lunes, 11 de agosto de 2025

El miedo o los que inventan peligros




El miedo

Por Patrick Boucheron y Corey Robin*

Los autores repasan el lugar que ocupa el miedo en los diferentes regímenes políticos y en distintas ideologías. Un recorrido que permite comprender su lugar en el corazón del gobierno de nuestras sociedades.

Miedo a la recesión, a la inflación, al desempleo, al espectro de la guerra, a la amenaza del terrorismo: el miedo ha sido siempre y a lo largo de los siglos un arma política inigualable y un instrumento de represión ejemplar. Entre la Italia medieval y los Estados Unidos contemporáneos, Patrick Boucheron y Corey Robin analizan los diversos usos políticos de esta emoción ancestral.



El miedo es constitutivo de la autoridad política y, junto a otras emociones, es fundamental en el arte de gobernar. El rumor y los afectos que puede producir un gobernante ayudan a tomar decisiones que parecerán justas, incluso deseables. Sin embargo, como recuerda Patrick Boucheron: “gobernar no es solamente suscitar emociones, sino también trabajar para apaciguarlas”.


Robin y Boucheron repasan el lugar que ocupa el miedo en los diferentes regímenes políticos pero también en distintas ideologías. Un recorrido necesario a través de la historia y del pensamiento político del miedo para comprender su lugar en el corazón del gobierno de nuestras sociedades.


Conjurar el miedo

Ensayo sobre la fuerza política de las imágenes

Patrick Boucheron 


Patrick Boucheron es profesor en el Collège de France, titular de la cátedra “Historia de los poderes en Europa occidental, siglos XIII-XVI”. Es una de las figuras más destacadas de la renovación historiográfica europea. Medievalista, heredero de Georges Duby y Jacques Le Goff, discípulo de Roger Chartier pero también de Michel Foucault y Pierre Bourdieu, ha escrito, entre otros libros, Conjurer la peur: Sienne, 1338. Essai sur la force politique des images (2013).


Corey Robin es profesor de ciencia política en el Brooklyn College y en el Graduate Center (New York City University). Es autor, entre otros libros, del clásico Fear: The History of a Political Idea (2006). Escribe regularmente en los periódicos The New York Times y The Washington Post.



Perspectiva: miedo, poder y violencia política. Violencia política: el miedo como arma principal

https://repository.ucc.edu.co/bitstreams/e94bec60-db15-40ad-9595-1206b03bc6ae/download

El siguiente escrito, analiza y discrimina las formas violentas del poder político generado en el contexto colombiano. Un contexto de conflictos y vejámenes (palabras para maquillar el concepto de guerra) que victimizan y vulneran a comunidades, sectores y poblaciones que históricamente han estado en desventaja. Se describirá en detalle ciertas características relevantes del sentimiento de miedo en el contexto político colombiano, las formas en las que se manifiesta tanto individualmente como colectivamente y la percusión dentro del cuadro de violencia política; también se vincularan conceptos relevantes del proceso condenado del poder, como lo es la gubernamentalidad, sus formas de proceder y el impacto que tiene dentro de un gobierno y estado legitimizante.






Anatomía del miedo 
Un tratado sobre la valentía
José Antonio Marina


«El perspicaz Hobbes escribió una frase terrible que podríamos repetir todos: “El día que yo nací, mi madre parió dos gemelos: yo y mi miedo.”» Así comienza este viaje al país del miedo donde aparecen los miedos normales y los miedos patológicos; se investiga por qué unas personas son más miedosas que otras; se analizan los miedos domésticos, los políticos y los religiosos; y, por último, se revisan las terapias más eficaces para luchar contra el temor. El lector irá acompañado por neurólogos y psicólogos, pero también por escritores expertos en miedos: Kafka, Rilke, Camus, Graham Greene, Georges Bernanos. Hasta aquí, éste es un libro de psicología. Pero el paisaje cambia cuando aparece un fenómeno que desborda la psicología y que nos separa de los animales: la valentía. El valiente siente miedo, pero actúa como debe «a pesar de él». Es lógico que todas las culturas hayan admirado el valor. ¡Nos sentiríamos tan libres si no estuviéramos tan asustados! Así, el libro que comienza siendo un estudio del miedo, se convierte en un tratado sobre la valentía.

Los miedos y el aprendizaje de la valentía
José Antonio Marina

Existen los miedos normales, que nos avisan de un peligro, y que por tanto son una poderosa fuerza motivadora y nos sirven de gran ayuda;  y también los miedos exagerados y patológicos, los miedos que obstaculizan nuestras acciones y perjudican nuestro desarrollo personal. ¿Cómo podemos distinguirlos y enseñar a nuestros hijos a enfrentarlos con valentía?  Tanto el miedo como las fortalezas del carácter que nos permiten afrontarlos son hábitos, y por tanto pueden educarse, en un sentido u otro.

La educación emocional tiene dos objetivos: que el niño adquiera unos buenos hábitos emocionales, y que sepa manejar sus emociones una vez que hayan aparecido. La autorregulación emocional es una de las funciones de la inteligencia. Para cumplir esos objetivos, necesitamos conocer los mecanismos de aprendizaje de los miedos, y eso lleva al autor a hablar del desarrollo infantil en general. Los primeros cuatro capítulos sirven para trazar una cartografía de los miedos, nos enseñan lo que son los miedos y el modo como los aprendemos, sus estrategias, así como  la manera en que nos enfrentamos o nos gustaría enfrentarnos a ellos. Y habla del modo específicamente humano de hacerlo: construyendo el proyecto de vivir valientemente. Se trata de un proyecto que requiere una actitud activa, y que pertenece al terreno de la libertad personal.


A lo largo de sus páginas, se estudian los métodos que han demostrado su eficacia frente al miedo. También se dedican capítulos específicos a los miedos más frecuentes en la infancia y la adolescencia. Y se traza una “hoja de ruta de la valentía”, relacionada con la adquisición de fortalezas y la disminución de los miedos. Ayudar a formar unos “esquemas del miedo”   adecuados, es el eje central de la educación del miedo.  El libro contiene una sección denominada “The courage Factory” (la fábrica del valor), que trata de ser una academia virtual que nos enseñe a organizar una “fuerza de choque contra el miedo”. En ella caben desde las conversaciones con expertos en el tema, hasta el teatro, cuyas virtudes pedagógicas analicé junto con Eva Marina en “el aprendizaje de la creatividad”.

“Los miedos y el aprendizaje de la valentía” va acompañado de un cuaderno práctico que ayuda a los más pequeños a combatir sus miedos, el cuento de Raco, el pajarraco


Los miedos en la historia 


Speakman Guerra, Elisa y otras (coords.), 

 México: El Colegio de México

 UNAM, 2009.



FRANK FUREDI - Cómo Funciona el Miedo (La Cultura del Miedo en el Siglo XXI)

En "Cómo Funciona el Miedo (La Cultura del Miedo en el Siglo XXI)", Frank Furedi ofrece un análisis profundo sobre el papel que juega el miedo en la sociedad moderna. A lo largo de la obra, Furedi explora cómo el miedo ha dejado de ser una respuesta individual ante una amenaza concreta para convertirse en un fenómeno cultural y social de gran magnitud. El autor sostiene que vivimos en una era donde el miedo se ha convertido en un elemento central de nuestra experiencia cotidiana, influyendo en todos los aspectos de la vida social, política y económica. La obra analiza las causas, efectos y dinámicas de la cultura del miedo, reflexionando sobre cómo esta afecta a las personas, a las instituciones y a la forma en que se estructuran las relaciones sociales en el siglo XXI.
Furedi comienza el libro contextualizando la naturaleza del miedo en la sociedad moderna, señalando que, a pesar de vivir en una era con niveles de seguridad sin precedentes, las personas parecen estar más asustadas que nunca.

El autor sugiere que, si bien las amenazas físicas reales como la violencia, los desastres naturales o las pandemias son partes importantes de la experiencia humana, el miedo que se experimenta en la actualidad no siempre tiene una base sólida en amenazas inmediatas o concretas. En cambio, Furedi argumenta que el miedo moderno está a menudo generado por percepciones y narrativas que distorsionan la realidad. En este sentido, el autor examina cómo los medios de comunicación, la política y la cultura popular contribuyen a amplificar y expandir las fuentes de miedo, construyendo una visión del mundo en la que las amenazas están en todas partes y donde el temor se vuelve un marco interpretativo dominante.
Uno de los puntos clave que Furedi plantea es que la cultura del miedo está estrechamente vinculada a una forma de gobernanza basada en el control y la manipulación. El autor analiza cómo las instituciones, desde el gobierno hasta los medios de comunicación, utilizan el miedo como una herramienta para gestionar la sociedad, controlar el comportamiento y reforzar el poder. Según Furedi, el miedo se convierte en un mecanismo que permite a las élites mantener su autoridad, ya que las personas, asustadas por las amenazas percibidas, buscan protección y seguridad en estos sistemas de poder. Esta relación entre miedo y poder es un tema central en la obra, y Furedi examina cómo, al promover un estado constante de alerta y ansiedad, las instituciones logran desviar la atención de los problemas estructurales más profundos y crear una atmósfera en la que las soluciones autoritarias se ven como necesarias y justas.
En el ámbito social, Furedi señala cómo el miedo ha afectado la vida cotidiana de las personas, transformando su manera de relacionarse con los demás, con el entorno y con la tecnología. El autor explora cómo el miedo al crimen, al terrorismo, a las enfermedades y a los cambios sociales ha provocado un aumento en la desconfianza y la segregación. La cultura del miedo, según Furedi, ha fomentado una mentalidad en la que la precaución, la sospecha y la evitación se han convertido en las respuestas predeterminadas ante lo desconocido. Esto se traduce en una creciente atomización social, donde las personas se aíslan más de los demás, restringiendo sus interacciones sociales por temor a los riesgos. En este contexto, las ciudades se convierten en espacios donde la seguridad personal es cada vez más prioritaria, lo que lleva a una mayor vigilancia y control, así como al fomento de comunidades cerradas que buscan protegerse del mundo exterior.


La obra también aborda el papel crucial de los medios de comunicación en la propagación del miedo. Furedi destaca que los medios de comunicación no solo informan sobre las amenazas existentes, sino que también juegan un papel central en la creación de un clima de pánico constante. La repetición de historias sensacionalistas sobre crímenes, desastres, accidentes y amenazas globales como el terrorismo o el cambio climático contribuye a crear una percepción distorsionada de la realidad. Esta estrategia de los medios no solo aumenta la sensación de inseguridad, sino que también refuerza las narrativas que justifican intervenciones políticas y sociales basadas en la gestión del miedo. Furedi señala que los medios se benefician de esta dinámica, ya que generan una audiencia que consume noticias relacionadas con el miedo, lo que a su vez produce mayores ganancias para las empresas mediáticas.
Además de analizar cómo el miedo afecta a las instituciones y a la sociedad, Furedi examina el impacto psicológico del miedo en los individuos.





El autor argumenta que la cons
tante exposición al miedo puede tener efectos devastadores en la salud mental, contribuyendo a un aumento de trastornos de ansiedad, depresión y estrés. Al vivir en un estado constante de alerta, las personas se vuelven más vulnerables a la manipulación emocional y más susceptibles a la toma de decisiones impulsivas basadas en el pánico. Furedi explica cómo, al estar constantemente rodeados por escenarios apocalípticos y amenazas percibidas, las personas pierden su capacidad para razonar de manera objetiva y, en su lugar, adoptan posturas más extremas o irracionales.


En relación con las soluciones, Furedi ofrece un enfoque crítico hacia las respuestas simplistas al miedo, como la seguridad extrema, la vigilancia masiva y las políticas de control social. Según el autor, estas soluciones no solo son ineficaces, sino que también perpetúan un ciclo de miedo constante. Furedi aboga por una comprensión más profunda y matizada de las causas del miedo y su impacto en la sociedad. Propone que se debe fomentar una cultura de resiliencia, donde las personas no estén definidas por su miedo, sino por su capacidad para enfrentarlo de manera racional y colectiva. En lugar de ceder al pánico, Furedi sugiere que las sociedades deben aprender a gestionar el miedo de manera más saludable, cuestionando las narrativas que lo alimentan y buscando soluciones que no dependan del refuerzo del control autoritario.
Una de las conclusiones clave que Furedi ofrece es la necesidad de una transformación cultural que permita a las personas tomar control de sus vidas y de su entorno sin ser manipuladas por el miedo. Furedi sugiere que una sociedad basada en el miedo es una sociedad que pierde su capacidad de innovar, de cuestionar y de encontrar soluciones verdaderas a los problemas sociales y políticos. En cambio, una sociedad que desafíe el miedo y busque la autonomía y el entendimiento puede ser más abierta, inclusiva y capaz de abordar los desafíos del siglo XXI de una manera más constructiva y racional.




El Miedo (La Peur), es cuento de Guy de Maupassant cuya primera versión se publicó en octubre de 1882 en Le Gaulois. A bordo de un barco en el Mediterráneo, un grupo debate sobre el miedo. Un misterioso viajero desafía la concepción común, definiendo el verdadero pavor como una sensación que desgarra el alma, distinta de la mera ansiedad ante el peligro. Para ilustrar su punto, el hombre relata dos experiencias estremecedoras de su vida: una en el desierto africano y otra en un bosque francés. Estas historias, cargadas de tensión, ofrecen una inquietante reflexión sobre el miedo y sus efectos en la psique humana.



"El miedo en el Perú. Siglos XVI al XX", 
editora Claudia Rosas Lauro(2005)

El miedo en Occidente
Jean Delumeau











¿todos queremos ser libres? ERICH FOMM nos plantea que no. EL MIEDO A LA LIBERTAD es una obra muy interesante porque muchas veces resignamos nuestra libertad. Quizás porque una jaula (aunque sea de oro) es un lugar seguro. Seguir a un líder mesiánico y autoritario implica que él va a decidir y pensar por nosotros. A veces buscamos un AMO, que nos desresponsabilice de nuestro accionar y nos diga qué hacer. Es, en ocasiones el caso de la mujer maltratada. El sociólogo Pierre Bourdieu lo decía: "El dominante necesita de la complicidad de los dominados".

El miedo a la libertad es un libro escrito por el psicoanalista y psicólogo social Erich Fromm publicado originalmente en los Estados Unidos en 1941. La obra explora la relación cambiante entre la humanidad y la libertad poniendo énfasis en las consecuencias de la ausencia de la última y en las condiciones psicosociales que permitieron la emergencia del nazismo.


Conceptos centrales
El concepto de libertad
Fromm inicia el libro haciendo una distinción entre la libertad negativa y la libertad positiva. La primera se refiere a la emancipación de restricciones como convenciones sociales implantadas por otras personas o por la sociedad, y para obtener este tipo de libertad históricamente se ha tenido que luchar. Sin embargo, de acuerdo con Fromm, este tipo de libertad por sí sola puede ser una fuerza destructiva a menos de que esté acompañada por un elemento creativo que sería la libertad positiva. Esto necesariamente implica una conexión con los otros que va más allá de los lazos superficiales de las interacciones sociales.

En el proceso de volverse libre de la autoridad, los humanos quedan con sentimientos de desesperanza (Fromm compara esto al proceso de individualización de un niño como parte de su desarrollo) que no desaparecerán hasta que usen la libertad positiva y desarrollen un reemplazo para el orden que conocían antes. Sin embargo, un sustituto común para la libertad positiva o la autenticidad es someterse a un sistema autoritario que reemplace el orden anterior con una apariencia exterior diferente, pero con la misma función para el individuo: eliminar la incertidumbre prescribiendo qué pensar y cómo actuar. Fromm caracteriza esto como un proceso histórico dialéctico en donde la situación original es la tesis y la emancipación es la antítesis. La síntesis sólo puede ser alcanzada cuando algo haya reemplazado el orden original y haya dado a los humanos una nueva seguridad. Fromm no indica que el nuevo sistema sea necesariamente mejor y de hecho indica que esto solo rompería el ciclo de libertad negativa al cual la sociedad se somete.Escapando de la libertad

La libertad negativa no es una experiencia placentera por sí misma, por lo que Fromm sugiere que muchas personas en lugar de usarla tratan de minimizar sus efectos negativos al desarrollar ideas y comportamientos que les proporcionan alguna forma de seguridad. Fromm menciona los siguientes tres comportamientos:



Autoritarismo: Para Fromm la personalidad autoritaria tiene un elemento sadista y un elemento masoquista. Una persona autoritaria desea ganar control sobre los demás para tratar de imponer algún tipo de orden en el mundo y también desea someterse a una fuerza superior la cual puede ser otra persona o una idea abstracta.
Destructividad: Aunque tiene algunas similitudes con el sadismo, Fromm argumenta que un sádico desea controlar mientras que una personalidad destructiva desea destruir todo lo que no pueda controlar.
Conformidad: Este comportamiento se presenta cuando la gente incorpora inconscientemente las creencias, normativas y procesos de razonamiento de su sociedad y las experimenta como si fueran propias. Esto no les permite tener pensamientos libres genuinos, lo que tiende a provocar ansiedad.

UNA HISTORIA DE LOS USOS DEL MIEDO
En esta obra no sólo se tratan los miedos culturales, sino que se destaca algo fundamental, apreciable en los miedos colectivos: las consecuencias de los sentimientos de temor, miedo o angustia, con fundamentos reales o ficticios, sobre las formas de comportamiento y de relación de los individuos que vivieron en diferentes épocas. La primera parte, "El miedo al otro o la justificación de la violencia", reúne investigaciones referentes a la cuestión de cómo actitudes de rechazo, represión o marginación se explicaron o más bien se sintieron en la conciencia colectiva como una reacción justa y necesaria ante amenazas que pudieron ser reales en su origen, pero que los prejuicios sociales, las creencias religiosas o los intereses de grupo procuraron agrandar. En la segunda parte, "Los usos políticos del miedo", ya aparece en forma explícita la manipulación de los sentimientos a favor de intereses particulares y en beneficio de las tendencias políticas.

Con frecuencia el miedo resulta útil, y siempre, o casi siempre, hay alguien que se beneficia del miedo de los demás. Puede ser útil para lograr la estabilidad social, o para mantener privilegios, para justificar actitudes de violencia o como explicación de debilidades individuales o colectiva. A todo ello refieren en los textos de este volumen.



ANTROPOLOGÍAS DEL MIEDO: VAMPIROS, SACAMANTECAS, LOCOS, ENTERRADOS VIVOS Y OTRAS PESADILLAS DE LA RAZÓN

Monstruos, vampiros, caníbales, fantasmas, desdichados que han sido enterrados vivos, locos, enfermos, extranjeros, vecinos a los que no conocemos lo suficiente, simples nómadas: avatares todos del miedo, sombras que se apoderan de nuestros peores sueños, que encarnan dimensiones de la alteridad que nos estremecen, a la vez que nos hacen sentir de forma privilegiada el calor de nuestra propia condición humana.
Todos ellos (y unos cuantos más) se dan cita en las páginas de este libro, que, a mitad de camino entre la historia de la cultura y de las mentalidades, el tratado antropológico y la leyenda urbana, ha sido construido con las aportaciones de antropólogos, historiadores y filólogos empeñados en dibujar un mapa del horror con los trazos de la ciencia.

Los mismos miedos, nuevas tecnologías.
Hay un patrón del miedo a la tecnología, pero habla más de nosotros que de la tecnología.
El miedo es una reacción natural frente al cambio. Da igual tu personalidad, experiencia o formación: cuando algo altera el entorno que conoces, aparece una emoción. En unos se manifiesta como miedo y angustia; en otros, como adrenalina y emoción. Pero siempre está. Es humano sentir emociones.

La tecnología es especialista en generar estas emociones. Por definición tecnología es algo nuevo.
Curiosamente, llamamos "tecnología" solo a aquello que aparece después de que nacemos.

Lo que ya está cuando llegamos al mundo, lo consideramos parte del paisaje. Nadie piensa que la electricidad o la televisión sean tecnología. Pero en su momento lo fueron, y también generaron dudas, resistencias y adaptaciones. La tecnología, en realidad, es una invención humana y un reflejo de cómo los humanos a través de aplicar la ciencia exploramos nuestro mundo.

Somos las sociedades las que aceptamos las tecnologías, no las tecnologías que nos vienen impuestas. Aceptamos porque identificamos que los beneficios son mayores que los riesgos.

Y esto no tiene nada que ver con la tecnología en sí. Tiene que ver con nosotros, con nuestra mirada. Lo que decimos del futuro de la tecnología dice más de nuestras inseguridades, deseos y creencias que de la tecnología misma.

La historia reciente —desde la informática personal hasta la inteligencia artificial— nos muestra un patrón: tecnologías que prometen cambiarlo todo, y una sociedad que responde con una mezcla de fascinación, entusiasmo y miedo. La paradoja es que, aunque las tecnologías cambian, los miedos no. Se repiten, casi calcados, adaptados a la moda del momento. Como un reflejo humano frente a lo desconocido.



Yo he identificado los cuatro grandes miedos del ser humano frente a la tecnología. Espero que identificarlos os ayuden a desactivarlos y nos dé un poco de perspectiva.

Los mismos miedos, nuevas tecnologías.
Hay un patrón del miedo a la tecnología, pero habla más de nosotros que de la tecnología.
El miedo es una reacción natural frente al cambio. Da igual tu personalidad, experiencia o formación: cuando algo altera el entorno que conoces, aparece una emoción. En unos se manifiesta como miedo y angustia; en otros, como adrenalina y emoción. Pero siempre está. Es humano sentir emociones.

La tecnología es especialista en generar estas emociones. Por definición tecnología es algo nuevo.

Curiosamente, llamamos "tecnología" solo a aquello que aparece después de que nacemos.

Lo que ya está cuando llegamos al mundo, lo consideramos parte del paisaje. Nadie piensa que la electricidad o la televisión sean tecnología. Pero en su momento lo fueron, y también generaron dudas, resistencias y adaptaciones. La tecnología, en realidad, es una invención humana y un reflejo de cómo los humanos a través de aplicar la ciencia exploramos nuestro mundo.

Somos las sociedades las que aceptamos las tecnologías, no las tecnologías que nos vienen impuestas. Aceptamos porque identificamos que los beneficios son mayores que los riesgos.

Y esto no tiene nada que ver con la tecnología en sí. Tiene que ver con nosotros, con nuestra mirada. Lo que decimos del futuro de la tecnología dice más de nuestras inseguridades, deseos y creencias que de la tecnología misma.

La historia reciente —desde la informática personal hasta la inteligencia artificial— nos muestra un patrón: tecnologías que prometen cambiarlo todo, y una sociedad que responde con una mezcla de fascinación, entusiasmo y miedo. La paradoja es que, aunque las tecnologías cambian, los miedos no. Se repiten, casi calcados, adaptados a la moda del momento. Como un reflejo humano frente a lo desconocido.

Yo he identificado los cuatro grandes miedos del ser humano frente a la tecnología. Espero que identificarlos os ayuden a desactivarlos y nos dé un poco de perspectiva.

1. “Nos van a quitar el trabajo”
Este miedo es tan antiguo como las máquinas. Ya en el siglo XIX, con la mecanización textil, las luditas destruían telares por temor a perder sus empleos. En la revolución industrial, se pensó que los trenes eliminarían la necesidad de transporte humano. En el siglo XX, la llegada de las cadenas de montaje, las centrales telefónicas automáticas o los electrodomésticos generó temores parecidos: "¿Qué harán las operadoras? ¿Y las amas de casa sin necesidad de lavar a mano?"

Más recientemente, cuando llegaron los ordenadores, se temía que los administrativos y contables desaparecieran. Luego con Internet, que se cerrarán tiendas, agencias, medios de comunicación. Con la nube, que millas de intermediarios fueron reemplazadas. Hoy, la IA pone en duda desde diseñadores hasta profesores.

¿La constante? El trabajo cambia, no desaparece. Aparecen nuevas funciones, nuevas habilidades, nuevas profesiones. El proceso de adaptación del ser humano frente al cambio del entorno es la clave para poder abordar la transformación del trabajo.


2. “Esto nos va a deshumanizar”

Ya en la Antigua Grecia, Platón —a través de Sócrates en el "Fedro"— criticaba la escritura porque decía que nos olvidaría, que debilitaría la memoria y que reemplazaría la sabiduría viva por una apariencia de conocimiento muerto. Más tarde, se dijo que la lectura en soledad debilitaba el sentido comunitario.

La radio generó pánico moral por su influencia en los jóvenes. La televisión fue acusada de embrutecer, y los videojuegos de volvernos violentos. Del PC que “nos aislaba”, pasamos a Internet que “rompía las relaciones reales”. Luego las redes sociales “nos volvieron narcisistas”. Ahora se teme que la IA sustituye las conversaciones humanas por diálogos sintéticos.

Pero el deseo de conexión sigue intacto. Cambiamos el medio, no la necesidad. Hemos conocido a más personas gracias a Internet que por la calle. El entorno digital es capa adicional de nuestra realidad. Cada nuevo medio genera el mismo eco: "nos va a hacer menos humanos". Y sin embargo, seguimos conectados y socializando, pero de nuevas maneras.

3. “Nos van a controlar”

El miedo al control tecnológico no nació con los ordenadores. En el siglo XVIII, cuando aparecieron los primeros censos poblacionales y sistemas de archivo, ya se temía que el Estado supiera demasiado. En el siglo XX, la expansión del teléfono levantó sospechas de escuchas. Con la llegada de la televisión, algunos anunciaron que podría ser una herramienta de propaganda masiva y de control mental. En el año 2000, la ubicuidad de los móviles despertó preocupaciones sobre la vigilancia constante. Cada etapa tiene su propio “Gran Hermano”. Hoy, el temor gira en torno a los algoritmos invisibles que toman decisiones sin transparencia.

La pregunta es legítima, pero no es nueva. La solución al miedo de que la tecnología te controle pasa por regulación y educación . El miedo solo ayuda si se convierte en acción consciente.


4. “Nos vamos a volver dependientes”

Este miedo también tiene raíces antiguas. Se decía que si la gente usaba relojes de bolsillo, dejaría de percibir el tiempo de forma natural. Con la llegada de las calculadoras, muchos docentes afirmaban que los estudiantes perderían la capacidad de hacer operaciones mentales. Cuando se popularizó el GPS, se aseguraba que olvidaríamos cómo orientarnos. Con los smartphones, se temió que no podríamos recordar teléfonos, cumpleaños ni mantener una conversación sin consultar la pantalla. Ahora estamos con el “si se cae el sistema, no puedo trabajar” o “no sé escribir sin ChatGPT”.
Pero la dependencia no es el problema. Lo es el uso sin criterio. Si utiliza la tecnología, sin aplicar un criterio, la tecnología no te necesitará a ti para hacer su trabajo. Siempre es necesaria la supervisión de un humano. Lo importante no es cuánto depende, sino si puedes prescindir de ello cuando hace falta.
os miedos tecnológicos tienen forma moderna, pero raíz antigua. Por eso, la clave no está en ignorarlos ni exagerarlos. Está en comprenderlos. En acompañar el cambio con lucidez. Me gusta la frase de “No mires hacia adelante con miedo, sino alrededor con atención”. ( James Thurber ).

Quizás la mejor forma de afrontar esta ola de IA no sea dramatizarla, sino observarla con calma, preguntarse con honestidad qué cambia y qué no, y decidir —como individuos y organizaciones— cómo queremos avanzar.





Conjurar el miedo

Ensayo sobre la fuerza política de las imágenes

Patrick Boucheron 


Patrick Boucheron es profesor en el Collège de France, titular de la cátedra “Historia de los poderes en Europa occidental, siglos XIII-XVI”. Es una de las figuras más destacadas de la renovación historiográfica europea. Medievalista, heredero de Georges Duby y Jacques Le Goff, discípulo de Roger Chartier pero también de Michel Foucault y Pierre Bourdieu, ha escrito, entre otros libros, Conjurer la peur: Sienne, 1338. Essai sur la force politique des images (2013).

Corey Robin es profesor de ciencia política en el Brooklyn College y en el Graduate Center (New York City University). Es autor, entre otros libros, del clásico Fear: The History of a Political Idea (2006). Escribe regularmente en los periódicos The New York Times y The Washington Post.



Perspectiva: miedo, poder y violencia política. Violencia política: el miedo como arma principal

https://repository.ucc.edu.co/bitstreams/e94bec60-db15-40ad-9595-1206b03bc6ae/download

El siguiente escrito, analiza y discrimina las formas violentas del poder político generado en el contexto colombiano. Un contexto de conflictos y vejámenes (palabras para maquillar el concepto de guerra) que victimizan y vulneran a comunidades, sectores y poblaciones que históricamente han estado en desventaja. Se describirá en detalle ciertas características relevantes del sentimiento de miedo en el contexto político colombiano, las formas en las que se manifiesta tanto individualmente como colectivamente y la percusión dentro del cuadro de violencia política; también se vincularan conceptos relevantes del proceso condenado del poder, como lo es la gubernamentalidad, sus formas de proceder y el impacto que tiene dentro de un gobierno y estado legitimizante.





Anatomía del miedo 
Un tratado sobre la valentía
José Antonio Marina
«El perspicaz Hobbes escribió una frase terrible que podríamos repetir todos: “El día que yo nací, mi madre parió dos gemelos: yo y mi miedo.”» Así comienza este viaje al país del miedo donde aparecen los miedos normales y los miedos patológicos; se investiga por qué unas personas son más miedosas que otras; se analizan los miedos domésticos, los políticos y los religiosos; y, por último, se revisan las terapias más eficaces para luchar contra el temor. El lector irá acompañado por neurólogos y psicólogos, pero también por escritores expertos en miedos: Kafka, Rilke, Camus, Graham Greene, Georges Bernanos. Hasta aquí, éste es un libro de psicología. Pero el paisaje cambia cuando aparece un fenómeno que desborda la psicología y que nos separa de los animales: la valentía. El valiente siente miedo, pero actúa como debe «a pesar de él». Es lógico que todas las culturas hayan admirado el valor. ¡Nos sentiríamos tan libres si no estuviéramos tan asustados! Así, el libro que comienza siendo un estudio del miedo, se convierte en un tratado sobre la valentía.

Los miedos y el aprendizaje de la valentía
José Antonio Marina

Existen los miedos normales, que nos avisan de un peligro, y que por tanto son una poderosa fuerza motivadora y nos sirven de gran ayuda;  y también los miedos exagerados y patológicos, los miedos que obstaculizan nuestras acciones y perjudican nuestro desarrollo personal. ¿Cómo podemos distinguirlos y enseñar a nuestros hijos a enfrentarlos con valentía?  Tanto el miedo como las fortalezas del carácter que nos permiten afrontarlos son hábitos, y por tanto pueden educarse, en un sentido u otro.

La educación emocional tiene dos objetivos: que el niño adquiera unos buenos hábitos emocionales, y que sepa manejar sus emociones una vez que hayan aparecido. La autorregulación emocional es una de las funciones de la inteligencia. Para cumplir esos objetivos, necesitamos conocer los mecanismos de aprendizaje de los miedos, y eso lleva al autor a hablar del desarrollo infantil en general. Los primeros cuatro capítulos sirven para trazar una cartografía de los miedos, nos enseñan lo que son los miedos y el modo como los aprendemos, sus estrategias, así como  la manera en que nos enfrentamos o nos gustaría enfrentarnos a ellos. Y habla del modo específicamente humano de hacerlo: construyendo el proyecto de vivir valientemente. Se trata de un proyecto que requiere una actitud activa, y que pertenece al terreno de la libertad personal.

A lo largo de sus páginas, se estudian los métodos que han demostrado su eficacia frente al miedo. También se dedican capítulos específicos a los miedos más frecuentes en la infancia y la adolescencia. Y se traza una “hoja de ruta de la valentía”, relacionada con la adquisición de fortalezas y la disminución de los miedos. Ayudar a formar unos “esquemas del miedo”   adecuados, es el eje central de la educación del miedo.  El libro contiene una sección denominada “The courage Factory” (la fábrica del valor), que trata de ser una academia virtual que nos enseñe a organizar una “fuerza de choque contra el miedo”. En ella caben desde las conversaciones con expertos en el tema, hasta el teatro, cuyas virtudes pedagógicas analicé junto con Eva Marina en “el aprendizaje de la creatividad”.

“Los miedos y el aprendizaje de la valentía” va acompañado de un cuaderno práctico que ayuda a los más pequeños a combatir sus miedos, el cuento de Raco, el pajarraco


Los miedos en la historia 


Speakman Guerra, Elisa y otras (coords.), 

 México: El Colegio de México

 UNAM, 2009.



FRANK FUREDI - Cómo Funciona el Miedo (La Cultura del Miedo en el Siglo XXI)

En "Cómo Funciona el Miedo (La Cultura del Miedo en el Siglo XXI)", Frank Furedi ofrece un análisis profundo sobre el papel que juega el miedo en la sociedad moderna. A lo largo de la obra, Furedi explora cómo el miedo ha dejado de ser una respuesta individual ante una amenaza concreta para convertirse en un fenómeno cultural y social de gran magnitud. El autor sostiene que vivimos en una era donde el miedo se ha convertido en un elemento central de nuestra experiencia cotidiana, influyendo en todos los aspectos de la vida social, política y económica. La obra analiza las causas, efectos y dinámicas de la cultura del miedo, reflexionando sobre cómo esta afecta a las personas, a las instituciones y a la forma en que se estructuran las relaciones sociales en el siglo XXI.
Furedi comienza el libro contextualizando la naturaleza del miedo en la sociedad moderna, señalando que, a pesar de vivir en una era con niveles de seguridad sin precedentes, las personas parecen estar más asustadas que nunca. El autor sugiere que, si bien las amenazas físicas reales como la violencia, los desastres naturales o las pandemias son partes importantes de la experiencia humana, el miedo que se experimenta en la actualidad no siempre tiene una base sólida en amenazas inmediatas o concretas. En cambio, Furedi argumenta que el miedo moderno está a menudo generado por percepciones y narrativas que distorsionan la realidad. En este sentido, el autor examina cómo los medios de comunicación, la política y la cultura popular contribuyen a amplificar y expandir las fuentes de miedo, construyendo una visión del mundo en la que las amenazas están en todas partes y donde el temor se vuelve un marco interpretativo dominante.
Uno de los puntos clave que Furedi plantea es que la cultura del miedo está estrechamente vinculada a una forma de gobernanza basada en el control y la manipulación. El autor analiza cómo las instituciones, desde el gobierno hasta los medios de comunicación, utilizan el miedo como una herramienta para gestionar la sociedad, controlar el comportamiento y reforzar el poder. Según Furedi, el miedo se convierte en un mecanismo que permite a las élites mantener su autoridad, ya que las personas, asustadas por las amenazas percibidas, buscan protección y seguridad en estos sistemas de poder. Esta relación entre miedo y poder es un tema central en la obra, y Furedi examina cómo, al promover un estado constante de alerta y ansiedad, las instituciones logran desviar la atención de los problemas estructurales más profundos y crear una atmósfera en la que las soluciones autoritarias se ven como necesarias y justas.Ç


En el ámbito social, Furedi señala cómo el miedo ha afectado la vida cotidiana de las personas, transformando su manera de relacionarse con los demás, con el entorno y con la tecnología. El autor explora cómo el miedo al crimen, al terrorismo, a las enfermedades y a los cambios sociales ha provocado un aumento en la desconfianza y la segregación. La cultura del miedo, según Furedi, ha fomentado una mentalidad en la que la precaución, la sospecha y la evitación se han convertido en las respuestas predeterminadas ante lo desconocido. Esto se traduce en una creciente atomización social, donde las personas se aíslan más de los demás, restringiendo sus interacciones sociales por temor a los riesgos. En este contexto, las ciudades se convierten en espacios donde la seguridad personal es cada vez más prioritaria, lo que lleva a una mayor vigilancia y control, así como al fomento de comunidades cerradas que buscan protegerse del mundo exterior.
La obra también aborda el papel crucial de los medios de comunicación en la propagación del miedo. Furedi destaca que los medios de comunicación no solo informan sobre las amenazas existentes, sino que también juegan un papel central en la creación de un clima de pánico constante. La repetición de historias sensacionalistas sobre crímenes, desastres, accidentes y amenazas globales como el terrorismo o el cambio climático contribuye a crear una percepción distorsionada de la realidad.


Esta estrategia de los medios no solo aumenta la sensación de inseguridad, sino que también refuerza las narrativas que justifican intervenciones políticas y sociales basadas en la gestión del miedo. Furedi señala que los medios se benefician de esta dinámica, ya que generan una audiencia que consume noticias relacionadas con el miedo, lo que a su vez produce mayores ganancias para las empresas mediáticas.
Además de analizar cómo el miedo afecta a las instituciones y a la sociedad, Furedi examina el impacto psicológico del miedo en los individuos. El autor argumenta que la constante exposición al miedo puede tener efectos devastadores en la salud mental, contribuyendo a un aumento de trastornos de ansiedad, depresión y estrés. Al vivir en un estado constante de alerta, las personas se vuelven más vulnerables a la manipulación emocional y más susceptibles a la toma de decisiones impulsivas basadas en el pánico. Furedi explica cómo, al estar constantemente rodeados por escenarios apocalípticos y amenazas percibidas, las personas pierden su capacidad para razonar de manera objetiva y, en su lugar, adoptan posturas más extremas o irracionales.
En relación con las soluciones, Furedi ofrece un enfoque crítico hacia las respuestas simplistas al miedo, como la seguridad extrema, la vigilancia masiva y las políticas de control social. Según el autor, estas soluciones no solo son ineficaces, sino que también perpetúan un ciclo de miedo constante. Furedi aboga por una comprensión más profunda y matizada de las causas del miedo y su impacto en la sociedad. Propone que se debe fomentar una cultura de resiliencia, donde las personas no estén definidas por su miedo, sino por su capacidad para enfrentarlo de manera racional y colectiva. En lugar de ceder al pánico, Furedi sugiere que las sociedades deben aprender a gestionar el miedo de manera más saludable, cuestionando las narrativas que lo alimentan y buscando soluciones que no dependan del refuerzo del control autoritario.

Una de las conclusiones clave que Furedi ofrece es la necesidad de una transformación cultural que permita a las personas tomar control de sus vidas y de su entorno sin ser manipuladas por el miedo. Furedi sugiere que una sociedad basada en el miedo es una sociedad que pierde su capacidad de innovar, de cuestionar y de encontrar soluciones verdaderas a los problemas sociales y políticos. En cambio, una sociedad que desafíe el miedo y busque la autonomía y el entendimiento puede ser más abierta, inclusiva y capaz de abordar los desafíos del siglo XXI de una manera más constructiva y racional.




El Miedo (La Peur), es cuento de Guy de Maupassant cuya primera versión se publicó en octubre de 1882 en Le Gaulois. A bordo de un barco en el Mediterráneo, un grupo debate sobre el miedo. Un misterioso viajero desafía la concepción común, definiendo el verdadero pavor como una sensación que desgarra el alma, distinta de la mera ansiedad ante el peligro. Para ilustrar su punto, el hombre relata dos experiencias estremecedoras de su vida: una en el desierto africano y otra en un bosque francés. Estas historias, cargadas de tensión, ofrecen una inquietante reflexión sobre el miedo y sus efectos en la psique humana.



"El miedo en el Perú. Siglos XVI al XX", 
editora Claudia Rosas Lauro(2005)

El miedo en Occidente
Jean Delumeau











¿todos queremos ser libres? ERICH FOMM nos plantea que no. EL MIEDO A LA LIBERTAD es una obra muy interesante porque muchas veces resignamos nuestra libertad. Quizás porque una jaula (aunque sea de oro) es un lugar seguro. Seguir a un líder mesiánico y autoritario implica que él va a decidir y pensar por nosotros. A veces buscamos un AMO, que nos desresponsabilice de nuestro accionar y nos diga qué hacer. Es, en ocasiones el caso de la mujer maltratada. El sociólogo Pierre Bourdieu lo decía: "El dominante necesita de la complicidad de los dominados".

El miedo a la libertad es un libro escrito por el psicoanalista y psicólogo social Erich Fromm publicado originalmente en los Estados Unidos en 1941. La obra explora la relación cambiante entre la humanidad y la libertad poniendo énfasis en las consecuencias de la ausencia de la última y en las condiciones psicosociales que permitieron la emergencia del nazismo.


Conceptos centrales
El concepto de libertad
Fromm inicia el libro haciendo una distinción entre la libertad negativa y la libertad positiva. La primera se refiere a la emancipación de restricciones como convenciones sociales implantadas por otras personas o por la sociedad, y para obtener este tipo de libertad históricamente se ha tenido que luchar. Sin embargo, de acuerdo con Fromm, este tipo de libertad por sí sola puede ser una fuerza destructiva a menos de que esté acompañada por un elemento creativo que sería la libertad positiva. Esto necesariamente implica una conexión con los otros que va más allá de los lazos superficiales de las interacciones sociales.

En el proceso de volverse libre de la autoridad, los humanos quedan con sentimientos de desesperanza (Fromm compara esto al proceso de individualización de un niño como parte de su desarrollo) que no desaparecerán hasta que usen la libertad positiva y desarrollen un reemplazo para el orden que conocían antes. Sin embargo, un sustituto común para la libertad positiva o la autenticidad es someterse a un sistema autoritario que reemplace el orden anterior con una apariencia exterior diferente, pero con la misma función para el individuo: eliminar la incertidumbre prescribiendo qué pensar y cómo actuar. Fromm caracteriza esto como un proceso histórico dialéctico en donde la situación original es la tesis y la emancipación es la antítesis. La síntesis sólo puede ser alcanzada cuando algo haya reemplazado el orden original y haya dado a los humanos una nueva seguridad. Fromm no indica que el nuevo sistema sea necesariamente mejor y de hecho indica que esto solo rompería el ciclo de libertad negativa al cual la sociedad se somete.Escapando de la libertad
La libertad negativa no es una experiencia placentera por sí misma, por lo que Fromm sugiere que muchas personas en lugar de usarla tratan de minimizar sus efectos negativos al desarrollar ideas y comportamientos que les proporcionan alguna forma de seguridad. Fromm menciona los siguientes tres comportamientos:


Autoritarismo: Para Fromm la personalidad autoritaria tiene un elemento sadista y un elemento masoquista. Una persona autoritaria desea ganar control sobre los demás para tratar de imponer algún tipo de orden en el mundo y también desea someterse a una fuerza superior la cual puede ser otra persona o una idea abstracta.
Destructividad: Aunque tiene algunas similitudes con el sadismo, Fromm argumenta que un sádico desea controlar mientras que una personalidad destructiva desea destruir todo lo que no pueda controlar.
Conformidad: Este comportamiento se presenta cuando la gente incorpora inconscientemente las creencias, normativas y procesos de razonamiento de su sociedad y las experimenta como si fueran propias. Esto no les permite tener pensamientos libres genuinos, lo que tiende a provocar ansiedad.

UNA HISTORIA DE LOS USOS DEL MIEDO
En esta obra no sólo se tratan los miedos culturales, sino que se destaca algo fundamental, apreciable en los miedos colectivos: las consecuencias de los sentimientos de temor, miedo o angustia, con fundamentos reales o ficticios, sobre las formas de comportamiento y de relación de los individuos que vivieron en diferentes épocas. La primera parte, 
"El miedo al otro o la justificación de la violencia", reúne investigaciones referentes a la cuestión de cómo actitudes de rechazo, represión o marginación se explicaron o más bien se sintieron en la conciencia colectiva como una reacción justa y necesaria ante amenazas que pudieron ser reales en su origen, pero que los prejuicios sociales, las creencias religiosas o los intereses de grupo procuraron agrandar. En la segunda parte, "Los usos políticos del miedo", ya aparece en forma explícita la manipulación de los sentimientos a favor de intereses particulares y en beneficio de las tendencias políticas.

Con frecuencia el miedo resulta útil, y siempre, o casi siempre, hay alguien que se beneficia del miedo de los demás. Puede ser útil para lograr la estabilidad social, o para mantener privilegios, para justificar actitudes de violencia o como explicación de debilidades individuales o colectiva. A todo ello refieren en los textos de este volumen.




PENDIENTE DE COMPLETAR CUANDO SE INAGURE LA EXPOSICIÓN
oïls y producido por la Fundació General de la Universitat de València, que se presenta por primera vez en el Centre Cultural La Nau de la capital del Turia del 13 de julio al 16 de septiembre.

 

La muestra reúne más de cien titulares de noticias de prensa que informaron sobre la situación económica de distintos momentos y distintos países. Pese a lo recientes que nos parezcan, pertenecen a cuatro períodos de crisis económicas dados en cuatro contextos diversos: la crisis española de 1992-1993, la crisis mexicana de 1994-1995, la crisis argentina de 2001 y la actual crisis económica internacional iniciada en 2008.

 

Todos los titulares han sido capturados de prensa consultada en hemerotecas, archivos públicos y privados, y se presentan en Valencia siguiendo un orden aleatorio. La fuente tipográfica se ha mantenido fiel a la original y los titulares se han reproducido textualmente. Los fondos documentales de donde proceden son ABC, Levante EMV, El Mundo, El País, Público, El Temps y La Vanguardia, para la crisis española; Expansión, El Financiero, La Jornada, Proceso y Reforma, para la crisis mexicana; y Ámbito Financiero, Clarín, El Cronista, El Día, Diario Popular, El Diario de la Región, Página/12 y La Prensa, para la crisis argentina.








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