William Faulkner
(William Falkner; New Albany, EE UU, 1897-Oxford, id., 1962) Escritor estadounidense. Pertenecía a una familia tradicional y sudista, marcada por los recuerdos de la guerra de Secesión, sobre todo por la figura de su bisabuelo, el coronel William Clark Falkner, personaje romántico y autor de una novela de éxito efímero. En Oxford, la escasa atención que prestaba Faulkner a sus estudios y al puesto que le consiguió su familia en Correos anduvo paralela a su avidez lectora, bajo la guía de un amigo de la familia, el abogado Phil Stone.
A pesar de que su vida transcurrió en su mayor parte en el Sur, que le serviría de
inspiración literaria casi inagotable, viajó bastante: conocía perfectamente ciudades como Los Ángeles, Nueva Orleans, Nueva York o Toronto y vivió casi cinco años en París, donde cabe destacar que no frecuentó los círculos literarios de la llamada Generación Perdida.
|
Perseguía muy conscientemente el éxito literario, que no alcanzó, sin embargo, hasta la publicación de El ruido y la furia (1929), novela de marcado tono experimental, en que la anécdota es narrada por cuatro voces distintas, entre ellas la de un retrasado mental, siguiendo la técnica del «torrente de conciencia», es decir, la presentación directa de los pensamientos que aparecen en la mente antes de su estructuración racional.
El experimentalismo de Faulkner siguió apareciendo en sus siguientes novelas: en ¡Absalón, Absalón! (1936), la estructura temporal del relato se convierte en laberíntica, al seguir el hilo de la conversación o del recuerdo, en lugar de la linealidad de la narración tradicional, mientras que Las palmeras salvajes (1939) es una novela única formada por dos novelas, con los capítulos intercalados, de modo que se establece entre ellas un juego de ecos e ironías nunca cerrado por sus lectores ni por los críticos.
El mito presenta al autor como un escritor compulsivo, que trabajaba de noche y en largas sesiones, mito que cultivó él mismo y que encuentra su mejor reflejo en su personalísimo estilo, construido a partir de frases extensas y atropelladas, de gran barroquismo y potencia expresiva, que fue criticado en ocasiones por su carácter excesivo, pero a cuya fascinación es difícil sustraerse y que se impuso finalmente a los críticos.
A pesar de haber conseguido el reconocimiento en vida, e incluso relativamente joven, Faulkner vivió muchos años sumido en un alcoholismo destructivo. La publicación, en 1950, de sus Narraciones completas, unida al Premio Nobel que recibió ese mismo año, le dio el espaldarazo definitivo que necesitaba para ser aceptado, en su propio país, como el gran escritor que era.
Su existencia cambió a partir de este momento: recibió numerosos honores, escribió guiones de cine para productoras cinematográficas de Hollywood (trabajo que aceptaba principalmente por motivos económicos, dado su elevado ritmo de gasto) y se convirtió, en suma, en un hombre público, e incluso fue nombrado embajador itinerante por el presidente Eisenhower. Los últimos años de su vida, que transcurrieron entre conferencias, colaboraciones con el director de cine Howard Hawks, viajes, relaciones sentimentales efímeras y curas de desintoxicación, dan la impresión de una angustia creciente y nunca resuelta.
«No se escapa al Sur, uno no se cura de su pasado»,
dice uno de los personajes de El ruido y la furia, y, en efecto, el escenario de la mayoría de sus novelas, es el imaginario condado sureño de Yoknapatawpha, cuyas connotaciones y poder simbólico le confieren un aura casi bíblica. En este sentido, la obra de Faulkner debe ser contemplada como un todo, en la medida en que toda ella se halla marcada por esta voluntad de recrear la vida del sur de Estados Unidos, por más que tal localismo no impide que sus personajes y sus obsesiones, tan circunscritos a un tiempo y un lugar concretos, adquieran una proyección universal.
1931
|
28 años 1925 |
Mientras agonizo (fragmento)
" Recordaba que mi padre solía decir que la razón para vivir era prepararse para estar muerto durante mucho tiempo. Y cuanto tenía que verlos día tras día, cada cual con sus pensamientos egoístas y secretos, cada cual con su sangre distinta a la de los demás y a la mía, y pensaba que al parecer era mi único modo de prepararme para estar muerta, odiaba a mi padre por haberme engendrado. Solía estar deseando que cometieran alguna falta, para así poder zurrarles. Cuando la vara caía, podía sentirla en mi propia carne; cuando les levantaba cardenales y verdugones, era mi sangre la que corría, y a cada golpe de vara pensaba: ¡Ahora vais a saber quién soy! Ahora soy alguien en vuestras vidas secretas y egoístas, soy quien ha marcado para siempre vuestra sangre con la
|
Hay muchos Faulkner

Miss Zilphia Gant (fragmento)
" Solía haber entre uno y diez carros delante de la cabaña y en un cerco de listones rajados las mulas pateaban el suelo y rumiaban, casi siempre con partes de los arneses aún puestas: por todo el lugar soplaba un aire huidizo y siniestro de decrepitud. Allí Gant se encontraba con otras caravanas similares a la suya, o a veces con otras mucho más dudosas, de tipos rudos, sin afeitar y vestidos con monos. Allí todos comían comida ordinaria, bebían el virulento y pálido whisky de maíz y dormían sobre el suelo de tablas, delante del fuego con su ropa mugrienta y las botas puestas. El lugar era atendido por una mujer más bien joven de ojos fríos e inusualmente malhablada. En la parte trasera había un hombre ya mayor; tenía los ojos maliciosos y rojizos de un cerdo, la barba y el pelo espesos que ocultaban el rostro débil, pero al que conferían una suerte de ferocidad. Normalmente se lo veía embotado por la bebida, en un estado de embrutecimiento apático, aunque de vez en cuando se le escuchaba discutir a gritos con la mujer en la parte trasera de la cabaña o detrás de una puerta; la voz de la mujer era fría y llana; la voz del hombre oscilaba entre los atronadores graves y el chillido atiplado y belicoso de un niño. "



Otra biografía de William Faulkner (EEUU, 1897-1962) | |
![]() Uno de los novelistas estadounidenses más importantes de este siglo, famoso por sus cerca de veinte novelas en las que retrata el conflicto trágico entre el viejo y el nuevo sur de su país. El mayor de cuatro hermanos de una familia tradicional sureña, nació en New Albany (Mississippi) el 25 de septiembre de 1897 y creció en las cercanías de Oxford. En 1915 abandonó el colegio, que detestaba, para trabajar en el banco de su abuelo. En la I Guerra Mundial ingresó en las fuerzas aéreas de Canadá sin llegar nunca a entrar en acción. A su regreso ingresó como veterano en la Universidad de Mississippi, que pronto abandonó para dedicarse a escribir viviendo de trabajos ocasionales. En 1924 publicó por su cuenta El fauno de mármol, un libro de poemas poco originales. Al año siguiente viajó a Nueva Orleans donde trabajó como periodista y conoció al escritor de cuentos estadounidense Sherwood Anderson, que le ayudó a encontrar un editor para su primera novela, La paga de los soldados (1926), y le convenció para que escribiera acerca de la gente y los lugares que conocía mejor. Esta novela narra la historia de un soldado joven que vuelve a casa después de la I Guerra Mundial, inválido física y mentalmente, y cómo su enfermedad y muerte posterior afectan a su familia y amigos. Después de un breve viaje por Europa volvió a casa y comenzó a escribir su serie de novelas barrocas e inquietantes, ambientadas en el condado ficticio de Yoknapatawpha (inspirado en el condado de Lafayette, Mississippi), habitándolo con sus propios antepasados, indios, negros, oscuros ermitaños provincianos y groseros blancos pobres. En la primera de estas novelas, Sartoris (1929), caracterizó al coronel Sartoris como su propio bisabuelo, William Cuthbert Falkner, soldado, político, constructor ferroviario y escritor (Faulkner repuso la u que habían quitado de su apellido). El año 1929 fue crucial para Faulkner. A Sartoris siguió El ruido y la furia, novela que confirmó su madurez como escritor. Se casó con el amor de su infancia, Estelle Oldham, decidiendo establecer su casa y fijar su residencia literaria en el pequeño pueblo de Oxford. Aunque sus libros recibieron buenas críticas, sólo se vendió bien Santuario (1931). A pesar del sensacionalismo y brutalidad de la novela —trata de una horrible violación— su trasunto es la corrupción y la fuerza demoledora de la desilusión. Gracias al éxito del libro encontró trabajo, bastante más lucrativo, como guionista de Hollywood, lo que por un tiempo le liberó de escribir las novelas que su poderosa imaginación le dictaba. Faulkner exige mucho a sus lectores. Para crear una atmósfera determinada, sus frases complejas y enrevesadas se alargan durante más de una página y, jugando con el tiempo de la narración, ensambla relatos, experimenta con múltiples narradores e interrumpe el discurso narrativo con divagantes monólogos interiores. En 1946, el crítico Malcolm Cowley, preocupado porque Faulkner era poco conocido y apreciado, publicó The portable Faulkner, libro que reúne extractos de sus novelas en una secuencia cronológica, dando a la saga de Yoknapatawpha una nueva claridad y poniendo así el genio del escritor al alcance de una nueva generación de lectores. Esta novela casi experimental creó escuela y las letras hispanas siguieron trabajando el género, como puede descubrirse en la obra del argentinochileno Manuel Rojas y de los mexicanos Juan Rulfo o Carlos Fuentes. El hecho de que tras la Guerra Civil española cayera la censura sobre Faulkner, hizo que su obra —que había empezado a traducirse en 1930— tardara en publicarse de nuevo, pero aun así, muchos escritores tanto en el exilio como en España reflejan su influencia como Luis Martín Santos y, por supuesto, Juan Benet. Las obras de Faulkner, que habían permanecido durante un largo tiempo lejos de las imprentas, comenzaron a reeditarse y empezó a considerársele no ya como una curiosidad regional sino como un gigante literario cuya mejor escritura iba mucho más allá de las tribulaciones y conflictos de su tierra natal. Sus logros fueron reconocidos internacionalmente en 1949 al concedérsele el Premio Nobel de Literatura. Continuó escribiendo, tanto novelas como cuentos, hasta su muerte en Oxford, el 6 de julio de 1962. Entre sus obras principales se encuentran Mientras agonizo (1930), Luz de agosto (1932), ¡Absalom, Absalom! (1936), Los invictos(1938), El villorrio (1940), Desciende Moisés (1942), Intruso en el polvo (1948), Una fábula (1954, Premio Pulitzer de 1955), La ciudad (1957), La mansión(1959) y Los rateros (1962), también ganadora de un Premio Pulitzer. © M.E.Cotton Gin Adams County Mississippi [Desmotadora de algodón], William Aiken Walker [1839-1921] ![]() |

William Faulkner
Escritor estadounidense
1897-1962 | ||
Búsqueda consolidada de Faulkner
Utilice la opción "Solo sitios de Faulkner" para buscar recursos dentro de este sitio, la Página de escritores de Mississippi y otros sitios web relacionados con Faulkner.
![]()
Busqueda personalizada
Junio del 2013
Conferencia Faulkner & Yoknapatawpha 2013: "Faulkner y las literaturas negras de las Américas"
La 40ª Conferencia Anual de Faulkner y Yoknapatawpha tendrá lugar del 21 al 25 de julio de 2013 en la Universidad de Mississippi en Oxford. Centrándose en el tema "Faulkner y las literaturas negras de las Américas", la conferencia contará con cinco días de conferencias y debates que exploran las relaciones entre la obra de Faulkner y un corpus hemisférico de escritura negra, con un énfasis particular en la literatura afroamericana y la producción intelectual desde la narrativa de esclavos hasta la era contemporánea.
Además de conferencias plenarias y presentaciones en panel, la conferencia contará con recorridos guiados de un día por el norte de Mississippi, el Delta y Memphis; sesiones sobre "Enseñanza de Faulkner" dirigidas por notables académicos de Faulkner; y una recepción en el Museo de la Universidad honrando al fotógrafo Alain Desvergnes y su exposición presentando sus fotografías en blanco y negro del área de Oxford y Lafayette County a partir de la década de 1960, cuando Desvergnes enseñó fotografía en la Universidad de Mississippi.
Para obtener más información sobre la Conferencia Faulkner & Yoknapatawpha en la Universidad de Mississippi, visite el sitio web oficial de la conferencia: www.outreach.olemiss.edu/events/faulkner .
Faulkner Society, información de la lista de discusión por correo electrónico
La Sociedad William Faulkner patrocina varias presentaciones académicas en la Conferencia anual de Literatura Americana en mayo y en la Conferencia de la Asociación de Lenguas Modernas en diciembre. La sociedad también patrocina otros incentivos profesionales y financieros para académicos y estudiantes de posgrado. Para obtener más información, visite el sitio web de la sociedad, faulknersociety.com.
Tanto los estudiosos como los no académicos están invitados a unirse a Faulkner Discussion Listserv enviando el mensaje "subscribe faulkner" a md@listserv.olemiss.edu . Para obtener más información acerca de la lista, envíe el mensaje "info faulkner" a la misma dirección.
Disertación de Faulkner sobre 'Guerra e Historia' disponible
Mi disertación doctoral, Guerra e historia en la ficción de William Faulkner , está disponible para descargar o comprar en línea en Proquest.com. Haga clic aquí para leer el resumen y una vista previa gratuita de 24 páginas o para comprar una versión impresa o electrónica.
Las preguntas sobre el patrimonio literario de Faulkner deben dirigirse a Lee Caplin
Si tiene alguna pregunta sobre la licencia del trabajo de Faulkner para el escenario, la pantalla o cualquier otra actividad comercial , debe contactarse con Lee Caplin, el representante exclusivo del patrimonio literario de Faulkner. El sitio web de Caplin en www.pictureentertainment.com incluye numerosas formas de ponerse en contacto.
Discurso del Premio Nobel de Faulkner
El siguiente video incluye el audio de Faulkner pronunciando su discurso en la ceremonia del Premio Nobel en diciembre de 1950. Difiere ligeramente de la versión del discurso que grabó en un estudio para HarperAudio algún tiempo después (y que está disponible en línea aquí ). El audio finaliza unos momentos antes del final del discurso, pero no deja de ser una fascinante visión auditiva de la ceremonia real. Para ver el texto del discurso y más videos, visite la página del Premio Nobel en este sitio.
| |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
| |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Utilice el menú desplegable de Faulkner QuickLink para ir de inmediato a la información sobre un trabajo específico. O navega por las categorías a continuación.
| |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Departamentos académicos en
la Universidad de Mississippi |
Mosquitos (fragmento)
" Siguió caminando por el polvo a lo largo de un interminable camino fulgurante; entre pinos que semejaban estallidos fijos en la tarde, una tarde de insoportable luminosidad. Sus sombras informes, fundidas, les precedían. Dos pasos más y él las pisaría, como a las sombras de los pinos; pero aquéllas seguían delante de él entre los fundidos baches, guardando las distancias, sin esfuerzo alguno, en el escabroso polvo. Este era tan fino como la pólvora; sólo aparecía en él una ocasional huella de cascos, un desvanecido espectro de un paso olvidado. Por encima, el implacable cielo metálico daba sobre su cuello doblado y sobre su espalda, su mejilla restregándose monótonamente contra su cuello. Finas lenguas de fuego le mordían continuamente. David seguía impasible. El polvoriento camino vibraba dentro de sus ojos, pasaba bajo sus pies y quedaba atrás como una infinita cinta. Descubrió que tenía la boca abierta y seca, y sus encías como el papel de los cigarrillos. Cerró la boca, tratando de humedecer las encías.
Árboles sin copa iban delante de él o se quedaban atrás; la maleza junto al camino se aproximaba y se tornaba monstruosa, hoja por hoja. Las lagartijas siseaban antes de desaparecer.
El fuego invisible le quemaba, pero él no lo sentía porque ni en sus hombros ni en sus brazos quedaba otra sensación que la del peso de ella sobre la espalda y el cielo de bronce sobre su cuello y la húmeda mejilla de ella restregándose continuamente contra su nuca. Descubrió que tenía otra vez la boca abierta, y la cerró.

—Ya es bastante —dijo ella, despertando de pronto—. Bájame. —Sus sombras fundidas se mezclaban a intervalos con las de los altos árboles sin copa, pero detrás de la sombra de los árboles su sombra volvía a aparecer dos pasos delante de él y el camino seguía fulgurante, abrasador y más blanco que la sal—. Bájame, David.
—No —dijo entre dientes, seco, áspero, por encima del remoto latir de su corazón—, no estoy cansado.
Su corazón seguía un extraño ritmo. Cada latido parecía estar en algún lugar de su cabeza, detrás de sus ojos; cada latido era una marca roja que oscurecía temporalmente su visión. Cuando esa marea terminaba, otra ola opaca lo cegaba por momentos. Todo remoto, como una formación de soldados con uniforme rojo que cruzaban ante donde él estaba agazapado, en un cuarto, tratando de cerrar la puerta. Era un sonido pesado, opaco, como el de las máquinas de un barco de vapor. Descubrió que estaba pensando en el agua, en una azul monotonía de mares. Era un rumor rojo, justo detrás de sus ojos.

El camino seguía viniendo sobre él, infinita cinta donde nada había ocurrido. El mar hace un ruido sibilante en los oídos: sss..., sss.
Sin embargo, no contra sus ojos; no contra la parte posterior de los ojos. La sombra saltó de una mancha de sombras mayores, arrojadas por árboles que carecían de copas. Dos pasos más. No, tres pasos... Ya va cayendo la tarde, ya va siendo más tarde que antes. Tres pasos, entonces. Muy bien. El hombre camina sobre sus patas traseras; un hombre puede dar tres pasos, un hombre puede dar tres pasos, pero en la jaula de los monos hay agua en un jarro. Tres pasos. Muy bien. Uno. Dos. Tres. Se fue. Se fue. Se fue. Es un sonido rojo. No detrás de los ojos. Mar. ¿Ves? Mar. ¿Ves? Como en una caverna, como el sonido lóbrego de una caverna, como el sonido del mar a través de la caverna. Mar. ¿Ves? Mar. ¿Ves? Pero no cuando pasa frente a la puerta.
Oía otro ruido en sus oídos. Un sonido débil y molesto, y el peso sobre su espalda se iba desplazando, y lo empujaba hacia abajo, hacia el blanqueado polvo por el que caminaba. Dio tres pasos. Un hombre puede dar tres pasos. Y se tambaleó, tratando de buscar una nueva posición. Otra vez tenía la boca abierta, y al intentar cerrarla hizo un ruido seco. Uno. Dos. Tres. Uno. Dos. Tres. "
Como Faulkner
Lay Drinking
Una mirada a la compleja relación del autor galardonado con el licor y la escritura.
condición
El sonido y la furia mientras pongo luz moribunda en agosto Sanctuary Pylon , Absalom, Absalom! Una fábula , los Reivers
Faulkner llegó a personificar el género del gótico meridional de las letras americanas, adoptando ese estilo oscuro, melancólico, de vez en cuando perturbador, siempre complejo, que evoca viejos árboles de roble y musgo español. Sus novelas e historias se consumían con los ideales, las reputaciones y el legado de las familias que se derrumbaban como las casas de plantaciones decrépitas en las que vivían. A través de ellos, llegó a representar al viejo caballero de la aristocracia sureña posterior a la Guerra Civil.
"No existe el mal whisky", razonó una vez Faulkner. "Algunos whiskies simplemente son mejores que otros. Pero un hombre no debería engañar con alcohol hasta que tenga cincuenta; entonces él es un maldito tonto si no lo hace ".
De hecho, el hombre amaba su whisky. Demasiado. Se convirtió en una musa y un constante compañero de escritura. En 1937, explicó su método a su traductor francés Maurice Edgar Coindreau: "Ya ves, suelo escribir de noche. Siempre mantengo mi whisky a mi alcance; muchas ideas que no puedo recordar en la mañana me vienen a la cabeza ".
Conversaciones con Shelby Foote, que "cualquiera que se calce los zapatos el domingo por la mañana sabría dónde estaba". Efectivamente, cuando se le preguntó dónde se podía encontrar el contrabandista de la ciudad, el hombre respondió: "Bueno, me estaba preparando para ir yo mismo. Si pudieras llevarme, te mostraré el camino. "Y antes de mucho tiempo, Bill y Shelby se tomaron una pinta de Old Taylor y algunos Cokes para los cazadores.
Cookbook , podría curar cualquier cosa, desde "un mal derrame de un caballo a un mal resfriado, desde una pierna fracturada hasta un corazón roto".
"Pappy solo decidió cuándo se necesitaba un Hot Toddy, y se lo administró a su paciente con
la mejor manera de cama de un médico rural. Lo preparó en la cocina de la siguiente manera: toma un vaso de vidrio pesado. Llena aproximadamente medio lleno con el bourbon de Heaven Hill (el Jack Daniel's estaba reservado para las dolencias de Pappy). Agregue una cucharada de azúcar. Exprime 1/2 limón y vierte en el vaso. Revuelva hasta que el azúcar se disuelva. Llene el vaso con agua hirviendo. Sirva con agarraderas para proteger las manos del paciente del cristal caliente. Pappy siempre hizo una pequeña ceremonia al servir su Hot Toddy, llevándolo arriba en una bandeja de plata y advirtiendo a su paciente que lo tomara rápidamente, antes de que se enfriara. Nunca falló ".
El villorrio (fragmento)
" Nada más llegar vieron en el prado un carro, con el tiro aún -o ya- enganchado a los tirantes, y luego a Eustace Grimm, que apareció por una esquina de la casa y se quedó allí parado, mirándoles. Henry le ordenó que saliera del lugar. Grimm se subió al carro, y al punto los nuevos propietarios se pusieron a cavar, aunque había aún cierta claridad. Cavaron durante un rato, y al cabo se dieron cuenta de que Grimm no se había marchado todavía. Estaba en el camino, sentado en su carro, mirándoles por encima de la cerca. Henry se precipitó hacia él blandiendo la pala. Grimm, entonces, se alejó.
Vernon y Suratt también habían dejado de cavar. Vernon contempló la espalda de Grimm, que se alejaba por el camino en el lento y ruidoso carro.
—¿No es pariente de Snopes? -dijo Vernon-. ¿Pariente político o algo así?
—¿Qué? -dijo Suratt. Seguían mirando el carro, que se perdía en la oscuridad-. No lo sabía.
—Vamos -dijo Vernon-. Henry nos está sacando ventaja.
Se pusieron de nuevo a cavar.
Pronto oscureció por completo, pero podían seguir oyéndose.
Cavaron infatigablemente durante dos noches, dos breves noches de verano ininterrumpidas por intervalos diurnos de sueño irregular, sobre el suelo desnudo de la casa, donde, a mediodía, las salpicaduras desiguales de luz llegaban incluso hasta la planta baja. A la mortecina luz del amanecer del tercer día, Suratt dejó de cavar e irguió la espalda. Henry, a cierta distancia, se agachaba y se levantaba dentro de su hoyo con la regularidad de un autómata. Estaba hundido hasta la cintura; era como si él mismo, esclavo por nacimiento de aquella tierra, se estuviera enterrando en ella, como si hubiera sido cortado por el talle y su torso muerto, sin saber que lo estaba, se agachara y levantara acompasadamente. Habían cavado ya a conciencia toda la superficie del jardín. De pie sobre la tierra fresca, Suratt miró a Henry; al poco cayó en la cuenta de que a su vez Vernon le miraba a él con ademán sereno. Suratt dejó con cuidado la pala en el suelo y se dirigió hacia Vernon. Se quedaron allí, mirándose, mientras el alba proyectaba su macilenta luz sobre sus caras demacradas. Su voz, cuando empezaron a hablar, era tranquila.
—¿Has mirado ya detenidamente esas monedas? -dijo Suratt.
Vernon no contestó inmediatamente.
Miraron a Henry, que se alzaba y desaparecía tras su pico.
—Creo que no me atrevo -dijo Vernon.
Dejó con cuidado la pala en el suelo; luego ambos se volvieron y fueron hacia la casa. La casa aún estaba oscura; encendieron el farol, sacaron los saquitos de su escondite en la chimenea y dejaron el farol en el suelo. "
El sacerdote (fragmento)
" Dejó la calle Canal; dejó los parpadeantes anuncios eléctricos que habrían de llenar y vaciar el crepúsculo, inexistentes a sus ojos y por lo tanto sin luz, lo mismo que los árboles son verdes únicamente cuando son mirados. Las luces llamearon y soñaron en la calle húmeda, los ágiles cuerpos de las chicas dieron forma a su apresuramiento hacia la comida y la diversión y el amor; todo quedaba a su espalda ahora; delante de él, a lo lejos, la aguja de una iglesia se alzaba como una plegaria articulada y detenida contra la noche. Y sus pisadas dijeron: "¡Mañana! ¡Mañana!".
Ave María, deam gratiam... torre de marfil, rosa del Líbano. "
" Dejó la calle Canal; dejó los parpadeantes anuncios eléctricos que habrían de llenar y vaciar el crepúsculo, inexistentes a sus ojos y por lo tanto sin luz, lo mismo que los árboles son verdes únicamente cuando son mirados. Las luces llamearon y soñaron en la calle húmeda, los ágiles cuerpos de las chicas dieron forma a su apresuramiento hacia la comida y la diversión y el amor; todo quedaba a su espalda ahora; delante de él, a lo lejos, la aguja de una iglesia se alzaba como una plegaria articulada y detenida contra la noche. Y sus pisadas dijeron: "¡Mañana! ¡Mañana!".
Ave María, deam gratiam... torre de marfil, rosa del Líbano. "
EL BLOG DE CEE
«Incendiar establos»
Cuentos reunidos
William Faulkner
[1897-1962]
Premio Nobel de Literatura de 1949
- Cuentos reunidos, William Faulkner: Esta colección de cuentos es la mejor oportunidad de aproximación al universo Faulkner. Perlas de especial rareza que evocan desde el mítico territorio de Yoknapatawpha hasta la ciudad de Nueva York
- 1. El campo: Incendiar establos, Un tejado para la casa del Señor, Los altos, La cacería del osos, Dos soldados, No ha de perecer.
- 2. El pueblo:Una rosa para Emily, La melena, Centauro de latón, Sequía en septiembre, El tirón de la muerte, Elly, El tío Willy, Un mulo en la parcela, Y eso bien ha de estar, ese sol del atardecer.
- 3. La tierra inexplorada: Hojas rojas, Justicia, Un noviazgo, ¡He ahí...!,
- 4. La tierra baldía: Ad Astras, Victoria, Falla, Viraje, Todos los pilotos muertos.
- 5. La tierra intermedia: Whash, Honor, Dr. Martino, La caza del zorro, Estanción de Pensilvania, Artista en casa, El broche, Mi abuela Millard, el general Bedford Forrest y la batalla del arroyo de Curricán, Tierra del oro, Hubo una reina, Victoria en el monte.
- 6. Allén: Allén, Música negra, La pierna, Mistral, Divorcio en Nápoles, Carcasona,
- Notas, Sobre el autor, Créditos.
https://books.google.com.ar/books?id=cMFkv8cgxRUC&pg=PT2&hl=es&source=gbs_toc_r&cad=3#v=onepage&q&f=false
- Todos los cuentos en inglés, Collected Stories, William Faulkner:
https://archive.org/stream/collectedstories030393mbp#page/n3/mode/2up
- El cuento en inglés: «Barn Burning», Wiliiam Faulkner:
http://jerrywbrown.com/wp-content/uploads/2014/02/Barn-Burning-by-William-Faulkner-1.pdf
- William Faulkner Glosary:
http://www.mcsr.olemiss.edu/~egjbp/faulkner/glossarya.html
- William Faulkner Draws Maps of Yoknapatawpha County, the Fictional Home of his Great Novels:
http://www.openculture.com/2015/10/william-faulkner-draws-mythological-maps-of-yoknapatawpha.html
- University of Mississippi [Department of English], The Mississippi Writers Page: Literary talents, William Faulkner:
http://mwp.olemiss.edu//dir/faulkner_william/
- Más información sobre Faulkner: William Faulkner on the Web. The University of Mississippi:
http://www.mcsr.olemiss.edu/~egjbp/faulkner/faulkner.html
- Biografía de William Faulkner, Joseph Leo Blotner: esta es la más apreciada de las biografías sobre Faulkner, escrita por Joseph Blotner. ¿Por qué es el biógrafo principal de Faulkner?
Blotner fue profesor en la Universidad de Virginia y allí se hizo amigo cercano de William Faulkner. En Virginia vivía la única hija biológica de Faulkner y la universidad había aprovechado esa circunstancia para invitar al escritor a dar una serie de charlas durante un semestre. Blotner, que asistía a esas reuniones como supervisor y como encargado de grabar en cinta magnetofónica las intervenciones, frecuentó durante esos años la casa de los Faulkner y el escritor le confiaría sus proyectos presentes y futuros. Tal es así, que fueBlotner fue uno de los que cargó el ataúd en los funerales de Faulkner. Faulkner disfrutaría tanto sus intercambios con universitarios que aceptaría volver los años siguientes desde su hogar en Oxford, Mississippi, a 1.232km de distancia, por un pago simbólico.
Fue determinante para la realización de esta biografía, la buena relación de Blotner con la familia Faulkner, así como su amplio conocimiento de la obra del escritor.
Contra lo que podría suponerse, la biografía no es un retrato idealizado de Faulkner. El biógrafo trata todos los asuntos difíciles y escabrosos que atormentaron sus días: la convivencia durante décadas con el alcoholismo —decisivo en provocarle la muerte— y que revela que no sólo Fitzgerald se ganaba el premio de suicida mayor por causa del alcohol en la Generación Perdida a la que ambos pertenecían; los adulterios a vista y paciencia de la esposa —que los aceptaba como una fatalidad de su matrimonio mal avenido—, las opiniones negativas o contradictorias de otros escritores —Sherwood Anderson, Fitzgerald, Tennessee Williams y, sobre todos, Hemingway—, sus interminables discusiones sobre dinero para mantener a sus dos entenados, su hija, su esposa, su madre, la esposa y la hija de su hermano fallecido y los varios miembros de la servidumbre en su residencia de casi 12 hectáreas enRowan Oak. Propiedad que su hija la vendería a la Universidad de Mississippi diez años después de muertoFaulkner.
Como en las biografías de Balzac, la falta o la búsqueda de dinero es la necesidad más invocada en el libro y resulta inquietante comprobar que, a diferencia de sus novelas, todos los cuentos que escribió los hizo por ganarse unos dólares —dependiendo de la revista que los aceptaba, podían redituarle desde 37 a 2 mil dólares.
Aquí podrán conocer acerca de la recepción de los libros de Faulkner en vida, las relaciones de Faulknercon sus padres, hermanos, hijos, admiradores y detractores. Sus defectos mayores son contados, es necesario explicarlos para que el lector que los ignora, no se deje llevar por ellos.Pueden saltar esta parte y dedicarse a su vida en relación con su obra.
Blotner intenta transmitir lo que fue para Faulkner escribir cada capítulo de sus novelas, cada verso, cada página de cuento; es más recomendable leer los comentarios críticos de la prensa y de fuentes académicas.
Si bien William Faulkner, eterno ermitaño y celoso de su vida privada, se hubiera negado de plano a aceptar la existencia de una biografía como esta, no podemos sino agradecer su existencia. [Dice Augusto Wong Campos en su blog].
Aquí pueden leer parte de ella:
https://books.google.com.ar/books/about/Faulkner.html?id=efc_r6Zw-08C&redir_esc=y
Imágenes de:
- Jenny Hall: http://www.jennyhallart.com/
- William Aiken Walker [1839-1921]