"Las personas debemos el progreso a los insatisfechos".
Aldous Huxley
http://xroads.virginia.edu/~1930s2/Time/1932/1932fr.html
En defensa de la ingeniería del paraíso.
En el futuro, será factible técnicamente - por lo menos - para la farmacoterapia y la medicina genética para volver a diseñar de manera que podemos llegar a ser - para tomar un ejemplo entre mil millones - un cruce entre Jesús y Einstein . Potencialmente, transhumanos estarán dotados de una mayor capacidad de amor ,la empatía y emocional profundo que cualquier cosa neuroquímicamente accesible hoy en día. Nuestros antepasados egoísta-gen-conducido - en común con los dibujos animados del Mundo Feliz - golpeará la posteridad como funcionales psicópatas por comparación; y la posteridad será el adecuado.
Soma
HedWeb
Futuro
Los opioides
BLTC Investigación
Huxley Hotlinks
superfelicidad?
Medios de Comunicación Social 2017
Wirehead hedonismo
las llanuras del cielo
la buena guía de Drogas
del proyecto El Abolicionista
El imperativo hedonista
Revolución La Reproductiva
El Biointelligence Explosión
MDMA: Farmacología utópico
Quién es quién en el mundo feliz
Un mundo feliz de Aldous Huxley (texto)
Aldous Huxley habla de Brave New Mundial (vídeo)
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David Pearce
"Quizás este mundo sea el infierno de otro planeta."
ALDOUS HUXLEY
1894 - 1963
ALDOUS HUXLEY
Los seres humanos se cultivan y hay castas: Alfa, Beta, Gamma, Deltas y Épsilon. Los Alfas son inteligentes, altos y guapos; los Épsilones, bajos, tontos y feos. Todos son permanentemente felices. No hay guerra ni pobreza, tampoco familia, diversidad cultural, arte, avance en la ciencia, ni en la literatura ni en la filosofía.
"Dos mil farmacólogos y bioquímicos han sido subvencionados Seis años más tarde se está produciendo en el mercado La droga perfecta eufórico, narcótico, gratamente hallucinant Todas las ventajas de la cristiandad y el alcohol;..... Ninguno de sus defectos tomar unas vacaciones de la realidad cada vez te gusta, y volver sin mucho más que un dolor de cabeza o una mitología. la estabilidad fue prácticamente asegurada ".
ALDOUS HUXLEY ( Brave New World )
"El comportamiento racional y amablemente tiende a producir buenos resultados y estos resultados siguen siendo buenas, incluso cuando el comportamiento que les produjo fue producido por sí mismo una píldora."
ALDOUS HUXLEY ( Brave New World Revisited , en Moksha: Escritos sobre Psicodélicos y la experiencia visionaria ., Nueva York, 1977, p 99)
Mundial controlador Mustapha Mond ( Un mundo feliz )
(MP4 y WMV; tres partes)
Un mundo feliz (fragmento)
" La enorme pieza del piso bajo estaba orientada hacia el Norte. A pesar del calor del exterior y de la temperatura casi tropical del interior, solo una luz cruda, pálida e invernal, se filtraba a través de los cristales buscando con avidez algunos ensabanados cuerpos yacentes, algún trozo de carne descolorida, producto de disecciones académicas; pero solo hallaba cristal y níquel y las pulidas y frías porcelanas del laboratorio. Invierno respondía a invierno. Blancas eran las batas de los que allí trabajaban con manos enfundadas en guantes de goma de color cadavérico. La luz era helada, muerta, fantasmal. Solo los tubos amarillos de los microscopios le prestaban algo de vida mientras resbalaba lúbricamente sobre su pulidez, formando una larga serie de ricos destellos a lo largo de las mesas de trabajo. "
Aldous Huxley nació el 26 de julio de 1894, en Inglaterra.
Gran parte de su
familia destacó en el ámbito intelectual; por parte de su padre en el área de
la biología y la medicina, y por parte de su madre en la literatura.
Su hermano Julian
Huxley fue un destacado biólogo, humanista, eugenista y el primer director de
la Unesco; mientras que su medio hermano, Andrew Huxley ganó el Premio Nobel de
Medicina.
Su madre, Julia Arnold
fue de las primeras mujeres en estudiar en Oxford.
Su
bisabuelo fue el poeta Matthew Arnold, y su tía la novelista Humphrey
Ward.
Debido
a una enfermedad llamada queratitis punctata, a los 16 años queda casi
completamente ciego, durante 18 meses.
Aprendió
a leer en braille y a tocar el piano, en los meses que perdió la vista.
Derivado de sus problemas visuales se interesa en la teoría de W. H. Bates para la reeducación visual y posteriormente escribe: El arte de ver.
A los 22 años publicó su primer libro: La rueda ardiente.
Trabajó como profesor en el Colegio Eton, mismo en el cual había estudiado; sin embargo, nunca estuvo conforme con ese empleo.
A los 25 años se convirtió en redactor de la Revista Athenaeum, para la que escribe bajo el seudónimo de Antolycus.
Una de sus mayores pasiones fue viajar. Viajó alrededor del mundo, conoció América, Europa, Asia y África.
Durante sus viajes estuvo en México y quedó cautivado con Oaxaca, impresiones que plasmó en su libro, Más allá del golfo de México.
En sólo 4 meses escribió su obra más famosa: Un mundo feliz, en la que narra una visión pesimista y distópica de una sociedad del futuro.
Hacia la mitad de su vida se interesó en el misticismo, tema que recupera en su novela, Ciego en Gaza.
Fue amigo de grandes actores como Charlie Chaplin y Greta Garbo.
Escribió más de 50 obras, entre las que se encuentran cuentos, ensayos, novelas, biografías, poemas, adaptaciones de teatro, guiones de cine y relatos de viaje.
Tuvo varias experiencias psicodélicas con sustancias como la mescalina, el LCD y la psilocibina, a partir de las cuales escribió libros como, Las puertas de la percepción y Cielo e infierno.
Una de sus lecturas favoritas era el Libro tibetano de los muertos, mismo que pidió le fuera leído tras su muerte.
Murió el 22 de noviembre de 1963, a los 69 años, a causa de cáncer; el mismo día que asesinaron al presidente John F. Kennedy.
GETTY IMAGES
Su viuda Laura con el psicólogo Timothy Leary.
Personajes de la novela y equivalentes reales
- Henry Foster: señala un paralelo con William Foster, un comunista estadounidense que se lanzó a la presidencia en 1924, 1928 y 1932, todo alrededor de la época de la publicación del libro. También, con Henry Ford
- Lenina Crowne: hace referencia a la monarquía o el gobierno monárquico (Crown es corona en inglés), y a Vladimir Lenin y la Revolución rusa de 1917, un derrocamiento radical de una monarquía.
- Mustafá Mond: La cabeza de la sociedad local es nombrado por una particularmente modernística pareja, Mustafa Kemal Atatürk y Sir Alfred Mond. El primero era un líder que desenlazó a Turquía de sus raíces islámicas, y el último era la cabeza de las Industrias Químicas Imperiales, un líder en relaciones laborales modernas.
Dos personajes son nombrados a partir de fascistas e industrialistas contemporáneos:
- Primo Mellon: combina a Miguel Primo de Rivera, el dictador español en tiempos de Alfonso XIII, y Andrew W. Mellon, un filántropo industrialista.
- Benito Hoover une al líder fascista Benito Mussolini y a Herbert Hoover, presidente de los Estados Unidos a principios del Siglo XX.
Además, hay referencias a los autores de El manifiesto comunista:
- Bernard Marx: es una referencia obvia a Karl Marx.
- Sarojini Engels es una referencia a Friedrich Engels, cofundador del comunismo y de la teoría económica marxista. El primer nombre es una referencia a Sarojini Naidu, un líder político hindú y contemporáneo de Gandhi.
Aldous Huxley Interview for BBC
- Fifi Bradlaugh: por Charles Bradlaugh, un activista político y ateo británico.
- Herbert Bakunin: por Mijaíl Bakunin, Impulsor del movimiento anarquista.
- Clara Deterding: por Henri Deterding, un antiguo presidente de la compañía petrolífera Royal Dutch/Shell.
- Joanna Diesel: por Rudolf Diesel, inventor del motor diésel.
- Darwin Bonaparte: combina al científico Charles Darwin con el gobernante Napoleón Bonaparte
- George Edzel: es una referencia a Edsel Ford, hijo único de Henry Ford y presidente de la Ford Motor Company de 1919-1943.
- Polly Trotsky: es una referencia a Lev Trotsky, el revolucionario ruso y teórico marxista.
" La Esclavitud del pensamiento a la vida es uno de nuestros temas favoritos. Bergson y los Pragmatistas, Adler y Freud, los muchachos del materialismo Dialéctico y del Objetivismo, todos enuncian sonoramente sus variaciones en torno a él. La mente no es sino instrumento para fabricar instrumentos, está controlada por fuerzas inconscientes ya sea sexuales o agresivas, es el producto de presiones económicas y sociales, un montón de reflejos condicionados, Todo absolutamente cierto hasta aquí; pero falso si no va más allá... El pensamiento es el esclavo de la vida. Esto es evidente. Pero si al mismo tiempo no fuese algo más, no podríamos hacer ni siquiera esta generalización parcialmente válida. El significado de la segunda cláusula es principalmente práctico. La vida es juguete del tiempo. Por el mero hecho de esfumarse, el tiempo convierte en un absurdo todo el planteamiento consciente de la vida. Y sin embargo, la única fe de una mayoría de europeos y de los americanos del siglo veinte es una fe en el futuro... por el cual están dispuestos a sacrificar su única posesión tangible; el Presente... pero... el tiempo debe detenerse... Solamente tomando en cuenta el hecho de la eternidad podremos liberar al pensamiento de la esclavitud de la vida. Y solamente entregando deliberadamente nuestra atención y nuestra fe a la eternidad podemos impedir que el tiempo convierta nuestras vidas en una bufonada diabólica. "
http://personales.upv.es/jarnau/Obra/Teatro/Teatro.htm
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La sonrisa de La Gioconda, drama de Aldous Huxley en radioteatro
Una acentuada neutralidad caracteriza a Juanita Spence, personaje de este radioteatro policiaco.
En su programa Teatro dominical, los servicios de Radiodifusión del Instituto Nacional de Radio y Televisión, Inravisión, presentaron La sonrisa de La Gioconda, obra teatral del escritor inglés Aldous Huxley (1894-1963), adaptada para la radio por Federico Vera Díaz. Se trata de un drama policiaco, protagonizado por Enrique Hutton, personaje culto, cínico y encantador, y por Juanita Spence, personaje discreto que poco a poco trasluce la intensidad de sus emociones. Emilia, esposa de Enrique, muere al comienzo de la obra. A partir de entonces, prevalece la sospecha de que su muerte fue provocada y comienzan las conjeturas sobre quién es el asesino.
El título de la obra hace referencia a La Gioconda, célebre pintura de Leonardo da Vinci que retrata a una mujer joven que está vuelta de medio lado hacia el espectador. No es aventurado decir que en la obra de Huxley hay una Gioconda y que ella es Juanita Spence. Como la boca de La Gioconda de Leonardo, Juanita exterioriza una neutralidad a la que matiza una sonrisa. La de La Gioconda de Leonardo ha sido calificada de enigmática, entre otras cosas, porque al mirar directamente sus labios, la sonrisa se convierte en un gesto neutral y, al mirarla de soslayo, la sonrisa retorna. Tanto en la obra de Huxley como en su versión radiofónica, Enrique Hutton le dice a Juanita, anticipándose al día lejano en que él cumpla ochenta años: "aún estaré pensando qué es lo que se esconde tras esa misteriosa sonrisa tuya". Y un poco más adelante, después de describirla como una persona plana, que no dice nada extraordinario y que, sin embargo, trasparenta profundidades y volúmenes interiores, concluye: "esa eres tú, mi misteriosa Gioconda".
Esas profundidades y volúmenes salen a la luz poco a poco, conforme Juanita se siente libre para manifestar una pasión amorosa largo tiempo silenciada, y las conjeturas sobre el asesino de Emilia pasan al plano judicial y concluyen con la condena a muerte del principal sospechoso, Enrique Hutton. Juanita padece un insomnio que recuerda el sonambulismo de Lady Macbeth, de la tragedia de Shakespeare. El personaje que desentraña la causa de la turbación de Juanita es el Doctor Libbard, médico del cuerpo y del alma de los protagonistas del drama.
Si bien en la versión radioteatral de La sonrisa de La Gioconda, el doctor Libbard hace las veces del detective que llega a la raíz del asunto y cumple así con una de las funciones que le asigna la obra de Huxley, deja de desempeñar otra, fundamental para comprender su capacidad de penetración en la psique de los personajes y resolver el crimen: la de médico del alma, que indaga lo que se oculta más allá de los síntomas físicos. El escaso realce que se da a este papel de Libbard en la versión radial de La sonrisa de La Gioconda puede deberse a la necesidad de adaptar la obra para poder pasarla completa en cincuenta y cinco minutos, tiempo que dura el radioteatro.
Enrique Pontón hace una buena interpretación de Hutton. Habla con desenvoltura y un latente buen humor, y su actuación permite formarse una imagen nítida del personaje. Samara de Córdoba interpreta a Juanita Spence; Carmenza de Cadavid, a la enfermera Braddock; Miriam González, a Clara; Mónica Rendón, a Doris Mead y Carlos Muñoz, al Doctor Libbard. La sonrisa de La Gioconda está identificada en el catálogo de la Fonoteca de Señal Memoria con el código CD009726 y el audio se puede escuchar en el sitio. En la Fonoteca se encuentra otra versión radioteatral de la obra, identificada con los códigos CD10056, CD10674 y CD10675.https://www.senalmemoria.co/articulos/la-sonrisa-de-la-gioconda-drama-de-aldous-huxley-en-radioteatro#
OSCURIDAD
Mi alma tapiada jamás ha conocido
tan íntima oscuridad, deslumbrante paisaje,
como el punto ciego, del que brotan las visiones
en el corazón de la mirada crisólita...
la mística oscuridad que acaricia el trono de Dios
en un esplendor más allá de lo imaginable,
tan fugaz destello.
Pero las largas y siniestras tinieblas
que por la ciudad se despliegan,
sutilmente confusas, se arremolinan y dispersan,
menguan y viscosamente fluyen;
tinieblas de lujuria y avaricia,
del devastado cuerpo y el perverso corazón...
Yo conozco estas tinieblas.
DOS REALIDADES
Pasó un vagón con ruedas escarlata
y carrocería amarilla, nuevo flamante.
"¡Espléndido! -dije-, qué bueno
es estar vivo, cuando la belleza pela
la dura cáscara de la vida". Y tú
dijiste: "¡Espléndido!". Y pensé que habías visto
ese vagón brillando calle abajo;
pero miré y vi que tu mirada había caído
sobre un niño que atizaba puntapiés
a una obscena inmundicia marrón.
Nuestras almas son elefantes, pensé,
aisladas tras estrechos barrotes,
con trompas que asomadas fisgonean
y sobre la realidad se abalanzan;
y cada cual según su dulce antojo
se apodera del pastel que más le gusta
dejando atrás los demás.
La juventud, entretanto se expande, desvela
la siniestra metempsicosis
de azucenas muertas, convertidas en rosas
rojas como un tormentoso amanecer.
Pero las azucenas, recuerda, son flores sepulcrales.
Navegan, entretanto, los lentos y vivaces pétalos de rosa
a la deriva en la música de las horas más felices;
y esas azucenas, pálidas y frías,
fogosas rosas guardan bajo el césped
del velo con el que la joven novia se despide.
LIBROS Y PENSAMIENTOS
Viejos fantasmas que olvidó la muerte transportar
al otro lado del Leteo de los años
-he aquí mis amigos, pues ante sus lágrimas
lloro y con su júbilo me regocijo.
Desde una atalaya, cuyas almenas
ponen todo el cielo ante mis ojos,
en las largas noches estivales entro en trance,
adormilado entre murmullos y fragancias
que manan de la tierra, en tanto el cielo sobre mí
con su paz funde la paz del alma mía,
lo profundo hallando lo profundo. No hay agitación que conmoverme pueda,
nada en mi liberación la calma rompe:
en vano la iracunda luz del sol maldice
ante el silencio y la penumbra de las cavernas polares.
LA ELECCIÓN
Camarada, ahora que estás alegre
y por tanto eres sincero,
dime: ¿dónde te gustaría morir
y hacer que tu amigo enterrase
lo que tú fuiste una vez?
"¿En lo alto de una colina
con una vista apacible
del país donde en calma todo permanece?"...
Dios santo ¡Yo no!
Yacería en la calle
allí donde dos arroyos se encuentran,
con un intenso rumor que llega
a los oídos,
mientras dentro del cerebro tocan
marchas de vida y muerte,
de gloria, júbilo y miedo,
de la paz que se muda,
del fragor de la contienda
y de desbandadas de ejércitos en estampida.
Libre, allí me conmocionaría
lejos de los hundidos ritmos
de mi indolente esencia.
Los vientos aquí no tienen insignias en movimiento, pero recorren
una vacía oscuridad, una destemplada luz;
ramas que no se doblan, nunca una flor torturada
se estremece, raíces agotadas, a punto de volar;
alado futuro, marchito pasado, ni semillas ni hojas
dan fe de esos veloces pies invisibles: corren
libres por una tierra desnuda, cuyo pecho recibe
todo el fiero ardor de un sol desnudo.
Tú tienes la Luz por amante. ¡Tierra afortunada
que concibe el fruto de su divino deseo!
Mas el seco polvo es todo lo que ella da a luz,
esa hija de arcilla creada por el perpetuo fuego celestial.
Por lo tanto venid, suave lluvia y delicadas nubes, y calmad
este amor radiante que tiene la fuerza del odio.
PRÓLOGO
El remordimiento crónico, y en ello están acordes todos los moralistas, es un sentimiento sumamente indeseable. Si has obrado mal, arrepiéntete, enmienda tus yerros en lo posible y encamina tus esfuerzos a la tarea de comportarte mejor la próxima vez. Pero en ningún caso debes entregarte a una morosa meditación sobre tus faltas. Revolcarse en el fango no es la mejor manera de limpiarse.
También el arte tiene su moral, y muchas de las reglas de esta moral son las mismas que las de la ética corriente, o al menos análogas a ellas. El remordimiento, por ejemplo, es tan indeseable en relación con nuestra creación artística como en relación con las malas acciones. En el futuro, la maldad debe ser perseguida, reconocida, y, en lo posible, evitada. Llorar sobre los errores literarios de veinte años atrás, intentar enmendar una obra fallida para darle la perfección que no logró en su primera ejecución, perder los años de la madurez en el intento de corregir los pecados artísticos cometidos y legados por esta persona ajena que fue uno mismo en la juventud, todo ello, sin duda, es vano y fútil.
De aquí que este nuevo UN MUNDO FELIZ sea exactamente igual al viejo. Sus defectos como obra de arte son considerables; mas para corregirlos debería haber vuelto a escribir el libro, y al hacerlo, como un hombre mayor, como otra persona que soy, probablemente hubiese soslayado no sólo algunas de las faltas de la obra, sino también algunos de los méritos que poseyera originalmente. Así, resistiéndome a la tentación de revolcarme en los remordimientos artísticos, prefiero dejar tal como está lo bueno y lo malo del libro y pensar en otra cosa.Sin embargo, creo que sí merece la pena, al menos, citar el más grave defecto de la novela, que es el siguiente.
Al Salvaje se le ofrecen sólo dos alternativas: una vida insensata en Utopía, o la vida de un primitivo en un poblado indio, una vida más humana en algunos aspectos, pero en otros casi igualmente extravagante y anormal. En la época en que este libro fue escrito, esta idea de que a los hombres se les ofrece el libre albedrío para elegir entre la locura de una parte y la insania de otra, se me antojaba divertida y la consideraba como posiblemente cierta. Sin embargo, en atención a los efectos dramáticos, a menudo se permite al Salvaje hablar más racionalmente de Io que su educación entre los miembros practicantes de una religión, que es una mezcla del culto a la fertilidad y de la ferocidad de los Penitentes, le hubiese permitido hacerlo en realidad. Ni siquiera su conocimiento de Shakespeare basta para justificar sus expresiones. Y al final, naturalmente, se les hace abandonar la cordura, su Penitentismo nativo recobra la autoridad sobre él, y el Salvaje acaba en una autotortura de maniático y un suicidio de desesperación. Y así, después de todo, murieron miserablemente, con gran satisfacción por parte del divertido y pirrónico esteta que era el autor de la fábula.
Actualmente no siento deseos de demostrar que la cordura es imposible. Por el contrario, aunque sigo estando no menos tristemente seguro de que en el pasado la cordura es un fenómeno muy raro, estoy convencido de que cabe alcanzarla y me gustaría verla en acción más a menudo. Por haberlo dicho en varios libros míos recientes, y, sobre todo, por haber compilado una antología de lo que los cuerdos han dicho sobre la cordura y sobre los medios por los cuales puede lograrse, un eminente crítico académico ha dicho de mí que constituyo un triste síntoma del fracaso de una clase intelectual en tiempos de crisis. Supongo que ello implica que el profesor y sus colegas constituyen otros tantos alegres síntomas de éxito. Los bienhechores de la humanidad merecen ser honrados y recordados perpetuamente. Construyamos un Panteón para profesores. Podríamos levantarlo entre las ruinas de una de las ciudades destruidas de Europa o el Japón; sobre la entrada del osario yo colocaría una inscripción, en letras de dos metros de altura, con estas simples palabras: Consagrado a la memoria de los Educadores del Mundo. Su MONUMENTUM REQUIRIS CIRCUMSPICE.
Pero volviendo al futuro... Si ahora tuviera que volver a escribir este libro, ofrecería al Salvaje una tercera alternativa. Entre los cuernos utópico y primitivo de este dilema, yacería la posibilidad de la cordura, una posibilidad ya realizada, hasta cierto punto, en una comunidad de desterrados o refugiados del MUNDO FELIZ, que viviría en una especie de Reserva. En esta comunidad, la economía sería descentralista y al estilo de Henry George, y la política kropotkiniana y cooperativista. La ciencia y la tecnología serían empleadas como si, lo mismo que el Sabbath, hubiesen sido creadas para el hombre, y no (como en la actualidad) el hombre debiera adaptarse y esclavizarse a ellas. La religión sería la búsqueda consciente e inteligente del Fin último del hombre, el conocimiento unitivo del Tao o Logos inmanente, la transcendente Divinidad de Brahma. Y la filosofía de la vida que prevalecería sería una especie de Alto Utilitarismo, en el cual el principio de la Máxima Felicidad sería supeditado al principio del Fin último, de modo que la primera pregunta a formular y contestar en toda contingencia de la vida sería: ¿Hasta qué punto este pensamiento o esta acción contribuye o se interfiere con el logro, por mi parte y por parte del mayor número posible de otros Individuos, del Fin último del hombre?
Educado entre los primitivos, el Salvaje (en esta hipotética nueva versión del libro) no sería trasladado a Utopía hasta después de que hubiese tenido oportunidad de adquirir algún conocimiento de primera mano acerca de la naturaleza de una sociedad compuesta de individuos que cooperan libremente, consagrados al logro de la cordura. Con estos cambios, UN MUNDO FELIZ poseería una perfección artística y (si cabe emplear una palabra tan trascendente en relación con una obra de ficción) filosófica, de la cual, en su forma actual, evidentemente carece.
Pero UN MUNDO FELIZ es un libro acerca del futuro, y, aparte sus cualidades artísticas o filosóficas, un libro sobre el futuro puede interesarnos solamente si sus profecías parecen destinadas, verosímilmente, a realizarse. Desde nuestro punto de mira actual, quince años más abajo en el plano inclinado de la historia moderna, ¿hasta qué punto parecen plausibles sus pronósticos? ¿Qué ha ocurrido en este doloroso intervalo que confirme o invalide las previsiones de 1931?
Inmediatamente se nos revela un gran y obvio fallo de previsión. UN MUNDO FELIZ no contiene referencia alguna a la fisión núclear. Y, realmente, es raro que no la contenga; porque las posibilidades de la energía atómica eran ya tema de conversaciones populares algunos años antes de que este libro fuese escrito. Mi viejo amigo Robert Nichols incluso había escrito una comedia de éxito sobre este tema, y recuerdo que también yo lo había mencionado en una narración publicada antes de 1930. Así, pues, como decía, es muy extraño que los cohetes y helicópteros del siglo VII de Nuestro Ford no sean movidos por núcleos desintegrados. Este fallo no puede excusarse; pero sí cabe explicarlo fácilmente. El tema de UN MUNDO FELIZ no es el progreso de la ciencia en cuanto afecta a los individuos humanos. Los logros de la física, la química y la mecánica se dan, tácitamente, por sobrentendidos. Los únicos progresos científicos que se describen específicamente son los que entrañan la aplicación a los seres humanos de los resultados de la futura investigación en biología, psicología y fisiología. La liberación de la energía atómica constituye una gran revolución en la historia humana, pero no es (a menos que nos volemos a nosotros mismos en pedazos poniendo así punto final a la historia) la última revolución ni la más profunda.
Por aquel ramal de línea férrea no había pasado nunca ningún tren expreso. Todos los trenes — los pocos que por allí había — paraban en todas las estaciones. Dionisio se sabía de memoria los nombres de estas estaciones: Bole, Tritton, Spawin, Delawarr, Knipswich para Timpany, West-Bowlby, y, finalmente, Camlet-on-the-Water. Él bajaba siempre en Camlet, dejando que el tren fuera trepando indolentemente Dios sabe hasta dónde, en el verde corazón de Inglaterra
.
En aquel momento, el tren, con un resoplido,
salía de West-Bowlby. ¡Gracias a Dios, sólo faltaba una estación! Dionisio tomó
sus bártulos de la red y los fue amontonando meticulosamente en el rincón
opuesto al suyo. Tarea inútil. Pero algo había que hacer. Cuando acabó, se
hundió de espaldas en su asiento y cerró los ojos. Hacía un calor extremado.
¡Qué viaje! Dos horas mutiladas, en seco, de
su vida; dos horas en que podía haber hecho tantas, tantas cosas — escribir el
poema perfecto, por ejemplo, o leer algún libro único, revelador —. Y en lugar
de esto, la garganta se le revolvía con el olor de los cojines polvorientos en
que se recostaba.
Dos horas. Ciento veinte minutos. Todo hubiera
podido realizarse en aquel espacio de tiempo. Todo. Nada. La verdad era que
había dispuesto de centenares de horas, y ¿qué había hecho con ellas? Las había
malgastado, había esparcido los preciosos minutos como si sus reservas hubieran
sido inagotables. Dionisio gimió en el fondo de su alma, condenándose sin
remisión, con todas sus obras. ¿Qué derecho tenía él a sentarse al sol, a
ocupar asientos de rincón en compartimientos de tercera, a seguir viviendo?
Ninguno, ninguno, ninguno.
El dolor y una congoja nostálgica indefinible se apoderaron de él. ¡Tenía veintitrés años, y una consciencia tan angustiosa de ello!
Esta revolución realmente revolucionaria deberá lograrse, no en el mundo externo, sino en las almas y en la carne de los seres humanos. Viviendo como vivió en un período revolucionario, el marqués de Sade hizo uso con gran naturalidad de esta teoría de las revoluciones con el fin de racionalizar su forma peculiar de insania. Robespierre había logrado la forma más superficial de revolución: la política. Yendo un poco más lejos, Babeuf había intentado la revolución económica. Sade se consideraba a sí mismo como el apóstol de la revolución auténticamente revolucionaria, más allá de la mera política y de la economía, la revolución de los hombres, las mujeres y los niños individuales, cuyos cuerpos debían en adelante pasar a ser propiedad sexual común de todos, y cuyas mentes debían ser lavadas de todo pudor natural, de todas las inhibiciones, laboriosamente adquiridas, de la civilización tradicional. Entre sadismo y revolución realmente revolucionaria no hay, naturalmente, una conexión necesaria o inevitable. Sade era un loco, y la meta más o menos consciente de su revolución eran el caos y la destrucción universales. Las personas que gobiernan el Mundo feliz pueden no ser cuerdas (en lo que podríamos llamar el sentido absoluto de la palabra), pero no son locos de atar, y su meta no es la anarquía, síno la estabilidad social. Para lograr esta estabilidad llevan a cabo, por medios científicos, la revolución final, personal, realmente revolucionaria.
En la actualidad nos hallamosen la primera fase de lo que quizá sea la penúltima revolución. Su próxima fase puede ser la guerra atómica, en cuyo caso no vale la pena de que nos preocupemos por las profecías sobre el futuro. Pero cabe en lo posible que tengamos la cordura suficiente, si no para dejar de luchar unos con otros, al menos para comportarnos tan racionalmente como lo hicieron nuestros antepasados del siglo XVIII. Los horrores inimaginables de la Guerra de los Treinta Años enseñaron realmente una lección a los hombres, y durante más de cien años los políticos y generales de Europa resistieron conscientemente la tentación de emplear sus recursos militares hasta los límites de la destrucción o (en la mayoría de los casos) para seguir luchando hasta la total aniquilación del enemigo. Hubo agresores, desde luego, ávidos de provecho y de gloria; pero hubo también conservadores, decididos a toda costa a conservar intacto su mundo. Durante los últimos treinta años no ha habido conservadores; sóIo ha habido radicales nacionalistas de derecha y radicales nacionalistas de izquierda.
El último hombre de Estado conservador fue el quinto marqués de Lansdowne; y cuando escribió una carta a The Times sugiriendo que la Primera Guerra Mundial debía terminar con un compromiso, como habían terminado la mayoría de las guerras del siglo XVIII, el director de aquel diario, otrora conservador, se negó a publicarla. Los radicales nacionalistas no salieron con la suya, con las consecuencias que todos conocemos: bolchevismo, fascismo, inflación, depresión, Hitler, la Segunda Guerra Mundial, la ruina de Europa y todos los males imaginables menos el hambre universal.
Desde luego, no hay razón alguna para que el nuevo totalitarismo se parezca al antiguo. El Gobierno, por medio de porras y piquetes de ejecución, hambre artificialmente provocada, encarcelamientos en masa y deportación también en masa no es solamente inhumano (a nadie, hoy día, le importa demasiado este hecho); se ha comprobado que es ineficaz, y en una época de tecnología avanzada la ineficacia es un pecado contra el Espíritu Santo. Un Estado totalitario realmente eficaz sería aquel en el cual los jefes políticos todopoderosos y su ejército de colaboradores pudieran gobernar una población de esclavos sobre los cuales no fuese necesario ejercer coerción alguna por cuanto amarían su servidumbre. Inducirles a amarla es la tarea asignada en los actuales estados totalitarios a los Ministerios de Propaganda, los directores de los periódicos y los maestros de escuela.
Pero sus métodos todavía son toscos y acientíficos. La antigua afirmación de los jesuitas, según los cuales si se encargaban de la educación del niño podían responder de las opiniones religiosas del hombre, fue dictada más por el deseo que por la realidad de los hechos. Y el pedagogo moderno probablemente es menos eficiente en cuanto a condicionar los reflejos de sus alumnos de lo que lo fueron los reverendos padres que educaron a Voltaire. Los mayores triunfos de la propaganda se han logrado, no haciendo algo, sino impidiendo que ese algo se haga. Grande es la verdad, pero más grande todavía, desde un punto de vista práctico, el silencio sobre la verdad. Por el simple procedimiento de no mencionar ciertos temas, de bajar lo que Mr. Churchill llama un telón de acero entre las masas y los hechos o argumentos que los jefes políticos consideran indeseables, la propaganda totalitarista ha influido en la opinión de manera mucho más eficaz de lo que lo hubiese conseguido mediante las más elocuentes denuncias y las más convincentes refutaciones lógicas. Pero el silencio no basta.
Si
se quiere evitar la persecución, la liquidación y otros síntomas de fricción social, es preciso que los aspectos positivos de la propaganda sean tan eficaces como los negativos. Los más importantes Proyectos Manhattan del futuro serán vastas encuestas patrocinadas por los gobiernos sobre lo que los políticos y los científicos que intervendrán en ellas llamarán el problema de la felicidad; en otras palabras, el problema de lograr que la gente ame su servidumbre. Sin seguridad económica, el amor a la servidumbre no puede llegar a existir; en aras a la brevedad, doy por sentado resolver el problema de la seguridad permanente. Pero la seguridad tiende muy rápidamente a darse por sentada. Su logro es una revolución meramente superficial, externa.
El amor a la servidumbre sólo puede lograrse como resultado de una revolución profunda, personal, en las mentes y los cuerpos humanos. Para llevar a cabo esta revolución necesitamos, entre otras cosas, los siguientes descubrimientos e inventos. En primer lugar, una técnica mucho más avanzada de la sugestión, mediante el condicionamiento de los infantes y, más adelante, con la ayuda de drogas, tales como la escopolamina. En segundo lugar, una ciencia, plenamente desarrollada, de las diferencias humanas, que permita a los dirigentes gubernamentales destinar a cada individuo dado a su adecuado lugar en la jerarquía social y económica. (Las clavijas redondas en agujeros cuadrados tienden a alimentar pensamientos peligrosos sobre el sistema social y a contagiar su descontento a los demás.) En tercer lugar (puesto que la realidad, por utópica que sea, es algo de lo cual la gente siente la necesidad de tomarse frecuentes vacaciones), un sustitutivo para el alcohol y los demás narcóticos, algo que sea al mismo tiempo menos dañino y más placentero que la ginebra o la heroína.
Si monumentum requiris circumspice
Y finalmente (aunque éste sería un proyecto a largo plazo, que exigiría generaciones de dominio totalitario para llegar a una conclusión satisfactoria), un sistema de eugenesia a prueba de tontos, destinado a estandardizar el producto humano y a facilitar así la tarea de los dirigentes. En UN MUNDO FELIZ esta uniformización del producto humano ha sido llevada a un extremo fantástico, aunque quizá no imposible. Técnica e ideológicamente, todavía estamos muy lejos de los bebés embotellados y los grupos de Bokanovsky de adultos con inteligencia infantil. Pero por los alrededores del año 600 de la Era Fordiana, ¿quién sabe qué puede ocurrir? En cuanto a los restantes rasgos característicos de este mundo más feliz y más estable -los equivalentes del soma, la hipnopedia y el sistema científico de castas-, probablemente no se hallan más que a tres o cuatro generaciones de distancia. Ya hay algunas ciudades americanas en las cuales el número de divorcios iguala al número de bodas. Dentro de pocos años, sin duda alguna, las licencias de matrimonio se expenderán como las licencias para perros, con validez sólo para un período de doce meses, y sin ninguna ley que impida cambiar de perro o tener más de un animal a la vez. A medida que la libertad política y económica disminuye, la libertad sexual tiende, en compensación, a aumentar. Y el dictador (a menos que necesite carne de cañón o familias con las cuales colonizar territorios desiertos o conquistados) hará bien en favorecer esta libertad. En colaboración con la libertad de soñar despiertos bajo la influencia de los narcóticos, del cine y de la radio, la libertad sexual ayudará a reconciliar a sus súbditos con la servidumbre que es su destino.
Sopesándolo todo bien, parece como si la Utopía se hallara más cerca de nosotros de lo que nadie hubiese podido imaginar hace sólo quince años. Entonces, la situé para dentro de seiscientos años en el futuro. Hoy parece posible que tal horror se implante entre nosotros en el plazo de un solo siglo.
Es decir, en el supuesto de que sepamos reprimir nuestros impulsos de destruirnos en pedazos en el entretanto. Ciertamente, a menos que nos decidamos a descentralizar y emplear la ciencia aplicada, no como un fin para el cual los seres humanos deben ser tenidos como medios, sino como el medio para producir una raza de individuos libres, sólo podremos elegir entre dos alternativas: o cierto número de totalitarismos nacionales, militarizados, que tendrán sus raíces en el terror que suscita la bomba atómica, y, en consecuencia, la destrucción de la civilización (o, si la guerra es limitada, la perpetuación del militarismo); o bien un solo totalitarismo supranacional cuya existencia sería provocada por el caos social que resultaría del rápido progreso tecnológico en general y la revolución atómica en particular, que se desarrollaría, a causa de la necesidad de eficiencia y estabilidad, hasta convertirse en la benéfica tiranía de la Utopía. Usted es quien paga con su dinero, y puede elegir a su gusto.
UN MUNDO FELIZ Y EL CINE
POR ÀLEX P. LASCORT
Recuerdo perfectamente el momento en que cayó en mis manos un ejemplar de Un mundo feliz de Aldous Huxley. Recuerdo con claridad los detalles, el tamaño, la textura de la portada, quién me lo recomendó, el lugar donde estaba. Sin embargo, y a pesar de todo ello, no podría precisar la edad exacta en que sucedió. Podría tener 12 o 14 años, no importa. Lo que importa es la escenificación del momento. Lo que podríamos llamar puesta en escena de la memoria. Una imagen congelada, un foto cerebral que, interesadamente o no, reproduce lo físico casi al detalle y obvia descaradamente el marco temporal. Lo importante aquí no es el cuándo sino el cómo. Un mecanismo eficaz que permite reproducir un momento placentero y elimina los daños colaterales del paso del tiempo.
MÁS ALLÁ DE LAS DISCUSIONES FILOSÓFICAS QUE GENERA UN MUNDO FELIZ AL RESPECTO DE SI LO DESCRITO ES MÁS UTOPÍA QUE DISTOPÍA, NOS HALLAMOS ANTE UN EJEMPLO PRECISAMENTE DE LA IMPORTANCIA DE ESTA PUESTA EN ESCENA DE LA MEMORIA.
En efecto, si bien hay un condicionamiento de raíz político social en los miembros de la sociedad descrita, su comportamiento final no deja de ser una constante huida de lo temporal, de proyectar momentos felices del pasado en un presente constante, hacia un futuro de mobiliario diferente pero de contexto idéntico. El sexo, los objetos, todo lo ya utilizado debe ser renovado con nuevas parejas y nuevos artefactos. No obstante estas novedades no dejan de ser variaciones, repeticiones. Updates vitales para una existencia 2.0
Cinematográficamente hablando Un mundo feliz no ha sido una obra precisamente bien tratada; 2 son las versiones realizadas y ambas, aunque intentan captar el espíritu del original literarios, se enfrentan a problemas diversos.
La versión de 1980, consciente de sus limitaciones tecnológico presupuestarias, opta por una puesta en escena que lo fía todo a la asepsis decorativa y a la literalidad del texto. El resultado es un artefacto reconocible, pero sin alma, próximo a la representación teatral y que no consigue, a pesar del esfuerzo, captar la vivacidad del texto ni generar el debate que el mismo suscita. Más sangrante si cabe es la versión de 1998. Fundamentalmente porque a través de su apuesta claramente esteticista, deviene un film en las antípodas de la puesta en escena de la memoria. Este es, para mal, un artefacto claramente contextualizado, hijo de su época, que traspola el espíritu del momento (los 90) y congela su estética y valores en la narración. Dicho de otra manera, esta es una película que no solo ignora las cargas de profundidad del texto sino que saca a la superficie todo aquello que es nimio, anecdótico, y lo convierte en eje narrativo.
La versión de 1980, consciente de sus limitaciones tecnológico presupuestarias, opta por una puesta en escena que lo fía todo a la asepsis decorativa y a la literalidad del texto. El resultado es un artefacto reconocible, pero sin alma, próximo a la representación teatral y que no consigue, a pesar del esfuerzo, captar la vivacidad del texto ni generar el debate que el mismo suscita. Más sangrante si cabe es la versión de 1998. Fundamentalmente porque a través de su apuesta claramente esteticista, deviene un film en las antípodas de la puesta en escena de la memoria. Este es, para mal, un artefacto claramente contextualizado, hijo de su época, que traspola el espíritu del momento (los 90) y congela su estética y valores en la narración. Dicho de otra manera, esta es una película que no solo ignora las cargas de profundidad del texto sino que saca a la superficie todo aquello que es nimio, anecdótico, y lo convierte en eje narrativo.
Aunque no todo ha de resultar negativo. La consecuencia positiva de la pobreza ( o la torpeza ) de dichas adaptaciones es que nos permite traspasar el mero comentario de la comparativa entre texto y novela para explorar como alguna de las, por así llamarlo, profecías del texto, esencialmente en el terreno del campo audiovisual, se han visto confirmadas, sea en el campo tecnológico o en el intencional en cuanto a su utilidad.
Hablamos de los sensoramas, de artefactos tecnológicos que permiten no solo contemplar “pasivamente” la película sino, en cierto modo vivirla. Algo que nos remite al uso actual del 3D como excusa para una mayor inmersión en el film. Evidentemente, aún no estamos tecnológicamente hablando al nivel de sentir físicamente las emociones, o experiencias de la película (lo de las proyecciones 4D no deja de ser una aproximación, casi de feria, al asunto) pero la intencionalidad es la misma. En el fondo, lo realmente importante del asunto es la causística del mismo. No es tanto el medio sino lo que se pretende con él. El audiovisual en Un mundo feliz no deja de ser un juguete más, de alta tecnología, de acuerdo, pero con fines meramente recreativos aunque quizás deberíamos hablar más de alienantes.
El cine como arte no es que no exista, es que no tiene cabida racional, no es concebible. Las películas como tales no dejan de ser sesiones de porno continuo con la finalidad de distraer y ofrecer nuevas ideas de placer a sus espectadores.
La idea pues es la de poner el medio al servicio de la política, en este caso para sumir a la masa en un estado de “feliz olvido”, de distracción sin “perturbación” intelectual ( y no deja de ser curioso como este uso del cine como herramienta de control es exactamente el mismo en una distopía tan presuntamente diferente como 1984, solo que en lugar de la felicidad del sexo es cambiada por filmes de guerra y violencia).
La idea pues es la de poner el medio al servicio de la política, en este caso para sumir a la masa en un estado de “feliz olvido”, de distracción sin “perturbación” intelectual ( y no deja de ser curioso como este uso del cine como herramienta de control es exactamente el mismo en una distopía tan presuntamente diferente como 1984, solo que en lugar de la felicidad del sexo es cambiada por filmes de guerra y violencia).
Es en este sentido que Un mundo feliz cobra mayor actualidad, no en vano, la sensación que muchas de las (grandes) producciones actuales vienen a seguir los mismos patrones. Bombardeo de valores afines al poder tales como individualismo, patriotismo, aceptación de las reglas mediante exposición de oveja descarriada, etc. Pero más que eso está el despojamiento continuo de la propia concepción artística del cine. La idea de que el film en si mismo no más que un mero instrumento de distracción, de mata tiempos visionable para ser olvidado al poco.
Aunque esto pueda parecer exagerado solo hay que ver como son tratadas las películas fuera del circuito mainstream por la mayoría de la gente. Epítetos como lenta, intelectualoide o minoritaria entre otros vienen a dar a entender que están fuera del “gusto popular”. En el fondo Un mundo feliz toca la tecla correcta al entender el medio no como una forma de manipulación fanática de la población a lo hitleriano sino como esa idea primegenia de espectáculo de feria, eso sí, con finalidades de control por imbecilización masiva.
Iniciábamos el texto con un recuerdo y como éste, mediante lo que hemos denominado “puesta en escena de la memoria” se convierte en el eje subterraneo temático de Un Mundo Feliz. Hablabamos de la necesidad de crear un discurso perpetuo en el que había que cambiar partes del decorado y congelar aquello imprescindible para desear revivir una y otra vez ese momento feliz. En el fondo eso es lo que el cine representa en la novela , una forma de recrear experiencias placenteras (en este caso sexuales) una y otra vez para fomentarlas y aplaudirlas como forma de vida no solo única, sino únicamente deseable y saludable. El cine como higiene mental, aunque sea a base de depuración de todo proceso intelectual.
Cine y Televisión en Aldous Huxley
ADAPTACIONES AL CINE
ADAPTACIONES A LA TELEVISIÓN
GUIONES
CINEMATOGRÁFICOS
Películas en las que Aldous Huxley ha participado en el guión:
Madame Curie
Metro-Goldwyn-Mayer. 1938.
Director: Mervyn LeRoy
Guión: Paul Osborn, Paul H. Rameau y Aldous Huxley
Productor: Sidney Franklin
Principales Actores:
Greer Garson, Reginald Owen, Walter Pidgeon, C. Aubrey Smith,
Victor Francen, Henry Travers, Robert Walker.
Adaptación de "Madame Curie" (1937) de Eve Curie.
Pride and Prejudice
(Más fuerte que el orgullo)
Metro-Goldwyn-Mayer. 1940.
Director: Robert Z. Leonard
Guión: Aldous Huxley y Jane Murfin
Productor: Hunt Stromberg
Principales Actores:
Laurence Olivier, Greer Garson, Mary Boland, Edna May Oliver,
Maureen O'Sullivan, Ann Rutherford, Edward Ashley.
Adaptación de la novela de Jane Austen.
Jane Eyre
Twentieth Century-Fox. 1944.
Director: Robert Stevenson
Guión: Aldous Huxley, Robert Stevenson y John Houseman
Productor: William Goetz
Principales Actores:
Orson Welles, Joan Fontaine, Margaret O'Brien, Peggy Ann Garner,
Elizabeth Taylor, Agnes Moorehead, John Sutton, Sara Allgood.
Adaptación de la novela de Charlotte Brontë.
Alice in Wonderland
(Alicia en el País de las Maravillas)
Animación. RKO. 1951.
Directores: Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske.
Guión: Aldous Huxley y otros.
Productor: Walt Disney
Voces:
Katherine Beaumont, Sterling Holloway, Ed Wynn, Jerry Colonna.
Adaptación de la novela de Lewis Carroll.
ADAPTACIONES AL CINE subir
Obras de Aldous Huxley que han sido adaptadas al cine:
A Woman's Vengeance
Universal-International. 1947.
Adaptación de "La Sonrisa de la Gioconda".
Director: Zoltan Korda
Guión: Aldous Huxley
Productor: Zoltan Korda
Principales Actores:
Charles Boyer, Ann Blyth, Jessica Tandy, Cedric Hardwicke,
Mildred Natwick, Cecil Humphreys.
Prelude to Fame
Universal-International. 1950.
Adaptación de "El joven Arquímedes".
Director: Fergus McDonell
Guión: Robert Westerby
Productor: Donald B. Wilson
Principales Actores:
Guy Rolfe, Kathleen Byron, Kathleen Ryan, Jeremy Spenser,
Henry Oscar, Rosalie Crutchley.
The Devils
(Los Demonios)
Warner Bros. 1971.
Adaptación de "Los Demonios de Loudun".
Director: Ken Russell
Guión: Ken Russell
Productor: Robert H. Solo y Ken Russell
Música: Peter Maxwell Davies
Principales Actores:
Vanessa Redgrave, Oliver Reed, Dudley Sutton, Max Adrian,
Gemma Jones, Murray Melvin, Michael Gothard, Georgina Hale.
ADAPTACIONES A LA TELEVISIÓN subir
Obras de Aldous Huxley que han sido adaptadas a la televisión:
Point Counter Point
Miniserie de la BBC en 4 episodios. 1972.
Adaptación de la novela "Contrapunto".
Director: Rex Tucker
Teleplay: Simon Raven
Productor: David Conroy
Principales Actores:
Lyndon Brook, Max Adrian, Patricia English, David Collings,
Valerie Gearon.
Il Piccolo Archimede
Telefilm de 85 minutos para la RAI. Italia. 1979.
Adaptación de "El joven Arquímedes".
Director: Gianni Amelio
Montage: Giorgio Pozzi
Fotografía: Guido Bertoni
Escenografía: Ferdinando Ghelli
Principales Actores:
John Steiner, Laura Betti, Shirley Corrigan, Renato Moretti.
Brave New World
Telefilm de 150 minutos. 1980.
Adaptación de la novela "Un mundo feliz".
Director: Burt Brinckerhoff
Teleplay: Doran William Cannon
Productor: Jaqueline Babbin
Principales Actores:
Jonelle Allen, Jeanetta Arnette, Reb Brown.
Brave New World
Telefilm de 120 minutos. 1998.
Adaptación de la novela "Un mundo feliz".
Directores: Leslie Libman and Larry Williams
Teleplay: Dan Mazur
Principales Actores:
Peter Gallagher, Leonard Nimoy, Tim Guinee, Miguel Ferrer,
Sally Kirkland, Rya Kihlstedt.
El genio y la diosa (fragmento)
" El júbilo hizo que Henry se convirtiera, por primera vez desde que yo le había conocido, en un padre casi normal. En lugar de retirarse a su estudio después de la cena, se quedaba para jugar con sus hijos. En lugar de hablar de sus propios asuntos, trataba de divertir a Ruth y Timmy con malos retruécanos y planteando adivinanzas. Timmy estaba en la gloria y hasta Ruth se mostraba condescendiente y sonreía. Pasaron tres días más y llegó un domingo. Por la noche, jugamos a las cartas. El reloj dio las nueve. Una vuelta más; luego, Ruth y Timmy se fueron a la cama. Diez minutos después estaban acostados y llamándonos para darnos las buenas noches. Acudimos primero a Timmy. «A ver si sabes éste», dijo Henry. «¿Qué plantas salen cuando un mal estudiante entierra sus libros?». La respuesta vino enseguida: «Calabazas». Timmy no se rió ni se enorgulleció de su acierto y dio a entender a su padre que esperaba de él más originalidad e ingenio. Apagamos la luz y pasamos a la habitación inmediata. Ruth estaba en la cama con su Osito, que hacía a un mismo tiempo de bebé y de Príncipe Azul. La chica tenía puesto un pijama azul pálido y mostraba una cara llena de afeites. Su profesor se había opuesto al colorete y el perfume en clase y, cuando la persuasión no condujo a nada, la dirección los prohibió categóricamente. La poetisa se había visto reducida a pintarse y perfumarse a la hora de acostarse. La habitación apestaba a violetas de imitación y la almohada, a ambos lados de la carita, estaba manchada de lápiz labial y colorete. Henry no era, sin embargo, hombre que advirtiese estos detalles.
«¿A qué chica», preguntó, acercándose a la cama, «no se le puede decir “Te adoro”?». «¿Te adoro?», repitió Ruth. Me miró, se puso encendida y apartó la vista. Con risa forzada, contestó, en tono de fastidio y superioridad, que no podía adivinarlo. «A la que se llame Dorotea», declaró su padre triunfalmente. Y como Ruth pareciera no comprender, explicó: «Si se llama Doro-tea, no se le puede decir Tea-doro». «¿Por qué no?», preguntó Ruth. «¿Por qué no se puede decir “Te adoro” a quien se llame Dorotea?». Henry, muy molesto, dio una breve e instructiva conferencia sobre el retruécano y los juegos de palabras. No había que buscar en estas cosas rigor lógico, sino el contraste o la antítesis que había a primera vista. Llegó de lejos, de la habitación del cabeza de familia, el timbre del teléfono. El rostro de Henry se iluminó. «Tengo la corazonada de que es llamada de Chicago», dijo, mientras se inclinaba para dar a Ruth un beso de buenas noches. «Y también la corazonada», añadió, mientras corría hacia la puerta, «de que mamá vuelve mañana. ¡Mañana!», repitió. Y desapareció. «¡Qué gran cosa sería que estuviera en lo cierto!» dije fervorosamente. Ruth asintió con la cabeza y dijo «Sí» en un tono que parecía transformar el monosílabo en un «No». Repentinamente, la carita pintada asumió una expresión de ansiedad aguda. "
Comprender cómo nos manipulan. Por Ignacio Ramonet.
Publicado el 25/09/2015 por sidartavlc
Se cumplen 80 años de la primera edición (1935) en lengua española de la gran novela rupturista Un mundo feliz (se había publicado tres años antes en inglés), del filósofo y escritor visionario Aldous Huxley.
Y ante tanta felicidad artificial en nuestros días, tantas manipulaciones y tantos condicionamientos contemporáneos, cabe preguntarse: ¿será útil releer hoy Un mundo feliz? ¿Es acaso necesario retomar un libro publicado hace más de 80 años, en una época tan alejada de nosotros que Internet no existía e incluso la televisión aún no había sido inventada? ¿Es esta novela algo más que una curiosidad sociológica, un best seller ordinario y efímero del que se vendieron, en el año de su publicación, en inglés, más de un millón de ejemplares?
Estas cuestiones parecen tanto más pertinentes cuanto que el género al que pertenece la obra –la distopía, la fábula de anticipación, la utopía cientifico-técnica, la ciencia ficción social– posee un grado muy alto de obsolescencia. Pues nada envejece con mayor rapidez que el futuro. Sobre todo en literatura.
Sin embargo, si alguien, superando estas científico, se vuelve a sumergir en las páginas de esa novela se quedará estupefacto por su sorprendente actualidad. Constatando que, por una vez, el pasado ha atrapado el presente. Recordemos que el autor, Aldous Huxley (1864– 1963), narra una historia que transcurre en un futuro muy lejano, hacia el año 2 mil 500, o, con mayor precisión, hacia el año 600 de la era fordiana, en alusión satírica a Henry Ford (1863-1947), el pionero estadunidense de la industria automovilística (de la que una célebre marca de coches sigue llevando su nombre), inventor de un método de organización del trabajo para la fabricación en serie y de la estandarización de las piezas. Método –el fordismo– que transformó a los trabajadores en poco menos que autómatas o en robots que repiten a lo largo de la jornada un único y mismo gesto. Lo cual suscitó, ya en la época, violentas críticas; pensemos, a este respecto, por ejemplo, en las películas Metrópolis (1926), de Fritz Lang, o Tiempos modernos (1935), de Charles Chaplin.
Aldous Huxley escribió Un mundo feliz, visión pesimista del porvenir y crítica feroz del culto positivista a la ciencia, en un momento en el que las consecuencias sociales de la gran crisis de 1929 afectaban de lleno a las sociedades occidentales, y en el que la credibilidad en el progreso y en los regímenes democráticos capitalistas parecía vacilar.
Editado en inglés antes de la llegada de Adolf Hitler al poder en Alemania (1933), Un mundo feliz denuncia la perspectiva pesadillesca de una sociedad totalitaria fascinada por el progreso científico y convencida de poder brindar a sus ciudadanos una felicidad obligatoria. Presenta una visión alucinada de una humanidad deshumanizada por el condicionamiento a lo Pavlov y por el placer al alcance de una píldora (el soma). En un mundo horriblemente perfecto, la sociedad decide totalmente, con fines eugenésicos y productivistas, la sexualidad de la procreación.
Una situación no tan alejada de la que conocen hoy algunos países en donde los efectos de la crisis de 2008 están provocando (en Europa sobre todo) la subida de partidos de extrema derecha, xenófobos y racistas. Donde las píldoras anticonceptivas permiten ya un amplio control de la natalidad. Y donde nuevas píldoras (Viagra, Lybrido) dopan el deseo sexual y lo prolongan hasta más allá de la tercera edad. Por otra parte, las manipulaciones genéticas permiten cada vez más a los padres la selección de embriones para engendrar hijos en función de criterios predeterminados, estéticos, entre otros.
Otra sorprendente relación con la actualidad es que la novela de Huxley presenta un mundo donde el control social no da cabida al azar, donde, formadas con el mismo molde, las personas son clónicas, pues se producen en serie, la mayoría tiene garantizado el confort y la satisfacción de los únicos deseos que está condicionada a experimentar, pero donde se ha perdido, como diría Mercedes Sosa, la razón de vivir.
En Un mundo feliz, la americanización del planeta, ha culminado; la historia ha terminado (como lo afirmara más tarde Francis Fukuyama), todo ha sido estandarizado y fordizado, tanto la producción de los seres humanos, resultado de puras manipulaciones genético-químicas, como la identidad de las personas, producida durante el sueño por hipnosis auditiva: la hipnopedia, que un personaje en el libro califica de la mayor fuerza socializante y moralizante de todos los tiempos.
Se producen seres humanos, en el sentido industrial del término, en fábricas especializadas –los centros de incubación y condicionamiento–, según modelos variados, que dependen de las tareas muy especializadas que serán asignadas a cada uno y que son indispensables para una sociedad obsesionada por la estabilidad.
Desde su nacimiento, cada ser humano es además educado en unos centros de condicionamiento del Estado, en función de los valores específicos de su grupo, mediante el recurso masivo a la hipnopedia para manipular el espíritu, crear en él reflejos condicionados definitivos y hacerle aceptar su destino.
Aldous Huxley ilustraba así, en esa obra, los riesgos implícitos en la tesis que venía formulando desde 1924 John B. Watson, el padre del conductismo, esa pretendida ciencia de la observación y control del comportamiento. Watson afirmaba, con frialdad, que podía elegir al azar en la calle a un niño saludable y transformarlo, a su elección, en doctor, abogado, artista, mendigo o ladrón, cualquiera que fuera su talento, sus inclinaciones, sus capacidades, sus gustos y el origen de sus ancestros.
En Un mundo feliz, que es fundamentalmente un manifiesto humanista, algunos vieron también, con razón, una crítica ácida a la sociedad estalinista, a la utopía soviética construida con mano de hierro. Pero también hay, claramente, una sátira a la nueva sociedad mecanizada, estandarizada, automatizada que se montaba en esa época en Estados Unidos, en nombre de la modernidad técnica.
Sumamente inteligente y admirador de la ciencia, Huxley expresa, sin embargo, en esta novela, un profundo escepticismo respecto de la idea de progreso, una desconfianza hacia la razón. Frente a la invasión del materialismo, el autor entabla una interpelación feroz a las amenazas del cientificismo, el maquinismo y el desprecio a la dignidad individual. Claro que la técnica asegurará a los seres humanos un confort exterior total, de notable perfección, estima Huxley con desesperada lucidez. Todo deseo, en la medida en que podrá ser expresado y sentido, será satisfecho. Los seres humanos habrán perdido su razón de ser. Se habrán transformado a sí mismos en máquinas. Ya no se podrá hablar en sentido estricto decondición humana.
Pero sí de condicionamiento, que no ha cesado de intensificarse desde la época en que Huxley publicó este libro y anunció que, en el futuro, seríamos manipulados sin que nos diésemos cuenta de ello. En particular, por la publicidad. Mediante el recurso a mecanismos sicológicos y gracias a técnicas bien rodadas, los Mad men de la publicidad consiguen que compremos un producto, un servicio o una idea. De ese modo nos convertimos en personas previsibles, casi teledirigidas. Y felices.
Confirmando esas tesis de Huxley, a mediados de la década de 1950, Vance Packard publicó The hidden persuaders (La persuasión clandestina), y Ernest Dichter y Louis Cheskin denunciaron que las agencias de publicidad intentaban manipular el inconsciente de los consumidores. En particular mediante el uso de la publicidad subliminal en los medios de comunicación masivos. El 30 de octubre de 1962 se llevó a cabo una verdadera prueba que demostraba la eficacia de la publicidad subliminal: durante una película se lanzaba cada cierto tiempo mensajes invisibles acerca de unos productos. Las ventas de dichos productos aumentaron.
Actualmente, la publicidad subliminal ha avanzado y existen técnicas más sofisticadas y hasta más perversas para manipular la mente del ser humano. Por ejemplo, mediante los colores que modifican nuestras percepciones e influyen sobre nuestras decisiones. Los especialistas en marketing lo saben y utilizan sus efectos para orientar nuestras compras.
En un experimento conocido de finales de los años 60, Louis Cheskin, director del Color Research Institute, pidió a un grupo de amas de casa que probaran tres cajas de detergentes y que decidieran cuál de ellas daba mejor resultado con las prendas delicadas. Una era amarilla, la otra azul y la tercera azul con puntos amarillos. A pesar de que las tres contenían el mismo producto, las reacciones fueron distintas. El detergente de la caja amarilla se juzgó demasiado fuerte, el de la azul se consideró que no tenía fuerza para limpiar. Ganó la caja bicolor.
En otra prueba se dieron dos muestras de cremas de belleza a un grupo de mujeres. Una en un recipiente rosa, y otra en uno de color azul. Casi 80 por ciento de las mujeres declararon que la crema del bote rosa era más fina y efectiva que la del bote azul. Nadie sabía que la composición de las cremas era idéntica. “No es una exageración decir que la gente no sólo compra el producto per se, sino también por los colores que lo acompañan. El color penetra en la psique del consumidor y puede convertirse en estímulo directo para la venta”, escribe el publicista Luc Dupont en su libro 1001 trucos publicitarios.
Cuando la empresa productora del jabón Lux empezó a vender en color rosa, verde, turquesa, sustituyendo la pastilla habitual de color amarillo, se convirtió en número uno de jabones de belleza en el mercado. Los nuevos colores sugerían delicadeza y cuidado, intimidad y cariño, y los consumidores se mostraron entusiastas. Recientemente, McDonald’s dejó su mítico color rojo (tonalidad apreciada por los más pequeños y que suele estimular el hambre) a favor del verde, en un intento por reposicionar su marca hacia la comida saludable y un estilo de vida sostenible.
La lectura de Un mundo feliz nos alerta contra todas estas agresiones. Sin olvidarse de las manipulaciones mediáticas. Esta novela también puede verse como una sátira muy pertinente de la nueva sociedad delirante que se está construyendo hoy día en nombre de la modernidad ultraliberal. Pesimista y sombrío, el futuro visto por Aldous Huxley nos sirve de advertencia y nos alienta, en la época de las manipulaciones genéticas, a la clonación y la revolución de lo viviente, a vigilar de cerca los actuales progresos científicos y sus potenciales efectos destructivos.
Un mundo feliz nos ayuda a comprender mejor el alcance de los riesgos y peligros que se presentan ante nosotros cuando de nuevo, en todos lados, progresos científicos y técnicos nos enfrentan a desafíos ecológicos que hacen peligrar el futuro del planeta. Y de la especie humana.
fuente/jornada.unam.mx
La isla (fragmento)
" La gracia de la bailarina y, cincuenta años después, su artritis: ambas cosas son funciones del esqueleto. Gracias a una estructura inflexible de huesos, la joven puede hacer sus piruetas; gracias a los mismos huesos, un tanto enmohecidos, la abuela está condenada a un sillón de ruedas. Del mismo modo, el firme apoyo de la cultura es la condición primordial de toda originalidad y creatividad individuales; y es también su principal enemigo. La cosa con cuya ausencia no podemos convertirnos en seres humanos completos es, con suma frecuencia, lo que nos impide crecer.
Un siglo de investigaciones en torno de la medicina moksha ha demostrado con claridad que personas sumamente comunes son muy capaces de tener experiencias visionarias y aun en todo sentido liberadoras. En este sentido los hombres y mujeres que producen y gozan la cultura elevada no están mejor que los ignorantes. Una elevada experiencia es perfectamente compatible con una baja expresión simbólica. Los símbolos expresivos creados por los artistas palaneses no son mejores que los creados por los artistas de otras partes. Como son el producto de la felicidad y de un sentimiento de plenitud, son quizá menos conmovedores, quizá menos satisfactorios en el plano estético que los símbolos trágicos o compensatorios creados por las víctimas de la frustración o la ignorancia, de la tiranía, la guerra y las supersticiones engendradoras de sentimientos de culpabilidad e incitadoras del delito. La superioridad palanesa no reside en la expresión simbólica, sino en un arte que, si bien más elevado y mucho más valioso que todos los demás, puede ser practicado por todos: el arte de experimentar en forma adecuada, el arte de conocer de modo más íntimo todos los mundos que, como seres humanos, estamos habitando. La cultura palanesa no debe ser juzgada como (por falta de mejores criterios) juzgamos a otras culturas. No tiene que ser juzgada por los logros de unos pocos y talentosos manipuladores de símbolos artísticos o filosóficos. No, es preciso juzgarla por lo que todos los miembros de la comunidad, los comunes tanto como los extraordinarios, pueden experimentar y experimentan en todas las contingencias y en cada intersección sucesiva del tiempo con la eternidad.
Sonó el timbre del teléfono. ¿Debía dejarlo sonar, o sería mejor contestar e informar al que llamaba que el doctor Robert no regresaría? Will se decidió por lo segundo. "
Las cárceles de Piranesi (fragmento)
" La Cárcel oscura es conocida como el discreto anunciante de las celebérrimas Carceri. La Cárcel oscura no es más que el retumbar de un trueno surgido de las vísceras de 1743 y cuya resonancia es totalmente diferente. Unos años más tarde, este rugido lejano estallará en forma de auténtica granizada.
En el curso de estos años se produjo en la conciencia y en los sentimientos de Piranesi una de esas explosiones, uno de esos "cataclismos" interiores que transfiguran al hombre trastornando su estructura espiritual, su concepción del mundo y su actitud frente a la realidad. Uno de esos saltos psíquicos que "de pronto", "súbitamente", de un modo tan inesperado como imprevisto, elevan al hombre por encima de sus semejantes, al nivel de un creador auténtico, capaz de hacer brotar de su alma imágenes de una potencia desconocida y que inflaman con una fuerza inagotable el corazón de la humanidad.
Unos interpretan las Carceri como las visiones delirantes de un arqueólogo impregnado con excesiva profundidad del peligroso romanticismo de las ruinas gigantescas de la pasada grandeza de Roma. Otros se obstinan en ver en ellas la manifestación de la manía persecutoria que el artista empezaba a padecer ya en esta época. Se citan causas reales de este mal, pero la preferencia se inclina por los pretextos imaginarios. "
Los demonios de Loudun (fragmento)
" Una vez seguro del prisionero, Laubardemont prestaba toda su atención a los principales y en verdad únicos testigos con que contaba para llevar adelante aquel proceso: Sor Juana y las otras dieciséis endemoniadas.
El canónigo Mignon y sus cofrades, desobedeciendo las órdenes de su Arzobispo, habían estado trabajando con tesón para contrarrestar los saludables efectos de seis meses de obligado sosiego. Después de unos cuantos exorcismos públicos, las buenas hermanitas volvieron a encontrarse tan descentradas y frenéticas como lo habían estado antes. Laubardemont no las dejaba ni respirar. Día tras día juntaba a las desdichadas mujeres, se las llevaba a varias iglesias de la ciudad y allí se las hacía víctimas de ciertas tretas. Como las medicinas de aquella época, que no hacían más ni menos que lo que habían hecho cien años antes las hermanas Fox, aquellas pobres endemoniadas y sus exorcistas tampoco eran capaces de inventar nada nuevo. Una y otra vez aparecían las manidas y familiares convulsiones, las mismas viejas obscenidades, las convencionales blasfemias, las ostentosas apelaciones —constantemente repetidas, pero nunca justificadas— a los poderes sobrenaturales.
Pero, a pesar de ello, todo aquel aparato resultaba bastante apropiado y lo suficientemente vil como para atraer el interés y la atención del público. Además, la noticia iba corriendo de boca en boca por medio de volantes y libelos; desde lo alto de cientos y cientos de púlpitos, la nueva de la posesión de las monjas se extendía como el aceite. De todas las provincias de Francia y, hasta del extranjero, acudieron muchos curiosos a ver los exorcismos. "
Los escándalos de Crome (fragmento)
" —En este preciso momento — continuó —, los más espeluznantes horrores se están produciendo por todos los rincones del mundo. Las gentes son aplastadas, acuchilladas, descuartizadas, mutiladas; sus cadáveres se pudren y sus ojos se corrompen con todo lo demás. Alaridos de dolor y de espanto vibran por los aires a una velocidad de mil ciento pies por segundo. Después de haber viajado así durante tres segundos, se hacen completamente imperceptibles. Estos hechos son muy angustiosos: pero, ¿dejamos por ello de disfrutar de la vida? La mayoría de nosotros, no. Nos sentimos compasivos, sin duda; nos imaginamos los sufrimientos de aquellas naciones y de aquellas personas, y lo sentimos mucho. Pero, en resumidas cuentas, ¿qué son la simpatía y la imaginación? Muy poca cosa, a menos que acontezca que la persona por la que sentimos compasión esté muy próxima a nuestros afectos; y aun en este caso, tales sentimientos no llegan demasiado lejos. Y en el fondo no está mal así; porque si poseyéramos una imaginación lo bastante viva y una simpatía lo suficientemente sensible para comprender efectivamente y sentir los sufrimientos de los demás, no tendríamos un solo momento de tranquilidad de espíritu. Una raza verdaderamente compasiva no llegaría a comprender siquiera lo que es la felicidad. Por fortuna, como he dicho ya, nosotros no somos una raza compasiva. Al comenzar la guerra, yo solía pensar que realmente sufría, gracias a mis sentimientos y a mi imaginación, con los que sufrían físicamente. Pero al cabo de un mes o dos, hube de confesar honradamente que no sufría. Y eso que pienso tener una imaginación más viva que la mayoría de los hombres. Pero en el sufrir nos hallamos siempre solos; esto nos abate cuando somos nosotros los que sufrimos, pero ello proporciona a todos los demás la posibilidad de gozar. "
Más allá del Golfo de México (fragmento)
" Parece que aún no se ha establecido definitivamente si la malaria era autóctona de América o si fue traída del Viejo Mundo por los conquistadores como una pequeña retribución del obsequio de la sífilis realizado por los pieles rojas (si es que fue verdaderamente obsequio suyo. Carecemos de evidencia documentada y únicamente podemos especular en abstracto).
He aquí, pues, dos argumentos teóricos contra la teoría de lo indígena de la enfermedad. Primero: la malaria endémica mantiene un escaso nivel de población y contribuye al atraso cultural. Pero el viejo imperio maya desarrolló una cultura que fue, en muchos aspectos, asombrosamente elevada; y en lo que es ahora la pestilente región en torno al lago Petén parece que su población llegó a ser de una densidad de casi trescientos habitantes por milla cuadrada. (El doctor Ricketson, del Instituto Carnegie, llegó a esta cifra contando 1os montículos de las casas en los claros hechos como muestra en la selva alrededor de la ciudad en ruinas de Uaxactun.)
En segundo lugar está el caso de Cortés, quien en 1525 avanzó con sus fuerzas desde México hasta Honduras pasando por Guatemala. México, Guatemala, Honduras... cuando uno los ve en el mapa son nombres como otros cualesquiera. Pero para aquellos que han caminado aunque no sea más que un kilómetro o dos por las selvas de la tierra caliente, o han cabalgado de arriba abajo por las laderas de unas pocas barrancas, esta marcha debe ser considerada como uno de los hechos más sorprendentes de todos los registrados en la casi increíble historia de la conquista. Ahora bien: si el país hubiera estado envenenado por la malaria endémica, ¿podría haber salido con vida aun un ejército de españoles del siglo dieciséis?
Casi toda la historia, hasta hoy, ha sido escrita en términos de política y economía. Los fundamentos de la existencia humana -la fisiología y la psicología-son ignorados totalmente. Es un caso de Hamlet sin el príncipe de Dinamarca. "
Moksha (fragmento)
" El soma no sólo generaba visiones y tranquilizaba. También (cosa sin duda imposible) estimulaba la mente y el cuerpo, y creaba una euforia activa además de la dicha negativa que sigue a la liberación respecto de la ansiedad y la tensión.
Aún no se ha descubierto el estimulante ideal: poderoso pero inocuo. Como hemos visto, la anfetamina distaba mucho de ser satisfactoria: se cobraba un precio demasiado elevado por lo que suministraba. Un candidato más prometedor para el papel del soma en su tercer aspecto es la Iproniacida, que se emplea ahora para sacar de su aflicción a los pacientes deprimidos, para animar a los apáticos y para aumentar, en general, la dosis disponible de energía psíquica. Según un destacado farmacólogo que conozco, es aún más prometedor un nuevo compuesto que se llamará Deaner, y que todavía está en la etapa experimental. El Deaner es un aminoalcohol, y se cree que aumenta la producción de acetilcolina en el organismo, y que incrementa de este modo la actividad y eficacia del sistema nervioso. El individuo que ingiere esta nueva píldora necesita dormir menos, se siente más alerta y alegre, piensa más rápidamente y mejor… y todo esto prácticamente sin ningún coste orgánico, por lo menos a corto plazo. Parece casi demasiado bueno para ser cierto.
Vemos pues que, aunque el soma aún no existe (y probablemente no existirá nunca), ya se han descubierto sustitutos bastante buenos para los diversos aspectos de dicha droga. Ahora existen tranquilizadores, productores de visiones y estimulantes que comparten la virtud de su bajo coste fisiológico.
Es obvio que un dictador podría utilizar estas drogas con fines políticos, si lo deseara. Podría precaverse contra el malestar político mediante la introducción de cambios en la química del cerebro de sus súbditos, que así quedarían conformes con su condición servil. Podría utilizar tranquilizantes para apaciguar a los excitados, estimulantes para despertar el entusiasmo de los indiferentes, alucinógenos para distraer la atención de los desheredados y hacerles olvidar sus desgracias. Sería lícito preguntar cómo conseguirá el dictador que sus súbditos ingieran las píldoras que les harán pensar, sentir y comportarse como él lo desea. Muy probablemente, le bastaría con poner las píldoras a su alcance. Actualmente el alcohol y el tabaco están a disposición de todos, y la gente gasta considerablemente más en estos euforizantes, seudoestimulantes y sedantes muy poco satisfactorios que lo que está dispuesta a invertir en la educación de sus hijos. O pensemos en los barbitúricos y tranquilizantes. En los Estados Unidos, estas drogas sólo se pueden obtener con receta médica. Pero existe tanta demanda de algo que haga un poco más tolerable la vida en un entorno urbano industrial, que actualmente los médicos extienden recetas de los diversos tranquilizantes a un promedio de cuarenta y ocho millones por año. Además, la mayoría de estas recetas se emplean más de una vez. Cien dosis de felicidad no bastan: pedid otro frasco a la farmacia, y cuando este se termine, otro más… Es indudable que si los tranquilizadores se pudieran comprar con tanta facilidad como la aspirina, y fueran tan baratos como esta, no se consumirían por miles de millones, como en la actualidad, sino por veintenas y centenares de miles de millones. Y un estimulante bueno y barato sería igualmente popular. "
Música en la noche (fragmento)
" Debo confesar que mis propias esperanzas las templan ciertas dudas. Y es que existe una divinidad, tal como yo lo veo, que deforma, así como existe una divinidad que conforma nuestros fines. Es de rigor (así como los perros malos, los dioses malos merecen nombres malos) que esta deidad maligna se llame «ley de la disminución en la retribución». Fueron los economistas quienes así la bautizaron; fueron ellos quienes por vez primera la reconocieron y describieron sus actividades hostiles. No obstante, sería un error suponer que este demonio se restringe única y exclusivamente a la esfera de la economía. La ley de la disminución en la retribución sigue vigente en casi todas las facetas del universo humano.
He aquí, por ejemplo, un hombre de carácter taciturno y melancólico que se pone a beber borgoña mientras cena. Pronto remite la melancolía y la suple el buen humor, que aumenta continuamente a medida que consume vasos y vasos de borgoña, hasta que alcanza el máximo cuando da cuenta de las tres cuartas partes de la primera botella. Continúa bebiendo, pero la siguiente media botella no produce ninguna alteración perceptible en su condición; sigue estando en donde se encontraba, en la cúspide de su buen humor. Con unos cuantos vasos más, sin embargo, su alegría de nuevo mengua. Empezará por irritarse a la menos, se pondrá después lacrimoso, y al cabo terminará por sentirse espantosamente mal y, por tanto, desdichado. A la postre, terminada la segunda botella está mucho peor de lo que se encontraba con el estómago vacío.
Del mismo modo, más allá de un determinado punto disminuye la retribución en términos de felicidad que nos aporta el incremento de la prosperidad. Éste es un lugar común harto antiguo. Sólo nuestro afán por aceptar la herejía dieciochesca de la perfectibilidad nos lleva a ser aún reacios a reconocer otras realidades menos evidentes en lo tocante a la educación, pues la educación se halla tan sujeta a las leyes del contratiempo final como lo están el vino, la prosperidad o los abonos artificiales. Un aumento de la cantidad o la intensidad del adiestramiento da por resultado una retribución en forma de eficacia mental y de excelencia moral incrementadas; sin embargo, tras alcanzar un máximo (que varía en el caso de cada individuo), tras sobrepasarlo, estas remuneraciones decrecen al mismo ritmo, e incluso pueden adquirir un valor negativo. Así, los niños que ingresaban como oblatos en los monasterios del Medievo estaban sujetos a una larga y espartana educación en la virtud. «Los novicios deberán recibir siempre castigos con custodia y custodia con castigos», anota el autor de las constituciones de la orden cluniancense; por espacio de uno o dos siglos, los novicios oblatos fueron tratados de ese modo con auténtica violencia. Sin embargo, fracasó el sistema; como ya dijera un abad consciente de la realidad al quejarse ante San Anselmo, «no dejamos de castigar a nuestros niños de noche y de día, a pesar de lo cual van de mal en peor». La retribución utilitaria de la educación había disminuido hasta el extremo de ser negativa. "
Sobre la divinidad (fragmento)
" Cualquier huida, incluso por un camino descendente, posibilita al menos una momentánea conciencia del no-yo a todos sus niveles. Hay constancia de diversos casos en los que una simple «revelación anestésica» ha servido de punto de partida de una actitud nueva frente a la vida. En los mítines y las reuniones de masas, a veces sucede que la persona intoxicada por el veneno del rebaño adquiere un nuevo conocimiento que le transforma de modo permanente. Dicho en dos palabras, el camino descendente no conduce invariablemente al desastre. Ahora bien, conduce allí con la frecuencia suficiente para que su andadura sea extremadamente desaconsejable.
Sobre el asunto de la autotrascendencia horizontal es bien poco lo que hay que decir, no porque el fenómeno carezca de importancia (nada más lejos), sino porque es demasiado obvio y no parece requerir análisis, aparte de que se produce con tal frecuencia que no se presta a una fácil clasificación.
Con objeto de huir de los horrores del yo aislado, la mayor parte de los hombres y mujeres eligen, las más de las veces, no ya ascender ni descender, sino desplazarse lateralmente. Se identifican con una causa más amplia que sus propios intereses inmediatos, pero no rebajándose; de ser más elevada esa causa, lo será solamente dentro del espectro de los valores sociales al uso. Esta autotrascendencia horizontal, o casi horizontal, puede tener por objeto algo tan banal como un hobby, o tan preciado como el amor conyugal. Puede alcanzarse por medio de la identificación del yo con cualquier actividad humana, desde la dirección de una empresa hasta la investigación en el terreno de la física nuclear, desde la composición musical hasta el coleccionismo filatélico, desde las campañas electorales hasta la educación de los niños o el estudio de los hábitos de apareamiento de las aves.
La autotrascendencia horizontal es de la máxima importancia. Sin ella no existiría el arte, la ciencia, la ley, la filosofía; no existiría desde luego, la civilización. Y tampoco habría guerras, ni odium theologicum o ideologicum, ni intolerancia sistemática, ni persecuciones. Estos grandes bienes y estos enormes males son fruto de la capacidad que tiene el hombre de identificarse total y continuamente con una idea, un sentimiento, una causa. ¿Cómo es posible tener el bien sin el mal, una civilización enaltecida sin una saturación de bombas y sin exterminar a los herejes políticos y religiosos? La respuesta es que lisa y llanamente no podemos tenerla, en tanto en cuanto nuestra autotrascendencia permanezca en un plano exclusivamente horizontal. "
Viejo muere el cisne (fragmento)
" Para Jeremy, la experiencia directa e inmediata era siempre difícil de captar y siempre le producía una cierta desazón. La vida se tornaba segura y las cosas adquirían significado sólo cuando se habían convertido en palabras y quedaban confinadas entre las cubiertas de un libro. "
Ensayos de Aldous Huxley
| ||
1923 | ON THE MARGIN: NOTES AND ESSAYS | Al Margen |
1926 | ESSAYS NEW AND OLD | |
1927 | PROPER STUDIES | |
1929 | DO WHAT YOU WILL: ESSAYS | |
1929 | HOLY FACE AND OTHER ESSAYS | |
1930 | VULGARITY IN LITERATURE AND OTHER ESSAYS: DIGRESSIONS FROM A THEME | |
1931 | MUSIC AT NIGHT AND OTHER ESSAYS | Música en la Noche |
1932 | TEXTS AND PRETEXTS: AN ANTHOLOGY OF COMMENTARIES | |
1932 | T. H. HUXLEY AS A MAN OF LETTERS | |
1935 | THE SIGNIFICANCE OF THE NEW PACIFISM: TWO ADDRESSES | |
1936 | WHAT ARE YOU GOING TO DO ABOUT IT? THE CASE FOR RECONSTRUCTIVE PEACE | ¿Cómo lo resuelve usted? El Problema de la Paz Constructiva |
1936 | THE OLIVE TREE AND OTHER ESSAYS | |
1937 | ENDS AND MEANS: An Inquiry into the Nature of Ideas and into the Methods Employed for their Realization | El Fin y los Medios |
1938 | THE MOST AGREEABLE VICE | |
1938 | THE ELDER PETER BRUEGEL | |
1940 | WORDS AND THEIR MEANINGS | |
1941 | GREY EMINENCE: A STUDY IN RELIGION AND POLITICS (A BIOGRAPHY OF FATHER JOSEPH) | Eminencia Gris: Estudio sobre Religión y Política |
1942 | THE ART OF SEEING | El Arte de Ver |
1945 | THE PERENNIAL PHILOSOPHY | La Filosofía Perenne |
1946 | SCIENCE, LIBERTY AND PEACE | Ciencia, Libertad y Paz |
1949 | THE DOUBLE CRISIS | La Doble Crisis |
1949 | PRISONS (with the Carceri Etchings by Piranesi) | |
1950 | THEMES AND VARIATIONS | Temas y Variaciones |
1951 | WHAT VEDANTA MEANS TO ME: A SYMPOSIUM | |
1952 | JOYCE THE ARTIFICER: TWO STUDIES OF JOYCE'S METHODS (Aldous Huxley y Stuart Gilbert) | |
1952 | THE DEVILS OF LOUDUN | Los Demonios de Loudun |
1953 | A DAY IN WINDSOR - with J. A. Kings - | |
1954 | THE DOORS OF PERCEPTION | Las Puertas de la Percepción |
1956 | ADONIS AND THE ALPHABET AND OTHER ESSAYS / TOMORROW & TOMORROW & TOMORROW (USA) | Adonis y el Alfabeto, y otros Ensayos |
1956 | HEAVEN AND HELL | Cielo e Infierno |
1958 | BRAVE NEW WORLD REVISITED | Nueva Visita a un Mundo Feliz |
1960 | ON ART AND ARTISTS | |
1963 | THE POLITICS OF ECOLOGY:THE QUESTION OF SURVIVAL | |
1963 | LITERATURE AND SCIENCE | Literatura y Ciencia |
1965 | RELIGIOUS PRACTICES IN MID-AMERICA | Prácticas Religiosas en Mesoamérica |
1968 | FORM AND SUBSTANCE | |
1968 | NEW FASHIONED CHRISTMAS | |
1970 | AMERICA AND THE FUTURE: AN ESSAY | |
1974 | A CONVERSATION ON D. H. LAWRENCE | |
1977 | MOKSHA: Writings on Psychedelics and the Visionary Experience (1931-1963) | Moksha |
1977 | THE HUMAN SITUATION: LECTURES AT SANTA BARBARA, 1959 | La Situación Humana |
1991 | HUXLEY AND GOD, ESSAYS | Huxley y Dios: ensayos |
1994 | ALDOUS HUXLEY´S HEARST ESSAYS |
Sobre Aldous Huxley
«Nos gusta leer y viajar porque ambas cosas son dos de los más deliciosos sucedáneos del pensar»
HUXLEY Y LOS UTOPIÁCEOS: SOMA, MESCALINA, LSD
DEL ESCEPTICISMO AL MISTICISMO CIENTÍFICO:
EL ITINERARIO DE ALDOUS HUXLEY
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0123-31222012000200003
EL ITINERARIO DE ALDOUS HUXLEY
Amaremos la Esclavitud. Aldous Huxley
El interés de Huxley por las drogas se remonta a los años 30, cuando publicó su famosa novela Un mundo feliz, en la que una droga llamada soma se convierte prácticamente en el personaje central de la obra. Por aquel entonces la actitud de Huxley ante los psicotrópicos era ambivalente. Por una parte intuía que el campo de la farmacología estaba a punto de ofrecer una sustancia que despojaría al ser humano de sus miedos, permitiéndole abrirse a la belleza de la vida; pero al mismo tiempo temía que esta promesa fuera truncada por los poderes estatales, ofreciendo un sucedáneo de encefalograma plano que no hiciera otra cosa que reforzar aun más el control del Estado sobre el individuo. Esta última hipótesis es la que presentó en Un mundo feliz, una visión pesimista del ahora presente, que según los entendidos va más allá que el tétrico 1984 de G. Orwell.
-Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que la gente ame su inevitable destino social.
I, Un mundo feliz (1932).
-Una civilización no puede ser duradera sin gran cantidad de vicios agradables.
XVII, Un mundo feliz (1932).
-Los mayores triunfos de la propaganda se han logrado, no haciendo algo, sino impidiendo que ese algo se haga.
Prólogo, Un mundo feliz (1932).
-Lo que pensamos determina lo que somos y lo que hacemos, y, recíprocamente, lo que hacemos y lo que somos determina lo que pensamos.
El fin y los medios (1937).
-Como siempre, el principal resultado de la violencia es la necesidad de emplear mayor violencia.
El fin y los medios (1937).
-Lo que pensamos determina lo que somos y lo que hacemos, y, recíprocamente, lo que hacemos y lo que somos determina lo que pensamos.
El fin y los medios (1937).
-Las sensaciones, los sentimientos, las intuiciones, imaginaciones y fantasías, son siempre cosas privadas y, salvo por medio de símbolos y segunda mano, incomunicables.
Las puertas de la percepción (1954).
El interés de Huxley por las drogas se remonta a los años 30, cuando publicó su famosa novela Un mundo feliz, en la que una droga llamada soma se convierte prácticamente en el personaje central de la obra. Por aquel entonces la actitud de Huxley ante los psicotrópicos era ambivalente. Por una parte intuía que el campo de la farmacología estaba a punto de ofrecer una sustancia que despojaría al ser humano de sus miedos, permitiéndole abrirse a la belleza de la vida; pero al mismo tiempo temía que esta promesa fuera truncada por los poderes estatales, ofreciendo un sucedáneo de encefalograma plano que no hiciera otra cosa que reforzar aun más el control del Estado sobre el individuo. Esta última hipótesis es la que presentó en Un mundo feliz, una visión pesimista del ahora presente, que según los entendidos va más allá que el tétrico 1984 de G. Orwell.
-Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que la gente ame su inevitable destino social.
I, Un mundo feliz (1932).
-Una civilización no puede ser duradera sin gran cantidad de vicios agradables.
XVII, Un mundo feliz (1932).
-Los mayores triunfos de la propaganda se han logrado, no haciendo algo, sino impidiendo que ese algo se haga.
Prólogo, Un mundo feliz (1932).
-Lo que pensamos determina lo que somos y lo que hacemos, y, recíprocamente, lo que hacemos y lo que somos determina lo que pensamos.
El fin y los medios (1937).
-Como siempre, el principal resultado de la violencia es la necesidad de emplear mayor violencia.
El fin y los medios (1937).
-Lo que pensamos determina lo que somos y lo que hacemos, y, recíprocamente, lo que hacemos y lo que somos determina lo que pensamos.
El fin y los medios (1937).
-Las sensaciones, los sentimientos, las intuiciones, imaginaciones y fantasías, son siempre cosas privadas y, salvo por medio de símbolos y segunda mano, incomunicables.
Las puertas de la percepción (1954).
'El décimo nivel' protagonizada por William Shatner
Experimenter
(Experimenter)
(2015)
En 1961, Stanley Milgram llevó a cabo una serie de experimentos sobre
la obediencia en la Universidad de Yale. La investigación, planteada a raíz del
juicio a Adolf Eichmann, pretendía dilucidar la relación de las personas con la
autoridad. La violencia del experimento hizo que Milgram fuera tildado de
sádico y de monstruo.
Reparto:
Winona Ryder,Taryn Manning,Kellan Lutz,Anton Yelchin,John Leguizamo,Peter Sarsgaard,Dennis Haysbert,Lori Singer,Josh Hamilton,Anthony Edwards,Jim Gaffigan,Vondie Curtis-Hall,
El experimento de
Milgram fue
una serie de experimentos de psicología social llevada a
cabo por Stanley Milgram, psicólogo en la Universidad de Yale, y
descrita en un artículo publicado en 1963 en la revista Journal of
Abnormal and Social Psychology bajo el título Behavioral Study of
Obedience (Estudio del comportamiento de la obediencia) y resumida en 1974 en
su libro Obedience to authority. An experimental view (Obediencia a
la autoridad. Un punto de vista experimental). El fin de
la prueba era medir la disposición de un participante para obedecer
las órdenes de una autoridad aun cuando éstas pudieran entrar en conflicto con
su conciencia personal.
Los experimentos comenzaron en julio de 1961,
tres meses después de que Adolf Eichmann fuera juzgado y sentenciado a muerte
en Jerusalén por crímenes contra la humanidad durante el régimen nazi en
Alemania. Milgram ideó estos experimentos para responder a la pregunta: ¿Podría
ser que Eichmann y su millón de cómplices en el Holocausto sólo estuvieran
siguiendo órdenes? ¿Podríamos llamarlos a todos cómplices?
Milgram resumiría el experimento en su artículo
"Los peligros de la obediencia" en 1974 escribiendo:
"Los
aspectos legales y filosóficos de la obediencia son de enorme importancia, pero
dicen muy poco sobre cómo la mayoría de la gente se comporta en
situaciones concretas. Monté un simple experimento en la Universidad de Yale
para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona
simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea
autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos
(participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando
en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con
mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi
cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal
descubrimiento del estudio."
Stanley Milgram. The Perils of
Obedience (Los peligros de la obediencia.
1974)
Películas, series
y libros
Obedience es una película en blanco y negro del experimento, un corto
filmado por el mismo Milgram. Es distribuida por The Pennsylvania State
University. Se puede encontrar en el Reino Unido en DVD a través de
la BUFVC.
The Tenth Level fue una película para la
televisión de 1975 realizazda por la CBS sobre el experimento. Protagonizada
por William Shatner, Ossie Davis y John Travolta.
I as in Icarus es una película francesa
de 1979 de suspenso y conspiración en la que Yves Montand es un abogado que
investiga el asesinato del Presidente. La película se inspira en el asesinato
del Presidente Kennedy y la posterior investigación de la Comisión Warren.
Profundizando en la psicología del asesino, inspirado en Lee Harvey Oswald, el
abogado descubre que el "tirador falso" participó en el experimento
de Milgram. El experimento continúa en contra del abogado.
Atrocity es una película de 2005 que recrea el Experimento Milgram.
The Human Behavior Experiments es un documental de 2006 por Alex Gibney sobre
los mayores experimentos de la psicología social, en el que se muestran
incidentes modernos que sirven para destacar los principios que se discuten.
Junto con el estudio de obediencia de Stanley Milgram, el documental muestra la
"difusión de responsabilidades" que hicieron John Darley y Bibb Latané
y el experimento de la prisión de Stanford de Philip Zimbardo.
The Learners es una novela de 2008 de Chip Kidd sobre el
Experimento de Milgram y tiene a Stanley Milgram como uno de sus personajes.
The Milgram Experiment es una película de 2009 de los Brothers Gibbs en
el cual se muestra una crónica de los experimentos de Stanley Milgram.
El conflicto entre la obediencia y la autoridad
y el hacer lo que es correcto es el tema del episodio "Love, Honor,
Obey", de la serie de la cadena ABC Defying Gravity, en el que
la obediencia de la tripulación es puesta a prueba por la autoridad, mostrando
escenas anteriores de su entrenamiento, y en el que la cadena de mando es
amenazada cuando se desarrolla una crisis en el Antares. El experimento Milgram
es mencionado en las escenas anteriores, en el que se les pide a algunos
candidatos de la tripulación a darle choques eléctricos entre ellos.
"Authority", es un episodio de la
serie Law and Order: Special Victims Unit, en que aparece Merrit
Rook, un sospechoso interpretado por Robin Williams, quien emplea la estafa de
llamar como broma a un local y hacer que el jefe haga a los empleados que se
desvistan para ser registrados, identificándose a él mismo con el
"Detective Milgram". Posteriormente realiza una versión del
experimento de Milgram al Det. Elliot Stabler ordenándole que administre golpes
de electricidad a la Det. Olivia Benson.
En el episodio de Law and Order:
Criminal Intent titulado "Abel And Willing" también se
recrea una forma de este experimento. Metraje del experimento original es
mostrado en los monitores durante el procedimiento. En la recreación Abel
Hazard, interpretado por Dallas Roberts, es mostrado secuestrando a muchas
parejas en el curso de los años y forzando a que una de ellas elija: o dispararle
al otro, o dispararse a si mismo.
La canción "We Do What We're Told
(Milgram's 37)" del álbum de Peter Gabriel So es una
referencia al experimento 18 de Milgram, en el que 37 de 40 personas fueron
preparadas para administrarles el mayor nivel de choque eléctrico a otras
personas.
La canción de The Dar Williams
"Buzzer" es sobre este experimento. "I'm feeling sorry for this
guy that I pressed to shock/ He gets the answers wrong I have to up the watts/
And he begged me to stop but they told me to go/ I pressed the buzzer."
(Siento pena por este tipo al que tengo que choquear / Responde mal y tengo que
subir el voltaje / Y él me rogó que me detuviera pero ellos me dijeron que
continuara / Apreté el botón.)
El episodio 114 del programa Howie Mandell show
Howie Do It repite el experimento con solo una pareja de sujetos usando la
premisa de un programa de juegos japonés.
Un episodio de la serie Malcolm in the
Middle tiene por tema el experimento Milgram. El profesor de Malcolm
le ordena como trabajo hacer un humillante video sobre su hermano Reese.
La canción Caesar del grupo I Blame Coco contiene
la línea "Now it's Milgram device all over again" (Ahora es la
técnica de Milgram nuevamente).
So Milgram knew it es una canción del álbum InBetweenTheLines del
grupo de Ska Punk francés p.o.box
REFERENCIAS
1. Huxley A. Thomas Huxley as a Literary Man, en The Olive Tree and other Essays. London: Chatto & Windus; 1936. [ Links ]
2. MacDermott D. Aldous Huxley. Anticipación y retorno. Barcelona: Plaza & Janes; 1978. [ Links ]
3. Huxley TH. Science and Christian Tradition. New York: Appleton; 1898. [ Links ]
4. Bedford S. Aldous Huxley. A Biography. New York: Carroll & Graf Publishers; 1985. [ Links ]
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6. Deery J. Aldous Huxley and the Mysticism of Science. London: Macmillan Press; 1996. [ Links ]
7. Snow CP. The Two Cultures and the Scientific Revolution. Cambridge: Cambridge University Press; 1959. [ Links ]
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11. Huxley A. The Art of Seeing. London: Chatto & Windus; 1942. [ Links ]
12. Huxley A. The Doors of Perception & Heaven and Hell. London: Chatto and Windus; 2009 [1954] [ Links ].
13. Huxley L. Life and Letters of Thomas Henry Huxley. London: Macmillan & Co; 1900. [ Links ]
14. Moeller C. Literatura del siglo XX y Cristianismo. Tomo 1. El silencio de Dios. Madrid: Gredos; 1960. [ Links ]
15. Huxley A. Along the Road: Notes and Essays of a Tourist. London: Chatto & Windus; 1925. [ Links ]
16. Huxley A. Jesting Pilate: An intellectual holiday. New York: George H. Doran Co.; 1926. [ Links ]
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19. Huxley A. Brave New World. London: Chatto & Windus, 1932. [ Links ]
20. Smith H. Introducción a la obra de Aldous Huxley A "Sobre la Divinidad". Barcelona: Kairós; 2009. [ Links ]
21. Dunaway DK. Literary Correspondence: Aldous Huxley and Gerald Heard. En Bernfried Nugel. Ed. Now More Than Ever: Proceedings Of The Aldous Huxley Centenary Symposium Munster 1994. New York: Peter Lang; 1995. [ Links ]
22. Bridges H. Aldous Huxley: Exponent of Mysticism in America. Journal of the American Academy of Religion 1969; 37(4): 341-352. [ Links ]
23. Huxley A. Ends and Means. New York: Harper & Brothers; 1937. [ Links ]
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25. Merton T. [1948]. La montaña de los siete círculos. Barcelona: Edhasa; 1981. [ Links ]
26. Huxley A. Grey Eminence: A Study in Religion and Politics. Harper & Brothers; 1941. [ Links ]
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Juanes, José Ángel (1971). Aldous Huxley. Colección: Grandes escritores contemporáneos, 48. Epesa.
MacDermott, Doireann (1978). Aldous Huxley: Anticipación y Retorno. Colección: La Vida es Río. Plaza y Janés Editores. ISBN 84-01-34058-6.
Moeller, Charles (1981). Literatura del siglo XX y cristianismo. Volumen I: El silencio de Dios: Camus, Gide, A. Huxley, Simone Weil, Graham Greene, Julien Green, Bernanos. Octava edición. Obra completa en seis volúmenes. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-3339-5.
Morand, Carlos (1963). Los adolescentes en la obra narrativa de Aldous Huxley. Editorial Universitaria. Cuadernos del Centro de Investigaciones de Literatura Comparada, Universidad de Chile
Juanes, José Ángel (1971). Aldous Huxley. Colección: Grandes escritores contemporáneos, 48. Epesa.
MacDermott, Doireann (1978). Aldous Huxley: Anticipación y Retorno. Colección: La Vida es Río. Plaza y Janés Editores. ISBN 84-01-34058-6.
Moeller, Charles (1981). Literatura del siglo XX y cristianismo. Volumen I: El silencio de Dios: Camus, Gide, A. Huxley, Simone Weil, Graham Greene, Julien Green, Bernanos. Octava edición. Obra completa en seis volúmenes. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-3339-5.
Morand, Carlos (1963). Los adolescentes en la obra narrativa de Aldous Huxley. Editorial Universitaria. Cuadernos del Centro de Investigaciones de Literatura Comparada, Universidad de Chile
Los autores de "1984" y "Un Mundo Feliz" ya debatieron sobre cuál de sus distopías era mejor
Los autores de "1984" y "Un Mundo Feliz" ya debatieron sobre cuál de sus distopías era mejor
http://www.lettersofnote.com/2012/03/1984-v-brave-new-world.html
Se produjo una gran afinidad entre Krishnamurti y Huxley. Hablaban de los sentidos y de la ceguera espiritual, recordemos que por aquel entonces Huxley estaba perdiendo la vista, de la percepción y del conocimiento de sí mismo, del tiempo o de estar en alerta. Krishnamurti ayudo a Huxley con sus problemas de salud, utilizando poderes curativos que estaban activos en él. La amistad con Huxley fue fructífera. Aldous Huxley animó a Krishnamurti a publicar el libro Comentarios sobre el vivir.
Krishnamurti y Huxley comparten varios nexos de unión:
- En 1949 fundaron la escuela Aún Aprendo- la Happy Valley School- en Ojai junto a Rosalind Rajagopal.
- Huxley escribe el prólogo del libro La libertad primera y última (1954) de Krishnamurti. Este libro recoge muy fidedignamente las enseñanzas de Krishnamurti. Sin duda, se convirtió en el libro más conocido de Krishnamurti. Se recomienda empezar por este libro para iniciarse en sus enseñanzas. En la libertad primera y última, La auténtica libertad, según el propio Krishnamurti, no puede ser algo mental, algo que procede o que es producto de la mente. La libertad nace de la comprensión y del conocimiento de uno mismo. Nadie puede darnos la libertad, sólo nosotros mismos podemos conquistarla.
Orwell VS Huxley – La explicación de por qué nadie hace nada
Aquí va una breve explicación de por qué a pesar de que cada vez el mundo va peor, la mayor parte de la sociedad no hace absolutamente nada por evitarlo. Puede que después de todo, haga mucho tiempo que vivimos en una distopía…
Michel Houellebecq en la concepción de Aldous Huxley
LSD. Cómo descubrí el ácido y qué pasó después en el mundo
El futuro nos inquieta. Tan incierto y tan seguro al mismo tiempo. Sabemos que algún día llegará, pero ignoramos por completo lo que traerá consigo. Hemos sido testigos de los avances tecnológicos y científicos, pero también hemos podido ver una sociedad deteriorada. Una sociedad más robótica y menos humana.
Notas a
JOURNAL ARTICLE
The Green Anarchist Utopia of Robert Nichols's Daily Lives in Nghsi-Altai
1. Las cuatro novelas de la serie Daily Lives in Nghsi-Altai de Robert Nichols son Book I: Arrival (New York: New Directions, 1977), Book II: Garh City (New York: New Directions, 1978) : Los Harditts en Sawna (New York: New Directions, 1979) y el Libro IV: El exilio (New York: New Directions, 1979). La tetralogía es presentada por Robert Nichols, Red Shift, dibujos de Peter Schumann (Thetford, Vt .: Penny Each Press, 1977). Robert B. Nichols, novelista, poeta, dramaturgo y arquitecto paisajista, nació en Worcester, Massachusetts, en 1919 y murió en Thetford, Vermont, en 2010. Además de sus actividades literarias y dramáticas, es conocido por su papel en el rediseño de Washington Square Park y para construir parques de bolsillo en el Lower East Side de la ciudad de Nueva York.
2. John P. Clark, "La anarquía y la dialéctica de la utopía", en Anarquismo y Utopía, ed.
Werner Christine Mathisen, "La subestimación de la política en las utopías verdes: la descripción de la política en la isla de Huxley, el desposeído de Le Guin, Y la Ecotopía de Callenbach, "Utopian Studies 12, no.
Ursula K. Le Guin, "Una visión no euclidiana de California como un lugar frío para ser", en Dancing at the Edge of the World (New (2001): 56-78, pág. York: Grove Press, 1982), 80-100, a 89 n. Como señala Clark en "La anarquía y la dialéctica de la utopía" (28, 28), la influencia de la vida cotidiana en el hogar siempre presente de Le Guin lleva a cabo un estudio.
5. Clark, "La anarquía y la dialéctica de la utopía", 21; Mathisen, "Subestimación de la política en las utopías verdes", 77; Darko Suvin, "Locus, Horizon, and Orientation: El concepto de mundos posibles como clave para los estudios utópicos", in Not Yet: Reconsidering Ernst Bloch, ed. Jamie Owen Daniel y Tom Moylan (Londres: Verso, 1997), 122-37, en 127.
6. Hay algunas inconsistencias en la tetralogía. Por ejemplo, al principio una de las dos tribus en el Drune se llama el Mois, pero después de eso esa palabra se utiliza solamente una vez (Nichols, llegada, 43). La mayor parte del tiempo otra tribu llamada "Thays" parece ser la segunda tribu en el Drune, siendo los Deodars los primeros en importancia. Para notar sólo una más inconsistencia, en un pasaje el rito matrimonial tiene quince pasos, y en otro, veinte. Algunas de las discrepancias pueden ser intencionales, nacidas de diferentes perspectivas o la simple ambigüedad de las cosas.
7. Ver Naomi Jacobs, El carácter de la verdad: figuras históricas en la ficción contemporánea (Carbondale: Southern Illinois University Press, 1990), 119-23.
8. Nichols, llegada, 37-38.
9. Edward Bellamy, Looking Backward, 2000-1887 (Nueva York: Signet Classics, 2009); Ernest Callenbach, Ecotopia (Berkeley: Banyan Tree Books, 2004).
11. Nichols (Garh City, 41) utiliza las palabras griegas Prytaneia (comité supremo con autoridad ejecutiva) y Boule (tomadas en conjunto, todos los comités que gobiernan la fábrica) en su relato de cómo se manejan las fábricas. En las democracias de la antigua Grecia, el prytaneis era la rama ejecutiva del gobierno, y un boule era un consejo ciudadano elegido por sorteo para manejar el funcionamiento rutinario de la ciudad. No discuto la política en el Drune porque tan poco se dice sobre él. Pero los Deodars a veces claramente dejan sus bosques nativos para traer sus puntos de vista, así como su experiencia a la Rift y las Grandes Llanuras.
14. La palabra panchayat es problemática en la tetralogía. Aunque se utiliza principalmente para nombrar el consejo de aldea, también puede referirse a cualquier tipo de consejo. Por ejemplo, ver Nichols, Harditts de Sawna, 103, donde el Panchayat Windmen se reúne una vez al año bajo un árbol especial en Goose Gap.
16. Véase Peter Marshall, Exigiendo lo Imposible: Una Historia del Anarquismo (Oakland: PM Press, 2010), 628-29.
17. Cabe señalar que Nichols utiliza los votos en la ciudad y el consenso en el país, pero no parece particularmente apegado a ninguna de las dos. La ambivalencia es una reminiscencia de la de Marge Piercy, Woman in the Edge of Time (Nueva York: Fawcett, 1976), donde en un futuro anarquista "no hay autoridad final" (146) y los habitantes hablan de cuestiones aparentemente para siempre; tomado.
18. Nichols, Arrival, 29.
22. Ver Murray Bookchin, Anarquismo post-escasez, 3ª ed. (Oakland: AK Press, 2004), 61-62, para una discusión de este tipo de tecnología. Sabemos que Nichols fue influenciado por Bookchin. En "A Literature of Alternatives", Robert Nichols escribe que Daily Lives es una serie utópica que ilustra la "idea de descentralismo de Bookchin y una tecnología regionalmente apropiada" (en Renovación de la Tierra: La promesa de la ecología social, ed. Print, 1990], 115 - 22, en 116).
23. Ver Peter Kropotkin, Campos, Fábricas y Talleres Mañana, ed. Colin Ward (Londres: Freedom Press, 1998), 121-58.
24. Nichols, Garh City, 58.
25. La relación entre los chamanes Azul y Amarillo nunca queda clara
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