gambara en la Villa
Lante de Bagnaia, suele relacionarse con el exquisito templete del parque dedicado a Giulia Farnese.
En el caso de los llamados “monstruos”, —mostri en el sentido de mostrar, mostrare—, los más diversos
nombres han sido barajados y no parece disparatado pensar que incluso trabajaran en su realización dife
-
rentes escultores: desde artesanos locales a artistas vinculados estilísticamente con Miguel Ángel y, como
él, bien dotados para las proporciones gigantescas: entre otros, Bartolommeo Ammannati y Giambo
-
logna, quienes también se disputan la autoría de la famosa Fuente del Apenino de Villa Pratolino; el
siciliano Jacopo del Duca o Raffaello da Montelupo. Más probable se considera hoy, sin embargo, la
intervención de Simone Moschino.
Bien acreditados están, en cambio, en Bomarzo los trabajos de Taddeo Zuccaro en el fresco de la gigan
-
tomaquia de la logia del Palazzo Orsini, hoy desaparecido u oculto, sobre cuya iconografía Annibal Caro
aconsejaba al duque en 1564 desde Frascati en las ya mencionadas epístolas. También por obra de otro de
los hermanos Zuccari, Federico, la impronta de Bomarzo resurge en la amenazante portada llevada a cabo
por él para su propio palazzetto de Roma, actual sede de la Biblioteca Hertziana
6. Sirena de cola bífi da. Hypnerotomachia Poliphili, Venecia, 1499.
Coordinación: Museo de la Biblioteca Nacional de España
Imágenes: Laboratorio de fotografía y digitalización de la BNE
Fotografía de Ceres ©Marco Di Bacco
Textos y selección de obras: Gema Hernández Carralón
Museografía, diseño gráfi co y montaje: Pulgón Diseño
Las citas de Bomarzo incluidas en las cartelas son de la edición de Barcelona, Seix Barral, 2010. 844 p.
Este folleto es tan solo una más entre l0s miles de publicaciones que
desde 1949 han venido apareciendo sobre Bomarzo, tal vez para
compensar el olvido centenario en el que el parque se sumió a la muerte
del duque, quién sabe si por voluntad de sus propios, celosos de oscuros
secretos de familia, o por animadversión de los Lante della Rovere, a
modo de damnatio memoriae. No esperamos haber aportado con
él, no es ese su propósito, importantes novedades al estudio
del parque y su creador, pero sí haber contribuido
de alguna manera a deslindar los terrenos de la
fi cción y la realidad en torno a ese Vicino
Orsini al que ahora creemos ver,
algo menos cargado, alejarse
a lomos de Ragazzino
en dirección a su
boschetto.
El Renacimiento como tema en "Bomarzo" de Manuel Mujica Lainez
Iª Parte
Iª Parte
Dra. Diana García Simón
BOMARZO 2007
CRONOLOGIA
1523 - 4 de julioNace en Roma Pier Francesco Orsini, futuro Duque de Bomarzo. Según la novela de Manuel Mujica Lainez, el 6 de marzo a las dos de la mañana. Otras fuentes dan como año de nacimiento 1512 y 1528. La versión actualmente más aceptada es la del 4 de julio de 1523
1535 - 21 de septiembrePier Francesco Orsini se convierte en Duque de Bomarzo
1544 - eneroPier Francesco Orsini y Giulia Farnese contraen matrimonio
1552Comienza la construcción del Parque “Villa de las Maravillas”: el Sacro Bosque, luego conocido como el Parque de los Monstruos de Bomarzo
1585Fallece Pier Francesco Orsini, Duque de Bomarzo (otras fuentes también consignan 1577, 1583 y 1588)
1645Marzio Orsini vende el feudo de Bomarzo, incluyendo el Sacro Bosque y el Palazzo Orsini
1910 - 11 de septiembreNace en Buenos Aires Manuel Mujica Lainez, “Manucho”
1916 - 11 de abrilNace en Buenos Aires Alberto Ginastera
1938Salvador Dalí queda deslumbrado por su visita a aquello que es apenas visible entre los arbustos del Sacro Bosque de Bomarzo, que inspirará algunas de sus obras, tales como “Las tentaciones de San Antonio”. Contagia su entusiasmo a Jean Cocteau y Andre Breton, que inmediatamente se contarán entre los nuevos fanáticos del mágico sitio
1948 - 10 de noviembreSalvador Dalí realiza una serie de fotografías y un cortometraje sobre las siluetas emergentes del Bosque
1949El cineasta Michelangelo Antonioni rueda un cortometraje de diez minutos sobre las figuras que surgen de entre los arbustos del Sacro Bosque intitulado “Bomarzo” (luego "La villa dei mostri", 1950) y que jamás fue estrenado en vida del director
1952La Municipalidad de Bomarzo adquiere el Palazzo Orsini de manos privadas. Año de la célebre fotografía de Herbert List con el pastor y sus ovejas en la "Boca del Infierno" del Sacro Bosque
1954Giancarlo Bettini compra el predio que incluye el Sacro Bosque. Continúan descubriendo entre los arbustos las figuras de piedra originales
1956Manucho lee un artículo periodístico sobre Bomarzo con mención a Salvador Dalí y fotos del Sacro Bosque que le suscita un profundo interés por el lugar. Inquiriendo sobre el mismo, el arquitecto Nato Frascó le proporciona algunas señas sobre su existencia
1958 - 13 de julioPrimera visita de Manucho al Sacro Bosco en compañía de sus amigos el poeta Guillermo Whitelow y el pintor Miguel Ocampo, como parte culminante de su primer viaje a Italia. El lugar le produce la profunda impresión de ya haber estado allí
1958 - 24 de julioA bordo del barco a Buenos Aires, Manucho comienza notas, apuntes de impresiones y borradores de ideas de lo que será su futura novela
1959 - junio Manucho comienza a escribir la novela “Bomarzo”
1960 - 2 de agostoManucho visita por segunda vez Bomarzo. Conoce el Palazzo Orsini (el castillo de Bomarzo) y se documenta ampliamente sobre el lugar y la vida de Pier Francesco
1961 - 7 de octubreManucho termina de escribir su novela. Tal como él consigna, "en el aniversario de la batalla de Lepanto", episodio fundamental en la vida de Pier Francesco Orsini
1962 - 8 de junioSale de imprenta la primera edición de la novela, a cargo de la Editorial Sudamericana (el día anterior nace Jerry Brignone, director de “Bomarzo 2007”)
1963La novela, con grandes éxitos de venta, recibe el Premio Nacional de Literatura. Le seguirán muchos otros, incluido en 1964 el John F. Kennedy, compartido con Julio Cortázar por su novela “Rayuela”
1964 - 1º de noviembreSe estrena en la Biblioteca del Congreso de Washington la cantata “Bomarzo” de Ginastera para narrador, cantante y orquesta, la que se constituirá en el germen de su futura ópera
1965 La casa Rizzoli edita la traducción italiana de la novela de Manucho
1965 - 29 de agostoSe estrena la cantata “Bomarzo” en el teatro Colón de Buenos Aires
1966 - 15 de junioManucho comienza la escritura del libreto de la ópera acordada con Ginastera
1966 - 28 de junioEl general Juan Carlos Onganía se constituye mediante un golpe de Estado en el presidente de la Nación Argentina
1966 - 6 de julio Manucho finaliza la escritura del libreto de la ópera
1966 - 15 de noviembreJuan Pedro Montero, director del teatro Colón de Buenos Aires, anuncia la temporada 1967, que incluye el estreno sudamericano de la ópera “Bomarzo”, programado para el 4 de agosto
1967 - 14 de abrilEl Boletín Oficial publica el decreto nº 1347 (con fecha de 2 de marzo) declarando de interés cultural el estreno de la ópera “Bomarzo”, con la firma del presidente Juan Carlos Onganía, el canciller Nicanor Costa Méndez y el ministro de economía Adalbert Krieger Vasena
1967 - 19 de mayoLa Washington Opera Society estrena en el Lisner Auditorium la ópera “Bomarzo” de Ginastera, opus 34, con libreto de Mujica Láinez, bajo la dirección orquestal de Julius Rudel, puesta en escena de Tito Capobianco, escenografía de Ming Choo Lee y el tenor Salvador Novoa en el papel protagónico. Impresionante éxito de crítica y de público, que incluye al Vicepresidente de los Estados Unidos y otras personalidades de renombre. Luego del estreno se ofrece una espectacular cena en la Embajada Argentina en Washington, cuya organización está a cargo de María Julia Alsogaray, hija del embajador Alvaro Alsogaray
1967 - 9 de julioDurante la función de gala del teatro Colón de Buenos Aires, el presidente de facto, general Juan Carlos Onganía, ordena al intendente de la Ciudad, coronel Eugenio Schettini, eliminar inmediatamente a Bomarzo de la programación (“Mirá Eugenio, vos me sacás Bomarzo mañana mismo, o yo te cierro el teatro mañana mismo”, según el testigo presencial Enzo Valenti Ferro, el entonces nuevo director del teatro)
1967 - 14 de julioEl gobierno firma el decreto nº 8276/67 que excluye la ópera de la programación del Teatro Colón “para el resguardo de la moralidad pública”. En la misma época también será prohibido el film “Blow Up” de Michelangelo Antonioni, basado en un cuento de Julio Cortázar
1967 - 18 de julioSe publica en los diarios el decreto, suscitando un gran escándalo, con pronunciamientos a favor del mismo de la máxima autoridad eclesiástica local, el cardenal Antonio Caggiano, entre otros, y sonoras protestas de la mayor parte del establishment cultural
1967 - 22 de julioEl renombrado compositor italiano Luigi Nono, en ese momento en Buenos Aires, prohíbe la ejecución de sus obras en el teatro Colón como acto de solidaridad con Ginastera, quien también seguirá su mismo ejemplo y prohíbe la ejecución de sus obras en el Colón
1967 - 1º de agostoSe realiza en el Instituto Di Tella un acto público de protesta por la prohibición de “Bomarzo” con la presencia de sus autores, Luigi Nono y cientos de manifestantes. El proceso, a breve plazo, determinará la renuncia del intendente de la Ciudad, el coronel Schettini, así como de otras autoridades, del mismo modo que un palpable deterioro de la imagen del régimen de Onganía. Se escribe así, según palabras del mismo Manucho, “uno de los capítulos más extraños de la historia del arte en nuestro país”
1968El sello CBS Records edita la versión en estéreo de la ópera, grabada por el elenco original de su estreno en Washington
1968 - mayoSe anuncian en la prensa conversaciones con Luchino Visconti para filmar una versión italiana de la novela, que ha alcanzado mayores éxitos de venta gracias a la prohibición
1968 - 14 de marzoSe estrena con gran éxito la ópera en el Lincoln Center de Nueva York
1969Se estrena con gran éxito la ópera en Los Ángeles
1970Se estrena la ópera en Zurich (Suiza) y Kiel (Alemania)
1971Se edita en Berlín la traducción alemana de la novela, a cargo de Lothar Blanvet
1972Simon & Schuster edita la traducción al inglés de la novela
1972 - 29 de abrilSe estrena finalmente en Buenos Aires con gran éxito y honores la ópera, bajo la dirección musical de Antonio Tauriello y el elenco y puesta originales de Washington. El general Pedro Agustín Lanusse es por entonces el presidente de facto que allanará el breve retorno de la democracia
1972 - 9 de mayoSe emite por televisión la última función, alcanzando un elevadísimo rating de audiencia (incluyendo al director Jerry Brignone, que a los 9 años de edad tomó de este modo contacto con una ópera por primera vez en su vida)
1954Giancarlo Bettini compra el predio que incluye el Sacro Bosque. Continúan descubriendo entre los arbustos las figuras de piedra originales
1956Manucho lee un artículo periodístico sobre Bomarzo con mención a Salvador Dalí y fotos del Sacro Bosque que le suscita un profundo interés por el lugar. Inquiriendo sobre el mismo, el arquitecto Nato Frascó le proporciona algunas señas sobre su existencia
1958 - 13 de julioPrimera visita de Manucho al Sacro Bosco en compañía de sus amigos el poeta Guillermo Whitelow y el pintor Miguel Ocampo, como parte culminante de su primer viaje a Italia. El lugar le produce la profunda impresión de ya haber estado allí
1958 - 24 de julioA bordo del barco a Buenos Aires, Manucho comienza notas, apuntes de impresiones y borradores de ideas de lo que será su futura novela
1959 - junio Manucho comienza a escribir la novela “Bomarzo”
1960 - 2 de agostoManucho visita por segunda vez Bomarzo. Conoce el Palazzo Orsini (el castillo de Bomarzo) y se documenta ampliamente sobre el lugar y la vida de Pier Francesco
1961 - 7 de octubreManucho termina de escribir su novela. Tal como él consigna, "en el aniversario de la batalla de Lepanto", episodio fundamental en la vida de Pier Francesco Orsini
1962 - 8 de junioSale de imprenta la primera edición de la novela, a cargo de la Editorial Sudamericana (el día anterior nace Jerry Brignone, director de “Bomarzo 2007”)
1963La novela, con grandes éxitos de venta, recibe el Premio Nacional de Literatura. Le seguirán muchos otros, incluido en 1964 el John F. Kennedy, compartido con Julio Cortázar por su novela “Rayuela”
1964 - 1º de noviembreSe estrena en la Biblioteca del Congreso de Washington la cantata “Bomarzo” de Ginastera para narrador, cantante y orquesta, la que se constituirá en el germen de su futura ópera
1965 La casa Rizzoli edita la traducción italiana de la novela de Manucho
1965 - 29 de agostoSe estrena la cantata “Bomarzo” en el teatro Colón de Buenos Aires
1966 - 15 de junioManucho comienza la escritura del libreto de la ópera acordada con Ginastera
1966 - 28 de junioEl general Juan Carlos Onganía se constituye mediante un golpe de Estado en el presidente de la Nación Argentina
1966 - 6 de julio Manucho finaliza la escritura del libreto de la ópera
1966 - 15 de noviembreJuan Pedro Montero, director del teatro Colón de Buenos Aires, anuncia la temporada 1967, que incluye el estreno sudamericano de la ópera “Bomarzo”, programado para el 4 de agosto
1967 - 14 de abrilEl Boletín Oficial publica el decreto nº 1347 (con fecha de 2 de marzo) declarando de interés cultural el estreno de la ópera “Bomarzo”, con la firma del presidente Juan Carlos Onganía, el canciller Nicanor Costa Méndez y el ministro de economía Adalbert Krieger Vasena
1967 - 19 de mayoLa Washington Opera Society estrena en el Lisner Auditorium la ópera “Bomarzo” de Ginastera, opus 34, con libreto de Mujica Láinez, bajo la dirección orquestal de Julius Rudel, puesta en escena de Tito Capobianco, escenografía de Ming Choo Lee y el tenor Salvador Novoa en el papel protagónico. Impresionante éxito de crítica y de público, que incluye al Vicepresidente de los Estados Unidos y otras personalidades de renombre. Luego del estreno se ofrece una espectacular cena en la Embajada Argentina en Washington, cuya organización está a cargo de María Julia Alsogaray, hija del embajador Alvaro Alsogaray
1967 - 9 de julioDurante la función de gala del teatro Colón de Buenos Aires, el presidente de facto, general Juan Carlos Onganía, ordena al intendente de la Ciudad, coronel Eugenio Schettini, eliminar inmediatamente a Bomarzo de la programación (“Mirá Eugenio, vos me sacás Bomarzo mañana mismo, o yo te cierro el teatro mañana mismo”, según el testigo presencial Enzo Valenti Ferro, el entonces nuevo director del teatro)
1967 - 14 de julioEl gobierno firma el decreto nº 8276/67 que excluye la ópera de la programación del Teatro Colón “para el resguardo de la moralidad pública”. En la misma época también será prohibido el film “Blow Up” de Michelangelo Antonioni, basado en un cuento de Julio Cortázar
1967 - 18 de julioSe publica en los diarios el decreto, suscitando un gran escándalo, con pronunciamientos a favor del mismo de la máxima autoridad eclesiástica local, el cardenal Antonio Caggiano, entre otros, y sonoras protestas de la mayor parte del establishment cultural
1967 - 22 de julioEl renombrado compositor italiano Luigi Nono, en ese momento en Buenos Aires, prohíbe la ejecución de sus obras en el teatro Colón como acto de solidaridad con Ginastera, quien también seguirá su mismo ejemplo y prohíbe la ejecución de sus obras en el Colón
1967 - 1º de agostoSe realiza en el Instituto Di Tella un acto público de protesta por la prohibición de “Bomarzo” con la presencia de sus autores, Luigi Nono y cientos de manifestantes. El proceso, a breve plazo, determinará la renuncia del intendente de la Ciudad, el coronel Schettini, así como de otras autoridades, del mismo modo que un palpable deterioro de la imagen del régimen de Onganía. Se escribe así, según palabras del mismo Manucho, “uno de los capítulos más extraños de la historia del arte en nuestro país”
1968El sello CBS Records edita la versión en estéreo de la ópera, grabada por el elenco original de su estreno en Washington
1968 - mayoSe anuncian en la prensa conversaciones con Luchino Visconti para filmar una versión italiana de la novela, que ha alcanzado mayores éxitos de venta gracias a la prohibición
1968 - 14 de marzoSe estrena con gran éxito la ópera en el Lincoln Center de Nueva York
1969Se estrena con gran éxito la ópera en Los Ángeles
1970Se estrena la ópera en Zurich (Suiza) y Kiel (Alemania)
1971Se edita en Berlín la traducción alemana de la novela, a cargo de Lothar Blanvet
1972Simon & Schuster edita la traducción al inglés de la novela
1972 - 29 de abrilSe estrena finalmente en Buenos Aires con gran éxito y honores la ópera, bajo la dirección musical de Antonio Tauriello y el elenco y puesta originales de Washington. El general Pedro Agustín Lanusse es por entonces el presidente de facto que allanará el breve retorno de la democracia
1972 - 9 de mayoSe emite por televisión la última función, alcanzando un elevadísimo rating de audiencia (incluyendo al director Jerry Brignone, que a los 9 años de edad tomó de este modo contacto con una ópera por primera vez en su vida)
1973 - 5 de septiembreGinastera, profundamente conmovido por su primera visita a Bomarzo, escribe una carta a Manucho, en donde le manifiesta: “... Si nuestro país promocionara a sus artistas ya tendría el Congreso que haber votado el presupuesto para filmar nuestro Bomarzo en ese lugar, en colores. En todo caso, me queda el consuelo de pensar que alguna vez se hará.”
1976 - 11 de noviembre
La ópera sube a escena en el Coliseum de Londres con traducción inglesa de Lionel Salter en una producción del ENO - English National Opera
La ópera sube a escena en el Teatro de la Ópera de Estrasburgo (Francia) con traducción al francés de Carlos Tuxen Bang
1979 - julioManucho publica la novela “El Gran Teatro”, cuya acción transcurre toda durante una representación operística en el teatro Colón, dedicada a Jeannette Arata de Erize, a Oscar Araiz (el coreógrafo del estreno argentino de “Bomarzo”) y a Alberto Ginastera
1983 - 25 de junioFallece en Ginebra Alberto Ginastera
1984 - 21 de abrilFallece en Córdoba Manuel Mujica Láinez
1984 - 15 de mayoFestejando el regreso de la flamante democracia, se estrena en el teatro Colón una nueva puesta de la ópera a cargo de Roberto Oswald y nuevamente con la dirección musical de Antonio Tauriello y Salvador Novoa en el papel principal. El día del estreno se hace un minuto de silencio en memoria de sus autores
1987 - 28 de julioFallece en Bomarzo Tina Severi Bettini, esposa de Bettini y principal responsable de la restitución y restauración de las figuras de piedra del Sacro Bosque
1997 - 30 de julioFallece en Bomarzo Giancarlo Bettini
2003 - mayoSe publica en Buenos Aires el libro de Esteban Buch “The Bomarzo Affaire: ópera, perversión y dictadura”, investigación surgida de una beca de la Fundación Guggenheim
2003 - 13 de junioSe estrena en el teatro Colón una nueva puesta en escena de “Bomarzo”, con la dirección musical de Stefan Lano, escenografía de Roberto Plate y dirección escénica de Alfredo Arias, que ubica la acción en el Instituto Di Tella en 1967, con la calle Florida como fondo
2003 - 14 de junioLa Municipalidad de la ciudad de Bomarzo inaugura al público con gran pompa el Palazzo Orsini, recientemente restaurado
2003 - 20 de junioDurante el intervalo de una función de “Bomarzo” en el Colón, se les ocurre al italiano Massimo Scaringella y el argentino Jerry Brignone la idea de poner en escena la ópera en su escenario natural: el pueblo y los Monstruos de piedra de Bomarzo, dados los contactos que desde niño tiene Scaringella con el Sacro Bosque y el municipio, y Brignone con la ópera desde su primera televisación y luego con su versión discográfica. Lo que comenzó casi como una broma al pasar, tendrá un eco insospechado entre las autoridades de la ciudad de Bomarzo
2006 - 25 de julioBrignone parte desde Buenos Aires para Bomarzo por primera vez para relevar el sitio y evaluar la posibilidad de realizar el proyecto. Se descarta por económicamente impracticable la idea original de presentarla en vivo en los escenarios naturales y proyectando las imágenes al mismo tiempo en directo en la plaza pública, y se decide realizar en cambio la experiencia de filmar y montar todo en tiempo récord, de modo de acercarlo lo más posible al vértigo de una emisión en directo
2006 - octubreLa familia Bettini, propietaria del predio del Sacro Bosque, firma con el Municipio su consentimiento para filmar la ópera en el lugar
2007 - junioEl Comune di Bomarzo confirma definitivamente la realización del proyecto
2007 - 24 de julio Llegan a Italia los argentinos H℮l℮na Barakסvic, Gabriela Fernández Bisso y Jerry Brignone para comenzar a filmar el video experimental documental “Bomarzo 2007", cuya fecha programada de estreno es apenas once días después
2007 - 25 de julioSe visitan los espacios en donde tendrá lugar el rodaje y se termina de decidir el elenco, que incluye a Barakovic, Fernández Bisso y los pobladores de Bomarzo (incluidas autoridades locales en roles protagónicos)
2007 - 26 de julioSe inicia el rodaje del video “Bomarzo 2007”, con el videasta Anton Giulio Onofri y Giovanni Consonni como camarógrafos y bajo la dirección general de Brignone
2007 - 29 de julioCuarto y último día de rodaje, acompañado de temperaturas estivas extraordinariamente elevadas
2007 - 31 de julioOnofri y Brignone comienzan el montaje del film. Se enteran de que la noche anterior fallecieron Ingmar Bergman y Michelangelo Antonioni, cuyo destino pareciera tan significativamente ligado a Bomarzo (el cortometraje de 1949 y la prohibición de su film en la Argentina, contemporánea a la de la ópera)
2007 - 3 de agostoPre-gala en el Palazzo Orsini con el acto cultural "Bomarzo a Bomarzo: Un Omaggio", consistente en la proyección de un video documental realizado por la Universidad 3 de Febrero (UNTREF) alrededor del eje temático de la figura de Mujica Lainez y su estancia cordobesa “El Paraíso”, acompañado de conferencias alusivas a cargo de profesores de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad 3 de Febrero, un concierto lírico de canciones argentinas para canto y piano -incluidas obras de Ginastera- y una cena
2007 - 4 de agosto
Luego de la inauguración de una muestra colectiva de artistas plásticos italianos y argentinos sobre el tema de Arte y Escritura (incluyendo una muestra de catorce ediciones distintas en español de la novela de Mujica Lainez donadas por Scaringella y Brignone), se proyecta en el Palazzo Orsini de Bomarzo el material montado hasta el momento sin subtitular, con la presencia de los pobladores y numerosos diplomáticos invitados, entre los cuales se halla el Embajador de Italia en Argentina y el Embajador de Argentina en Italia, seguido de una degustación de comidas y productos típicos del lugar. Se cumplen ese día cuarenta años de la fecha originalmente programada para su estreno en el Teatro Colón, abortado por aquel infausto decreto presidencial
2007 - 9 de agosto Se finaliza el montaje definitivo. Al día siguiente, Onofri comienza el subtitulado del film
2007 - 15 de agostoScaringella entrega al Comune di Bomarzo una copia de la versión definitiva subtitulada para que pueda ser inmediatamente compartida con todos los pobladores de la ciudad de Bomarzo
2007 - 20 de agostoArriba a Buenos Aires la versión definitiva subtitulada
2007 - 8 de octubreEl Embajador de Italia en Argentina, Sr. Stefano Ronca, ofrece en su Residencia una exhibición privada del film para un grupo selecto de invitados que incluye a herederos y amigos de los autores de la ópera, así como a importantes personalidades del medio artístico y cultural argentino (más información)
1979 - julioManucho publica la novela “El Gran Teatro”, cuya acción transcurre toda durante una representación operística en el teatro Colón, dedicada a Jeannette Arata de Erize, a Oscar Araiz (el coreógrafo del estreno argentino de “Bomarzo”) y a Alberto Ginastera
1983 - 25 de junioFallece en Ginebra Alberto Ginastera
1984 - 21 de abrilFallece en Córdoba Manuel Mujica Láinez
1984 - 15 de mayoFestejando el regreso de la flamante democracia, se estrena en el teatro Colón una nueva puesta de la ópera a cargo de Roberto Oswald y nuevamente con la dirección musical de Antonio Tauriello y Salvador Novoa en el papel principal. El día del estreno se hace un minuto de silencio en memoria de sus autores
1987 - 28 de julioFallece en Bomarzo Tina Severi Bettini, esposa de Bettini y principal responsable de la restitución y restauración de las figuras de piedra del Sacro Bosque
1997 - 30 de julioFallece en Bomarzo Giancarlo Bettini
2003 - mayoSe publica en Buenos Aires el libro de Esteban Buch “The Bomarzo Affaire: ópera, perversión y dictadura”, investigación surgida de una beca de la Fundación Guggenheim
2003 - 13 de junioSe estrena en el teatro Colón una nueva puesta en escena de “Bomarzo”, con la dirección musical de Stefan Lano, escenografía de Roberto Plate y dirección escénica de Alfredo Arias, que ubica la acción en el Instituto Di Tella en 1967, con la calle Florida como fondo
2003 - 14 de junioLa Municipalidad de la ciudad de Bomarzo inaugura al público con gran pompa el Palazzo Orsini, recientemente restaurado
2003 - 20 de junioDurante el intervalo de una función de “Bomarzo” en el Colón, se les ocurre al italiano Massimo Scaringella y el argentino Jerry Brignone la idea de poner en escena la ópera en su escenario natural: el pueblo y los Monstruos de piedra de Bomarzo, dados los contactos que desde niño tiene Scaringella con el Sacro Bosque y el municipio, y Brignone con la ópera desde su primera televisación y luego con su versión discográfica. Lo que comenzó casi como una broma al pasar, tendrá un eco insospechado entre las autoridades de la ciudad de Bomarzo
2006 - 25 de julioBrignone parte desde Buenos Aires para Bomarzo por primera vez para relevar el sitio y evaluar la posibilidad de realizar el proyecto. Se descarta por económicamente impracticable la idea original de presentarla en vivo en los escenarios naturales y proyectando las imágenes al mismo tiempo en directo en la plaza pública, y se decide realizar en cambio la experiencia de filmar y montar todo en tiempo récord, de modo de acercarlo lo más posible al vértigo de una emisión en directo
2006 - octubreLa familia Bettini, propietaria del predio del Sacro Bosque, firma con el Municipio su consentimiento para filmar la ópera en el lugar
2007 - junioEl Comune di Bomarzo confirma definitivamente la realización del proyecto
2007 - 24 de julio Llegan a Italia los argentinos H℮l℮na Barakסvic, Gabriela Fernández Bisso y Jerry Brignone para comenzar a filmar el video experimental documental “Bomarzo 2007", cuya fecha programada de estreno es apenas once días después
2007 - 25 de julioSe visitan los espacios en donde tendrá lugar el rodaje y se termina de decidir el elenco, que incluye a Barakovic, Fernández Bisso y los pobladores de Bomarzo (incluidas autoridades locales en roles protagónicos)
2007 - 26 de julioSe inicia el rodaje del video “Bomarzo 2007”, con el videasta Anton Giulio Onofri y Giovanni Consonni como camarógrafos y bajo la dirección general de Brignone
2007 - 29 de julioCuarto y último día de rodaje, acompañado de temperaturas estivas extraordinariamente elevadas
2007 - 31 de julioOnofri y Brignone comienzan el montaje del film. Se enteran de que la noche anterior fallecieron Ingmar Bergman y Michelangelo Antonioni, cuyo destino pareciera tan significativamente ligado a Bomarzo (el cortometraje de 1949 y la prohibición de su film en la Argentina, contemporánea a la de la ópera)
2007 - 3 de agostoPre-gala en el Palazzo Orsini con el acto cultural "Bomarzo a Bomarzo: Un Omaggio", consistente en la proyección de un video documental realizado por la Universidad 3 de Febrero (UNTREF) alrededor del eje temático de la figura de Mujica Lainez y su estancia cordobesa “El Paraíso”, acompañado de conferencias alusivas a cargo de profesores de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad 3 de Febrero, un concierto lírico de canciones argentinas para canto y piano -incluidas obras de Ginastera- y una cena
2007 - 4 de agosto
Luego de la inauguración de una muestra colectiva de artistas plásticos italianos y argentinos sobre el tema de Arte y Escritura (incluyendo una muestra de catorce ediciones distintas en español de la novela de Mujica Lainez donadas por Scaringella y Brignone), se proyecta en el Palazzo Orsini de Bomarzo el material montado hasta el momento sin subtitular, con la presencia de los pobladores y numerosos diplomáticos invitados, entre los cuales se halla el Embajador de Italia en Argentina y el Embajador de Argentina en Italia, seguido de una degustación de comidas y productos típicos del lugar. Se cumplen ese día cuarenta años de la fecha originalmente programada para su estreno en el Teatro Colón, abortado por aquel infausto decreto presidencial
2007 - 9 de agosto Se finaliza el montaje definitivo. Al día siguiente, Onofri comienza el subtitulado del film
2007 - 15 de agostoScaringella entrega al Comune di Bomarzo una copia de la versión definitiva subtitulada para que pueda ser inmediatamente compartida con todos los pobladores de la ciudad de Bomarzo
2007 - 20 de agostoArriba a Buenos Aires la versión definitiva subtitulada
2007 - 8 de octubreEl Embajador de Italia en Argentina, Sr. Stefano Ronca, ofrece en su Residencia una exhibición privada del film para un grupo selecto de invitados que incluye a herederos y amigos de los autores de la ópera, así como a importantes personalidades del medio artístico y cultural argentino (más información)
2007 - 15 de octubreSe pone a disposición del público el sitio web “Bomarzo 2007”
2007 - 20 de octubreSe realiza en la Sala Enrique Muiño del Centro Cultural General San Martín una exhibición del film con entrada gratuita para un muy numeroso grupo de amigos y familiares invitados de los artistas
2007 - 7 de diciembreSe realiza con entrada gratuita en el Palazzo Orsini de Bomarzo una exhibición privada del film, acompañado por el cortometraje "Bomarzo" realizado por Michelangelo Antonioni en 1949, en el marco de las celebración local "Tuscia deliziosa"
2007 - 20 de octubreSe realiza en la Sala Enrique Muiño del Centro Cultural General San Martín una exhibición del film con entrada gratuita para un muy numeroso grupo de amigos y familiares invitados de los artistas
2007 - 7 de diciembreSe realiza con entrada gratuita en el Palazzo Orsini de Bomarzo una exhibición privada del film, acompañado por el cortometraje "Bomarzo" realizado por Michelangelo Antonioni en 1949, en el marco de las celebración local "Tuscia deliziosa"
2008 - 2 de marzoSe realiza en la Casa Argentina en Roma una exhibición privada del film con entrada gratuita con invitaciones cursadas por la Embajada Argentina en Italia
2008 - 5 de abrilSe realiza en MiArt 08, Feria Internacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Milán, una exhibición del film con Argentina en carácter de país invitado especial y el auspicio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la UNTREF
2008 - 5 de abrilSe realiza en MiArt 08, Feria Internacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Milán, una exhibición del film con Argentina en carácter de país invitado especial y el auspicio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la UNTREF
2008 - 1º de mayoSe realiza en el Festival EtnoTango 2008 de Torino una exhibición del film con el auspicio del Consulado General Argentino en Turín y el FAItango
2008 - 19 de mayoSe realiza en la Academia de Bellas Artes de Florencia una exhibición del film para los estudiantes de la Cátedras de Historia del Arte y la de Artes Visuales y Disciplinas del Espectáculo dirigidas al Arte Multimedial
2008 - 23 de septiembreSe realiza en el Nuovo Cinema Aquila, Centro Cultural del Comune di Roma, una exhibición privada con entrada libre y gratuita incluyendo el documental sobre el film realizado por la Universidad Nacional 3 de Febrero UNTREF, intitulado “Bomarzo en Bomarzo”
2008 - 2 de noviembreSe realiza en la sala Bill Cosford de la Universidad de Miami una exhibición del film en el marco del Festival Ginastera organizado por el Frost School of Music de esa universidad, con introducción a cargo de la organizadora del Festival, la musicóloga Dra. Deborah Schwartz-Kates, especialista en la obra de Ginastera
2008 - 25 de noviembreEn el IV Simposio Internacional “La creación musical en la banda sonora” organizado en la Universidad de Salamanca, el investigador Francisco Parralejo Masa presenta la comunicación “Mutaciones Dramáticas: de Bomarzo a Bomarzo 2007”, resumen de su ponencia “Perversiones Astrológicas: Bomarzo de Alberto Ginastera y su adaptación cinematográfica”, un pormenorizado análisis del film
2008 - 20 de diciembreSe realiza en Roma en el Circulo del Ministerio de Relaciones Exteriores italiano una exhibición del film con entrada libre y gratuita
2009 - 20 de junioSe realiza en Madrid en el Hotel NH en el marco del 26 Congreso Ibérico de Astrología una exhibición del film con entrada libre y gratuita
2009 - 25 de junioSe realiza en Atenas en el Instituto Italiano de Cultura una exhibición del film con entrada libre y gratuita con el auspicio de la Embajada Argentina en Grecia, la presencia del Sr. Embajador de Argentina en Grecia y presentación a cargo del Cónsul argentino en Grecia, Sr. Mario Lafforgue, con una disertación introductoria en griego de Jerry Brignone
2009 - 31 de agostoSe realiza en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) una exhibición del film con entrada libre y gratuita
2009 - 14 de octubreSe realiza en la sala Bioy Casares del Centro Cultural Borges de Buenos Aires una exhibición del film con entrada libre y gratuita
2009 - 21 de octubreSe realiza en la sala Paris del Conservatorio italiano de Frosinone una exhibición del film con entrada libre y gratuita en el marco de un homenaje a Alberto Ginastera
2009 - 1º de noviembre Se realiza en la sala Bioy Casares del Centro Cultural Borges de Buenos Aires una exhibición del film con entrada libre y gratuita
2010 - 6 al 10 de octubreEl film participa del Pabellón argentino Laberinto de Escritores de la Feria del Libro de Frankfurt 2010, con Argentina como invitada especial
2010 - 11 de noviembreLa musicóloga Dra. Deborah Schartz-Kates publica el libro "Alberto Ginastera" (Routledge, New York, 256 pag., ISBN 1136981160), un exhaustivo aparato crítico para la investigación sobre el compositor, con una detallada mención al film y el sitio web del mismo (pags. 188-189)
2010 - 12 de diciembre Se realiza en Buenos Aires en el espacio cultural Inboccalupo una exhibición del film con entrada libre y gratuita en homenaje a los cien años del nacimiento de Manuel Mujica Lainez
2011 - 10 de marzoSe realiza en el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional en Buenos Aires una exhibición del film con entrada libre y gratuita (audio)
2011 - 31 de julioSe pone a disposición del público la descarga gratuita del film completo desde la web en numerosos sitios vinculados al tema
2012 - 11 de julioSe realiza en el Instituto Italiano de Cultura en Santiago de Chile una exhibición del film con entrada libre y gratuita con una disertación introductoria a cargo de Brignone
2012 - 6 de octubreSe realiza en el Instituto Italiano de Cultura de Montevideo una exhibición del film con entrada libre y gratuita en ocasión del Día del Patrimonio con la presencia del Embajador de Italia en Uruguay y una disertación introductoria a cargo de Brignone
2012 - 24 de octubreSe realiza en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (construida 100 años antes por el astrólogo Kristoffersen) una exhibición del film con entrada libre y gratuita conmemorando los 50 años de la primera edición de la novela "Bomarzo" y con una disertación introductoria a cargo de Brignone
2012 - 14 de diciembreSe realiza en el ciclo de Conciertos Públicos del Auditorium de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires una exhibición del film con entrada libre y gratuita
2013 - 26 de abrilSe realiza en la Associazione Nazionale Italiana en Buenos Aires una exhibición del film organizada por Ópera Club con la presentación del Dr. Roberto Luis Blanco Villalba y una breve introducción a cargo de Brignone
2013 - 23 de mayoSe exhiben sendos fragmentos de la película con una conferencia de Brignone intitulada "Bomarzo 2007. De la novela y la ópera al cine experimental" en el Ciclo de Arte, Cultura y Salud de la Cuarta Cátedra de Medicina del Hospital General de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires con entrada libre y gratuita
2013 - 3 de agostoSe realiza en el Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza una exhibición del film con entrada libre y gratuita conmemorando los 30 años del fallecimiento de Alberto Ginastera con una breve introducción a cargo de Brignone
2014 - 11 de abrilSe realiza en el Incubatore ICULT di BIC Lazio de la ciudad italiana de Viterbo una exhibición del film con entrada libre y gratuita, con el auspicio de la Embajada Argentina en Italia y presentación de Massimo Scaringella
2014 - 27 de noviembre Se exhibe la película con entrada libre y gratuita en la Asociación Dante Alighieri de Buenos Aires con el auspicio del Consulado General de Italia en Buenos Aires y presentación de la Lic. Lilian Morello y los realizadores Scaringella y Brignone
2014 - 27 de diciembreRoberto Plate, escenógrafo de la puesta de la ópera en el Colón en 2003, participa como invitado en el programa de radio de Brignone "Las palabras y las notas"
2015 - 4 de enero Se pone a disposición del público la película completa en el popular sitio web YouTube
2015 - marzoEl film es mencionado, acompañado de algunas imágenes, en el libro de Marco Maria Melardi Bomarzo e suoi miti: folklore, storia, letteratura e cultura di massa, Ed. Sette Città, 243 pag.
2015 - 6 de junioSe realiza en Venecia una exhibición del film con entrada libre y gratuita en el Palazzo Dolfin Bollani en ocasión de la 56º Exposición Internacional de Arte La Bienal de Venecia, con palabras introductorias de Scaringella
2015 - 11 de noviembreSe exhibe el film con entrada libre y gratuita en el Circolo Italiano de Buenos Aires (Palacio Leloir, construido 100 años antes por el astrólogo Kristoffersen) con palabras introductorias de Brignone
2016 - 24 de noviembreSe exhibe el film con entrada libre y gratuita en la Universidad Católica Argentina UCA en el ámbito del Pabellón de las Bellas Artes como homenaje a Ginastera, creador y primer director de la Facultad de Música de esa Universidad, conmemorando los cien años de su nacimiento, con palabras introductorias de Scaringella y Brignone
2017 - 24 de abrilSe estrena con gran repercusión mediática por primera vez la ópera en España, en el Teatro Real de Madrid, conmemorando los 50 años de su estreno y luego de 40 años de ausencia en Europa, con varios artículos en los medios haciendo referencia al antecedente del largometraje
2017 - 5 de mayoA casi 45 años exactos de su transmisión en vivo en la televisión abierta argentina desde el Teatro Colón, y reiterando la experiencia iniciada dos años antes en la web por los realizadores del largometraje "Bomarzo 2007", el Teatro Real de Madrid transmite en vivo y en directo online en forma de streaming la última función de su puesta en escena de la ópera Bomarzo, permitiendo que la nueva versión de la ópera sea vista en tiempo real por todos los interesados en todo el mundo
2017 - 30 de mayoSe exhibe con entrada libre y gratuita la película en la Sede de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en el marco de la jornada pública organizada por la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil SEUBE de esa Facultad: "Arte y censura: a 50 años de la prohibición de 'Bomarzo' ", que incluyó un panel posterior a la proyección con la participación del Prof. Miguel Ángel Cannone (ex-Director de la carrera de Artes de esa Facultad) con su comunicación, la Prof. Nora Schamó, el Lic. Felipe Cortázar y Brignone.
2017 - 6 de julioCelebración por el reencuentro con la ciudad de Bomarzo de los tres principales responsables intelectuales y materiales de la película, a diez años de su estreno: el director Jerry Brignone, el productor ejecutivo Massimo Scaringella y el videasta Anton Giulio Onofri, director de imagen y edición; y reencuentro y celebración con los actores Giovanni Proietti y Alessandro Pangrazi, colaboradores fundamentales en la realización del film en 2007
BIBLIOGRAFIA SUGERIDA
BUCH, Esteban. The Bomarzo Affaire: ópera, perversión y dictadura. Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editora S. A., 2003
CRUZ, Jorge. Genio y figura de Manuel Mujica Lainez. Buenos Aires, Eudeba, 1996
Ensayos, crónicas, biografías y traducciones
- Luis XVII, primer libro escrito en
francés para el cumpleaños de su padre. Escrito a máquina y encuadernado
por su madre, ese libro único desapareció de la Fundación Manuel Mujica
Lainez durante la presidencia de Eduardo Arnau e Inés de Allende de
Goyanes (1994-2006). (1925)
- Glosas castellanas, ensayos. (1936)
- Miguél Cané (padre), biografía. (1942)
- Vida de Aniceto el Gallo, biografía de Hilario Ascasubi. (1943)
- Vida de Anastasio el Pollo, biografía de Estanislao del Campo (1947)
- Héctor Basaldúa, ensayo. (1956)
- Cincuenta sonetos de Shakespeare. Traducción. (1962)
- Las mujeres sabias, de Molière. Traducción. (1964)
- Fedra, de Racine. Traducción. (1972)
- Los porteños, ensayos. (1979)
- Páginas de Manuel Mujica Lainez
seleccionadas por su autor,
recopilación de textos inéditos con Prólogo de Oscar Hermes Villordo.
(1982)
- Placeres y fatigas de los
viajes I, crónicas periodísticas.
(1983)
- Placeres y fatigas de los viajes II, crónicas periodísticas. (1984)
Obras
redactadas en colaboración
- Vida y gloria del Teatro Colón (1983), textos de Manuel Mujica
Lainez y fotos de Aldo Sessa.
- Canto a Buenos Aires (1943), poemas. Edición Kraft
Ltda., con ilustraciones de Héctor Basaldúa.
- Estampas de Buenos Aires (1946), textos sobre Buenos
Aires. Editorial Sudamericana, con ilustraciones de Marie Elisabeth Wrede.
- Bomarzo
(1967), libreto para una ópera con música de Alberto Ginastera (Incluido en Páginas de
Manuel Mujica Láinez seleccionadas por su autor, 1982)
- Letra e imágenes de Buenos
Aires (1977), textos de Manuel Mujica
Lainez y fotografía de Aldo Sessa.
- Más letras e imágenes de Buenos
Aires (1978), textos de Manuel Mujica
Lainez y fotografía de Aldo Sessa.
- Nuestra Buenos Aires (1982), textos de Manuel Mujica
Lainez y fotos de Aldo Sessa.
- Jockey Club un siglo (1982), textos de Manuel Mujica
Lainez y fotos de Aldo Sessa.
Obras
póstumas
- El retrato amarillo (1987), Amigos de Mujica
Láinez, con ilustración de Raúl Alonso.
- Cuentos inéditos (1993), Planeta Biblioteca del
Sur (Incluye El retrato amarillo).
- Genio y figura de Manuel Mujica
Láinez (1996) - 2a
Edición. Autor:
Jorge Cruz. Editorial Universitaria de Buenos Aires. (Incluye Los libres del Sur, novela inconclusa
que MML estuvo componiendo hasta su muerte)
- Los porteños II (1998), ensayos.
- Cuentos completos I y II. Alfaguara,
con prólogo de Jorge Cruz (2001)
- Luminosa espiritualidad, Asunto Impreso Ediciones,
recopilación de dibujos (laberintos) y textos de MML con prólogo de
Guillermo Whitelow. (2004)
- El hombrecito del azulejo - Reedición del Cuento de Misteriosa Buenos Aires para la Colección Pan Flauta de Editorial
Sudamericana, con ilustraciones de Alejandro Ravassi. (2004)
- La viuda del Greco Editorial ASPPAN /
KLICZKOWSKI-ONLYBOOK - Colección Mini letras - Selección con los relatos: Ubaldo, La viuda del Greco y La
mujer de Pablo. (2005)
- Los dominios de la belleza, Fondo de Cultura Económica,
antología de cuentos y crónicas periodísticas seleccionadas por Alejandra Laera. (2005)
- El arte de viajar, Fondo de Cultura Económica,
crónicas periodísticas seleccionadas por Alejandra Laera. (2007)
- Manuel Mujica Láinez en
"El Paraíso",
Maizal ediciones con la Fundación Manuel Mujica Láinez y participación del
Fondo Nacional de las Artes. (Incluye diario de MML sobre la compra de la
estancia "El Paraíso"). (2009)
- Cuentos escogidos, Editorial Sudamericana,
selección de Jorge Cruz y Gregory Clemons. (2009)
- El hombrecito del azulejo - Reedición del cuento en
versión cuatrilingüe (español, inglés, francés y alemán), Maizal ediciones
con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes, con ilustraciones de Sophie
le Comte. (2010)
- El gran teatro - Reedición publicada
conjuntamente por las Fundaciones del Teatro Colón y la Fundación Mujica
Láinez con fotografías del Teatro Colón, reproducciones de los bocetos de Parsifal de Héctor Basaldúa y notas inéditas del escritor.
Diseño a cargo de Sophie le Comte. (2011)
Filmografía
Intérprete
- ...(Puntos suspensivos) (1970)
- Comedia rota (1978)
BOMARZO. EL PARQUE DE LOS MONSTRUOS.
TIRANDO DEL HILO…
– El Jardín de Bomarzo se construyó entre 1548 y 1580 por deseo de Pier Francesco Orsini (1523-1585), también llamado Vicino.
– Conocido como “Sacro Bosco” o el “Parque de los Monstruos”, el Jardín refleja las características típicas del manierismo: arquitecturas fantásticas, omisión de escalas, deformación de las proporciones… Se crea la ilusión de un conjunto distorsionado, laberíntico, un reino de lo absurdo.
LA BELLEZA DEL HORROR EN EL JARDÍN DE BOMARZO
A medio siglo de "Bomarzo"
– Lleno de símbolos y de inscripciones crípticas, es posible que el conjunto aluda a la obra literaria de Francesco Colonna “Sueño de Polifilo” (Ninfeo, Teatro, Mausoleo, Templete), o al poema épico de Torquato Tasso “Jerusalén liberada” (con todas las figuras referentes al inframundo como Plutón, Cerbero, el Ogro, Proserpina, la Furia…).
– Tras la muerte de Vicino Orsini en 1585, el parque fue abandonado durante siglos, hasta que fue redescubierto a principios del siglo XX, influyendo en artistas como Dalí, Jean Cocteau o André Breton.
Acaso fuera mi cobardía, mi pánico, acaso la media luz, acaso
la excesiva penetración dolorosa con que yo observaba al callado
huésped acechante sobre el cual las sombras iban y venían,
animándolo, pero a cierta altura advertí que, lentamente, se acen-
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tuaba el rictus de su boca y que empezaba a incorporarse. Entonces
mi resistencia cedió y perdí e! sentido, como si una cuerda demasiado
tirante se hubiera roto.
(Bomarzo, 48)
Todo esto le lleva a confesar su desconcierto: se siente dividido
íntimamente: por una parte da la razón a los que le atormentan —su
fealdad merece ese desprecio—, pero también ama la belleza. Y esa
cualidad no se la reconocen:
Desde muy niño, obsesionado por mi inferioridad congénita,
me apliqué a disfrazarla en la medida de lo posible, ensayando
ante el espejo las posturas y ángulos más propicios. Me atísbaba
en el espejo que había en la cámara de mi abuela, en esa luz
verdosa que titubeaba en las habitaciones del lúgubre palacio,
color de ios tapices, de los muebles, de los retratos y de las
panoplias, una neblina irreal desgarrada en jirones transparentes,
que no era de aquel tiempo, sino procedía de la Edad Media,
y había quedado ondulando en los aposentos en cuyos rincones
se estancaba, sin lograr salir de su encierro glacial, y que nos
envolvía e impregnaba a viejos y jóvenes, contagiándonos una
rara lividez. Me enderezaba, levantaba la cabeza, colocaba la
mano en la cintura... En más de una ocasión mis hermanos me
sorprendieron así, y la persecución cruel de iá cual me hacían
objeto recrudeció entre alaridos de mofa. Mi horror a la fealdad
y mi pasión por la belleza, en los humanos, en los objetos, en los
juegos de la poesía, que me produjo desengaños y amarguras,
pero le dio a mi vida un tono exaltado y cierta atormentada
grandiosidad, procede de mi horror a mí mismo y del asco resultante
que me causaba cualquier aberración teratológica...
(Bomarzo, 23-24)
No perdona que su padre no haya sabido captar ese amor a la belleza
que tanto los acercaba el uno a! otro. Cierta noche, Gian Corrado
Orsini narraba a sus hijos cómo fue trasladado el David de Miguel
Ángel a través de las calles de Florencia. En un momento de la narración,
Gian Corrado esbozó una caricia a su hijo jorobado:
Este fue el único momento auténticamente venturoso que le
debí a mi padre; el único en el curso del cual vibramos al uní-
sono. David nos convocó un instante bajo'su sombra. Lo demás
ha sido llanto escondido, bochorno, agravio, desdén y odio; un
alternativo tratarme como si yo no existiera, ignorándome, y como
si fuera un irracional que lo impacientaba, castigándome, y, sobre
todo, un sordo, reiterado, inexorable hacerme sentir que estaba
de más, que no pertenecía ni jamás podría pertenecer al grupo
armonioso que formaban él y sus otros dos hijos. Su actitud
contribuyó seguramente casi tanto como mi deformidad a forjar
mi desdicha. De no haber sido tal la postura de mi padre y de
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haber contado yo con su alianza y comprensión, como conté con
las de mi abuela, creo que el panorama entero de mi vida hubiera
presentado facetas muy distintas. Yo no hubiera sido nunca
efectivamente feliz, porque la felicidad es algo que me había
sido negado desde la cuna, pero hubiera gozado de cierto sosiego
parecido a la felicidad. Y cuánto, cuánto necesitaba ese bienestar,
ese modo de higiene que la felicidad comporta. Cada vez
que surgió en mi camino algo, aunque engañoso, semejante a
la felicidad, quise apresarlo desesperadamente porque sabía que no
era duradero...
(Bomarzo, 53-54]
A Pier Francesco le atormentaba su propia fantasía:
Como en las pinturas de Mantegna, las nubes asumían frente
a mí contornos humanos. Veía, en eí cielo, muchedumbres promiscuas
y, al desatarse las tormentas, oía sus apasionados
choques. Veía largos cuerpos que se enlazaban. Trémulo, con ía
curiosidad y el terror voluptuoso con que bajaba a los sepulcros
donde aguardaban los luchadores ocres, los caballos azules,
los músicos, las bailarinas, me acariciaba a mí mismo, como si yo
fuera un instrumento musical insustituible de cuyo complejo registro
me iba apoderando, para arrancarle sus quejas' más sutiles
y profundas y cuya vibración abría, frente a mi nimiedad, perspectivas
de vértigo...
(Bomarzo, 64]
Su desconcierto crece cuando conoce el horóscopo según el cual
será un ser inmortal:
A estas inquietudes agregóse, desde que mi padre me la reveló
involuntariamente, la preocupación derivada del horóscopo de
Sandro Benedetto y de su anuncio inverosímil, que yo consideraba
durante horas, puesto de codos en el alféizar de mi ventana.
¿Qué será—barruntaba—de mi vida? ¿Cuál será mi destino?
¿Viviré tanto que mi vida se internará, latente, en la neblina de
los tiempos futuros, como las estrellas estudiadas por el astró-
logo de Nicolás Orsini parecían indicar, violando los plazos que
la fatalidad asigna? O, por el contrario, lo lógico, ¿me extinguiré
cualquier día de éstos como un cirio mustio? Y si mi existencia
no sigue ni uno ni otro de esos contradictorios caminos—ni el
segundo, breve, ni el primero, sin aparente conclusión—y evoluciona
dentro de los límites normales, ¿cómo transcurrirá mi
desarrollo?...
(Bomarzo, 65]
Desterrado a Florencia por su padre, Píer Francesco se aloja en el
palacio de la familia Médicis. Allí conoció a Adriana, una muchacha
Médicis que lo cautivó. Se confiesa enamorado, y, a pesar del rechazo
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posterior de Adriana, la asistió fielmente en los últimos momentos
de su vida. Una noche en que están viendo unos juegos gimnásticos,
Pier Francesco toma una mano de Adriana:
Algo se me anudó en la garganta: nubláronseme los ojos, y el
rey Baltasar desapareció de la cúspide de la pirámide, como desaparecieron
sus compañeros y toda la gimnástica arquitectura
que poblaba al cortile de trémulas construcciones. Sin verla, porque
por nada del mundo hubiera osado volverme hacia ella, vi
a Adriana dalla Roza, como si de repente me hubiera cubierto de
ojos, como si yo fuera un Argos o un pavo real o un mitológico
tigre sembrado de ojos abiertos, en vez de un giboso lívido de
terror; vi a Adriana junto a mí, su mano en la mía, su mirada
violeta y áurea, su cuelio que era como un tallo exquisito, sus
pechos que pugnaban, que tal asomaban entre las pieles nocturnas.
Así estuvimos ese amanecer unos segundos. Yo creí que
sería feliz en Florencia. Lo era en ese momento. Era tan feliz,
gozaba y sufría tanto, que pensé enfermar, y que, aunque no hubiera
cambiado por nada el mudo privilegio que se me otorgaba,
desprendí mi mano de ia de ia niña y, balbuciendo mil excusas,
desesperado de irme, arrepentido, furioso y embelesado, regresé
a mi aposento, dejando atrás el fuego de artificio...
(Bomarzo, 107-108)
Abul, un esclavo negro del joven Hipólito de Médicis, fue otra revelación
para la atormentada adolescencia de Pier Francesco. Abul
desaparecía poco después, al asesinar por orden del mismo Pier Francesco,
a Beppo, el escudero de quien estaba enamorada Adriana.
Cuando Hipólito le regaló el esclavo negro, domador de elefantes,
Pier Francesco hizo esta confesión:
La posesión de Abul me llenó de terror y de alegría. Cuando
Hipólito me lo regaló, haría un año que yo estaba en Florencia.
Trato ahora, desde lejos, infinitamente lejos, trato de ordenar
mi cabeza, de indagar en mi.memoria y de entender cómo pasó
y se escabulló ese año, qué sucedió con el tiempo, y comprendo
que la novedad de aquella vida, al revolucionar mis anteriores
hábitos y lanzarme repentinamente ai corazón de un mundo distinto
al que debía adaptarme, torció mis nociones preestablecidas
y me envolvió en una especie de torbellino cuyo vértigo puso alas
a los días y a las horas.
(Bomarzo, 113) AI ver a los jóvenes normales, de hermosos cuerpos, crece la indignación
interior de Pier Francesco; se ama y se odia íntimamente,
se apiada y se exalta en un mismo acto de desgarramiento:
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Mi soledad sensual crecía y, simultáneamente, mi concentración
en mí mismo, en el pobre cuerpo deforme que constituía
el único instrumento de mi pasión y que, con una triste fidelidad
que lo hubiera hecho acreedor por lo menos a una parcela de
mi cariño, en lugar del odio que me inspiraba, continuaba estremeciéndose,
gimiendo y saboreando en retraída vergüenza la fugaz
alegría que le procuraban los fantasmas que yo manejaba a mi
antojo...
(Bomarzo, 116)
La lectura de Ariosto y de Luigi Pulci le entusiasmaban sobremanera:
hablaban de una vida que le había sido negada a él:
Cómo gocé con los «Orlandos» y el «Morgante». ¡Qué influencia,
qué enorme influencia ejercieron sobre mí! ¡Cómo me ayudaron
a vivir entonces, poblando mi vida de reflejos áureos! Lo
que yo no podía hacer, lo que no podría hacer nunca, otros lo
hacían por mí, saltando armados de los folios.
(Bomarzo, 118)
Pero, a pesar de la deslumbrante fantasía, los secretos complejos
actuaban inmisericordemente: obligado por su abuelo, el cardenal
Franciotto, a visitar la casa de una célebre prostituta sufrió la terrible
humillación de su impotencia. Pier Francesco lloró como un niño después
de su fracaso, y fue Nencia, la doncella de Adriana, quien lo «consoló»
en aquella ocasión.
Las escenas de la burla de Pantasilea quedaron grabadas en su
mente como un estigma:
Me volví hacia ella, trémulo de pánico y de cólera, pero Pantasilea
huía ya, leve, luminosa, encendida la roja cabellera, sin
más adorno de su desnudez lechosa que el chisporroteo de
los zafiros, rítmica como una ninfa de Botticelli, escoltada por los
brincos del perrito maltes, hacia la sala donde aguardaban
mis compañeros. Traté de perseguirla, pero debí detenerme. El niño
acorralado que yo era a la sazón se tumbó en el lecho, exhausto.
Busqué refugio en la memoria de mi abuela, de Adriana, de Abul,
y no me ampararon en mi descorazonamiento. El olor de la meretriz
flotaba en la atmósfera, y, asqueado, percibí que a él se
mezclaba el de la carroña demoníaca de la alacena. Después me
enderecé lentamente y salí por los corredores hacia el aposento
donde pendía el fatídico poliedro, como quien va a la tortura...
(Bomarzo, 151)
Ahora bien, ¿qué representaba la religión para ese pobre adolescente
que se sentía obligado a conquistar un sitio entre sus antepasados
Orsini, pero que se contemplaba inútil, acobardado? ¿Anulaban las
62
creencias religiosas la tremenda antinomia de un ansia prometeica y
la aceptación sumisa de un designio divino?
... Mí religión, pues la tuve, estaba hecha,, bajo la influencia
de mi abuela y de la magia de Bomarzo, de cierto paganismo
ancestral que ubicaba a mi familia en altares deslumbrantes y
que imponía que yo, el miembro más mísero de esa estirpe, ganara
también mi lugar en el Olimpo de los Orsini, un Jugar que,
si era mío por imposición del Destino, exigía un esfuerzo de
conquista, puesto que, a diferencia de mis hermanos, de mis
parientes y de mis antecesores, yo había traído al mundo la
paradoja de ser y no ser, al mismo tiempo, un privilegiado.
Mi abuela me había formado dentro de esas ideas heredadas —erró-
neas, culpables, vanas, llámeselas como se prefiera—, y si el lector
la censura por ello, deberá proceder cautamente y pesar el pro
y el contra en balanzas exquisitas, porque cuanto me atañe es intrincado
y múltiple. Diana Orsini, a su vez, había crecido en el
clima de ese culto, del cual derivó su fortaleza, y calculó que,
para robustecer a su nieto, que precisaba más que nadie sostenes
y auxilios, debía transmitirle las esencias de un vigor que se afirmaba
no en lo divino, sino en lo humano, reemplazando la divina
fuerza ausente, cuya única supervivencia vaga era la de una
compleja superstición, con el empuje de una veneración dinástica,
pródiga en ejemplos célebres. La suplencia de algo tan
alto por algo tan pequeño (...) explica muchos aspectos de mi
proceder nefasto...
(Bomarzo, 175)
Los recuerdos de Pier Francesco padecen también la ambivalencia
de su persona: la noche en que sedujo a un muchacho y a una muchacha
dice esto:
...Plásticas figuras me rodeaban en el subterráneo con su
quieta morbidez, y ahora las dos escenas se superponen y complementan
en mi memoria, por virtud de esas decoraciones distintas
y análogas, como indicándome que en el Renacimiento hasta
los sucesos abominables, si no se justifican en sí mismos, por
lo menos se metamorfosean y embellecen estéticamente, como
parte de la cresta de una gran ola triunfal que cubre todos los
actos y amalgama en su promiscuidad lujosa a lo culpable con
lo glorificador...
(Bomarzo, 204)
Armado caballero por Carlos V, se siente presa de los sentimientos
gemelos que le acompañan siempre:
... Por lo demás mi propio esnobismo estaba de por medio;
me gustaba que Carlos V me armara caballero; me parecía que
eso encajaba dentro de lo equitativo (...). Frente a ese gusto
63
pugnaba un disgusto: el que me imponía una exhibición más
—e importante—de mi joroba, delante del monarca y de su corte...
(Bomarzo, 27A, 275)
Lorenzo Lotto le hace un retrato. Lo pintó hermoso, sin joroba, y
eso, precisamente, marca—sin saberlo—al pintor, a su visión:
... La giba, la carga bestial, dolorosa, no está presente en el
lienzo, pero pesa sobre él—y he ahí una de ias maravillas del
arte de Lotto—, pesa sobre él, invisible, sobre su donosura espiritual,
sobre su atmósfera metafísica.
(Bomarzo, 356)
La vida de Pier Francesco se desenvuelve en una perpetua oscilación
entre dos polos contrapuestos. Se da cuenta de su ruptura: a
veces no sabe cuándo actúa Pier Francesco y cuándo actúa su alter ego.
Su padre murió en una campaña militar. Su hermano mayor, Girolano,
se ahogó en el Tíber (ante la presencia culpable de su abuela
y del mismo Pier Francesco). Así que Pier Francesco se convierte en
duque. Se casa con Julia Farnese. Dolorosamente comprobó que la
serena belleza de Julia hacía renacer su fealdad impotente. Y planeó
las relaciones entre su esposa y Maerbaíe, casado ya con Cecilia Colonna.
A toda costa era preciso dejar descendencia, Julia y Maerbaíe
se unieron una noche. La cólera que tuvo Pier Francesco al conocer
el hecho hizo posible la posesión brutal de Julia:
El Destino, que no perdía ocasión de mofarse de mí, había
vuelto a jugarme una mala pasada de graves consecuencias. Para
que yo pudiera darle a Bomarzo un heredero fue menester que
Maerbaíe se cruzara en mi camino y se posesionara, antes que
yo, de mi mujer. Y fue menester que yo mismo lo combinara con
la complicidad de un siervo. Diríase que mi sexualidad irresoluta,
que trababan los complejos extraños, había requerido esa
conmoción atroz, ese latigazo, para manifestarse. Sin el estímulo
terrible de la rabia y la deslealtad, lo más probable es que Julia,
no me hubiera permitido y que mi vida se hubiera quemado a su
vera, viéndola descaecer y marchitarse su lozanía. Ahora tendríamos
un hijo, de ello estaba seguro, pero no sabría si era
hijo mío o de Maerbaíe.
(Bomarzo, 448)
Después de io ocurrido con Julia, Pier Francesco mandó asesinar
a su hermano. La esposa de éste, Cecilia, quedó ciega por la impresión.
Julia no le perdonó nunca esa muerte y se encerró en su frialdad.
Le dio ocho hijos, pero los mantuvo alejados de su afecto. Pier
Francesco confiesa;
64
No amaba a nadie. Silvio no pasaba de ser mi cómplice; ni siquiera
era mi amigo... A Julia la miraba, remota, cuando iba entre
las filas de álamos y los jarrones de laureles, como hecha de
bruma, o como si, a semejanza de fa pobre Cecilia Colonna, fuera
ciega y no pudiera verme. Esa era la impresión atroz que me
embargaba, no bien la poseía en el lecho donde su miedo y su
rencor se disfrazaban de sumisa indiferencia: la de que no me
veía, la de que desde que había ceñido con sus brazos fugazmente
a Maerbaie no me había vuelto a ver. Y no la quería. Su desprecio
me cohibía demasiado, estaba demasiado a flor de piel
para que pudiese quererla. Antes, cuando me estrechaba contra
su cuerpo, eludía mi giba; ahora, sus manos se posaban sobre
ella, como tarántulas, recordándome que mi joroba seguía ahí,
y que nunca me desembarazaría de su peso. No quería a nadie...
(Bomarzo, 491)
Tremenda fue la impresión que dejó en Pier Francesco la visión
del demonio en un espejo. El rostro evanescente, pero monstruoso,
lo persiguió en las pesadillas de su convalecencia. Se sentía culpable
por haber pretendido la inmortalidad: si no se iba a inmortalizar, como
decía el horóscopo, al menos se inmortalizarían sus monstruos:
¿Qué había hecho yo, después de todo, al violentar así a ¡a
naturaleza, al distorsionarla hasta reducir aquellas rocas magníficas
a objetos monstruosos? ¿De qué pecado era más culpable?
¿Qué podía justificar ese acto de soberbia, impulsado por
la presunción de perpetuar los actos de mi vida aborrecible?
¿De qué tenía que enorgullecerme, que valiera proclamación
eterna? Allí estaban acusadores los grandes testigos. Yo mismo
ios había emplazado, les había transmitido mi imperio. Ahora era
yo el vasallo suyo. Y estarían siempre (...) y me estiraba a
olvidar. Era lo que más ansiaba: olvidar, diluirme, pulverizarme,
y los monstruos, la enorme guardia de piedra, me lo vedaban...
(Bomarzo, 610)
Entre los antepasados de Pier Francesco había santos, papas, cardenales,
reyes y príncipes. Su familia era de las más gloriosas de la
Italia renacentista. Pero todo eso pereció, para Pier Francesco, en la
batalla de Lepanto. Su hijo Horacio murió ante su mirada impotente.
La soledad se hace sentir entonces:
El final de la empresa está envuelto en mi memoria dentro
de una nube grisácea. Fue como si Horacio, ai morir, se llevara
con él todo el color y todo el brillo. Las armas, y los ropajes,
las empavesadas velas, las proas doradas, cuanto hasta entonces
había contribuido a rodearnos de un halo maravilloso, palideció
como si una carcoma sutil hubiese comenzado a roer la esencia
misma de lo que constituía nuestro esplendor. Nunca pensó yo,
CUADERNOS, 274.—5
65
hasta ese momento, que Horacio significaría tanto para mí. O quizás
empezara su significación a partir de ese momento. La muerte del
héroe, de la encarnación juvenil y gloriosa de Garcilaso, se presentaba
ante mis ojos como la muerte de algo muy mío, de
algo que moría dentro de mí. Mis esperanzas de redención a
través de él, de salvación de la inutilidad y la injusticia de mi
vida, a través de la suya—porque su vida, iniciada con la corona
de Lepanto, en la alegría de los sentimientos puros y en el centelleo
de la viril belleza tranquila, hubiese sido la que para mí
soñé en la adolescencia lejana—, mis esperanzas se derrumbaban
y me dejaban solo, una vez más, con mi propia realidad sin
consuelo. No tenía ya a quien recurrir para apoyarme en la ruta.
Habían muerto uno a uno los que surgieron en mi camino, deslumhrándome
con sus almas y con sus cuerpos y ayudándome
a que me olvidara pasajeramente de mí, o, por lo menos, a tolerarme,
sustituyendo con sus imágenes ¡a mía. El amor no
había sido para mí eterna angustia el descubrimiento de otro,
sino el olvido de mí mismo. Y ahora, cuando quedaba solo conmigo,
totalmente desamparado, el primer síntoma de esa evidencia
se trasuntaba, físicamente, en la extraña palidez que se apoderaba
de mi contorno y que me daba la impresión de que me movía entre
espectros transparentes.
(Bomarzo, 648, 649}
Junto al esqueleto de su pesadilla infantil, Pier Francesco encontró
unos extraños manuscritos. Después de mucho tiempo fueron descifrados,
y el brebaje de la inmortalidad estaba listo para ser bebido.
Pero en esa copa de la vida, alguien vació un veneno, y Pier Francesco
murió poco después de haberse recluido en la «cabeza del demonio»,
última roca tallada en su bosque.
Y el Destino le hizo la última jugada a Pier Francesco: él creyó
que los monstruos morían. Pero no fue así. Un cronista le devolvió
la vida en su relato:
Me acerqué a la mesa catafalco y caí de bruces sobre su superficie.
Vibraba alrededor la frase que mi padre había escrito debajo
de mi horóscopo, con su letra insolente, aristocrática: «Los
monstruos no mueren.» Sí mueren: los monstruos mueren también;
todos morimos; la inmortalidad —me lo había dicho mi abuelo,
el cardenal, en su agonía—es la voluntad de Dios; la única;
un día morirán los monstruos de piedra erigidos por mi orgullo.
Yo he gozado del inescrutable privilegio, siglos más tarde—y
con ello se cumplió sutilmente la promesa de Sandro Benedetto,
porque quien recuerda no ha muerto—, de recuperar la vida distante
de Vicino (Pier FrancescoJ Orsini, en mi memoria, cuando fui
hace poco, hace tres años, a Bomarzo, con un poeta y un pintor,
y el deslumbramiento me devolvió en tropel las imágenes y las
emociones perdidas...
(Bomarzo, 669-670)
66
El bosque de Bomarzo se constituye como la catarsis exhaustiva
de Pier Francesco Orsini: expresión de su grandeza y de su miseria,
de su timidez y de su osadía. Dejemos que éi nos describa ei significado
de cada una de las piedras talladas:
La peña más aita se transmutó en un Neptuno desmesurado,
que apoyaba el desnudo torso en un muro ciclópeo. Era, con sus
barbazas y su cabellera derramada sobre los hombros y el
pecho, la alegoría pujante del mar, de la eternidad, de la inmortalidad,
del gran sueño que nació cuando abrí los ojos a la vida.
Un monstruo horrible, sobre cuya testuz se irguió una esfera decorada
con las barras del escudo de Orsini, fue mi propia figuración
la del contrahecho que sustentaba el fardo heráldico de la
gloria familiar. Encima mandé modelar una fortaleza, la fortaleza
de Bomarzo. Los Orsini y Bomarzo me aplastaban, pero yo los
sostenía, desde mi espanto, casi hundido en la tierra madre.
Luego estaba la tortuga coronada por una figura musical, de la
que un ingenioso mecanismo de aguas arrancaba sonidos suaves
y que significaba la derrota y el ansia de mi poesía {...). Estaba
después la ballena colosal, labrada rudamente en honor del divino
Ariosto, recordando la escena en que Astolfo (...) se asiló
en una isla que era en realidad un cetáceo (...). A Adriana le
consagré una esfinge, que eso es lo que fue para el despertar
erótico de mis años, una esfinge equívoca y adorable. Di a Pantasilea
ios rasgos de una ninfa abandonada, puesto que la primera
vez que me ciñó con sus brazos la dejé sin poseerla, a
Nencia, la de una corpulenta hembra desnuda, tan enorme que
los artesanos trepaban por los globos de sus senos, izándose
como si escalaran un monte hasta el jarrón que resplandecía sobre
su cabeza y del cual brotaba un árbol entero, queriendo expresar
así que Nencia me había cubierto con su inmensa sombra, una
sombra que me pareció tan amplia como el palacio de los Médicis
cuando se apoderó de mí. Y el esqueleto pavoroso que reafirmó
el odio de mi padre, se delineó en la calavera y las tibias grabadas
en una pilastra del pedestal triangular, en tanto que la
persecución de la cual yo había sido objeto por parte de mis
hermanos tuvo su alegoría en los dos personajes alados que disimulé
en la base de la giganta, y que tuercen, boca abajo, la
silueta impotente de un muchachito. El combate de un dragón y dos
perros consolidó en piedra mis acciones militares. El dragón
era Carlos Quinto y los dogos mis campañas de Metz y de Picardía.
La muerte de Maerbale se expresaba en cambio por medio
de la lucha de dos titanes idénticos, uno de los cuales descuartizaba
al otro. Algunos han querido reconocer en el grupo feroz
el episodio de Hércules y Caco, o han traído a colación a Polifemo
despedazando a los compañeros de Ulises, Sólo yo sabía
lo que representaba, cómo sólo yo sabía que una ninfa de regazo
generoso, que carecía de pies porque éstos desaparecían en
la negrura de la tierra, representaba a mi abuela Orsini, surgida
del suelo maternal de Bomarzo. Y, por fin, nadie [...) adivinó que
el bifronte Jano, que mostraba un rostro femenino y uno mascu-
67
lino, inseparables* constituía para mí el emblema dual de Eros,
que desde que abrí los ojos al amor me acosó y acongojo con
sus semblantes opuestos y complementarios...
(Bomarzo, 576-578)
Abül y su elefante están también representados:
Cuando empezaban a entreverse las líneas groseras del diseño
en la efigie monumental, se me ocurrió que ia pétrea masa que
subsistía delante de la cabezota de la bestia podría metamorfosearse
en un guerrero vencido, liado poderosamente por la
trompa. Ese guerrero sería Beppo, muerto por Abul. Enorme el
elefante se perfiló en las anfractuosidades del parque de Bomarzo.
Fue mi obra inicial. Satisfecha mi obligación hacia Julia Farnese,
en el minúsculo edificio que recordaba con ia elegancia
severa de su columnata ia serenidad ceremoniosa de mi mujer,
mí pensamiento se volcó hacía Abul. Tenía que ser así. La imagen
extraña de Abul regía una época de mi vida.
(Bomarzo, 575)
BOMARZO, EL LARGO CAMINO DE LA SOLEDAD
LA AMBIENTACION PREVIA
Esta voluminosa novela del argentino Manuel Mujica Lainez es
una obra netamente latinoamericana, aunque su temática esté lejos
de reflejar personajes o situaciones latinoamericanos (narra la historia
de un príncipe del Renacimiento que adquiere el raro don de
[a inmortalidad).
Las líneas fundamentales de la obra se circunscriben dentro de
esa inmensa revolución de la novela en América Latina. Así lo hace
notar Pablo Rojas Guardia en un artículo aparecido en el número 52
de la revista caraqueña Imagen:
Hemos estado tan atentos —y subyugados y casi hipnotizadosai
estampido, al auge y a la brillante propaganda (al boom) de la
narrativa latinoamericana más reciente que, en cierto modo, olvidamos
otras novelas —otros novelistas— que, paralelamente en aparición
y resonancia plural, deberíamos situar o ubicar dentro de la
misma corriente de exaltación del poeta, del creador novelístico en
este caso del continente americano.
Quizá sea por lo mismo del boom por lo de la actividad repentina
y por lo de fomentar y dar bombo (acepciones figuradas que
caben en la palabra inglesa) que desatendemos ese otro lado de
la narrativa latinoamericana; pero que es de tanto valor como la de
primer plano —la de mayor actualidad—, puesto que aquella venía
como construyéndose sordamente, lentamente, en los intentos iniciales—acaso
tímidos, acaso locales o regionales—de los autores
que posteriormente desplegaron todas sus velas.
(...) De esas novelas, de esas fábulas, mejor, escritas para suramericanos
con conocimiento profundo de la historia universal, podríamos
señalar en tono preferente a Bomarzo, de Manuel Mujica
Lainez. (...)
Porque Bomarzo y, posteriormente, El unicornio, del
* Manuei Mujica Lainez, poeta, novelista, ensayista, cuentista y periodista. Nació en Buenos
Aires el 11 de noviembre de 1910. Estudió en colegios de Francia e Inglaterra. Hace muchos
años que es redactor del diario La Nación. Es miembro de la Academia de Letras, y obtuvo
e! Premio Nacional de Literatura. Su primera obra, Glosas castellanas (ensayos), data de
1936. Desde entonces ha publicado: Aquí vivieron, Misteriosa Buenos Aires, Los ídolos, La
casa. Los viajeros, Vidas del Gallo y Pollo y Bomarzo.
53
mismo autor, son dos magníficas novelas que, sin contener argumentación
latinoamericana y sin que la peripecia de sus personajes
se circunscriba en ambiente, recintos o situaciones de la sociedad,
o sociedades, o colectividades latinoamericanas, pueden andar,
con agilidad y soltura, al lado de estas magníficas narraciones
que se amparan, y se difunden, y se «bombean» a la sombra del
llamado boom de la novela (...) (1).
Bomarzo, pues, merece ser estudiada con detenimiento, puesto
que ella también es una «caracterización» latinoamericana. No una
«caracterización horizontal» (pintura de ambientes o de personajes
típicos), sino más bien una «caracterización vertical» (una concepción
propia del hombre y de ía historia).
Mujíca Lainez entiende el mundo a su manera. Pero en esa valorización
de circunstancias y de personajes de su mundo entran
en juego una serie de esquemas y de conceptualizaciones que «traicionan»
al artista, al pensador latinoamericano: reflejan la resonancia
—o no resonancia universal—que ha sabido dar a sus problemas
por medio de la expresión artística. En esa elección, en esa «selección»
de valores, el novelista actúa como hijo de su ambiente,
de su continente.
Con el estilo chispeante que lo caracteriza, Cortázar expresa esto
mismo al hablarnos sobre la argentinidad:
Pienso que hay una argentinidad más profunda, que muy bien
podría manifestarse en un libro donde no se hablara para nada de
la Argentina. No comprendo por qué un escritor argentino ha de
tener como tema a la Argentina. Creo que ser argentino es participar
en una serie de valores y de disvalores, en los planos más diversos,
en asumirlos o rechazarlos, en entrar en el juego o tirar la
pelota afuera: lo mismo que ser noruego o japonés... (2). Por otra parte, es opinión muy generalizada entre los críticos
que la actual novela latinoamericana está encontrando sus verdaderos
cauces de expresión: está creando valores de validez universal.
Se podría habiar con verdad de la conquista de una madurez
en la expresión literaria.
En una primera etapa...
Los novelistas como Gailegos, a pesar de su envergadura, por
su falta de plomada interior parecían sólo rozar las superficies de
las cosas. Su obra tenía fuego polémico, pero le faltaba peso específico,
fe en sí misma. Creía en su mensaje, su utilidad, no su valor
(1) Pablo Rojas Guardia: «Una fábula suramericana para suramericanos», en Imagen, Caracas,
15 de julio de 1969, 62 pp. 6.
[2] «Julio Cortázar», en Los nuestros, Luis Harss, Editorial Sudamericana, Buenos Aires,
1968, 2.a
edic, p. 291.
54
independiente como obra de arte. Se justificaba sólo con su propó-
sito. Sus fines puramente artísticos, cuando existían, eran secundarios
y poco imperiosos. Si no se sentía respaldada por una causa,
se consideraba consciente o inconscientemente un lujo, y tendía
algo perversamente a la estética y el diletantismo (3).
Esta valorización de la novela como una obra de arte—válida por
sí misma—tiene su confirmación en el tratamiento de los personajes
y de las situaciones. El personaje inmaduro da la impresión de
ser una simple marioneta en manos del escritor. Este le «dicta» lo
que debe decir y normatiza su conducta. Es lógico que en esta forma
de tratamiento el personaje se convierta en un simple «portavoz»
de ideas. La intensidad dramática que cobra es muy limitada, ya que
debe estar supeditada a las fronteras establecidas previamente por
su creador.
Lo mismo podría decirse de las situaciones. Estas son escogidas
como marco y escenario propicios para enmarcar a los personajes.
Personajes y situaciones están «marcados» por la línea ideológica
que el escritor se cree obligado en conciencia a expresar. Y en uno
u otro ámbito no hay consecución de «vida propia».
En la actualidad se ha dado ese gran paso hacia la creación de
vida autónoma. Los personajes empiezan a imponer sus propias
«reglas de juego». Las situaciones no se dejan limitar tan sencillamente:
es más, están exigiendo la no «demarcación» de sus fronteras.
Se vuelven un paisaje difuso, una «tierra de nadie»... Y de esa forma hemos empezado a presenciar el surgimiento de
«hijos adultos», emancipados de la tutela demasiado paternalista de
sus creadores. Ya no es tan sencillo identificar la voz del escritor con
la del personaje. Este se ha rebelado y se ha negado a «profesar» sencillamente
el credo de otros... Quiere intentarlo todo por sí mismo.
Y así hemos visto surgir a Oliveira y a la Maga, al general Aureliano
Buendía, a Calac y Polanco, a Larsen, al Jaguar, a Juan Preciado y a
tantos otros que escogen ellos mismos su propio habitat, que se
mueven en esos escenarios, que son incomprensibles en su elección,
que son caóticos como la vida que intentan expresar.
El resultado son obras paradójicas, como el atributo de libertad de
que gozan: los seres de esos mundos de ficción escogen ellos sus
situaciones, pero para mostrarnos precisamente la falacia de la escogencia:
es la situación, la circunstancia la que, en último término, lo
escoge a uno. Macondo impone su círculo mágico a los Buendía; Sanes)
Luis Harss, O. c, p. 21.
55
tamaría arrastra en su decrepitud a Larsen; el llano muere las últimas
llamas de sus campesinos...
Y esta libertad precaria, que vemos deambular por las calles, por
los pueblos de América Latina, es la que se nos impone con todo su
patetismo, con toda su «fealdad»...
La vida de estos libros quema las manos del viejo crítico. Más
aún; la crítica tradicionalista, frente a la nueva novela hispanoamericana,
es como un gran museo de estatuas de sal: sus cultores están
allí por soberbios; siguen siendo feroces en su inmovilidad salina.
La «fealdad» de la novela moderna les arranca quejas: quisieran
ver en su lugar amables fábulas que falsearan piadosamente la realidad
y nos dieran un milnovecientos pacífico en vez deí cataclismo
que va creciendo como un hongo mortal a nuestros pies. Hablan
con ofendido pudor de lo escatológico: ellos que se revolcaron y
taparon hoyos para esconder la fetidez de la belle époque modernista.
No entienden la belleza del lugar común, después de años de
envolver y falsear las cosas y los sentimientos del hombre de la
calle. Llegaron a confundir la verdad estética con la habilidad del
simulador. Glorificaron a ciertos novelistas que se interesaban profundamente
en la vestimenta, la comida y la palabra mal dicha de
sus personajes. Ellos dieron origen al rumor de que nuestro hombre
del pueblo no tiene vida interior. ¿Qué vida interior le iban a
descubrir a ese hombre si pasaban ocupadísimos revolviéndole sus
covachas para describirle sus apariencias pintorescas, sus miserias
y su «fatalidad», como si estas cosas pudieran considerarse aisladamente
del efecto que ellas producen en el alma del individuo? Por
oírle la palabra deformada no le oían ni la queja ni la esperanza.
Creyendo caracterizarlo, lo estereotipaban. Lo convertían en figura
de retablo. Estos eran los personajes a quienes devoraba la selva
en las novelas superregionalistas, los hombres «derrotados» por el
paisaje..., como si nuestros campesinos alguna vez se hubiesen
quedado suspirando cuando se les seca la tierra o les roban la cosecha.
Así es que al crítico bien establecido le chocan hoy los personajes
que se comportan como verdaderos seres humanos, y le
ofende ver en la novela una vida que es tan compleja, absurda y
violenta, como es la vida misma, esa que nos acongoja a todos
(4).
Esta fidelidad a la vida que va surgiendo de las manos del artista;
este respeto a la vida —aunque sea ésta un doloroso «muestrario»
de conflictos y de choques, de contradicciones y desgarramientos— es
lo que da verdadera hondura a las obras literarias. No se trata de
anular contradicciones; no se trata de buscar una conciliación entre
los elementos discordantes de un mundo también discordante. Se trata
de trasponer al mundo de la novela les données frappantes del mundo
(4) Fernando Alegría: «Estilos de novelar o estilos de vivir», en Coloquio sobre la novela
hispanoamericana. Fondo de Cultura Económica, México, 1967, pp. 144 y 145.
56
real. Y esto lo más fielmente posible: sin intentar construir figuras
simétricas o mundos armónicos. La ataraxia no existe para la obra literaria.
El Universo ha de ser asumido en la novela con toda su dolorosa
escisión interior. Eduardo Mallea dice al respecto:
Balzac y Dostoievski fueron los primeros rebeldes de una
regla tradicional. Ellos introdujeron en la literatura la representación
del hombre situado frente a su circunstancia social. El criterio
acerca de la perfectibilidad de la obra cambia con ellos:
lo que producen es un bloque artístico imperfecto, pujante y angustiado,
el fondo esencial humano vale por su potencia intrínseca
en sus obras y no por los viejos principios estéticos que
tenían su norma fundamental en la armonía. Introdujeron la desarmonía
fecunda, de naturaleza esencialmente humana, como
factor primero de su estética, en la que la teoría fundamental y
filosófica de la obra de arte es transmutada en la teoría fundamental
y filosófica de la vida. De este modo se transforma su
estética en una ética, pero en una ética funcionalmente creadora,
viviente y no postulativa.
La desarmonía de un universo heterogéneo que comienza a
anarquizarse y salir de goznes no la pudieron concebir ellos sino
trasladado al arte en su expresión caótica y dislocada. La unidad
que adquiría esa vida al ser condensada en una fórmula no podría
ser sino una unidad de su propia esencia, es decir, una unidad
compleja. Una expresión serena no conviene a un estado de espíritu
agitado (...] (5).
La unidad que consigue el escritor en su obra podría considerarse
como una unidad de «visión» más que de «estructuración». El escritor
«ve» los acontecimientos y transmite esa secuencia tal como se le
impone, pero no osa «ordenar» o «dictaminar» sobre un posible orden.
Es más un testigo que un demiurgo. El escritor es, como Asturias o
Lezama Lima, un náufrago en el remolino mágico de su novela. O, como
Cortázar, Sábato y Mujica Lainez, un explorador de laberintos que
busca el hilo salvador de Ariadna...
Con esta «ambientación» previa, vamos a adentrarnos en la villa
«Bomarzo», propiedad de los duques Orsini...
EL PARQUE DE LOS MONSTRUOS
Pier Francesco Orsini, duque de Bomarzo, ideó y realizó este inmenso
parque de los monstruos en las inmediaciones del- palacio de
Bomarzo. En esas inmensas moles de piedra está narrada la vida de
Pier Francesco.
(5} Eduardo Mallea: «De una actitud», en El sayal y la púrpura. Editorial Losada, S. A.,
Buenos Aires, 1947, pp. 19 y 20.
57
Lo primero que llama la atención es un templete de catorce metros
de altura y de inspiración etrusca. El templete está dedicado a Julia
Farnese, primera esposa del príncipe y madre de sus ocho hijos.
Después van surgiendo otros espectros que nos revelarán la lucha
interna —sus victorias y derrotas— de Pier Francesco. Jorobado y
contrahecho, él mismo se hizo presente en una figura monstruosa. Su
físico deforme le había acarreado el desprecio de su padre y de sus
hermanos, Girolamo y Maerbale. Sólo su abuela Diana Orsini lo protegió
de las vejaciones de sus parientes.
Esta temprana experiencia de sentimientos contrapuestos. Este
sentirse objeto de cariño y de desprecio al mismo tiempo, va perfilando
en Pier Francesco una personalidad especial, cuyo rasgo característico
va a ser la dicotomía, la ruptura interior. Pier Francesco
reconoce el amor que le profesó su abuela:
De no haber sido mi abuela Diana como fue, creo que yo no
hubiera sobrevivido a los años de mi infancia. En medio de mis
amarguras y resentimientos, su belleza estupenda que no ajaba
la mucha edad y el fervoroso cariño con el cual me envolvió resplandecen
y alumbran mi niñez.
(Bomarzo, 16)
Pero también sabe del odio de su padre. En una ocasión fue encerrado
por él en un calabozo para que acompañara a un esqueleto. La
impresión de entonces fue una de las más dolorosamente recordadas
por Pier Francesco:
Es probable que mi padre abrigase la esperanza de que la presencia
del monje coronado me trastornaría definitivamente, y de
que mi enajenación lo ayudara a deshacerse de mí para siempre.
Si es así, lo defraudé. Ignoro cuánto tiempo aguanté en la improvisada
cámara de tortura, no atreviéndome casi a respirar, vigilando
a mi compañero de cárcel, que me contemplaba a su
vez con las cuencas vacías, desdeñoso, sonriendo levemente ante
mi joroba y ante mi espanto. Pudieron ser unos minutos; pero
pudo ser una hora. Chisporroteaban las velas, y la cara del muerto
insepulto, ermitaño, guerrero enemigo, emparedado amante
o fabricación artificial, hombre inventado, reconstruido sacrilegamente,
transformado en mecanismo barroco, vaya uno a saber...,
se recostaba en el apoyo de la mano seca, brillante, violácea, considerándome
desde la distancia de su implacable hastío destructor. LA HERENCIA DE UNA ESCISIÓN En ese paseo por el parque de Bomarzo hemos conocido el alma de Pier Francesco Orsíni. Pero, ¿nos dice algo su personalidad, o, simplemente, estamos ante un esquizofrénico con delirios de grandeza? Indudablemente que Pier Francesco sucumbió sin haber subsanado su ruptura interior. Su muerte, como la de Dorian Grey, le devolvió una cierta unidad perdida, pero una unidad en la disolución, en la muerte: allí donde todo es igual y donde toda obra perece. Pero, contrariamente a Dorian Grey, de Pier Francesco nos ha llegado su retrato: ios monstruos que quiso aniquilar proyectándolos y domeñándolos en su bosque. En Pier Francesco hay algo más que un ser atormentado, muerto allá en el Cinquecentto. Vive de alguna manera entre nosotros, nos pertenece. Y esta «permanencia», esta «inmortalidad» es ia que trataré-de explicar a continuación. Pier Francesco vivió en una de las épocas más esplendorosas de toda la historia humana. Puede ser que la concepción de Mujica Lainez respecto del Renacimiento corresponda a la que Arnold Hauser se refiere: En la concepción sensualista del Renacimiento, amoraiismo y esteticismo se entrelazan de una manera que corresponde mejor a la psicología del siglo XIX que a la del Renacimiento. La visión 68 estética del mundo, característica del período romántico, no se agotaba en modo alguno en un culto al arte y al artista, sino que traía consigo una nueva orientación de todos los problemas de la vida según criterios estéticos. Toda la realidad se convertía para ella en substrato de una experiencia estética, y la vida misma pasaba a ser una obra de arte en la que cada uno de los factores era simplemente un estímulo de los sentidos. Los pecadores, tiranos y malvados del Renacimiento le parecían a esta concepción grandes figuras pictóricamente expresivas, protagonistas apropiados al fondo colorista de la época. La generación ebria de beíleza y ávida de muerte que quería morir «coronada de pámpanos» estaba pronta y bien dispuesta a perdonárselo todo a una época que se cubría de oro y de púrpura, y que convertía la vida en una fiesta fastuosa en la que, como se quería creer, hasta el pueblo simple se entusiasmaba ante las más exquisitas obras de arte. Naturalmente, este sueño de estetas corresponde a la realidad histórica tan escasamente como la imagen del superhombre en figura de ti- . rano... (6). Pero sea o no sea así, nos interesa más bien la personalidad concreta de Pier Francesco... Pier Francesco creyó en la resolución estética de los conflictos que fe presentaba la realidad. Pero esta concepción—que encaja perfectamente en la etapa estética de que habla Kierkegaard—fue el factor fundamental de su conflicto. En lo estético se concilian muchos términos aparentemente inconciliables (véase la apreciación sobre lo ético en Bomarzo, 204). Pero no todo es conciliable bajo esta perspectiva. Y así, la fealdad que sentía Pier Francesco sobre sus espaldas era inconciliable, efectivamente, con su amor a la belleza. La intensificación de su experiencia estética acababa convirtiéndose—por rechazo— en intensificación de su ruptura interior. Las formas culturales, políticas o religiosas eran verdaderas superestructuras que tocaban sólo tangenciaimente su personalidad. Pier Francesco se rodeaba de «presencias» hermosas, pero no lograba «hermosearse». Y el resultado de esto era una profunda soledad: Pier Francesco estaba ausente hasta de sí mismo. Pero al final de este vértigo—ante el cual, como hemos visto, no era válida ninguna «fermosa cobertura»— Pier Francesco muestra también su incipiente generosidad: quisiera haber procurado en otros lo que no logró para sí (véase la muerte de Horacio, Bomarzo, 648-649). No obstante, la visión final de Bomarzo es negativa: para Mujica Lainez los monstruos perviven. Su crónica, su historia ha devuelto la vida a los monstruos de Pier Francesco. (6) Arnold Hauser: Historia social de la Literatura y el arte, tomo [. Ediciones Guadarrama, Madrid, 1968, pp. 350-351. Bomarzo se compadece y se burla al mismo tiempo de su protagonista. Pier Francesco ha logrado efectivamente la inmortalidad, pero es una inmortalidad de ausencia, de soledad. Las coordenadas de Pier Francesco se pierden en el Pasado y se proyectan al Futuro, «Pier Francesco, de ti no conocemos sino tus monstruos; por ellos te has hermanado con todos los hombres, te has inmortalizado en cada uno de ellos, porque—es doloroso decirlo—en el hombre de todos los tiempos se va heredando, se va inmortalizando un monstruo...» Este podría ser el comentario marginal del cronista. Y con ello su visión empata con la concepción «lobuna» del hombre (el hombre es el lobo del hombre; el hombre es un lobo estepario...). Pero también con ello refleja fielmente una realidad actual: la escisión que padece el hombre moderno, y especialmente el hombre latinoamericano. El latinoamericano es «desposeído» porque vive sin afrontar la realidad contradictoria de su mundo, como no afrontó Pier Francesco la antinomia de su joroba y de sus aspiraciones estéticas... Se postulan libertades: somos eclécticos, cosmopolitas, abiertos al progreso. Y, precisamente en virtud de esa libertad que postulamos nos hacemos esclavos de la circunstancia, de la moda, de nuestro «Bomarzo»... Esta tremenda escisión es la que comenta H. A. Murena cuando dice: Que somos una sociedad mercantil, que somos fenicios, que somos Cartago es cosa que nos ha sido repetida y que hemos comprobado muchas veces como para que alguien la ponga en duda. Pero, ¿cómo se explica eso (...)? No se explica, por supuesto, achacándoselo a una estimación excesiva del dinero. La proverbial generosidad de los americanos, su curiosa propensión af despilfarro, están ahí para desmentir esa tesis. Nos sentimos desposeídos del alma, y queremos restañar esa herida con dinero, con bienes materiales, con algo que, como es ajeno al alma, jamás nos calma, jamás nos aplaca. El dinero es siempre un triste sustitutivo, y los millones podrán anestesiar o matar un alma, pero no comprarla, curarla. Como desposeídos, seamos ricos o pobres, estamos siempre ansiosos de bienes materiales, precisamente porque no los codiciamos, porque buscamos en ellos un remedio espiritual que no pueden darnos. Sí, no caben dudas de que se va a ver demasiado al médico entre nosotros, de que se piensa demasiado en la muerte entre nosotros: la tranquilidad es muy escasa a este respecto. Ocurre asimismo que ese temor no puede justificarse por un milagroso aumento de las dolencias, sino por una discriminación del impulso vital, pues la muerte se percibe con tal intensidad anormal justamente cuando faltan las fuerzas para sumergirse en la vida, en el éxtasis de la existencia. ¿Nos faltan las fuerzas? ¿A nosotros? ¿A este pueblo en exceso robusto (...)? Es que la fuerza nos falta en el alma: nos sentimos desposeídos 70- hasta del derecho a la vida. Y por eso cuidamos tanto la salud (•••) porque estamos poseídos por la muerte. Pienso en nuestra soberbia, a la que en cuanto se la mira con un poco de atención se la descubre en su verdad de endeble disfraz de la falta de valentía, de esa falta de valentía que es nuestra obsesión, que es lo que más tratamos de desmentir, porque es en lo que incurrimos cuando hubo que afrontar la desposesión, la condición humana. Pienso en la forma desesperada en que defendemos nuestra libertad ante cualquier cosa (...). Defendemos así la libertad y el amor porque imaginamos no tenerlos, sentimos que cualquier cosa puede arrebatárnoslo. La cultura verdadera es para el hombre el título que lo declara amo de la realidad, y nosotros hemos pretendido imponer nuestro patronazgo sobre ella exhibiendo el falso título de los conocimientos (...). El que no piensa por sí en las cosas vive acerca de lo que «se dice» acerca de las cosas (...). Y como cada momento «se dice» algo diferente (...) se es esclavo de la inquietud por saber «lo último que se ha dicho» (...), Y ese falso saber es el vicio de los desposeídos de la cultura, es nuestro vicio, y no nos engañemos (7). El artista hace patente este drama precisamente con su propia situación. Muchas veces debe aceptar formas extranjeras para poder crear. Pero al darnos personajes y situaciones representativos de la realidad nos está interpelando vivamente. Nos está invitando a «reconocernos» en ¡os seres que pueblan su mundo. Pier Francesco se inmortaliza entre nosotros como el hombre que roza la superficie de las cosas, que busca su centro en la periferia. El hombre de los roces, de las emociones intensas. El hombre que se perpetúa desde el Paleolítico hasta el Renacimiento y hasta la época de los viajes espacíales. El hombre elemental, primitivo, escindido interiormente: en el que conviven la civilización y la barbarie como realidades yuxtapuestas) anárquicas, traumatizantes en su incompatibilidad... Pero Pier Francesco es también un hombre que puede ser saivado y redimido mediante una acción adecuada. Y sólo un compromiso serio (en el que se ponga en juego el propio centro) es capaz de desbaratar la escisión interior, el dilema: barbarie, civilización, de que habló Sarmiento. Y en esto está la verdadera inmortalidad humana, aunque en el orden de las magnitudes y de las armonías exteriores—en el orden de lo estético— no se haya conseguido nada. Mujica Lainez es latinoamericano en Bomarzo aunque no hable de Latinoamérica. Nos habla Pier Francesco en su desgarramiento inte- (7) H. A. Murena: «La lección a los desposeídos», Cuadernos 93 (febrero 1965}, pp. 66-67. 71 rior, y con eílo se prolonga en todos los seres escindidos, condenado de por vida a la soledad, y, sobre todo, heredando su soledad a los hombres que, como él, fabrican para consolarse su parque de los monstruos...
RAFAEL RODRÍGUEZ DÍAZ
Las descripciones de Bomarzo:
Su análisis estilístico
http://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/viewFile/ALHI8181110141A/24449Nostalgia de Mújica Lainez
http://www.arbil.org/109muji.htm
Bibliografía
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- Glosas castellanas (1936)
- Don Galaz de Buenos Aires (1938)
- Miguel Cané (padre) (1942)
- Canto a Buenos Aires –poemas– (1943)
- Estampas de Buenos Aires (1946)
- Aquí vivieron (1949)
- Misteriosa Buenos Aires (1950)
- El hombrecito del azulejo
- Los ídolos (1952)
- La casa (1954)
- Los viajeros (1955)
- Invitados en el paraíso (1957)
- Bomarzo (1962)
- El unicornio (1965)
- Bomarzo, libreto para una ópera con música de Alberto Ginastera (1967)
- Crónicas reales (1967)
- De milagros y de melancolías (1969)
- Narciso
- Cecil (1972)
- El viaje de los siete demonios (1974)
- Sergio (1976)
- Los cisnes (1977)
- El brazalete (1981)
- El escarabajo (1982)
- Cuentos inéditos (1993)
- La galera
- El ilustre amor
- Importancia
-
La narrativa histórica argentina de Manuel Mujica Láinez
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