martes, 7 de julio de 2015

Paul Auster, mi guía de Nueva York




CARLOS LOMBAS







































































































    "A veces sucede así en la vida: cuando son los caballos los que han trabajado, es el cochero el que recibe la propina", 
Daphne du Maurier.

Escribir de New York es estar vivo. No nos queda por lo tanto, otra dignidad, como cronistas, que seguir a la literatura, por nuestros mejores recovecos, que son deseos, y a las fantasías que otros nos detallan sin querer, abrazadas de hechos cotidianos.
Publicó de la realidad, lo que se tropieza con mi aliento, y adorno las marcas del mi meridiano, con muchos hábitos incómodos, y bagatelas señoriales.
Tiran la cartas al aire por mi, y recojo los naipes que han caído boca arriba. el resto se convierten en desconocidos. Y esos son los que me inducen a jugar a las adivinanzas y a las parejas. Siempre hay alguna carta que ha caído en el hueco de la alcantarilla, y de inmediato pienso en la baraja incompleta. Es de ese supuesto azar, con el que la literatura de Paul Auster, nos alimenta.


Completé la iniciación a su literatura con un detallado paseo diario, por esas líneas urbanas, donde la vida es rectilínea, asimétrica, verde y azul, clara y amplia, especial para la generosidad y la barbarie, exigente con lo creado y útil con la participación y los patrocinadores, compactando esas veleidades, que no aparecían en las creencias de mi ficción.
Ya no voy y vengo de lo posible, es verídico y verificable, en la trama novelada, y en la realidad.
Trato con dos partes de su obra, e incluyo intuiciones a toda su obra, con predominio de las imágenes cinematográficas y tiras gráficas.

                                                    

Cuando lo leemos, antes casi de pasear por las primeras líneas, hay una predisposición a acercarnos a otras realidades, con el fin de deambular un tiempo por el mundo que nos rodea, tan incómodo y vejado como lo percibimos. Para eso Sunset Park, de Paul Auster es un magnifico tabloide que nos introduce en esta actualidad, que no resiste ni el coste de nuestra respiración.
Sunset Park es un barrio de New York que combina construcciones de estilo neoclásico y art deco; está situado en uno de los puntos más altos de Brooklyn, con una magnífica vista de los rascacielos de Manhattan, Nueva Jersey, Staten Island y de la estatua de la libertad. Cuenta con una de las mayores comunidades chinas en la ciudad. También lo pueblan los hispanos de Puerto Rico, República Dominicana, y América Central y del Sur. Así mismo hay un gran número de finlandeses, noruegos, italianos, irlandeses, judíos, ortodoxos...




Según dicen algunos de sus críticos, podría subtitularse "Seis personajes ricamente dibujados en la búsqueda de un espacio".

Existencialistas que están tocando fondo, o a punto de hacerlo, y donde todos tienen algo roto o perdido; pero aunque inservible, lo conservan. Entre esos residuos, pegados a su vida, con consecutivas desapariciones y "reapareceres", que desean también rehabilitar, están sus afectos.

paul auster brooklyn follies cover book libroEse 2008 que hundió la economía americana, mientras los grandes bancos y aseguradores eran intervenidos, y Obama llegaba al poder; una dura realidad social y política, toca con sus vaivenes todos los ámbitos construidos, pasados y presentes, del protagonista, hasta llegar a aquella propiedad ajena.

Milles lleva ocho años lejos de la comodidad familiar, que le correspondería vivir si se hubiese quedado con sus padres. Se va tras oír una conversación entre su padre y su madrastra, sobre él y su carácter, a lo que suma su culpabilidad por un hecho fatal, fruto de la casualidad

.
 Es el hijo que necesita explorar el mundo, para conocer la verdadera realidad de una vida que empieza desde cero. Tras abandonar la universidad, limpia casas embargadas, fotografía enseres abandonados, trabaja en cocinas de restaurantes y conoce a Pilar, menor de edad, por una coincidencia lectora.

  

El padre editor, se resiente de su empresa. La madre, niña-actriz famosa, quiere volver a tener éxito en Broadway, interpretando un monólogo de Samuel BeckettDías felices, que inicia la obra enterrada de medio cuerpo y luego acaba enterrada hasta el cuello; es egocéntrica.


   

  https://escriturasmecanicas.files.wordpress.com/2014/08/auster-en-su-estudio.jpeg


O su madrastra, Willa, devorada por misterios, miedos y rencores como los de los demás, y que tras el reencuentro con su hijastro, huye a Londres buscando lucidez, para no obstruirse con el detritus familiar.


Todos los personajes desean algo en cada escena, y en cada capítulo piensan que el paraíso está al lado, incluso Milles, que huyendo de chantajes llega a la colorida casa okupada de Sunset Park, donde le ha atraído su antiguo amigo Big, topo del padre. Comparten techo con Ellen, pintora, que trabaja en el PEN club y en una inmobiliaria; y con Alice, obsesionada con su tesis doctoral, sobre "Los mejores años de nuestra vida" de Willy Wilder, film que todos ven en algún momento de esta aventura narrativa. En este hábitat se mueve la novela.


  
  

Las cosas que Milles ayuda a reparar en el hospital de los objetos rotos con alma, de Big, vuelven a su estatus de nómadas, después de estar rehabilitadas. Y mientras, a él, no le faltan ilusiones, como explica al acercarse de nuevo a su padre, a su madre y a su madrastra. La literatura, el cine, el teatro y el beisbol son universos tan importantes como la propia vida, con tanta exactitud en nombres, fechas, resultados y curiosidades, que pegados a los sentimientos, son el otro hilo conductor, al lado de sus problemas económicos o morales.


 

Guiados por ideales que imaginaron en la absoluta comodidad, describen cuan diferente es la realidad del día a día, que no nos permite nada, salvo el acomodo al acoso y a la privación, a pesar de la gran capacidad intelectual de todos.
Una visión subjetiva hace que estos personajes, en los aledaños del otro, busquen su identidad, sabiendo que con su trastocada sexualidad, han de esquivar el sinsentido vital.
Todos están descritos más ampliamente, y por tanto aparecen muy completos.
Es una novela bastante formal y nada dogmática.

"Nunca leo novelas ni ensayos, sino biografías. Para mí, es más importante la vida de un hombre que sus sueños de papel" Lindsay Kemp


La materia bruta de la juventud que exhibe Adam es tentada por Rudolf Born, utilizando como gancho a Margot, sin otros alardes literarios que la intriga esparcida por la ilusión del primero, alrededor de la partida vital del segundo, enrocado en el amor de la tercera, para sustituir los proyectos de aquel, por sus juegos.







"Uno es para siempre responsable de lo que domestica" (Saint Exupery)

El magma* de la literatura y la vida de los autores es la fuente de sus argumentos. Antonio Pereira decía que hay que escribir de lo más cercano o de lo más lejano. Eso es lo que ha hecho Paul Auster en su novela, Invisible, escribir de lo más cercano a sus 20 años, allá por 1967 cuando se encontraba en la Universidad de Columbia y luego en París, destilando su vida entre lugares, hechos y acontecimientos políticos que imbuyeron a su generación en un rechazo a las guerras, a los corsés sociales y a la metódica sociedad académica occidental.

Con estrechas trampas, Auster no nos deja escapar del relato hasta leer la última intención del ambicioso Rudolf. La tela de araña que esté tendió a lo largo de toda su vida, sale de esa atalaya al servicio del poder, poder asimismo y se ramifica sin escrúpulos para esclavizar todo lo que él cree subordinado, incluida la expresión humana de la belleza, sin ningún sentimiento.

La materia bruta de la juventud que exhibe Adam es tentada por Rudolf Born, utilizando como gancho a Margot, sin otros alardes literarios que la intriga esparcida por la ilusión del primero, alrededor de la partida vital del segundo, enrocado en el amor de la tercera, para sustituir los proyectos de aquel, por sus juegos.

Invisible es un "Yo, James Freeman, cuento al lector lo que me dijo Adam Walker de Rudolf Born".

Guerras individuales que hablan de otras guerras, bajo una estrategia ajena, donde Adam se cerciora de que su idealismo ha sido trastocado, troceado y con su escombro ese  fénix hizo otro mundo, con una nueva utilidad.





Los hechos son planeados por alguien que cuenta con otros para hacerlos y con el hilo narrativo del cronista amigo, Freeman. Sólo se logra escapar del hechizo muy tarde, a través de este tercero que da forma al verdadero valor de aquella fuerza creativa del primero, instrumentalizada por el estratega Born.




Vemos como una gran roca es demolida en pequeñas piedras por sus esclavos (esto sorprende en la era de la esclavitud abolida), que luego quizá le sirvan a ese gran dueño para construir otra plataforma válida, a su antojo y ante nuestros ojos.

Sin ningún cabo suelto y como plantilla para analizar alguna de nuestras múltiples realidades, esta novela nos presenta al gran Auster narrador, filósofo y comprometido.




Sustancia espesa que sirve de soporte a los tejidos o a ciertas formaciones inorgánicas y que permanece después de exprimir las partes más fluidas de aquéllos. (RAE)

   




    


Sería otra vida literaria si siguiera añadiendo mi opinión eufórica sobre su obra, tras casi un brote de síndrome de Sthendal.
Tengo remedio para esta verborrea emocional,que no es otro, que volver a ver y leer su obra.


    


Paul Auster nació en 1947 en Newark y creció en sus suburbios y, al igual que tantos otros niños de U.S.A, sentía una gran pasión por el beisbol. No obstante su temprana afición por la escritura le hacía un poco distinto de éstos. La lectura de un libro cuando sólo tenía 15 años, Crimen y Castigo (F. Dostoievsky), le hizo estar seguro de cuál quería que fuese su profesión: escritor. Al terminar los estudios secundarios pasó una temporada viajando por Europa (Irlanda, Francia, Italia y España. Antes de ganarse la vida profesionalmente como escritor realizó muchos otros tipos de trabajo: camarero, jardinero, encuestador...


                 

Tuvo una infancia difícil, pues la madre, después de dar a luz a su hermana, comenzó a padecer trastornos psicológicos graves. Auster inició entonces, lo que él llama su "exilio interior", cuando se sentía un extranjero en su propia casa. En 1959, uno de sus tíos, en viaje por Europa, dejó en su casa una serie de cajas conteniendo su biblioteca.

 El jovencísimo Auster devoró caja tras caja de libros, y extrajo de ahí grandes dosis de placer nunca antes sentido, cosa que le alejó aún más de sus progenitores. Surgieron los primeros poemas, y su tío, al volver del viaje, le asesoró y criticó: "era un hombre estricto", según él mismo ha declarado. Después de graduarse en la Universidad de Columbia (M.A., 1970), se trasladó a Francia, donde empieza a traducir los trabajos de escritores franceses y a publicar sus propias obras en revistas americanas.


   


https://labuenavidaweb.wordpress.com/2012/01/30/paul-auster/


Su relación con Lydia Davis empezó en 1966, y no se casaron hasta 8 años después. Paul y su mujer pasaron una larga temporada en París, lugar en el que él ya había estado en su época de estudiante. Durante este periodo pasaron algunas dificultades económicas, hasta el punto de plantearse su regreso a los Estados Unidos   
Una oferta de trabajo consistente en ser cuidadores de una casa de campo situada en Provenza hizo que el regreso se alargara hasta 1974. Ya en Nueva York, ambos se dedicaron, no por gusto sino por necesidad, a la traducción.

  


Durante muchos años su situación financiera fue más bien deficiente, hasta el punto que en 1978 Paul llegase a presentar un juego de cartas que había inventado de niño como un intento desesperado de conseguir fortuna.
Años más tarde, el éxito de sus libros y la fidelidad de sus lectores consiguieron que la pareja pudiera experimentar una situación mucho más confortable.


   



Obtuvo renombre por una serie de historias experimentales sobre detectives publicadas colectivamente como La Trilogía de Nueva York (1987):Ciudad de Cristal (1985), Fantasmas (1986), sobre y La Habitación Cerrada (1986).Otros libros son:El Palacio de la Luna (1989) y Leviatan (1992). La Invención de la Soledad (1982) es a la vez un recuerdo sobre la muerte de su padre y una meditación sobre el acto de escribir.

    

Además, es autor de varios libros de poemas, como Espacios blancos(1983), Fragmentos del frío (1988) y Cimientos (1990), así como de El arte del hambre (1992), una recopilación de artículos y ensayos sobre literatura francesa, inglesa y estadounidense. Y también las novelas La Música del Azar (1990), Mr. Vertigo(1994) y Tombuctú (1999). Paul Auster ha trabajado también como guionista en The music of chance (1993), Smoke (1995) yEl centro del mundo (2001), como codirector en Blue in the face (1995) y como director en Lulu on the bridge (1998)




En la colección de relatos Creía que mi padre era Dios (2002), realizó una propuesta inusual: invitó a los oyentes a participar en un programa de radio contando una historia verdadera. La respuesta fue abrumadora: más de cuatro mil relatos de los que seleccionó y editó ciento ochenta, y que componen un volumen extraordinario. En mayo de 2006 rodó en Portugal su segundo largometraje en solitario, La vida interior de Martin Frost. Luego vinieron: El libro de las ilusionesBrooklyn FolliesViaje por el scriptoriumUn hombre en la oscuridad, e Invisible .

         


Auster también fue editor en Random House y es traductor de poetas franceses, de ensayos y poemas de Joan Miro, Jacques Dupin, Jean-Paul Sartre, Stephan Mallarme, y Jean Chesneux, entre otros. Es Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia desde 1993; recibió el Premio Medicis de literatura extranjera en ese mismo año; el de la American Academy and Institute of Arts and Letters en 1990; el Premio de la fundación Ingram Merrill, en de traducción del Centro del Club PEN. Fue profesor de escritura creativa en la Princeton University de 1986 a 1990 y Premio Príncipe de Asturias en 2006. (datos canalook). 
  





 












De sombra a sombra

Contra la fachada del atardecer:
sombras, fuego y silencio.
Ni siquiera silencio, sino su fuego,
la sombra
que arroja un respirar.
Para entrar en el silencio de este muro
debo dejarme atrás a mi mismo.


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