viernes, 1 de mayo de 2015

Blancanieves, el cuento de nunca acabar



"Los cuentos de hadas son moralmente necesarios, supongo. Están en la misma línea que otras mentiras que ayudan a preservar el Estado, como la piadosa frase que el crimen no paga, cuando uno solamente tiene que mirar a la sociedad para encontrar cuanta verdad existe en eso..."

 Friedrich Dürrenmatt


 

 "Elige un cuento y te sacaré una moraleja, quería decir, una pamplina."



Hay cuentos de niños, y cuentos de niñas. La ausencia de biblioteca fue sustituida, en nuestra niñez, por la oralidad. Las memorias de aquellos cuentos clásicos eran adaptadas al momento, según te portaras, el lobo comía a Caperucita, o te comía a ti, cuando te escapabas  al monte. Mi abuela y su hermana, iban narrando sus diferentes versiones,  dependiendo de la hora, del  día y de mis travesuras. En medio de aquel corral empedrado que miraba al sur, en verano, podía aparecer la zorra mágica, o alrededor de la cocina que miraba al norte y a la calle, en el largo día de cualquier invierno, el lobo o el hombre del saco, todo insuflado de dulzura o miedo,  de luz y oscuridad, hasta que la ingenuidad se esfumo. La evidencia era más rural, escaseaban los palacios, castillos, reinas, príncipes o  princesas, abundaban los animales enfadados, las madrastras, y los sacamantecas.


Los textos adaptados, traducidos y filtrados  por las sotanas, llegaron tras mi incorporación a la escuela. Unos manuales de autoayuda, para que nuestros didácticos los utilizarán en la docencia, en la asignatura de: ¡como enhebrar frustraciones!




Y entre ellos estaba Blancanieves, traducida,  seguido de un amplio elenco de versiones año tras año,  de este y otros cuentos en el fantasmagórico y rutilante universo de los dibujos animados americanos, en la televisión de entonces, y hasta ahora, en unos personajes de carne y hueso autóctonos. Evidentemente Blancanieves es un cuento femenino, lleno de sueños, entregado como meta para la educación femenina de occidente. Repetido en la realidad más antigua de oriente, con otros parámetros menos impúdicos, y sumados a la abundancia de príncipes, que hacían de este sueño, una posible realidad, más sencilla. Los masculinos son de lobos, animales, músicos, vagabundos, héroes o príncipes valientes,  e incluso guerreros audaces.



La buena y bella mama muere,  sin biografía; el rey se desposa con una madrastra, que ya lo era de soltera, y luego más; obsesionada con el título y la leyenda,  de "todas las reinas son bellas" (ninguna de las europeas vivas lo es), convirtió en cuestión de estado su trono de miss, y aderezo la intriga del receloso espejo, para matar a su rival. El criado prendado, no la mato y la bella niña  entro al servicio voluntario de siete menudos hermanos, reflejo de la idea de que el hombre es más pequeño que la mujer. No sabemos si sabía hacer otras cosas propias de las princesas, excepto la relación de defectos achacados, por la nueva reina.
 Pero el cuidado del nuevo hogar familiar,  le venía como anillo al dedo a los enanos responsables, a la minuciosa sociedad cristiana, y a la fidedigna, establecida e ilustrada sociedad masónica, para cercar la relevancia de la mujer, donde siempre desde su doctrina, debía de estar, en aquellos territorios emparedados.


El cuento es misógino, pernicioso, con sept-cálogo de virtudes y pecados, donde el índice alfanumérico beato,  rodea la avaricia, y la simpleza amorosa, se adueña de los sueños, afea el talento de las manzanas, y de las ancianas vendedoras ambulantes.

Este cuento como los otros conocidos de los Hermanos Grimm, llenan un espacio, que muy bien puede servir de apoyo pedagógico para lo que no se debe enseñar a los niños. Has de mirar que lo que la moraleja dice que es obediencia, fomenta la cobardía y lleva al sometimiento, la maldad es cursi, la crueldad solo se ve desde el dictado de los adultos narradores.




Tan recurrentes estas compilaciones de los hermanos Grimm, así como los de H.C. Andersen, para las funciones infantiles de socialización en las aulas académicas,  también llegaron a los escenarios adultos, con la picardía oculta, y también, a un puñado de ensayos sobre su validez moral y educativa, cierran a otros relatos cortos, o leyendas,  más realistas, su paso por las aulas y los salones de actos escolares.
Hablar de la adaptación de Disney nos llevaría  otro milenio, pues la moral americana del norte,  está más agudizada con fines comerciales, y un convencionalismo  protestante, sobrecargado de una mitomanía con otros juegos numéricos, del bien y del mal, más paupérrimos y llenos de falsas fantasías. Unas violencias  atemperadas por el arreglo final de las crueldades.
Nunca me cayó bien el cuento de Blancanieves,  ni ninguno de los cuentos, me gusta y me gusto leerlos, como una parte de la oralidad y de la narrativa que lleno un espacio vital, lleno de aburrimiento y falto de criterios. Pero en cuanto la razón maduro, aquellos engañabobos pasaron al último escalón, me refiero a los cuentos tradicionales, por qué después están los de Antonio Pereira, llenos de la humanidad y generosidad que el transmitía.


Una princesa huérfana, cerca de las luces del norte, en la tamizada luz boreal, con una madrastra alemana, como la nuestra actualmente; un padre rey, sin función cuentista, como el nuestro de ahora, y un sequito gubernamental, viviendo aislado de la sociedad, horadando su territorio, minando la sociedad bajo sus pies. Todo tan distante y frío a nuestro embrujo fantástico del sur, soleado y picaresco.
La clave de Blancanieves se desglosa en franquicias que como varillas de abanicos unen, pero separando la sexualidad limitada, los detalles, usando la demagogia para crear dramatismo, todo tan vacuo y enfermizo, que se desnaturaliza  hasta nuestra idiosincrasia si lo trasladamos.


Nos queda por destripar un poco más lo que no se explica:
  • - porque no tienen función ni mini-biografía personajes como la madre buena, y el rey?
  • - porque siete enanos viven juntos fuera de la sociedad industrial, en un bosque, aunque trabajan en la mina, o es por el rechazo social?
  • - son familia los enanos? O vienen de una agrupación espontánea de varios rechazos familiares?
  • - la blancura de la piel es ese ideal germánico que perduro dos siglos después como signo de raza superior?
  • - quién es el espejo, dios o demonio?
  • - existe el complejo de Electra invertido?
  • - esa eterna juventud es un pacto con el diablo?
  • - que veneno se utiliza en la manzana?
  • - es necrófilo el príncipe?
  • - otra vez una mujer, Eva, la manzana como responsable de la paz masculina
  • - y más etcéteras que la moral de los Grimm al servicio del cristianismo teutón que aun no ha sido extirpado.

Es bueno, por contraste leer  Los cuentos políticamente incorrectos de James Finn Garner, y en especial el de Blancanieves.

Tanto han dado de sí los trabajos colaterales que se han hecho de este cuento,  incluso en clave masónica, que añado unos enlaces de ellos:



Alemania, un país de cuentos:

Mi rimado de palacio:
"aunque lectura me hice, de muchos de aquellos cuentos,
que como oficiales se ofrecen,
para poner en bandeja a maestro, cateto o diacono,
ejemplos con que vejarte, sino estabas atento,
a los que él  te contaba, leyendo en aquel catón,
 mientras yo veía al trasluz, algunos vientos, lobos y alimentos
con estrambóticos lienzos de falsas sombras fantasmales
y personajes avarientos,
muy parecidos, a los ejemplares que  con aquel ejemplo, 
dar me querían."



¡Sí¡  algo de todo esto se trasluce en Grimm  of Tales dramatización, que en 1994, Tim Supple hizo para el Young Vid de Londres, sobre la versión de Ann Duffy,  de cuentos de los Grimm. Protagonizado  por  Peter Ashmore, Angela Bain, Jack Beale, David Ononokpono entre otros, o el músico Mark Aspinall. Un espectáculo dramático-musical, con orquesta visible, utilizando perspectivas distorsionadas, escenarios decadentes, vestuario estrafalario, sin jugar con los  contrastes modélicos. La escenografía sigue al igual que el cambio de disfraces de Greg Clarke, un ritmo trepidante dentro de la armonía, ensamblando el mensaje de los autores, con los símiles morales, que se exponen en todos esos cuentos: orden, armonía, obediencia, sumisión femenina, valentía de príncipes, etc. En este espectáculo  La dama y el león tienen elemento de La bella y la bestia, y Hansel y Gretel son muy similares a Cenicienta y Caperucita. Lo mismo ocurre con El ganso de oro, Ashputtel. El ratón, el pájaro y la salchicha, o Hans de hierro y El bastón en el saco.

Tres músicos con instrumentos medievales y modernos, siete actores en nueve cuentos, no obvian hablar claramente de la muerte y de la violencia como emociones reales, y actúan sin dulcificar fricciones para evitar molestias, aunque haya público infantil presente. Tampoco los adultos se sienten cómodos con estas piezas donde se pasa de lo aterrador, a lo  mágico y divertido. Un tragicómico espectáculo donde si encuentran sentido estos cuentos, lejos de la simpleza inicial de la recopilación de sus autores y de las versiones orales.
Eludiré hablar de las últimas versiones cinematográficas sobre el cuento, incluida la española



.Jacob Grimm (Hanau, actual Alemania, 1785-Berlín, 1863) y Wilhelm Grimm (Hanau, 1786-Berlín, 1859). Cuentistas y filólogos alemanes. Conocidos sobre todo por sus colecciones de canciones y cuentos populares, así como por los trabajos de Jacob en la historia de la lingüística y de la filología alemana, eran los dos hermanos mayores de un total de seis, hijos de un abogado y pastor de la Iglesia Calvinista. Siguiendo los pasos de su padre, estudiaron derecho en la Universidad de Marburgo (1802-1806), donde iniciaron una intensa relación con C. Brentano, quien les introdujo en la poesía popular, y con F. K. von Savigny, el cual los inició en un método de investigación de textos que supuso la base de sus trabajos posteriores. Se adhirieron además a las ideas sobre poesía popular del filósofo J.G. Herder.

Entre 1812 y 1822, los hermanos Grimm publicaron los Cuentos infantiles y del hogar, una colección de cuentos recogidos de diferentes tradiciones, a menudo conocida como Los cuentos de hadas de los hermanos Grimm. El gran mérito de Wilhelm Grimm fue el de mantener en esta publicación el carácter original de los relatos. Siguió luego otra colección de leyendas históricas germanas, Leyendas alemanas(1816-1818). Jacob Grimm, por su parte, volvió al estudio de la filología con un trabajo sobre gramática,La gramática alemana (1819-1837), que ha ejercido gran influencia en los estudios contemporáneos de lingüística. En 1829 se trasladaron a la Universidad de Gotinga, y de ésta, invitados en 1840 por el rey Federico Guillermo IV de Prusia, a la de Berlín, en calidad de miembros de la Real Academia de las Ciencias. Allí comenzaron su más ambiciosa empresa, el Diccionario alemán, un complejo trabajo (del que editaron solamente el primer volumen) que ha requerido muchas colaboraciones y no se concluyó hasta comienzos de la década de 1860.



Los cuentos de los hermanos Grimm. Los Cuentos infantiles y del hogar fueron publicados entre 1812 y 1822, en tres volúmenes. La colección de cantos populares El cuerno maravilloso del niño, de Armin y Brentano, dieron a los hermanos Grimm la idea de preparar una colección de cuentos populares. Según propósito de los Grimm, esta obra había de ser sobre todo un monumento erigido a la literatura popular, un documento que recogiese de boca del pueblo lo poco que se había salvado de la gran producción medieval germánica y que constituía la tradición nacional que suponían perdida.


Sus fuentes principales fueron, además de los recuerdos de su propia infancia y de la de sus amigos, la gente sencilla del pueblo que ellos iban interrogando y, sobre todo, Cassel, la hija del farmacéutico Wild, que repetía las historias oídas en su infancia de boca de la "vieja María". Al transcribir estos cuentos procuraron conservar fielmente no sólo su trama sino también el tono y las expresiones de que aquellas personas se servían, efectuando así en esta esfera una obra casi sin precedentes, porque literatos como Musäus y otros hasta entonces se habían servido de los cuentos populares como estructura para engarzar en ellos divagaciones morales o alusiones poéticas y literarias.
Sólo en una segunda época se aprovecharon también de fuentes literarias como Lutero, Hans Sachs, Moscherosch o Jung-Stilling, pero esforzándose por hallar bajo las variaciones y los embellecimientos literarios la primitiva ingenuidad de trama y de estilo (proverbios, repeticiones), guiados sobre todo por su instinto poético. Se ha dicho que estos cuentos se han vuelto verdaderamente populares por medio del libro de los hermano Grimm. Lo cierto es que ellos supieron darles tanta frescura que pocos libros hacen revivir de inmediato la misteriosa y profunda intimidad de la naturaleza germánica, permitiendo sentirla con el espíritu con que a ella acude el pueblo alemán.
Las fábulas contienen casi siempre una verdad objetiva, una lección práctica, siempre aventajada, sin embargo, por la inspiración genuina de la poesía popular. Forman parte de esta colección de más de doscientos cuentos, entre los que figuran narraciones tan famosas como BlancanievesLa CenicientaPulgarcitoJuan con suerteLeyenda de los duendecillosLa hija del molineroCaperucita RojaRabanitaEn busca del miedoLos músicos de Bremen o Barba Azul.
Aunque según la idea de sus compiladores esta obra no estaba destinada a ser un libro infantil, Goethe, apenas la hubo leído, escribió a Stein que estaba escrita "para hacer felices a los niños", y puede considerarse como un gran acontecimiento literario de principios del siglo XIX alemán, porque desde entonces se convirtió en el libro de la juventud alemana, con el cual generaciones y generaciones formaron su alma. La obra dio lugar a una polémica de cierta importancia con Brentano y con Arnim. Los dos poetas, que habían precedido de modo muy diverso que los Grimm en su colección de cantos populares, refundiéndolos formalmente, hallaron desaliñada y pobre la redacción de estos cuentos. Ello se debió a que, mientras Arnim y Brentano no distinguían entre poesía popular y poesía artística y reconocían para una y otra los mismos derechos, los Grimm creían que la segunda no podía sino esforzarse (aunque siempre inútilmente) por parecerse a la primera, la cual, representada por las grandes epopeyas o por los cuentecitos, era infinitamente superior y estaba dotada de una fuerza poética metafísica anterior a la misma humanidad.
La verdqadera historia de los hermanos Grimm:
















Tim Supple (nacido en 1962) es un director de cine británico. Ha dirigido y adaptado teatro en el Reino Unido y en Europa, América del Norte y del Sur y el Medio y Lejano Oriente. Ha trabajado regularmente en el Royal National Theatre y laRoyal ShakespeareCompany y fue director artístico de la Joven Vic desde 1993 hasta 2000. Actualmente es co-director de Artes Dash.
En el Young Vic dirigió un siervo a dos señores (nacional e internacional y gira de West End), As I Lay Dying, Noche de Reyes , Bodas de sangre , El libro de la selva , Cuentos de Grimm (& gira internacional), More Tales Grimm (& Broadway ), The Slab Boys Trilogy, Edipo , para el Teatro Nacional: Harún y el mar de las historias , la Epopeya de Gilgamesh, Billy Liar (gira nacional),Muerte accidental de un anarquista (gira nacional), Ballena, Romeo y Julieta , El Opera Villains, porque la RSC: Hijos de la medianoche (Barbican, gira nacional y Teatro Apollo, Nueva York), Amor en una madera, Tales from Ovid (Young Vic), La comedia de las equivocaciones (nacional / internacional tour & Young Vic), Primavera Awakening : Kenneth Branagh para Renaissance Theatre Company: Coriolanus (con Branagh, Judi Dench , Richard Briers y Glenn Iain) y Cuentos de viajar.
Otros trabajos en el teatro incluye: Bestias y bellezas, demasiado listo (Teatro Nacional de Noruega, Oslo), Much Ado About Nothing (Teatro Maxim Gorki de Berlín), los cosmonautas mensaje Last ... (Donmar Wharehouse); Oh What a Lovely War , Guys and Dolls (Haymarket Theatre, Leicester), Billy Budd (Crucible Theatre, Sheffield). Como director asociado del Teatro Real, Madrid, trabajo dirigido por Tim Kroetz, Arthur Miller , Willy Russell y Brecht .
Adaptaciones Flexibles para el teatro incluyen: Muerte accidental de un anarquista (con Dario Fo y Alan Cumming), Billy Budd (con David Holman), La Epopeya de Gilgamesh, Cuentos de Grimm y Más cuentos de los hermanos Grimm (con Carol Ann Duffy ), El libro de la selva ; Harún y el mar de las historias (con Salman Rushdie y Tushingham David), Hijos de la medianoche(con Salman Rushdie y Reade Simon), Tales from Ovid (con Ted Hughes y Reade Simon); Bestias y Bellezas (con Carol Ann Duffy & Melly embargo ); Las mil y una noches (con Hanan Al Shaykh)

Supple ha trabajado fuera del cine en varias ocasiones: su ópera incluye Hansel y Gretel, La flauta mágica (Opera North), Fiesta de Babette (Linbury Studio, ROH) e incluye su trabajo en el cine: Noche de Reyes (proyector / Canal 4), Rockabye ( IWC / Canal 4). Tim es el destinatario de un NESTA Invención y Premio a la Innovación para los experimentos en el cine.
En 2005 lanzó flexible Artes Dash con Josephine Burton para crear nuevas prestaciones en colaboración con artistas de otros países. Su trabajo para las Artes Dash incluye lo que hicimos para Weinstein (Fábrica de chocolate Menier, 2005), Como gustéis (Leicester Curve, 2009) y El sueño de una noche de verano , encargado por el British Council y creó en la India (2006-2008): un éxito internacional ampliamente conocido como El sueño indio, la producción posteriormente realizó dos giras por India, extensas giras por el Reino Unido, Australia y América del Norte, durante dos temporadas en Stratford-upon-Avon y una temporada en el Roundhouse de Londres. The Guardian lo calificó como: "la producción más que mejore la vida de la obra de Shakespeare desde que Peter Brook" [1]


En 2008 comenzó a trabajar en Supple una nueva adaptación teatral de Las mil y una noches con el célebre autor libanés Hanan al Shaykh. Por encargo de Luminato Festival, Toronto y producido por Artes Dash, la producción se ha desarrollado durante dos años de investigación y ensayo en el Norte de África y Oriente Medio. Creado con un elenco y equipo creativo dibujado por completo del mundo de habla árabe y se realizó en tres idiomas durante seis horas, Las mil y una noches abrió sus puertas en junio de 2011 en Toronto y tuvo su estreno europeo en el Festival Internacional de Edimburgo en agosto, donde el aclamado Independiente como "un clásico de la narrativa comprometida... una obra maestra literaria redescubierto". [2]



Tim Supple premios y nominaciones incluyen: Time Out , Evening Standard , TMA, Olivier, BAFTA ., Herald Angel. 




Ensayo sobre los cuentos infantiles:




En  el teatro:




sábado, 18 de abril de 2015

El mar, el mar de Irish Murdoch


"Allí donde el agua alcanza su mayor profundidad, se mantiene más en calma" (El mar, el mar de Iris Murdoch)

Charles Arrowby, ha decidido ser bueno después de los sesenta, y arrinconado en un abrupto lugar de la costa inglesa, quiere acercarse a sí mismo, a través del intento de escribir unas memorias, donde contar su verdad, con la ayuda de la fuerza del mar, despreciando a todos y a todo lo que fue su pasado de éxito.



Esta trepidante vida, organizada en forma de diario alrededor de su trayectoria profesional, va a encontrar en la forma de relatarlo, en el tiempo y en el espacio que ha decidido hacerlo, lo que espera que pase: que el círculo se cierre, aunque tenga que discutir sus conclusiones.
Pues no se evadirá del primer amor, ni de los otros coparticipes de su vocación, ni de su primo, que creía insignificante, chocando con las lacerantes etapas de otras relaciones, donde predominó su despotismo.
Ese escribir le asedia, haciendo que de aquellas manipulaciones, ahora emerja una intención de ser perfecto y admirado, anulando con sus argumentos, lo sentimientos ajenos, incluso sin saber si él tenía alguno, a los que le contraponen.
Las conclusiones que saca de la idea de vivir, la inflexión de los otros personajes, no le dejan llegar a extraer la magia de su propósito, reordenar una nueva vida en la bondad, siempre administrando aquellos estadios sexuales como un incidente necesario y con derecho a desecharlos, incluido el matrimonio, que califica como una forma de secuestro.La libertad que persigue no le dejará alcanzar la limpieza de espíritu, que cree que surgirá de la telaraña de esta soledad. Y piensas que la verdad aflorará, no solo duda de si todo, es una pantomima para seguir sintiéndose el primero, rodeado por otra de sus farsas.Sabe que en sus tragedias la gente entra y sale rápidamente, y cuando quiere detenerse en la paz de espíritu que le ofrece el envidiado primo James o las relaciones con todos los demás y se para a pensarlo, aparecen visiones fantasmagóricas, con monstruos marinos, que le hacen confundir realidad y ficción. Lo leído, lo visto y lo vívido, le juzga, y al volver, para aceptar a los pobladores reales, que ha intentado acercar a su nueva vida, todos han cambia de destino, alejándose.


En El mar, el mar todo se va relatando con magistral ordenamiento y un agrio reposo, que en sus picos emocionales logra atemperar, con baños fríos, en el impetuoso mar inglés, para que su vida sea una metáfora rodeada de la filosofía y de los mitos platónicos, que se proyectan dentro y fuera de la caverna.


También cada planta de su casa, tiene su personalidad, unas frías, otras cálidas, en una se reposa, en las otras ocurre fenómenos inexplicables, otras son contemplativas y la otras de paso.

Es una novela escrita en primera persona, donde todo parece urgente y aleatorio, y la subjetividad del narrador, va dejando atrás todo lo antiguo, pero siempre, como lector está la opción de juzgarle y elegir por él, olvidando su idea de que "religión es poder" y que está en su imaginación
La satisfacción cuando acabe de leer este tesoro narrativo, hizo que me sintiera un privilegiado.
Y este 8 de marzo no se me ha ocurrido mejor ejemplo que Irish Murdoch.

"La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre" (Friedrich Nietzsche)
Iris Murdoch (1919, Dublín - 1999, Londres). Hija de una pareja anglo-irlandesa, su familia se muda a Londres cuando sólo contaba un año de edad, pero sus orígenes irlandeses fueron una poderosa influencia sobre ella. Cursó estudios en la Universidad de Oxford y en el año 1948 fue nombrada miembro del consejo rector y tutora de filosofía. En 1952, John Bayley, un profesor en prácticas, se enamora de ella a primera vista. Se casaron en 1956. Tuvo una vida sexual libre de prejuicios. Se acostó con hombres y con mujeres y siempre provocó una irresistible atracción en todos los que la conocían.
En 1978 logró el premio Booker con "El mar, el mar". Autora de 25 novelas, su primer libro editado fue, "Sartre, el racionalista romántico" (1953), un estudio sobre el existencialismo francés. Otro de sus principales ensayos es "Reflexiones filosóficas" (1992). Inició su carrera como escritora de ficción con "Bajo la red" (1954). Diez años más adelante escribe también para el teatro con la adaptación de su novela "Una cabeza cercenada" (1961; junto a J.B. Priestley, 1963). Entre sus novelas cabe destacar "La muchacha italiana" (1964; adaptada para el teatro en colaboración con James Saunders, 1967); "Una derrota bastante honorable" (1970); "Un hombre accidental" (1972); "La máquina del amor sagrada y profana" (1974), y "El buen aprendiz" (1986). Entre sus últimas obras destaca la novela "El caballero verde" (1994).


Su breve flirteo con el Partido Comunista fue suficiente para que los Estados Unidos le denegaran la entrada al país, tras haber obtenido una beca por la Fundación Rhodes. Trabajó para el Tesoro británico durante la guerra. De 1944 a 1946 trabajó en los campamentos de refugiados en Bélgica. Se enamoró de dos víctimas de Hitler, prematuramente desaparecidos: Frank Thompson y el poeta y antropólogo Franz Steiner. Falleció en Londres el 8 de febrero de 1999 en los brazos de su marido, el crítico John Bayley, cuyos libros de memorias han sido la principal inspiración de "Iris", la película dedicada a la escritora irlandesa. (Datos de mysofa) 

Contra los dioses: Iris Murdoch sobre la verdad, el significado de la bondad y cómo la atención desenmascara el universo

“Cuando realmente sabemos algo, sentimos que siempre lo hemos sabido. Sin embargo, también es terriblemente distante, más lejos que cualquier estrella… más allá del mundo, no en las nubes o en el cielo, sino una luz que muestra el mundo, este mundo, como realmente es”.

Contra los dioses: Iris Murdoch sobre la verdad, el significado de la bondad y cómo la atención desenmascara el universo

Cuando Nietzsche sopesó nuestra noción humana de la verdad, la consideró como “una multitud móvil de metáforas, metonimias y antropomorfismos: en resumen, una suma de relaciones humanas que han sido poética y retóricamente intensificadas, transferidas y embellecidas”. Esto es cierto de la verdad en el mundo humano, y aquí es donde difieren la ciencia y la sociedad. La disparidad es la razón por la cual la perspectiva científica puede ofrecer una calibración y un consuelo tan alegres para nuestras luchas humanas.

En el mundo de la ciencia, nos esforzamos por descubrir leyes fundamentales y verdades elementales indiferentes a nuestras opiniones sobre ellas, esas mismas verdades y leyes que nos hicieron y gobiernan los impulsos eléctricos que recorren nuestras cortezas a 100 metros por segundo para forjar los patrones de pensamiento. de opinión Pero en el mundo humano en el que vivimos, nos arremolinamos en la hueste móvil de las relaciones y racionalizaciones humanas, vagamente conscientes de que no existe una verdad universal y, por lo tanto, un bien universal, porque toda utopía se construye sobre la espalda de alguien más. Ideamos marcos para enderezar nuestras relaciones, lo que llamamos moralidad, pero en nuestra indefensa confusión acerca de lo que es la bondad, confundimos fácilmente la certeza con la verdad y la justicia propia con la verdad., luego azotarnos unos a otros con nuestras certezas y rectitud, confundiendo el azote con la luz de la moralidad.

Cuando nuestra especie era más joven y más temerosa de la realidad, los mitos y las religiones proporcionaron el consuelo de causalidades fáciles y moralidades fáciles para salvar las confusiones de la complejidad. Pero a medida que la época de los descubrimientos científicos comenzó a refutar algunas de esas certezas sagradas, primero expulsándonos del plácido plano de la Tierra plana, luego de nuestra centralidad en el Sistema Solar que nos calma a nosotros mismos, luego de nuestro grandioso excepcionalismo en el orden de los seres vivos. Luego, a partir de nuestro excepcionalismo galáctico , las certezas morales sobre la bondad también se desataron, porque también se construyeron sobre la misma base farisaica que las viejas ilusiones sobre la geometría del universo y la inmutabilidad de las formas de vida.

Arte de An Original Theory or New Hypothesis of the Universe de Thomas Wright , 1750. (Disponible como impresión ).

La deslumbrante Iris Murdoch (15 de julio de 1919 - 8 de febrero de 1999) abordó estas preguntas en su obra Sobre los dioses , uno de los dos diálogos platónicos que escribió en la década de 1980, que luego se incluyó en la antología póstuma de Murdoch, Existencialistas y místicos: Escritos sobre Filosofía y Literatura ( biblioteca pública ), que sigue siendo una de las mejores obras de escritura y pensamiento que he encontrado.

Ambientada en Atenas a fines del siglo V a. C. y estructurada como una conversación entre un Sócrates de sesenta y tantos, un Platón de veintitantos y cuatro jóvenes griegos ficticios, el diálogo se debate con la cuestión de si la era de la ciencia ha marcado el número de muertos. de la religión y, si es así, dónde deja esto nuestra búsqueda de la verdad y nuestro anhelo de bondad, esa hambre elemental por el significado último de la realidad, por nuestra responsabilidad ante la realidad.

Cuando el Sócrates de Murdoch observa que aún no se ha hecho una distinción entre religión y moralidad, sin la cual no se puede responder la cuestión central de la realidad y la verdad, un apasionado Platón responde:

La religión no es solo un sentimiento, no es solo una hipótesis, no es como algo que no conocemos, un Dios que tal vez podría existir, no es un Dios, tiene que ser necesario, tiene que ser cierto. , tiene que ser probado por toda la vida, tiene que ser el centro magnético de todo.

Placa de An Original Theory or New Hypothesis of the Universe de Thomas Wright, 1750. (Disponible como impresión , máscara facial y tarjetas de papelería) .

Y, sin embargo, este más que sentimiento apunta a algo más allá de la religión, más allá incluso del conocimiento explícito, en cuyo centro se encuentra la idea —la existencia— de la bondad:

En cierto modo, la bondad y la verdad parecen salir de lo más profundo del alma, y ​​cuando realmente sabemos algo, sentimos que siempre lo hemos sabido. Pero también es terriblemente distante, más lejos que cualquier estrella... más allá del mundo, no en las nubes o en el cielo, sino una luz que muestra el mundo, este mundo, como realmente es... A pesar de toda maldad, y en toda miseria, estamos seguros de que realmente hay bondad y que importa absolutamente.

La bondad, en la bella concepción de Murdoch, surge como objeto y trasfondo, como conocedor y conocido. Esto vuelve discutible la pregunta objetivante, expresada por uno de los compañeros de batalla de Platón, un joven sofista, de dónde reside la bondad en relación con la realidad: fuera de nosotros, existiendo en algo como un dios, o dentro de nosotros, como una imagen interna a la que nos referimos. . Al observar que está tanto dentro como fuera, el Platón de Murdoch responde:

Por supuesto el Bien no existe como las sillas y las mesas, no es… ni afuera ni adentro. Está en toda nuestra forma de vivir, es fundamental como la verdad. Si tenemos la idea del valor necesariamente tenemos la idea de la perfección como algo real… La gente sabe que el bien es real y absoluto, no opcional y relativo, toda su vida lo demuestra. Y cuando eligen productos falsos, realmente saben que son falsos. Podemos pensar en todo lo demás fuera de la vida, pero no en el valor, eso está en la base misma de las cosas.

Arte de Rockwell Kent de Wilderness , 1919. (Disponible como impresión y tarjetas postales ).

La cuestión de la bondad impregna todo el cuerpo de trabajo de Murdoch, pero ella sondea este aspecto particular de él, su relación con la verdad y la moralidad, a través de la lente de Platón, con mayor profundidad en un ensayo titulado Sobre "Dios" y "Bien", también incluido en Existencialistas y Místicos . Con la mirada puesta en la relación entre el bien y “lo real que es el objeto propio del amor, y del conocimiento que es la libertad”, considera lo que se necesita para que purifiquemos nuestra atención a fin de tomar la realidad en sus propios términos. , puro con nuestros apegos e ideas.

Lo que se necesita, sugiere, es "algo análogo a la oración, aunque es algo difícil de describir, y que las sutilezas superiores del yo a menudo pueden falsificar", no una "técnica meditativa cuasi-religiosa", sino "algo que pertenece a la vida moral de la persona común”. Medio siglo después de que la existencialista y mística Simone Weil liberara esta cruda conciencia del estricto cautiverio de la religión con su hermosa observación de que “la atención, llevada a su grado más alto, es lo mismo que la oración”, pues “presupone fe y amor, Murdoch escribe:

La idea de la contemplación es difícil de entender y mantener en un mundo cada vez más sin sacramentos y rituales y en el que la filosofía ha destruido (en muchos aspectos con razón) la antigua concepción sustancial del yo. Un sacramento proporciona un lugar visible externo para un acto invisible interno del espíritu.

Jacob's Dream de William Blake, 1805. (Disponible como impresión y como tarjetas postales ).

Contemplar la belleza en la naturaleza y en el arte, argumenta Murdoch, puede servir como una especie de sacramento para el espíritu: la experiencia brinda (en una de sus frases más hermosas y uno de los conceptos más hermosos jamás expresados ​​en palabras) “una ocasión para desinteresarse. ” Pero esta experiencia, advierte, no se extiende fácilmente a asuntos de personas y acciones, los asuntos que la moralidad pretende negociar, “ya ​​que la claridad de pensamiento y la pureza de atención se vuelven más difíciles y ambiguas cuando el objeto de atención es algo moral. Con la vista puesta en Platón y su concepción de la belleza como la dimensión visible de la bondad, que es inherentemente invisible, escribe:

Es aquí donde me parece importante mantener la idea del Bien como punto central de reflexión, y aquí también puede verse el significado de su carácter indefinible y no representable. El bien, no la voluntad, es trascendente. La voluntad es la energía natural de la psique que a veces se emplea para un propósito digno. El bien es el foco de atención cuando un intento de ser virtuoso coexiste (como tal vez casi siempre) con cierta falta de claridad de visión.

Invoca la famosa alegoría de la caverna de Platón, el primer gran experimento mental de la humanidad sobre la naturaleza de la conciencia y sus puntos ciegos, en el que los prisioneros de la irrealidad confunden las sombras parpadeantes proyectadas por el fuego en la pared de la cueva con la luz de la realidad; pero luego, una vez liberado por la bondad y el conocimiento (y aquí hay otra formulación exquisita de Murdoch) “el peregrino moral emerge de la cueva y comienza a ver el mundo real a la luz del sol, y por último es capaz de mirar en el mismo sol.”

Iluminando el rayo de sol de su propio intelecto sobre el punto ciego de Platón para revelar el significado más profundo de la moralidad, escribe:

Platón imaginó al buen hombre como eventualmente capaz de mirar al sol. Nunca he estado seguro de qué hacer con esta parte del mito. Si bien parece apropiado representar el Bien como un centro o foco de atención, no se puede considerar como algo "visible" en el sentido de que no se puede experimentar, representar o definir. Ciertamente podemos saber más o menos dónde está el sol; no es tan fácil imaginar cómo sería mirarlo. Quizá en verdad sólo el buen hombre sabe cómo es esto; o quizás mirar al sol es estar gloriosamente deslumbrado y no ver nada. Lo que sí parece tener perfecto sentido en el mito platónico es la idea del Bien como la fuente de luz que nos revela todas las cosas como realmente son. Toda visión justa, incluso en los problemas más estrictos del intelecto, y a fortioricuando hay que percibir el sufrimiento o la maldad, es una cuestión moral.

Dame Iris Murdoch by Ida Kar (National Portrait Gallery)

En consonancia con su famosa afirmación de que “el amor es la realización extremadamente difícil de que algo más que uno mismo es real” , una realización que es tanto la base de la moralidad como la fuerza motriz de la ciencia, agrega:

Las mismas virtudes, al final la misma virtud (amor), se requieren en todo momento, y la fantasía (yo) puede impedirnos ver una brizna de hierba al igual que puede impedirnos ver a otra persona. Una creciente conciencia de los "bienes" y el intento (por lo general sólo parcialmente exitoso) de atenderlos puramente, sin yo, trae consigo una creciente conciencia de la unidad e interdependencia del mundo moral. La inteligencia que busca uno es la imagen de la 'fe'. Considere cómo es aumentar la comprensión de una gran obra de arte.

Complemente estos fragmentos de los totalmente indispensables existencialistas y místicos , que también nos dieron a Murdoch sobre lo que realmente significa el amor , el arte como una fuerza de resistencia y la clave para contar grandes historias , con la filósofa Martha Nussbaum (quien, en muchos sentidos, es la intelectual de Murdoch). heredero) sobre lo que significa ser un buen ser humano y el físico Alan Lightman sobre nuestra búsqueda del significado más allá de las verdades de la realidad .

Iris Murdoch sobre el mito del cierre y los hermosos y enloquecedores puntos ciegos de nuestro autoconocimiento



En literatura, cuando una trama involucra a una víctima y un perseguidor, lo llamamos drama. En la vida, la mayoría de los actos de agresión o queja (que son dos caras de la misma moneda: la moneda emocional del descontento existencial), la mayoría de las rabietas de adultos razonables, la mayoría de los dedos sedientos de culpa que apuntan a alguna realidad imparcial, implican la autovictimización de drama. Las personas propensas al drama no solo se han presentado a sí mismas como víctimas de un perpetrador en un complot, sino que han admitido tácitamente que hay un complot, que presupone un dramaturgo, una entidad externa que escribe el guión de la historia en la que se sienten perjudicados. La persona que se lanza a sí misma a un drama se resigna a ser un personaje, insensible a la ley fundamental de tener carácter de Joan Didion: “El carácter, la voluntad de aceptar la responsabilidad de la propia vida, es la fuente de la que brota el respeto por uno mismo”. Dondequiera que haya drama, hay una falta de respeto por uno mismo y un pozo demasiado superficial de autoconocimiento.

Iris Murdoch (15 de julio de 1919 - 8 de febrero de 1999) explora en su sutil y espléndida novela de 1978 El mar, el mar ( biblioteca pública ): la historia de un dramaturgo talentoso pero complaciente que se acerca al punto de vista de la vida, que finalmente se ve superado por su trágico defecto: a pesar de su autorreflexión obsesiva (o quizás precisamente por eso), su egoísmo finalmente eclipsa su espíritu creativo. — esa parte más brillante y generosa de nosotros, la parte correctamente llamada nuestro regalo, la parte que extiende la mano extendida de simpatía y asombro que llamamos arte e invita, en la hermosa frase de Iris Murdoch, "una ocasión para desinteresarse".

Mirando hacia atrás en su vida, el anciano dramaturgo reflexiona sobre su propio arte y su relación con la vida misma:

Las emociones realmente existen en la parte inferior de la personalidad o en la parte superior. En el medio se actúan. Por eso todo el mundo es un escenario.

Todo el cuerpo de trabajo de Murdoch, desde la filosofía hasta la ficción, puede considerarse como una investigación cohesiva sobre el significado de la bondad y el significado del amor , reflejada a través de la maquinaria de significado del arte . Ella entendió de manera única que representamos el medio desordenado de la emoción porque a menudo es demasiado complejo, contradictorio y desafiante para que sepamos lo que realmente estamos sintiendo. Siempre medio opacos para nosotros mismos, fingimos seguridad y confianza en nuestras razones. No dispuestos a vivir plenamente en lo que somos, criaturas ansiosas e inseguras, tiernas y aterrorizadas a lo largo de gran parte de la vida, actuamos como seres, subiendo al escenario disfrazados de falsas certezas.

Una de las ilustraciones de 1920 de la artista adolescente Virginia Frances Sterrett para viejos cuentos de hadas franceses . (Disponible como una impresión .)

Mientras el protagonista de Murdoch se dispone a escribir sus memorias —esas tristes aguas superficiales de la literatura, donde el arte va a la deriva para morir como una vana obsesión por sí mismo—, su primo y compañero de juegos de la infancia, ahora él mismo un anciano, lo insta a que deje un amplio espacio para el tema eterno de vanidad humana, que nos vuelve más ciegos a la realidad y más opacos a nosotros mismos que cualquiera de nuestras otras confusiones:

Somos criaturas tan secretas por dentro, que la interioridad es lo más asombroso de nosotros, incluso más asombroso que nuestra razón. Pero no podemos simplemente entrar en la caverna y mirar alrededor. La mayor parte de lo que creemos que sabemos acerca de nuestras mentes es pseudo-conocimiento. Todos somos tan impactantes farsantes, tan buenos para inflar la importancia de lo que creemos que valoramos. Los héroes de Troya lucharon por una Helena fantasmal... Guerras vanas por bienes fantasmales... La gente miente tanto... aunque en cierto modo, si hay suficiente arte no importa, ya que hay otro tipo de verdad en el arte.

Más que nada, nos mentimos a nosotros mismos. Retirado lo suficiente, incluso el autoengaño más estratificado surge de la misma fuente: nuestra ilusión de libre albedrío en medio de un mundo en el que, en el nivel más básico de la realidad, no controlamos ninguna de las fuerzas fundamentales y, por lo tanto, tenemos una agencia extremadamente limitada. en eventos Como entendió la precoz adolescente Sylvia Plath, nuestra latitud de libre movimiento en la vida está paralizantemente limitada “desde el nacimiento por el entorno, la herencia, el tiempo y el evento y la convención local” . En tal realidad, la elección es solo una narrativa, y retroactiva: es la historia que nos contamos a nosotros mismos, a la luz de la vanidad de la retrospectiva, sobre por qué nuestras vidas fueron de una manera y no de otra.

Haciéndose eco del exquisito lamento de James Baldwin sobre la ilusión de elección , Murdoch escribe:

Qué extraña apuesta es nuestra existencia. Decidimos hacer A en lugar de B y entonces los dos caminos divergen completamente y pueden conducir al final al cielo y al infierno. Solo más tarde uno ve cuánto y cuán terriblemente difieren los destinos. Sin embargo, ¿cuáles fueron las razones de la elección? Es posible que hayan sido olvidados. ¿Sabía uno lo que estaba eligiendo? Ciertamente no.

Un subconjunto de la ilusión de la elección es la ilusión del cierre: la idea seductora pero en última instancia vana de que, a medida que la vida se vive a sí misma a través de nosotros de maneras que escapan a nuestro control, en un complejo y por definición siempre deshilachado tapiz de tramas, nos puede desentrañar cualquier hilo narrativo con la suficiente nitidez como para unirlo en una conclusión completa y permanentemente válida. Murdoch disipa la vanidad:

Los cabos sueltos nunca se pueden atar correctamente, uno siempre está produciendo otros nuevos. El tiempo, como el mar, desata todos los nudos. Los juicios sobre las personas nunca son definitivos, surgen de resúmenes que sugieren inmediatamente la necesidad de una reconsideración. Los arreglos humanos no son más que cabos sueltos y cálculos confusos, independientemente de lo que el arte pueda fingir para consolarnos.

Luna de primavera en la playa de Ninomiya , 1931: una de las impresionantes xilografías japonesas antiguas de Hasui Kawase. (Disponible como una impresión .)

Pero aquí es donde tenemos elección: al aceptar una realidad confusa e incierta más allá de nuestro control, también podemos negarnos a resignarnos a ser víctimas de ella, el tipo de adaptación que Octavia Butler presentó como la medida más alta de inteligencia e integridad . Podemos reconocer que la vida es mucho más interesante como proceso de presencia continua que como drama actuado; que el mundo es mucho más interesante como costa que como escenario, porque es en la costa viva donde presenciamos, como lo hizo Richard Feynman, “épocas tras épocas” desplegándose en la maravilla de la vida ; en la orilla en la que nos sentimos humillados, como lo fue Rachel Carson, por “nuestro lugar en la corriente del tiempo y en los largos ritmos del mar… en los que no hay finalidad, no hay una realidad última y fija” ; en la orilla donde finalmente aceptamos el hecho más elemental de nuestras vidas: no hay un acto final, solo semillas sin orillas y polvo de estrellas .


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